Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Fue un accidente.

————— [ • • • ] —————

Aquel bajo sonido de corta duración bastó para dejarlos a ambos más tiesos que estatuas de piedra. Lan Zhan parecía ni siquera respirar, mientras Wei Wuxian deseaba teletransportarse al sitio más remoto del planeta tierra y perecer ahí.

No quería hacerlo, de verdad no quería hacerlo, fue un maldito accidente.

Pero con eso el alfa supo que había bajado demasiado sus barreras.

Todo comenzó esa misma tarde, cuando Wei había arribado a Muelle de Loto, en su viaje mensual a Yunmeng Jiang; a un par de meses de dar inicio a su entretamiento de control y purificación con Wangji, los Lan, considerando su buen comportamiento, le habían permitido algunas cosas como dinero o salir a dar pequeños paseos a la ciudad, uno de esos beneficios fue poder ir a visitar a su familia una vez al mes, acompañado de Zhan, claro está.

Y ahí es donde se había desatado el problema.

Cada mes, puntualmente, aparecía en Muelle de Loto, y cada mes, igual de puntual, le acompañaba Yanli junto a su bebé y su esposo. Uno pensaría que el problema radicaría en este último, pero, sorpresivamente, esta no era la ocasión, pues luego de una acalorada discusión con el heredero Jin, donde hubo golpes incluidos, uno de esos puñetazos había terminado en la delgada mejilla del pobre Jiang Ning, quien se metió para proteger al pequeño Yuan que, alterado, lloraba aferrado a una de las piernas de Wuxian; aquel accidente no solo enfureció a su hermana Qing, sino también al mismísimo líder de secta Jiang Wangyin, quien ni corto ni perezoso le atestó un buen golpe a cada uno, y les sentenció con prohibirles la entrada a Muelle de Loto si volvían a hacer una escena.

No, el problema no fue Zixuan, en realidad fue todo lo contrario: Hacía unas semanas Ning había tenido a su primera hija con Cheng, pero el cuerpo siempre débil del omega le había jugado en contra, casi llevándolo a la muerte otra vez; Wangji se había ofrecido a tocar el guqin para ayudarle a sanar un poco, mientras Yanli cocinaba y Qing preparaba medicamentos. Su hermano, estresado por el pobre estado de salud de su esposo, se había mantenido trabajando en el ala de enfermería, luciendo agotado y al borde del colapso psicoemocional.

Eso dejaba a Jin y Wei a solas, a cargo de tres bebés que definitivamente Wuxian no sabía cuidar.

Caminaron por la ciudad, Zixuan sostenía a la pequeña Jiang Bao con una delicadeza que Ying nunca creyó ver en él, mientras el propio Wei traía a Ling en un brazo y a Yuan de la mano, ambos disfrutando de una rebanada de melón que les habían comprado. Conversaban sobre cosas triviales, molestándose de vez en cuando con estupideces y riendo entre la amistosa discusión. Casi al anochecer decidieron meterse a una fonda, tomando asiento en una de las mesas exteriores, ya que la tarde era sumamente calurosa ese día.

— No puedo creer que le lanzara piedras, ni siquiera puedo imaginármelo— se burló Wuxian, limpiando la mejilla de un adormilado Rulan, quien era fuertemente abrazado por Yuan.

— No fue solo eso, se puso histérica gritándole a la mitad del patio que era un desgraciado, jamás la había visto tan alterada, ni siquiera pensé que fuera posible— continuó Zixuan, frotándose el rostro con su mano libre.

— Por eso todos creen que es una omega— comentó Wei encogiéndose de hombros— ¿Lanzó las piedras con la mano?

— Con un maldito arco, Wei Wuxian, tiene la mejor puntería que he visto, le abrió la cabeza al guardia enviando los proyectiles de un lado a otro del jardín, y te recuerdo que el jardín de mi madre es enorme

El muchacho se soltó a carcajadas, deteniéndose únicamente cuando Bao, asustada por el escándalo, se soltó a llorar.

— Él quiso aprovecharse de ti en tu celo, si hubiese sido yo lo habría atravesado con una espada al momento— mencionó por encima, tomando la jarra de vino sobre la mesa y empinándosela completa sobre los labios

— Me apiado de la persona que se meta con Hanguan-Jun

Y Wei se ahogó.

Tres minutos de tos ininterrumpida, con los ojos de todos los comensales viendo extrañados en su dirección, los dos niños más pequeños llorando, Yuan preocupado dando sus poderosos pero imperceptibles golpecitos en la espalda del alfa, y Jin mostrando una expresión confundida en su bonito rostro.

— ¡¿De qué estás hablando!?— inquirió Wuxian en un grito.

Pasaron otros diez minutos tranquilizando a los niños.

— ¿No estás saliendo con Hanguan-Jun?— preguntó el omega al tiempo que mecía a Bao entre sus brazos, Wei buscó cualquier indicio de burla en sus facciones marcadas, pero no encontró nada más allá de verdadero desconcierto— Llevo viéndoles al menos dos años, puedo decir que su relación ha cambiado tras su casi año de ausencia

De repente el gran Patriarca de Yiling se sintió derrotado.

— N-no estamos saliendo, es una relación co-con... con ciertos beneficios— terminó susurrando, avergonzado, una emoción que antes nunca hubiese imaginado pero actualmente parecía ir a la par con él.

Jin pareció algo sorprendido al escucharle, sin embargo, para gran alivio del alfa, no dijo una sola palabra al respecto— Entiendo— continuó— ¿Y tú quieres algo más?

Las mejillas de Wei ardieron; sus pensamientos se fueron muy lejos, trayendo consigo todos los ridículos escenarios que había estado imaginando ya unos cuantos meses, dándole un aterrador pero agradable vuelco a su lastimado corazón. La garganta se le secó cuando confesó, abatido: — Quiero lo que tienes tú con mi hermana, lo que tiene Jiang Chen con A-Ning, lo que tiene Zewu-Jun con Chifeng-Zun

— ¿Y qué te detiene? ¿Acaso Hanguan-Jun no quiere?

Ying volvió a encogerse de hombros, abatido— No lo sé, nunca sé lo que está pensando, hasta hace poco creí que me odiaba

— ¿Lo forzaste a algo?— preguntó Jin, esta vez mucho más cauteloso.

— ¡Oh, por los dioses, claro que no! Todo fue consensuado, lo juro— se defendió el otro, completamente ofendido.

— No lo malentiendas, Wei, solo quería saberlo porque a veces uno se pone más... accesible cuando está celo, por lo que debe haber un acuerdo con ambos completamente sobrios sobre si pueden haber avances sexuales durante el celo o no— explicó el omega, viéndose irritado; a veces le molestaba la falta de educación que existía respecto al tema.

Escuchar aquellas palabras hicieron que la mueca enojada de Wuxian desapareciera al instante.

— Bueno... la primera vez fue sin celo de por medio, incluso podría asegurar que fui yo el que estuvo un poco reticente— terminó por admitir— Todo ha fluido muy bien estos meses, pero...

— ¿Pero...?— apremió el otro.

— Maldita sea Jin Zixuan, ¿Acaso no me estás viendo? Soy el maldito Patriarca de Yiling, un cultivador demoniaco odiado por las sectas, temido por la gente y sin un centavo en la bolsa, no soy exactamente un alfa a la altura del señor perfección, e incluso con todo eso estoy siendo egoísta porque pese a saber bien mi miserable situación lo estoy cortejando— se quejó amargo, finalizando su jarra de vino con un largo sorbo. Jin pareció relajarse al oírlo despotricar.

— No sé tú, pero creo que Hanguan-Jun no parece el tipo de persona que se pondría en contra de todos por un simple ex compañero— ante la mirada estupefacta del alfa no pudo evitar soltar una sonrisa burlona, acomodó la manta en la que Bao estaba enredada y se levantó— Se te va a ir la vida si lo piensas demasiado, Wei Wuxian

Ahí murió esa conversación; Zixuan pagó la cuenta pese a las réplicas de Wuxian, tomaron a los niños y volvieron a Muelle de Loto. Apenas entrar un par de sirvientas tomaron a Bao, Ling y Yuan para llevarlos a darse un baño, informando a ambos hombres que sus familias ya estaban en sus respectivas habitaciones.

Wei había pedido a Yanli que le dijese a su hermano esta vez deseaba compartir habitación con Wangji, ella se había mostrado extremadamente alegre al respecto, incluso felicitándolo por su relación, tanto así que no pudo aclararle la verdad de su situación. Se estaba metiendo solito en un lío bastante complicado, pues todos a excepción de Jin creían que ambos estaban saliendo.

Caminó lo más lentamente posible hacia el aislado ala de habitaciones familiares, deseando pero a su vez no que Wanyin le hubiese hecho el favor. Sus dudas se disiparon al quedar de frente del que, en el pasado, habría fungido como su cuarto; la iluminación no dejaba lugar a dudas: estaba alguien adentro.

Abrir la puerta corrediza tomó más valor del que estaba dispuesto a admitir; no sabía si Lan estaría irritado o decepcionado con él, pues pedir una sola habitación para ambos daba a entender, entre líneas, que estaba exhibiendo su relación (o lo que fuese) hacia los demás. Sus hermanos, sus parejas y las sirvientas estarían enteradas de eso, y los chismes corren como la pólvora.

— Bienvenido— saludó Wangji, sereno. Se había duchado, traía el cabello suelto y una túnica de dormir; sentado sobre un esponjoso cojin, bajo la ventana, leía un libro mientras tomaba una taza de té.

Tenía un aura divina.

— Bu-buenas, lamento la tardanza— sacudió sus desvaríos, sacándose las botas apenas pasar— A-Yuan y A-Ling tenían hambre y decidimos pasar a cenar a un local cercano

Wangji asintió, levantándose con gracia. Caminó hacia la tetera para ponerla a calentar, mientras acomodaba las sábanas sobre la superficie de madera.

Wuxian pensó que no estaría mal ser recibido de esa manera por el resto de su vida.

De repente un sentimiento demasiado poderoso para ser contenido se adueñó de su ser entero. Quería sentirle cerca, quería abrazarlo, quería besarlo y jamás dejarlo ir. Se sacó las túnicas, dejándolas esparcidas por el suelo lustrado, entonces se posó a un costado de la puerta, esperando pacientemente a que el omega terminara su tarea, casi perdido en los elegantes movimientos de sus brazos al doblar y estirar.

— Ey, Lan Zhan— susurró, dando pasitos en dirección al muchacho. No supo si le respondió o no, solo reaccionando cuando estaban de pie frente a la cama, viéndose directo a los ojos— ¿Puedes soltar tu aroma? No fue un excelente día

El entrecejo de Lan se arrugó, preocupado— ¿Alguien te dijo algo?

— No, no... Esta vez soy yo el del problema— confesó, peleando contra su bajo autoestima, que le gritaba no debería estarse abriendo tanto con otra persona.

Zhan pareció entenderlo, porque no preguntó nada más; tomándole de la mano le guio hacia las mantas, recostándose contra la pared para que el alfa pudiese acurrucarse con el rostro hundido en su pecho, lugar donde, una vez bien cómodo, soltó su relajante aroma y le rodeó con los brazos, haciendo pequeños círculos contra su ancha espalda. Ying se encontraba realmente cómodo, danzando entre esa fina línea que separaba el sueño de la consciencia, cuando estando más dormido que despierto un horrible ruido escapó de su garganta: Un ronroneo.

Un ronroneo.

Aquel bajo sonido de corta duración bastó para dejarlos a ambos más tiesos que estatuas de piedra. Lan Zhan parecía ni siquera respirar, mientras Wei Wuxian deseaba teletransportarse al sitio más remoto del planeta tierra y perecer ahí.

No quería hacerlo, de verdad no quería hacerlo, fue un maldito accidente.

Pero con eso el alfa supo que había bajado demasiado sus barreras. Los adultos siempre decían que ronronear era algo demasiado personal como para hacerlo en público, y se les estipulaba especialmente a los alfas que hacerlo significaba un acto de debilidad; siendo un niño tonto era obvio que escuchar esas cosas le afectarían tarde o temprano, por lo cual, a una edad temprana, dejó de ronronear a cualquiera que le mostrara el más mínimo afecto, pasando a encerrarse emocionalmente. La última vez que hizo tremenda estupidez fue cuando, a tiernos sus diez años, era consolado por una preocupada Yanli tras enfermar.

Y de eso ya doce años.

Se está muriendo de vergüenza, petrificado en su lugar, deseando salir corriendo pero falto de respuesta motriz, cuando siente la suave mano de Wangji volver a acariciarle la espalda, fingiendo, para la salud mental de su alfa, que no escuchó una sola cosa.

Wei Ying esperaba una burla o una mueca de disgusto, pero claro, se trataba de Lan Zhan, su comprensivo, amable y cálido Lan Zhan.

No tarda demasiado en soltar más ronroneos.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).