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A(R)MOUR (Traducción del fanfic de Sinnatious) por XIVA

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Notas del capitulo:

Hola, hola!!! De nuevo con el siguiente capitulo!!! Este mes ha sido muy tedioso para la labor literaria de escribir/traducir, no ha sido un buen momento… Sin embargo aquí estoy!! Y en este capitulo, Shinobu sigue de intenso, y terco, esta haciendole pasar malos momentos a Hiroki y a Miyagi… Al mayor lo vemos convencido de que nada puede pasar entre ellos… ¿Sera como en el canon? ¿No se rendirá ante la determinación de este terrorista??... Veremos como Hiroki lidia con este nuevo problema:

Capítulo 7

 

 

 

“¡My sweet honey!” Miyagi irrumpió en la oficina con la fuerza alegre de un amanecer violento. “Ahhh, por fin terminó. Café, café…” Se apresuró a la máquina, tarareando para sí mismo mientras se servía una taza. “¿Tienes que quedarte hoy? Pensé que podríamos salir. Hay un nuevo lugar que abrió ceca de casa. Bueno, en realidad no tenemos mucha opción porque se me olvidó completamente ir al supermercado y se nos acabó la comida, aunque supongo que si en verdad quieres podemos ir de compras ahora y cocinar algo…”

 

Hiroki permaneció silencioso en su mesa. Miyagi hizo una pausa – normalmente para ese entonces su colega habría al menos respondido de alguna forma, así fuera para decirle que hiciera silencio.

 

“¿Pasa algo?” le preguntó, halándose la corbata para aflojarla. Los hombros del profesor asociado se veían más rígidos que el concreto, y esa familiar expresión de aburrida neutralidad, ligeramente apretada con el ceño fruncido, eran evidentes en su rostro como unas cortinas negras. Él no lo había visto de nuevo en las recientes semanas, y su abrupto retorno le preocupaba.

 

“No, nada,” Hiroki dijo. “La cena suena bien.”

 

Lo cual era un síntoma tan preocupante como podría ser. Un Hiroki pasivo era un Hiroki distraído. Considerando que Miyagi se ufanaba de sí mismo como la distracción principal en la oficina, para él apenas retener la atención de su colega era alarmante.

 

Él le dio una palmada en la espalda. “Anímate. Te sentirás mejor cuando tengas comida al frente.” Miyagi hizo una nota mental de ordenar algo de sake con su comida. No lograría mucho si lo acosaba por respuestas en ese momento, pero Hiroki era un ebrio hablador.

 

Excepto que cuando el finalmente había arrastrado a Hiroki de la oficina al restaurante – uno de esos lugares pan-Europeos, con quince diferentes tipos de pasta y panes – su mirada permanecía retraída, y la conversación extrañamente distante. El picoteo su comida, y termino no gustándole el vino así que solo bebió una sola copa con toda la comida. Y luego, después de que retornaran a casa, el rechazo cada toque de Miyagi de una forma tan callada que Miyagi no se sintió como para presionar el asunto.

 

Miyagi se enorgullecía en saber leer a su colega y descubrir que era lo que le molestaba. Pinchaba un poco, probaba otro poco, actuaba como si los asuntos serios no fueran un gran problema y los pequeños problemas fueran un gran problema, y ​​normalmente podría sacarlo de su caparazón. Tuvo mucha practica con su profesora después de todo, aunque él no tenía ni la experiencia de vida ni la de manejo de personas entonces.

 

Aun así, se acostaron uno al lado del otro en la cama por horas esa noche, ninguno de ellos pudiendo dormir. Miyagi dejo el tema, pero – algunas veces el humor de Hiroki era como el clima, y los resultados de un mal día podía afectarlos rápidamente. Para todo este drama, él era un tipo maduro, y era capaz de solucionar la mayoría de las cosas en poco tiempo.

 

Además, el tenía sus propias razones para permanecer despierto. Shinobu todavía lo acosaba casi a diario, y el rápidamente se estaba aproximando al final de su paciencia. El mocoso era lo suficientemente agradable, pero se volvía agotador, estar constantemente derribando las esperanzas de alguien cuando este persiste en no captar la indirecta… ¡Incluso hablándolo de forma directa no ayudaba! Ese tipo de comportamiento le podría ayudar a obtener una orden de restricción cuando sea adulto.

 

Esperaba que el chico se diera por vencido y volviera a Australia pronto, y él podría volver su atención de vuelta a Hiroki.

 

 

 

…………………….

 

 

 

Excepto que el mal humor de Hiroki no se aliviano – si algo, se había vuelto más introvertido. Miyagi no se preocupó mucho por eso aun, porque había ese fuego intenso en los ojos de su colega-ahora pareja, ese tipo de destello que aparecía cuando él está lidiando con un estudiante particularmente revoltoso.

 

Mientras tanto…

 

Miyagi suspiro, y pesco las llaves de su oficina. “¿Qué quieres?”

 

“Te hice el almuerzo.” Shinobu le ofreció la caja bento con ambas manos, como si estuviera ofreciendo unas barras de oro en vez de solo comida.

 

Miyagi no hizo ningún movimiento para tomarlo. “Yo no te pedí que hicieras eso.”

 

“¿Ya comiste?”

 

No lo había hecho, y había estado planeando en ir a la cafetería. Pero antes de que el pudiera salir con alguna excusa, su estómago gruño.

 

“Tienes hambre. Tómalo.” Shinobu insistió, presionando el bento frente a él.

 

El chico era persistente, le tenía que reconocer. Era demasiado obvio que tenía motivos ocultos, pero evitándolo solo parecía hacerlo más obstinado.

 

Con un sufrido suspiro, Miyagi acepto el bento con una mano y abrió la oficina con la otra. Shinobu lo siguió adentro, luego sentado en el borde del sofá y mirándolo con ojos oscuros como los de un halcón mientras el quitaba la tapa.

 

Este… no se veía para nada apetitoso.

 

Tentativamente, el probo un bocado del curry, y palideció. El sabor era… raro. Como si hubiese sido preparado de forma equivocada, o diluido. Considerando lo pastoso que estaba, probablemente fue lo que pudo haber pasado.

 

Su expresión lo delato, mientras Shinobu abruptamente se levantó y busco el bento. “Perdón. No es muy bueno. Lo haré mejor,” le dijo.

 

Tan molesto como el mocoso era, Miyagi no era desalmado. El obviamente puso mucho esfuerzo en él, e incluso si la intención no fuera apreciada, solo tirarlo era un desperdicio.

 

“No te preocupes. Se puede comer,” le dijo. “Lo comeré. Solo no te hagas ideas.” El tomo otro bocado, mastico, y tragó. Él había experimentado algunos desastres culinarios en sus días de soltero – Esto no era peor que aquellas cosas que había hecho entonces.

 

Pero el inmediatamente se arrepintió, cuando vio el brillo en los ojos del chico.

 

El comió tan rápido como pudo tolerarlo, lavando el sabor liberalmente con café.

 

“Estaba pensando,” Shinobu dijo seriamente, “Que tal vez deberíamos pasar más tiempo juntos.”

 

Miyagi suspiro. Él sabía que esto iba a suceder en el mismo momento en que el muchacho apareció en a su oficina con un bento casero en la mano – pero era mejor que ellos tuvieran esa conversación en la privacidad de su oficina que haberlo convertido en una pelea a gritos en el pasillo. “Ya te he dado mi respuesta. No va a cambiar, no importa cuantas veces lo pidas.”

 

“Eso es porque no hemos tenido la oportunidad para conocernos apropiadamente,” Shinobu argumento. “Si solo me dieras la oportunidad, cambiarias de idea.”

 

“Ya estoy en una relación,” Miyagi le señalo por la que será la milésima vez.

 

“Esa es solo tu excusa.”

 

Se había salvado de contestar gracias a una puerta abriéndose, y su propia pequeña nube de tormenta personal entro de repente. “¡Hiroki!” El dejo de lado el nombre cariñoso con Shinobu presente. Ese gato proverbial pudo bien haber salido del saco, pero el mantendría una negación plausible mientras podría.

 

“Profesor,” le respondió, y luego frunció el ceño hacia Shinobu, quien a su vez se veía como si estuviera tratando de convertir sus ojos en láseres mortales. “¿Estoy interrumpiendo algo?”

 

“No,” Miyagi se adelantó, incluso mientras Shinobu abría su boca para responder. Le devolvió la caja bento a él. “Gracias. Ahora tengo que volver a trabajar. ¿Y no tienes clases?”

 

Aun con una mirada amenazadora hacia Hiroki, Shinobu acepto la caja de vuelta. “¿Al menos lo pensaras?” le pregunto.

 

“Seguro,” Miyagi accedió, solo para sacarlo de la oficina. Una promesa vacía – él lo pensaría y aun sacar la misma conclusión, que era lo mismo que no pensar en eso para nada.

 

Dándole a ambos una mirada suspicaz, el chico salió de la oficina. Tan pronto como la puerta se cerró detrás de él Miyagi se desplomo en su asiento. “Necesito un cigarrillo.” El rebuscándose por el paquete dentro de su bolsillo resulto estar vacío.

 

Hiroki volteo los ojos, abrió un gabinete en la mesa al lado de él y le lanzo un paquete nuevo. “¡Ah, mi querido! ¡Tú eres todo lo que un hombre pudiera soñar!”

 

“Eres un adicto,” Hiroki le señalo monótonamente, luego se dirigió a su propio escritorio. “¿De qué se trató eso? ¿Ahora es comer los almuerzos de una esposa amorosa?”

 

“Oh.” Miyagi hizo una mueca, y se rio incómodamente. “¿Sabes de esas cosas, huh?”

 

“Hn.” Hiroki no se oía muy impresionado.

 

“Sabes que no estoy interesado, ¿Cierto?” Con Hiroki, no estaba de más aclarar el ambiente tanto como sea posible. Los malos entendidos con el podrían estar muy arraigados y complicarse rápidamente. Miyagi tenía la sospecha de que eso podría ser la fuente de su persistente animo actual.

 

Hiroki frunció el ceño. “Claro que no. El mocoso tiene la mitad de tu edad.”

 

Miyagi asintió, aliviado. Claro. Él no era un asalta cunas. Nadie cuerdo lo podría considerar.

 

En lo que a él le concernía, ese era el fin del asunto.

 

Shinobu, por supuesto, resulto ser más obstinado de lo que él había anticipado.

 

 

 

……………………..

 

 

 

Hiroki fulminaba con su mirada al suelo.

 

Miyagi se froto la nuca tímidamente. “En verdad lo siento. El decano…” Se encogió de hombros. “Ya sabes como es. Trate de evitarlo, pero…”

 

“¿Ese… mocoso… se va a quedar aquí?”

 

Él era una amenaza. Desde que ese delincuente apareció afuera de su oficina, él supo que traería problemas. Toda una vida de experiencia había adiestrado sus sentidos para este tipo de cosas.

 

“¡Por dos semanas, eso es todo!”

 

Hiroki suspiro, atravesó el vestíbulo. Abrió de un tirón el closet de linos, pesco su morral de viajes, y lo arrastro hacia la lavandería.

 

“Hey, ¿Qué estás haciendo?”

 

Hiroki se lo quedo mirando. El profesor tenía una lista de problemas de personalidad bien documentados, pero era la primera vez que cuestionaba su falta de cerebro. “Me voy de vuelta a mi apartamento, obviamente.”

 

Miyagi tomo su brazo. “No seas así. El solo se va a quedar aquí. Él puede dormir en el sofá.” El vagamente le señalo al ladrillo en forma de L naranja que ocupaba la mitad de su sala. No era particularmente cómodo sentarse en él, mucho menos dormir en él. La compra de un matrimonio sin amor si es que llegaba a ver uno.

 

Hiroki frunció el ceño y se soltó. “No me siento con muchas ganas de quedarme aquí viendo como un niño enfermo de amor se te adhiere como una lapa.”

 

Inesperadamente, eso le hizo ganarse una amplia sonrisa. “Awww, ¡my sweet honey! ¿Estas celoso?”

 

“¿Celoso? ¿¡De un mocoso adolescente?!” se enfadó.

 

Tal vez celoso no era la palabra correcta. Tal vez estaba asustado. Él había empezado a sentirse cómodo, empezaba a sentirse como el otra vez, cuando el drama llego a invadir una vez más. El ya no estaba seriamente preocupado por las amenazas del mocoso – él se sentía seguro de que podría derrumbar el blufeo del chico –pero todo ese asunto le dejaba intranquilo.

 

Miyagi se acercó y le golpeo con su dedo en la frente. Parpadeando el retrocedió.

 

“Esas arrugas en el entrecejo,” le advirtió con una torcida sonrisa. “No quiero que arruines esa linda cara antes de que llegues a los treinta.”

 

Hiroki solo frunció su ceño aún más.

 

“Mira, ya he dado a conocer mi posición claramente a él. Si quedarse con nosotros por dos semanas es lo que necesita para aclarar su mente, al menos habremos terminado con ese asunto.”

 

“Es molesto,” el murmuró, y sintió que la palabra no era lo suficientemente fuerte.

 

“Lo se. Yo también estoy irritado. Pero estoy seguro que solo esta confundido.” Miyagi extendió las palmas de sus manos a modo defensivo. “Es solo un niño. Es obstinado, el alardea, pero está fuera de su liga. Cuando vea que yo no voy a cambiar de opinión, volverá corriendo a Australia, y todo se solucionara por sí solo.”

 

Hiroki no estaba tan seguro.

 

Después de todo hace siete años, el recordaba a otro persistente adolescente que no tomaba un no como respuesta.

Notas finales:

¿Sera una buena idea??? Sera que Miyagi esta ablandándose con Shinobu, lo vemos muy seguro… Pero Hiroki ya sabe que pasa en estas instancias ¿Se repetirá de nuevo la historia??? Un Shinobu aparcado en la sala de un hombre mucho mayor que el que esta en una relación con su colega profesor… No lo se.. ¿Qué piensan ustedes? ¿Confian en Miyagi o Hiroki debe hacerle caso a su instinto??

Para no perder la costumbre mantengo la sección de agradecimientos, en este caso mi comentadora especial Meloyan, como siempre feliz de que comentes en esta historia, vamos viendo como evoluciona esta historia… Gracias a cualquier lector fantasma que se tropiece con esta historia, espero que esten disfrutando cada capitulo.

Como siempre gracias por sus lecturas, en espera de que se animen a comentar en los próximos capítulos. Nos leemos en el siguiente!!! <3


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