Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A(R)MOUR (Traducción del fanfic de Sinnatious) por XIVA

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos!! De nuevo tarde pero aun de vuelta!!, por lo menos tengo el compromiso de terminar esta historia!!! En este episodio hay un giro… Uno que cuando lo lei no espere que sucediera… ¿Sera bueno para nuestro martir Hiroki? ¿Por fin le sucederá algo bueno a nuestro sufrido protagonista?... Vamos a averiguarlo!!... Nos vemos en las notas finales:

Capítulo 10

 

“No olviden traer sus trabajos tienen hasta el final de la semana, no habrá prorrogas a menos que sea por hospitalización, ¿Entendido?” Hiroki rugió. El cuerpo colectivo de estudiantes asintió frenéticamente, luego él les hizo señas con la mano, irritado, mientras ellos se iban. Ellos se apresuraron a irse, un río humano desgarbado y descoordinado que no veía la hora de abandonar la aterradora montaña del auditorio.

 

Hiroki fue a sentarse en su escritorio, organizando lentamente sus notas mientras las rezagadas salían. Un dolor de cabeza había estado formándose detrás de sus ojos, y el aire condicionado había estado fallando todo el día, dejando el auditorio caliente y mal ventilado después de cada clase.

 

Fue de vuelta a la oficina, ignorando a los estudiantes que arrastraban sus pies del otro lado del pasillo cuando lo veían venir. Él se detuvo en el Puerta por un momento, preguntándose si el mocoso estaba allí con el Profesor de nuevo, antes de sacudir su cabeza. ¿Qué importaba si ellos están ahí? No le podía importar menos.

 

Cuando entro, sin embargo, en cambio se encontró a un autor que se le hacía familiar holgazanear en el sofá. Algo un poco más bienvenido, aunque Hiroki no se sentía con muchas ganas de entretener a alguien en el momento. “Bakahiko, ¿Que estas haciendo aquí otra vez?”

 

Su viejo amigo le saludo con la mano, ni siquiera levanto su mirada del libro que había robado de los estantes. “¿No puedo ponerme al día con mis amigos sin tener una segunda intención?”

 

“Entonces estas evitando a tu editora,” Hiroki refunfuño, dejando de lado sus notas en el escritorio y sacando los trabajos del día anterior. El bien podría terminar de calificar todo si el autor estaba determinado a perder el tiempo.

 

"En realidad, Takahiro está de vuelta en la ciudad," él le dijo, hojeando casualmente la siguiente página de su libro.

 

El nombre ya no le enviaba esa punzada de resentimiento a su corazón como solía hacerlo – o si lo hizo, se perdió en medio del dolor entumecido que llevaba a todos lados ahora. Se dio cuenta tardíamente que había pasado mucho tiempo desde que él hubiese escuchado a Akihiko hablar sobre su amor no correspondido. Tampoco sus novelas BL de pacotilla no habían mostrado su nombre por un tiempo. ¿El matrimonio por fin le había forzado a que el siguiera adelante? ¿Cuándo fue la última vez que-?

 

"Acaso no se había mudado a Osaka-" Calculó en retrospectiva. "-Hace solo 6 meses atrás? Apenas hace que un viaje de vuelta valga la pena"

 

Akihiko se encogió de hombros. "El solo viene de visita. Quiere pasar más tiempo con su hermano."

 

“¿Entonces porque estás aquí?” Hiroki resoplo.

 

La expresión de su viejo amigo se volvió oscura y amarga. "Él no estaba particularmente complacido conmigo."

 

"¿Por qué no?" Su mirada se desvió hacia el trabajo del siguiente alumno. Otro mocoso de primer año llenando su horario con créditos - Hiroki estaba tentado hacerle reprobar solo por principios.

 

"Porque su precioso hermanito se había marchado para irse a vivir con un extraño novio nuevo que nunca había conocido antes, y que yo no hice nada para detenerlo."

 

"Hnnn, ¿Eso pasó?" Hiroki murmuro distraído. El no sabía mucho sobre el chico, mas allá del hecho de que Akihiko se había encargado de su tutoría en algún momento de los últimos dos años. Él había recurrido a desconectarse de la mayoría de las cosas que se refirieran a Takahiro como acto de autopreservación en algún momento de su segundo año de Universidad. "¿Porque no lo hiciste?"

 

"Creí que de todas las personas tu entenderías lo incomodo que sería vivir con tu expareja cuando estos estén saliendo con otro tipo."

 

Hiroki se atoró.

 

“¿Tu…?” Las preciosas palabras que había guardado celosamente lo habían abandonado completamente. “¿Tu… estabas saliendo con el hermanito menor de Takahiro?”

 

“Obviamente, ya no,” Akihiko dijo sin emoción.

 

Esta revelación de que por los últimos dos años su amigo de la infancia en realidad había seguido adelante le impactó como un golpe físico. “¿No pensabas contármelo?” fue la única respuesta que pudo articular.

 

Akihiko se encogió de hombros. “Nunca preguntaste.”

 

¡Por supuesto que él no lo pregunto! Él había tenido años de discursos sobre las muchas virtudes sobre Takahiro que le habían impuesto sin preguntar – ¿Cuándo las reglas habían cambiado de repente?

 

“Además,” Akihiko añadió, “Tu parecías estar pasando por tus propios problemas en ese momento.”

 

…Cierto. Eso debió ser cuando Nowaki había desaparecido a América por un año sin mucho más que una llamada por teléfono. En retrospectiva, Hiroki había sido una pobre compañía, muy enfocado en su propia miseria e incertidumbre como para ponerle atención a las divagaciones de sofá de su viejo amigo.

 

Aun así… ¿Este era el misterioso compañero de piso? Akihiko lo menciono ocasionalmente, y solo ahora Hiroki estaba notando la cuidadosa omisión de su nombre, pero normalmente los comentarios eran sobre estúpidas discusiones o cual nuevo manjar mundano había cocinado para la cena la noche anterior. Hiroki había estado contento por eso, que su amigo había encontrado alguien con quien vivir y que pudiera tolerar, pero ese fue el hermanito de Takahiro…

 

Hiroki frunció su ceño, apurándose para encontrar un terreno más firme. “No me sorprende que hayas estado deprimido. Yo pensé que había sido un poco melodramático ponerte así solo porque tu compañero de piso se había mudado.”

 

“Hnnn.” Akihiko le dio Vuelta a la página de su libro. “¿He estado deprimido?”

 

“El cómo puedes escribir tan elocuentemente sobre la angustia del mal de amores mientras eres completamente incapaz de procesar el tuyo propio será la tesis de grado culminante de algún estudiante algún día.” Resoplando, el empezó a clasificar sus calificaciones en su escritorio, más que nada para darle a sus manos algo que hacer así se quedaría ahí parado como un pasmado bufón.

 

“Tal vez tengas razón,” Akihiko musitó. “¿Que debo hacer entonces?”

 

“Idiota. Te daría un consejo y tu terminaras ignorándola, como siempre.” Sin embargo, no había verdadera acidez detrás de sus palabras. Akihiko era Akihiko, el siembre había sido así tanto como Hiroki podía recordar.

 

“Yo siempre escucho tus consejos.” La protesta era tan jocosa que sonó sarcástica.

 

“Idiota,” Hiroki le repitió. “Ya no hay nada que hacer de cualquier forma. Solo tendrás que superarlo.”

 

Esas eran las palabras que se repetía a si mismo sin cesar desde la última quincena. Algunas veces el incluso creía que eran verdad.

 

“¿Superarlo, cierto?” Akihiko musitó, desviando su mirada del libro para observar el techo. “Tal vez yo necesito un compañero de piso.”

 

“Tal vez,” Hiroki concordó, distraído con uno de los trabajos que parecía que podría tener de hecho algunas ideas interesantes en él. Lo arrastro al fondo de la pila, para dejarlo de ultimas.

 

“¿Tu vives solo, cierto?”

 

Los dedos de Hiroki se crisparon, y su clasificación perdió su ritmo. “…Por el momento, sí.” ¿Tenia que traerlo a colación?

 

“Deberías mudarte entonces.”

 

“Hm,” Hiroki murmuro. Luego, “Espera, ¿Qué?”

 

 

………………..

 

 

"¡Ya tengo un apartamento!"

 

Akihiko no le puso el mínimo de atención a sus protestas, dándole órdenes a los hombres de la mudanza con descuidada autoridad. "Hay más espacio aquí. Ya he mudado tu librería." El agito su mano vagamente hacia una de las paredes lejanas, ahora cubiertas de libros desde el suelo hasta el techo.

 

Hiroki no tenía idea que esto había pasado. No habían pasado dos días después de este pronunciamiento, que Akihiko había aparecido en su puerta con una compañía de mudanzas detrás de él, y antes de que Hiroki pudiera dejar de balbucear el tiempo suficiente para armar un convincente argumento, todo su apartamento había sido eficientemente vaciado y transferido al pent-house del autor.

 

“¡Ese no es el punto! ¡No me voy a mudar contigo!”

 

Akihiko mostro un gesto dolido. “¿Tan horrible amigo soy?”

 

“No me hagas ese teatro,” Hiroki le gruño. Esa expresión alicaída pudo funcionar hace ocho años atrás cuando estaba cocinándose lentamente en las profundidades de su afecto no correspondido, pero él había conocido a Akihiko desde que eran niños. Él no podía caer por ese tipo de manipulación emocional tan descarada. “No voy a caer en eso. De cualquier forma, seriamos terribles compañeros de piso. ¿No has escuchado que vivir con amigos los convierte en enemigos?”

 

“Dudo que pase, pero no tienes en donde quedarte. Solo hasta cuando volvamos a ponernos de pie, ¿Hmm?”

 

“Yo ya estaba en pie, muchas gracias,” Hiroki le replico molesto, pasando un ojo crítico a los estantes buscando algún título perdido o dañado. Los hombres de mudanza habían sido asombrosamente cuidadosos y eficientes – Akihiko botaba su dinero como si fuera confeti, después de todo, el solo contrataba lo mejor – Pero sus libros eran su posesión más valiosa.

 

“Tu necesitabas salir de ese lugar.”

 

“Yo pensé que todo esto era más sobre tu necesidad de encontrar un compañero de piso,” Hiroki le desafió. “Una del cual nunca accedí a participar, ¡Por cierto!”

 

“Tu jefe me dijo que estaba preocupado por ti,” Akihiko le comentó, ignorando sus protestas somo si no fueran más molestas que una mosca. “Yo concuerdo con él. Se cómo eres. Tu solo te quedarías ahí y te deprimirías a ti mismo en vez de encontrar un nuevo apartamento.”

 

Miyagi. Debería haber sabido que el Profesor había tenido que ver con esto. Aun entrometiéndose, aun si no tuviera derecho…

 

Los hombros de Hiroki se desplomaron. Como sea. Él estaba harto.

 

Él estaba cansado.

 

“Bien,” el murmuró. “Supongo que no importa si es por un par de semanas.”

 

Akihiko en cierta forma tenía razón. Quedarse en ese apartamento… no era bueno para él. Demasiados recuerdos. Y ya no necesitaba ese espacio tampoco. El bien podría usar esa oportunidad para terminar el contrato de arriendo e irse a otro lado.

 

Se giró sobre sus talones. El necesitaba espacio. Silencio. “Estaré en la habitación de huéspedes”

 

Él no se percató de la mirada pensativa de Akihiko siguiéndolo.

 

 

…………………

 

 

A pesar de las reservas iniciales, convertirse en el compañero temporal de piso de Akihiko no era completamente intolerable. Su viejo amigo vivía en un lujoso pent-house, y todas las cosas de Hiroki estaban allí, así que no era como si le faltara comodidad hogareña. Y el autor de hecho generalmente se ocupaba de sus propios asuntos, dándole el tiempo y espacio para buscar un nuevo lugar en paz.

 

Por los primeros cinco días, al menos.

 

Abruptamente y sin ninguna advertencia, la puerta de su habitación se abrió de golpe y Akihiko entro rápidamente como si fuera el dueño del lugar, aunque técnicamente lo era, pero Hiroki aun así le gritó, “¿¡No pudiste tocar antes?!”

 

“Vamos a salir.”

 

“¿Disculpa? Yo no voy a ningún lado,” Hiroki replico de mala manera. “Déjame por fuera de tus planes.”

 

“Lástima que no tengas nada que decir al respecto.” Akihiko lo engancho del brazo y lo arrastro hasta ponerlo de pie. “Has estado aquí dentro abatido por demasiado tiempo, y estoy harto de la comida a domicilio.”

 

Estaban a mitad de las escaleras antes de que Hiroki lograra encontrar su equilibrio y liberar su brazo de un jalón, lo cual casi hizo que se cayera por las escaleras si no fuera porque Akihiko lo había sostenido. “¡Bien! Ya vámonos,” le dijo entre dientes. “Pero no a algún lugar de etiqueta. No puedo costear tu paladar de cinco estrellas.”

 

“Yo pagaré.”

 

“No lo harás. No necesito tu caridad. Yo tengo un trabajo. Ya es malo viviendo aquí sin pagar renta.”

 

Akihiko se encogió de hombros. “Bien, Podemos ir ese bar que te gusta. La comida allí es decente.” Se puso los zapatos en la puerta, y le alcanzo a Hiroki su chaqueta.

 

El la tomo con un mohín. Salir a tomar era casi la última cosa que quería hacer, pero el autor tenía razón. Y ya había pasado mucho tiempo desde que alguno de los dos hubiese salido a cenar o a beber – Nunca había sido frecuente, no después de que Hiroki empezara a salir con Nowaki, pero había sido un mal amigo con Akihiko en general últimamente, y si era honesto, lo era aún más como invitado, atrincherado así en su habitación. Y él estaba harto de la comida para llevar.

 

“Vamos a tomar el tren,” le dijo. “La última vez que fuimos allí te pusiste tan ebrio que tuve que arrebatarte las malditas llaves de la mano antes de que te mataras.”

 

Akihiko lanzo las llaves del auto en el sofá. “¿Feliz?”

 

“No te hagas el listo” Hiroki se quejó. “Vámonos.”

 

 

……………….

 

 

 

No era si en verdad no tuviera la intención de embriagarse, aunque en alguna parte distante, nublada de su cerebro sospechaba que había sido parte del plan de Akihiko desde el principio. El alcohol nunca fue su método de enfrentamiento de elección, pero una vez que empezaba…

 

Sus mejillas se sentían cálidas contra el punzante aire acondicionado de la cabina del tren. “Creo que he bebido demasiado.”

 

“Hnnnn,” fue toda la respuesta que dio Akihiko.

 

“Gracias a Dios no tengo que trabajar mañana,” gruño, inclinando su cabeza para mirar de nuevo hacia la ventana. El vidrio se sentía placenteramente fría contra su sien, y las luces afuera pasaban en un atractivo manchón. Algunas partes clínicas de él ya estaban temiendo a la resaca, pero el resto estaban, pero el resto estaba demasiado sosegado por el placentero y relajante zumbido de cinco o seis cervezas artesanales de más. “No todos nosotros podemos organizar nuestro propio horario, sabes.”

 

Akihiko no comento al respecto tampoco. “Esta es nuestra parada.”

 

Las luces se ralentizaron, el tren se detuvo, y luego él fue arrastrado hasta ponerse de pie. Hiroki se tropezó contra su amigo mientras el mundo gentilmente se balanceaba en torno a él. Akihiko solo lanzo un brazo alrededor de sus hombros, sólido y cálido a su costado mientras se tambaleaban a través de la multitud de personas que empezaba a dispersarse saliendo de la estación de tren.

 

“Si este es el comienzo de mi trayectoria al alcoholismo, te hago responsable.”

 

“No podrías volverte un alcohólico. Tu gusto en cerveza es muy costoso.”

 

“Mira quien habla.” Se tropezó brevemente por una grieta en el pavimento, pero Akihiko lo sostuvo con facilidad. “Además, se supone que hagas eso cuando te abandonan, ¿Cierto? Se supone que te emborraches con amigos.”

 

“Deberías encontrar a alguien,” Akihiko le dijo, la única señal de su propio estado de embriagamiento estaba en el ligero ronroneo de su voz y la rica nota de alcohol que se notaba de su aliento. Era algo molesto, él siempre había aguantado mejor el licor, aunque no cabía duda de que al menos él mismo estaba borracho. “Eso es mejor que embriagarse. Ve, ten sexo de una noche.”

 

Shinoda era parte de esa historia que Hiroki no quería revisitar, ni siquiera con la placida distancia proveída por el alcohol que difuminaba la memoria. “¿Para qué me arrepienta de eso también? De ninguna manera. Termine con eso… Con todo eso,” terminó sin convicción. “Aprendí mi lección.”

 

“Te estas poniendo sentimental.” Incluso embriagado, Akihiko soltaba palabras elegantes como para convidar. Eso era lo glorioso de convivir alrededor de genios literarios. Miyagi era igual.

 

Pensar en el Profesor debería haber enviado una ola de enfado a través de él, pero Hiroki se sintió solo entumecido ante el recuerdo. Se alejo bamboleándose ligeramente. “Puedo caminar por mí mismo.”

 

“Llamas a eso caminar,” Akihiko se rio. Definitivamente estaba ebrio. Akihiko nunca ríe. El apenas ha sonreído en su vida. “Como sea, ya llegamos.”

 

Somnoliento, Hiroki se quedó viendo al enorme bloque de apartamentos. Huh. Pensó que la caminata desde la estación tomaba más tiempo. Su percepción del tiempo claramente estaba arruinada. Pero su amigo ya estaba adentrándose y llamando al ascensor, dejándolo luchar por alcanzarlo.

 

Una vez adentro, se incline en la esquina y cerró los ojos mientras sentía el vacío cuando ascendía. “Urgh. Estoy muy viejo para esto. Voy a tener la peor de las resacas mañana.”

 

“En verdad estas viejo. Solías soportar el doble de eso sin pestañear.”

 

“Bakahiko,” Hiroki se deslizo mientras el elevador llego al pent-house.

 

“Tch, que amargado. Necesitas acostarte con alguien.”

 

“Sigues diciendo eso. Pues no voy a coger con algún extraño solo por un rollo de una noche. ¿Qué se supone que deba hacer? ¿Contratar a un escort? No gracias.” Hiroki se quitó los zapatos y estaba encogiendo sus hombros para quitarse la chaqueta.

 

Unos pesados brazos lo envolvieron desde atrás, y un aliento caliente le acaricio la oreja, que llevaba el empalagoso recuerdo de las bebidas de esa noche. “Yo me ofrezco.”

 

Hiroki se quedó quieto.

 

Cuando finalmente encontró su voz, salió rasposa como una lija. “…No bromees con eso.”

 

“No estoy bromeando.” Unos dedos fríos se deslizaron sobre su cuello, enredándose en su cabello. “Lo hiciste antes una vez por mí. Puedo devolverte el favor.”

 

Había sido un contrato implícito entre ellos nunca en la vida volver hablar de esa noche. Había tomado meses recuperar su amistad. “Te arrepentiste.”

 

“Las cosas han cambiado desde entonces,” Akihiko murmuro, y ahora unos labios estaban contra su garganta, no del todo besando, pero podía sentir como pronunciaba cada palabra. “Ninguno de los dos está esperando a alguien en esta ocasión. Solo necesitamos superar esto.”

 

Era una estúpida idea. Absolutamente la peor. Incluso a través de la bruma del alcohol, una parte de él reconocía eso. Que esto no era por distracción o por confort. Que esto debía ser por castigo.

 

Excepto esos fríos dedos contra sus demasiado calientes mejillas se sentían bien, y sin tener la intención, se vio a si mismo presionarse contra la firmeza de Akihiko con su espalda, y darse la vuelta para ver a esos tan familiares ojos de ese color casi-lavanda.

 

Lo más astuto, lo más sano que habría sido seria liberarse, ir a su habitación, y cerrar la puerta hasta que ambos estuvieran sobrios.

 

Hiroki no tenía un gran registro de tomar ese tipo de decisiones.

 

“Lo estás pensando demasiado, viejo,” Akihiko murmuró. “No es gran cosa. Hemos hecho esto antes. Solo pretende que soy alguien más.”

 

Hiroki desvió su rostro. “Eres un hombre cruel.”

 

Pero cuando Akihiko entrelazo sus dedos juntos y lo guio hacia su habitación, él le siguió silenciosamente.

 

Esta vez, no había ninguna venda, no eran unos adolescentes inexpertos que no sabían muy bien que tenían que hacer con sus manos. “Has perdido peso,” Akihiko comento, sus manos apoyándose en los huesos que sobresalían de las caderas de Hiroki. “Puedo ver tus costillas.”

 

“Y tú has ganado peso, ya cállate,” Hiroki murmuro, agarrando su camisa y lanzándola sin cuidado a un lado. Ya había pasado siete años, después de todo – claro que habían cambiado.

 

Akihiko solo soltó una risa, y después era como si los últimos siete años nunca hubiesen pasado – todo manos frías, respiraciones suaves, y pieles húmedas de sudor mientras ellos caían en la cama. Las sábanas se apiñaban y torcían debajo de sus desnudos hombros mientras Akihiko movía sus labios en su pecho, dedos siguiendo un delicado patrón sobre su estómago.

 

Había pasado demasiado tiempo para ambos obviamente – en lo que no se sentía el tiempo para nada, ellos estaban listos, la prisa de la ardiente excitación atravesándolos. Hiroki apretó sus ojos, su cuerpo se estremeció cuando Akihiko se deslizo adentro. Sus dedos se enroscaron, enredándose en las sábanas, todo pensamiento coherente se perdió en las olas de placer. Esas extrañamente familiares manos aferrándose a su cintura, vagando hasta tomar tiernamente su rostro. Manos demasiado frías para la memoria.

 

“-aki… Nowaki…”

 

No fue nada más que un susurro sin aliento, pero Hiroki se congelo apenas la palabra abandono sus labios. Sus ojos se abrieron de golpe y atraparon, por solo un instante, una sombra pasando sobre el rostro de su amigo.

 

Se había ido en un parpadeo, y alguna parte del centro de su lógica que apenas funcionaba se preguntó si había sido un efecto óptico por la falta de luz. Luego Akihiko se estaba moviendo de nuevo, más rápido en esta ocasión, y Hiroki lanzo su cabeza hacia atrás, su espalda arqueándose.

 

Akihiko se inclina acercando sus pechos hasta que estuvieran alineados, un soplo de aliento calentando su oído. “Haré que te olvides de él.”

 

Hiroki no tenía el aliento para responder. El solo cerro sus ojos, y dejo que sus pensamientos divagaran en un olvido sin sentido.

Notas finales:

No tengo idea como la historia tomo este giro… Es como una forma extraña de la vida de compensar a Hiroki?? O en realidad solo lo prepara para algo mas… Nunca en mil años Hiroki pensó que esta fantasia juvenil, ese amor no correspondido volvería a su vida y de esta forma… Pero no estoy segura, Akihiko solo ha sido expresivo con Misaki, es casi imposible saber si no esta usando a Hiroki como un escape a su libido… Aunque… Bueno solo digo que senti un fresquito cuando Hiroki le devolvió el hecho de llamar a otra persona mientras están teniendo sexo y que Akihiko sintiera lo que Hiroki sintió cuando paso en el pasado… Y no se, pero no le gusto… ¿Si fue solo impresión de Hiroki?? Aun asi Akihiko no se detuvo… ¿Significa que al fin Akihiko puede ver a Hiroki mas allá de solo un viejo amigo? ¿Se sentira atraído por el?... Fue como algo que el escritor estuvo planeando… ¿Pero con que intención?... Son muchas inquietudes y la verdad si esto lleva a mas dolor, Hiroki debería mas bien irse lejos de tanta gente que le hace daño (voluntaria o involuntariamente) esperemos a ver que pasara con nuestro protagonista, que a pesar de todo por lo menos encontró una forma para liberarse aunque sea sexualmente (No se si nuestro conejo será tan fogoso como cuando estaba con Misaki) pero creo que Hiroki no se quejara en ese aspecto ????

Ahora para la acostumbrada sección de agradecimientos debo hacerlo para Meloyan, como siempre fiel a esta historia, gracias por tu constante presencia en cada actualización. Me alegra que sigas esta historia, y una agradeable sorpresa con yokozawa08 quien comento en el ultimo episodio ¡Gracias!. Y gracias tambien a todos los lectores de esta historia y espero poder conocerlos por escrito en el futuro. Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).