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Angra Mainyu por Mascayeta

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo de la actualización de hoy.

Los últimos días del año fueron diferentes para los Potter y los Malfoy, Harry se encargó que Ronald estuviese el mayor tiempo posible por fuera de Londres visitando las compañías muggle con las que tenían contratos para desearle un feliz año y revisar asuntos propios del negocio, el pelirrojo tuvo que efectuar el trabajo sin objetar, mientras Sophie se quedaba en la casa con Hugo o en la Madriguera, en ambos casos, cada vez que Weasley llegaba, sentía la energía de Hermione y Gin con su pequeño, no importaba cuantas barreras colocara si la niñera las quitaba para permitirles el ingreso.


Por el contrario, para Draco esas fechas las disfrutó con sus padres, en las noches visitaba a Ron, y por el día, a través de un aparatito bien simpático que la "comadreja" le regaló con un asqueroso peluche de Hurón Albino —que mantenía en su cama muy bien acomodado—, conversaban viéndose por la pantalla, pronto se convirtió el celular en su mejor herramienta de trabajo. Tenía su agenda en este, manejaba los negocios con los inversionistas de América sin molestar a su padre por el despacho donde pasaba la mayor parte del tiempo leyendo, podía consultar datos de todo el mundo con respecto a la bolsa, fue cuando Zabini y Pansy le dijeron que se comprara un computador.


Mala idea, se sintió tan ignorante cuando vio a sus padres apropiarse del equipo, Narcissa le contó como el joven que administraba el palacete les enseñó a usarlo para poder mejorar las ventas en el mundo muggle de los vinos. Desde ese día se comenzaron a comunicar con varios amigos de Francia, continuaron los negocios de licores y de convenciones.


Al final, su auto-regalo fue para sus padres que en algunas cosas seguían igual de clasistas y sangre puristas, y para otros, eran permisivos y apreciaban a quienes les generaban ingresos, los muggle.


El 30 de diciembre, sabiendo que no podría verse con Ronald al día siguiente, decidió aparecerse en la casa de su prometido para pasar una noche de buena charla y videojuegos, otro vicio que en esos meses adquirió por el infantil Weasley, pero que no llevaría nunca a la mansión. Al llegar notó el malestar de Sophie por su presencia.


Desde poco antes de la cena en La Madriguera se dio cuenta de que la bruja parecía más arisca y agresiva con él, incluso cuando estuvieron en el Palacete ya sentía la indiferencia, al principio no le dio importancia porque siempre estaba con Ronald, y ella no era tan directa como en ese instante que se encontraban solos.


—¿Qué quieres mortífago?


—¿No te han dicho que debes respetar a tus mayores? —contestó el rubio concentrándose en la firma mágica que rodeaba a la joven—. Vine por Hugo para jugar un rato, y darte un tiempo para ti misma y que descanses.


Sophie tan pronto lo observó acercarse al niño sacó su varita y apuntó lanzándole un Alarte ascendare que Draco detuvo con un movimiento de su mano.


La bruja quedó sorprendida, pero no se detuvo, le prometió a la señora Granger proteger al niño de la magia oscura de ese mago, el siguiente fue un Desmaius, seguido de un Depulso, en ambos casos el platinado demostró que su intento de ataque era en vano.


Malfoy trató de desviar los hechizos sin hacerle daño a Sophie que comenzaba a desesperarse cuando nada resultaba. Hugo lucía feliz en brazos del platinado viendo las luces que salían de las manos de quien lo cargaba. Entonces lo escuchó después de tantos años.


—Sectumsempra .


«¡Protego!» pensó con rapidez Draco abrazando el bebé que ocultó la cabeza en el pecho del ojigris como sabiendo que estaba en riesgo. Una segunda vez se oyó en la sala junto con un quejido.


¡Expelliermus!


Ronald recogió la varita de Sophie que trataba de explicar que Malfoy atacó al niño, que quería robarlo para matarlo como hizo con el que tuvo en Azkaban con esa tal Astoria.


—¿Esas son las mentiras que la loca de Hermione y mi hermana te metieron en la cabeza? —dijo exhalando con tristeza el pelirrojo—. Confiaba en ti, pero está visto que tu las preferiste a ellas, quedas despedida, no te quiero cerca a Hugo.


La bruja comenzó a negar con la cabeza, rogaba que la perdonara, que—, ¡Cállate!, si Draco no tuviese el hechizo de protección hubieras herido a Hugo —gritó exasperado Ron.


—¡Mentira! La señora Ginny me dijo que sólo haría daño al mortífago.


El chillido del niño por no obtener la atención de su padre hizo que Ronald ordenara a Draco llevarse a Hugo a la mansión, mientras él arreglaba la situación con su empleada, eso le dolió a Sophie que comenzó a llorar pidiéndole disculpas. Malfoy sintió el desprecio con que Weasley pronunció la palabra, entendió el dolor de la bruja porque en todos esos meses vio como para el pelirrojo ella era parte de su familia, lástima que se dejó llenar la cabeza de tonterías, y eso no era conveniente en la cruzada que tenían.


Se despidió y salió a la manor.


A las nueve de la noche Weasley llegó por su hijo, estaba cansado, triste, no comprendía cómo dos personas tan capaces como su exesposa y hermana habían caído tan bajo. Draco lo abrazó frente a la cuna que mantenía al pequeño Hugo jugando con las figuras de pequeños dragones y unicornios que danzaban a su alrededor. No eran una verdadera pareja, pero a veces se comportaban como tal, Ron agachó la cabeza para capturar los labios del platinado que respondió con gusto el suave beso.


—Fui un estúpido por tanto prejuicio, eres precioso, y un buen amigo Draco.


—Los amigos no se besan así —dijo el ojigris pasando los brazos por el cuello del más alto—. ¿Quieres darte una oportunidad?


—Cuando sanemos y tengamos a Scorpius con nosotros —le contestó escuchando la risa de Hugo en la cuna que se acercó para que lo cargaran—. Como dicen los muggle, si nos unimos ahora seríamos dos perros lamiendo sus heridas, y no quiero más relaciones por necesidad de cariño.


Draco le dio la razón, se pusieron a jugar con el niño hasta que se quedaron dormidos, al día siguiente una manta los cubría a los tres, ambos sonrieron sabiendo que Narcissa los había visto.


El 31 llegó y con este los arreglos en las casas paternas, Ron habló que iría con Hugo a la Madriguera, para celebrar el fin de año con sus padres y hermanos, debía contarles que despidió a Sophie y las razones, y luego buscar una casa a la cual mudarse, no quería estar en ese lugar donde sabía que la loca de Granger podría entrar  y hacerle daño a su bebé. 


Cuando iba a marcharse, con el mismo estoicismo de siempre, Lucius lo detuvo y le pidió a Draco entregarle el regalo que le tenían.


—Parkinson hizo unos arreglos y recuperó algo que te pertenece —Ronald leyó los documentos sin dar crédito a lo que decían, tantos años viviendo tan mal y con la herencia Prewett a su disposición—. La fortuna le pertenece a Hugo, pero como es un niño tu eres su albacea, un heredero legítimo criado como una de las familias de los Sagrados Veintiocho, por eso, los duendes te esperan para que firmes los respectivos pergaminos.


Ronald sonrió y sin importarle lo que pensaran, abrazó primero a Lucius que quedó más blanco de lo que era, a Narcissa y a Draco, agradeció por toda la ayuda suministrada, cargó a su niño para marcharse a Gringott, y de ahí a tomar posesión por el ritual de la herencia de Hugo.


Ese día los Malfoy visitaron a los Greengrass, el padre de Astoria les entregó el cargo que ejercía en la inversora, la familia se mudaría a Estados Unidos, ellos necesitaban descansar, vivir el luto de su hija, y de la desaparición de Scorpius a manos de quien estuviese detrás de la Vendetta que tenían contra los Malfoy. Se despidieron en buenos términos, pero sabían que no volverían a verse.


A medianoche, después de una década, los Malfoy retomaban la tradición de Janus  como debía ser y no a las carreras como estaba el señor Tenebroso. El rito reforzaba el vínculo mágico familiar, y en esa ocasión también significaba que Draco recibía el legado de su apellido .


El ritual dio inicio a la hora estipulada, la casa envolvió al nuevo líder de la estirpe, y como mandaba la tradición cuando ya se tenía un hijo, Draco dijo cuál era su sucesor, y selló el pacto.


Con aplomo cortó su mano para colocarla sobre el escudo familiar que se encontraba en el suelo del salón central de la mansión, percibió años de tradiciones e historia, los murmullos de los cuadros y las voces de los elfos domésticos aceptando a su nuevo patrón.


Al finalizar Lucius con la entrega de las propiedades y las bóvedas de Gringott, Narcissa dio paso a la segunda parte del juramento, la que protegía a las familias de ser despojadas de sus capitales o destruirlos por completo, algo que ayudó a Harry a ser nombrado como un Black.


«Mi sangre se mezcla con mi hogar, todo lo que es mío será de quién concebí en la unión sagrada de mi matrimonio con Astoria Greengrass.


Soy su padre, sólo yo tengo su custodia, nada de lo que por ley natural le pertenece podrá ser tocado por él hasta que yo haga la cesión como hoy mi padre la hace conmigo. Cualquier contrato verbal o escrito hecho por mi o por mi esposa antes de este rito queda abolido, es nulo ante la ley de los magos y por las notas de la Magia Ancestral.


Yo reconozco a Scorpius Hyperion Malfoy Greengrass, como heredero, al cuál daré su lugar cuando cumpla con lo que la magia y la sangre Malfoy y Black exige, él no podrá acceder, ceder o transferir su herencia y fortuna a nadie. Si mi muerte llega antes de que cumpla los requisitos, sus albaceas son Pansy Parkinson y Daniel Stevenson, y a los veinticinco años obtendrá su legado por medio de este rito.


Y si la Magia me premia con un heredero más, la fortuna se dividirá en partes equitativas, uno mantendrá el apellido en Inglaterra y el otro en Francia».


La Manor brilló cuando la magia de Draco se dispersó por el lugar, algo que también sucedió en cada una de las propiedades que ahora le pertenecían. Después de la ceremonia cenaron en el comedor una abundante comida con platos que estaban preparados con miel, dátiles, pasas, pasteles e higos, una dulce bienvenida al año nuevo.


Lejos de allí Potter se dio cuenta de la energía que liberaba Eris, Draco se comunicaba con su hijo traspasando cualquier barrera.


Scorpius fue envuelto por la protección de su apellido, Cameron le había dicho a Harry que debía hacer la ceremonia porque sin duda los Malfoy romperían el trato de la custodia que le cedió Astoria, se demoraron demasiado por la bendita cena familiar con los Weasley, a quienes parecía no importarles esa renovación, o por lo menos a la mayoría, ya que Molly disculpó a Ronald avisando que se hallaba en la antigua casa Prewett haciendo el ritual.


Cuando llegaron a la casa Black, Sandoval le explicó a Harry que era demasiado tarde para cortar la línea de magia con los Malfoy, pero no para mantenerlo en el árbol genealógico que era el símbolo de poder que instauró Arcturus Black en Grimmauld Place.


Al igual que los Malfoy, Potter repitió la ceremonia como heredero de los Black, lo hizo en compañía de Andrómeda, Teddy, sus dos hijos y Cameron. Repitió las palabras que la castaña le decía, eliminando cualquier lazo con Ginevra y con Hermione, ellas significaban un riesgo para su posición social y económica, porque ni siquiera el círculo mágico había permitido su entrada a la habitación donde estaban. 


Harry notó como las figuras quemadas por Walburga aparecieron intactas junto con sus uniones matrimoniales y descendientes en el mural Black.


Debía continuar con el juramento.


Esta vez fue Sandoval quien le pidió pronunciar lo que daría estabilidad a su familia. Determinó que a los herederos la fortuna se repartiría en partes iguales entre Edward Lupin Tonks, y sus hijos vivos.


De inmediato la magia apareció tres líneas rodeando los cuervos del escudo, el primero cambió sus ojos a un hermoso color pardo con tonos amarillos similares a los de un felino como los de Teddy, el segundo poseía el color de la moldavita verde propio de Albus, el último permaneció con los ojos cerrados. El cielo estrellado del emblema brillaba y las tres figuras aparecieron en el árbol genealógico de los Black. Debajo de ella estaba su hija junto al nombre de Remus, de ellos salía la línea de su nieto.


Del retrato de Sirius se desprendía un fuerte cordel dorado y negro que llegaba a Harry que resaltaba por ser el actual Lord Black, de este salían su dos descendiente, Albus Severus Potter, unido al retrato difuso proveniente del hijo de su hermana menor Narcissa, que a su vez se vinculaba con el de Potter.


Al finalizar, Harry detuvo a la castaña.


—Sabes la verdad, y a quien mi magia está unida, te pido que lo mantengas en secreto.


—Eris... —alcanzó a pronunciar Andrómeda.


—Es "nuestro" hijo.


La viuda Tonks se asustó, el brillo en los ojos de Potter no le gustó, y por primera vez se dio cuenta que del pequeño Harry no quedaba nada.


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