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Angra Mainyu por Mascayeta

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Ginevra se encontraba organizando los últimos detalles de la alcoba que compartirían con Harry en la hacienda Prewett.

En esas semanas había logrado convencer a su cónyuge de entregar a Andrómeda en representación de Teddy, la casa Black, aunque la bruja casi no acepta, el saber que sería parte del legado de su nieto, fue lo que la convenció obteniendo que los pergaminos de propiedad y traspaso se legalizaran en menos tiempo del estimado.

Tan sólo quedaba saber que haría con los dos chiquillos que presentaba como sus hijos. Ginny desde hacía tiempo reconoció que no poseía un instinto maternal, tal vez el crecer con tantos hermanos le hizo aborrecer todo lo relacionado con los niños. Por eso, cuando Aramazd y Astoria le dijeron que los embarazos de James y de Albus, y querer a Scorpius, era una manera de mantener a Harry a su lado, no pudo corregirlos. Aunque esa acción no le sirvió para nada; por eso, tan pronto pudiese, se desharía de los dos pequeños.

Al menos no tendría que soportarlos hasta la llegada de la persona que se encargaría de ellos, ya que estaban con Andrómeda, quien entrenaba a la niñera de los mocosos. Deseaba que esa bruja fuese fácil de manipular, ya se le ocurriría como colocarla de su lado para no tener que lidiar ni con su familia ni con nadie que la alejara de Harry.

De ahí la importancia de completar el hechizo, Aramazd le recalcó que para conseguir la sumisión de Harry era necesario que copularan, y sobre todo, que él declarara que la amaba, o dijera en el momento del orgasmo su nombre, de esa manera la energía de ambos borraría el lazo que forjó con su pareja destinada, provocándole un nuevo vínculo con ella, pero lo mejor, sin duda, era que Malfoy moriría porque la magia la bendeciría como pareja oficial de Potter ante las leyes del mundo mágico.

Observó la hora, debía comenzar a arreglarse para la asamblea en el Ministerio. Ese día se reunirían los Sangre Pura para decidir, si seguían con los Sagrados Veintiocho, o se cambiaba por una estructura política y económica más adecuada a las transformaciones del mundo moderno, y que los ayudase a sobrellevar las filtraciones de los inventos de los muggle que ingresaban con mayor frecuencia, convirtiéndolos en presas fáciles de amenazas que no conocían o dimensionaban.

Escuchó a Molly llamarla desde el corredor, le dio permiso para entrar mientras terminaba de maquillarse, debía lucir como lo que era, Lady Prewett, digna esposa de Lord Black, el Salvador del Mundo Mágico.

—Ronald estará presente en la reunión, te recomiendo que lo traigas de nuevo a la familia —la pelirroja mayor le mostró un papel con un hechizo de compulsión—. Quiero a Hugo con nosotros, es un Weasley, a pesar de haber sido catalogados como Traidores a la Sangre, la verdad es que no tienen más herederos, Arthur se comunicó con varios conocidos, y parece que, si puedes hoy interceder por él en el comité, tendríamos varias bóvedas en nuestro poder.

—Durante años no te importó vivir de sobras teniendo el dinero disponible de dos herencias, haré lo que pueda, pero deberías preocuparte más por la sociedad entre mi padre y Harry, igual, el también es un Black.

El gesto de Molly fue de desagrado, pero lo que menos podía era discutir con Ginevra, necesitaba que su dulce muchachita creyera que la manejaba, una vez tuviese la posibilidad de entrar a la habitación que viene y va de los Prewett, podría corregir los errores que cometió.

Preguntó por sus nietos, al oír que estaban con Andrómeda se recordó hacerle una visita a la Black, que desde que retomó su relación con Narcissa Malfoy, se había vuelto insoportable, y ese metamorfo hijo de Lupin era un fastidio, más cuando Arthur parecía fascinado por la manera como el niño le ayudaba con objetos muggle que le llamaban la atención, y que mejorarían la empresa de automotores.

Prefirió despedirse alegando que había cumplido el objetivo de la visita, además Harry la debía estar aguardando en el atrio del ministerio, ya que la hora de la reunión se acercaba. Ginevra se despidió con un leve abrazo y desapareció tras su madre en la chimenea de la red flu.

Al llegar al Ministerio, las cámaras de El Profeta sonaban tomando fotografías de los Sangre Pura que arribaban a la ceremonia, la que se convirtió en un evento más importante que la misma elección del Ministro.

Los rumores de la destitución de Hermione Granger se hacían más reales en la medida que la Asesora se encargaba de los asuntos del Ministerio, el C.I.M. tenía prohibido intervenir en política de un país, sin embargo, en casos de inestabilidad como el que vivían, eran los comisionados de evitar la anarquía.

Harry le sonrió al ver llegar a Ginny, se acercó besándola con delicadeza, los gritos por muestra de afecto de la famosa pareja que parecía en una segunda luna de miel, fueron la comidilla de todos. Además, porque estaban invitados a formar parte de la Asamblea, cuando hasta hace poco la Weasley era considerada una traidora a la sangre, y Harry era un mestizo, pero heredero de dos casas ancestrales, la Black y la Potter.

A las catorce horas en punto entró la Asesora Bertha Vogel seguida de Cameron Sandoval y Draco Malfoy, los asistentes se levantaron saludando a los que presidirían la reunión, para Ginevra ver tanto ceremonial a semejantes estúpidos la llenó de fastidio, sin embargo, debía fingir para mantener la curul que tras años de rechazo le devolvían.

Los puntos de la agenda se resumían a tres, presentar al dirigente de los Sagrados Veintiocho, hacer una revisión de la sostenibilidad del grupo, y elegir al nuevo representante de las familias sangre pura en el mundo mágico nacional e internacional, el mismo que tendría la posibilidad de ir por el cargo de presidente del Congreso Internacional de Magia cuando se dieran las elecciones programadas para dentro de cinco años.

Vogel explicó la razón de su liderazgo en el cargo donde debía estar la ministra Hermione Granger, fue sorpresa para muchos saber que se le destituyó por una investigación en su contra relacionada con la declaración que forzó al heredero Malfoy a firmar, así como a que no se tenía claro en donde estaba el dinero que se le confiscó a quienes se les aplicó el decreto de Justicia y Reparación.

—La señorita Granger desconoce gran parte de las normas de los Sangre Pura, más allá de estar sujetos a la legislación mágica, las casas mantienen un código particular que nos ha permitido sobrevivir a los embates del mundo de los no-mag —habló Vogel procurando no dar más detalles de toda la información que se tenía en contra de la bruja—. Por tal motivo, procedo a darle la palabra al jefe de los Sagrados Veintiocho.

Ginevra sonrió, pobre hurón, tan pronto terminara su discursito, Maxwell presentaría al comité las fotografías que demostraban que Lucius y Narcissa nunca estuvieron en el riesgo que los salvó de Azkaban, y que Draco debía volver a la prisión por ser la zorra de Voldemort.

El platinado la miró con la misma suficiencia de siempre, Ginny lo vio cerrar los ojos e inhalar con profundidad, la mueca que llamaba sonrisa la hizo temblar, parecía complacido con su aroma, pero lo que más le sorprendió fue notar que el color gris de su iris desapareció para mostrar un profundo negro rodeado de un refulgente rojo.

Draco percibió una sensación nueva en Angra, acababa de dar con la segunda de sus presas, sintió lástima por la comadrejilla, su obsesión por Potter la colocó en una posición de la cual no midió las consecuencias.

«¿La segunda de tus víctimas?» cuestionó a su residente.

«Es hora de descansar Draco, de aquí en adelante yo me haré cargo».

 

Andrómeda revisó los ejercicios de aritmancia de Teddy, al niño se le facilitaban los números, pero sin duda la idea de él era seguir los pasos de Nymphadora, varias noches lo escuchó hablando con la fotografía de sus padres contándoles como sería el mejor Auror de todos los tiempos, superando incluso al afamado Harry Potter. Le dolía ver como ese amor por el peligro parecía un gen heredado a todos los Tonks, y el de obsesión a los Black, porque cada vez más notaba que su nieto no pararía hasta hacer realidad ese sueño.

La chimenea del despacho se iluminó mostrando las llamas verdes que daban paso a una pareja que hacía días no veía.

El saludo de los Weasley fue tan insultante como la manera en que Molly miró a Teddy, por educación, Andrómeda pidió al niño, a través de la conexión mental que le enseñó junto con la oclumancia, subir a su cuarto y encerrarse, no debía salir hasta que Kreacher fuera por él.

—¿A qué debo la visita? Desde Janos no nos hemos visto.

—Algo que me alegra —repuso Arthur cogiendo el cuaderno muggle donde el pequeño Lupin había hecho su trabajo—. No hay que fingir Andrómeda, sabes bien a que venimos con Molly, ¿Quién es la persona que cuidará a Albus y a Eris?

—Es un mago, un sangre pura —dijo la castaña quitándole el material de estudio de Teddy y guardándolo en uno de los cajones del escritorio—. Pero, como bien dijiste, no finjamos ser amigos, y díganme qué desean.

Molly sacó un pergamino que le pasó para que leyera, la mayor de las hermanas Black sonrió, no se podía esperar más de unos traidores a la sangre.

—¿Tu hija y Harry saben de esto? —la pareja de pelirrojos no respondió, por lo visto, eso era algo que hacían por cuenta propia—. Es cierto lo que dice aquí, Arthur es un Black, sin embargo, el heredero es Potter, ya que fue a quien Sirius legó el título de Lord. Así que cualquier cosa que haga yo, no será asumida por la magia de la casa y de los duendes de Gringott.

—Minucias querida —fue el momento de hablar de Molly, Andrómeda se estaba dando cuenta que muchas cosas dañaban la mente y el corazón de las personas, pero había otras que siempre estuvieron ahí, esas que sólo cuando se tenía la oportunidad salían a flote—. La reunión donde están Harry y Ginny corregirá muchas de las estupideces que los Sangre Pura mantienen, eso validará tu firma. —¿Qué te hace estar tan segura Molly Weasley?

La pregunta la hizo Narcissa que entraba desde la sala principal, una de las ventajas de la casa es que tenía varias líneas flu que se activaron cuando Harry hizo el juramento de Janos, unas que nunca se abrieron para Sirius por protección de Walburga, quien no confiaba en varios de los de la Orden del Fénix, como se lo gritó en más de una ocasión cuando fue a visitar a Tonks.

Una carcajada acompañada de aplausos solitarios resonaron en la estancia.

—Únicamente falta la loca de Bellatrix para que las tres hermanas Black Rosier estén completas, y vean lo patéticas que son.

Los insultos de la mujer llegaron como dagas a Andrómeda y Cissy que se cogieron de la mano para darse fuerza, y controlar las ganas de asesinar a la regordeta bruja que se burlaba recordándoles los errores de Bella, al igual que las falencias de su difunta hermana.

—Tienes razón Molly, Bellatrix se obsesionó con el señor Tenebroso, pero los que la enloquecieron fueron los magos que se llaman de la Luz —repuso más calmada Andrómeda tomando asiento con Cissy al lado—, lo mismo que tu hijita quiso hacerle a Draco.

—Y en cuanto a nosotras, mi marido fue quien les dio la fortuna de la cual tu y tu familia están disfrutando a través del casamiento con el heredero Black.

—Por último, si yo soy una pobre tonta por haberme casado con un inútil como Ted Tonks, ¿qué eres tú? Al menos yo no me llené de hijos y viví en la miseria, convirtiéndome en una “cerda cachona”.

El hechizo de congelamiento que Molly lanzó para destruir a Bellatrix, fue el que utilizó para borrarles la sonrisa por el apodo que durante años produjo vergüenza en sus hijos cuando estaban en Hogwarts, rebotó dando contra una de las paredes del despacho.

La magia de la casa protegió a sus descendientes legítimos, mientras los elfos de los Black que trabajaron con Harry, y liderados por Kreacher, se paraban delante de las hermanas.

—¡Largo de aquí!

—Maldito elfo, Avada kad…

El golpe de luz que detuvo la acción de Arthur se sintió como cientos de agujas clavándose en el cuerpo de Molly y el pelirrojo, los gritos por el dolor se mezclaban con la solicitud de que pararan el castigo.

Detrás del escudo Cissy y Andrómeda se miraban sin entender cómo los elfos podían manejar esa maldición, una creada por Druella Black como parte de la protección de sangre a sus descendientes cuando fueran atacados a traición.

—Ya oyeron a mi elfo, ¡LARGO DE MI CASA ALIMAÑAS!

Teddy brillaba por completo con el aura de un lobo rodeándolo, ese sin duda sería su Patronus, uno que marcaba la ascendencia de licántropo, sin embargo, para las dos brujas Black era la señal de del perdón y reconocimiento que Cygnus y Druella hacían al niño, identificándolo como parte de la estirpe.

Arthur cayó de rodillas mientras Molly trataba de sostenerse de pie evitando demostrar debilidad, cuando ambos normalizaron su respiración se ayudaron entre sí para salir, no obstante, en un rápido movimiento la señora Weasley disparó una maldición que rebotó dándole de lleno en su cuerpo.

—Nunca vuelvas a atacar a mi familia, las puertas de esta casa junto a todas las propiedades Black que pertenecen a mi padrino Harry James Potter Evans, quedan cerradas para los Weasley, cualquiera que desee entrar lo hará sólo bajo mi consentimiento.

La pareja de pelirrojos salió despedida del lugar apareciendo en uno de los pantanos que rodeaban La Madriguera. Molly se levantó con la mayor rapidez que pudo, los signos del hechizo utilizado para derrotar a Teddy y las hermanas Black, pronto aparecerían, por eso debía actuar con rapidez, el único que podía curarla era Aramazd, y eso equivalía volver a la casa Prewett lo antes posible.

Una vez se aseó y arregló apropiadamente con las lujosas túnicas que desde hacía varios años obligaba a Ginny a comprarle, se dirigió a la chimenea, en la sala Arthur también se había recuperado del ataque y cambiado de atuendo, listo para marcharse.

—¿Tienes una amante Arthur? —la pregunta salió sin proponérselo, pero en ese instante recordó el insulto de Andrómeda, “cerda cachona”.

—Los filtros de amor deben renovarse, Molly te amé, pero hace mucho descubrí que para ti lo único importante en esta vida es Ginevra, y porque ella podía darte todo aquello a lo que renunciaste al seguir a Albus Dumbledore.

—¿Quién es? —para la pelirroja el saber que era cierto, derrumbó la fortaleza que muchas veces obtuvo de su hogar—. Yo siempre te he amado, yo te amo Arthur.

La risa de su marido acompañada de la negación con la cabeza le causó un gran dolor en el corazón, así como aceleró los efectos de la maldición en su cuerpo.

—Confórmate con saber que es una mujer hermosa y que me permitió retomar mi voluntad, una que me robaste con años de hechizos de Compulsión y Sumisión.

Molly observó a Arthur subir rumbo a su habitación, sabía que no podía dejarlo ir, pero de nada le serviría sino sanaba con ayuda de la esencia mágica, más tarde hablaría con él.

Limpió las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas y salió rumbo a la hacienda Prewett, al llegar, se encontró con otra discusión de la cual no quería ser partícipe.

Ginevra le dio una bofetada a Harry que de inmediato respondió sujetándola de las muñecas con fuerza.

—Te guste o no, es una orden del Ministerio, y si ellos dicen que Draco es el niñero de Albus y Eris, así será.

—Claro, siempre supiste que ese mortífago era al que designaron para meterlo en nuestra casa —dijo Ginny liberándose del agarre, para colocar una de sus manos en la frente, mientras la otra la tenía en la cintura—. ¡Nada Harry!, ¡nada obtuvimos con Hermione en el Ministerio!, la muy imbécil se dejó pillar en todo, lo más seguro es que tu amante termine en Azkaban.

—Al igual que el imbécil de tu abogado, ¿Cómo se te ocurrió decirle que interrumpiera con semejantes pruebas?

Ginny se dejó caer en el sillón de la sala dándose cuenta de la presencia de Molly.

La saludó para pedirle que se sentara, no esperó por una respuesta y comenzó a narrar lo sucedido en el Comité.

—¡Por Melín! Así que el esposo de mi pequeño Ronnie es el líder ratificado del anterior grupo de los Sagrados Veintiocho —la felicidad de la bruja mayor era demasiada, eso implicaba que no debían recurrir más a la sangre sucia, podían sacarla por completo de sus vidas, y ya sabía cómo—. Es una muy buena noticia Ginny, debías llamar a tu hermano y a mi yerno para que vengan a cenar, yo iré a preparar las cosas, y si no quieren ir a La Madriguera podemos hacer la cena aquí, ¿están de acuerdo?

Para Harry la actitud de Molly no fue normal, además que vio el temblor en sus manos y la manera como la esclerótica se iba coloreando de a pocos con la sangre que empezó a caer en forma de lágrimas. El grito de Ginevra y la manera en que corrió a socorrerla, disipó el pesado ambiente que la discusión de la pareja mantenía, colocando como prioridad la salud de la matriarca.

Potter propuso ir por un médico particular, e informarle a Arthur para que estuviese lo antes posible en la casa Prewett, Ginny asintió mientras con ayuda de la magia de uno de los elfos domésticos, levitaba el cuerpo de Molly hacia una de las alcobas de huéspedes.

Cuando las dos pelirrojas estuvieron a solas, la mayor le comentó a su hija lo acontecido con Andrómeda, por lo cual, tan pronto comprobó que Harry no estaba en la casa, se dirigió con Molly a la habitación “viene y va”.

A diferencia de la primera vez que entró allí, en el centro de la estancia, sobre el pilar estaba sentado lo que le pareció un ángel.

—¡Ayúdala! Ella es tu primera ama, y la que me cedió tu control, ¡Te ordeno que la salves!

—Ella buscó su destino, yo no puedo hacer lo que me pides.

Ginevra se levantó tras colocar con delicadeza a Molly en el suelo, abrió un libro que hizo aparecer y comenzó a recitar un hechizo de lealtad y servidumbre.

Aramazd se desvaneció para colocarse frente a ella, los ojos cafés de Ginevra repasaron la apariencia del hombre que semanas atrás se veía débil y cansado, al igual que en el Ministerio, percibió la corriente que le estremeció, no era normal, más cuando lo vio olfatearla como hizo Draco Malfoy.

—No lo leas, eso sólo servirá para que tu castigo sea más doloroso.

—Salva a mi madre y no tendré que hacerlo —replicó entre dientes viendo el color blanco de los ojos del hombre ante ella—. Todavía te controlo, así que ni juegues conmigo.

La risa de Aramazd fue suficiente para que Ginny notara que la habitación ardía en las paredes con llamas definidas, pero que no liberaban humo, cuando el espíritu se desvaneció, Molly se encontraba rodeada de un líquido oscuro similar al petróleo, pero estaba bien.

Subiéndola a la alcoba que le entregó cuando llegó, se quedó acompañándola, cerró los ojos cansada del día que vivió, quedándose dormida rápidamente.

En el sueño Ginevra veía dos entidades brillantes que caminaban con dirección a ella, no obstante, un gemido la hizo voltear notando a dos hombres que se besaban mientras unos niños reían llamándolos “papis”.

Cuando los tuvo cerca, extendió la mano para sujetar al ojiverde en lo que pronunciaba su nombre, Harry posó los ojos en ella para verla sin hacerlo.

—¿Pasa algo amor? —preguntó, en el sueño de Ginny, el platinado que tenía a los pequeños de la mano.

—Un molesto zumbido, pero nada importante, vamos, los niños deben estar cansados —Harry besó a Draco otra vez, pronunciando con fervor lo que ella quería escuchar de los labios del azabache.

Al abrir los ojos Ginevra lloraba, ante sí estaban Harry y Arthur, que le recomendaron ir a descansar, ya Molly se encontraba fuera de peligro.

Potter la acompañó hasta la habitación que se suponía era para ambos, la ayudó a cambiarse con un hechizo y la recostó en la cama matrimonial. Ginny lo tomó de la mano haciendo que el ojiverde se sentara a su lado.

—Por favor Harry, duerme aquí, conmigo, y hazme el amor.

 

El heredero Black acarició la mejilla de la pelirroja, le dio un beso en la frente susurrando un Desmaius, después de eso, todo fue oscuridad para Ginevra.


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