Te amo, Kakashi
-Buenas tardes damas y caballeros. El día de hoy vamos a empezar el juicio contra Umino Iruka por el crimen ocurrido hace un mes y que fue acusado y denunciado por el Departamento de policía de Konoha y el Estado.-
El acusado, Iruka, estaba sentado en primera fila escuchando el juez Sarutobi que acababa de hablar sin mostrar ningún signo de arrepentimiento o de malestar ante el juez, los abogados. querellantes y Kakashi que estaban en el tribunal para su juicio.
La sala de tribunal estaba vacía excepto por las personas que obligatoriamente debían estar en el juicio y dos cámaras de televisión que estaban mostrando el juicio del profesor de escuela que había afectado y enojado a todo el país. Prácticamente todos odiaban al Profesor Umino por lo que había hecho, más aún cuando había mentido y actuado tan bien ante todos.
-Umino. Ven al estrado y cuenta todo lo ocurrido exactamente todo lo que recuerdes acerca de tu crimen. Como empezó y terminó. Recuerda que esto ya lo habías contado antes nuestro psicóloga penal.-
Iruka suspiró y solo miró al juez Sarutobi. Y mentir, ¿para qué mentiría? No hay razones para mentir ahora. Solo debía contar todo y hacerles saber que Kakashi, su esposo, también era tan culpable como él mismo.
Caminando hacia el estrado y mirando hacia las pocas personas que habían en la sala, comenzó a narrar.
-Bueno, recuerdo que todo comenzó cuando Kakashi, mi marido, lo veía cada vez más alejado de mi. Llegaba tarde del trabajo y se iba apresuradamente en las mañanas, estaba comenzando a sospechar de que él me estaba engañando. ¡A mi! ¡A su jodido esposo! Esos me enfurecía sobre manera. Porque ¡joder! Teníamos tantos jodidos años juntos ¡y él estaba llevando a la basura nuestra historia juntos! Nuestro amor, ¡mi amor por él!-
Las cámaras de televisión estaban enfocadas en el ex profesor mientras los televidentes miraban atentamente el juicio. No podían creer que un ser así existiera o que él estaba encargado de educar a los niños menores...
-Así que se me ocurrió re-conquistar a Kakashi.- Prosiguió Iruka. -Me compré ropa sexi para nuestra intimidad, dejé a nuestros hijos al cuidado de un amigo de la familia y lo esperé ansiosamente volver a amarnos, como era antes. Y funcionó, o al menos funcionó por ese momento pero en la madrugada, cuando él estaba durmiendo y yo despierto pensando en nuestra felicidad le llegó un mensaje coqueto. Aún lo tengo en la memoria grabado con fuego. “Cariño, te tengo una sorpresa para la tarde de hoy. Dile a tu marido que no llegarás a casa. Te amo” y eso me enfureció. El muy perro me estaba jodidamente engañando.-
-Pero me traté de calmar. Teníamos a dos hijos juntos, adoptados desde que eran pequeños, niño que él amaba y sabía Kakashi no me iba a dejar solo, o al menos no solo con nuestros hijos por lo que no me podía dejar llevar por la locura. Tenía mi trabajo como docente de ciencias y era importante para mí. Era el sinónimo de mi libertad e independencia porque a pesar de que Kakashi era el que más dinero traía a casa yo no estaba pobre tampoco. Tenía mi empleo y mi título. Y eso nadie me lo podía quitar, ni siquiera mi amor por Kakashi.-
-Pero el ver que todos los jodidos y malditos días MI marido llegaba tarde o ni siquiera llegaba a casa y que los niños seguían preguntando por él me hacía enfurecer como nunca antes lo había hecho y así un día me aburrí de todo. Que se joda Kakashi, que se joda su amante. Que se jodan todos.-
-El día que maté a mis hijos, a Sasuke y a Naruto, les había dicho que no fueran a la escuela, que nos quedáramos juntos en un día de flojera entre ellos y yo.-
-Recuerdo exactamente pensar y recordar que para Kakashi, nuestros hijos eran lo más valioso para él y que haría y hacía todo por sus hijos. Eran su máxima felicidad, pero si él no era feliz conmigo, tampoco lo sería con nadie y si para quitarle la felicidad era necesario matar a mi hijos, lo haría. Y lo hice. Lo hice por él, por nosotros. Y no me arrepiento de nada.-
-Nuestra casa estaba a la afuera de la ciudad y nuestros vecinos estaban un poco alejados, por lo que estaba seguro de que nadie podría escuchar los gritos de los niños.-
-Ese día tomé un martillo que teníamos en el sótano y fui a la sala de estar, en donde teníamos la televisión y Sasuke y Naruto estaban viendo una película. Estaban sentados en el suelo con una manta y palomitas.-
-Primero agarré a Sasuke, lo golpeé tan fuerte con el martillo en la cabeza como pude. Instantáneamente sentí como se desvaneció, como la muerte lo alcanzaba. Naruto vio todo eso y gritó. Nunca antes había escuchado un grito tan fuerte y desgarrador como ese día. Me vio con el martillo en la mano y lo que le había echo a Sasuke y solo atinó a correr y yo no podía dejar de que él pudiera escapar, así que lo perseguí escaleras arriba, estaba yendo a su habitación, o eso supuse.-
-Pero él no era tan rápido como yo, supongo por las piernas cortas que tenía, y lo alcancé. Le agarré la pierna y le di un golpe con el martillo en la cabeza. No sé porqué, pero toda mi furia me alcanzó y le di golpe tras golpe tras golpe. Le destrocé la cabeza y vi como la materia gris salía de su cabeza. Era una vista impresionante. Algo que hubiera explicado en mis clases de ciencias.-
-Lo tomé con cuidado y lo dejé en el suelo junto a su hermano. Pero de repente vi que Sasuke todavía respiraba y unos quejidos débiles, por lo que volví a golpear tan fuerte con el martillo en su cabeza para que finalmente muriera.-
Y Kakashi, quien estaba en el juicio en silencio no pudo evitar que un sollozo se le escapara de la garganta. No podía creer que su ex-esposo le haya hecho eso a sus niños, sus hijos. Ese ser ya no tenía humanidad.
E Iruka, quien lo estaba mirando atentamente solo dijo:
-Kakashi, eso lo hice por ti. ¿Qué acaso no lo ves? Sin ellos, tu felicidad solo podía recaer en mi. Yo te amo.-
Pero Kakashi solo cerró los ojos y se aguantó el llanto. Iruka no merecía verlo sufrir.
-Umino, como el juez te pido que solo cuentes lo que ocurrió y no hablar con el denunciante. Este es un juicio, no un encuentro pasional.-
Iruka solo miró con odio al juez mientras las cámaras de televisión mostraban a Kakashi aguantando las ganas de llorar y la cara de odio del acusado.
-Y siguiendo con ese día, fui a buscar una pala que teníamos, un par de sábanas viejas, un saco de cal que había comprado un tiempo antes y detergente en polvo. A los niños le eché la cal encima y el detergente en polvo que había escuchado que los traficantes de drogas envuelven los paquetes de mercancía en detergente para que los perros se confundan y no huelan lo que traen. Pensé que podía servir para evitar el olor de la sangre y que la cal podía secar más rápidamente los cuerpos.-
-Ya cuando estuvieron listos los subí a mi auto y me acerqué al bosque. Y no por primera vez estuve agradecido de que nuestra casa estuviera cerca del bosque. Pero también sabía de que los policías podían rastrear las huellas de mi auto, por eso solo me acerqué al lugar. El resto caminé con los niños en mis hombros y la pala en mano. Recuerdo haber caminado unos 30 minutos hasta encontrar el lugar perfecto. Cavé cerca de una hora y puse a los niños en ese agujero. Y si los animales del bosque los encontraban, al menos serían comidos y no me tendrían que acusar necesariamente a mi.-
-La hora no era una preocupación mía, tampoco las personas porque los los fines de semana y los lunes eran los días libres de las personas que hacían aseo en nuestra casa. Ya cuando llegué me dediqué a limpiar el lugar y abrir las ventanas y las puertas para que se fuera el olor a sangre. Finalmente lo había hecho. Y como dije anteriormente, no lo hice solo por mi, sino que lo hice por Kakashi también. Para recuperar nuestro tiempo y retomar el amor que sentíamos el uno por el otro.-
-Recuerdo que él llegó a casa y no estaban los niños. Él se puso nervioso y ansiosos buscando a los niños casi al instante y yo... Bueno, me puse a actuar como si tuviera angustia. ¡Hasta lloré con lágrimas reales ante la policía! Acusamos un secuestro y no sé cómo ni porqué, pero todos se enteraron de que habían desaparecido mis hijos. ¡Hasta la televisión! Y ni hablar de las redes sociales, estaban llenas de mensajes para poder encontrar a Naruto y Sasuke pero todo se fue al carajo cuando un policía, específicamente el policía Ibiki sospechó de mi y fue a investigar al bosque y habían encontrado los cadáveres. Y no tengo idea de como lo hizo, pero me descubrió. Me interrogó y vio a través de mi. Y lo felicito, es un hombre extremadamente inteligente. Y me ven aquí, arrestado y lejos de mi amor.-
Todos en la sala del juicio estaban afectados de una u otra manera. Kakashi ya no pudo aguantar las lágrimas y estaba llorando libremente. La psicólogo penalista estaba tomando notas y considerando que Umino era un psicópata peligroso y los demás estaban impactados sobre como el ex-profesor había narrado todo tan fríamente y sin ningún gesto de angustia, tristeza o arrepentimiento.
El juez Sarutobi, mientras tanto, estaba tomando las notas suficientes y mirando el expediente del caso. Ya tenía la sentencia, solo la debía decir pero a pesar de su edad, siempre le terminaban impactando estos juicios, estas personas que no consideraban a nada ni a nadie si es que no era o es para beneficio personal.
-Yo, como el juez, te considero culpable de doble parricio y te condeno a doble cadena perpetua sin el beneficio de libertad condicional. Juicio acabado.-
-Juez.- Dijo Iruka. -¿Me permite unas palabras finales?-
Pensando que no habría daño, Sarutobi lo permitió.
-Kakashi, sé que estás llorando, pero esto, el que haya matado a los niños lo hice por nosotros, lo hice por ti. Nunca llegabas a casa y sabía que nos ibas a dejar y si Sasuke y Naruto eran el problema mayor, no había mejor solución que sacarlos de la ecuación. Te amo Kakashi.-
Las cámaras de televisión siguieron todo el proceso y la gente que lo estaba viendo desde sus hogares se alegraron por al menos, tener un psicópata menos en las calle.
Pero Kakashi... Kakashi no pudo aguantar el dolor y se terminó suicidando dos semanas después en la casa que había compartido con su ex-esposo e hijos.
~Fin.