# Alguien especial. #
Buck estaba silencioso como pocas veces y eso no pasó desapercibido por Hen quien curiosa se acercó a él.
-¿Qué pasa Buck? -pregunta con una traviesa sonrisa.
-Hen, no sé que voy a hacer.
-Cualquier cosa que hayas hecho no tienes de que preocuparte. Somos amigos y estoy aquí para apoyarte.
-Te lo agradezco. Pero no es tanto algo que haya hecho, es... -lleva sus manos a la cabeza- No, no, no, no, no.
-¿No qué? Buck, dímelo -le toma del hombro en modo de solidaridad.
-Tengo miedo.
-¿De qué?
-Creo... -sonríe tímido- creo que estoy enamorado de Eddie.
-Entonces era eso -suspira aliviada- Yo creí que era algo malo.
-¡Es malo!
-¿Ah, sí? ¿Y por qué?
-Tú lo sabes, ¡todos los saben! Soy un fracaso en el amor. Las relaciones siempre terminan de modo dramático y... -sonríe dulcemente- Yo jamás había amado a alguien tanto como lo amo a él. Y mira que cuando amo, me entrego por completo, pero... con Eddie no tengo que fingir o intentar ser perfecto. Y aún así recibo siempre lo mejor de él. Y... eso hace que quiera ser una mejor persona... un mejor hombre.
-Pues dile lo que sientes.
-¿¡Y si lo arruinó?! ¡¿Y si no funciona?! ¿Y...? ¿Y si me prohíbe ver a Christopher otra vez?
-Primero tranquilizate. Eso no va a pasar, todos sabemos lo mucho que quieres a ese pequeño y por supuesto su padre lo sabe mejor que nadie. Y segundo, jamás podrás cerrar ese capítulo a menos que lo intentes.
-Pero...
-¿Te gustaría saber si él siente lo mismo que tú antes de confesarte?
-Mentiría si dijera que no -sonríe- Pero debo darme el valor. Es cierto, sino lo intento quizá me arrepienta después. Debo dejar ese miedo del abandono atrás, quiero ser feliz.
-Y lo serás. Ya verás que sí.
......
Luego de aquella conversación con Buck, Hen quiso sacar un poco de información para prepararle el terreno a su amigo.
-¿Qué hay Eddie?
-¿Qué hay?
-¿Oye haz visto a Buck?
-No, ahora que lo mencionas no lo he visto mucho este día. ¿Lo necesitabas?
-Si, verás, una ex-novia vino hace poco y me dijo que quería hablar con él. No la ex-novia que tu conoces, es otra. Al parecer se arrepiente de haber dejado a Buck.
-Entonces es otra de "esas" -soltó molesto.
-¿A qué te refieres?
-Si, ya sabes, que hacen sufrir a Buck. Ellas decidieron seguir con sus vidas y ahora llegan como si nada. Él siempre se entregó en cada relación y lo sé porque lo conozco. Buck no merece eso.
-Lo sé. Pienso lo mismo. Él necesita a alguien que lo ame y lo entienda de verdad.
-Si... él merece... -suelta un largo suspiro.
-¿Qué pasa Eddie?
-Creo que no debí preguntar.
-¿Por qué?
-Odio pensar que lo puedan volver a lastimar. Buck no es tan fuerte.
-Entonces quédate a su lado. Brindale el apoyo incondicional de un amigo.
-Ese es el problema. No puedo.
-¿No puedes o no quieres?
-No, yo... no puedo apoyarlo como un amigo. No sé en que momento, pero comencé a sentir cosas por Buck. Tengo miedo de abrazarlo porque... temo que se de cuenta que ha dejado de ser sólo un amigo para mí. Que note lo mucho que se acelera mi corazón con él. Yo... no quiero incomodarlo, sé que le gustan las mujeres y de hecho hasta él, a mí también, pero...
-Eddie, cupido da muchas sorpresas y quizá esta es una de ellas. Amor es amor. No mires con los ojos del rostro, mira con los ojos del alma. Tú lo amas y eso es lo que importa. ¿O qué? ¿Vas a dejar que alguien más se adelante?
-Supongo que no.
-¡Entonces ve! Haz feliz a Buck, a Christopher... y por supuesto, a tí. Abre un nuevo capítulo en tu vida.
Eddie sonrió por última vez y se fue a toda prisa a buscar a su mejor amigo.
-¡Aquí estás! -le sonríe Diaz a su compañero.
-¿Qué pasa Eddie?
-Esto -lo toma del rostro y besa sus labios. Fue un beso corto, pero con él quiso transmitirle lo mucho que le ama -Lo lamento, si tienes alguna queja estoy dispuesto a escucharla, pero tenía que hacerlo o seguro me iba a arrepentir.
-Bien, ahora que lo mencionas, si tengo una queja -sonríe pícaro.
-¿Cuál?
-Eso fue un beso muy corto.
-Bien, que no se diga más -lo volvió a tomar del rostro y se dieron unos segundos para mirarse a los ojos. Ambos sentían sus corazones a punto de salir, sus agitadas respiraciones y sus nervios como un carrusel. Pero estaban felices, tan felices que no pudieron contener las lágrimas y con ello finalmente volvieron a besarse. Ahora sabían que si había alguien especial para ellos. Alguien que estuviera siempre en las buenas, en las malas y en las peores. Alguien que los supiera amar.
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