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Más que una mascota por DenisseZepol

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El corazón del muchacho latía en su pecho ante la respuesta de su nuevo Amo. Desesperadamente quería abrazarlo, dar las gracias al hombre por haberlo aceptado, pero había recibido la orden de sentarse en silencio y no hacer ningún ruido. 


 


Quería demostrarle a su nuevo Amo que había tomado una buena decisión. Podía seguir órdenes, de verdad que podía. Cometió errores de vez en cuando, pero podría ser una buena mascota si trataba muy, muy duro. 


 


Un terrible miedo a estropearlo y que ChanYeol le regalara a otra persona, asaltó a Baek. Él no quería ser de otra persona. Su antiguo maestro había hablado con él durante horas sobre ChanYeol, diciéndole que sólo él podría mantenerlo a salvo. 


 


El cuerpo del muchacho comenzó a temblar mientras su preocupación aumentaba. Trató de tranquilizarse, para mantener la calma, pero el miedo empezó a nublar su cerebro. Trató de no moverse demasiado mientas tiraba de la tela de su camisa. Eso le tranquilizaba. 


 


Largos dedos acariciaron su pelo. Baek no pudo contener su llanto silencioso ante el toque. Agachó la cabeza y metió la mano en su boca para amortiguar el sonido. 


 


Cuidadosamente se movió para sentarse más cerca, entre las piernas fuertes y musculosas de ChanYeol, apretándose contra el hombre. Baek cerró los ojos cuando apoyó su cabeza contra el muslo de ChanYeol. Fue sólo cuando su cabeza cayó sobre el cuero suave y blando que olfateó el olor único del hombre. Casi gimió. ChanYeol olía a hombre, sudor y cuero, una combinación explosiva. 


 


Baek no sabía qué hacer. Si hubiera estado con su viejo maestro, le habría bajado los pantalones y tomado la polla del hombre en la boca. Él no sabía si eso era lo que su nuevo amo quería de él. 


 


Baek odiaba esto. Odiaba no saber las reglas o lo que él debía hacer. Había estado con el Maestro Kris durante años, casi antes de que pudiera recordar. La dinámica de sus relaciones fue establecida hacía mucho tiempo. 


 


El Maestro Kris siempre dejó las reglas muy claras. Baek sabía lo que el hombre esperaba, lo que él quería. Sabía dónde estaba y lo que tenía que hacer para ser una buena mascota. Él sabía cómo mantenerse fuera de los problemas. Un nuevo maestro significaba nuevas reglas. El hecho de que el Maestro Kris espera ciertas cosas de él, no quería decir que ChanYeol lo haría también. Baek tendría que estar siempre pendiente si él no quería meterse en problemas. Tendría que escuchar con atención y ver cada movimiento de su Amo en busca de pistas para poder comportarse como debía. Y esperar, desesperadamente, no estropearlo. 


 


—¿Has tomado una mascota, Park? 


 


Baek podía oír la sorpresa en la voz de JaeHyun, y le hizo preguntarse acerca de su nuevo Amo. El Maestro Kris había elogiado lo buen Amo que ChanYeol sería. Pero, ¿qué clase de hombre era? ¿Por qué no tenía una mascota ya? 


 


—Así es — ChanYeol contestó. 


 


Baek sintió la caricia de la mano del hombre por su pelo un poco más. A su nuevo Amo parecía gustarle eso. Tenía que asegurarse de tener siempre su pelo suave y sedoso para su Amo. A él le gustaba también sentir la mano del hombre en su pelo. 


 


—Pensé que declaraste bajo juramento no escoger un sumiso hasta que la guerra terminara. 


 


—Las cosas cambian —respondió ChanYeol suavemente. 


 


Baek miró a través del pelo que le caía sobre la cara al hombre que estaba sentado al otro lado de su Amo. Parecía sorprendido, con la boca y los ojos muy abiertos mientras lo miraba. A Baek no le gustó la forma en que el hombre le miró. Le hacía sentir incómodo. Se empujó más estrechamente contra su Amo. Se sentía seguro rodeado como estaba por los muslos forrados en cuero del gran hombre. No quería que JaeHyun pensara que estaba disponible de ninguna manera. Él pertenecía a su Amo. 


 


—¿Vas a presentarme? —Le preguntó JaeHyun. 


 


Baek cerró sus ojos, presionó su cabeza contra el muslo de ChanYeol de nuevo y rezó para que su Amo le dijera que no. No tenía deseos de ser presentado al hombre, y mucho menos mirarlo. 


 


—Hoy no, JaeHyun —dijo ChanYeol con sus dedos apretados en el pelo del muchacho—. Mi Baek está en silencio hoy. 


 


¡Oh, gracias! 


 


—Oh —dijo JaeHyun. 


 


El hombre parecía muy decepcionado, pero Baek prácticamente vibraba con alivio. Él osadamente acarició con los dedos el muslo ChanYeol antes de dejarlos caer de nuevo en su regazo. Sólo quería que su maestro supiera que se sentía agradecido. 


 


ChanYeol reconoció su gesto tirando de su pelo una vez más. Baek no sabía si el hombre estaba contento con él o no. Solo deseaba ir a donde vivía su amo y hablar. Baek tenía que saber lo que podía y no podía hacer. Necesitaba saber las reglas. 


 


ChanYeol pareció entenderlo sin que Baek dijera ni una sola palabra. Él deslizó su silla hacia atrás y se puso en pie. Baek encontró realmente difícil no mirar al hombre. Él quería leer las expresiones, era mucho más fácil en el rostro de la gente que mirando hacia sus pies. Una mano apareció de repente en su línea de visión. 


 


—Vamos, Baek —dijo ChanYeol simplemente. 


 


Ansiosamente agarró la mano de ChanYeol y se puso en pie. Mantuvo la mirada respetuosamente a los pies de su amo, pero no iba a soltar su mano a menos que tuviera que hacerlo. Se sentía como un salvavidas. 


 


—¿Ningún collar, ChanYeol? — JaeHyun gritó cuando empezaron a alejarse. 


 


La mano del muchacho fue a su garganta desnuda y revoloteó allí. Su collar se había quedado con su viejo maestro, a petición del hombre. A Baek se le ordenó no llevar nada, excepto la carta con él cuando fuera en busca de ChanYeol, nada que le atara al Maestro Kris. Ni siquiera tenía ropa que no fuera la que llevaba. 


 


Se sentía desnudo sin el collar, pero no lo había notado hasta que JaeHyun lo dijo. Hasta ahora, estaba corriendo por su vida, escondiéndose en las sombras y detrás de cualquier cosa que le ocultara de la vista. Ahora, de repente sintió la pérdida de su símbolo de propiedad. 


 


—Mi mascota llevará mi collar cuando yo crea que está listo y ni un minuto antes —respondió ChanYeol. Su voz retumbó profundamente, Baek lo podía sentir—. No cometas el error de creer que está disponible, JaeHyun, porque no lo está. Él es mío, y yo no comparto. 


 


JaeHyun palideció ligeramente. 


 


Baek chilló cuando fue repentinamente empujado hacia adelante cuando ChanYeol comenzó a marcharse del bar. Tenía que correr para ir parejo con el hombre más grande. ChanYeol no parecía ser muy hablador. Esperaba que eso no significara que su nuevo amo no le dijera sus nuevas reglas, realmente necesitaba saberlas. 


 


—¿A- Amo? —Aventuró cuidadosamente. 


 


—No hables, Baek. 


 


Apretó los labios. No sería fácil mantener la boca cerrada. El Maestro Kris nunca se lo había exigido y el muchacho era algo así como un hablador. Pero si eso era lo que quería su nuevo maestro, Baek pegaría sus labios para mantenerlos cerrados. 


 


Se detuvo cuando su amo paró junto a una moto grande y negra. Él se sintió un poco vacío cuando ChanYeol soltó su mano y se subió a la moto. Un momento después, la moto rugió a la vida, sonando como un león. 


 


Se quedó allí, sin saber lo que tenía que hacer. El alivio lo inundó cuando ChanYeol señaló un espacio detrás de él. Baek se sentía inseguro para viajar en la parte trasera de una motocicleta, pero una orden era una orden. 


 


Apretando los dientes, subió y puso sus brazos alrededor de la cintura de ChanYeol. Apretó sus ojos cerrados cuando la moto se puso en marcha, llevándolos por el camino. Sólo sabía que iban a estrellarse y quemarse. Parecían estar conduciendo a la velocidad de la luz, y no podía oír nada, excepto el ruido del motor. 


 


Cuando la moto se detuvo un poco más tarde y el motor fue apagado, Baek tenía demasiado miedo de abrir los ojos o quitar sus brazos alrededor de la cintura de ChanYeol. Inmediatamente sintió cómo agarraban sus brazos y tiraban de ellos. Baek sólo apretó más sus abrazos. 


 


—Baek. 


 


Escuchó la advertencia en la voz de ChanYeol, tragó saliva y dejó escapar el aire. Se sorprendió cuando abrió los ojos para verse delante de un triplex simple. De todo lo que el Maestro Kris le había dicho, había pensado que alguien como ChanYeol viviría en un lugar más... sólo más. 


 


ChanYeol pasó la pierna por encima de la moto y se levantó. Cogió algo de las bolsas de cuero negras en la parte trasera de la motocicleta y luego cruzó la acera y empezó a subir los escalones de cemento gris. Cuando llegó a la parte superior de ellos, volvió a mirar a Baek como si estuviera esperándolo. 


 


Baek respiró hondo y se bajó de la moto, siguiendo los pasos de ChanYeol. Una vez que estaba junto a él, el hombre se volvió y abrió la puerta, empujándola. Baek comenzó a mordisquearse nerviosamente el labio inferior mientras seguía a ChanYeol al interior. 


 


Echó un vistazo alrededor de la pequeña entrada mientras ChanYeol cerraba la puerta y marcaba una especie de código en un panel oculto cerca de la puerta. En realidad no había mucho en el lugar. Un conjunto de puertas dobles estaban situadas a ambos lados de la entrada y un pasillo largo que llevaba al centro. Ni siquiera había ninguna imagen en las paredes. 


 


—Ven. — ChanYeol realmente era un hombre de pocas palabras. 


 


Baek siguió obedientemente a ChanYeol por el largo pasillo. Cuando llegaron a la única puerta al final del pasillo, esperó para ser escoltado por ésta. No esperaba que ChanYeol abriera otro panel secreto y marcara otro código. La pared junto a él cedió, revelando un ascensor. 


 


—Adentro —le dijo simplemente. 


 


El muchacho rápidamente entró en el ascensor. ChanYeol entró a su lado, y cerró la puerta. Un momento después, el ascensor se movió pero no sabía lo suficiente acerca de los ascensores para saber si se movía hacia arriba o hacia abajo, sobre todo cuando no había números que se lo indicase. Él sólo esperó. 


 


Cuando la puerta se abrió de nuevo, ChanYeol salió. Se quitó su chaqueta de cuero y la colgó en una percha al lado del ascensor y luego cruzó la habitación. Baek apretó las manos firmemente y dio un paso hacia adelante, mirando con atención el cuarto. 


 


Este se veía más como si alguien la habitara. Aunque no había un montón de cuadros en las paredes, había unas pocas pinturas. La habitación estaba amueblada y también se veía habitada. Incluso había unos calcetines sucios en el suelo cerca del sofá de cuero. 


 


—Entra. 


 


Los ojos de Baek fueron al otro lado de la habitación hacia donde estaba ChanYeol sirviéndose algo de beber. Se puso de pie detrás de una gran barra de madera pintada de negro. Filas de botellas de licor se alineaban en las estanterías detrás de él. Rápidamente atravesó el cuarto para estar de pie en el otro lado de la barra, bajando los ojos una vez que llegó allí. 


 


—Puedes mirar a tu alrededor todo lo que quieras —dijo ChanYeol y entonces señaló hacia una gran puerta de acero en la habitación—. Pero permanece fuera de allí. Esa habitación está fuera de tus límites. 


 


Baek asintió. Todavía tenía muchas ganas de preguntarle por sus nuevas reglas, pero no se le había dado permiso para hablar todavía. Aún así, no pudo evitar echar un vistazo a ChanYeol a través de su flequillo largo cuando el hombre inclinó la cabeza hacia atrás y bebió el líquido rojo oscuro de su vaso. Como Amo era bastante atractivo. No solo por sus bien afinados músculos o el bronceado de su piel suave, sino también por del poder que fluía en el aire a su alrededor. Podía decir que el hombre era fuerte, tanto por su mente como por su cuerpo. ChanYeol conseguía lo que quería, cuando quería. 


 


Baek esperaba estar a su altura. Rápidamente bajó los ojos cuando ChanYeol dejó el vaso sobre el mostrador y lo miró. El nerviosismo comenzó a carcomerle cuando su Amo se quedó mirándolo y no dijo nada. Baek retorció las manos juntas delante de él para no estar inquieto. 


 


—Quítate la ropa. Quiero verte. 


 


Baek tragó saliva y buscó el dobladillo de su camisa. Sabía que ChanYeol ahora era su maestro y que el hombre podía exigirle esto, pero nadie lo había visto nunca desnudo, excepto el Maestro Kris. Decir que estaba nervioso era un eufemismo. Baek tenía miedo de enloquecer. 


 


Se quitó la camisa y la dobló cuidadosamente sobre la parte superior de la barra y luego buscó los botones de su pantalón. Se quitó los zapatos y entonces empujó sus pantalones hacia abajo por sus piernas. Dobló los pantalones, cogió su camisa, y colocó a ambos en la parte superior de sus zapatos. 


 


Luego se levantó y esperó. 


 


—Aléjate para que yo pueda verte. 


 


Baek volvió a tragar saliva. Su garganta parecía estar más seca con cada momento que pasaba. Dio un paso atrás y luego otro y otro, hasta que quedó desnudo en medio de la habitación. Estaba demasiado aterrorizado para mirar hacia arriba y ver la reacción de ChanYeol. El hombre aún podía vender su contrato a un extraño si lo encontraba desagradable. 


 


Cuando ChanYeol entró en la sala y se sentó en el sofá, Baek comenzó a caer de rodillas hasta que la profunda voz de ChanYeol llenó la habitación. 


 


—Yo no te he dicho que te arrodillaras, Baek. 


 


Le tomó hasta la última gota de valor permanecer de pie y colocar las manos a los lados, como se suponía que debía hacer. Hacía mucho que era la mascota de alguien. Lo principal era saber lo que era correcto y lo que no. Estar en posición firme había sido grabado en su cabeza en una edad muy temprana. Sólo tenía que controlar los nervios cuando estaba con el culo al aire y su nuevo Amo le estaba mirando como a un preciado caballo. 


 


—Vuélvete. 


 


Baek se dio la vuelta con tanto cuidado como pudo, teniendo en cuenta que sus rodillas estaban temblando tanto que pensaba que podía caer. 


 


—Para. 


 


Casi chilló cuando oyó a ChanYeol de pie detrás de él y apretó los labios cuando los dedos de su Amo se arrastraron por su espalda. 


 


—¿Te hizo esto el Maestro Kris? 


 


Baek asintió. Sabía que ChanYeol se refería a las marcas descoloridas del látigo en su espalda. Al Maestro Kris le gustaba marcarle 


 


—No me gustan las marcas, Baek. 


 


Dioses, no lo esperaba. Comprendió que había momentos en que necesitaba ser castigado, pero odiaba ser azotado. Tal vez por eso el Maestro Kris lo hacía, porque Baek lo odiaba tanto. Si lo hubiera gustado, no sería un castigo. 


 


—Vas a ser castigado si lo considero necesario, pero no voy a dejar marcas. —Baek casi saltó cuando sintió los dedos de ChanYeol deslizándose por la espalda y luego sobre la curva de su redondo culo—. Prefiero tu piel suave y sedosa. 


 


Bien, era bueno saberlo. Asintió comprendiéndolo, de repente feliz de que no se le hubiera dado permiso para hablar. Estaría gritando. Las manos de ChanYeol moviéndose en su culo lo estaban distrayendo. 


 


—Chupa mi polla, Baek. 


 


Los ojos de Baek se abrieron ante la clara demanda. Rápidamente se dio la vuelta y cayó de rodillas a los pies de ChanYeol, llegando a los botones de los pantalones del hombre. Sus dedos temblaban mientras desabrochaba sus pantalones y tiraba de los bordes separándolos hasta que la polla dura del hombre saltó libre. 


 


¡Maldita sea! El hombre iba de comando. 


 


Tragó saliva y luego se inclinó hacia delante para pasar la lengua por la punta de la polla de ChanYeol. Gotas perladas de presemen explotaron en su lengua. Todo él no podía dejar de gemir por el sabor exquisito. ChanYeol era dulce con una pequeña sugerencia de algo indescriptible pero que le llamaba a querer más. 


 


—Mírame, Baek. 


 


Los ojos de Baek se precipitaron al encuentro de ChanYeol. Era algo que no estaba acostumbrado. El Maestro Kris nunca lo dejó mirar hacia arriba cuando le estaba dando una mamada. Tenía que mantener los ojos o bien cerrados o mirar hacia abajo. Esto era nuevo e hizo que el estómago del muchacho diera un vuelco ansioso. 


 


—Siempre me mirarás cuando me chupes la polla, Baek —ordenó ChanYeol mientras agarraba un puñado de cabello al muchacho—. Quiero que sepas que es mi polla la que está en tu boca. 


 


Baek habría asentido, pero estaba demasiado ocupado tragando, tanto como podía conseguir en su boca, de la impresionante longitud de ChanYeol. Disfrutaba chupando una polla porque no tenía reflejo de náuseas. Esto le permitía chupar casi a cualquier hombre en su garganta. Le habían dicho que era muy bueno en eso. 


 


Sólo esperaba que ChanYeol lo aprobara. 


 


Usando todas las habilidades que había aprendido mientras estaba con el Maestro Kris, Baek tragó al hombre otra vez hasta que sintió que la cabeza de su polla golpeaba la parte posterior de su garganta. Tragó saliva y luego tomó otro par de centímetros hasta que sintió que su nariz rozaba contra el vello púbico de ChanYeol. 


 


Baek ahuecó sus mejillas y lentamente se retiró, succionando tanto como pudo la dura polla de ChanYeol. Una vez que llegó a la cabeza de nuevo, usó su lengua para curvarla alrededor de la parte inferior de la cabeza y luego lamió las pequeñas gotas de líquido preseminal dentro de la pequeña ranura en la parte superior. 


 


Cuanto más chupaba y lamía, los dedos de ChanYeol más se apretaban en su pelo. Cuando Baek soltó la polla de ChanYeol y se inclinó aún más para poder chupar las bolas del saco del hombre, gimió y comenzó a empujar sus caderas. 


 


Baek se sintió como un rey. 


 


Tragó la polla de ChanYeol de nuevo y ahuecó sus mejillas. Inclinó su cabeza ligeramente para que ChanYeol tuviera mejor puntería dirigiendo su polla en su boca. Las bolas de ChanYeol rozaron la barbilla del muchacho, cuando se apretaron más contra su cuerpo. Baek sabía que su nuevo Amo estaba cerca. Pasó sus labios a lo largo de la polla cuando él se movió de nuevo. 


 


Su cuero cabelludo dolía donde los dedos de ChanYeol tiraban, pero el dolor era fugaz. El sonido de placer de ChanYeol llenó la sala cuando el semen caliente se disparó en su boca. Baek tragó hasta la última gota que su Amo le había dado, luego lamió la polla del hombre hasta que quedó suave y limpia. 


 


Su propia polla dolía. Él ansiaba la liberación, pero no le había sido concedida y no sucedería hasta que su Amo le diera permiso. Baek había sido una mascota mucho tiempo, y había sido entrenado bien. Dudaba de que pudiera incluso venirse ahora sin permiso. 


 


Por lo tanto, ignoró su necesidad, puso de nuevo la polla de ChanYeol en sus pantalones y luego se sentó sobre sus rodillas, bajando la vista al suelo, una vez más, mientras esperaba su siguiente orden. 


 


Los dedos en su pelo dejaron de tirar y delicadamente alisaron el flequillo hacia atrás en la cara del muchacho. Un momento después, ChanYeol se giró y se alejó en dirección a la barra una vez más. Baek le oyó servirse otro trago y después beberlo. 


 


Baek miró hacia arriba, asegurándose de que sus ojos no alcanzan más allá de la parte posterior de las piernas de ChanYeol mientras lo hacía. Se sentía cohibido sentado en el medio del suelo sobre sus rodillas, su polla dura sobresaliendo de su ingle sin pelo. Quería cubrirse, pero tenía miedo de hacerlo. Tenía miedo de ofender a su nuevo Amo. Por lo tanto, simplemente se quedó allí. 


 


ChanYeol finalmente se dio la vuelta y caminó hasta quedarse frente a él. Baek rápidamente bajó la vista de nuevo hacia el suelo. Estaba tan decidido a no meter la pata que saltó cuando ChanYeol le agarró la barbilla y le inclinó la cara hacia arriba. 


 


—Cuando estamos en casa, prefiero tener tus ojos en mí, no en el suelo. ¿Entendido? — Baek asintió. —Entonces mantén tus ojos en mí. 


 


Baek hizo lo que ChanYeol le ordenó, manteniendo sus ojos en el hombre mientras permanecía de pie frente a él. ChanYeol le miró mientras tomaba otro sorbo del líquido rojo oscuro de su vaso. No dijo nada, sólo se quedó mirando. Baek imaginó que no pasaría mucho. Incluso en el poco tiempo que había estado cerca de ChanYeol, había aprendido que el hombre no era un gran hablador. 


 


Nunca. 


 


Los ojos de ChanYeol cayeron hasta la polla dura del muchacho. — Córrete. 


 


Los ojos de Baek se abrieron como platos cuando el placer se extendió por su cuerpo como una ola gigante con esa simple palabra. No debía hablar, pero nada podría haber evitado el gemido de éxtasis que salió de su boca cuando él se rompió en un millón de estrellas brillantes.


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