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Esa tarde pidió a Barnett quedarse solo, por lo que cuando estuvo sentado en su cama, terminó haciéndose un ovillo abrazando su almohada… todo estaba resultando como hubiese deseado en un principio, cuando le anunció su embarazo a Barnett, que se hiciera responsable y que incluso lo presentara a su familia… ya no estaría solo y tendría el apoyo necesario para sus niños, sin embargo no se sentía feliz… específicamente pensaba en Harry, en Ron y en Hermione… sentía que de algún modo estaba traicionándolos y sin embargo, también sabía que ellos sabrían ver el lado practico de la situación, sin embargo seguía temiendo el momento de contárselo, porque sí, en algún momento dado tendría que hacerlo, pero a uno de ellos en especial.
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-¿Te irás el fin de semana completo? –Preguntó Ron a través de la llamada vía flú mientras Harry metía algunas prendas de ropa en una pequeña maleta.
-Sí, Rachel desfilará en el evento de Victoria´s Secret y quiero apoyarla en eso, es muy importante para su carrera, pero de hecho pedí dos días más, sé que aun no me corresponden vacaciones, pero hemos estado separados mucho tiempo, merecemos más de dos días solamente.
-Salúdala de nuestra parte.
-Lo haré, gracias.
Esa noche Harry tomó un traslador a Nueva York en donde sería el desfile, pasó la noche con Rachel quien estaba feliz de tenerlo con ella.
-¡Estuviste preciosa! –exclamó cuando todo terminó y fue a recogerla a la salida del evento.
-Gracias mi amor, fue una locura –respondio después de besarlo para después dirigirse a la calle en medio de flashazos de los fotógrafos- habrá una fiesta con todo el equipo pero prefiero estar contigo, hemos estado separados mucho tiempo y te he extrañado tanto.
-Y yo a ti y si estás segura de no ir ¿nos vamos a cenar?
-Vamos.
Y tomados de la mano se fueron de ahí.
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A la mañana siguiente, Barnett llegó con el desayuno y algunas revistas.
-¿Cómo va tu vecina?
-Bien, ya despertó –respondió pinchando el waffle con miel y frutos rojos- quiero ir a verla cuando termine de desayunar.
-Bien, te llevaré.
-¿Cuándo la darán de alta?
-No lo sé, pero también te avisaran y yo me ocuparé de que la trasladen directamente a la casa de retiro, ¿hoy le hablarás de eso?
-Sí, no quiero que se angustie pensando en la cuenta del hospital o en qué hará cuando salga.
-Sobre efectos sentimentales puedes preguntarle que llevar, sobre ropa y cosas de esas, allá se las proporcionarán, de eso no hay problema, lo digo por su situación.
-Gracias… de hecho su ropa vieja y gastada desentonaría con el ambiente de allá, eso la apenaría.
-Y sobre las tuyas… ¿Cuándo quieres mudarte a la mansión? Ya está lista tu habitación -Draco suspiró suavemente mientras cortaba su siguiente bocado- Y sobre la ropa, es lo mismo, no tienes que llevar lo que tienes, puedo comprarte ropa nueva y también para los niños, podemos ir de compras cuando quieras.
-Gracias –respondió de nuevo antes de meter el bocado en su boca.
-¿Te parece bien comenzar la mudanza después de ir a ver a Becky?
-Sí –dijo después de beber un sorbo de jugo de naranja- está bien.
-Perfecto… los abuelos no están, pero eso no importa, es mejor que cuando lleguen ya estés instalado.
-¿Quién más vive ahí?
-Calem y Garia, mi cuñada –respondió antes de tomar un sorbo de su capuchino.
-¿Y ellos ya saben de mi?
-No, Calem está de viaje y no me he dado el tiempo de platicar con Garia, por cierto, ella también está embarazada.
-¿De verdad, cuantos meses?
-Siete más o menos, por cierto ¿llevarás a ese pez?
-Claro, es mío ¿algún problema?
-Para nada, es solo que es raro.
-¿Qué hay de raro en tener una carpa de mascota?
-Nada, nada… ¿no quieres que te regale algo más, un caballo o un perro por ejemplo?
-No, gracias y deja en paz a Ralph.
-¿Ralph?... ¿así se llama el pez?
-Sí.
-Ok, ok, asunto concluido.
-Eso espero.
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Cuando Draco entró a la habitación, Becky sonrió mientras una enfermera terminaba de colocar medicamento en su suero y le acercaba una silla a Draco para después dejarlos solos.
-Hola preciosa ¿cómo te sientes? –preguntó tomándole una mano.
-Bien querido, el sanador me explicó que sucedió, dijo que tuve mucha suerte de ser atendida con prontitud… mi sentido del habla está bien, pero mis piernas… y mi brazo izquierdo… no podré volver a tejer –concluyó con lagrimas en los ojos.
-Tranquila, no te preocupes por eso.
-¿Pero cómo no hacerlo? Mi pensión es muy baja.
-Becky, sobre eso… hay algo que quiero decirte.
-¿Qué sucede?
-Necesitas supervisión las veinticuatro horas, no puedes vivir sola.
-Pero debo hacerlo –respondió apretando su mano- no hay opción, querido –dijo secándose las lagrimas que no dejaban de fluir.
-Sí la hay.
-¿Vivirás conmigo? –Preguntó sonriendo entre lágrimas- Eso no lo puedo permitir ¿Qué tal si eres una especie de pervertido?
-Quisieras… -dijo sonriendo, apreciando sus intentos de aligerar el ambiente- pero no, no es eso… Becky, hay una casa de retiro donde puedes recibir atención especializada y terapia, nunca estarías sola y serías bien atendida.
-¿De qué hablas Draco? Yo no puedo estar en un asilo, son horribles.
-No Becky, éste no es ese tipo de asilo, es una casa en donde…
-De todos modos –interrumpió- no puedo pagarla, así que seguiré viviendo en casa.
-El asunto es que Barnett la pagará, tú no tienes que preocuparte por nada de eso.
-¿Barnett?... ¿Qué pitos toca Barnett en este asunto?
-Que no puedes quedarte sola y yo no puedo cuidarte… y sufrí mucho cuando te vi tirada en el piso y yo sin poder ayudarte… ¿no te das cuenta de que ya eres muy importante para mí y no puedo quedarme sin hacer nada?
Becky le apretó la mano conmovida por la evidente angustia de Draco.
-Lo siento cariño.
-No tienes que disculparte por estar enferma, el caso es que el lugar donde estarás es hermoso y te encantará, de eso estoy seguro… pero quiero que aceptes ir… hazlo por mí, por favor.
Becky lo miró y no pudo resistir su mirada suplicante.
-No quiero que estés en deuda con él por mi culpa.
-Para nada, me lo debe el muy bastardo, además hizo un juramento inquebrantable de que pase lo que pase entre nosotros, tú nunca serás molestada en cuestión de pagos ni nada de eso.
-¡Oh Draco, en verdad eres único! –exclamó sonriendo mientras cerraba los ojos agotada.
-¿Entonces sí?
-¿Acaso tengo opción?
-Ninguna, por cierto ¿Qué quieres que lleve de tu casa? Por ropa no te preocupes, pero imagino que hay cosas que si desearás llevar a tu nuevo hogar.
-Por supuesto.
-Bien, haremos una lista.
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Esa tarde, con Barnett ayudándolo, empacaron las pocas cosas que Becky deseaba conservar, más que nada eran viejos álbumes de fotografías, una muñeca de su hija y un alhajero lleno de recuerdos de ella y su esposo, rizos de cabello de su hija y sus anillos de boda.
-Ya hablé con el casero –dijo Barnett mirando a su alrededor- Resulta que debía dos meses de renta y si no pagaba en éste, iba a echarla.
-¿En serio?... nunca me lo dijo –exclamó sorprendido- aunque bueno, ella es así, no quería darme preocupaciones ¿lo arreglaste?
-Sí, pagué lo que debía, no la molestará.
-Gracias.
-Dame lo que se llevará, yo lo enviaré a la “Casa Cambridge”.
-¿Y lo que necesitará allá?... ¿cómo lo comprarán, cómo saber si le gustará?
-Draco entiendo tu angustia, pero tranquilo –dijo sentándose en la cama junto a él- sabrán ocuparse de ella, son especialistas ¿recuerdas?
-Sí, es cierto… -respondió exhalando un suspiro- es sólo que me angustia que se sienta sola.
-Bueno, podrás constatarlo tú mismo cuando la vayas a visitar, además cariño créeme… -dijo poniéndose de pie- cualquier lugar es mejor que esto.
-Es verdad, este lugar es horrible… gracias Barnett.
-No hay de qué, vamos.
El departamento de Becky fue entregado al casero y sus pocas pertenencias se las quedó Draco para cuando fuera el momento de entregarlas, después cenaron y finalmente se quedó solo.
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Esa noche, recargado en la cabecera de su cama, solo con la lámpara de su buró encendida, pensaba en cómo le diría a Harry que se iría a vivir con “El innombrable”… ¿tal vez una llamada vía flú o una carta?... cualquier opción se le hacía ridícula y tonta, pues era más que obvio que debía decírselo en persona, aunque aun no entendía por qué se le estaba haciendo tan difícil.
Exhaló un suspiro mientras se frotaba la cara y el sueño huía de sus ojos, pero sólo el recordar que el futuro de Becky ya estaba asegurado, le daba tranquilidad; entonces unos picotazos en la ventana lo hicieron levantarse.
-Hola, espera aquí –dijo a la lechuza después de quitarle la carta- toma.
Le dio una golosina y agua y después de comer y beber, la lechuza emprendió el vuelo, así que se acostó y abrió la carta.
“Hola querido Draco, nos sorprendió gratamente ver que ya tienes lechuza, lo que nos indica que ya podemos enviarte la nuestra, nos habías dicho que no la usáramos porque estás mucho tiempo fuera de casa y tampoco puedes recibir correo en el trabajo y no querías que la pobre Lucy se quedara mucho tiempo fuera, pero ese asunto está arreglado; respecto a tus cachorros… ¿Qué puedo decir?... ¿Cissy, en serio?... tu padre no está muy contento pero te conoce lo suficiente como para saber que no cambiarás de opinión, pero hijo ¿cómo los cuidarás si dices que pasas mucho tiempo fuera? Una mascota no es como cuidar a un niño, menos mal que no nos estás hablando de nietos, como sea, envíame fotos de tus cachorros cuando los tengas, con amor mamá”
Draco bajó la carta cuando terminó de leer, exhaló un profundo suspiro y después de guardarla, apagó la luz.
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Al día siguiente, antes de que Barnett llegara con el desayuno, se levantó pensando en que tal vez esa tarde iría a esperar a Harry afuera del hospital para ir a tomar un café y finalmente contarle sus nuevos planes… si, definitivamente eso haría.
-Buen día cariño –saludó Barnett poco después- te traje tarta de frutos rojos, claro eso como postre, primero desayunemos -Draco asintió en silencio mientras Barnett sacaba la comida y la ponía en la mesa de la cocina- ¿Te parece que después de desayunar nos ocupemos de las cosas que te vas a llevar?
-Me parece bien.
Mientras comía en silencio, comenzó a hojear las revistas que Barnett había llevado el día anterior, entonces ahí, en las páginas centrales estaba el evento de Victoria´s Secret, con las flamantes modelos en diminutos trajes mostrando su belleza en todo su esplendor con hermosas y espectaculares alas desplegadas.
Entonces tomó una tira de tocino dorado y estando a punto de morderlo, la foto de Harry tomando la cintura de Rachel en medio de flashazos apareció en la siguiente hoja.
-¿Pasa algo? –Preguntó Barnett al hacerle una pregunta y no recibir respuesta- ¡Ah! Ese es el sanador Potter ¿verdad? –Continuó como si nada- supe que está en Nueva York visitando a su novia, es hermosa... bueno, no es raro que un tipo como él esté en las grandes ligas, finalmente es el “Niño que vivió”.
-Sí, claro…
Después de desayunar, Draco comenzó a elegir que llevaría a su nuevo hogar, aunque como Becky tampoco tenía mucho si descartaba su ropa de segunda mano; tenía un álbum de fotografías como pertenencia valiosa y nada más, Barnett le compraría ropa nueva y solo llevaría las cosas compradas por Harry para los bebés.
-Ya hablé con el casero y todo está saldado.
-Gracias… Barnett ¿podrías dejarme solo? Me gustaría pasar mi último día aquí en completa tranquilidad.
-Claro, vendré en la noche por ti ¿vale?
-Sí.
Cuando se quedó solo, fue directamente a su habitación y tomó papel y pluma…
Rato después…
-Bueno chico, Harry está en Nueva York, no sé su dirección pero sé que tú lo encontrarás.
Y entonces abrió la ventana y dejó salir a su pequeña lechuza.
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Harry estaba en el departamento de Rachel con un par de amigos de su anterior trabajo, tomaron unas copas y luego se fueron.
-Me hacía falta este descanso –dijo Harry mientras se relajaba en el sofá.
-Y a mí me hacías falta tú –respondió ella sentándose a su lado y besándolo.
Se besaron y acariciaron por un rato hasta que ella dijo:
-Tengo un par de vestidos de novia que me gustaría enseñarte.
-¿No dicen que es de mala suerte que el novio lo vea antes de la boda?
-Yo no creo en eso.
-Bueno, entonces veámoslos, aunque en ti cualquier trapo se verá fabuloso.
Ella sonrió y se levantó, él se sirvió más vino y comenzó a beber cuando el sonido de unos picotazos en la ventana lo hicieron levantarse.
-¿Una carta para mí? –musitó extrañado cuando la quitó y dejó ir a la lechuza.
Se sentó mientras miraba sorprendido el remitente, así que sin más la abrió.
“Hola Harry, es un gusto saludarte.
No sabía que estabas fuera de Gran Bretaña, me enteré por una revista, tu novia se ve como un verdadero ángel, mis más sinceras felicitaciones, a ella por su éxito profesional y a ti por tener una novia tan bonita, tú te mereces lo mejor.
Te mando esta carta para contarte lo último que estoy pasando, acepté irme a vivir con Barnett a la mansión MacLeod ¿puedes creerlo?... ¿yo en esa casa?... lo bueno de todo es que estoy cortado con la misma tijera y soy difícil de intimidar, así que sabré sobrevivir entre esos tiburones, no en balde soy un Malfoy.
Y bueno, creo que eso es todo por ahora, no sé cuando regresarás, pero sé que estarás aquí para mi próxima cita, así que ya platicaremos ¿vale? Por lo pronto disfruta tus días libres.
Atte. Draco.
-¿Qué tal éste? –dijo Rachel saliendo en ese momento con un vestido blanco tipo sirena con la espalda descubierta- Harry…
-¿Eh?... ¡ah está hermoso!
-Recibiste una carta ¿pasó algo malo?
-No, nada, es de un amigo… ¿y el otro vestido?
-Espera y verás –respondió sonriendo mientras regresaba a su habitación.
Harry miró la carta en sus manos cuando quedó solo, sin darse cuenta la tenía apretada en su puño, por lo que recomponiéndose la desarrugó y la dobló guardándosela en su camisa, tomó otra copa y espero a que Rachel saliera.
-¡Tarán! –exclamó ella saliendo con otro hermoso vestido blanco, ajustado a su esbelto cuerpo y mangas transparentes.
-Ese… ese me gusta más –dijo señalándolo.
-¡También es el que me gustó más!... no cabe duda de que tenemos los mismos gustos, solo le hacen falta un par de ajustes –dijo mirándose mientras levantaba la orilla del vestido que se arrastraba.
-¿Y entonces cuando será el día?
Ella volteó a verlo sorprendida, pues había sido precisamente él quien la había pospuesto.
-Pues… no lo sé.
-Creo… creo que ya no deberíamos esperar más ¿no te parece?
Ella lo miro seria y luego fue a sentarse a su lado mientras le tomaba una mano.
-¿Hablas en serio Harry?
-Sí ¿Por qué no debería?
-Es que… bueno… estamos comprometidos desde hace más de un año, pero no habíamos establecido una fecha.
-Bueno, pues creo que es hora.
-Pero Harry… hay asuntos que aun debemos tratar.
-Lo sé, lo sé… y estoy dispuesto a todo con tal de tenerte en mi vida, a menos que no quieras, claro.
Ella lo vio y luego comenzó a sonreír para luego abrazarlo con entusiasmo.
-¡Claro que sí, mi amor! -El también rio mientras la abrazaba- y como sé que no te gusta la publicidad ni nada de eso ¿Qué te parece si lo hacemos en una ceremonia privada?
-Me parece perfecto.
-Y solo nuestros familiares y amigos más allegados.
-Creo que me conoces bien.
-¿Y cuando quieres que lo hagamos? Tengo un par de contratos más en los próximos meses y quedaré libre, pero si esto va a ser algo sencillo e intimo, no serán necesarios grandes preparativos ¿no crees?
-Sí.
-Pero tengo un par de días libres en dos semanas –exclamó riendo, pero el que no rio fue Harry, quien pensativo dijo:
-Bueno ¿y por qué no aprovechamos ese día?
Rachel volvió a mirarlo sorprendida.
-Cariño ¿estás seguro, porqué todo esto tan de repente?
-Pues… no sé –dijo alzándose de hombros- Creo que si lo he pospuesto demasiado y creo que no hay mucho que pensar.
-Porque si hablas en serio, podemos hacerlo en dos semanas, solo habría que avisarle a mis padres y a mi hermano, tengo un par de amigos y listo.
-Yo solo tengo algunos amigos y los más allegados viven en Gran Bretaña… ¿podemos casarnos allá?
-Mmm… yo deseaba hacerlo aquí, pero está bien, te amo tanto que te concederé ese deseo.
Harry sonrió y la besó mientras le pasaba un brazo por la cintura.
-Gracias.
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Esa noche, con Ralph en un pequeño contenedor hechizado y con Flitwick en su jaula, Draco miraba el pequeño departamento en el que había vivido los últimos meses; Barnett esperaba afuera dándole tiempo, por lo que él recorrió con la mirada el espacio y suspirando suavemente, se dio la vuelta y salió.
-Estoy listo.
-Bien –respondió sonriendo.
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