Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

_________________

 

 

 

            Barnett apareció en otra clínica en donde a gritos pidió atención, llegaron algunas enfermeras y se llevaron a Draco adentro mientras él pedía hablar con el director de la pequeña clínica.

 

 

_________________

           

 

 

            Cuando abrió los ojos vio una habitación blanca y un suero vía intravenosa en su muñeca, quiso pensar con coherencia pero no pudo y volvió a dormirse.

 

 

________________

 

 

 

            Cuando despertó otra vez, intentó moverse pero se sentía entumecido y una punzada en el bajo vientre le hizo cerrar los ojos y fruncir el ceño, iba a abrirlos otra vez pero el ruido de la puerta abriéndose hizo que simulara seguir durmiendo, escuchó ruidos de alguien moviéndose por la habitación y entreabriendo los ojos vio a una enfermera administrar medicamento en su suero y anotar algo en una carpeta que dejó en un mueble; entonces vio que la puerta se abría de nuevo entrando Barnett y otro hombre, al parecer un sanador y cerró de nuevo los ojos;  escuchó que la puerta se abría de nuevo, al parecer siendo la enfermera quien ahora salía.

            -¿Cómo va? –escuchó decir a Barnett.

            -Estable… crítico pero estable.

            -¿Qué significa?

            -Que su embarazo ya es de alto riesgo, esa caída estuvo a punto de provocar el parto, casi tiene desprendimiento de placenta, no debe moverse, debe terminar lo que falta de gestación en absoluto reposo y cuando digo absoluto, es absoluto, ni siquiera al baño puede levantarse, debe ser atendido en cama.

            -Entiendo.

            -¿Por qué  no lo llevaste con el sanador Floyd? Es el sanador de cabecera de tu familia ¿no?

            -Sobre eso debemos hablar, William… necesito tu ayuda.

            -¿Qué hiciste Barnett?

            -Nada, no hice nada… mira, este asunto es complicado, pero si me ayudas a ambos nos irá muy bien.

            -Pues no suena bien –dijo William- el que no hayas acudido a tu sanador cuando Malfoy tuvo un accidente tan grave significa que estás metido en alguna mierda y francamente no quiero meterme en asuntos de tu familia… nadie querría enfrentarse a tu abuelo en caso de alguna desgracia y menos si sus bisnietos están en el asunto.

            -Mira William, sé que estás ahogado en deudas, eres aficionado a las apuestas desde que estábamos en la universidad, si tienes esta clínica es gracias a tu padre y también sé… -añadió poniendo énfasis a sus palabras- que estás a punto de perderla -Silencio fue lo que siguió después de esas palabras- Mira, no quiero meterte en problemas, antes bien saldrás ganando y mucho.

            -Dime lo que tengas que decir y ya decidiré yo… pero esto no significa que estoy aceptando nada ¿está claro?

            -Muy claro… mira, ganaré mucho dinero cuando los bebés nazcan, pero solamente… -añadió con cierta urgencia en su voz- si él se casa conmigo.

            -¿Y?... no creo que eso sea problema.

            -El problema es que él no quiere  y mi abuelo me dijo expresamente que ganaré la herencia solo si estamos casados.

            -De todos modos te dejarán una buena herencia ¿de qué hablas?

            -Son detalles William –exclamó exasperado- no hay tiempo para detalles.

            -Ya veo… ¿y yo que tengo que ver?

            -Planeo decirles a mis abuelos que decidimos tomarnos unos días antes del nacimiento de los mellizos, que nos fuimos a la playa o  a ver a donde  y que ahí decidimos casarnos, así que le aplicaré un Imperius y  haré que firme el acta de matrimonio, esperaré a que nazcan los niños y regresaremos felices y casados… solo necesito que vigiles su salud hasta entonces, sería muy evidente que algo pasó si regresamos ahora, no puedo decirles que se cayó por las escaleras mientras discutíamos, solo cuídalo los días que faltan para el parto.

            -¿Qué harás después de regresar a tu casa?

            -Fácil, es un ex mortífago con libertad condicional, haré que cometa cualquier delito y su trasero volverá a Azkaban, me quedaré con los niños y listo.

            -Muy lindo tu plan, pero hay un detalle.

            -Qué.

            -No puedes aplicarle un Imperius ahora.

            -¿Por qué? –preguntó contrariado.

            -El cuerpo se resiste automáticamente a ese hechizo, eso sería mucho esfuerzo para su organismo y puede provocar un parto prematuro… es en serio Barnett, algo saldrá muy mal si haces eso, casi tuvo un desprendimiento de placenta, eso es grave.

            -Mierda… mierda… ¿y entonces?

            -¿Y a mí que me preguntas?

            -Ok dices que algo podría salir mal ¿te refieres a los mellizos o a él?

            -Para ambos, pero principalmente para él, su cuerpo está haciendo mucho esfuerzo con el embarazo, podría no resistir, a los niños podemos ponerlos en incubadora, ya falta muy poco para su nacimiento, aun así… es un gran riesgo para los tres.

            -Bien… -dijo pensativo- hay riesgo para los bebés pero si los atiendes de inmediato no hay problema.

            -¿Estás diciendo que no te importa poner en riesgo la vida de tus hijos?

            -No porque tú estarás ahí para atenderlos.

            -Barnett es en serio, Malfoy podría morir.

            -Ya lo sé… es más, si llega a pasar… bueno, son cosas que pasan -Draco apretó las sabanas debajo de la manta, deseaba gritar y salir corriendo de ahí, pero solo siguió “durmiendo”- William te daré mucho dinero si haces esto, no solo salvarás tu clínica, también te sobrará mucho… créeme, es un ganar-ganar.

            -¿Y cómo explicarás que yo lo atendí y no el sanador Floyd?

            -Diremos que estabas ahí como invitado de nuestra ceremonia privada y que fue cuando se sintió mal.

            Draco escuchó un profundo suspiro y algunos pasos por la habitación.

            -No lo sé Barnett, según me has dicho faltan dos semanas para la fecha tentativa de parto, técnicamente serían prematuros, aun no llegan a los nueve meses.

            -¿Tu clínica no lo vale? ¿Qué dirá tu padre cuando pierdas el patrimonio que te dio?

            De nuevo silencio, luego unas palabras que hicieron a Draco estremecerse.

            -De acuerdo.

            -Bien… medicamente hablando ¿Qué sigue?

            -Sí le aplicas el Imperius ahora, es casi seguro que se le provoque el parto, así que es mejor esperar a mañana, cuando traigas a un juez, entonces será atendido de inmediato.

            -¡Perfecto! Ahora ya es tarde, solo puedo hacer arreglos para mañana, además así tengo tiempo de enviarle una carta al abuelo diciéndole que nos escapamos unos días para estar solos… gracias William, no te arrepentirás.

            -Eso espero Barnett, si caigo yo, caemos los dos, no se te olvide.

            -No seas tan aprensivo hombre… ven, tomemos una copa para calmarnos.

            Draco escuchó pasos y luego la puerta abrirse y cerrarse, solo entonces se atrevió a abrir los ojos.

            -¡Dios mío, Dios mío! –Musitó viendo fijamente el techo- ¡Tengo que salir de aquí!... ¡Oh por Merlín, tengo que salir de aquí…!

            Miró a su alrededor sin saber que hacer, solo sabiendo con certeza que tenía que salir de ahí, así que levantó la manta e intentó sentarse sintiendo de inmediato la misma punzada en el bajo vientre.

            -¡Ah!...

            Se logró sentar pero se quedó quieto y con los ojos cerrados con fuerza esperando que el dolor pasara, luego los abrió y buscó su ropa o algo que ponerse pues solo estaba vestido con una bata de hospital.

            -¿Dónde estará mi ropa?

            Con cuidado se puso de pie y caminó hasta el armario que estaba ahí encontrando para su fortuna su ropa doblada.

            -Qué bueno –pensó aliviado.

            Comenzó a vestirse, pero el dolor se hacía presente con cada mínimo esfuerzo, aun así estaba decidido  salir de ahí.

            -Bien ¿y ahora? –pensó cuando terminó, se asomó por la ventana viendo que estaba en la planta alta, por lo que escapar por ahí estaba descartado.

            Abrió con sigilo la puerta encontrando el pasillo vacío y salió con cuidado viendo a ambos lados sin saber qué dirección sería la correcta, aun así comenzó a caminar encontrando al final del pasillo lo que parecía una recepción de enfermeras.

            -Como que se antoja un cafecito ¿no? –dijo una de las dos mujeres vestidas con túnicas blancas que estaban tras el mostrador.

            -SÍ, ya van a dar las 7:00 de la tarde –respondió la otra sin dejar de escribir.

            -¿Los sirves tu y yo voy a ver a Cindy la de administración?

            -¿Por qué?

            -Es que ella vende unos bollitos rellenos de queso deliciosos y aunque se supone que nadie sabe, se le acaban rapidísimo.

            -Ok entonces ve en lo que yo preparo los cafés.

            -¡Bien! –respondió animada levantándose y haciendo a Draco pegarse rápidamente a la pared con el corazón acelerado, afortunadamente la mujer caminó al lado contrario dejando solamente a una enfermera.

            -¡Oh rayos! –exclamó ésta al ver que ya no había café en la cafetera, por lo que sin más remedio se fue de ahí para conseguir más.

            -Es ahora o nunca –pensó Draco caminando hacia el ascensor, pero entonces regresó al módulo de enfermeras, se asomó y vio un bolso, lo tomó y ahora sí se dirigió al ascensor; apretó el botón deseando con toda el alma encontrarlo vacío, era un riesgo enorme tomarlo pero no se sentía con la fuerza suficiente para bajar por las escaleras.

            Cuando llegó el aparato apretó los puños y listo para cualquier cosa, pero por fortuna no había nadie, suspirando de alivio entró y oprimió el botón, en cuestión de segundos llegó a la planta baja, salió y vio a lo lejos a un guardia de seguridad en la puerta y a una mujer en la recepción.

            -Por Merlín ¿cómo salgo, irán a detenerme?

            Sabía que su apariencia llamaría mucho la atención además de que caminaba con algo de dificultad.

            -Dios mío ¿cómo salgo de aquí?

            Además se sentía muy cansado y le dolía el vientre, entonces vio una silla de ruedas y a unas personas saliendo de una puerta, al parecer eran visitantes; así que se sentó en la silla lo más rápido que pudo y cuando el grupo de tres hombres pasó a su lado le tocó el brazo a uno de ellos.

            -Disculpa ¿podrías ayudarme a llegar afuera por favor?

            -Claro.

            Los tres visitantes siguieron conversando entre sí mientras se dirigían a la salida con uno de ellos empujando la silla, el guardia les abrió la puerta y les deseó buenas noches, caminaron unos metros hasta que Draco dijo:

            -Aquí está bien, ya vienen por mí.

            -¿Seguro? No hay nadie.

            -Seguro, muchas gracias.

            -Por nada.

            Los hombres se fueron dejándolo solo, así que rodó la silla hasta un árbol cercano y ahí se levantó y la ocultó detrás de unos setos y comenzó a alejarse a pie pues pensó que un hombre en silla de ruedas llamaría mucho la atención.

            -Harry… Harry puede ayudarme… ¿pero cómo llego?

            Entonces miró a su alrededor, ya comenzaba a oscurecer y las farolas de la calle comenzaban a encenderse, no había nadie y comenzaba a desesperarse.

            -¡Tengo que alejarme de aquí antes de que se den cuenta de que no estoy!

            Pero con cada paso, la punzada en su bajo vientre era cada vez más fuerte.

 

 

________________

 

 

            -¿¡Cómo es que no saben dónde está?! –Exclamó Barnett hecho un energúmeno entrando en la habitación, en donde dos enfermeras lo miraban aterradas -¿¡William, donde está!?

            -No lo sé Barnett, estaba en mi oficina platicando contigo ¿recuerdas? –Respondió exasperado- ¡Deja de gritar y ustedes dos expliquen que pasó!

            -Yo… yo vine a cambiar el suero y la cama estaba vacía –dijo una de ellas.

            -¿Y ya buscaron por toda clínica?

            -En eso están las demás enfermeras y seguridad.

            -Obvio no va a estar aquí –dijo Barnett saliendo de ahí  seguido por el sanador- pero no puede usar magia y no puede caminar, no puede estar lejos de aquí.

            Salió corriendo hasta la calle iluminada por las farolas y se mesó el cabello mientras miraba a ambos lados viendo solamente la calle solitaria.

            -¡Mierda!... ¿me habrá escuchado? -Caminó como loco de un lado a otro pensando con quien podría acudir Draco- No tiene a nadie, no tiene dinero y ya no tiene casa ¿con quién puede ir?... Potter.

 

 

_______________

 

 

            Draco siguió caminando por un buen rato, deteniéndose cada tanto mientras se sujetaba el vientre y apretaba los labios para no gemir.

            -Cada vez me duele más… necesito ayuda.

 

 

_______________

 

 

 

            El director de San Mungo había sido llamado con urgencia desde el hospital.

            -Ya le dije señor MacLeod, que Draco Malfoy no ha sido ingresado.

            -Bueno, entonces está con Potter –exclamó con exagerada amabilidad- ¿recuerda que lo puse sobre aviso? Bueno, pues al parecer usted ignoró mi denuncia.

            -Yo no ignoré…

            -¡Potter tiene a Draco y usted es responsable!

            -¿Y por qué yo?

            -Al parecer no hubo sanción ante mi denuncia.

            -Ese asunto se trató con el señor Potter y todo quedó aclarado señor MacLeod.

            -Ok, ok… -exclamó manoteando exasperado- entonces deme la dirección de Potter, iré a aclarar este asunto con él yo mismo.

            -Esa información es confidencial, no puedo proporcionársela.

 

 

___________________

 

 

            Después de caminar mucho o al menos eso sintió, vio a un par de chicas con cabello multicolor que fumaban cannabis escuchando música estrambótica mientras caminaban, se apresuró a alcanzarlas.

            -Disculpen… ¡disculpen! –amabas chicas se voltearon a verlo- ¿Podría alguna… por favor, llamar al autobús noctámbulo?

            Sin hacer más preguntas, una de ellas se alzó de hombros y dijo:

            -Claro –sacó su varita y la extendió diciendo: Lumos.

            En cuestión de minutos un autobús de tres pisos se estacionó frente a ellos y un joven con uniforme y gorra se asomó diciendo:

            -Bienvenidos al autobús noctambulo, transporte de emergencia para bruja o brujo abandonados, me llamo Timothy Griffin y voy a ser su guía esta noche… Hey ¿A dónde van? –preguntó al ver a las chicas seguir su camino sin decir nada.

            -Yo… soy quien va a usarlo –dijo Draco dando un pasito- ¿me ayudarías a subir por favor?

            -No me pagan para eso pero bueno –respondió ayudándolo.

            Cuando Draco se subió se sentó en la primera cama que había, dando con un vistazo que  había solo una persona durmiendo en otra al final del pasillo, al menos en ese piso.

            -Son once sickles, pero por trece sickles puedes obtener una taza de chocolate caliente, ese no te lo recomiendo mucho, lo hizo Stan y no tiene buena mano, sabe como  agua de calcetín, pero con quince sickles puedes obtener un cepillo de dientes del color que quieras.

            -No, yo… -dijo rebuscando en el bolso robado- solo quiero viajar.

            -Ok –dijo Timothy recibiendo el pago y dándole su boleto- ¿A dónde vamos?

            -A Grimauld place numero 12.

            -Bien, ya vámonos Stan.

            Un hombre con barba blanca y cachucha de cuero que daba la imagen de un motorista rebelde, asintió en silencio y puso en marcha el autobús.

 

________________

 

 

            -Escuche, habrá mejores donaciones al hospital si cuento con su ayuda.

            -Entiéndame señor MacLeod, no es por eso, es que esa información es confidencial… mire… -dijo exhalando un suspiro- puedo asegurarle que Draco Malfoy no se encuentra con el sanador Potter.

            -¿Y por qué esta tan seguro?

            -Es información personal del señor Potter y no debería decirlo, por las circunstancias y para su tranquilidad lo haré… en señor Potter se está casando en este momento.

            -¿Qué?

            -Sí, hace días me pidió el permiso nupcial de una semana libre que se otorga a los que contraen matrimonio, platicamos un poco al respecto, se casa con esa modelo americana y la semana siguiente no vendrá porque estará de luna de miel.

            Barnett estaba boquiabierto, pero aun así no estaba dispuesto a perder su única pista.

            -No causaré disturbios, se lo prometo, deme su dirección por favor –dijo más calmado.

            -Pero señor MacLeod…

            -Escuche, nadie sabrá que lo supe aquí… es muy importante, sino nunca le  pediría esto, hágalo y le deberé un favor muy importante.

 

 

_______________

 

 

            -Grimauld place… bien –dijo saliendo de la oficina del director de San Mungo.

 

 

_______________

 

 

            -Listo, llegamos –dijo Timothy- o al menos eso creo.

            -¿Por qué?

            -Porque no veo la casa… es decir, llegamos a Grimauld place entre el numero 11 y 13 pero el 12 no está.

            Draco se levantó y caminó hasta la puerta.

            -¿Podrías ayudarme a bajar?

            -Voy.

            Ya abajo miró a ambos lados.

            -Listo, que pase buena noche.

            -No, espera… espera por favor, no te vayas aun –dijo dando unos pasos.

            -Señor no somos taxi.

            Pero ya no lo escuchó, sus ojos escudriñaban la calle buscando el número 12.

            -No puede ser… ¿acaso es un Fidelio?

            Quiso llorar de frustración al ver que efectivamente nunca iba a encontrar la casa por su cuenta.

            -Señor ya nos vamos.

            -¡Ah! –jadeó sujetándose el vientre.

            -¿¡Señor está bien?!

            -No, no lo estoy –dijo apretando los dientes.

            -¿Quiere que lo lleve a San Mungo? Le cobraría la mitad del pasaje.

            -¡No, no!... ahí no…

            -¿Y entonces que hacemos ahora?

            Draco miró de nuevo el lugar en donde estaría la casa y sin remedio dijo:

            -Ayúdame a subir.

            -Pagaría de nuevo el pasaje.

            -¡Pues pagaré el maldito pasaje!

            -Ok, ok no se enoje… no me pagan para esto –masculló ayudándolo a subir- ¿y ahora a donde? –preguntó cuando Draco ya estuvo de nuevo sentando en la cama.

            -Arranca… déjame pensar…

 

 

______________

           

 

 

            Unos minutos después alguien más llegó a Grimauld place, pero no frente al número 12.

            -¿Dónde está la maldita casa? –masculló caminando aprisa de un lado a otro sin encontrarla- ¿Un encantamiento Fidelio?.... ¡mierda!

 

 

_______________

 

 

 

            -¿Y entonces?

            -Llévame… llévame a… Ladbroke Grove número 127…

            -No quiero molestarlo con su pasaje pero…

            Draco abrió el bolso y pagó.

 

 

________________


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).