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La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

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            Dejando a los niños con los abuelos, Draco decidió salir al jardín a despejarse un poco, pidió una taza de té y se sentó en una de las bancas de piedra que había bajo algunos de los arboles, entonces miró a alguien caminar por ahí; así que lo observó hasta que ésta persona lo percibió y volteó a verlo haciendo un gesto despectivo cuando sus ojos se encontraron.

            Adivinó de quien se trataba, por lo que se levantó de prisa y lo alcanzó.

            -¡Hola!... Hola, tu eres Calem ¿verdad?

            Calem continuó su camino sin responderle, por lo que Draco siguió hablándole esforzándose por seguirle el paso.

            -Soy Draco.

            -Sé quién eres –dijo sin detenerse.

            -Espera por favor… -exclamó tomándolo de un brazo haciéndolo detenerse- hablemos por favor.

            -¿Hablar de qué?... tú y yo no tenemos nada de qué hablar, así que si me permites…

            -Por supuesto que tenemos de que hablar, mis hijos llevan tu sangre y no quiero que su único tío los mire como una amenaza -Calem hizo una mueca mientras suspiraba al tiempo que miraba a otro lado- Nunca fue mi intención irrumpir en la vida de los MacLeod, así que si tú piensas que soy un caza fortunas, estás muy equivocado.

            -¿Ah sí?

            -Sí –respondió con firmeza- Para que lo sepas, Barnett me propuso matrimonio hace semanas y al decirle que no, planeó enviarme a Azkaban y quitarme a los niños –Calem lo miró sorprendido- ¿Por qué crees que desaparecí?... tenía que alejarme de ese loco para ponerme a salvo y que no me quitara a mis hijos.

            -¿Y ahora porqué apareciste tan convenientemente?

            -¿De verdad creías que podía esconderme para siempre?... vamos Calem, con todas las maravillas que dicen de ti, no puedo creer que pienses que alguien con mis recursos podía escapar para siempre de la mira de tu abuelo ¿crees que iba a dejar que yo alejara a sus nietos de él? -Calem torció la boca y se alejó unos pasos, reconociendo que lo que decía Draco era muy cierto, su abuelo podría tardar, pero tarde o temprano terminaría encontrándolos- escucha, no quiero tenerte de enemigo, a mi no me interesa ninguna herencia, me enredé con tu hermano sin tomar las debidas precauciones, pero sé que no me ama y yo a él tampoco, pero ahora unos niños existen y son tus sobrinos… aquí no tengo familia y mis padres no pueden venir a verme, seguro sabes de que hablo… vamos, no necesito una fortuna para vivir, solo quiero que mis bebés estén a salvo y que su familia los ame… y tú eres parte de esa familia… ¿podrías darnos una oportunidad?

            Calem se giró a mirarlo al cabo de unos momentos.

            -Tienes buena labia ¿eh?

            -¿Y funcionó? –preguntó sonriendo, a lo que Calem terminó por sonreír también sin poder evitarlo.

            -A medias, no creas que me has convencido.

            -No me casé con Barnett, así que si lo entiendo bien, tu hijo será quien herede ese treinta por ciento de las acciones, por mí está bien, de todos modos no es mi dinero.

            Calem miró a Draco, ciertamente tenía una opinión de él nada favorecedora y ciertamente creía que era un caza fortunas, pero ahora ya no estaba tan seguro, por lo que siendo un hombre práctico, decidió mirar todo de primera mano y decidir por sí mismo si lo que decía Draco era verdad, por lo que lo mejor era tratarlo personalmente y dejar que las cosas se dieran por si solas.

            -Bueno Draco Malfoy, ya lo veremos.

            Draco lo vio irse, pero contrario a lo que pudiese parecer, la manera en que Calem habló le hizo sonreír, pues pudo notar que gran parte de la frialdad en esos ojos azules había desaparecido.

 

 

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            “Queridos mamá y papá, quiero contarles que los cachorros ya nacieron pero no había tenía tiempo de escribir, todo ha sido un locura; cambié de empleo y cambié de casa, me sigue yendo bien y ahora tengo tiempo de atender a los gatitos, son lindos y desde  ahora piensen en ellos como sus nietos pues son suuuper tiernos, espero que cuando los conozcan los amen tanto como yo”

“Atte. Draco”

 

 

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            “Querido Draco, tu padre y yo ya estábamos preocupados al no recibir noticias de ti, no vuelvas a pasar tanto tiempo sin comunicarte con nosotros; también nos alegra que ya tengas más tiempo para ti mismo, pero espero que no hayas cambiado de trabajo por problemas; por otro lado ¿no habías dicho que eran perritos y no gatos?... como sea, a tu padre sigue sin gustarle los nombres que elegiste para tus mascotas, dice que se los cambies a Fido y Firulais y que de ningún modo tendrá nietos de cuatro patas.

            Cambiando de tema, deberías verlo, ya está mucho mejor y cada vez es más activo en sus proyectos, está planeando hacer nuevas inversiones, si todo sale bien pronto tendremos nuestra propia casa y ya no estaremos en la propiedad que tan amablemente nos prestó tu tío Kyle ¡y será una casa linda! Estamos ahorrando hasta el último knut, quien iba a pensar que yo me perdería las colecciones de invierno que tanto amaba, pero bueno, todo es para mejor, tendrás la habitación más linda mi amor y un enorme invernadero para los ingredientes de tus pociones, tu padre ya está hablando con un arquitecto, desea que tengas un invernadero parecido al que teníamos en Malfoy Manor para tu trabajo, no será tan grande pero si estará muy completo, está muy emocionado; por lo pronto es todo cariño, cuídate y recuerda que te amamos”

 

 

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            -Qué bueno que vinieron chicos –dijo Harry recibiendo a Ron y Hermione en Grimauld Place para cenar.

            -Dejamos a los niños con mamá –dijo Ron  dejando las cosas que habían comprado para cenar en la mesa de la cocina- trajimos china ¿está bien?

            -Está bien ¿quieren té, café o soda?

            -Café está bien –respondió Hermione lavándose las manos.

            Cuando los tres estuvieron en la mesa cenando, Hermione dijo:

            -Ya hace dos semanas que Draco se fue ¿Cómo te has sentido?

            -La casa se siente vacía, los niños hacen falta.

            -¿Sólo los niños? –preguntó Ron.

            -Y Draco también, por supuesto, llegamos a llevarnos muy bien, pero bueno, no es como que no vamos a volver a vernos.

            -¿No has sabido nada de él?

            -Sí, me llamó vía flú ayer, todo va bien, Barnett aun no ha asomado la nariz.

            -¿A dónde piensa llegar ocultando la cabeza como  avestruz? –Dijo Hermione- es absurdo, es más infantil de lo que pensé, pero ¿entonces le va bien en esa casa?

            -Pues no sé, pero creo que ya se lleva bien con el hermano, habló con él y aclararon las cosas.

            -Eso es bueno, esa ya es su familia, no necesita enemigos ahí.

            -Y que los abuelos están vueltos locos con los niños.

            -Lo imagino.

            -Dice que la esposa del hermano fue internada ayer, ya entró en labor de parto, no sé si ya nació el bebé pero creo que es un parto difícil.

            -Ojalá todo salga bien.

            -Sí.

            -¿Y Rachel? –Preguntó Ron tomando un sorbo de café- ¿ha venido a visitarte?

            -No, vendrá mañana justamente, ha tenido mucho trabajo.

            -Y tu también por lo que he visto, has aceptado pacientes hasta tarde, mírate, tienes tremendas ojeras… ¿has dormido bien, Harry?

            -Sí, solo me he desvelado un poco pero todo bien.

            Se quedaron en silencio unos minutos mientras comían, luego Hermione dijo:

            -Quedé con Draco este fin de semana, iremos a comprar ropa, dice que la que tiene está muy vieja y no pega con su nueva familia… creo que tiene razón, a fin de cuentas es un Malfoy y me agrada que recupere su porte.

            -El porte siempre lo ha tenido –dijo Harry- pero si, su ropa ya amerita un cambio.

            -Podemos quedar en salir a comer todos ¿Qué les parece?

            -Me parece bien –dijo Ron- ¿tú qué opinas Harry?

            -Estaría bien pero no sé cuando pueda, tengo mucho trabajo, debo compensar todo lo que he faltado, pero yo les aviso.

            -Ojala y puedas pronto.

            -No lo creo, pero ustedes vayan, no se preocupen por mí.

            -Pides imposibles Harry –dijo Hermione.

 

 

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            -Felicidades –dijo el sanador Floyd saliendo de una habitación- Son abuelos de un niño muy sano.

            Ayla abrazó a Allister llorando emocionada.

            -¿Y Garia? –preguntó Allister.

            -Cansada pero bien, los dos están bien, Calem está reconfortándola.

            Los dos ancianos sonrieron felices.

 

 

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            -Así que el flamante heredero al fin nació –dijo Barnett sirviéndose una copa.

            -Es tu sobrino ¿acaso no quieres conocerlo? –preguntó Andreas sentado frente a él en el otro sofá.

            -No, no me interesa.

            -¿Y hasta cuando piensas aparecer? No puedes pasarte la vida escondiéndote.

            -¿Y para que quieren que aparezca? Ya tienen a los niños y a Draco viviendo en la mansión ¿Qué más quieren?

            -No seas injusto, te quieren a ti.

            -¿A mí? –Exclamó irónico- ¿a un maniático que casi mata a sus propios hijos?... claro.

            -Habla con el abuelo.

            -¿Hablas de Allister MacLeod? Si, ajá.

            -Barnett…

            -Déjame en paz Andreas, deja de joder, no quiero saber nada de ellos y ni ellos de mí; aunque aclare lo de Draco, cosa que es imposible, está mi otro asunto, así que no… definitivamente ya no hay posibilidades de ningún acercamiento.

            Pero la verdad era que no era así, extrañaba a sus abuelos, pero estaba decidido a mantenerse alejado hasta que se calmasen las aguas, algo que sabía tardaría demasiado.

 

 

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Al día siguiente…

 

 

 

            Rachel entró a Grimauld Place y miró en el interior preocupada llamando a Harry.

            -¿Harry?... ¿cariño?

            Subió hasta la habitación y lo encontró durmiendo, por lo que se acercó a tocar su frente despertándolo en el proceso.

            -¿Harry estás bien? No tienes fiebre.

            -¡Rachel! –Exclamó enderezándose- ¡Por Dios, me dormí, tenía que ir por ti!

            -Tranquilo amor, todo está bien, solo me preocupe al ver que no llegabas.

            -Lo siento –dijo pasando las manos por la cara para espabilarse- no he dormido muy bien y se me pegaron las sábanas.

            -¿Quieres seguir durmiendo?

            -¡No, no! me baño y en seguida estoy listo para salir a almorzar ¿quieres?

            -Claro… ¿y por qué no has podido dormir? –preguntó en lo que él se levantaba y sacaba una toalla del armario.

            -No lo sé, me ha dado insomnio –y sin más se metió al baño.

            Ella se fue a la cocina a preparar café en lo que se alistaba Harry, luego con una taza en la mano fue a sentarse a la sala, solo que al poner su trasero en el sofá, un chillido la hizo brincar; atrás del cojín sacó un osito de goma que chillaba al oprimirle la panza, entonces puso atención a su alrededor y vio una sonaja aquí, un diminuto guante de algodón por allá… cosas evidentes de bebé… entonces suspiró suavemente.

 

 

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            -¿Me escuchaste?

            -¿Cómo?

            -Harry, me preguntaste como me fue en mi casting y yo te contesté.

            -Lo siento cariño, es que últimamente no sé donde tengo la cabeza –respondió dando un sorbo a su capuchino y haciéndole señas al mesero de que le llevara uno más.

            -Estás distraído ¿sucede algo, puedo ayudar? –preguntó poniendo su mano sobre la de él.

            -Estoy bien Rachel, no hay problema, es solo que he estado muy ocupado y creo que debo dormir más.

            -Sí, debes hacerlo, te ves ojeroso.

            -Pero entonces cuéntame ¿Cómo te fue en tu casting?

            Ella lo observó un momento y luego exhalando suavemente procedió a contarle… otra vez cómo le había ido.

 

 

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            Esa noche cenaron fuera y llegando a casa hicieron el amor, pero contrario a dormir abrazados como siempre lo hacían, Harry simplemente se durmió.

            Así pasó el fin de semana y ella regresó a Estados Unidos.

 

 

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            -Así que se llamará como tu padre –dijo Draco cargando al bebé de Calem.

            -Sí, siempre quise hacerlo y Garia estuvo de acuerdo.

            Draco sonrió mirando al regordete bebé que dormía plácidamente después de haber sido alimentado.

            -Eres un bebé muy lindo y espero que juegues mucho con tus primos –dijo arrullándolo mientras caminaba por la hermosa habitación con decoración infantil- pero no sean muy traviesos por favor.

            Calem sonrió.

            -Creo que es bueno que no sea el único niño en esta casa… es una mansión muy grande y entre los tres se harán compañía.

            -¿Ves como los mellizos llegaron en el momento perfecto? –dijo Draco.

            -Mmm puede ser –concedió como no queriendo.

            Draco comenzó a reír pero luego dijo:

            -Barnett sigue sin aparecer… la abuela Ayla está muy triste por eso, temo que se enferme.

            -Sí, lo sé –respondió Calem poniéndose serio- le he dicho a Andreas que le diga que al menos venga a verla a ella pero sigue sin aparecer, siempre fue un idiota desobligado.

            -Creo que tiene miedo de tu abuelo.

            -¿Y?... eso no es excusa para que no afronte sus responsabilidades.

            -Cierto, pero como sea no queda más que esperar.

 

 

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Un mes después…

 

            -Los mellizos ya tienen casi tres meses y Evander uno –dijo Draco a Garia, con quien tomaba el té en el jardín- cómo pasa el tiempo.

            -Sí… y dime ¿no extrañas a Barnett?

            -¿Extrañarlo? –Preguntó haciendo un gesto de extrañeza- ¿y porqué de habría de extrañarlo, solo por ser el padre de mis hijos?

            -Pues… bueno, ya supe lo que te hizo pero imagino que aun lo amas.

            -No, hace mucho que descubrí que no, por eso no quise casarme cuando me lo propuso.

            -Debió ser muy difícil ¿no?... es decir, cuando decidió no apoyarte, tuviste que vértelas por ti mismo.

            -Hace mucho que lo hago, eso no fue lo difícil… lo difícil fue ser defraudado por la persona que crees amar.

            -Fuiste muy valiente Draco, lo reconozco.

            -Gracias.

            -Te odié cuando llegaste, pero ya no.

            -Sí, me di cuenta de que me odiaste –respondio riendo.

            -¿Y cuáles son tus planes?

            -¿Mis planes?

            -Sí ¿deseas ser un padre de tiempo completo?

            Se sorprendió que fuera ella precisamente la primera en esa familia que le preguntara algo que todos daban por sentado.

            -Yo… -dijo pensando si debía ser franco con ella- me gusta cuidar a mis niños, pero siempre he querido ser pocionista.

            -¿En serio?

            -Sí, antes pensaba que iba a heredar la empresa familiar… y así hubiera sido de no haber pasado lo que pasó, pero ahora que no tengo esa responsabilidad, pues…

            -¿Y por qué no estudias? Es decir, antes no podías, pero ahora tienes el apoyo de la familia, puedes darte esa libertad.

            -Sí, lo sé, solo que aun se me hace muy pronto, tal vez cuando los niños crezcan un poco más… ¿y tú?

            -Yo fui asistente de Calem –respondio sonriendo al tiempo que tomaba un pastelito de la charolita.

            -¿En serio?

            -Sí, nos conocimos en la universidad y luego trabajé con él, cuando Evander crezca un poco más, retomaré mi doctorado en finanzas.

            -¡Vaya eso es genial!

            -Sí, me encanta mi carrera ¿Por qué no hablas con el abuelo? Estoy segura de que te apoyará, se ocupará de la matricula y esas cosas.

            -No sé, me da pena pedirle cosas.

            -Ya eres parte de la familia Draco y ellos están felices de que les hayas dado dos nietos ¡dos nietos!

            -Sí ¿verdad?

            Se quedaron callados un momento en lo que disfrutaban los bocadillos, entonces Garia dijo:

            -Sí no es Barnett ¿hay alguien más?

            -¿Alguien más?

            -Sí Draco, alguien más… tienes cara de añoranza desde que llegaste aquí y si no es por Barnett, debe ser por alguien más.

            -No, no, para nada.

            Garia sonrió condescendiente para luego guiñarle un ojo.

            -¿Es el sanador Potter? -Draco se atragantó con el pastelito de crema que acababa de morder- ¡Cuidado!

            -Estoy bien, estoy bien –respondió dando un sorbo  su té- ¿pero qué dices mujer, de qué hablas?

            -Por lo que he oído fue él quien te ayudó todo este tiempo y que te la pasabas trabajando, así que no tenías ni tiempo ni ganas de conocer a nadie más y tienes cara de corazón roto, sino es el sanador Potter ¿Quién más?

            -Pues no es él.

            -¿Seguro?

            Draco abrió la boca para responder, pero luego la cerró y aspiró suavemente mientras miraba un punto indefinido de los amplios jardines.

            -¿Y qué que sea él? De nada me sirve –dijo entonces.

            -¿Por qué?

            -Es casado.

            -¡Oh!... vaya –exclamó dejando de sonreír- Lo siento.

            -Está bien, no es como que yo esperara algo… además…

            -¿Además?

            -Ella es modelo, incluso participó en el desfile de Victoria´s Secrets.

            -¿En serio? –Exclamó impresionada- ¿Quién es?

            -Rachel Cavanna

            -¿Rachel Cavanna? –Exclamó impresionada- ¡Sé quien es, es una de las mejores modelos mejor pagadas en la actualidad!

            -Pues su romance no es secreto.

            -Sí pero hace mucho que no veo cosas de la farándula, ni tiempo tengo… pero sí la recuerdo, es muy hermosa.

            -Sí, en cambio yo…

            -Oye ¿acaso estás menospreciándote?

            -Es que mírame, nada que ver con una modelo.

            -¿Quieres parecerte a una modelo?

            -Claro que no, me gusta mi lado masculino, es solo que… ella es tan bonita… y lo que es peor, es buena persona.

            -Mmm si, entiendo el punto.

            -Por eso decidí poner tierra de por medio, creo que me ayudará el verlo lo menos posible.

            -Sí, tienes razón –dijo con desaliento.

            -¿Sabes? Creo que tienes razón –dijo mirándola entonces.

            -¿En qué?

            -En lo de seguir estudiando, creo que platicaré con el abuelo.

            -Eso es bueno –respondió sonriendo.

 

 

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Nueva york, E.E. U.U.

 

           

            -¿Lista para ir a comer? –dijo Nikky entrando a la habitación de Rachel, encontrándola sentada frente a la ventana mirando hacia afuera- ¿Aun no estás lista? -Rachel la miró y le sonrió tristemente- ¿Qué sucede?

            Rachel miró el pensadero que tenía en la cama y que Nikky no había notado.

            -Quiero que veas algo.

            -Claro.

            Rachel sacó su varita y con ella sacó un  recuerdo que depositó en el pensadero, luego entonces Nikky hundió su rostro en él; vio a Harry y a Draco en una habitación.

           

            -Gracias.

            -Por nada –respondió quitándole la lágrima con su pulgar para después acunar su mejilla en su mano.

            -Imaginé que no podrías dormir –dijo Rachel entrando en ese momento en lo que Harry retiraba su mano con rapidez- por eso te traje un vaso de leche caliente, le agregué unas gotas de poción relajante, me ayudan mucho cuando estoy muy estresada, no te preocupes, son naturales, Harry mismo me la recetó ¿verdad Harry?

            -Sí.

            -Gracias –dijo tomando el vaso- son increíbles.

            -Bueno, te dejamos descansar.

            Harry sonrió y se levantó para tomar la mano que Rachel le ofrecía.

            -Buenas noches Draco.

            -Buenas noches.

 

            Cuando sacó su rostro miró a Rachel sorprendida.

            -¿Acaso vi bien, Harry tenía su mano en el rostro de ese hombre?

            -Sí.

            -Vaya… -dijo sin saber que decir- Es el hombre al que Harry ayudo ¿cierto?

            -Sí.

            -Pero dices que ya se fue ¿no?... Es cierto que lo que vi fue raro, pero no creo que Harry sea capaz de engañarte.

            -Yo tampoco.

            -Debes mudarte cuanto antes a Inglaterra, eso de vivir separados tanto tiempo no es bueno Rachel.

            -Lo sé –dijo sin quitar su expresión triste, por lo que Nikky trató de animarla.

            -Vamos amiga, todo mejorará cuando ya vivan juntos, volverán a reconectar, él te ama; además ese hombre no puede competir contigo ¡Mírate!

            Entonces Rachel sacó otro recuerdo y lo depositó en el pensadero, por lo que Nikky volvió a hundir el rostro en él y de nueva cuenta vio a Harry, pero esta vez no estaba con Draco.

 

-¡Uy que guapo quedaste! –dijo Harry terminando de cambiar a Scorpius, quien manoteaba muy contento en la cama- Ven, es hora de tu biberón- Se sentó en la mecedora y le dio el biberón sin dejar de hablarle- Eso es… eres un niño muy bueno- La pequeña manita se cerró sobre el meñique de Harry mientras le sostenía el biberón- Pero eres muy llorón en las noches, deja dormir a tu pobre papá… ¡eres un pillo! –añadió sonriendo.

 

Entonces Nikky salió del recuerdo encontrando a Rachel mirando el cielo nublado por la ventana.

-Dices que ese hombre no puede competir conmigo… puede ser… pero yo no puedo competir con esos niños… -musito dejando que una lagrima corriera por su mejilla.

-Oh Rachel…

-¿Viste su expresión al ver al bebé? –dijo mirándola mientras más lágrimas escapaban de sus ojos- él dijo que no pero…  -Nikky la vio sorber la nariz mientras miraba de nuevo hacia la ventana al tiempo que se secaba las lagrimas inútilmente- Desea tanto ser padre.

-Tal vez solo sea cuestión de tiempo, esos niños estuvieron varias semanas con él, era normal que se acostumbrara al bullicio.

-Ha cambiado… lo noto distinto.

-Vamos amiga, no te pongas triste, solo se siente solo, ya debe extrañarte mucho.

-No me extraña a mí.

-No digas eso.

-¡Ya no es lo mismo, no estoy ciega! –Exclamó poniéndose de pie- Ya no me mira como antes, ni siquiera me escucha cuando le hablo, está distante… -Nikky la vio caminar por la habitación.

-Pero él llegó a un acuerdo contigo, no va a presionarte para tener hijos.

-Eso es lo peor… que lo conozco y se quedará callado a mi lado soportando todo estoicamente.

-Rachel…

-Yo quiero a alguien que comparta mi visión de la vida, no que la soporte… lo amo tanto y no quiero perderlo –sollozó dejándose caer en el sofá.

-Oh Rachel… -dijo sentándose apresuradamente junto a ella para tomarle la mano.

-No quiero perderlo… y al mismo tiempo deseo que sea feliz… pero ¿cómo lo será sin tener aquello que tanto anhela?

-Tampoco es justo que tú te sacrifiques viviendo una vida que no quieres, con el tiempo te amargarás.

-No quiero perderlo… no quiero… lo amo demasiado…

Nikky la abrazó mientras ella lloraba.

 

 

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Notas finales:

Hasta la proxima semana ^^


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