Barnett se mordió el labio inferior, deseaba decir que no, pero también deseaba decir que sí.
-Yo… no lo sé.
-Son tus hijos… y al final no pasó nada malo de aquello que planeaste, creo que fue una oportunidad de enmendar esos errores, pero no creas que te digo esto porque yo sea muy bueno, sino porque no quiero guardar nada que afecte nuestra relación, a fin de cuentas estos niños nos unirán para siempre nos guste o no, lo mejor es aclarar todo desde un principio.
-No lo sé –dijo al fin- Los rechace en un inicio, puse en peligro sus vidas… la verdad es que me avergüenza presentarme ante ellos como su padre…fui una mierda.
-Sí, ya lo sé… te dije que concuerdo contigo al cien por ciento, pero demos vuelta a la página, ellos lo valen ¿no te parece?
-Pues sí, eso es cierto.
Draco se levantó, levantó el velo de la cuna y sacó un pequeño bulto.
-Mira, él es Scorpius –dijo dándoselo- está dormido -Barnett no se levantó, solo recibió al bebé en brazos sintiendo muchas emociones encontradas- Sacó el mismo color de tus ojos, solo espero que no sea una pequeña lacra como tú.
Barnett sonrió al oírlo, luego miró el sonrosado rostro asimilando por fin que ese pequeño ser era su hijo.
-Mi hijo…
-Ellos merecen un buen padre, alguien que sea bueno con los demás… por favor Barnett, no vuelvas a mirar a las personas como si fueran cosas desechables, porque no lo somos… piensa que eso que tú hiciste, alguien podría hacérselo a ellos.
Esas palabras calaron en el corazón de Barnett, el pensar que alguien dañara a aquellos niños como él lo había hecho con Draco, le estrujó el corazón.
Después cargó a Cissy, quien ya estaba despierta y lo miraba con sus intensos ojos azules.
-Sus ojos me recuerdan a los de Calem –dijo mientras dejaba que la diminuta manita le agarrara un dedo.
-Sí, lo mismo pensé ¿Qué acaso no sacarán nada de parte de mi familia? Digo, yo los parí, es lo menos que me deben.
Barnett sonrió y luego volvió a mirar a Cissy.
-Gracias… ¿sabes? Habríamos sido una gran pareja, siendo intersexual mi abuelo nunca se habría enterado de mi orientación y además puedes tener hijos… eres muy atractivo e inteligente, sangre pura y de una familia con clase, eres perfecto… lo único que me faltó fue enamorarme de ti –añadió con pesar mirándolo.
-Lo sé… y yo te amaba, de verdad que te amaba…
-Lo lamento.
-Después ese amor fue muriendo poco a poco hasta convertirse en nada -Pasaron unos minutos en silencio, hasta que Draco volvió a hablar- Pero podemos ser amigos por el bien de nuestros hijos, puedo quererte como a un amigo.
-Pondré todo de mi parte, ya lo verás.
Draco sonrió al verlo mirar a Cissy con una sonrisa.
-Sé que las cosas con el abuelo siguen difíciles.
-Difíciles no, más bien inexistentes, pero está bien –dijo sin dejar de hacerle muecas a Cissy- Ya sabía yo que eso pasaría tarde o temprano, así que no importa.
Draco lo vio hablar a la ligera, pero sabía muy bien lo que significaba para él, sin embargo decidió no ahondar más en el asunto.
-¿Te parece que cuando los bañe la próxima vez, te mande un mensaje para que vengas a ayudarme?
-¿Yo?
-No veo a nadie más.
-Pero ¿y si se me caen? –preguntó preocupado.
-No seas torpe, no voy a soltártelos de buenas a primeras.
-Ah bueno, si es así…
Pasaron un rato mas hablando de los niños hasta que fue momento de despedirse.
-Gracias Draco, eres el mejor padre que mis hijos pudieron tener.
-Lo sé, soy un Malfoy.
Barnett sonrió y salió de ahí.
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Pasó un mes más y Draco seguía viviendo su nueva vida con una rutina tranquila, o al menos lo más que lo permitían dos bebés recién nacidos, sin embargo aun sentía que le faltaba algo.
-¿Ya se habrá mudado contigo? –pensó nostálgico mientras amamantaba a Scorpius en el jardín- Creo que ella ya estaba por terminar sus compromisos en América…
Suspiró mirando a su bebé y pensó en todo lo que Harry había hecho por ellos, que gracias a él podía tener a su hijo en sus brazos, así que sabiendo que estaba portándose de forma injusta con Harry, decidió que lo visitaría el fin de semana estuviera con su esposa o no.
-Aun podemos ser amigos –Pensó con resignación.
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-Hola abuelo –dijo Calem entrando al estudio de Allister.
-Pasa hijo, justo estaba por llamarte –dijo acomodando unos documentos en una carpeta- es un borrador de mi testamento y quería que lo vieras antes de enviarlo al notario para que le eche un vistazo -Calem se sentó frente al escritorio y miró el sobre que su abuelo había puesto frente a él- ¿Qué sucede?
-Abuelo, voy a renunciar a ese 30% más de las acciones, aunque bueno, no serán mías pero yo las manejaré y repartiré todo a partes iguales con los hijos de Barnett.
-Ese nombre…
-Así se llama tu nieto aunque pretendas que está muerto.
-No vuelvas a mencionarlo frente a mi ¿entendido? –dijo con gesto adusto.
-¿Porqué, que hizo aparte de ser un idiota con Draco? Porque si mal no recuerdo eso ya lo rectificó ¿no?... incluso hizo las paces con él y él, siendo el principal afectado ya lo perdonó ¿tú por qué no?
-Sabes que ese no es el problema.
-¿Y entonces cual? –preguntó con cierto sarcasmo.
-Ya retírate, luego revisaremos el documento.
-¿Te refieres a que Barnett es gay?
-¡No vuelvas a mencionar eso frente a mí, ya te he dicho que ahora solo tengo un nieto!
-Te quejas de él y eres igual de obcecado, los dos son igual de idiotas –Allister lo miró sorprendido, Calem jamás se había atrevido a faltarle el respeto de esa manera- Por lo menos él ya se dio cuenta, pero tú sigues igual de ciego ¿Qué más te da que le gusten los hombres? No es como que él lo haya elegido como crees tú, él no puede evitarlo.
-¡Cállate, te prohíbo hablarme de esa manera!
-Yo lo único que quiero es que te des cuenta del error que estás cometiendo al alejarlo así de tu vida, de no aceptarlo como es, tal como se supone que un padre hace con sus hijos.
-¡Le di todo y se burló de la familia haciendo esas… porquerías!
-El amar o desear a alguien de tu mismo sexo no es una porquería abuelo, se llama orientación sexual.
-¡Me importa una mierda como se llame, no quiero que vuelvas a mencionarlo frente a mí! ¿¡Entendiste?!
-Solo deseo que cuando intentes enmendar esto, no sea demasiado tarde –y sin más salió de ahí.
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Días después, Draco preparó a los niños y después de enviar una nota a Harry avisando de su visita, se presentó en Grimauld Place.
-Hola –saludó intentando no parecer nervioso.
-¡Adelante, pasa! –Dijo haciéndose a un lado para que Draco pasara con la carreola- me dio mucho gusto recibir tu nota ¿cómo has estado? Es decir, tú y los niños…
Pasaron a la sala en donde Draco esperaba ver a Rachel, pero no había nadie.
-Bien, estamos bien, muchas cosas han pasado y quiero contártelas.
-Claro, claro ¿quieres un té o un café? También tengo soda.
-Un té está bien.
Harry fue a la cocina y trajo una charola con te para ambos y una charolita de pastelitos de crema.
-Mira, tus favoritos.
-¡Uy si, me encantan! Con eso de amamantar a los niños, no como, devoro… -Mientras comía el pastelito, Draco observó a Harry y notó que éste había perdido unos cuantos kilos y se notaba un tanto ojeroso- Oye ¿estás bien? Te ves un poco…
-Me divorcié –interrumpió sorprendido de sí mismo por revelar eso que a nadie le había contado aun, ni siquiera a Ron y a Hermione.
-¿Qué?
-Más bien fue ella… Rachel me pidió el divorcio -Draco se quedó a medio masticar de su bocado y solo atinó a bajar la mano y mirarlo en silencio- Nadie lo sabe, ni siquiera Ron y Hermione, tu eres el primero.
-Pero ¿ Que sucedió? Todo parecía ir bien, la última vez que los vi juntos se veían felices.
-Sí, eso creía yo también… pero al parecer ella ya no estaba feliz.
-¿Por la distancia?
-No.
-Entonces por el país, cambió de opinión.
-No, no fue nada de eso… es solo… mierda, aun siento que le fallé –dijo exhalando un profundo suspiro mientras se pasaba las manos por la cara y se dejaba caer en el respaldo del sofá.
-Por dios Harry, ahora entiendo porqué no has dormido y has adelgazado… ¿Por qué dices que le fallaste?
-Porque cuando nos casamos fue porque yo había aceptado su estilo de vida sin niños… pero ella dijo que no, que yo… -se interrumpió haciendo una mueca y mirando sus manos.
Draco se quedó callado dándole tiempo, si no se lo había contado a nadie, entonces tampoco se había desahogado con nadie.
-Ella dijo… que yo había aceptado sus términos pero que en realidad no lo deseaba.
-El no tener hijos.
-Así es, dijo que con verme con tus bebés le hizo abrir los ojos, que en realidad yo iba a sacrificar mis sueños de tener una familia solo por estar con ella… que yo no merecía eso… y ella tampoco.
-Bueno Harry, ella tenía razón, tarde o temprano ibas a terminar amargándote la existencia por algo que pudo ser y no fue porque “ella no quería” y luego terminarías odiándote a ti mismo porque te darías cuenta de que tampoco fue su culpa, sino tuya por haberlo elegido.
-Ya lo sé, pero…
Draco lo vio suspirar como queriéndose acabar el oxigeno y quedarse a media frase.
-La amabas ¿verdad?
-Sí… esa es la verdad… mira, sé que no lo parece por lo que paso entre tú y yo la ultima vez, es decir…
-El beso, si –dijo sonriendo- solo fue un beso Harry, no pensé en algo más –añadió mintiendo flagrantemente.
-Fue algo extraño y no puedo decir que no me gustó –dijo sonriendo débilmente- puedes acusarme de ser un atrevido o algo peor, pero yo la amaba… aun la amo… tu eres maravilloso, claro y me encantas… es decir… olvídalo, soy un manojo de ideas obtusas –dijo alzando una mano y negando con la cabeza.
-No has dormido, se ve a las claras –exclamó sonriendo- haremos esto, dormirás una siesta mientras yo cocino algo, ya estás muy flaco.
-No, no, estoy bien.
Draco ya no dijo nada, se levantó y empujó la carreola hasta la escalera en donde sacó a Scorpius dormido y le instó a él a hacer lo mismo con Cissy, luego fue hasta la habitación de Harry y los acostó ahí.
-Duerme junto con ellos y no olvides poner el hechizo en la cama para que no se vayan a caer si despiertan, ya tienen seis meses –Y sin más salió de la habitación.
Harry miró la puerta por donde había salido y luego miró a los niños, entonces decidió obedecer, aplicó el hechizo, se quitó los zapatos y se acostó junto a ellos y contrario a lo que venía pasando últimamente, se quedó dormido casi enseguida.
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Draco estaba más que sorprendido con la noticia, jamás esperó que ellos ya no estuvieran juntos y aunque Harry en verdad le gustaba, no le gustaba en lo más mínimo verlo así de triste y deprimido, así que puso manos a la obra a cocinar algo para cuando él despertara; para su mala suerte, no había gran cosa en la cocina haciendo obvio el porqué de sus kilos perdidos, sino quería comer entonces no llenaba su despensa.
Lo que hizo entonces fue pedir comida a domicilio y esperar a que despertara, mientras tanto vio que la casa necesitaba orden y varita en mano comenzó a asearla puesto que Harry no tenía elfos domésticos.
Las horas pasaban y siendo que había llegado a la una de la tarde y ya iban a dar las ocho de la noche, mandó un mensaje a la mansión MacLeod de que iba a tardar para que no se preocuparan, así que más tranquilo se tomó un té mientras Harry despertaba, pues aunque había ido por los niños para alimentarlos, éste ni siquiera se había movido.
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-Mmm…
Se movió y comenzó a estirarse como un gato perezoso sintiendo que había dormido mucho tiempo, entonces miró a un lado y vio a Draco sentado en la cama amamantando a Cissy.
-Hola –saludó el rubio sonriendo.
-Hola… mmm… ¿Qué hora es?
-Van a dar las once de la noche.
-¿Qué, en serio?
-Ajá.
-Oh diablos… -musitó sentándose y recargándose en la cabecera, quedando hombro con hombro con Draco- creo que si necesitaba dormir un poco.
-¿Un poco?
-Siento haber dicho lo que dije, creo que no estaba en mis cabales –exclamó frotándose los ojos.
-Pero sino dijiste nada, solo que te habías divorciado, me dijiste los motivos de ella y nada más.
-Sí, fue tan sorpresivo, nunca lo esperé.
-¿Hace cuanto fue?
-casi dos meses más o menos.
-¿Y no les has dicho a tus amigos?
-No.
-¿Por qué?
-No lo sé… creo que me avergüenza que me digan “te lo dije”
-¿Por qué, no estaban de acuerdo?
-No es que no estuvieran de acuerdo, es solo que me decían que no me apresurara.
-¿Y tenían razón?
-No lo sé… creo que si… me siento fuera de lugar.
-¿Qué opinas de los motivos de ella?
-Pues… yo en verdad deseo hijos.
-¿Y por qué te casaste sabiéndolo?
-Caray Draco, haces que me duela la cabeza –dijo alborotándose aun más su negra melena.
-Es que yo creo que debes desenredar tus ideas para así poder analizarlas, entiendo tu duelo pero no puedes quedarte así.
-Sí, eso es cierto… bueno, dijo que al verme con tus bebés supo que tarde o temprano mi deseo de tener una familia saldría a flote… y creo que tenía razón, fue más madura que yo.
-La amabas mucho, tardarás tiempo en sanar, pero estarás bien.
-Sí, lo sé… y es verdad que la amaba, pero ¿sabes?... el aceptar que puedo tener la familia que tanto he deseado, me ha traído cierta paz.
-Ella en verdad debe amarte mucho para pensar en tu felicidad futura… no sé si yo sería capaz de algo así.
Harry suspiró profundamente y entonces cargó a Scorpius que comenzaba a despertar.
-Ven aquí pequeño.
Draco lo vio arrullarlo y eso pareció tranquilizarlo.
-¿Y qué harás ahora?
-Bueno, el divorcio fue relativamente rápido porque fue de común acuerdo, la semana pasada me llegaron los papeles y como nos habíamos casado por bienes separados no hubo ningún problema… lo que haré ahora es lo que he venido haciendo… ir a trabajar y ya.
-¿En serio Harry? ¿Vas a quedarte a vegetar aquí?... debes ir con tus amigos y contárselo, ellos merecen saber que pasa contigo, además ese tiempo con ellos te ayudará.
-Bueno si, obviamente debo decírselos pero… no sé cuándo.
-Mientras más pronto mejor, no te juzgaran… bueno tal vez sí, pero solo será un poco -Harry sonrió mientras Scorpius le tomaba un dedo e intentaba llevárselo a la boca- Por cierto, me han pasado muchas cosas y quería contártelas.
-¿En serio? Soy un torpe, con mis cosas ya no te dejé.
-No Harry, estuvo bien, tú necesitabas hablar más que yo.
-¿Y qué ha sucedido?
-Nunca lo adivinarías, pero mejor vamos a cenar y te cuento mientras comemos, me muero de hambre.
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Pasados un par de semanas, Harry decidió que era momento de hablar con sus amigos.
-Qué bueno que aceptaste venir a cenar Harry –dijo Hermione dándole un trozo de manzana asada a Hugo mientras Rose comía de su platito de pasta- Hacía mucho que ya no venías y nos preocupamos, has bajado de peso ¿Qué sucede?
-Sí Harry, te desapareciste estas semanas y solo respondías mis mensajes con pocas palabras –añadió Ron pasándole un plato con estofado de carne.
-Gracias -respondió tomando el plato y preparándose para hablar antes de empezar a cenar- Sí, siento mucho haber hecho eso, necesitaba estar solo.
-¿Problemas con Rachel? –preguntó Ron.
-No… si… bueno, nos divorciamos.
Ron y Hermione dejaron de hacer lo que estaban haciendo y lo miraron.
-Lo sabía –dijo entonces Ron tomando un pan recién horneado de la cesta- ¿no te lo dije Hermione, no te lo dije?
-Sí Ron, lo hiciste –respondió limpiándole la carita a Hugo- Pero fue en mucho menos tiempo del que habíamos calculado.
-¿Por qué no están sorprendidos? –preguntó más sorprendido él por la reacción de sus amigos.
-Porque ya se veía venir –respondió Hermione comenzando a comer- Era obvio que eso pasaría desde que nos anunciaste tu compromiso.
-Pero… ustedes no dijeron nada.
-¿Y qué habríamos de decirte Harry? Estabas muy decidido y cuando a ti se te dice que no hagas algo, haces todo lo contrario.
-Cierto amigo –convino Ron- ¿Y cuál fue el motivo, Malfoy?
-¿Y por qué habría de ser Malfoy? -Ron y Hermione se miraron y luego siguieron comiendo- Disculpen ¿me perdí de algo?
-Y luego dicen que el obtuso soy yo.
-Draco no tuvo nada que ver –exclamó frunciendo el ceño- nunca fui infiel, yo amaba a Rachel de verdad.
-Nunca dije que lo fueras –dijo Ron pinchando una papita y llevándosela a la boca.
-Y sabemos que amabas a Rachel, sino no te hubieras casado.
-¿Y entonces?
-Haz memoria ¿de verdad el tema de Draco nada tuvo que ver?
-Mmm… bueno… mencionó a los mellizos… dijo que viéndome con ellos, sabía que tarde o temprano me amargaría por haber renunciado a una familia… ¡Pero eso no incluye a Draco!
-Ok –aceptó Ron.
-Harry ¿Draco ya lo sabe?
-Sí, fue a visitarme hace días y se lo dije.
-¿Y cómo estas ahora?
-Mucho más tranquilo, aun me siento algo perdido, fueron años de relación… así que no puedo evitar que me moleste que me mencionen a Draco, yo en verdad amaba a Rachel.
-Y no lo dudo Harry –dijo ella tomándole una mano y mirándolo- en ese sentido eres muy honesto.
-¿Y entonces?
-Te diré la verdad –dijo Hermione volviendo a su plato de estofado- Amabas a Rachel, pero Draco te gustaba mucho desde el colegio, que digo mucho, muchísimo.
-Eso no es cierto.
-Amigo ya tenemos treinta años –intervino Ron alzando una ceja- Y esa obsesión que tenías con Malfoy era muy rara, creo que ya es hora de que lo reconozcas.
-¡Pero yo tenía razón, planeaba algo!
-Ese es el punto… ¿Quién jodidos se dio cuenta de entre todos los que estábamos ahí teniendo tantas cosas en la cabeza?... solo tú obviamente.
-Pero…
-Harry –interrumpió Hermione- no decimos que no amaras a Rachel, yo de verdad creo que así fue, pero ahora que ya no está, puedes pensar en otros horizontes… no digo que lo hagas inmediatamente ni que un clavo saca a otro clavo, debes vivir tu duelo, date tiempo, lo necesitas… con el tiempo sanarás y aclararás tus ideas.
-¿Y entonces a que viene lo de Draco?
-Bueno, yo también creo que Draco te gusta mucho, pero a diferencia de Ron, yo creo que debes tomarte tu tiempo y procesar tu divorcio; si algo debió enseñarte lo que acabas de pasar, es a no apresurarte, si Malfoy es el indicado, bueno pues así será y ya, pero tampoco él merece que lo busques si aun hay fantasmas en tu cabeza de otra mujer y con eso no estoy diciendo que ya lo hayas buscado para eso –añadió al verlo abrir la boca para protestar el último punto- Solo digo que es lamentable tu divorcio, todo divorcio lo es y cuando quieras hablar con nosotros puedes hacerlo con confianza –dijo tomándole la mano de nuevo y sonriéndole- no siempre estaremos de acuerdo, pero siempre estaremos contigo.
Harry sonrió con lo último y también le tomó la mano.
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