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Días después y de algunas citas más con Harry, Draco decidió contárselo a la abuela, después de todo si Harry era ahora su pareja, estaría en contacto con los niños oficialmente.
-Abuela –dijo mientras tomaban el té en el jardín ellos dos y los niños- quiero contarle algo.
-¿Qué sucede querido?
-Usted sabe que entre Barnett y yo ya no hay nada, es decir… románticamente.
-Ajá.
-Y bueno, yo… estoy saliendo con alguien.
-¿En serio? –preguntó sorprendida después de beber un pequeño sorbo de su té de jazmín.
-Sí.
-¿Y quién es?
-El sanador Harry Potter.
-¡Oh! ¿En serio?... ¡vaya! Sí que es una sorpresa.
-Nos conocemos desde el colegio, tenemos una vasta historia detrás de nosotros.
-Bueno… debo confesar que aun tenía una pequeñísima esperanza de que tú y Barnett llegaran a entenderse –dijo con cierto pesar- Pero entiendo perfectamente que aun eres joven y deseas encontrar el amor ¿es algo formal?
-Lo es, además quiere mucho a los niños.
-Eso es muy importante –dijo quedándose callada después.
-¿Está molesta por eso?
-¡Oh no, claro que no Draco! –Se apresuró a responder al tiempo que ponía su mano sobre la de él- disculpa si di esa impresión.
-Últimamente la veo decaída… es por Barnett ¿verdad?
-Sí, debo confesar que sí, pero ahora mi hijo no se ha portado mal… es por Allister ¿sabes? El solo pensar en esta situación hace que me duela la cabeza, ayer descubrí que todos nuestros álbumes familiares fueron modificados.
-¿Las fotografías?
-Sí, todas las de Barnett han desaparecido, le reclamé y discutimos de nuevo.
-Tal vez si yo hablo con él…
-No querido, esta no es tu batalla y solo conseguirás que se enoje contigo.
-Lamento todo esto, justo cuando las cosas comienzan a mejorar.
-Así es, pero disculpa mi humor, estabas contándome algo lindo y yo lo arruino con estas cosas.
-No se preocupe, me gusta que confíe en mi.
-Hablando del señor Potter, quiero que venga y se presente formalmente conmigo, tus padres no están pero nosotros somos responsables de ti –Draco sonrió sabiendo que de nada serviría que ya tuviera treinta años, los magos tenían una vida más longeva que los muggles, así que era prácticamente un jovencito para ellos.
-Sí abuela.
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-¿En serio quiere que vaya a pedir tu mano? –preguntó riendo.
-No vas a pedir mi mano –respondió dándole un cojinazo mientras terminaba de cambiarle el pañal a Scorpius en la habitación de Harry en Grimauld Place- es solo que como mis padres no están, se sienten responsables de mi.
-¿Aunque seas un treintañero?
-Aunque sea un cincuentañero.
-¿Cuántos años tiene Barnett?
-Acaba de cumplir veinticinco me parece.
-Necesitabas colágeno ¿eh?
-Cállate –exclamó aventándole una mantita mientras reía y luego ponía a Scorpius en el piso alfombrado para que siguiera jugando con Cissy, a lo que Harry lo tomó de la cintura y se lo sentó en las piernas riendo también.
Draco le tomó una mejilla con una mano y luego comenzaron a besarse, fueron recostándose en la cama quedando Harry encima de él.
-Mmm…
Harry se acomodó entre sus piernas flexionadas mientras le besaba el cuello y metía su mano debajo de su camiseta para poner su mano sobre uno de sus pechos.
-No…lo haremos aquí… -dijo ladeando la cabeza para darle espacio.
-Ya lo sé… solo quiero tocarte…
Se dieron unos cuantos besos más y luego, todos duros y sudorosos tuvieron que dirigir su atención a los niños mientras jugaban en el piso.
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Días después, mientras Barnett daba de comer su papilla a Cissy en una sillita alta en el invernadero de la mansión, sacó un tema que llevaba días pensando en abordarlo con Draco.
-Oye Draco, en un mes es el cumpleaños de los mellizos.
-¿Ajá? –respondió dándole su papilla a Scorpius, quien tomaba una fresa de su platito y se lo llevaba a la boca.
-Y yo pensé que tal vez sería buena idea festejar a los tres niños al mismo tiempo, no sé… tal vez dejar pasar un mes y así celebrarlo junto con Evander ¿Qué opinas? -Draco miró a Barnett y frunciendo el ceño sonrió al mismo tiempo- ¿Qué?
-¡Vaya, vaya! Si que has cambiado Barny.
-No me digas así, solo Calem me dice así.
-Y Andreas.
-Bueno si, pero nada más ellos… ¿Por qué te ríes, es mala idea? –Exclamó molesto- además sigo siendo el mismo ¿Por qué dices que he cambiado?
-Antes pensabas borrarme del mapa ¿y ahora me pides permiso para cambiar la fecha de celebración?
-Sí no quieres no –dijo alzándose de hombros dándole a Cissy un trozo de banana- no importa.
-Pero es que me parece muy buena idea –respondió sonriendo- los niños solo se llevan como mes y medio de diferencia, además sería genial que entre los cuatro organizáramos esto.
-¿Verdad que si? –Dijo sonriendo- llamaríamos a Amanda.
-¿Y quién es Amanda?
-Es la organizadora profesional de confianza que tenemos, nadie como ella para organizar nuestras fiestas.
-¿Y nuestra fiesta necesitaría una organizadora?... digo, es el cumpleaños de los niños pero…
-¡Por supuesto Draco! –Exclamó como si fuera lo más obvio del mundo- son MacLeod y deben celebrar su primer año de vida como se debe, Calem está de acuerdo conmigo.
-¿Calem?... ¿él ya sabe de esto?
-Sí, se lo comenté primero obviamente ¿Qué tal si no quiere y yo ya planeando?
-¿Entonces dijo que si?
-Sí –dijo comiéndose el trocito de banana que Cissy hizo a un lado para agarrar un trocito de mango.
-Ok ¿pero estas seguro de necesitar una organizadora, pues que tan grande será la fiesta?
-Mandaremos invitaciones a la familia que está en el extranjero también y créeme que cuando les dices “fiesta” se dejan venir como avalancha, así que ellos más los que viven aquí… créeme, lo de navidad no es nada.
-Vaya… bueno, si tú lo dices –respondió un poco intimidado.
-Además ¿tú no tienes más familia que desees invitar?
-No, solo mis padres… ¡Y Blaise! ¡Sería una magnífica oportunidad para que venga!
-Ok, cuando decidamos la fecha llamaremos a Amanda.
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Draco abrazaba a Harry por el cuello cerrando con fuerza los ojos mientras éste lo embestía con vigor una y otra vez.
-¡N-no tan… fuerte!
-Lo siento… -murmuró mientras aminoraba el ritmo- ¿quieres que lo hagamos vía vaginal?
-No, así me gusta… solo que ha pasado tiempo…
-Perdón, me estoy dejando llevar –dijo besándole el cuello y sin dejar de penetrarlo, solo que esta vez de manera tranquila.
-De hecho me gusta que me monten fuerte, solo dame un poco de tiempo.
-Entonces tendremos que hacer esto más seguido.
-Estoy de acuerdo.
Harry le dio un beso, salió de él y lo hizo ponerse en cuatro, tomó sus caderas y lo penetro otra vez, al cabo de unos minutos estaba dándole duro de nuevo y Draco solo estrujó las sabanas con las manos mientras cerraba los ojos con fuerza sin protestar, pues aunque estaba doliéndole, también estaba disfrutando el que su próstata estuviera siendo estimulada con energía; después de unos minutos así Harry sintió como Draco se tensaba y se corría en medio de un gemido, entonces lo penetró un par de veces más y dejó ir el orgasmo que ya pugnaba por salir, luego sacó su pene y después de deshacerse del condón, se recostó junto a él y se durmieron.
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-¿Quién se quedó con los niños? –pregunto Harry cuando desayunaban en la cama.
-Barnett se los llevó a su casa, él fue quien pidió quedárselos, quiere que vayan familiarizándose con sus habitaciones, se llevó a las nanas con él, así que yo aproveché para pasar la noche aquí.
-Es genial –dijo dándole un beso sabor dulce de leche.
Draco sonrió y se chupo un dedo con caramelo de sus panqueques.
-¿Qué crees? Celebraremos el cumpleaños de los mellizos junto con Evander.
-¿Los tres juntos?
-Sí, fue idea de Barnett, dice que así vendrán todos los familiares de una vez, pero yo creo que es por qué desea compartir algo con Calem ¿y qué mejor que el cumpleaños de sus hijos?
-¿Y a ti que te parece?
-Me parece bien, no es como que desee una fiesta solo para mis niños, me gusta que compartan con su primo, después de todo estarán juntos en Hogwarts, es lindo que creen lazos desde aquí.
-Eso es bueno.
-¿Y qué crees? –Harry iba a tomar un sorbo de leche fría pero al ver la expresión sonriente de Draco se detuvo.
-Qué.
-¡Mis padres se mudan definitivamente a Malfoy Manor!
-¿En serio?
-¡Sí! me lo dijeron ayer, papá hizo arreglos en sus negocios allá y podrá manejarlos desde aquí, además con los nuevos proyectos que tiene aquí con Barnett, necesita estar en Inglaterra.
-Eso es genial cariño –dijo dándole otro beso- las cosas cada vez son mejor.
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Pasó una semana y los Malfoy regresaron ya de forma permanente a Gran Bretaña para el regocijo de Draco, quien de nueva cuenta pasó todo el día con ellos.
-Siento todo esto como un sueño –dijo Narcisa mientras un elfo terminaba de acomodar su ropa en el armario.
-Lo sé, me pasa igual, por cierto, el cumpleaños de los niños es en una semana, pero haremos solo una pequeña cena familiar, la celebración mayor se hará dentro de un mes, junto con Evander, el hijo de Calem y Garia.
-¿Y eso porqué?
-Para que toda la familia esté presente, es decir la familia MacLeod, nosotros ya estamos completos.
-Me alegra tanto que hayas parado con una buena familia.
-No hay familia perfecta madre, pero dentro de lo que cabe, todos han sido amables conmigo… pero sobre hay algo que me gustaría contarte.
-¿Qué es cariño?
-Sabes que no tengo relación con Barnett más que parental ¿verdad?
-¿De verdad no hay posibilidad de reconciliación?
-No mamá, no la hay.
-Es una lástima.
-Y menos ahora que ya estoy saliendo con alguien más.
-Espero que esta vez no haya otro “premio” y hagas las cosas como se debe –dijo Lucius entrando en ese momento.
-Ni digas que bien te traen loco esos dos “premios” que consientes todo el tiempo.
Lucius solo sonrió.
-¿Y bien cariño, quien es? –preguntó Narcisa tomándole una mano.
-Es Harry Potter.
Lucius y Narcisa se le quedaron viendo, luego se miraron entre si y luego lo volvieron a ver.
-¿El jodido niño que vivió? –pregunto Lucius.
-Pues no conozco otro.
Lucius alzó ambas cejas y abrió la boca, pero luego no dijo nada y la cerró de nuevo.
-Eso es… ¡vaya!... –exclamó Narcisa.
-Se han quedado sin palabras.
-¿Y qué esperabas? –Dijo Lucius- tu sí que sabes darnos sorpresas ¿Qué sigue, que serás el próximo ministro? –Añadió yéndose a sentar- Iggy tráeme un whisky.
-Estás tomando medicamentos, no puedes beber alcohol –dijo Narcisa.
-En serio necesito un trago ¿me dirás que tu no?
-Mmm cierto, Iggy tráeme uno también.
-¿En serio madre? –pregunto Draco sonriendo.
-¿Y qué esperabas cariño? Tu padre tiene razón, no dejas de darnos sorpresas, ya hasta me das miedo.
Draco empezó a reír viendo a sus padres beber su whisky.
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-Y yo que creí que nosotros estaríamos muy ocupados con lo de la fiesta –dijo Garia viendo a Calem y a Barnett señalar quien sabe que cosas a la organizadora Amanda, una mujer de mediana edad y su asistente mientras caminaban por el inmenso jardín.
-Sí –respondio Draco mientras ambos bebían una soda bajo una sombrilla- Creo que esta no será la fiesta de los niños sino de los papás.
-Sí, la verdad me da risa verlos.
-Lo sé, me pasa igual, quien lo iba a decir, aunque… aun estoy confundido, Barnett está metido en todo esto pero ¿Qué ha dicho el abuelo, lo sabes? Es decir, ambos tendrán que estar en la fiesta ¿no?
-Pues sí, esa es la idea, pero Calem está muy dudoso de que eso ocurra, dice que Barnett le ha dicho que él vendrá como si nada, que son sus hijos y tiene derecho a estar aquí.
-Pues en eso tiene razón.
-De hecho descartó la fiesta en su mansión porque dice que los niños tienen derecho a estar aquí y en eso estoy de acuerdo, no está escondiéndose de nadie, no tendría por qué, sobre todo porque ya ha salido oficialmente del armario y todos saben que es gay... o bueno, ya muchos lo sabían por las habladurías pero ahora es oficial y el abuelo no está nada feliz con eso, la verdad me preocupa que ese día haya algún enfrentamiento o algo.
-Hablaré con él, veré que hará en caso de que el abuelo lo confronte de manera agresiva.
-Aunque ese es el peor de los escenarios, ojala solo sean preocupaciones inútiles y esos dos no se maten.
-Ojalá.
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