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Cuando llegó a la clínica, lo primero que vio en la sala de estar fue a su esposa, Calem, Garia y Draco bebiendo té poniéndose de acuerdo en las rondas que harían para acompañar a Barnett, pero cuando Ayla lo vio, se levantó y caminó.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó con voz firme- no te permito que estés aquí.
-Ayla, déjate de tonterías ¿cómo está…? –pero no pudo terminar de hablar pues ella lo abofeteó.
-¡Fuera de aquí, largo! -Calem corrió hasta su abuela para sostenerla por los hombros mientras ella lloraba furiosa- ¡No tienes ningún derecho a estar aquí, le deseabas la muerte a mi hijo y para tu buena fortuna casi se cumple!... ¡así que no quiero volver a verte cerca de él! ¿¡Entendiste?!
El anciano estaba pálido y sin que ninguna palabra saliera de su boca.
-Abuelo, venga conmigo –dijo Draco Tomándolo de un brazo y jalándolo fuera de la sala de espera.
-¡No lo quiero aquí, no lo quiero aquí!
-Tranquila abuela, ya se fue, cálmate.
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Draco se llevó al anciano hasta otra habitación que una enfermera les proporcionó, ya ahí lo sentó en la cama y se sentó a su lado.
-¿Cómo se siente, quiere que llame al sanador Floyd?
-Draco…
-¿Sí?
Allister lo volteó a ver y preguntó:
-¿Qué sucedió?
-Bueno… él estaba en Suiza y el día de la fiesta tomó un tren muy temprano para ir a la estación a tomar su traslador, pero el tren se descarriló.
-¿Y cómo está? -Esta vez Draco no respondió de inmediato, solo suspiró suavemente- Draco por favor, dime…
-Está en coma señor Allister, Barnett no ha despertado y aun no está fuera de peligro.
Allister solo asintió sin decir nada y después miró al frente.
-¿Quiere al sanador Floyd?
-Sí.
Draco salió de la habitación.
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Cinco minutos después el viejo sanador llegaba a la habitación y Draco decidió quedarse afuera.
-Allister…
-Edward… -dijo poniéndose de pie en cuanto lo vio- Edward por favor… dame informes.
El sanador asintió y lo instó a sentarse mientras él tomaba una silla y la acercaba a la cama.
-Primero intenta calmarte, estás muy pálido.
-No me digas que hacer, solo dime como está, Draco solo me dijo que está en coma, que no ha despertado.
-Esto que te voy a decir no se los he dicho a ellos -Allister miró fijo a su amigo- es muy probable que no despierte.
-¿Qué?
-Y si lo hace, no sé en qué condiciones lo haga.
-¿Por qué?
-El trauma en la cabeza fue demasiado grave, hay daño cerebral -Allister bajó la cara mirando al suelo, a los lados, a donde fuese que le permitiera asimilar lo que estaba oyendo- Pero lo primero es librar las setenta y dos horas, su estado es crítico… pero es muy joven, tiene eso a su favor –añadió temeroso de que al hombre le diera algo.
-Estás engañándome –dijo al fin- todo está perdido ¿no es así?
-Allister… -respondió mirándolo serio- Yo recibí a Barnett cuando nació, lo he visto crecer junto con Calem, son como hijos para mí ¿acaso crees que no voy a aferrarme a la más pequeña esperanza que haya?... te dije los peores pronósticos, pero también te estoy diciendo que él sigue luchando… pasó una noche muy crítica y sin embargo sigue aquí.
-Yo… quisiera verlo, pero… Ayla no me dejará.
-Ahí no puedo intervenir amigo, esto es asunto de ustedes, pero es bueno que haya alguien con él siempre, que le hablen, que le hagan saber que no está solo aunque no pueda escucharles… Calem no se ha separado de él y Ayla tampoco, me parece que estaban discutiendo como se organizaran de ahora en más… ¿por qué no te acercas a ellos y les dices que quieres estar aquí también?
-Ninguno me dejará…
Floyd asintió en silencio, entendía el conflicto de su viejo amigo pero ese no era momento de discutirlo, así que se levantó diciendo:
-Intenta hablar con Calem, tal vez con él puedas llegar a un arreglo.
Allister solo asintió y agradeció en silencio a su amigo, quien salió dejándolo solo.
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Pasó sentado en la habitación un buen rato, temeroso de salir y por primera vez en su vida no sabía qué hacer, hasta que la puerta se abrió entrando Calem por ella.
-Calem… -dijo poniéndose de pie.
-Abuelo.
-¿Acaso ha pasado algo?
-No, tranquilo -Asintió en silencio y volvió a sentarse- abuelo ¿puedo preguntar qué haces aquí? -Allister lo miró confundido- No me digas que te interesa saber cómo está… no después de que me dijiste innumerables veces que él estaba muerto para ti.
-Calem, yo…
-Se equivocó y reparó sus errores, sin embargo eso poco te importó… lo que a ti mas te interesó era su gusto por los hombres y no te cansaste de decir que incluso fue borrado del árbol genealógico de los MacLeod… él que ahora estés aquí francamente se me hace una hipocresía –Allister solo lo miraba sin poder decir nada- Pero no lo dije allá afuera para no afectar más a la abuela, así que respetuosamente te pido que te vayas de aquí.
Allister lo miró sorprendido.
-Pero… yo no puedo…
-Claro que puedes, con la misma facilidad con la que lo rechazaste, con esa misma facilidad puedes regresar a la mansión o a donde quieras, francamente no me importa, yo me quedaré aquí a cuidar a mi hermano y eso incluye no perturbarlo con la presencia de gente que no lo quiere.
-Pero yo…
-Qué… ¿me dirás que siempre si lo quieres?... por favor abuelo, aún te respeto y por ese respeto no quiero decirte más cosas de las que luego puedo arrepentirme, así que por favor te suplico te retires, porque de una vez te aviso que no pasarás a verlo y tampoco quiero que inquietes a mi abuela, suficiente tiene con lo de Barnett como para tener que lidiar contigo –concluyó dándose la vuelta y saliendo de ahí.
Pasó mucho tiempo sentado en la cama, no pensaba en nada, no quería hacerlo o se volvería loco, simplemente miraba lo que le rodeaba para tener la mente ocupada en algo, luego comprendiendo que nada lograría estando ahí, se levantó y se fue.
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Con el pasar de los días los familiares se fueron retirando no sin haber intentado visitarlo o tener informes de su estado de salud, Garia y los demás se ocuparon de ellos.
Allister no iba a la clínica después de haber intentado verlo un par de veces más, así que permanecía en la mansión con el único informe que Draco le daba pues nadie más había querido hablar con él.
-Ya pasaron tres semanas y no he podido verlo –dijo sentado en el salón de té.
-¿Por qué? –preguntó Draco después de darle un sorbo a su té- ¿Por qué esperar hasta que pasara una desgracia para querer verlo de nuevo?
-Yo no pensé…
-¿Qué se pudiera morir? –Preguntó al verlo quedarse callado- abuelo, nadie quiere hablar con usted y la verdad es que no puede culparlos ¿o sí?
-No, no, claro que no, aunque los informes médicos me los da Floyd, aun así quiero más detalles, agradezco que al menos tú me digas como va.
-¿Sabe que es lo triste de esta asunto?
-¿Qué cosa?
-Qué solo quiere verlo porque se siente culpable.
-No es verdad… yo me equivoqué y deseo que mi nieto esté bien.
-¿Y no se siente culpable entonces?
-Sí, la verdad es que si, no puedo negar mi responsabilidad.
-Debería hablar con Calem, tal vez le permita verlo.
-No lo creo, lo he intentado y solo me evade.
-Hablaré con él, pero también intente descansar, su salud está viéndose afectada y le aseguro que aunque no deseen hablar con usted, aun lo aman, es solo que están enojados.
-Te lo agradecería mucho.
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Un mes pasó antes de que Barnett moviera una mano haciendo a Calem levantarse de prisa para agarrarla.
-Barnett hermano… vamos chico despierta, abre los ojos, soy yo… -dijo al tiempo que oprimía un botón- Vamos, vamos, despierta –continuó sin dejar de frotarle la mano hasta que momentos después Floyd y un par de enfermeras aparecieron presurosos- ¡movió una mano!
Se hizo a un lado para dejarlos trabajar mirándolos ansiosamente y para ser desalojado después para dejarlos trabajar, entonces fue a la habitación en donde Ayla descansaba.
-Abuela…
-¿Pasó algo? –preguntó sentándose alarmada.
-No, no, pero Barnett movió una mano, sé que podría no ser nada pero…
-Pero podría estar despertando –dijo tomándole las manos esperanzada- ¡Oh hijo, tengamos esperanzas, Barnett regresará con nosotros, ya lo verás!
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Ellos dos permanecían fuera de la habitación en espera de noticias hasta que el sanador Floyd salió.
-Edward… -dijo Ayla en cuanto lo vio.
-Calma, aun no sale del coma.
-Oh cielos –musitó inclinando la cabeza.
-Pero empieza a responder y eso es muy, muy bueno.
-Puede despertar ¿verdad?
-Hay esperanzas Ayla, confiemos en su fortaleza.
Ayla y Calem se miraron y sonrieron entre sí.
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-Eso es maravilloso –dijo Draco a Calem cuando éste le dio los informes- No he podido ir por cuidar a los niños, se resfriaron y están muy llorones y para colmo contagiaron a Evander.
-No te preocupes Draco, lo sabemos, Garia tampoco ha podido ir por lo mismo, tranquilos, además te has encargado del correo.
-Es cierto, hemos recibido muchísimo correo de la familia, todos quieren saber ya que están prohibidas las visitas a la clínica, he respondido lo que he podido, pero literalmente son docenas… ¿sabes? Mi familia no es tan grande, de hecho aquí somos los únicos Malfoy y la familia de mi madre no quiere saber nada de nosotros… me gusta que ustedes son muchos y al parecer muy unidos.
-Bueno, como ya te habrás dado cuenta no hay familia perfecta pero si, cuando nos necesitamos salen MacLeod hasta debajo de las piedras.
-Por cierto Calem… -dijo arropando a Cissy en su cama- tu abuelo…
-Por favor Draco, no hablemos de eso.
-Se quejan de él y todos son iguales… ¿Por qué no romper el patrón y darle una oportunidad?
-Porque lo intentamos muchas veces antes y siempre se negó, nunca quiso entender.
-Bueno ¿y por qué no lo ayudas? Sí crees que solo quiere verlo porque está hospitalizado, entonces hazle ver que Barnett es más que su nieto… que solo es una persona con gustos distintos a los suyos.
Calem exhaló un profundo suspiro analizando las palabras de Draco… tal vez era cierto que todos eran igual de obstinados.
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Pasados un par de semanas, Calem y Ayla esperaban fuera de la habitación de Barnett esperando al sanador Floyd.
-¿Y bien Edward? –pregunto Ayla cuando salió.
-Ustedes lo han visto, ha comenzado a reaccionar y a responder a estímulos y obedece órdenes como mover un pie y apretar la mano y aunque aún no está totalmente despierto, ya le hemos retirado la intubación.
-¡Eso es maravilloso!
Calem sonrió agachando la cabeza mientras Ayla abrazaba al sanador.
-Gracias Edward, de verdad.
-Solo hago mi trabajo Ayla, pero el mayor esfuerzo se lo lleva él, es un luchador que se ha negado a rendirse.
-Lo logrará, sé que lo logrará –exclamó Calem lleno de convicción.
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-Hola cabeza hueca –dijo Calem tomándole la mano; Barnett abrió perezosamente sus ojos verdes mirando al techo y luego a su hermano- sé que no puedes hablar pero si sabes quién soy aprieta mi mano- Sonrió al sentir como su mano era oprimida suavemente- Barny… todos te amamos y deseamos que regreses con nosotros, eres muy fuerte y has luchado mucho, tus hijos te necesitan, yo te necesito, por favor… sigue adelante hermano.
Para dicha de Calem, Barnett sonrió y le guiñó un ojo perezosamente para luego volver a dormirse.
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Allister estaba en su despacho trabajando, era lo único que podía hacer ya que Calem había dejado por completo sus deberes por estar en la clínica y además solo así se le pasaba el tiempo de forma más tolerable.
-Adelante –dijo cuando alguien tocó a la puerta.
-Abuelo…
Allister levantó la cara sorprendido de ver a Calem, pues éste no le había dirigido la palabra en dos meses.
-¿Pasó algo? –preguntó alarmado.
-No, no, no es eso –se apresuró a responder cerrando la puerta y sentándose frente a él- quiero hablar de otra cosa.
-Claro –dijo cerrando la carpeta que tenía en frente y mirándolo con atención.
-Draco habló conmigo, me dijo que debería darte una oportunidad de ver a Barnett aunque francamente no sé si él quiera verte a ti –Allister asintió en silencio- y yo francamente quiero romper ese patrón de terquedad y cerrazón que aparentemente tiene el clan MacLeod por igual… abuelo, si tú vuelves a ver a Barnett ¿cómo lo tratarás? ¿Qué es lo que piensas ahora de él? ¿Deseaste verlo solo por temor a que muriera pero aun sin aceptar lo que es? –Allister solo suspiró suavemente ante la avalancha de preguntas- no quiero agobiarte con tantas preguntas y sin que sepas que responderme, solo vine aquí con una propuesta.
-¿Una propuesta?
-Sí, yo intervengo por ti ante la abuela y ante Barnett si tú me acompañas a un lugar.
-¿Qué lugar?
-Solo di sí o no.
-Acepto por supuesto, pero me intrigas Calem, no es algo común que me pidas eso.
-Lo sé abuelo, pero créeme, esto lo amerita, pero yo te aviso.
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Una semana después, Floyd hablaba con Calem y Ayla en su oficina.
-Barnett ya está totalmente despierto, ustedes lo han visto, puede decir algunas palabras, lo que nos indica que su sentido del habla está bien, solo afectado por la intubación pero eso se solucionara con unos días más; por lo demás… -dijo alzando las cejas mirando el expediente abierto en su escritorio y luego a ellos- Necesitará mucha terapia para poder recuperar sus funciones motoras… deberá aprender a caminar de nuevo y el uso de sus extremidades superiores necesitan estimulación también, incluso aprender a escribir otra vez… miren, todo esto puede parecer abrumador, pero el panorama que yo veo es muy, pero muy bueno considerando lo que vivió y las lesiones que sufrió… déjenme decirles que en el mundo muggle esto no hubiese sido posible, así que podemos considerarlo muy afortunado.
-¿Y esa terapia puede recibirla en casa? –Preguntó Calem- o necesariamente deberá quedarse aquí.
-Deberá pasar unas semanas más aquí, pero definitivamente necesitará terapia en casa.
-Gracias señor Floyd, no sabe de verdad…
-Calem no tienes nada que agradecerme, en primera es mi trabajo y en segunda, ustedes son como familia para mí, yo haría todo lo que estuviera en mis manos para ayudar.
-Sobre la terapia en casa… -dijo Ayla.
-Necesitará enfermeras que lo asistan y también fisioterapia, incluido el apoyo psicológico, su nueva condición no es nada fácil de aceptar y sobrellevar, su vida ha dado un giro de 180° y tendrá muchas recaídas emocionales… hay una agencia que tiene mis mejores recomendaciones, te pasaré el contacto
-Gracias.
-Contáctalos antes de que él vaya a casa para que tengas el equipo necesario.
-Sí Edward, gracias.
-¿Lo llevarás a su casa o a la mansión?
-A la mansión por supuesto, ahí están los niños y eso lo ayudará muchísimo.
-Bien, por ahora eso es todo, los dejo que tengo a otros pacientes.
-Gracias señor Floyd.
Cuando salieron de la oficina, Calem fue a encargarse del equipo médico que necesitarían y Ayla fue a ver a Barnett.
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-Hola mi amor –dijo cuando se sentó a un lado de la cama, Barnett sonrió y dijo “Hola” solo moviendo los labios- Floyd dice que vas muy bien, pronto podrás hablar de nuevo… hijo, necesitarás mucha terapia para recuperarte, lo sabes ¿verdad?
Barnett cerró los ojos haciendo una mueca, por lo que Ayla le tomó la mano diciendo:
-Cariño, eres fuerte, puedes hacerlo… sé que no será nada fácil pero cuentas con nosotros, hay mucha familia que diariamente envía cartas preguntando por ti, desean visitarte… además tus hijos te esperan.
Ante la mención de sus hijos, abrió los ojos.
-Hijo, te mudarás a la mansión en tu recuperación, me parece lo más práctico, ahí estamos todos y todos queremos apoyarte ¿estás de acuerdo?
Hizo una mueca pero al cabo de unos momentos asintió.
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