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La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

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            -Es un idiota –dijo negando con la cabeza.

            -Incluso dijo que lo más seguro era que ni fuese de él, así que su ayuda está más que descartada.

            -Pero puedes entablar una demanda para manutención.

            -¿Y para qué?... con todos sus recursos lo que sucedería es que me sepultarían en trámites burocráticos hasta que mi hijo vaya a Hogwarts, pero eso no hará falta ya que en unos años me iré de este país.

            -Pues que injusto.

            -¿Y quien dijo que la vida era justa?... pero no te mortifiques Potty –añadió sonriendo al verlo con gesto ceñudo- una cualidad de los Malfoy es la supervivencia, muchos han querido acabar con nosotros pero somos como las cucarachas, siempre regresamos, la prueba es que un Malfoy más viene en camino –concluyó comiendo lo último que quedaba de pasta.

            Harry lo vio comer el último trocito de pan y beber el café que también había pedido para terminar con un suspiro satisfecho.

            -Y suplicar es lo último que yo haría… -continuó después de dejar su vaso en la mesita - aunque bueno, eso no aplica en cuestiones laborales, eso fue lo que hice prácticamente para conseguir este empleo, pero eso no cuenta, por eso nunca me quito la camiseta de manga larga ¿te imaginas si ven mi marca? Ya los veo rasgándose las vestiduras, si así ya me detestan.

            -Lo imagino… bueno, ya es tarde, debo irme.

            -Gracias por la cena.

            -Por nada ¡ah por cierto! –exclamó levantándose.

            -¿Sí?

            -Aplicaré un hechizo a tu estufa y ducha, no necesitarás pagar el gas.

            -¡Oh eso sería genial! –respondió levantándose también y siguiéndolo hasta la cocina en donde lo vio sacar su varita y aplicar un hechizo a la estufa, haciendo lo mismo en el pequeño baño- Cuando el hechizo se termine, avísame y vengo a ponerlo de nuevo, durará un par de semanas.

            -Oye Potty, ya entrados en gastos…

            -¿Ajá? –exclamó alzando una ceja.

            -¿Podrías aplicar estos hechizos en casa de Becky?

            -Claro, te llevas muy bien con ella ¿verdad?

            -Sí y hace apenas que la conozco un par de meses, una vez por accidente vio mi marca y ¿Qué crees que hizo?

            -No lo imagino.

            -Tomó una pluma y le dibujó un afro al cráneo –dijo sonriendo mientras salían del departamento- fue la primera y la única en darme la bienvenida a este edificio, no conozco a nadie más.

            -¿Y donde vivías antes de llegar aquí?

            -En un cuarto de azotea, no cobraban muy caro porque era muy pequeño, luego conocí al innombrable y me llevó a un departamento, me gustaba mucho porque tenía todas las comodidades, pero luego salí premiado y me echó a la calle y ya no pude recuperar mi antigua vivienda, luego me enteré de estos edificios y vine aquí, el alquiler estaba a mi alcance y pues heme aquí, bueno ¿vamos con Becky?

            -Sí, vamos.

            Cuando llegaron  a la puerta vecina, Draco sacó una llave y abrió sorprendiendo a Harry.

            -¿Tienes llave de su casa?

            -Sí, ya confía en mí, sabe que no entraré a robarla… aunado a que no hay nada que robar ¿Becky estas presentable? –Exclamó en voz alta en medio de la salita- ¿no te la estás montando con algún tipo?

            -¡Malfoy!

            -Uno nunca sabe.

            -¡Pues nos has interrumpido! –gritó ella desde su habitación, de donde después de un par de minutos salió apoyada en su bastón viendo que no estaba solo- ¡Harry!... Draco eres un desconsiderado diciendo estas cosas con él presente.

            -No mientas Becky, seguro tienes al fulano escondido bajo la cama.

            -No es necesario, me espera desnudo sobre ella.

            Harry soltó la carcajada al ver a Becky siguiéndole el juego a Draco.

            -Bien, bien mujer, no me cuentes tus perversidades, por cierto, Potter puede aplicar hechizos a tu estufa para que no gastes gas.

            -¿En serio harías eso? –Preguntó emocionada- ningún mago ha querido hacerlo, los squib somos como apestados.

            -Lo haré con gusto y  también a la calefacción.

            -Gracias.

            Cuando hubo terminado se fue de ahí.

            -¿Quieres un te? Hay que estrenar la estufa mágica- dijo ella cuando quedaron solos.

            -Sí.

            -Te has conseguido a un buen amigo –mencionó cuando le dio una taza minutos después y sentados en la salita.  

-Yo no diría que un amigo, pero un buen aliado sí, es el jodido “Niño que vivió” así que puede que no me corran tan fácilmente.

            -¿Lo dices por lo de tu embarazo?

            -Sí, debo notificarlo mañana a mi supervisora.

            -Eso es lo correcto cariño.

            -Lo sé, solo pretendía ocultarlo lo más posible, pero Potter no me dejará.

            -Al fin alguien que te pone corto.

            -¡El no me pone corto!

            -Pues solo a él le estas obedeciendo, yo ya te había dicho que debes reportar tu condición.

            -Pero era peligroso Becky, me hubieran corrido ipso facto, pero con Potter aquí ya no estoy tan seguro de eso, creo que puedo confiar en él.

            -Me da mucho  gusto, sentía horrible ver lo agotado que llegabas y que nadie hiciera nada.

            -Bueno, pues solo falta ver qué pasa, aunque no te creas, no quiero enfrentar al ogro mañana.

            -Todo irá bien querido, ya lo verás.

            -Eso espero, en fin, me voy  a dormir, puedes regresar con el tipo peludo que tienes esperando.

            -¿Cómo sabes que me gustan peludos?

            -Lo imaginé al ver tu cara de pervertida –respondio saliendo ante las risas de ella.

 

 

_______________

 

 

            Cuando llegó a su casa, sacó todos los libros para repasar que tenía sobre el tercer género como era conocida la condición de Draco, siempre se le hizo fascinante esa naturaleza pero en sus años de estudiante nunca hubo oportunidad de tratar a ningún paciente así y ya ejerciendo tampoco, así que no podía negarse a sí mismo que estaba emocionado de tratar un caso clínico muy interesante; lo había estudiado en muggles y había visto la serie de complicaciones médica, éticas y sociales que todo aquello implicaba y le maravillaba que en el mundo mágico no hubiera tal prejuicio contra personas del tercer sexo… paradójicamente contra la homosexualidad sí (solo los más conservadores) pero no contra los intersexuales, le maravilló ver que éstos tenían genitales perfectamente funcionales y fértiles como el que más, sin ningún tipo de malformación a excepción de carecer de testículos… si, ese tema se le hacía fascinante y quien iba a decir que Draco Malfoy era uno de esos casos.

 

 

_______________

 

 

 

            Al día siguiente ni siquiera tomo su té con pan tostado pues las fuertes nauseas lo tuvieron en el baño desde que despertó.

            -Oh rayos… -gimió secándose la frente- odio las nauseas…

            Tomó un baño y después se lavó los dientes y se fue a trabajar, cuando llegó esperó un rato antes de ir a ver a Erín a su oficina.

            -Necesito hablar con usted –dijo asomándose a su oficina.

            -Ajá –respondió sin siquiera verlo mientras escribía quien sabe que cosas.

            Draco entró y tomó asiento deseando estar en cualquier lugar, menos ahí, sin embargo era inútil posponer algo que tarde o temprano tendría que hacer.

            -Quiero reportar mi condición.

            -¿Mortifaga? –exclamó riendo de su propio chiste.

            -No, intersexual –respondió con cara seria.

            -¡Oh! –Dijo intentando calmar su risa- ¿Y eso qué? créeme que a nadie le interesa saber si te gustan los pitos o no.

            -Estoy gestando –respondió entre dientes.

            La risa de Erín terminó por esfumarse.

            -Ah ok… ¿y?

            -Pues nada, solo creí que debía informarlo.

            -Bueno pues ya lo hiciste, pero no creas que por eso puedes holgazanear más de lo que ya lo haces.

            -Yo no holgazaneo.

            -Pues cada vez recibo más quejas de tu trabajo, limpias al estilo muggle y eso ya no te lo voy a permitir.

            -Pero mi problema con la magia es por mi condición, no es mi culpa, además no todo debe limpiarse con magia.

            -Cómo sea, ya veremos qué pasa contigo ¿algo más?

            -No.

            -Ok –respondió volviendo su atención a su pergamino, por lo que Draco se levantó y se fue de ahí.

            -¡Uff! Creí que sería más difícil –pensó aliviado mientras recogía sus enseres de limpieza e iniciaba su día.

            Después de un par de horas, su estómago se asentó lo suficiente para poder comer algo, así que tomó su lonchera y a escondidas se comió su emparedado de mantequilla de maní.

            -Lo malo es que ya no tengo almuerzo –pensó con desconsuelo.

            Llegado el medio día se dirigió al consultorio de Harry.

            -¡Mierda, no avisé que tenía consulta!... bueno, luego lo hago.

            Llegó al consultorio y la recepcionista sólo le lanzó una mirada gélida antes de decirle:

            -Puedes pasar.

            Draco entró encontrando a Harry en su escritorio.

            -Potter.

            -Malfoy, que bien que viniste, toma asiento ¿cómo estas hoy?

            -Mi día no ha sido bueno, amanecí con muchas nauseas.

            Draco vio como Harry lo miraba poniendo  toda su atención y de algún modo se sintió extraño, era muy raro que alguien lo tratara con respeto y amabilidad, era paradójico que la única persona que lo tratara así, fuera justamente  aquella a quien tanto molestó de niño; que aquella persona que enfrentó lo peor de la guerra no lo tratara como aquellos que solo habían escuchado relatos de esa terrible época y lo trataran como peste.

            -Bien, elaboraremos tu historial clínico –dijo sacando su vuelapluma- tomaremos tu presión sanguínea, muestras de sangre y orina para análisis y un chequeo físico; si algo te incomoda, no dudes en decírmelo.

            -Ok.

            -¿Alguna vez visitaste a un ginecólogo antes de estar gestando?

            -No, el pediatra que me atendía decía que me iba a canalizar a uno cuando fuera el momento, lo mismo que un urólogo - andrólogo… pero ya no hubo tiempo.

            Harry comenzó a preguntarle por sus antecedentes familiares, le preguntó sobre alergias, intervenciones quirúrgicas y hábitos de vida y alimentación, después le tomó muestras de sangre y orina que colocó en una charolita con un hechizo que analizaba todo al instante.

            -Bien, ahora regresemos al escritorio –dijo después de dejar las muestras en la charola para esperar los resultados- Bueno, los intersexuales tienen su periodo menstrual cada tres meses dependiendo de cada persona, por eso es un poco más complicado calcular el día de la concepción y la fecha de parto ¿eres regular en tus periodos?

            -Sí.

            -¿Cuántos días?

            -Tres.

            -Bien, eso es lo normal.

            -Pero son terribles, me dan cólicos espantosos y las medicinas para eso sirven de poco.

            -Ok, trataremos eso cuando sea el momento, agradezco que me lo hayas dicho; para saber la fecha de concepción se usa más que nada un ultrasonido pues con periodos tan distantes entre sí, no es tan fácil el cálculo como en una mujer.

            -Ok… oye Potter, no me dijeron nada de esto en la clínica a la que fui, ahí solo me confirmaron el embarazo con una prueba en la cual orine y listo.

            -Debieron realizarte una ecografía vaginal para estar más seguros, pero bueno, ya estamos aquí; quiero preguntarte ¿sabes lo que es el tacto vaginal?

            -Tengo idea –respondio incómodo temiendo el rumbo de la conversación.

            -En una mujer suele practicarse en el inicio del embarazo y a finales para saber la dilatación del canal de parto, pero en el tercer sexo debe hacerse en el primer chequeo sin importar el mes de gestación.

            -¿Y eso porqué?

            -Porque no son muy comunes y debemos asegurarnos de que todo vaya bien.

            -Y eso quiere decir… -dijo quedándose a media frase.

            -Que debo realizarte un tacto vaginal y para eso debo preguntarte por protocolo si deseas a una enfermera presente.

            -Lo que yo deseo es que la tierra me trague y me escupa en Hawái –dijo exhalando un suspiro mientras se frotaba la cara con desaliento.

            -Entiendo que no es fácil que…

            -Tú no entiendes –interrumpió desanimado- no entiendes nada.

            -Sí quieres explicarme.

            -Tú y yo siempre fuimos polos opuestos en el colegio…

            -Ya lo dijiste, eso fue en el colegio.

            -Déjame terminar…

            -Ok, perdón.

            -Estuve en lo más alto, tuve todo y siempre intenté humillarte a ti y a tus amigos… y míranos ahora, yo estoy en lo más bajo del estatus social y tú muy por encima de mí.

            -Veo tu punto, esta situación se te hace humillante ¿no es así?

            -Sí, yo lo entendí desde hace mucho… que la pureza de sangre vale una mierda, pero eso no borra nuestra historia.

            -No, pero hace que inicie una nueva… es verdad que fuiste un maldito grano en el culo en Hogwarts, que te detesté como no tienes idea, pero después entendí que así fuiste educado y que después fuiste acorralado por Voldemort, que tus decisiones no fueron las mejores pero vaya, todos nos equivocamos y si ahora ves la vida con una nueva perspectiva, tu embarazo es una gran oportunidad para no cometer los mismos errores que cometieron contigo -Draco asintió en silencio, por lo que Harry continuó- por eso es que te he ofrecido mi ayuda sin intención de ofender.

            -Pues gracias –respondio con una débil sonrisa.

            -Lo que nos hace volver al asunto ¿quieres una enfermera presente?

            -Lo que quiero es saltarme ese examen.

            -¿Deseas a otro sanador? Puedo llamar a la sanadora Wilkyns si quieres.

            -Esa mujer pone cara de estar oliendo un pedo cada vez que me mira, no gracias, contigo estoy bien.

            -¿Y sobre la enfermera presente?

            -Tampoco la quiero, no quiero ser la comidilla del hospital.

            -Ok, entonces vamos –dijo levantándose y dirigiéndose a su sala de revisión en donde tomó una bata- toma, póntela, puedes cambiarte detrás del biombo, cuando estés listo llámame.

            Draco la tomó en silencio y se dirigió al biombo en donde comenzó a quitarse su ropa, cuando quedó vestido con la bata se quedó de pie detrás del biombo, la verdad es que no quería salir y deseaba que en ese momento anunciaran la resurrección de Voldemort y todos tuvieran que salir corriendo.

            -¿Todo bien? –preguntó Harry después de que tardara demasiado.

            -Sí –dijo saliendo de ahí sin más remedio encontrando a Harry con cubre bocas y colocándose unos guantes de látex dándole esa sola imagen un escalofrío.

            -Adelante, acuéstate en la camilla -Draco obedeció y pronto tuvo a Harry colocándole una sabana en las piernas para luego subirle la bata y descubrir su vientre- Veamos… -murmuró con ojo crítico mientras pasaba su varita por encima después de murmurar algún tipo de conjuro.

            Draco abrió los ojos impresionado al ver aparecer ante sí una especie de burbuja con una imagen en su interior.

            -¿Eso es mi bebé?

            -Sí –respondió sonriendo mientras unos numeritos aparecían al lado de la imagen- Pero…

            -¿Pero? –repitió aprensivo.

            -No es un bebé… son dos.

            -¿¡Qué?!... ¿¡Hablas en serio?!

            -Sí, nunca bromearía con algo tan importante –respondió mirándolo- tendrás mellizos -Boquiabierto miró el techo sin atinar decir palabra, por lo que Harry continuó con su revisión- Veamos… Mmm…

            Draco miró a Harry y lo vio morderse un labio en actitud de concentración y por un instante tuvo miedo.

            -¿Está todo bien?

            -Tienes diecisiete semanas de embarazo y son algo pequeños sin embargo todo indica que están bien.

            -¿Se puede saber el sexo?

            -¿Quieres saberlo?

            -Sí.

            -Bien… -respondio moviendo la imagen con su varita- éste de aquí –dijo señalándolo con su varita. Es un varón y el otro… mmm… no se deja ver, creo que es muy tímido… bueno, no importa, la próxima vez lo intentaremos de nuevo ¿te parece?

            -Sí… entonces ¿todo bien?

            -Todo bien.

            Draco sonrió entre feliz y aliviado, ver con sus propios ojos que su hijo y en este caso, dos, estaban sanos le devolvía el alma al cuerpo.

            -Qué alivio –dijo cerrando los ojos.

            -Ahora continuemos con el examen –dijo modificando la camilla -coloca tus piernas en los estribos y acerca tu cadera al borde.

            Asintió en silencio sintiendo sus manos comenzar a sudar mientras se acomodaba siendo ayudado por Harry quedando totalmente expuesto.

            -Ay mi Dios… -pensó cerrando los ojos con fuerza cuando Harry le bajó la sábana hasta los muslos.

            Harry tomo un banco y se sentó a una distancia prudente para comenzar su examen, encendió una lámpara y comenzó su exploración.

            Los intersexuales del mundo mágico tenían pene, un pene de tamaño normal promedio, pero no tenían testículos, así que aunque aunque podían tener una erección e incluso eyacular, no podían embarazar a una mujer; después del pene comenzaban los órganos femeninos, con los labios mayores un poco más pequeños que el promedio y menores ocultando la entrada a una vagina y demás órganos; por lo que Harry miró todo con ojo crítico y atento a cualquier anormalidad.

            -¿Cuántos intersexuales has atendido? –pregunto más que nada para quitar algo de tensión al momento.

            -Ninguno.

            -¿Ninguno?

            -No, tú eres el primero, tu género no es muy común.

            -¿Y sabes lo que haces?

            -Sí Malfoy, sé lo que hago –respondió rodando los ojos antes de tomar algo que tenía en una mesita junto a él- Bien, ahora revisaré dentro de ti, usaré esto –dijo mostrándole algo que Draco vio con malos ojos.

            -¿Qué es eso?

            -Es un espéculo.

            -No se ve amigable.

            -Sólo intenta relajarte para que no te sea molesto, seré lo más cuidadoso posible.

            Draco asintió en silencio mientras fijaba la vista en el techo de color blanco intentando llevar su mente a cualquier lugar que no fuera ese.      

            -¡Oh! está frío.

            -Lo siento.

            -¡Au!

            -No cierres las piernas por favor.

            Haciendo muecas separó de nuevo sus rodillas.

            -¡Oh! eso duele.         

            -Estás muy tenso, me estás haciendo fuerza y por eso te está doliendo, intenta relajarte.

            -Mmm… -siguió haciendo muecas.

            -No me cierres las piernas.

            -Lo siento.

            Cuando  eso estuvo dentro de su cuerpo Harry procedió a mirar todo lo que tenía que mirar y después de tomar más muestras al fin sacó el aparatejo ese.

            -Listo –dijo levantándose y subiéndole la sabana para después ayudarlo a bajar las piernas de los estribos- puedes vestirte, te espero en el consultorio –añadió después de quitarse los guantes y lavarse las manos.

           

 

_______________

           

                       

             -Bien –dijo cuando Draco se sentó de nuevo frente a él- Tus análisis me indican una anemia grado dos.

            -Eso no suena bien –respondió intentando ocultar su preocupación.

            -No es bueno, pero según los análisis la causa es mala alimentación, lo cual es lo menos malo, ya que podemos tratarla con suplementos de hierro y vitaminas y estamos muy a tiempo de evitar que escale a algo peor, te indicaré una dieta para eso, también te daré un medicamento que te ayudará con las nauseas.

            Draco escuchó en silencio todas las indicaciones de Harry, quien le señaló en una hoja los horarios en que debía tomar sus medicamentos y otra con la dieta indicada.

            -Son muchos medicamentos –dijo viendo la hoja.

            -No tantos –respondió levantándose y sacando unos frasquitos de una estantería con puerta de cristal que tenía detrás- mira, aquí están, puedes ponerle los horarios a los frascos para que no lo olvides -Draco vio frente a si media docena de frasquitos- y necesitas descansar más ¿reportaste tu estado con tu jefa?

            -Sí.

            -¿Y qué pasó?

            -Nada.

            -¿Nada?

            -Ajá, nada… yo creía que me iba a armar un show pero no pasó nada, creo que me preocupé de más.

            -¿Ya lo ves? Bueno, tu siguiente cita será dentro de un mes, lo haremos así hasta que cumplas veintiocho semanas, entonces serán cada dos semanas hasta la semana treinta y cuatro y al final serán cada semana.

            -Bien, con el ahorro en los servicios gracias a tus hechizos, me alcanzará para comprar lo necesario para la comida.

            -Hay bonos de beneficencia que dan si los solicitas en el ministerio.

            -No, al menos no para los mortífagos.

            -Malfoy…

            -Hablo en serio Potter ¿crees que no los solicité alguna vez? Claro que lo hice, pero los que tenemos la marca tenemos prohibido solicitar cualquier beneficio del gobierno, pero no te preocupes, pude sobrellevarlo bien –concluyó sonriendo.

            -Me alegro y de verdad Malfoy, cuando necesites algo, no dudes en decirme.

            -Gracias Potter –respondió mientras tomaba los frasquitos y los metía a sus bolsillos, fue entonces que su estómago gruñó haciéndolo enrojecer hasta la raíz del pelo.

            -¿No has almorzado?

            -No, vine aquí primero… bueno ¿hemos terminado?

            -Sí, cuando salgas dile a Ada que programe tu próxima cita.

            -Sí, gracias –dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta.

            -Malfoy.

            -¿Sí?

            -¿Me acompañarías a almorzar? Yo no lo he hecho.

            -No puedo, ya me atrasé en mis labores.

            -Sólo serán unos quince minutos, no tardaremos –exclamó poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta- vamos –añadió sonriendo mientras la abría.

            Sin decir nada, Draco terminó siguiéndolo hasta la cafetería, en donde ante la vista curiosa de muchos, se sentaron en una de las mesitas.

            -Las ensaladas aquí están muy buenas ¿quieres una? Te recomiendo la de pollo –dijo Harry poniéndose de pie para ir por la comida.

            -No, yo… traje mi almuerzo.

            -Pues lo comes después –respondió alejándose.

            Draco estaba sumamente incómodo, más de una enfermera pasó a su lado echándole ojos de pistola y si hubiese sido otra época, les hubiera enseñado el dedo medio, pero ahora solo deseaba estar solo en la azotea en donde nadie reparaba en él.

            -Listo –dijo Harry llegando un par de minutos después con una charola de donde comenzó a repartir alimentos.

            Draco vio ante sí un recipiente con una ensalada de pollo, un vaso con zumo de frutas y un brownie de chocolate.

            -Buen provecho –continuó Harry destapando su sándwich de jamón.

            Sonriendo tímidamente, Draco comenzó a comer, pero después del primer bocado se detuvo abruptamente poniéndose la mano en la boca.

            -¿Náuseas? -Asintió en silencio mientras cerraba los ojos con fuerza- Dame tus medicamentos.

            Draco le pasó las botellitas y Harry sacó el de las nauseas, puso tres gotas en el zumo de frutas y se lo dio.

            -Bébelo, te sentirás mejor.

            Draco obedeció y al cabo de un par de minutos, su estómago se asentó.

            -Gracias, me siento mejor.

            -¿Crees que puedas comer?

            -Sí, creo que si… aunque sólo se me antoja el pastelito.

            -Entonces come el pastelito y guardas la ensalada para después ¿quieres un vaso de leche para acompañarlo?

            -No, gracias.

            Pero Harry sonrió al verlo apenado, por lo que se levantó y fue por el vaso de leche.

            -Listo.

            -En serio Potter, no debes tomarte tantas molestias conmigo, estoy bien.

            -No es molestia, me gusta saber que un bebé está creciendo bien dentro de su mamá, en  este caso, su papá, y en tu caso ¡dos bebés!

            -Sí, es increíble, mi madre se volverá loca cuando llegue allá con dos nietos.

            Después diez minutos Draco se levantó llevándose la ensalada para comer en casa.

            -Gracias por el almuerzo.

            -Por nada –respondio Harry sonriendo.

 

 

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Notas finales:

Hasta la próxima semana ^^


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