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Una caja de rosas gemelas (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Después de dormir durante más de nueve horas seguidas, Viola finalmente pareció recuperarse lo suficiente como para levantarse y comenzar a moverse.
Mientras tanto, el trabajo de la iglesia era realizado enteramente por Safils. Aunque en realidad su período de estancia en el pueblo ya había terminado, no pareció mostrar alguna señal de querer regresar a su país de origen o buscar un hogar lejos de la iglesia. Fue tanto así, que incluso Viola decidió no preguntar nada al respecto.

Además, Roofs venía casi todos los días con artículos que Viola nunca había visto antes. Por ejemplo, ropa, piedras bonitas y un libro enorme que recibió de sus manos y leyó con muchas ganas. Casi como si fuera un niño. Sin embargo, ya que empezaron a creer que el hecho de que estuviera siempre en la habitación iba a empezar a hacerlo sentir un tanto deprimido, Safils trajo una silla de su recámara y la puso cerca de donde crecían las vides de rosas. Y la verdad era que sentarse allí, por horas, con una taza de café en la mano mientras sentía como todo comenzaba a llenarse del aroma de las rosas, le había hecho maravillas al proceso de su recuperación.

La cámara de confesiones seguía estando sucia debido a lo que habían hecho allí la última vez, pero ahora Viola pareció no tener tanto tiempo como para pensar en eso. E incluso si lo hiciera, no podría dar una respuesta adecuada y tampoco sabría que debía sentir, por lo que llegó a la conclusión de que estaría bien posponerlo una o dos semanas más.

Entonces, de repente el entorno se volvió terriblemente oscuro y un par de nubes grises comenzaron a cubrir el cielo. Pareció que iba a llover. En algún lugar, escuchó un par de pisadas y cuando el jardín se volvió extrañamente ruidoso, Viola cerró su libro, miró por la ventana y decidió pararse para ver qué había allí:

"¿Eres el sacerdote de aquí?"

Era un hombre de mediana edad quien dijo eso. Atrás de él había un joven con rasgos faciales bastante bonitos y un montón de ovejas que no dejaban de correr como niñitos preocupados. Aparentemente era un pastor que llevaba a los animalitos a la montaña.

"Parece que va a llover pronto así que ¿Puede dejarme pasar la noche en su iglesia?"

Cuando inclinó la cabeza en su dirección, Viola asintió de inmediato. Él conocía lo peligroso que era llevar ovejas al pueblo bajo la lluvia después de todo.

"Por supuesto. Adelante."

Los pastores a menudo migraban en busca de pastos más verdes. La iglesia, que estaba dispuesta a lo largo del camino principal, siempre había servido como lugar de descanso para ellos así que, ahora que hacía mal tiempo, tenía sentido seguir proporcionando alojamiento especial.

"Por favor, lleve a las ovejas por aquí".

La cerca, que estaba junto al huerto, se había utilizado para guardar a un par de cabras que entraron en la iglesia por error hace un par de años. Sin embargo, ahora era tomada como un lugar donde los animales de los visitantes o pueblerinos podían quedarse a dormir.

"Será mejor que nos apuremos."

El cielo se volvió completamente gris. Luego, la lluvia comenzó a caer gota a gota y el color del suelo empezó a cambiar hasta verse increíblemente enlodado. Viola se apresuró a llevarlos a la iglesia.

"No vengo aquí muy a menudo, así que no sabía que había un sacerdote tan hermoso haciéndose cargo del lugar."

El hombre estaba mirando a Viola de una manera realmente extraña. Además, incluso el hijo estaba haciendo lo mismo.

La iglesia se había ocupado de resguardar a muchos pastores y viajeros durante cientos de años. Pero este hombre era algo diferente de las personas que habían entrado aquí antes. El tipo sonrió y se acercó a Viola, que estaba tratando de encontrar la causa de tanto malestar.

No obstante, antes de que pudiera hablar con él o poner el brazo alrededor de sus hombros, comenzó a escucharse el sonido de la puerta y unas pisadas tan fuertes como las de la primera vez.

"¿Qué está pasando, Viola?"

En ese momento, Safils llegó desde el otro lado del pasillo.

"Padre Safils, estas personas…"

Después de que Viola explicara brevemente la situación, Safils asintió y le sonrió al hombre y a su hijo.

"Entiendo. Deben estar muy cansados ¿No es verdad? Por favor, vengan por aquí."

El espacio utilizado como alojamiento era bastante sencillo, pero igual estaba bien equipado con ropa de cama y artículos básicos.

Después de guiar a los dos hombres a la habitación, inclinó la cabeza diciendo que "los llamarían cuando la comida estuviera lista" y de todos modos, cuando iban de camino a la cocina, Safils puso una mano en el hombro de Viola y le hizo mirarlo.

"Viola, siempre esperas lo mejor de las personas ¿No es verdad?"

"¿... Qué?"

Safils suspiró, luego presionó sus labios contra los de Viola y notó que pareció honestamente confundido con lo que acababa de decir.

"No es nada. Ahora, vamos a preparar la comida ¿De acuerdo? El trabajo de la iglesia es servir a los invitados"

Con la ayuda de Safils, Viola preparó una comida bastante abundante y nutritiva y después, decidió llevársela a los huéspedes antes de que comenzaran a decir que tenían hambre. Los pastores comenzaron a comer y beber como si fuera la primera vez que lo hacían en siglos.

"Hay una mansión cerca del lago ¿Cierto?"

Uno de ellos, el padre, que tenía la cara roja y la mejilla abultada debido a la comida, estaba hablando en una voz particularmente alta. Esa mansión era el lugar donde vivía Roofs.

"Sí, lo hay."

"Hay un huerto por allí."

El hijo dijo que no lo sabía, pero el padre hablaba una y otra vez de un huerto que estaba en ese lugar y que aparentemente tenía un montón de fruta deliciosa. Un sitio en donde los aldeanos trabajaban, pero que a él le daba miedo.

Viola los escuchó hablar hasta altas horas de la noche. Y en todo este tiempo, la lluvia no dejó de caer ni una sola vez. Evidentemente, Roofs no se presentó.


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