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Una caja de rosas gemelas (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Roofs estaba encantado con el cuerpo de Viola. 


Cuando lo levantó, su torso se estiró y provocó que su rodilla derecha quedara completamente apoyada contra la silla mientras que su pie izquierdo permanecía todavía en el suelo. El dobladillo de su uniforme, que se había levantado hasta la mitad, estaba enrollado de una manera deliciosa contra su cadera.


"¿Qué estás...?


Cuando el pulgar de Roofs atravesó su ano, el sacerdote pareció no saber que más hacer además de sacudir la espalda.


"Ah, ah, espera..."


Después de todo, era una parte vergonzosa que no le gustaba mostrar a los demás y mucho menos dejar que le tocaran.


Los dedos de Roofs acariciaron esta parte con mucho cuidado, trataron de abrirla lentamente e hicieron un vaivén en su piel que iba de atrás para adelante. Viola negó con la cabeza todo este tiempo pero era evidente que ya había abierto las piernas sin necesidad de ser forzado para hacerlo. El sueño, que le reveló un lugar que nunca antes había sentido como parte de su cuerpo, estaba a punto de convertirse en una completa realidad. E incluso si intentaba huir, no podía moverse correctamente debido a la fuerza del hombre que le sujetaba la espalda.


"Es encantador ¿Alguna vez lo hiciste por tu cuenta?"


Sus dedos intentaron aflojarle los músculos.


"Yo nunca... Ah, nunca toqué..."


Era un agujero para la excreción, así que fue extraño que Roofs lo tocara sin dudarlo tanto. Alisando los pliegues con los dedos, metiendo las puntas a través de la grieta y acariciando igual a si quisiera aliviarle algún tipo de dolor.


"Ah, ah, ah..."


Viola dejó escapar un grito silencioso.


"Es estrecho, maldición."


Su aliento le tocó el trasero. 


El hecho de que Roofs estuviera mirando su hoyo desde una distancia tan cercana, le hizo querer encontrar un lugar en el que pudiera esconderse por el resto de su vida.


Su membrana mucosa estaba en contacto con sus dedos así que Viola se echó hacia atrás mientras sentía como continuaba tocándolo. Era como... Un movimiento para rasparle los bordes que ya tenía hinchados.


"Ah, espera. Espera. Espera por... ¡Um!"


Sacudió la espalda para intentar sacarse los dedos de encima y, sin embargo, el movimiento solo terminó por hacer que se arrastraran todavía más para adentro.


"¿Quieres que lo saque? ¿O me estás pidiendo que te toque más profundo?"


"Ah, ah... ¡Ah!"


Desde adentro, comenzó a sentir como sus músculos habían comenzado a aflojarse poco a poco hasta volverse considerablemente más suaves. La parte que Roofs estaba tocando se le humedeció sin querer y su membrana mucosa pareció empezar a punzarle tanto, que fue, al menos para ese hombre, como una especie de "ayuda" para permitir que sus dedos se movieran con mayor flexibilidad dentro de él.


"¿Mis dedos son tan buenos? Espera a que lo haga un poco mejor..."


Tembló ante el sonido de esa voz que estaba justo detrás de su oreja. Y cuando un beso cayó sobre su nuca, Viola finalmente pareció respirar un poquito mejor.


"Oh..."


Pero en el momento en que perdió las fuerzas, también entró otro dedo


Su membrana mucosa estaba sensible por los las manos largas y gruesas que estaban cavando muy dentro de él.


"Detente ¡Detente!"


Pero Roofs siguió buscando a tientas.


Cuando sus dedos se frotaron contra las paredes de su ano, el área se le calentó y la tensión pareció liberarse de nuevo.


"Um, um..."


Roofs juntó sus dos dedos para comenzar un lento movimiento de entrada y salida.


"¿No te gusta?"


Entonces el movimiento se hizo cada vez más rápido y tan violento, que los bordes se le doblaron y Viola jadeó igual a si lo estuvieran torturando más que haciéndole el amor. No podía entender por qué sus dedos hacían un sonido como de estar jugando con agua.


"¡Um!"


Y cuando sus manos finalmente ensancharon el interior, frunció el ceño, respiró muy hondo y trató de distraerse de alguna otra manera. Mirando el patrón en la pared que estaba reflejada en su campo de visión, repitió la oración que conocía de memoria. Juntó sus manos:


"Padre... Ah, padre nuestro, que estás en el cielo..."


De repente, fueron tres dedos los que se agitaron a través de su agujero para intentar aflojarle el ano.


"¿Quieres que vaya un poco más lento?"


Cuando sacó sus dedos, Viola suspiró al sentirse un poco más aliviado. Sin embargo, la esperanza que le hizo pensar en que esto sería el final de todo se hizo añicos rápidamente cuando Roof le agarró de la barbilla y le obligó a mirar en dirección a sus pantalones. Obviamente le llamó mucho la atención cuando sacó su verga.


Viola miró hacia otro lado inmediatamente. Era imposible que pudiese observar la cosa de otra persona así como si nada.


"Mira bien".


Pero ya que lo tomó de la cabeza, no tuvo más remedio que volver la vista hacia allí nuevamente. Y era aterrador. Largo y gordo y la punta de color rojo oscuro con una forma bastante sobresaliente. Los gruesos pilares estaban enredados en un montón de vasos sanguíneos y sí, tenía que decir que era muy diferente a lo suyo. Viola sintió que hasta era un tanto grotesco.


"Esto es lo que voy a meter dentro de ti".


Y sabía lo que eso significaba. Realmente lo entendía bien gracias a su sueño.


"Es imposible..."


Y por eso mismo, lo primero que sintió Viola fue miedo. No había forma alguna de que una cosa tan grande pudiera caber en su cuerpo. Si lo insertaba con fuerza, pensó que podía romperse.


"¿Por qué dices que es imposible? Yo creo que es muy fácil de hacer."


Roofs frotó lentamente su verga desde la raíz así que, de inmediato, un líquido casi transparente se desbordó desde la punta y cayó al suelo.


"Va a gustarte mucho, cariño. Ni siquiera vas a querer que lo saque después."


Tenía miedo del tono que había utilizado así que, sacudiendo desesperadamente la cabeza, Viola trató de huir de Roofs.


"¿A dónde vas? Vamos, solo tienes que calmarte."


Sostuvo su espalda, le colocó la rodilla derecha sobre la silla y le levantó un poco el pie.


"Ah, no puedo. No puedo..."


Los dedos mojados de Roofs abrieron su agujero. 


En el momento en que su aliento tocó su nuca, Viola comenzó a prepararse para el dolor que seguramente se iba a aproximar.


"Espera... Espera un poco..."


Tenía miedo porque su cuerpo pareció ser obligado a hacer algo completamente diferente de su propósito original. ¿Qué tanto lo iba a lastimar? ¿Qué tan fuerte sería? Roofs le elevó un poco la espalda y dijo:


"No huyas, cariño. Solo siente..."


"¡Aaah!"


Entró en su cuerpo con un sonido crujiente, algo similar a cuando trituraba fruta para el desayuno.


Viola cerró los ojos con fuerza por el dolor que pareció desgarrarle. Es decir, era terriblemente insoportable. Más que eso incluso. Este era un castigo infligido por Dios. No tenía duda de eso. Es decir, aunque era un sacerdote, cayó en la tentación de un demonio en su sueño y tal vez, solamente tal vez, comenzó a pensar en como sería hacerlo en la vida real.


"¡Ah! Roofs, Roofs..."


A pesar de que ya le había llenado la parte inferior del abdomen, seguía entrando tanto y tanto que incluso llegó un momento en el que se preguntó si el pene le saldría por la boca. La presión había provocado que sus intestinos se quejaran así que Roofs solo sonrió, exhalando con toda su fuerza. Y cuando finalmente llegaron las vibraciones de su risa, entonces se dio cuenta de que estaban bien conectados el uno contra el otro.


"Vamos, solo un poco más".


Roofs habló pesadamente, igual a si estuviera bastante satisfecho con lo que estaba haciendo con él. Y por si fuera poco, notó que la temperatura de su cuerpo había aumentado debido a su aliento y al olor de ese sudor que no dejaba de caer contra su piel.


"Estás bien llenito ¿Verdad? De ahora en adelante, frotaré tus entrañas un poco mejor."


"Ah, espera. Espera..."


La cintura se le movió como si dibujara un círculo pequeño. Las caderas se le levantaron y la parte inferior de su espalda pareció quedar atrapada en un agarre encantador proporcionado por sus manos. Aparentemente, la conexión se había profundizado tanto entre los dos que los vellos de Roofs comenzaron a tocarle el trasero. Sus rodillas estaban temblorosas y llegó un momento en el que descubrió que le era difícil hasta sostenerse sin clavar las uñas contra la pared.


¿Cuánto duraría este dolor?


Estaba a punto de perder la cabeza y fue peor cuando notó que Roof definitivamente no iba a tener compasión de él.


Cada vez que salía, comenzaba a experimentar el miedo de que pudiera arrancarle la mucosa. Y sin embargo, al repetirse la acción una y otra vez y otra vez sin permitirle siquiera respirar, pareció acostumbrarse tanto al estímulo que lo único que podía hacer era repetir la letra "A" en cada uno de sus jadeos. Cerró los ojos, soportó el movimiento de entrada y salida y sin embargo, en el momento en que la masa caliente de su pene barrió la parte que estaba ligeramente más convexa en su interior, sus ojos se nublaron al extremo y gritó:


Aaaah!"


Como golpeado por un rayo, su cuerpo se calentó hasta las alturas y el sudor comenzó a brotar de su cuerpo justo como antes lo había hecho del de Roofs. La sangre de todo su organismo se le concentró en la parte inferior y luego, Viola pareció no tener más remedio que mirar hacia abajo y notar el momento exacto en que sus propios genitales se excitaban incluso a través de la ropa.


"..."


Viola definitivamente no podía apartar los ojos de su pene endurecido. No quería, pero hasta estuvo pensando todo el tiempo en el motivo por el que estos cambios eran tan intensos.


"¿Puedes sentirme? ¿Te gusta?"


Mordiéndole el lóbulo de la oreja, Viola tembló con fuerza sobre él.


A medida que su verga se movía, su propio pene crecía y crecía hasta el punto de que se adhirió a la parte inferior de su abdomen. Luego, la parte con hoyuelos en la punta se mojó de tal manera, que Viola se quedó increíblemente desconcertado. Quizá estaba haciendo algo mal.


"Um, si lo sientes mucho. Me encanta. Tu trasero ya está completamente apretado."


Y cada vez que lo perforaba, el pene de Viola temblaba también y un extraño fluido corporal transparente pareció comenzar a salpicar a su alrededor.


"Ah, ah, ah..."


No sabía como explicarlo. Se sentía como si su sangre estuviera hirviendo.


Confundido por el sabor de su primer encuentro sexual, Viola había estado llorando durante todo este tiempo. No podía controlar su cuerpo febril y aunque tampoco sabía exactamente en que estado se encontraba, era cierto que su pene estaba muy excitado. Si fuera un acto en el que solo tenía dolor, habría pensado que era todo parte de un castigo y podría haberlo soportado con fe. Pero ya que Viola estaba disfrutando también, la situación se volvió muy diferente.


¿Por qué su pene estaba tan elevado a pesar de que lo obligaban a tener sexo? 


¿Por qué tenía tanto placer?


¿Por qué necesitaba a Roofs?


Mientras le levantaban la cintura, su pene se movía hacia adentro y hacia afuera tan violentamente, que incluso pudo contar a la perfección todas las veces en las que chocaba contra su estómago. Y con ese mismo impulso, los genitales de Viola, que habían perdido todo el control, incluso chocaron contra la pared del confesionario.


"¡Aaah!"


El dolor fue momentáneo porque pronto se convirtió en una emoción bastante dulce. Se sintió... Muy bien.


"Ah, ah, ah, ah..."


Se empujó hasta que su pene volvió a pegarse contra la pared. Además, cuando volvió en si, notó que el mismo líquido que se había desbordado de la punta de su pene hasta hace un momento ahora había dibujado una trayectoria bastante obscena en los mosaicos.


"¿Qué haces? ¿Te estás masturbando contra la pared? Que sacerdote más travieso ¿Olvidaste en que lugar estamos?"


De hecho, sabía perfectamente que estaban dentro de la sala de confesiones. Era solo que no había nada que pudiera hacer para calmarse. Viola había sido arrojado en medio de un placer que nunca antes había experimentado en su vida y ahora, estaba indefenso hasta el cansancio. Excitado y hambriento. Además, el calor que se acumulaba en su interior era tan frustrante que pareció a punto de llevarlo hasta la locura. ¿Cómo podía liberarse de esto alguna vez cuando era tan bueno?


"Voy a ayudarte."


La mano de Roofs lo tocó con fuerza. Y tenía que decir que con solo ver como comenzaba a acariciarlo, igual a si tratara de confirmar la forma de su pene, había vuelto a ponerse bastante duro.


"¿Qué tal? ¿Se siente rico?"


Los dedos de Roofs envolvieron sus genitales en un círculo perfecto.


Cuando frotó su verga varias veces, desde la raíz hasta la punta, la cintura se le levantó sin control y comenzó a temblarle. Y mientras lo apuñalaba al ritmo de su respiración, lo penetraba por detrás igual a si deseara romperle el trasero más que hacerle el amor.


"Ah... Oh, Dios. ¡Oh Dios!"


Para Viola, esta sensación era la primera que tenía estando consciente. Y mientras se recostaba en su dirección, endureció su cuerpo, apretó la espalda y volvió a gritar. "¡Ah!" Lógicamente, Viola alcanzó el clímax en medio de esto. Luego, su pene saltó y el calor surgió del interior de su cintura como si estuviera ardiendo desde todas direcciones. La parte hueca de la punta se le abrió de par en par y el calor de su semen se derramó entre las manos del noble.


"Dios mío... Ah..."


Pero la eyaculación no se detuvo ni siquiera con esto. El calor de sus fluidos continuó saliendo, manchando  a Roofs y tiñendo las paredes completamente de blanco.


"Salió mucho, mira."


Y ya liberado de esa sensación de placer tan poderosa, todo su cuerpo finalmente perdió poder y hasta pareció como si hubiese dejado de respirar. Fue terrible que cuando volviera en si, se encontrara con que Roofs estaba lamiendo el semen de Viola de entre sus palmas.


"Es delicioso. Eres completamente rico, cariño. Siento... Siento que finalmente encontré lo que quería."


Roofs, que estaba todavía enterrado dentro de él, estaba tan emocionado que su voz no pareció salir correctamente."


"Ah, también voy a correrme. No aguanto ¡Maldita sea!"


Los ojos de Viola se abrieron ante la nueva sensación de calor. Era un hombre, pero ahora estaba siendo alimentado con el semen de alguien más en un lugar muy profundo de su culo.


"..."


Viola juntó sus manos temblorosas.


En lo profundo de su corazón, un sentimiento horrible había comenzado a desbordarse tanto que pareció estar honestamente confundido sobre lo que tenía que hacer a continuación ¿A este sentimiento que tenía una mezcla de miseria y amargura se le llamaba humillación? ¿O era felicidad?


"Parece que tu estómago está feliz".


Roofs tenía una voz muy satisfecha. Pero cuando su pene se deslizó y rozó a Viola, la misma sensación de entumecimiento de hace un momento se extendió hasta un punto en que las yemas de los dedos se le durmieron y las piernas dejaron de responderle. Apoyó los brazos en la silla y jadeó como buscando aire.


"Aunque es tu primera vez, eres extrañamente sensible. Pronto llegarás al clímax con solo sentirme en tu culo."


La cara de Roofs, sonriendo para él, era la misma que la del demonio que había visto en su sueño.


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