Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rosas por Yan-Trancy

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El fanfic ya está escrito en Wattpad pero lo deje inconcluso debido a que ya no era muy relevante el fandub pero me e propuesto volverlo a retomar 

Ya no había vuelta atrás, todo, absolutamente todo, había terminado en un abrir y cerrar de ojos y ya no podían hacer nada para cambiarlo. Toda su vida había cambiado para mal y la impotencia de no poder hacer algo al respecto, los hacía sentir como unas basuras pues las llamas de aquel trágico incendio aún seguían consumiendo lo que una vez fue su hogar, con sus padres dentro de dicho lugar o más bien lo que quedaban de sus calcinados cuerpos.

−Osomatsu nii−san -llamo el menor de los seis quien se aferraba al brazo del nombrado, con fuerza como si temiera que la tierra se lo tragara.

−Debemos ser fuertes -fue lo único que dijo a sus desconsolados hermanos quienes rompieron en llanto nuevamente mientras veían como su casa se caía a pedazos.

Los bomberos habían intentado apagar las llamas pero estas no cedían y dado a la situación solo pudieron rescatar a los seis chicos de apenas 12 años quienes, al percatarse de que las llamas estaban arrasando con su casa, trataron de salir por la ventana y fueron ayudados por los que habían acudido a su ayuda junto a los bomberos. Sus padres no lograron salir ya que los cimientos cedieron en cuestión de minutos y estos los dejaron atrapados, solo pudieron escuchar sus gritos de dolor al ser quemados vivos; la causa del incendio fue desconocida y solo había algunas teorías y conjeturas de que quizá dejaron la estufa prendida o que el calentador que utilizaban para calentarse durante esa fría noche de invierno, provoco tal desastre. Eran muchas teorías y pocas respuestas aunque eso ya no les importaba en realidad, después de todo ya no tenían a sus padres y dado a que estos se alejaron de sus familias, no tenían a nadie más en el mundo.

−Serán llevados a un albergue de huérfanos, ahí los cuidaran y quizá los adopten -fue lo que les dijeron una vez que fueron atendidos en el hospital.

Ellos sabían que nadie adoptaría a un niño de 12 años y menos si estos eran sextillizos, así que no se preocuparon por ser separados sino que lo que les preocupaba era que los trataran mal o que le hicieran cosas peores y no estaban tan errados.

−Ya no quiero estar aquí -dijo Ichimatsu con un notorio temblor en la voz señal de lo atemorizado e incluso aterrado que estaba.

−No podemos hacer nada -hablo Choromatsu tomándolo de la mano para que se calmara.

−Podemos escapar -comento Todomatsu.

−Ese no es el problema -interrumpió Karamatsu con seriedad−, el problema es que no tenemos a donde ir o con quien estar.

Los otros guardaron silencio y bajaron las miradas ya que eran conscientes de que realmente ese incendio les había quitado todo lo que tenían en el mundo.

− ¿Y eso que importa? -soltó el mayor de los niños con una sonrisa−, Ya veremos que hacemos una vez que salgamos de aquí -hiso su típico gesto de rascar cerca de su nariz.

−Te tomas todo muy a la ligera Osomatsu nii−san -regaño el tercero.

− ¿Para qué seguir en un lugar donde nos tratan peor que animales?

−Es peligroso, pero estar aquí es peor que estar en el infierno así que yo te apoyo.

− ¿Ichimatsu nii−san? -llamo Jyushimatsu con duda pero después fue con el−. Yo también me quiero ir.

−Yo igual -dijo el menor de todos con una sonrisa.

Ya solo quedaban por decidir Karamatsu y Choromatsu.

−No queda de otra.

−Yo creo que no deberíamos.

−Anda Choromatsu, no tengas miedo que tu nii−san te va a cuidar.

El menor solo suspiro y septo la mano que su hermano le estaba dando.

−Bueno ahora solo falta ver como salimos de aquí -argumento Karamatsu.

−Eso es fácil, yo ya tengo un plan pero debemos irnos esta misma noche.

Los cinco menores asintieron y empezaron a escuchar lo que Osomatsu les decía; pasadas las horas los encargados de cuidar de los niños que ahí había, cerraron la puerta donde estaban estos.

−Muy bien, es hora de irnos.

El plan no era muy elaborado, pero tampoco les costó mucho llevaron a cabo ya que el lugar no contaba con alguna medida de seguridad como cámaras o guardias nocturnos así que les fue relativamente fácil irse sin ser vistos, ahora lo más difícil venia y era el sobrevivir al peligro que representaba el vivir en la intermedie y más siendo solo unos niños que nunca antes habían siquiera imaginado lo difícil que serían sus vidas desde ese punto, mas sabiendo que el lugar donde el orfanato estaba era uno de los lugares considerados como más peligrosos porque ahí residían varias agrupaciones de Yakuzas pero los sextillizos no tenían planeado volver a aquel lugar donde eran tratados peor a animales.

− ¿Qué hacemos? -pregunto Choromatsu con notable cansancio mientras llevaba en su espalda a su dormido hermano menor, Todomatsu.

Osomatsu y Karamatsu llevaban a Jyushimatsu e Ichimatsu cargando igualmente ya que estos se habían cansado de caminar por tanto tiempo y no podían detenerse a dormir en un lugar tan peligroso.

−Primero debemos descansar, no aguantaremos mucho así -dijo Karamatsu en un suspiro mientras acomodaba mejor al cuarto hermano.

−No es buena idea, no podemos detenernos hasta que encontremos un lugar menos peligroso.

−Osomatsu nii−san -llamo Jyushimatsu con voz adormilada−, ya estoy despierto -dijo y se bajó de la espalda de su hermano.

−Debemos descansar.

Choromatsu se fue a una banqueta y con cuidado bajo a su dormido hermanito para después acomodarlo de forma que sus piernas sirvieran como almohada para este; Karamatsu hiso lo mismo pero no paso mucho para que Ichi se despertara y dejara su cómoda posición para dejar que su hermano descansara mejor

− ¿Qué hora será? -pregunto Kara volteando a los lados para ver si encontraba algún reloj que estuviera en algún puesto o semáforo.

−Supongo que pasada de la media noche, no hay muchos puestos abiertos -respondió el cuarto.

− ¿Qué tienes? -pregunto Choromatsu a su hermano mayor quien se mantenía aun de pie con una expresión seria, cosa rara en él.

−No es nada, pero será mejor que nos vayamos de aquí.

− ¿Y a donde iremos Osomatsu nii−san? -pregunto el alegre Jyushimatsu.

−No tenemos a donde ir, creo que sería mejor simplemente quedarnos aquí por unas horas.

−Ichimatsu tiene razón, deberíamos quedarnos un rato más, estoy cansado y Todomatsu aún sigue durmiendo, no creo poder cargarlo por más tiempo.

−Pero miren lo que tenemos aquí.

Se escuchó una voz ronca y los sextillizos voltearon a ver de quien se trataba, encontrándose con un grupo de tres chicos de preparatoria, se notaba por sus uniformes.

− ¿No es muy tarde para estar fuera de casa? -pregunto el segundo de ellos.

−No deberían estar rondando tan noche, o pueden encontrarse con personas muy malas -termino el tercero quien se había acercado más.

Los niños tenían miedo de lo que les quisieran hacer y el primero en hablar fue el mayor de ellos.

−Nosotros ya nos íbamos -respondió y seguidamente fue a donde se encontraban Choromatsu y Todomatsu−. Yo me lo llevare -dijo refiriéndose a que él cargaría al que aún estaba durmiendo.

−No fue buena idea darnos la espalda mocoso -gruño el que parecía el líder, mientras lo obligaba a voltear y le dio un rodillazo en el estómago, sacándole el aire.

−Osomatsu nii−san -llamaron los otros cuatro haciendo así que el menor se despertara confundido por los gritos de sus hermanos y las risas de los desconocidos.

− ¿Qué paso? -pregunto despertando de una vez−, Osomatsu nii−san -llamo y se paró para ir corriendo a donde este estaba tirado.

−No interfieras -dijo el segundo adolescente mientras tomaba a Todomatsu de la sudadera y le propinaba un puñetazo, pero no lo soltó−. Eso te enseñara a no meterte donde no te llaman.

−Suéltalo -exclamo Osomatsu quien se levantaba con dificultad mientras se agarraba el estómago.

−Muy bien -sonrió y lo aventó con brusquedad hacia donde estaba el resto.

−Creo que podemos divertirnos un poco con tus hermanitos mientras tu vez sin poder hacer nada -hablo el tercer pandillero acercándose a Ichimatsu el cual tembló al tenerlo enfrente.

Cuando el mayor de los sextillizos quiso ir a detenerlo, el que había lastimado a su hermano lo detuvo mientras que su compañero agarrón al cuarto del brazo pero al tratar de llevárselo Karamatsu se le fue encima y empezó a morderlo y a patearlo haciendo así que soltara a su hermano pero su heroísmo no duro mucho ya que el líder empezó a golpearlo.

−Realmente odio a los niños.

−Suéltalo -grito Choromatsu y junto a Ichimatsu se le fueron encima.

Así la pelea empezó, los seis niños pelearon contra esos tres brabucones pero poco pudieron hacer y terminaron quedando muy heridos aunque esos tipo no se fueron ilesos y tuvieron que salir corriendo cuando escucharon el sonido de las sirenas de una patrulla que hacia su recorrido, mientras que los sextillizos se escondieron para que no los llevaran de nueva cuenta a el orfanato. Cuando la patrulla se fue salieron de su escondite.

−No duraremos mucho tiempo si esto sigue pasando -dijo Karamatsu con dificultad.

−No quiero regresar, pero tampoco quiero que alguno de nosotros muera -sollozo Todomatsu y Jyushimatsu le secundo.

Osomatsu vio a los menores llorando mientras que los otros tres trataban de aguantar las ganas de llorar y el dolor. En ese momento supo que había sido un error escapar y exponer a sus hermanitos a tal peligro.

−Ni se te ocurra arrepentirte ahora -advirtió Choromatsu con una sonrisa.

−Tu nos alentaste a escaparnos así que no puedes arrepentirte -secundo Karamatsu.

−Eres el mayor así que toma responsabilidad -agrego Ichimatsu.

−Sonríe Osomatsu nii−san -dijo Jyushimatsu con una enorme sonrisa-, muscle, muscle, hustle, hustle.

−Podremos seguir adelante si estamos todos juntos -finalizo Todomatsu.

−Osomatsu nii−san -llamaron los cinco.

El mayor sonrió y las lágrimas escaparon de sus ojos; sabía que desde ese día había adquirido el cargo de líder y tenía que proteger a sus hermanos así tuviera que caer en lo más bajo, lo aria sin dudar todo con tal de que estos estuvieran a salvo.

−Vamos a salir adelante los seis juntos -dijo con una sonrisa y los otros asintieron.

Tenían que ser fuertes ahora que se les venía lo más difícil, pero los seis juntos podrían lograrlo de eso estaban seguros.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).