Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Adiós por Lunatico

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un poco de nuestra historia. 

Notas del capitulo:

Es hora de sacar los recuerdos de lo más recóndito de mi memoria. 

Hoy me enteré de que moriste. Acababa de mandarle un mensaje a mi novio cuando vi los mensajes de mi prima, R murió, decía su mensaje.


No lo podía creer, estabas tan joven, apenas ibas a cumplir 28 años. Dejaste a tu hijo pequeño, y a tu esposa con quien llevabas más de 11 años juntos.


Cómo no saberlo si en algún momento fuiste todo para mí. Sigo en shock por la noticia. Pasó hace 9 días y recién me entero hoy.


No hablamos desde el 2015 ¿te acuerdas? Cuando por pura casualidad compartimos taxi y platicamos después de 4 años de no hacerlo. Tú me clavaste la espinita de que yo podía aspirar a más de lo que pensaba, hoy gracias a eso estoy a punto de graduarme de la carrera de mis sueños. Fuiste una persona muy importante en mi vida. Debo decir que cada que veo a algún chico con tus “vibes” no puedo evitar que me guste. Te recuerdo con mucho cariño. A pesar de todo.


Te conocí en tercero de secundaria, acaba de cumplir 14 años, ese año me había prometido que me iba a dejar de mariconadas y me iba a conseguir una novia, no podía seguir fijándome en hombres, aunque siempre me habían gustado.


Y de la nada apareciste tú, alto, guapo, y con un cuerpo de ensueño, o al menos así te recuerdo yo. Nadie te hablaba porque eras el nuevo, pero me acerqué a ti, siempre lo negué, pero desde el primer momento llamaste mi atención. Me veías mucho, yo no sabía porque, te juro que antes de ti nunca se me había pasado por la cabeza tener un romance con otro chico, pero tu mirada me ponía nervioso, te sentaste detrás de mí y la sentía en mi espalda, me sentía incomodo, el profe nos pidió hacer equipos y te hablé para que fueras parte del mío, no apartabas la vista de mí y yo no sabía dónde meter la cabeza.


A la hora del recreo venía de comer con mis amigos cuando te encontré afuera del salón, sentado solo y sentí feo, me puse a platicar contigo, seguías mirándome fijamente, y yo solo trataba de disimular lo rojo que me ponías. Mi prima llegó y los presenté, y ahí todo encajó, la reconociste y me reconociste, eras sobrino de mi vecina de toda la vida, de niño cuando ibas a visitarla a veces jugábamos juntos y me dijiste que te me hacía conocido y por eso no dejabas de mirarme. Ahí lo entendí, pero ya habías clavado una espinita en mí.


Con el paso del tiempo nos hicimos amigos más cercanos, cuando te veía conectado en Messenger siempre te hablaba, ahora me doy cuenta de que pude llegar a ser un poco fastidioso, siempre he sido así, sin embargo, nunca te molestaste al respecto, te mandaba zumbidos a cada rato y un buen de mensajes siempre.


En ese momento no sabía porque siempre esperaba a que aparecieras en la puerta del salón, casi no ibas los viernes y por alguna razón me sentía mal al no verte, también me ponía feliz cuando sentía el aroma a vainilla de tu perfume. En la actualidad recuerdo perfectamente ese aroma.


Bromeabas que éramos novios, que te gustaba y cosas así, yo nunca te seguí el juego porque yo no era así, pero sentía tan bonito cada que me decías bebé, cada que me agarrabas las manos, cuando me cantabas y cuando decías que me amabas. Jamás poder olvidar esa vez que de la nada, me pasaste el brazo por detrás, me acercaste a ti y besaste mi cabello. Fue uno de los momentos más bellos e inocentes que he vivido.  Ahora que lo recuerdo mi mente lo convierte por completo en una escena del shojo más romántico del mundo.


A finales de vacaciones de invierno tuve un sueño, un sueño en el que me decías que me querías, que querías estar conmigo, fue hermoso. Y al despertar lo supe, supe que era, que soy Gay. Me acepté y no dudé, yo estaba enamorado de ti. Y me sentía feliz, sabía que no iba a ser fácil salir del clóset, pero estaba dispuesto. Lo acepté de la mejor manera, sabes.


La primera semana de clases después de vacaciones estaba enojado contigo, por hacerme sentir así de enamorado, siempre he tenido ese complejo de princesa a lo Avril Lavigne, pero a pesar de que te traté mal toda esa semana, tu siempre fuiste el mismo conmigo. El viernes le dije a mi prima, lo tomó de la mejor manera, mis hermanas también lo tomaron bien, mi mamá fue la que me dijo cosas horribles. Pero equis, he madurado y he aprendido a lidiar con ello.


Al sentirme libre y creer que me correspondías, me deje llevar. Le conté a mis mejores Amigas que me gustabas a mis mejores amigos también, y era padrísimo poder hablar libremente de mis sentimientos. Estaba en una burbuja de felicidad.


¿Te acuerdas cuando fuiste a CDMX y me llevaste tu mochila a mi casa para entregar tus tareas? Nunca olvidaré ese día. Ibas con el pantalón del uniforme doblado hasta las rodillas, tus tenis Adidas y una playera sin mangas de color naranja. Estabas guapísimo. Siempre amé tus hombros. Esa tarde estaba dormido cuando mi mamá me aviso que estabas en la calle gritándome. Bajé todo modorro y me estabas esperando con una sonrisa. Me dijiste que te ibas a ir una semana y ocupabas que entregara tus libretas. En ese momento pasaron dos chavas guapas, sin embargo, tu no dejabas de mirarme y de sonreírme. Fue tan bello. Me sentí la persona más importante del mundo. Aún recuerdo que tu mochila estaba impregnada con tu aroma, y la abrazaba a cada rato.


Cómo me confundías, Jodido R. Amaba que pasaras por mi cuando íbamos a hacer tarea en equipo a casa de L. Cuando me quitabas mi mochila para llevártela tú, mi primer amor.


De la nada te alejaste, dejaste de hablarme y ya ni te me acercabas, te pregunté por chat qué pasaba y me dijiste que sabías que me gustabas, nunca me lo dijiste, pero estoy seguro que mis “amigas” te lo dijeron. Me dijiste que no eras Gei, porque ni siquiera sabías escribir, por Dios, tenías 16 años. Me dijiste que de amigos no iba a pasar y se me rompió el corazón. Un 13 de marzo del 2011 rompiste tu amistad conmigo.


El resto del año escolar me esforzaba porque las cosas volvieran a la normalidad, pero no lo hicieron, un día antes de la clausura fue mi cumpleaños, estaba cumpliendo 15 y subiste a la escuela, llevabas casi un mes sin ir. Pero fuiste ese día y me convencí a mi mismo de que me querías, pero tenías miedo y el que hubieras subido ese día de julio significaba que me querías, que querías darme un regalo o algo así.


El día de la graduación estábamos sentados uno al lado del otro, porque nos acomodaron por apellido, no me hablaste, incluso fuiste a tomarte la foto grupal con los del otro salón. Yo ya quería salir de ahí. No te volví a ver.


En agosto te mandé mensaje por Facebook y me dijiste que te hice sentir incomodo, también me dijiste que ya tenías tres meses con quien hoy es tu viuda. Semanas después supe que te habías ido a CDMX. Un año después regresaste y entraste a la prepa a la que iba tu novia. Recuerdo que íbamos caminando mi prima y yo a la escuela, estaba lloviendo y tu estabas del otro lado de la calle, bajo el techo de una tienda, esperando el camión, supongo. Te vi a lo lejos y traté de hacer como si no me importara, seguí caminando, pero me pudo más la curiosidad, volteé a verte y también me estabas mirando. Varias veces nos encontramos en el mismo lugar, solo que nunca me atrevía a saludarte, solo mi prima lo hacía.


Han pasado 11 años desde que íbamos a la secundaria. Siempre tuve la esperanza de que 10 años después nos reencontraríamos y viviríamos nuestro romance a lo Sekaiichi Hatsukoi. Pero no fue así. La verdad no me lo imagino. Ahora estoy con alguien, aunque sigo preguntándome si es la persona correcta.


Ya no te amo, ya no me gustas. Aunque siempre que te recuerdo pienso en el tu de hace 11 años, y me vuelvo el yo de hace 11 años, mi yo del presente no te ama, pero mi yo del pasado sí. Fuiste mi primer amor, a pesar de todo te recuerdo con mucho cariño, nunca he sido orgulloso, no siento que nos debamos disculpas, éramos unos niños, ni yo sabía como lidiar con las cosas, ni tú, cada uno hizo lo que creyó era lo correcto.


Me hubiera gustado más tiempo para ti, que vieras crecer a tu hijo, me hubiera gustado verte una vez más y hablar como los adultos que están a punto de cumplir 30 que somos. Como buenos amigos.


Te deseo lo mejor donde quiera que estés ahora, si ves a mi papá dile que lo extraño, que lo quiero mucho y que me disculpe por todo. Me enseñaste a aceptarme y te lo agradezco de todo corazón, en su momento lo que sentí por ti me dio la fuerza para poder vivir mi vida y no la de alguien más.


Cuídate mucho, espero volver a verte un día, no pronto. Viviré por el tiempo que te arrebataron. Gracias por todo. Me quedo con todas las cosas buenas, tu forma de caminar, tu manera de hablar, tus parados, tu gusto por la música de Justin Bieber.


Siempre serás mi primer amor y siempre te recordaré como un príncipe, lleno de brillitos, con tu sonrisa perfecta y tu aroma a vainilla.


Adiós.

Notas finales:

Adiós para siempre. ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).