Capítulo 3
Sobre las noches los sueños vienen cuando duermo, y me hacen estremecer como la finalidad del sol entre el atardecer, siento que me consumo sobre la intranquilidad, tengo que reconocer la pérdida de la primavera que existía sobre mí.
Tus voz lejana se vuelven como la nieve entre ese feroz invierno, desaparecen con el pasar del tiempo y no la puedo recuperar.
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Pasado
Blaise podía reconocer que su amigo ya no era el mismo de antes y estaba dispuesto a hacerlo, lo que le costaba era aceptar la situación terrible de Draco. ¿Cómo podría ayudarlo? se preguntó. El joven rubio en verdad estaba obsesionado con un odio que asustaba.
Después de haber tenido ese quiebre emocional delante de sus amigos algo que lo humilló más, caminó sin decir nada hasta llegar a la sala principal de Slytherin y había pocos chicos ahí, pero pasó de largo seguido por Pansy y Blaise, llegaron a la Sala privada y entraron en ella, Draco se sentó en el sillón, ahora parecía más tranquilo, pero estaba pensativo y preocupado. Su pensamiento era en el torneo de los tres magos, ya empezaba a temer que el nombre de Potter apareciera en el cáliz de fuego, si eso ocurría tal vez sería un campeón, Draco estaba convencido que Potter era un tramposo, un joven que solo buscaba la gloria y mucha atención, por lo cual la victoria del Grryffindor sería una derrota sobre Slytherin. Le daba bronca que el director complaciera a Potter y le regalara puntos en cada momento, en este caso si el nombre de Potter aparecía en el Cáliz no había dudas de que tendría la ayuda de todos.
-¿Qué pasaría si Potter ganase la copa?- se preguntó mientras tocaba con las llemas de sus dedos los mechones del cabello -será mi fin.
Blaise se sentó al frente de él mientras que Pansy entró a la cocina para traer un poco de té. Lo miró atentamente, el joven era apuesto, pero ahora se notaba en el rostro una gran debilidad, ojos rojos y agotados, Blaise era heterosexual pero no podía negar en ver la belleza en el mismo sexo, y eso siempre lo había visto en Draco pero ahora todo estaba cambiando.
-Pobre de ti Draco
El joven rubio se sacó la bata negra y la colocó en el sillón con cuidado para que no se arrugue, más tarde puso su varita en la mesa que estaba en medio de los dos sillones.
-ya estoy mejor Blaise, llorar me hizo bien-mentía solo para calmar sus nervios-aunque fue humillante porque siempre me consideré más fuerte sobre todo encima de Potter, pero todavía tengo rabia, no puedo creer que lloré por culpa de ese idiota- inclinó la cabeza para masajear su rostro- esto sí que es una locura.
-No Draco, llorar es algo normal, no tienes por qué sentirte humillado. Potter no vale la pena, pero tú, lloraste por enojó. ¿Porque lo miraste? - tenía su mirada sobre él y le hablaba sin apartar sus ojos.
-No lo hice- respondió levantando la cabeza.
-si lo hiciste - lo contradijo con enojo- ya tenías esas ganas de mirarlo.
-bueno no lo puedo ocultar, pero ¿viste lo que hizo? Se reía de mí con esa comadreja.
-Y, aun así, no dejaste de provocarlo. Potter lo hace a propósito porque sabe que te enfureces con eso.
-bue-bue- musitó Draco y no pudo terminar la palabra porque de nuevo sintió esa ansiedad sobre él - pero-pero
- ¿Qué pasa ahora? -preguntó Blaise levantando la voz, observando que Draco empezaba a tocar su corbata nerviosamente.
-No, no-pasa-na- nada- sus palabras salieron rápidas mientras negaba con la cabeza para tratar de disimular sus nervios que empezaba a tener poder sobre él.
- ¿seguro? -Blaise le preguntó con voz más tranquila y lo miraba de reojo mientras acomodaba su capa sobre el sillón.
No podía responder, sentía que la habitación le estaba consumiendo el aire, todo le resultaba pesado, hasta la presencia de Blaise.
Justamente su compañero se daba cuenta de que Draco no estaba bien, ya que su rostro pálido adquirió un tono rojizo sobre los cachetes, producto del nervio. Draco empezó a acariciar su garganta para entretenerse con algo pues sentía que en cualquier momento entraría en una crisis de pánico.
-si- susurró mientras miraba a la gran puerta sin dejar de tocarse la garganta, observaba con atención la entrada mientras ya notaba un calor sobre su cuerpo.
-No te oí - dijo Blaise mirándolo fijamente.
Hasta las palabras de Blaise le resultaban pesado e insoportable, no quería escuchar a nadie, necesitaba calmarse ya que le costaba respirar. Puso sus manos en las piernas y comenzó a acariciar sus rodillas.
-Si estoy bien - suspiró mientras se mordía el labio inferior porque no podía hablar con tranquilidad, de nuevo sentía esa sequedad dentro de sus labios al igual que ese dolor punzante en el pecho.
De un momento a otro su pierna izquierda empezó a sufrir un tic nervioso algo que lo impactó de segundo porque era la primera vez que le sucedía eso. Su amigo ya se había dado cuenta y miraba su pierna.
Esta situación era terrible más si se encontraba delante de su amigo. No sabía qué hacer ni a quién recurrir. Y para tratar de descuidar esa situación comenzó acariciar con las dos manos la piel del sillón.
-Draco, estás sufriendo un tic nervioso. Lo puedo notar.
Y esta afirmación por parte de Blaise no le cayó nada bien, ya no podía más, los nervios, el sentimiento de asfixia, el sudor en su cuerpo, la ganas de salir corriendo le eran insoportable, era como si no pudiera tener un momento claro, todo le resultaba confuso.
Volvió a mirar hacia la puerta para no cruzarse con la mirada de Blaise quien no le sacaba la mirada de encima ni siquiera respondió sobre su tic nervioso. Justamente Blaise cómo si lo hiciera a propósito miró hacia la puerta también, preguntando que tanto miraba hacia ahí. Y Draco al notarlo empezó a sentir náuseas, tenía ganas de gritarle para que dejara de observar, pero no podía ya que eso de gritar empeoraría la situación, volvió a acariciar sus piernas fuertemente con sus dos manos.
-Por Merlín- se quejó en sus adentros no aguantando esa mirada de Blaise que le inquietaba.
Se tocó los labios para acariciarlos después con las yemas de los dedos. Había que controlar la situación con distracción, pero le estaba resultando difícil, la ansiedad lo vencía, entonces empezó a pensar para encontrar algo con que pudiera olvidar el odio de Potter y sacar esos nervios, se acordó de la biblioteca que tenían ahí. Y sin decir nada, se levantó dirigiéndose lentamente a ella mientras Blaise lo miraba.
-Ten cuidado- le suplicó Blaise mirando como caminaba.
Cada vez que Blaise hablaba Draco se sentía más presionado.
Llegó a la biblioteca y al abrirla tomó un libro, cerró los ojos para respirar profundamente y así bajar la ansiedad, no quería gritarle a Blaise, pero se sentía tan frustrado, le dolía todo el cuerpo.
-Te veo cansado, debes comer algo.
-Por Merlín, dame paciencia- tragó saliva y acarició su rostro para que el calor le pasará de inmediato sin embargo se inquietó al ver que sus manos sudaban- tranquilo Draco, tranquilo.
Y demoró en moverse algo que llamó más la atención de Blaise.
- ¿Draco? - preguntó su amigo que estaba de pie preocupado.
El joven no respondió, tenía su mano en la frente, un mareo había llegado, sentía un cosquilleo en las piernas, abrió los ojos y comenzó a tratar de bajar un poco de saliva por su garganta, pero le era difícil porque tenía una fuerte sequedad ya que había pasado mucho tiempo sin tomar algo.
Dándose la vuelta le respondió.
-estoy muy bien- susurró y volvió a sentarse.
Blaise si lo había escuchado, pero no estaba convencido de la mejoría de su compañero, el aspecto de Draco era preocupante. Y no dijo nada, vio como el joven rubio abría el libro y hojeaba las páginas.
Pero Draco no podía concentrarse en el libro, otra vez le había regresado el tic nervioso en su pierna, y notaba sus manos más calientes, la ansiedad se hacía más latente. Blaise lo miraba con mayor atención y eso era agobiante. Tenía ganas de tirarle el libro encima para que este dejara de mirarlo, pero no quería.
-Otra vez regresó el tic nervioso ¿quieres que te dé alguna poción para bajar los nervios?
Draco se preguntaba en su mente porque no cerraba la boca por varios segundos o se la pegaba, si no estuviera en esa situación tan débil le hubiera gritado hace mucho que no le pasaba nada o que su malestar no era tan importante.
-Rayos que insoportable es todo esto. La culpa la tienes tú Potter.
No respondió.
- ¿Draco? ¿Me escuchaste?
-Sí, sí te oí Blaise- se quejó en sus adentros conteniendo su ira para no mirar con furia a su amigo- ya déjame en paz- continuó hojeando el libro y no encontraba nada para entretenerse.
-Draco- volvió a insistir Blaise, observando que su amigo no estaba captando que leer y cada vez más nervioso se ponía- Te pregunté si querías una poción para tranquilizarte, ¿Pero no estás respondiendo? Estoy preocupado en verdad.
Ya no pudo más, cerró el libro fuertemente y miró a Blaise fulminandolo con esos ojos grises.
-Sí, sí, Blaise, estoy bien.
-No te creo, me doy cuenta que no estás bien yo quiero…
-¡Qué importa Blaise! ¡Ya voy a estar bien! - se quejó interrumpiendo llevándose la mano de nuevo a la frente, no podía respirar con tranquilidad - ¡No te preocupes!
-Pero te pregunté si quieres tomar una poción para calmar esos nervios que se notan a plena vista y no respondiste, sé que no se debe preguntar sino ofrecer sin ningún problema, pero tú…- le explicó ya poniéndose nervioso él también - siempre hay que pedirte permiso.
-Mira, Blaise, ya está - dijo sacándose la corbata- si estoy nervioso, no quiero tomar nada. No tengo hambre.
-Pero no comiste nada.
-No importa, estoy bien- expresó simulando estar tranquilo dejando la corbata en el sillón- si estoy muy nervioso, pero es culpa de Potter, listo.
Le respondió con la verdad para que su amigo dejara de molestarlo, Draco creía que Blaise le hacía estas preguntas para ponerlo más nervioso o enojarlo aún más, pero era todo lo contrario, Blaise seguía preocupado y le hablaba con la buena intención de distraerlo y sacarlo de ese mal estado. Era la única forma de ayudarle ya que no conocía otro modo por el momento.
-¡Pero no tienes que llevarle el apunte!- gritó irritado de nuevo - Lo miras y él te provoca, ya te dije que no vale la pena, mírate,¡ estás mal!
Estás palabras en voz alta le hacían el presente más irritante. No sabía qué hacer, si irse para dormir que sería lo mejor o quedarse ahí con sus amigos, deseaba las dos cosas para calmar esos nervios, pero la ansiedad intacta no le hacía pensar en algo más claro. Supuso que tal vez no podría dormir debido a que si se acostaba sentiría esa presión sobre su pecho y no habría nadie a su lado para acompañarlo, le dio la tentación de pedirle a Blaise dormir en la noche con él, para calmar el miedo, algo que nunca se le había ocurrido, era extraño lo que su mente le aconsejaba, pero no lo hacía por sentir algo por Blaise sino por calmarse, es más tenía pensado en que si debía pedirle por lo menos hablaría con él en la cama.
-No lo puedo creer que tenga que hacer esto, todo por tu culpa Potter.
Lo había dicho en voz alta pues esas palabras iban a quedarse con un pensamiento, pero por el bajo control lo expresó de manera verbal.
-¡Draco! ¿Qué estás por hacer ahora? - Blaise lo cuestionó molesto todavía - Ya me estoy asustando.
-Nada Blaise, nada.
-¡Olvídate de Potter!- le suplicó acariciando su frente tratando de contener ese enojo- ¡Por favor te lo pido!
-Pero, ¿Porque le gritas? No tiene la culpa, fue Potter quien lo provocó- dijo Pansy entrando a la sala con una bandeja de plata que contenía tres tazas- yo mismo lo vi.
-Pero es que él también lo mira. Ya me está asustando.
-Potter es un desgraciado- continúo sentándose al lado de Draco, colocando la bandeja en la mesa y le señaló al joven rubio una de las tazas que tenía un limón encima- toma esta taza te hará bien el té de limón, estás muy pálido.
Pero Draco no obedeció, algo que ocasionó que Blaise negara la cabeza renegando de lo testarudo que era su amigo
-Toma el té, ¡ahora! - le ordenó con una voz más aguda.
Draco hizo una queja con su boca expulsando aire, mostrando enojó en el rostro y colocó con brutalidad el libro en el sillón. Agarró el té y sus manos comenzaron a temblar, casi tiró la taza, un poco de té cayó sobre su piel.
-Mierda- pronunció sintiendo el dolor sobre su mano, tomó un poco no tenía ganas de beber, todo le resultaba asfixiante.
Mientras tenía la taza en su mano derecha no podía evitar el temblor de su muñeca, era visible para los dos amigos cerca suyo. Comenzó a tocarse la garganta y Blaise notó que su barbilla tenía un tic nervioso. Draco miró otra vez a la entrada tratando de respirar, ya empezaba a agitarse.
-Pansy, tenemos que hacer algo, mira como está.
-estoy bien- se apresuró a hablar para que lo dejarán de molestar- yo…yo …e-estoy bi-bien- y comenzó a tartamudear.
Pansy notando esa complicidad de hablar lentamente se acercó a él y le tomó su mano, la besó para después mirarlo dulcemente.
-Estás muy nervioso, no debes ocultarlo.
-Yo estoy bien-respondió tratando de ocultar lo que tenía encima-estoy me-mejor.
-No es verdad Draco- prosiguió Blaise con más sinceridad en sus palabras- te ves muy nervioso, demasiado débil, tienes los ojos irritados a falta de descanso, no comes.
Pero Draco lo negó cerrando sus ojos sacando la mano de Pansy de encima, estaba cansado, y quería llorar. Tenía una mirada triste, odiaba a Potter y no podía eliminar esa rabia de su mente. Ni deseaba hacerlo, solo comprendía que, si Potter se iba de la escuela, él volvería a ser feliz. Pero lamentablemente no había nada qué pudiera ocasionar una expulsión hacia Potter, estaba lejos de tener un pensamiento claro como para hacer un plan en contra del Gryffindor, lo que deseaba ahora era recuperarse para pensar después.
Esa necesidad de hacer sufrir al otro lo estaba volviendo loco, lo quería hacer, necesitaba que Potter sufra más que cualquier persona. Así se sentiría fuerte, pero ahora todo estaba en su contra y empezaba a temer que fuera débil ante Potter, no quería terminar este año siendo acorralado con los insultos del Gryffindor. Tenía que recuperar todas las fuerzas para ganarle a Harry Potter en todo.
-Draco, presta atención a lo que te voy a decir- Blaise se hincó delante de él - No te lo voy a pedir por Potter porque sé que ese no vale la pena, lo pido por ti mismo, no me gusta cómo estás.
-Yo estoy bien- respondió sonriendo sin apartar esos nervios.
-No pienses más en Potter, por favor olvídate de él- esta vez lo miraba seriamente como si lo quisiera desafiar- ¡Olvídate de él! ¡Así estarás mejor!
-Sé que Potter se merece todo nuestro odio no podemos sentir más que eso, pero lo tuyo Draco, ya es preocupante.
El joven rubio suspirando se acarició los mechones y de ahí sus manos pasaron a masajear su nuca al sentir un dolor sobre ella debido al cansancio, comenzó a respirar tranquilamente, sus amigos tenían razón pensar en Potter solo le traía mal momento, si quería esa tranquilidad sobre si, debía dejar la rabia atrás y todo con el pasar del tiempo se mejoraría. Pero le costaba mucho.
-De acuerdo, no voy a pensar más en él.
-Por el momento, tienes que pensar después en cómo ganar a Potter- sostuvo Pansy.
-Pero ahora debe olvidarlo Pansy- reclamó Blaise con voz aguda ya se sentía impaciente con ese tormento de Draco - Hasta que se tranquilice, debe sacar esa ansiedad, parece niño malcriado.
- ¡Hey!
- ¿Qué quieres entonces? Entiendo que estás enojado y que te hace difícil escuchar, pero en serio Draco, te veo muy mal.
-Está bien- expresó Draco sintiendo un poco de tranquilidad- No hablaré de Potter y me tranquilizaré, lo juro. No pensaré en él, debo olvidar ese odio y lo haré.
-Bien- asentó Blaise sonriendo y se levantó del suelo para sentarse de nuevo.
Ambos notaron que Draco ya estaba mejor. El tic de su rodilla ya se había ido, sobre todo la costumbre de tocarse o acariciarse de manera irresistible parte de su cuerpo, ya no temblaba tanto. Y era verdad ahora podía respirar mejor solo que sentía todavía ese malestar en su pecho.
- ¿Creen que podemos hablar con Viktor Krum? - preguntó Pansy esperanzada por esa oportunidad.
-No lo sé, pero hay más chicos importantes con quiénes podemos hablar - dijo Blaise mientras sonreía ahora tranquilo porque el joven rubio ya parecía relajado- ¿lo sabes Draco? - lo miró para animarlo- Hay más jóvenes para hablar ¿Verdad?
-Si- respondió el joven sonriendo tocándose la oreja para vencer aquellos pocos nervios que todavía quedaban sobre sí, pero sus ojos se debilitaban por el cansancio, necesitaba dormir- será interesante conocerlos a todos ellos.
-Viktor Krum es muy popular y demasiado fuerte, pero mi Draco es más guapo. Sin embargo, estoy segura que él saldrá en ese cáliz.
-No lo dudo, pero no importa- sostuvo Blaise subiendo sus piernas al sillón- no somos nosotros lo que estaremos en riesgo a cada rato, el torneo de los tres magos es un combate muy riesgoso. Las personas pueden morir.
-Ni siquiera me importa quien entre en ese torneo- expresó Draco de mal humor tomando un poco de té- por mí que todos ardan.
-Aun así, será entretenido mirar, participar, gritar, hacer apuestas, no me lo perderé por nada- exclamó Blaise completamente animado.
-Te prometo Blaise que, si el apellido Potter llega a salir en ese cáliz, él va a terminar mal conmigo- le dijo mirándolo fijamente muy serio - me levantaré y lo agarraré de los pelos. Eso te lo juro.
-No lo puedo creer Pansy, no lo puedo creer- lamentó Blaise tristemente sin mirar a Draco.
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El fuego de un dragón puede consumir las cosas, pero el fuego que hay en mí sólo puede llevarte ardientemente dentro de mi amor, sobre mi pecho, dentro del corazón, se ha vuelto tan caliente más si ahora no estás conmigo.
La pasión, el deseo, la lujuria son parte de esta locura, que me encierra en esta estrella gigante, pues el sol es igual a mí.
Esa mirada fugaz con aquellos ojos verdes eran parte de mi alimento, de mi vida pasional; pero ahora la distancia y ausencia que me envuelve solo me llevan a un desierto agotador y seco.