Solo soy un profundo recuerdo para ti, un recuerdo muy alegre, talvez un poco rico, pero soy consciente que en el libro de tu vida yo estoy presente.
Tu recuerdo sobre mí es como el aire primaveral de la mañana, el agua de un bello manantial, la belleza del sol en mi cara y la naturaleza intacta.
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Pasado
- ¡No! ¡Suéltame Ya! ¡Suéltame! - Gritó sin importarle que el Gryffindor estuviera cerca de ahí, Draco lloraba por no poder desahogarse cómo quería- ¡No puedo más!
Blaise ya lo había soltado, ahora estaba preocupado por los impulsos que tenía Draco, Potter podía burlarse como quisiera y el rubio podía hacerlo también, así había sido siempre, solo que ahora la situación de Malfoy era terrible, porque este quería lastimar a Potter, algo no permitido en la escuela. Si Malfoy llegase a lastimar al joven tendría problemas muy graves.
-Cálmate por favor- pidió Pansy mientras le acariciaba la mano.
-No puedo más- dijo sollozando mientras se sacaba las lágrimas con la mano- yo quiero lastimar a Potter, quiero que él sufra- miró a Blaise fijamente para que este sepa que hablaba con la verdad- yo…yo…quiero que él sienta mucho dolor más que cualquier persona.
-Por favor Draco- exclamó Blaise mirándolo apenado- primero piensa en ti, tienes que sanarte.
- ¿Por qué decís eso? ,¡yo estoy muy bien! - aclaró furioso, se sentía más débil porque los demás lo consideraban como un loco- ¡recuerda lo que te dijo ese desgraciado!, ¡voy a hacer que pague por todo!, ¡quiero ver a Potter llorando de dolor con el corazón roto!
Las últimas palabras salieron en voz altas cómo si se estuviera jurándose a sí mismo hacerlo. Castigar a Potter.
-Está bien- dijo Blaise asentando con la cabeza- si es lo que quieres, lo harás, pero ahora debes mejorarte tienes que estar más fuerte que él y no caer a la primera provocación. ¿Okey?
El joven le dijo estas palabras para calmarlo y bajar un poco la calentura.
Draco asentó sin responder para más tarde respirar profundo y cerrar los ojos. Tenía que tranquilizarse.
Volvieron hacia la sala privada, pero dentro de ella Draco comenzó a entrar en cólera.
- ¡Quiero salir! - gritó intentando pararse al frente de la puerta, pero Pansy se puso en su camino - ¡quiero hacerle daño ahora !, ¡no puedo más!
- ¡No por favor no! -Gritó Pansy tomándolo de sus brazos para que no se escape.
- ¡Suéltame, suéltame! -se resistía a su agarre continuando con querer salir. Entró Crabbe junto a Goyle y al ver la desesperación de Draco se apresuraron a calmarlo.
- ¡Potter es solo un imbécil! - expresó Crabbe tocándole el hombro.
- ¡No !, ¡voy a matarlo y lo haré ahora!
- ¡Por favor cálmate!
Pero los tres excepto Blaise que ya se había sentado, lo agarraron del brazo para que no saliera afuera. Draco estaba desesperado.
Blaise los miraba sin decir nada, y en ese momento se acordó de lo que había pensado afuera sobre cómo serían las cosas si Potter y Draco fueran amantes, de repente algo surgió en la mente: en su pensamiento vio a Potter y a Draco haciendo el amor en una cama, la habitación estaba oscura pero la luz de luna que ingresaba por la ventana daba un poco visualización a los amantes, quienes estaban con sus cuerpos calientes, Draco arriba de Potter besándolo con vehemencia cubriéndolo con sus brazos, esos besos eran intensos y muy fogosos, Potter acariciaba con sus manos la espalda del rubio hasta lo arañaba, ocasionando que Draco se hundiera en su cuello para devorarlo con sus labios mientras una de sus manos acariciaba la cabellera del Gryffindor quien no tenía los lentes pero su rostro estaba sudado al igual que el del rubio, Potter gimió de placer al sentir esa lengua lamber su piel de una manera deliciosa. Se escuchan sus besos, los jadeos, el gemido del Gryffindor, todo era muy pasional.
-joder- dijo Blaise en su mente sorprendido de haber sentido una excitación en su miembro al pensar en eso. Pero no se había excitado por querer sentir esa lengua sino más por ver algo así entre Potter y Draco. Supuso que talvez Malfoy sería el activo en esa cama porque era más alto que Potter, pero esa imaginación se retiró de su cabeza cuando vio que sus amigos arrastraban a Draco hasta sentarlo en el sillón.
- ¡Déjeme malditos! - gritaba con el rostro rojo al mirarlos con irá.
-Por Merlín Draco- dijo Goyle mientras se sentaba a su lado- nunca te había visto así.
Pero Draco se levantó impresionado por cómo lo arrastraron sus amigos; por otro lado, Pansy tenía sus manos apoyadas en el respaldar del sillón con la cabeza inclinada respirando profundo, estaba un poco cansada debido a la fuerza que utilizó para sostener a Draco.
-Ustedes son unos traidores- expresó el joven rubio caminando nerviosamente con las manos juntas- no quieren que le dé su merecido a Potter.
-No te hemos traicionado- se apresuró a decir Goyle mientras se sacaba la corbata- por mi Potter puede ser succionado por un dementor, no me importa.
-Son unos traidores-continúo el joven rubio tocándose la frente- pero Potter me las va a pagar…eso si- no dijo más nada y se fue directo a su habitación muy enojado.
Blaise trató de recordar ese pensamiento para poder excitarse nuevamente, pero al ver esa imagen de Draco y Potter juntos ya no había tanta excitación en su cuerpo así que decidió olvidarlo.
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Todos los alumnos esperaban al profesor Severus que estaba demorando en llegar, algo que sorprendió a muchos estudiantes.
Draco intranquilo trataba de respirar bien y por contener su ira, se mordía la uña para no mirar a Potter, Blaise estaba a su lado, pero ni siquiera lo miraba. Sin poderlo evitar volteó su mirada hacia atrás, ahí estaba Potter hablando felizmente con unos de sus compañeros que no supo reconocer, su rival tenía el pelo acomodado y los anteojos eran de color rojo, el chico lucía bien. Pero Draco no admiró nada, solo se extrañó de verlo así.
-¿Que rayos pasa?- pregunto intrigado porque notaba que todo el salón lucía diferente, los jóvenes de Gryffindor tenían corbatas rojas intensas, el lugar de pociones se veía más limpio de lo normal como si los muebles estuvieran brillando - extraño- volviendo su vista hacia atrás, vio en Potter su cicatriz, la cual estaba muy roja, logro ver que en su mano derecha tenía una pulsera de oro. Todo estaba extraño.
Volvió a mirar a Blaise y notó que debajo de la nariz sobresalía una barba de candado que no tenía antes. Este lo miró y le dijo algo, pero Draco no escuchó bien, lo único que captó fue el nombre de Potter, parecía que sus palabras se escucharan demasiado lejos, se sintió extrañado con eso. De inmediato observó su cuaderno y en la hoja había varias letras, pero por raras razones estás se veían borrosas, como si tuvieran agua encima.
Volteó hacia atrás sorprendido de no sentir esos nervios que lo carcomían y ya no estaba Potter ahí, entonces con su vista comenzó a buscarlo desesperadamente y lo encontró sentado en otro sector de Gryffindor que estaba al lado suyo. Potter ahora hablaba con Ron, al instante se cruzó con la mirada de Granger quien lo miraba con una sonrisa de triunfadora cómo si le hubiera ganado algo.
-¡¿Que?! - expresó confundido y más extrañado que nunca.
De inmediato todos se quedaron callados cuando escucharon unos pasos que venían de la entrada, el profesor Snape llegaba con una media sonrisa en la cara parecía bailar mientras caminaba, para el asombro de Draco y de sus alumnos, pero el profesor mejoró su caminar eliminado ese pequeño baile y se puso serio.
Cuando llegó al frente de todos dijo muy seriamente.
-Es la primera vez que tengo el deseo de saludarlos con una sonrisa, pero quiero conservar la dignidad y lo haré- miraba a todos mientras hablaba - pero no puedo negar que esté feliz, tenemos razones para estarlo, el orgullo se levantó en la escuela, un héroe tenemos ahora, un Gryffindor.
Draco sin saber qué decir miró a Potter que tenía una mano sobre su boca, pero había una sonrisa en él.
-Un pequeño Gryffindor nos llenó de felicidad y estaremos así, cubiertos de gloria por un tiempo…largo- decía estás palabras sonriendo captando la atención de Draco- El torneo de los tres Magos ya terminó y la victoria cubrió nuestra escuela, tenemos la copa y todo es gracias…-Snape dio un paso adelante sin perder esa elegante sonrisa - ¡a Harry Potter!
Estás palabras palidecieron de inmediato el rostro de Malfoy quien quedó con los ojos abiertos ante tal noticia.
- ¿Cómo es posible? - se preguntaba impactado si ni siquiera lo había vivido- ¿Qué está pasando?
Una sonrisa liberada se mostraba en el rostro de Potter, mientras que Draco empezaba a entrar en los nervios.
De repente todos los chicos de Gryffindor gritaron de alegría mientras aplaudían ocasionando un sobresalto en Draco, pasaron a saludar al joven quien lloraba de felicidad. Su mirada se cruzó con la de Granger quien se le reía en la cara.
-Ahí está el motivo- aclaró en su cabeza.
- ¡Ese es nuestro Potter! - gritó Longbotton.
Draco sin poder moverse del asiento con su corazón latiendo fuerte, miró cómo los chicos le despeinaban el cabello a Potter para celebrar su victoria, pero este no ponía ninguna queja estaba un poco colorado de la emoción. El corazón de Draco quería salir de su pecho, sentía que todo le daba vueltas, miraba a los chicos emocionados haciendo ruidos con pequeños silbatos de color rojo.
-Ven Potter dame un abrazo- dijo el profesor Snape sonriente con los brazos extendidos.
Draco quedó con los ojos bien abiertos, tragó saliva mientras sentía que un mareo le venía encima.
- ¿En serio profesor? - preguntó Potter asombrado de ver a su maestro querer recibir un abrazo- ¿quiere abrazarme?
-Por supuesto que sí hijo, sé que nunca me mostré bien contigo y que tenemos diferencias, pero ahora quiero ser muy amable, te lo mereces.
- ¡Me hizo feliz Profesor!, ¡gracias!
Potter corrió hacia el profesor y los dos se abrazaron fuertemente, Draco quedó impactado con lo que estaba viendo, sus ojos estaban abiertos al igual que la boca, su cuerpo entraba en el calor no lo podía creer; ahí estaba su profesor favorito cubriendo con sus brazos a su enemigo. Todos los chicos Gryffindor aplaudían emocionados mientras que los de Slytherin estaban muy serios y poco de ellos miraban a Draco asqueados por lo que estaban presenciando entre Potter y Snape. Era una vergüenza.
Y ya no pudo más, chillando de rabia hizo a un lado la mesa del pupitre que cayó estrellándose contra el suelo. Corrió hacia donde estaban los dos, y tomó con una brutalidad a Potter desde el cuello ocasionando que los chicos comenzarán a gritar asustados, haciendo que Blaise se levantara rápidamente mirando hacia donde el rubio había corrido. Con sus brazos estampo a Potter brutalmente sobre la mesa del maestro, unas hojas salieron volando debido al golpe, Draco empezó a presionar su cuello.
- ¡No Malfoy!, ¡no! ¡es nuestro héroe! - suplicó Snape tratando de separarlos.
-¡Maldito desgraciado !- Gritó Draco presionando más a Potter - ¡¿qué hiciste?! ¡¿cómo lo hiciste?! ¡¿cómo?!
-Ayyyy- chilló Potter mientras le salía sangre de la nariz.
Todas las cosas volaban a su alrededor como si un terrible viento hubiera entrado de repente y esto era debido a la rabia que tenía Draco en su interior y que ahora por fin era liberada. Los chicos se desesperaban y Snape trataba de calmar al rubio.
- ¡Desgraciado!, ¡tramposo! - gritaba y no podía detenerse.
-Ayyyy- gritó Potter tratando de librarse de sus manos. Estaba muy colorado.
- ¡No! - gritó Draco fuertemente al despertar de esa terrible pesadilla. Su grito se escuchó en toda la habitación, estaba transpirando y un poco agitado, sentía un dolor fuerte en su pecho, gimió de dolor al intentar levantarse debido a que le dolía el cuerpo por la mala postura en cómo había dormido. Blaise estaba a su lado completamente asustado con los ojos abiertos mirando al rubio quién trataba de moverse para sentarse. Justamente esa noche antes de ir a las habitaciones a dormir Draco le había pedido a Blaise descansar con él para calmar sus nervios ya que empezaba a tener miedo de cualquier cosa, y el joven lo había aceptado. Draco se tocó la boca recordando el sueño; ver a Potter como el campeón del torneo de los tres magos había sido algo escalofriante pero también recordar el abrazo que le dio Snape al Grryffindor fue tan asqueroso que de inmediato le dieron ganas de vomitar. Tapándose la boca para contener el vómito se levantó rápidamente de la cama y salió corriendo de la habitación mientras Blaise no le quitaba los ojos de encima totalmente asustado.
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Por fin llegó lo que todos esperaban, aquello que a Draco le hacía sufrir en las noches, debido a que no podía dormir. El día en que el cáliz revelaría quiénes serán los campeones del torneo de los tres magos.
-Vengo durmiendo con Draco desde esa noche en que intentó atacar a Potter por la provocación de este- contó Blaise a Pansy - y la verdad Pansy… es un dolor de cabeza, no deja de moverse cuando intentamos conciliar el sueño y tiembla mucho.
-Pobre mi rubio - exclamó Pansy- todo es culpa del roñoso ese…
Los dos caminaban por el puente muy apenados por la situación del más joven de los Malfoy.
-Yo no sé qué hacer para ayudarlo- confesó el joven tristemente- esto se está poniendo más grave. Me cansó mucho, es imposible dormir con él.
-Entiendo- dijo Pansy- pero trata de mantenerte cerca suyo, sabes que tiene esos brotes de ira.
-Lo haré Pansy. No te preocupes- dijo mientras cerraba sus ojos y respiraba el aire puro.
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Justo cerca de las 6:00 de la tarde. Todos comenzaron a reunirse en el gran salón, como les había ordenado el director. Draco ya empezaba a ponerse nervioso, desde que entró al lugar, empezaba a imaginar que el apellido Potter saldría en esas llamas.
Blaise venía a su lado y sus amigos atrás.
- ¿En serio Blaise? No tienes que estar pegado a mi como si fueras un auror- se quejó Draco llegando a las bancas donde estaban sus compañeros de casa.
- ¿Y por qué te quejas? - le preguntó - ¿qué piensas? no te voy a dejar tranquilo cuando sé que eres capaz de correr hacia el Gryffindor y agarrarlo de los pelos, aunque ese saco de mocos se lo merezca.
-No soy inconsciente Blaise- aclaró sentándose- no sería capaz de tocar a Potter en medio de tanta gente.
-No era eso lo que decías el otro día- dijo el joven imitándolo, un poco enojado porque ya se estaba casando de la situación.
Pansy se sentó a su lado, Draco quedó en medio de sus dos amigos, y a los pocos segundos miró a Potter sin que sus ojos lo pidieran. El joven hablaba con su amigo Weasley tranquilamente. Blaise notó que Draco temblaba y se ponía colorado, el joven se acariciaba la garganta como si quisiera detener algún dolor en su interior.
-Ya estás empezando- dijo Blaise- te dije que no va a pasar nada.
-te juro Blaise- comenzó Draco mientras se acomodaba la corbata- que si él nombre de Potter llega a salir en ese cáliz va a terminar mal conmigo.
Blaise y Pansy se miraron nerviosos por las palabras de Draco.
-De eso me preocupo, por eso no puedo dejarte solo- expresó Blaise sin quitarle los ojos de encima.
Varios minutos después Draco estaba un poco inquieto sentado en su asiento, movía sus manos temblando, las piernas, se tocaba la corbata, se masajeaba la nuca, tenía nervios y no dejaba de mirar a Potter.
Estaba entrando en un estado de crisis nerviosa muy profunda, tenía miedo; las cosas habían empeorado desde ese aquel terrible sueño; se imaginaba a Potter con la copa del campeonato de los tres magos y era algo que si sucedía no podría soportar. Una imaginación tan simple lo volvía histérico y más aún la mirada autoritaria de Blaise sobre él.
Y no pasaron muchos minutos llegaron los profesores; el director Albus, la profesora McGonagall, Igor Karkarov, Olympe Maxime, Severus Snape, Moody, Bartemius Crouch y otras personas más.
El silencio se hizo presente mientras los profesores se acercaban al cáliz observando atentamente. Una corriente caliente invadió la espalda de Draco, los nervios se hacían más grandes y era insoportable.
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Muchos minutos después…
Los gritos de Draco se escuchaban por el pasillo de las mazmorras, justamente en el sector de Slytherin no había nadie porque todos quedaron impactados en el gran salón por los resultados que había dado el cáliz.
- ¡Harry Potter eres un maldito tramposo! - gritaba el rubio llorando en el pasillo- ¡un desgraciado maldito!, ¡un sucio tramposo!
- ¡Por dios!, ¿cómo lo hizo? - preguntó Pansy asustada por la salida del nombre y apellido del Gryffindor en el cáliz.
- ¡Porque es un tramposo! -Gritó explicando el rubio mientras se arañaba y tironeaba los cabellos y se apoyaba sobre el muro para no salir corriendo- ¡un maldito mentiroso!
Blaise no decía nada, él también había quedado en trance al escuchar el nombre `` Harry Potter ``salir de la boca del director, todo parecía ser una maldita pesadilla lo peor de todo era que su amigo lo había premeditado y aquello sucedió.
Justamente cuando escuchó el nombre y apellido ‘’ Harry Potter’’ ,Draco quedó como si estuviera shockeado, parecía que el tiempo se había detenido, esa sensación de asfixia apareció al instante, al parecer el aire se había evaporado, entre escuchar las quejas de los demás alumnos, el asombro de muchos como el impacto de los profesores, Draco tuvo el impulso de levantarse para atacar a Potter pero Blaise le impidió e hizo que de nuevo se sentara pero Draco estaba en blanco y su cuerpo simplemente fue bajando hacia la banca, Blaise le había tomado del brazo y no iba a dejar que se le escapará. Le tocó el rostro para que reaccionara, pero el más joven de los Malfoy se tocaba el corazón mientras trataba de controlar la respiración. Ya para cuando todos se levantaron, Draco quiso correr hacia el lugar donde Harry había tomado su camino; pero Pansy y Blaise notando la desaparición lo sacaron del salón y de prisa los tres corrieron hacia las mazmorras; ahí en los pasillos Draco se liberó de la presión y comenzó a gritar.
- ¡Te odio Potter! - exclamaba gritando mientras su cuerpo caía hacia el suelo, pero se apoyó sobre el muro para no caer de bruces- ¡tramposo asqueroso!,¡tramposo! ,¡tramposo! ,¡Harry Potter eres un tramposo! ¡tramposo!, ¡tramposo!
Había varios chicos afuera de las mazmorras que escuchaban los gritos desesperados del joven.
- ¿Quién está gritando en las mazmorras?
Preguntó uno de ellos.
-Es Draco Malfoy, enemigo potente de Potter- explicó el otro- está enfadado por qué salió el nombre de Potter en el cáliz.
-Todos los alumnos están enfadados, y tienen razón en estarlo.
Draco lloraba desesperado en el suelo fresco. Había dejado de gritar por el dolor en su garganta, aun así, sus palabras no dejaban de salir de la boca.
-Desgraciado, maldito tramposo, tramposo, tramposo - musitaba sintiendo una presión fuerte en el pecho.
Blaise estaba sentado al frente de él, preguntándose en cómo había hecho Potter para colocar el nombre en el cáliz, se dijo que supuestamente habría tenido ayuda de alguien, tal como lo había supuesto Draco en sus momentos de delirio.
- ¿Cómo lo hizo? - preguntó Pansy ahora un poco tranquila.
-Es un desgraciado pícaro - explicó Blaise mirando al suelo.
-Sus amigos supuestamente tuvieron que ver en algo. La sangre sucia siempre presume su ego ante todos- añadió mientras mirando a Draco quien no dejaba de llorar con la cabeza inclinada- no me sorprendería que lo hubieran ayudado, ¡maldición! - gritó.
Draco comenzaba a levantarse lentamente mientras se sacaba las lágrimas de sus mejillas, ocasionando que Blaise lo hiciera rápidamente mirándolo con demasiada preocupación y atención.
-pero esto no se queda así Blaise- exclamó mientras se limpiaba su pantalón- ¡voy a matar a Potter ahora!
Quiso salir corriendo para buscar a Potter pero Blaise se le puso en su camino y comenzó a hacerle presión el cuerpo agarrándolo del brazo para evitar que se vaya.
- ¡Ayúdame Pansy! - gritó Blaise desesperado haciendo todo lo posible para detener a Draco que se resistía al joven moreno.
- ¡Suéltame Maldito!, ¡suéltame! - chilló Malfoy entrando de a poco en esa desesperación. Su vista vio a Crabbe y Goyle que venían hacia ellos, estos apresuraron sus pasos al ver el estado del rubio.
-Por favor Draco ya cálmate - pidió Pansy mientras le acariciaba la espalda para tranquilizarlo.
- ¡Suéltame, suéltame!, ¡voy a matarlo, voy a matarlo! - gritaba intentando liberarse de su amigo.
-Hay que llevarlo adentro- solicitó Crabbe ayudando a Blaise.
–¡Déjenme en paz malditos! - seguía luchando por querer correr-
Pero sus amigos eran muy fuertes y consiguieron controlar la situación llevándolo a rastras por el pasillo, corrieron hasta llegar en la casa de Slytherin, cuando entraron a la sala privada, tiraron al suelo a Draco, quien cayó al piso de espaldas, seguía gritando y estaba más colorado, había entrado en un estado de crisis nerviosa terrible. Lo único que quería era atacar a Potter. Pansy corriendo ingresó a la cocina para preparar el calmante. Draco intentó ponerse de pie, pero por el dolor no pudo, quiso sostenerse con una mano en la pequeña lámpara que había en una mesita sin embargo esta cayó debido a la debilidad del rubio; Blaise por su parte preparaba su cuerpo para tener la fuerza suficiente con que retendría a Draco debido a que este en cualquier momento intentaría salir de ahí.
-Voy por ti Potter, voy por ti - decía sin el tranquilo juicio mientras se levantaba de poco en poco y tomaba aire- voy a buscarte ahora mismo.
Blaise no le quitaba los ojos de encima, sabía que era fuerte en sus brazos y cuerpo, pero Draco también lo era, así que lo mejor era debilitar sus brazos.
El joven rubio se puso de pie, respirando fuertemente, una cosa le había quedado clara, se dijo así mismo que de la sala privada iba a salir por las buenas o por las malas. No importaba si tenía que pasar por encima de su amigo, al instante lo miró muy fijo, desafiando con esos ojos grises llenos de ira.
-Voy a salir Blaise, o te haces a un lado o tendré que pasar por encima tuyo- reconoció que sí tendría que salir debía luchar primero contra Blaise.
-Tu solo inténtalo- expresó Blaise mirándolo con mucho desafío.
Crabbe y Goyle sin decir nada se apartaron de esos dos que estaban enfrentándose.
Draco se abalanzó sobre Blaise, este lo detuvo con sus brazos e hizo presión para detener el fuerte choque de Draco. Pero el rubio apretó sus muñecas y debilitaron la presión ocasionando que los dos se fueran de bruces hacia la pared que chocó contra la espalda de Blaise, el moreno logró soltarse de la fuerza del rubio y apretó la costilla del joven, haciendo que este gimiera de dolor.
- ¡Voy a salir maldito! -Gritó haciendo más presión en los brazos del moreno, entre los dos se hacían fuerza contra sí para debilitar al otro- ¡Maldito! ¡Maldito!
- ¡Ayúdenme! - gritó Blaise ya que no quería que Draco cometiera una locura.
Solo Goyle se acercó para separarlos, pero Draco aprovechó la distracción y le mordió el cuello a Blaise quien chilló de dolor.
- ¡No! !,¡déjame Draco!.
Pansy llegó corriendo mirando con ojos abiertos la pelea de los chicos, Crabbe acercándose a ellos apretó la nuca del joven y de inmediato le jalo los cabellos hacia atrás para que este separará los dientes del cuello, mientras que Goyle le agarraba muy fuerte el brazo del joven liberando la presión sobre las muñecas de Blaise.
-¡Me duele maldito!-Gritó mientras sentía un fuerte tirón sobre su cabello.- ¡quiero salir! ¡quiero salir, quiero salir, quiero salir! - esos gritos se escuchaban en toda la habitación.
Los tres chicos lograron llevar a Draco hasta el suelo, ahí Crabbe y Goyle apretaron sus muñecas contra el piso frío y Blaise se le subió encima para abrirle la boca.
-Hazlo Pansy, tiene que beber el cálmate- ordenó Blaise, tratando de contener abierta la boca mientras Draco forcejeaba debajo de él.
La joven arrodillándose le ingirió el agua con el calmante, segundo después Blaise le cerraba su boca para que no votará el calmante. Al instante le soltaron las muñecas y Blaise salió de encima suyo poniéndose de pie con el rostro lleno de sudor por la fuerza que había liberado.
-Desgraciados, hijos de putas- sollozaba el rubio, llorando y tocándose el cabello para desaparecer el dolor.
-Por favor - exclamó Pansy mirando a Blaise - no más violencia contra él.
- ¡¿Cómo quiere que actúe entonces?!- dijo el moreno enfadado- ¡Mira! - levantó la mano hasta la parte de las mordidas que ahora lucían con un poco de sangre - ¡Me mordió todo el cuello!
-Pero ahora estará bien- dijo Pansy nerviosa y apenada por la situación.
- ¡Idiota! - gritó Blaise pateando la espalda de Draco quien todavía se encontraba en el suelo, profirió un chillido de dolor al sentir ese fuerte golpe en el cuerpo llevando una mano hacia su espalda.
Blaise de inmediato se abrió la camisa rápidamente, sentándose en el sillón sacó su varita para aplicarse hechizos de curación sobre el cuello.
-Mierda, Mierda- expresaba lleno de furia y miraba a Draco que gemía de dolor retorciéndose lentamente en el piso de poco en poco iba cayendo al sueño, Pansy se acercó a él para tocarle la frente, pero el rubio no tenía fiebre sino un poco de calor por la desesperación.
Muy lejos de ahí, en un lugar solitario y oscuro lloraba Harry Potter solo sin nadie a su lado, se secaba las lágrimas con la maga de su buzo negro, sus anteojos estaban empañados, no tenía ganas de limpiarlo solo quería llorar y calmar ese fuerte dolor que comenzó a existir desde que salió su nombre y apellido del cáliz de fuego.
Cerca de las cuatro de la mañana, ninguno había salido de la sala privada, querían vigilar a Draco, este estaba sentado junto a Pansy; Blaise en el otro sillón al frente suyo y Crabbe y Goyle a su lado, ni siquiera habían ido a comer. No hablaban, tenían una mirada muy seria y algo tranquila, lo único que se escuchaba en la habitación era la melodía que provenía de la bola de cristal que sostenía Draco en sus manos mientras lloraba sin dejar de mirarla.
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¿Quién podría dejar de amar a aquellos ojos verdes de paraíso?
Tus ojos son la compañía del bello océano, la compañía de la tierra, de las rosas y sobre todo de mi alma.