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Quedé embarazado en una dulce noche. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Mientras imitaba sus movimientos, se hizo más fácil sacudir la espada. Sin embargo, Lucius lo esquivó hábilmente una y otra vez hasta que pareció que en definitiva no importara lo mucho que lo intentara. Era invencible.

Un paso.

Dos pasos.

Tres y así sucesivamente.

Las piernas de Nefert avanzaron tanto que Lucius pareció no tener más remedio que sonreír. 

"Como se esperaba"

"¿Como se esperaba?"

"Has mejorado muy rápido. Incluso parece que lograste aprender mis movimientos".

"¿Sí?"

"Así es. Para la próxima solo muévete más rápido. Sigue el tiempo y ataca libremente desde la izquierda y la derecha. No me dejes leer lo que vas a hacer".

"Ah".

Y terminó con la punta de su espada en la garganta de Lucius. 

"Perfecto".

Pero ante sus ojos, la espada volteó y el escudo del hombre golpeó a Nefert hasta aventarlo contra el suelo. Fue tanto así que su arma salió volando hasta el otro extremo. 

"Aún queda un largo camino por recorrer."

"¿Puedes enseñarme ya esas técnicas para matar gente?"

"Ese tipo de cosas... Ya te lo dije. No lo necesitas, eres el elegido por Dios después de todo".

Dijo Lucius casi de inmediato. Nefert frunció el ceño. Se decía que un faraón era escogido por el cielo así que seguramente no necesitaba matar a nadie porque el camino se abriría ante él para lograr que se convirtiera en el elegido. Pero, aún así...

"Creo que lo necesito para cuando llegue el momento de ver a mi hermano en persona."

"Si Dios te guía, entonces no necesitas pelear. Además, tienes la ayuda del ejército romano".

Colocó su espada de nuevo en su cadera, acomodó su cabello rubio para atrás y se acercó a Nefert para extender la mano en dirección a la suya.

"Pero si hay algo que me gustaría decirte al respecto."

"¿Qué cosa?"

"¿Por qué no vives como mi esposo?"

"¿Tu esposo?" Nefert miró a Lucius a la cara. "No creo que sea posible para nuestros reinos." 

"Bueno, no quiero ser el esposo del Faraón del Reino del Nilo. Quiero ser el esposo de Nefert. Me gustaría que pudiéramos ir al fin del mundo como simples seres humanos".

"¿... Quieres algo como eso?"

Mirándolo directamente a la cara, con sorpresa, Lucius hizo exactamente lo mismo con Nefert. Su cabello rubio y sus ojos azules brillaban intensamente a la luz del sol y el calor abrasador que caía sin piedad sobre las ruinas, grababan sus sombras superpuestas en el suelo. Y cada vez que soplaba el viento y la ropa de Nefert y Lucius comenzaba a moverse, su reflejo también pareció ponerse a parpadear.

"Quiero estar contigo. Solo tú y yo, sin nadie más"

"Lucius..."

"No deseo que tomes venganza de tu hermano y no es mi intención completar mi misión. Que se joda todo eso. Solamente... Quiero que seamos humanos libres, viviendo solos en un mundo donde no haya nada más que nosotros y nuestra pequeña familia."

Con el brazo en la espalda de Nefert, se acercó tanto que pareció a punto de besarlo.

"También olvídate de Dios. Está claro que su plan es una basura".

Un aroma a cítricos comenzó a salir de su piel. Igual a la naranja. Además de eso, comenzó a sentir la manera exacta en la que empezaba a empaparse entre las piernas y como su corazón pareció doler dulcemente. Pero no era un secreto que ese hombre lo ponía en celo. Tampoco que le atraía horriblemente. Por eso se llenaba de felicidad cuando le decía que lo amaba y que quería estar con él para siempre. Únicamente los dos en un lugar en el que no fueran gladiador o Faraón. Nunca había amado a nadie. Nunca había sido amado y tampoco pensó que fuera necesario.
Nacido como el sucesor del Faraón, se enorgullecía demasiado de tener un género especial llamado Omega y de que, para gobernar el gran Reino del Nilo, tuviera que tomar a un Alfa como su esposo y tener un hijo con él. Es decir, le parecía común. No tenía ninguna duda al respecto, pensó que era bastante maravilloso. Y de repente, a últimas fechas resultó que había comenzado a sentirse solo. Nadie lo entendía, nadie lo amaba y no había nada más que su pueblo para él.

Porque era un faraón elegido por Dios, ¿Qué pasaría si pudiera vivir en el fin del mundo solo con este hombre? Trató de visualizar un futuro así, pero nada le vino a la mente. No pudo ver lo que pasaría porque no tuvo ninguna visión. Un Rey Omega perdía poder antes de su ascensión al trono cuando amaba a alguien más. Por ejemplo, cuando quedaba embarazado y comenzaba a esperar con ansias la llegada del bebé. Después de todo, se decía que cuando querían a alguien, más que a su reino, automáticamente perdían su poder. Y él se enamoró de ese hombre.

El desconcierto de Nefert debió haber sido transmitido a Lucius porque su mano tembló mientras tomaba la suya. 

"Está bien... No te preocupes. Sé que es solo un sueño así que no estoy esperando nada de ti. Además, me enamoré porque estás tratando de vivir una vida extremadamente noble como faraón. Me gusta como eres y no quiero cambiarte."

"Lucius…"

"Nada puede arrebatarle a un gran gobernante al reino del Nilo. Ni siquiera yo."

"No es eso..."

"Eres una persona maravillosa. Me enseñaste la preciosidad del amor en una vida que estaba llena solo de... Emociones negativas de lucha y vacío."

Pero podía decir exactamente lo mismo de Lucius. Ese hombre le enseñó lo que era el amor y que podía llegar a tener sentimientos muy calientes en su vida. En lugar de responder, agarró su mano con fuerza. 

"Pero no importa cuáles sean las circunstancias, no importa cuál sea la relación que tengamos tú y yo. Te juro que estaré a tu lado. Dedicaré mi vida a ti".

"Lucius..." Nefert presionó sus labios en sus dedos "Va a ser muy difícil para mi tener a Lord Galba como mi compañero. Pero si es necesario para que pueda vivir como un faraón del Reino del Nilo, entonces puedo hacerlo. No hay nadie en Roma que sea más poderoso que Lord Galba y no tengo más remedio que aceptar. No es por mi. Tampoco es porque no te ame".

"Nunca he tenido nada más que venganza en mi vida. Pero ahora quiero amor también. Y si puedo vivir con el objetivo de alcanzarte, entonces voy a ser muy feliz". 

Los brazos de Lucius sujetaron los hombros de Nefert y luego, pareció que su rostro se acercaba suavemente al suyo.

"Ya te lo dije. No tienes idea de lo mucho que te amo."

Pero después de mirar a Nefert con una mirada terriblemente lamentable, Lucius levantó la cabeza y observó a su alrededor. 

"Es el enemigo."

"¿El enemigo?"

La trompeta sonó desde la orilla del mar, debajo de la colina. Era el ruido de un cuerno que significaba un asalto enemigo. 

"Nefert, tenemos que regresar de una vez."

"¿Qué pasó?"

Agarrando a Nefert por el brazo, Lucius se dirigió al campamento que habían construido en el malecón. Aparentemente eso significaba que el enemigo iba a aparecer en cualquier momento ¿Era Ined y el ejército libio? Pero cuando llegaron a la carpa, entonces descubrieron que los soldados ya se estaban preparando para pelear. 

"¡Lucius, estamos en problemas!"

Gritó un soldado con armadura. 

"¿Qué pasa?"

"¡La unidad de élite fue atacada por soldados libios!"

Mientras jadeaba pesadamente, dejó caer sus rodillas frente a Lucius y comenzó a informar. 

"...Ined está destruyendo aldeas a lo largo de la frontera, una tras otra".

"¿Una tras otra? ¿En dónde? 

"Está atacando a todos, señor. Incluso a su propia gente. Destruyó varios lugares del Reino del Nilo".

"¿... El Nilo?"

Nefert se puso pálido. Pensó "Tengo que derrotar a Ined lo antes posible". Y "Tengo que evitar que siga haciendo esto." Eran sentimientos tan fuertes que tuvo que sujetarse el pecho para no gritarlos. 

"Reúne a los soldados. Atacaremos tambien."

El soldado asintió, le dio a Lucius lo que tenía en la mano y se fue junto con los otros. 

"..."

Después de confirmar el paquetito que le entregó, Lucius suspiró, se acercó a Nefert con una expresión inusualmente sincera y extendió los dedos junto a los suyos.

"Esto es lo que me dio."

Y le mostró algunas hierbas.

"... Es un supresor de celo."

"Sí. Te va a hacer mucha falta."

Mientras el barco estaba amarrado en el puerto y esperaban un cambio en la condición del viento, Lucius envió docenas de tropas de élite para explorar la frontera. Allí encontraron las hierbas medicinales y a Ined y Libia atacando pequeños poblados.

"El ejército libio se ha enterado de que nuestra flota está aquí y parece estar preparándose para venir por nosotros. Esta noche habrá una batalla a gran escala".

"Dios..."

Lucius se arrodilló y tomó la mano de Nefert.

"¿Qué quieres hacer? Todavía podemos vivir en un mundo solo de nosotros dos".

"..."

"Escápate al fin del mundo conmigo, o vive como un faraón con el Señor Galba como compañero. Es la última oportunidad."

Nefert cerró los párpados. ¡Que feliz sería si pudiera tomar esta mano y aceptar vivir a su lado como un humano real! Pero entonces, Ined se iba a convertir en Faraón y ¿Qué pasaría con el Reino del Nilo cuando un hombre que atacaba a su propio pueblo y robaba los gobernara? A este ritmo, se convertiría en un estado absorbido por Libia y sería completamente destruido.

Lucius soltó la mano de Nefert como si entendiera su corazón.

"Esa es tu respuesta. Ser un faraón es mi destino".

Dijo Nefert en voz baja, apartando la mirada de la de Lucius.

"Lucius, quiero que canceles nuestra unión ahora."

"... Nefert-sama..."

"Te quiero muchísimo. Te he llegado a amar como no tienes idea. Pero... Si tomo tu mano no voy a poder hacer nada por mi gente. Soy el faraón de Dios. No puedo hacer eso".

Respondió. 

"No hay tiempo, por favor hazlo ya".

Al igual que cuando se enlazaron, el Alfa solo necesitaba tomarlo por detrás y morderle la nuca justo encima de la primera marca.

"De acuerdo."

Pero no había un dulce dolor en su pecho como el que experimentó cuando lo marcó. Era una desesperación impresionante. No había nada allí más que ardor y ni siquiera eso podía compararse a lo que tenía en el pecho.

"Ah... Lo siento."

¿Por qué le estaba doliendo tanto el pecho? ¿Por qué estaba sintiéndose tan solo otra vez y por qué demonios estaba llorando? Nefert estaba sujetando el brazo de Lucius, quien se aferraba a su pecho como si tuviera miedo de dejarlo ir. Y es que ¿Hacer esto fue lo correcto? ¿Era esta la respuesta que tenía que darle a los dioses? Pero cuando sus labios lo tocaron, imágenes del futuro, que no había visto en días, pasaron por la mente de Nefert otra vez: Sentado en lo que parecía un antiguo anfiteatro, el hombre que previamente había coronado a Lucius con una corona de laurel, sostenía a un bebito rubio entre sus brazos como para examinar su cara. Y después de bajar al niño y acariciar su frente, Garba besó la cabeza de Nefert y le dijo "Está bien."

Pero en el momento en que ese pensamiento llegó a los ojos de Nefert, grandes gotas de lágrimas cayeron más y más y más.

(Ese es mi futuro...)

Iba a tomar a Galba como su compañero y a dar a luz a su hijo. El hecho de que pudiera ver tal imagen era porque se trataba de un futuro que sucedería a partir de ahora y del que no podía huir. Y Sabiendo esto, su pecho no pareció dejar de subir y de bajar en grandes sollozos. 

"... Mi amor."

"No pelees contra el ejército libio."

"¿Qué quieres decir?"

Convencido de lo que pasaría a continuación, Nefert ordenó a Lucius que dejara de luchar. 
A este ritmo, Ined sería derrotado por el ejército romano. Y eso solo significaría que el Reino del Nilo perdería muchos más de los hombres que él necesitaba.

"Voy a negociar."


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