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Quedé embarazado en una dulce noche. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Diste a luz a un niño Alfa".

Fue lo primero que dijo Galba al llegar.
 
"Se llamó Quintos, porque nació en mayo. Pero todas las mucamas de la mansión lo llaman Quinn".

Galba entonces llevó a un bebito pequeño, de dos meses recién cumplidos, a la prisión donde estaba recluido Nefert. Tenía el cabello rubio y unos ojos azules tan hermoso que era claro que se trataba del hijo de Lucius. Era su niño, el pequeño que apareció en sus sueño todos los días y noches. En su cabeza, tenía tres o cuatro años pero, estaba completamente convencido de que este pequeño se convertiría en él. 

"No. Para nada. Su nombre es Seth. Porque este año es el año del Dios de los desiertos y las tormentas".

Nefert extendió los brazos de inmediato y tomó al niño. Todavía tenía un dulce aroma a bebé.

"...Ah, eres perfecto. Y se ve que tienes mucha hambre ¿No es verdad?"

Pero que se le pegara al pecho tan desesperadamente en realidad fue doloroso. Era su primera vez. No tenía senos como los de las mujeres y tampoco podía decir que fueran excepcionalmente grandes, pero era verdad que se le habían congestionado debido a todo este tiempo sin amamantar. Sin embargo, a diferencia de la leche materna de las mujeres, la leche de un Omega varón pareció no tener ningún valor nutricional importante, por lo que no se lo daban a los bebés como alimentación principal. De todas maneras, al igual que cualquier nueva mamá, estaban saliendo gotas blancas que le mojaban la ropa y que caían en la boquita de su niño.

"Este niño es un Alfa, por lo que su nombre es Quintos y no hay cambios es eso. Es mi hijo, con sangre de Faraón. Vamos a criarlo para que algún día se convierta en el gobernante supremo de esta tierra".

Las feromonas de Nefert nunca parecieron tener efecto en Galba. Había pasado más de medio año desde que se convirtió en su concubino principal y de todos modos, justo como dijo antes, pareciera no poder sentirlo en absoluto. No usó feromonas para estimular su entorno durante el embarazo y estuvo ausente incluso en el período de celo después del parto. Pero eso no era todo, pareció estar completamente apagado a la estimulación. Todos sabían que Nefert era el Omega más hermoso del reino. Incluso cuando estaba emparejado con Lucius, no solo los hombres Alfa lo miraban atentamente, sino también los Beta.

Pero él no.

"¿Qué pasará con su hijo? Escuché que tienes un varón ¿Por qué no lo vuelves a él tu heredero?"

"Ah, hablas de Theo. Bueno, él también es adoptado. Justo como mi hermana y su esposo tomaron a Lucius bajo el mando de su familia. Pero Quintos es mío. Su reclamación tiene más peso. A ver, es suficiente, dame al bebé."

Galba estiró los brazos y le entregó a Quinn a la enfermera. 

"Además, incluso si se convierte en mi sucesor, no va a ser tan divertido como lo es ahora. Con Theo no puedo conseguir el Reino del Nilo y no puedo conseguirte a ti".

"¿Por qué me quieres a mi?"

Galba sonrió.

"Porque me has hecho cambiar de opinión respecto a lo que eres. Tienes una belleza maravillosa, un aura misteriosa... No. Sería un estúpido si te perdiera cuando un Faraón Omega es una existencia así de divina ¿No estás de acuerdo, corazón?"

Un escalofrío le recorrió la espalda debido a sus palabras. Sin embargo, a diferencia de cuando Lucius le decía palabras bonitas y halagos para hacerlo sentir mejor, ahora era más bien una sensación de puro asco. No sabía bien por qué, pero desde que lo vio, Galba no le hacía sentir nada más que ganas de vomitar. 

"Eres mi carta de triunfo para invadir el Reino del Nilo."

Trató de quitarse su mano de la barbilla, pero Galba añadió tanta fuerza a sus dedos que fue imposible. El rostro de Nefert se distorsionó de inmediato cuando el dolor pareció morderle los huesos. 

"Y para eso, necesito que te embaraces otra vez. Ahora de un Omega". 

"... No me voy a embarazar de ti."

"Lo sé. Es imposible". 

Lo que estaba diciendo era bastante contradictorio, así que lo miró.

"Tiene que ser un Omega y ya, el padre es lo que menos me interesa. Lucius, el doctor, escoje uno. No puedo darte hijos de todos modos".

Después de decir esto, Galba acercó a Nefert a su cuerpo y lo besó en la mejilla. 

"Detente..."

Galba agarró su muñeca y llevó su mano de inmediato hasta su verga. 

"¡Ah!"

Pero tocándolo, los ojos de Nefert pronto se abrieron el doble de su tamaño original. En ese lugar, no había un pene que pudiera sentir. Solo había carne plana.

Nefert respiró hondo y se quedó mirando en su dirección. Galba sonrió como si esa expresión le hiciera mucha gracia. 

"¿Por...?"

"Este es mi mayor secreto. Te diré la versión resumida. Cuando era joven, me hice el amante de un hombre que era... Todo lo que yo había querido siempre. Ja. De verdad era fantástico. Pero después de ser expuesto, terminé con el pene despedazado porque su querida esposa se encargó de eso. Desde entonces, lo perdí todo. De verdad todo. Ya sé, ni siquiera yo pensé que fuera así. Ningún olor de Omega me hace nada".

La mirada del hombre estaba apagada. Tanto que en realidad ya no supo que decir.

"... ¿Me tienes lástima?"

"No."

Cambiando su mirada, Nefert sacudió su cabeza de izquierda a derecha. 

"¿Entonces, ¿Por qué me ves así?"

Dijo Galba en tono de reproche. 

"¿Así?"

"Parece que me estás compadeciendo."

Nefert miró hacia otro lado y dijo: "Lo hago porque todas las dudas sobre ti han sido despejadas ahora".

"¿Dudas? ¿Qué dudas tenías sobre mí?"

"Me preguntaba el motivo por el que pareces odiar tanto a Lucius. Pero puedo entender ahora. El hombre que te gustaba... Tu amante era una persona relacionada con Lucius ¿No es verdad? Probablemente su padre". 

"..."

"Y lo amabas."

Galba le sonrió.

Ella le cortó el pene y él no hizo nada. Entonces todo tenía sentido. El extraño odio y obsesión de este hombre por Lucius. Algo que no quería soltar ni superar. 

"Así que, como eres de una familia poderosa solo tuviste que inventar rumores. Derrotaste políticamente a su padre, lo ejecutaste, llevaste a la familia al fondo y amenazaste con encarcelar a su mujer. Pero Lucius se levantó de la esclavitud como un gladiador incluso aunque creíste que iba a morir. Por eso lo mantienes a tu lado. Es mejor tener al enemigo cerca ¿No? Lo odias desde el fondo de tu corazón porque heredó la apariencia del hombre que una vez amaste."

Galba se rió con un sonido extraño. 

"Como era de esperar del Faraón del Nilo.... Parece cierto que tienes el poder de la adivinación."

"Aunque es verdad que tengo un poder... Casi se ha ido. Es solo que eres muy obvio. Puedo ver la forma en que tu odio y obsesión conmigo son causados ​​por Lucius."

Galba miró a Nefert con ojos afilados. 

"No puedes perdonar a Lucius por amarme". 

"Um. Tienes un punto. Sí, estaba deseando vengarme. Es decir ¿No es gracioso? Le he contado tantas historias que... Veo como mira a Quintos ahora. Lo odia sin saber que es su verdadero hijo. Lo ve como algo que no debería existir y como un niño que controla a la persona que ama. Ni siquiera quiso cargarlo".

En un momento, le ofreció vino. 

"..."

"No te preocupes. No está envenenado. Lo probé hace un momento". 

"... Igual es una venganza estúpida."

"A menos que digas la verdad, Lucius no sabrá que él es el padre. A mí me parece bien. Continuará odiándolo como el niño nacido entre su tío y el hombre que una vez amó. ¿Quién sabe? Si todo sale bien, tal vez quiera matarlo". 

"¡Él no haría algo así!"

Nefert se puso de pie. Sin embargo, en el momento en que iba a decir otra cosa, un dolor agudo en la garganta hizo que quedara un tanto desconcertado. 

"Ah... Mi ga... Mi..."

No podía hacer ningún sonido. Dolía muchísimo. De verdad muchísimo. Incluso comenzó a sentirse como si se estuviera quemando su carne hasta un punto en que tuvo ganas de vomitar.

"¡Uh...!"

"No te engañé. Realmente bebí de esto hace un momento. Sin embargo, lo he ocupado tantas veces que puedo recuperar mi voz muy rápido." Y chasqueó los dedos delante de él. "Es cuestión de fuerza de voluntad".

Galba sonrió fríamente a Nefert, quien no dejaba de jadear y de agarrarse la garganta. 

"Y no has visto nada. Tengo un veneno que te dejará ciego, otro que te dejará sordo, y uno que hará que te conviertas en una linda muñequita con pulso. Una hermosa, pero inútil muñequita".

Los hombros de Nefert estaban corriendo de arriba para abajo. 

"Está bien, tranquilo. Eres el ser humano más hermoso, valiente y digno que he visto en mi vida. Por fuera, eres pequeño, frágil y nervioso como un ratón, pero por dentro eres todo lo contrario. Como el acero."

"Umm..."

"Tienes mucha fuerza, cariño. Volverás a la normalidad en un año". 

"¡...!"

"Bueno, te diré que tipo de juego tengo en mente. Vamos a crear una oportunidad para que Lucius y tú duerman juntos otra vez."

Obviamente le gustaba jugar con la vida de Lucius. Tenía un extraño sentimiento de "odio/obsesión" envolviendo su cuerpo. Sentimientos de "amor/odio" hacia su padre, resentimiento hacia su madre y sentimientos complicados hacia Lucius, quien llevaba el rostro del hombre que tanto amó.

Nefert y su niño estaban en el medio.


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