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EL EPÍTOME DEL EROTISMO por SonDanSaiyajin

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Notas del capitulo:

:)

Capítulo 2

Con toda parsimonia y elegancia  bajo por la escalera después de haber tomado su ansiado baño, cambiado su desprolijo atuendo por una pantalón negro  ajustado a juego con una camisa de vestir color vino y un par de zapatos perfectamente lustrados del mismo color.


Calmadamente y  siempre con un aura que parecía gritar "todos deben esperar por mí", arregló su desastroso cabello sustituyéndolo por su usual peinado que dejaba caer sedosos mechones negros marca Uchiha enmarcando su rostro con suavidad y sobre la parte trasera de su cabeza caían en gracia sus cabellos en estilo "culito de pato" según palabras de su Aniki.


A paso lento caminaba por el pasillo que lo dirigía a la estancia donde ahora se encontraban los hombres de negocios firmando las últimas cláusulas del contrato.


—Ha sido un verdadero placer cerrar contrato con usted Fugaku-San, Namikaze Publicity hará la mejor campaña publicitaria que alguna vez Akatsuki Originals ha lanzado— con una sonrisa afable concilio Nara Shikamaru que para ese momento ya se encontraba presente.


—Lo sé muchacho, tengo toda mi confianza puesta en ustedes— palmeo el hombro de Nara con un gesto nostálgico.


—Sasuke ven aquí— le llamo. — Itachi te pondrá al corriente de esta reunión más tarde, mientras deja presentarte a el hijo de Minato y a su socio Shikamaru.


En ese momento el menor ingresaba a la estancia con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones negros de vestir y con paso seguro se acercó a los hombres que permanecían de pie bebiendo por el reciente contrato cerrado.


—Nara Shikamaru, mucho gusto—extendió su mano a el joven, quien la estrechó firmemente y con confianza mientras asentía a manera de saludo.


—Uzumaki Naruto— hizo una pausa. —Mucho gusto Sasuke-kun —sonrió audaz estrechando la mano del menor y mirándolo a los ojos directamente con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo por la diferencia en su estatura tratando de hacerla más evidente.


—El gusto es mío Uzumaki-san—replicó  con sumisa falsedad sin dejarse intimidar en lo absoluto  estrechando aún la mano del mayor sin evitar notar el contraste de su propia piel blanca y la piel trigueña de la mano contraria.


Naruto juraba que ese "san" sonó tan sugerentemente burlón, pero trato de eliminar esos pensamientos casi al instante recuperando el hilo de la conversación.


—Lamento lo de hace un rato, reirme de ti no fue mi intención—  dio una de sus sonrisas enormes y sinceras ya que la disculpa era real.


—Hm—respondió de manera arrogante  mientras alzaba la ceja con su media sonrisa triunfal. Así le gustaba, a él le tenían que pedir disculpas no al contrario.


"Mocoso pretencioso" pensó Naruto sin borrar la sonrisa de su cara la cual a estas alturas ya era falsa. El menor podría ser todo lo "perfecto" que quisiera, pero no permitiría que un imberbe se intentará burlar de él.


—¿No te acuerdas de mi Sasuke-kun?—remarcó burlonamente el "kun" —Alguna vez te cargue cuando apenas podías caminar— sonrió con una ternura burlona para soltar lo siguiente. —aun usabas pañales—aguantó la carcajada que quería explotar en su garganta al ver el rostro apacible del adolescente transformarse ligeramente en una mueca de cólera mal contenida.


Si bien Naruto dejó de frecuentar a los Uchiha cuando cumplió 20 ya que se independizó de sus padres y poco tiempo después de terminar de estudiar negocios empresariales, este comenzó a viajar por el mundo con mochila en mano como había sido su sueño desde la infancia, aún conservaba algunos recuerdos de Itachi y Sasuke jugando en el jardín de su casa con Deidara cuando a él le tocaba hacer de niñera por que los Uchiha y los Namikaze comían juntos debido a que ambas familias compartían una gran amistad. Mientras él tenía 20 años, Itachi y Sasuke tenían 12 y 5 respectivamente.


—Yo si recuerdo eso— intervino Itachi ganándose una mirada asesina del menor.— A mi otōto le encantaban las galletas de coco de Kushina-san —recordó soñadoramente  con una ligera cara de satisfacción ya que sabía muy bien lo mucho que Sasuke odiaba la palabra "Encantar" porque según él lo hacía sentir poco varonil.


Y dicho y hecho este se dispuso a responder con alguna ironía, pero un RINGGG proveniente del celular del rubio interrumpió la conversación.


—Disculpen un momento— se excusó mientras se disponía a contestar.


¿Sí?


¡Aun tienes madre'ttebane!exclamó la mujer al otro lado de la línea.


Okā-san, estoy en una reunión'ttebayo— exclamaba en voz baja y apenado Uzumaki para no ser escuchado.


Ya me dijo tu padre de que es la reunión y para eso te hablo cariño contestó más calmada su progenitora.  Minato quiere que invites a los Uchiha a cenar mañana a las 8:00, tal vez de esa manera puedo ver a mi querido hijose victimizo con el tono que solía usar para convencer a su rubio retoño.


Perdoname okā-san, no he tenido tiempo de verte la empresa me está matandosuspiro, pues si bien Naruto había probado ser bueno como presidente de la empresa familiar, en el fondo sus padres sabían que su querido hijo desde niño había sido un alma libre. Por lo que Kushina no pudo evitar  sentirse un poco culpable.


No te preocupes'ttebane, lo sé y sé que das tu mejor esfuerzo, no te quito más el tiempo y te veo mañana mi amor, te amo— se despidió amorosamente.


Adiós okā-san Naruto no pudo evitar hacer un pequeño puchero secundado de un suspiro , pues su madre tenía un carácter muy temperamental, pero sabía que ella también era una mujer muy cálida y dulce, al rubio le encantaba ser mimado.


Sasuke que aparentemente prestaba atención a su hermano, no pudo evitar observar el gesto del rubio, sintiendo un deje de ternura en su pecho, pues el mismo a pesar de amar a su madre profundamente, no se consideraba capaz de llegar a tener una relación tan cálida con ningún miembro de su familia.


—Disculpen la interrupción, pero creo que es hora de retirarnos, no sin antes invitarlo a usted y a su familia a cenar a casa de mis padres mañana a las 8:00 Fugaku-san— sonrió  al jefe de familia.


—Será un placer, llevo mucho tiempo sin ver a tus padres, ahí estaremos— contestó amablemente Fugaku.


—Pues nuevamente reitero fue un placer— reverencio.— vámonos Shikamaru— ambos varones se despidieron con un apretón de cada miembro de la estancia, mientras el primero dejaba al último a el adolescente.


—Nos vemos mañana Sasuke-kun... tal vez le diga a madre que haga de esas galletas que te encantan—  sonrió burlonamente . Si algo le gustaba al rubio desde sus primeros años de vida era fastidiar y acababa de descubrir que el pelinegro era muy "molestable" según sus propias palabras.


—Hm— respondió el pelinegro, con un gesto de indiferencia, porque a él ningún rubio con ínfulas de payaso y perfecta sonrisa, lo iba a molestar ni perturbar.


********


—¿Por qué tan callado? —pregunto Shikamaru mientras cambiaba la radio del auto de estación.


—Pensaba en los Uchiha, ese chico... Sasuke, lo vi algunas veces cuando era un niño muy pequeño— suspiro por el recuerdo.—siempre fue retraído e inseguro todo el tiempo pegado a la pierna de su hermano y a pesar de eso era realmente encantador y educado, pero ahora parece haberse convertido en un bastardo arrogante—sonrió Naruto.


—Se ve que es de pocas pulgas, que problemático— hizo un gesto de extrañeza.— pero no entiendo la observación .


—Pues es solo que al ver a ese chico tantos años después me di cuenta de que somos viejos Shikamaru—sonrió resignadamente.


—¿Apenas lo notaste? —contestó el otro con una risa floja.


—Pues no es que no lo supiera, pero la verdad nunca lo sentí como hoy—admitió con pesar el rubio.—mis padres a mi edad ya estaban casados y nos tenían a Dei y a mí, tú por ejemplo ya estas casado con Temari hace años y sentaste cabeza muy rápido.


— Vaya Naruto, no puedo creer toda esta reflexión venga solo por haber visto al Uchiha menor años después, si no fuera porque sé cuánto te gustan las mujeres juraría que te gusto el mocoso. - soltó una buena risa el de coleta imaginando lo absurdamente disparatado de la situación.


-...-


-...-


-...-


—¡Demonios! Te gusto el mocoso—dio un respingo en el asiento copiloto que hasta la pereza se le fue y sus habituales ojos caídos se levantaron.


—N..¡no!.. co... ¿cómo puedes creer eso Shikamaru? — rojo hasta las orejas tartamudeo el blondo.


—Naruto te conozco desde niños lo suficiente para saber que tu no conoces la palabra vergüenza y justo ahora tienes vergüenza... Naruto... ¿Te gusto el mocoso? — cambio su expresión de sorpresa por uno de seriedad total.


—N...no es eso, debo admitir que me quedé sorprendido, nunca vi un hombre tan andrógino, no me negaras que parece uno de esos idols que solo ves en la T.V, yo... yo solo admiro su belleza, pero a mí me gustan las mujeres—con la típica risita nerviosa y mucha seguridad tratando de convencer a su amigo y de paso a el mismo.


—Bien si tú lo dices... te creo—con un deje de duda suspiró Shikamaru presintiendo una situación problemática.


Si bien era cierto que el rubio se sentía curioso respecto al muchacho, él se lo atribuía a su propio carácter de explorador así como a la belleza tan poco usual del chico, pero muy... muy en el fondo sabía que eso no le había pasado antes, la situación era ilógica parecía novela barata porque por donde la analizará los elementos que conformaban dicha novela parecían un chiste; un muchacho entre los 17 o 18 años con una carga erótica impresiónate a los ojos del rubio, un hombre maduro de 33 que se jactaba ser todo un "macho" al que le gustaban las mujeres y para terminar 2 familias con una amistad de años... si, la situación era estúpida y ridícula e incluso se rió de sí mismo mentalmente.


**********************


—Haruno—con toda la formalidad y el habitual gesto inexpresivo hablo el Uchiha menor.


—Sasuke-kun, buenos días—efusivamente respondió la peli rosa mientras sus ojos verdes chispeaban de ilusión apretando con sus pequeñas y delicadas manos los pliegues de su falda tableada azul marino del uniforme, sin caber de la impresión ya que el orgulloso muchacho jamás había sido el primero en dirigirle la palabra pues la que iniciaba alguno que otro intento de conversación fracasado era la misma chica.


—Quiero hablar contigo a solas, sígueme— ordenó mientras avanzaba a paso decidido.


—S..sí Sasuke-kun— el corazón de la adolescente hormonada ardía y latía desbocado imaginando las posibilidades de lo que su Sasuke-kun quisiera hablar con ella, ya se veía como la futura señora Uchiha bajando las escaleras de una mansión del brazo de su príncipe azabache.


—Aquí está bien— llegaron a la parte trasera del instituto de la hoja mientras Sasuke se paraba frente a Sakura con un porte intimidante y con aires de decisión.


La mente de la chica trabajaba a mil por hora, hoy sería el día, por fin después de perseguir a su amado Sasuke-kun desde el kínder... por fin su insistencia rendiría frutos, tantos años hasta llegar a ser la presidenta de su club de fans y ahora por fin tendría su recompensa, o al menos eso pensaba la pobre chica.


—Y..y dime Sasuke-kun ¿Qué puedo hacer por ti?- estaba cerca por fin... por fin, no cabía de felicidad y su puño se apretaba en su pecho que martillaba como loco.


Con voz más fría que un témpano de hielo, el pelinegro afilo sus palabras cual dagas.


—Quiero que a la brevedad aclares a él estúpido club de fans ese que yo no busco ninguna prometida y que ese tema no es de mi interés en lo absoluto—le compuso una mueca de desprecio . —quiero que una situación como la de ayer se repita nunca, si no atente a las consecuencias—dio media vuelta dejandola en shock.


El crujido de su corazón resonó en su propia cabeza una y otra vez, su estómago se hizo un nudo que sentía subir por su garganta y una traicionera lágrima corrió por su mejilla. La peli rosa sintió bajar desde el cielo al infierno de un momento a otro, su Sasuke-kun estaba muy enfadado y más encima la había amenazado.


Si bien ella no había participado en el atentado que el club de fans había cometido el día anterior al incomodar al pobre chico tocándolo y jaloneándolo cual muñeco de trapo en manos de una horda de chicas enamoradas, realmente se sentía apenada ya que ella como presidenta del dicho grupo se sentía totalmente responsable.


Nadie podría negar la belleza de la chica, era fina y delicada, pretendientes tenía de sobra, pero la realidad es que su obsesión por el moreno comenzó desde el primer momento en que el la rechazo y ese supuesto "amor" crecía y se anidaba en su pecho al paso de los años negándose a sí misma la oportunidad de conocer a alguien más. En el fondo ni ella misma sabía que era lo que sentía porque si trataba de analizar sus propios sentimientos se daría cuenta que esa atracción no tenía ninguna justificación. Ella no sabía nada realmente de Sasuke, ni lo que le gustaba o disgustaba, ni sobre su familia, ni sobre sus sueños, entonces ¿Cómo podría estar enamorada más allá de su perfecto físico?, pero todos estos pensamientos que llegaba a tener en momentos de lucidez y madurez se iban ya que se negaba a aceptar que era más una obsesión que un verdadero amor.


**********


—¡Oi! Sasuke Sasuke—corría el joven de cabellos plateados por el largo pasillo del instituto para alcanzar a su compañero.


—¿Qué quieres ahora Suigetsu? —tan hosco como de costumbre y aun enfadado por la plática con Sakura pregunto el Uchiha.


—¿Por qué llegaste tarde? — replicó el Hozuki pues, aunque aún faltaba baste a tiempo para llegar a clase, era costumbre que el Uchiha estuviera en el salón de clases 10 minutos antes o un poco más.


—Nada importante, hablaba con Sakura—indiferentemente respondió el azabache.


—¿Tu hablando con Haruno? — reía burlonamente el otro para picar a su compañero.


—No es nada de lo que imaginas—mientras lo fulminaba con la mirada.


—ah si—reía pícaramente. —ya escuché lo que te pasó ayer con las locas de tu club JAJAJAJAJA se divertía el chico.


Sasuke estaba a punto de responder cuando un sonoro coscorrón se estrelló en la cabeza del Hozuki.


—¡Deja de molestar a Sasuke! —grito furiosa una bonita pelirroja de lentes y piernas largas mientras alzaba el puño a manera de advertencia.


—Oh Sasuke escuche lo que paso ayer—en tono meloso se acercaba al Uchiha mientras se colgaba de su brazo. —pero qué bueno que pusiste en su lugar a Haruno pelos de chicle—se lamentaba dramáticamente la chica.


—Suéltame Karin—se sacudió a la chica pues si algo no soportaba era la impertinencia e invasión a su preciadísimo espacio personal.


—A ti también te pusieron en tu lugar bruja jajaja—rió escandalosamente.


—Cállate piraña estúpida—soltaba otro coscorrón la chica, roja del enojo.


Mientras tanto el joven azabache los dejaba peleando y se dirigía a su salón de clases pues tenía que mantener su intachable promedio ya que pronto ingresaría a la universidad, no le interesaba ser parte de juegos infantiles, al menos al no consideraba a sus compañeros como "amigos" aunque probablemente ellos si lo considerarán de esa forma.


*********************************


—¡Ya estoy aquí Oka-san!—gritó efusivamente su rubio retoño mientras se aventaba a lo largo del sillón, pues si bien este vivía solo, llegar a casa de sus padres le causaba una reconfortante sensación de verdadero hogar que solo ahí podía encontrar.


—Hola cariño—saludó mientras salía de la cocina la bella pelirroja con un bonito mandil rosado y un cucharón en la mano — pero ven aquí y abraza a tu madre.


Rápidamente se incorporó y abrazó a su madre —¿Dónde está Oto-san? 


—Es una sorpresa cariño dattebane—exclamó la bermeja mientras con una mano pellizcaba la mejilla de su hijo y con otra agitaba su cucharón de un lado a otro.


—¿Sorpresa? ... dime, dime—se emocionaba  cual niño pequeño, pero realmente era inevitable esa sensación cuando estaba cobijado por los mimos de su cariñosa madre.


—¡No! Y ahora ayúdame a terminar la cena, que tengo tantas ganas de ver a Mikoto—con estrellitas en los suspiró —¿Ya viste a sus pequeños? Son tan adorables han crecido tanto.


—Si tuve el "gusto" ayer durante la reunión, a decir verdad, Itachi es muy educado, siempre lo fue... pero por otro lado Sasuke se ha convertido en todo un teme ...


—Ohh el pequeño Sasuke es tan guapo parece idol ¿a que sí? se ha convertido en un amargado, pero en el fondo sigue siendo ese pequeñito al que le gustaban mis galletas de coco—un nostálgico invadió el rostro de la madre.


—Es un pequeño bastardo— río el blondo mientras se dirigía a la cocina tras su madre.


Tras un rato en la cocina donde madre e hijo sacaban sus mejores dotes culinarios, o al menos Kushina lo hacía porque su pequeño retoño solo sabía preparar ramen, la bermeja decidió sacar a colación un tema que sabía a su primogénito no le iba a gradar.


—Y dime cariño— tanteo la mujer casi en un susurro al instante que Naruto tensaba su espalda y hombros a la vez que cortaba las verduras en la tabla, pues este conocía ese insinuante tono en voz de su progenitora, sabía lo que venía. —¿Alguna linda mujer? — como si fuera lo más normal pregunto Kushina mientras seguía con la labor de colar la pasta caliente en el fregadero.


Naruto suspiro antes de responder —Varias, a decir verdad'ttebayo— rio levemente el rubio sin apartar los ojos de la tabla.


—Sabes a lo que me refiero mi amor... ya sabes... alguna especial, alguna que pueda ser una linda esposa.


— Oka-san...


—No te presiono mi amor, es solo que a este paso ni tu hermano ni tú me darán nietos, pero si no estás listo lo entiendo— sonrió maternalmente mientras se volteaba para buscar la mirada de su hijo a la vez que este seguía picando los vegetales. Pues a pesar de todo a Kushina siempre fue una madre bastante comprensiva, adoraba a sus hijos y a su esposo más que a nada y la felicidad de estos era lo más importante, así que si Naruto era feliz sin compromiso lo entendía, así como entendía que Deidara era feliz soltero viajando por el mundo exponiendo sus esculturas. De pronto el sonido del timbre


—Yo voy, debe ser Oto-san— exclamó el blondo mientras arrojaba a la barra el mandil que traía puesto y corría hacia el recibidor.


—¿Deidara? — sorprendido el rubio se lanzó a los brazos de su hermano menor quien en ese momento entraba seguido de su padre quien había ido por él al aeropuerto.


—Sorpresa hermanito—correspondió al abrazo el otro rubio.


—Pero mira cuanto has crecido'ttebayo —el abrazo dejaba al menor sin aire.


Si bien Deidara no era hijo biológico de los Namikaze ya que este había sido adoptado desde bebé cuando Naruto solo tenía 8 años, era igual de amado que si lo fuera, aparte que el físico de este se asemejaba a los Namikaze perfectamente bien.


Deidara tenía 25 años, no era tan alto como Naruto, pero al igual que este era bastante atractivo. Su melena rubia caía a la mitad de su espalda suelta y lisa, sus ojos eran bastante grandes de un azul verdoso más oscuro que el de su hermano, su nariz era recta y varonil, sus labios eran delgados y largos, mientras que su piel era bastante blanca.


La forma de vestir del escultor distaba mucho de la de su hermano mayor que fuera de la oficina era todo un espectáculo de sencillez, como en ese momento que traía puesto unas bermudas color café claro y una simple playera naranja sin mangas que resaltaba bastante bien la trigueña piel, acompañando su atuendo con unos tennis sencillos blancos. Mientras que Deidara con su personalidad extravagante en ese momento vestía unos pantalones de cuero que asemejan a una banda de rock, una blanca playera en cuello V sin mangas que dejaba ver la estética línea de sus pectorales y a juego unas botas de cordón con plataforma.


En la casa de los Namikaze siempre se respiró un aire austero muy cálido y hogareño, si bien eran los dueños de la empresa de publicidad más famosa del país, eso nunca cambió su estilo de vida. La casa de los Namikaze no era una gran residencia, era una casa acogedora de 2 pisos y un pequeño jardín muy bien cuidado por Uzumaki Kushina, siendo esta el pilar de ese hogar y la que siempre se encargó de mantener a todos los miembros de la familia con los pies en la tierra, inculcando en sus hijos valores de manera muy arraigada pues si bien no era una mujer prejuiciosa si era una mujer que creía firmemente en el valor de la bondad y para ella el amor era más importante que cualquier cosa material, siendo estas razones por las que cada miembro de la familia tenía a su alrededor esa aura de calidez y simplicidad que atraía inevitablemente a la gente. Todo esto en desemejanza con los Uchiha, los cuales si bien eran buenas personas contrastaban totalmente con los Namikaze siendo elegancia y respeto las palabras que el aura Uchiha inspiraba, pero irónicamente la amistad de ambas familias se complementaban bastante bien.


***************


—¿Estás listo ototo? —asomo su cabeza por la puerta  con su cabello recogido en una coleta, que solo alguien con ese porte podría hacer lucir elegante.


—Bajo en un momento—respondió el menor mientras el mayor cerraba nuevamente la puerta.


Sasuke se miró en el espejo mientras ajustaba la correa de su reloj. El adolescente vestía unos ajustados tejanos con una informal camisa de manga larga color blanco que en alguien como el se amoldaba perfectamente a su estético cuerpo, dando un toque relajado con sus botines negros de agujeta. En realidad, el joven no podía verse mal, aunque quisiera, porque sinceramente más allá de su arrogancia y enorme ego, toda la oda a su belleza no era más que la verdad. No era como si el muchacho se esforzará mucho en lucir bien, simplemente era algo natural en el y la realidad es que el chico poseía una energía erótica o una especie de divinidad que lo hacían un imán a los ojos de toda clase de persona, siendo esta la razón por la que prácticamente no dejaba a nadie fuera de su familia colarse en su vida.


Tomo un poco de su achocolatada loción y se dispuso a salir de su habitación.


Continuará 


 

Notas finales:

Gracias :)


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