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Cause you're a whirlwind por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Día 6: Se conocen en una boda

Aburrido.


Simplemente no entiendo las bodas. Mi mamá y Jasón llevan años viviendo juntos ¿Por qué ahora? han sido unos días muy fastidiosos, y eso que yo no soy quien se está casando ¡tuve que llevar los anillos!


Al menos el lugar no está completamente cerrado. Hay muchas personas en la fiesta, y nadie me está poniendo atención. No puedo irme, pero me escondo entre las mesas del fondo y luego camino a la puerta.  Ojalá fuera la puerta de salida, pero solo es la puerta que va al jardín. El lugar tiene un enorme jardín, que fue lo que a mi mamá le gusto.


— pero no se ve nada bien ahora— de día no estaba tan mal, me hubiera gustado dibujarlo, pero no me dejaron. Hay unas escaleras que llegan hasta los arbustos y el césped. Huele a césped cortado y tierra húmeda ¿hay alguien más aquí?  Pff, como no, es un lugar privado, más de una pareja debe estar por aquí. Mejor regreso dentro, puedo colarme a la cocina y ver si consigo pastel o algo dulce.


— ¡Regrésamelos!— risas. Eso no suena a una pareja. Bajo los escalones, escuchando más risas y un golpe sordo. Cuando me asomo hay cuatro chicos riendo, otro se levanta y se sacude, antes de lanzarse contra uno de los otros cuatro. Uh, no, eso es una mala idea: cuatro contra uno. Y son más altos. Los reconozco, viven cerca de mi casa ¿mamá invito a sus familias? No lo recuerdo. Al chico que estaba en el piso no lo conozco. La luz de las lámparas son brillantes así que veo claramente cómo se arrojan entre ellos lo que parecen ser unos lentes.


— ¡Hey!— me lanzo sin pensar contra uno de los cuatro, en un tacle. El chico no me espera, así que lo derribo. No sé qué pasa después, solo sé que estamos en un lio de patadas, empujones y puñetazos.  Me empujan al suelo, golpeo con la cara y siento el sabor a sangre en la boca. Escucho otro quejido, algo que caer al piso y hace mucho ruido y finalmente algo pequeño que se rompe y rebota en el piso. Me levanto y alcanzo a ver como los otros chicos se van corriendo— cobardes…  Hey ¿estás bien?


— si…— aunque se queja cuando se sienta, y también le está sangrando la boca. No lo conozco, pero es el chico rubio es flacucho y parece muy torpe.


— ¿los conoces?


— no… un poco.


— Umm ¿y les hiciste algo?


— ¡No!


— lo supuse…— algo brilla en el piso, me agacho. Son unos lentes, de marco negro y rotos. El cristal esta estrellado y están partidos por la mitad— oh, no.


— ¿Qué? ¿vienen otra vez?— casi me rio por su tono, parece que va a salir corriendo.


— no ¿los lentes son tuyos?


— ah, si…— extiende la mano pero yo no se los doy. Me siento mal por esto. Le miro. Trae ropa elegante, aunque ahora esta arrugada así que debe ser un invitado a la boda.


— lo siento, los rompieron— se los doy, él los examina— ¿los necesitas mucho? Bueno, sé que a veces solo es un poco lo que ayudan.


— no puedo ver sin ellos.


— ¡ay, no!— el chico se ríe y queja.


— lo siento, lo dije mal. Puedo ver y no voy a ir chocando con las cosas, pero todo está borroso. Y mi mamá va a matarme porque los rompí de nuevo—


— eso suena más peligroso. Lamento lo de tus lentes… ¿los rompes seguido?


— o los pierdo. Es que a veces los olvido, me he sentado en ellos, o los dejo en la cama y me acuesto encima. Los olvido en la escuela o en el autobús. Era mejor cuando no tenía que usarlos, pero si no los uso me mareo. También me duele la cabeza.


— ¿y tienes otros?— él se encoje de hombros— estas sangrando. Yo también… ven, vamos a limpiarnos. Mi mamá es la novia y si me ve así me ira mal. Por aquí— le tomo del brazo y le guio de regreso por las escaleras, entramos al salón y logramos llegar al baño sin que nadie nos note. El baño de mujeres tiene fila, pero el de hombres está vacío. Cierro la puerta con seguro. El chico se adelantó a los lavaderos y después de dos intentos logra abrir la llave. Me veo en el espejo. Tengo manchones de tierra— uf, nada mal.


— ¿Cómo estoy?— ah, sí, no puede ver.


— Umm…— se limpió la sangre de la cara pero aún se le nota la herida— tienes polvo en la ropa, espera— le sacudo el polvo y le arreglo el cuello— aún se nota la herida en tu boca— le toco por debajo de la zona enrojecida.


— diré que me caí.


— buena excusa. Creíble, porque también cubre lo de los lentes. Pero pienso que deberías decirles a tus padres que te molestan.


— acabamos de mudarnos, no puedo… no quiero ser un problema.


— ah… aun así puedes decirles. Mi mamá dice todo el tiempo que somos tontos y complicamos cosas que se pueden resolver fácil— me encojo de hombros— y a ellos les gusta saber ese tipo de cosas de nosotros. eso es lo que dice, aunque no estoy seguro de que sea cierto ¡Ah! ¿y cómo es eso de que te molestan si apenas te mudaste? Eso no está bien.


— no quiero decirles.


— como sea. Entonces defiéndete mejor la próxima vez— una risa fuerte me hace mirar a la puerta. No podemos dejarla mucho tiempo cerrada, si alguien quiere entrar pensara que estábamos haciendo travesuras aquí. quito el seguro sin abrir la puerta. El chico no se ha movido, aún está molesto— ¿vienes?


— ¿eh?


— estaba aburrido y pensaba en colarme a la cocina y conseguir pastel.


— ¿no te regañara tu mamá?


— espero que no se dé cuenta— me rio, y él camina hacia mi— ¿sabes? Ahora que estás conmigo puedo decir que estaba guiándote y ayudándote a encontrar el camino ¿Qué dices?


— está bien, si podemos conseguir pastel ¿no será de chocolate?— suspiro y niego con la cabeza, antes de recordar que no puede verme.


— no, creo que es un pastel normal. Vamos, yo voy a cuidarte— salimos del baño, le escucho reír cuando le tomo de la mano y me pego a la pared, caminando despacio y fingiendo que no pasa nada. La cocina está llena de meseros y cocineros revisando la comida— ah, no puede ser.


— está lleno, dijiste que nadie iba a vernos.


— shh.


— dios— refunfuña.


— ¿Qué hacen aquí?— por reflejo me pongo al lado de mi nuevo amigo. Una mujer mayor nos mira, con las manos en la cintura.


— estábamos buscando algo para mi amigo. Tuvo un accidente y sus lentes se rompieron, pensé que podría animarlo con comida. Además, esto es muy aburrido, no hay personas de mi edad— me quejo.


— ¿podemos tener pastel?— no sé qué es lo que ve la mujer, pero funciona. Salimos de la cocina con dos platos, uno con comida y el otro con pastel y la indicación de que no nos vean, así que nos empujó a la puerta de entrada de la cocina. Nos sentamos en el piso— está bueno— no respondo porque tengo la boca llena— gracias por ayudarme. Y por el pastel. 


— no es nada— arrastro mis pies— ¿Dónde vives? Debe ser cerca de mi casa para que invitaran a tu familia ¿o nuestros padres trabajan en el mismo lugar?


— no lo sé— me dice la dirección, no la conozco así que lo dejo pasar.


— ¿tienes hermanos?


— tengo una. Es una niña pequeña.


— ¡Genial! Yo soy el menor… hasta ahora. No sé si mi madre quiere tener otro bebé,  Jasón tiene dos hijos más,  medio hermanos.


 —Umm— la música se detiene, y una voz comienza a hablar. Hago una mueca— ¿pasa algo? te quedaste callado.


— tengo que volver ahora.


— oh…


— vamos, te llevo— pasamos otra vez por la cocina, aprovechando para dejar los platos de nuevo en la cocina. Alguien está dando un discurso— tengo que ir a la mesa principal ¿Dónde estaba tu familia? Te ayudo a llegar, no quiero que caigas sobre una mesa o que te molesten de nuevo.


— he intentado decirte que no necesito que me lleves— se ríe— puedo ver los objetos, borrosos, y no distingo las caras pero puedo ir a la mesa donde estaban mis padres— siento que la cara me enrojece.


— está bien pero no me gusta saber que te molestan, no se siente justo además tienes problemas en serio, no es que los lentes sean solo para leer. Entonces ¿nos vemos después?   


— Sí. Estaré por aquí— se da la vuelta y camina entre las mesas sin chocar contra ellas. Tenía razón. También me doy la vuelta para ir a la mesa— ¡Hey! No se tu nombre ¡Yo soy Noel!—


— Noel, deja de gritar y ven a sentarte ahora— mi mamá me toma del codo ¿Dónde estaba? ¿No estaba en la mesa principal? El discurso sigue, algunas personas están riendo porque nos escucharon a mi mamá y a mí. Desde la mesa, intento buscar al chico rubio con lentes, pero no lo encuentro. El salón esta oscuro. No sé si me escucho y no conozco su nombre. Ya lo encontrare cuando dejen levantarme de la mesa otra vez.


Me agrado. Aunque me preocupa su situación con los lentes, espero que podamos ser amigos mucho tiempo.  


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