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You, me and I por Dra-chan

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Notas del fanfic:

Historia hecha para el evento Octubre Monster Fucker de la página de Ilitiaforever en FB.

Notas del capitulo:

Bueno, segundo día de publicar mis cosas. No haré los 30 días de evento de Ilitia, ni seguiré el orden de su lista. Ella dijo que podemos tener libertad con eso y en general estoy usando más de un tema en cada historia según mis necesidades, juejuejue.

Aquí no usé ninguna criatura extravagante porque Shoji y Tokoyami en sí ya son... especiales por así decirlos.

Es una de las parejas que más me gusta de Boku no Hero y es genial poder escribir una vez más de ellos. Esta historia está ligeramente conectada a otro pequeño one shot que escribí para una colección de BnHA que tengo aquí mismo publicada, pero no es para nada necesario leer la otra para entender esta.

Advertencias (supongo): sepso entre estos dos. Fin.

Si la idea te choca un poco, la puerta es por la derecha y orale fuera de aquí.

En fin, los temas elegidos para estos dos son:

9. Dulces plumas
21.- Rarezas que exitan
26.- Exótica belleza

#omf2022 #monsterlover #ilitiaforever

1

 

Cuando Tokoyami y Shoji empezaron a salir, realmente no pensaron demasiado en el futuro de su intimidad. Francamente, en ese momento Tokoyami estaba demasiado avergonzado por las acciones de Dark Shadow como para pensar en algo más.

 

En el momento que empezó a notar que sus sentimientos por Shoji iban más allá de sentimientos de amistad, por supuesto que al único que pudo contarle fue a su sombra. Extraño o no que tratara a su propio quirk como un ente independiente, no tenía a nadie más a quien recurrir o que le tuviera tanta confianza, y pensar que Dark Shadow pudiera traicionarle, era ridículo.

 

Y, sin embargo, lo hizo. Un día simplemente los envolvió a ambos en un apretado abrazo y declaró:

 

—Sí, definitivamente nos gustas mucho —y abrazó el masivo cuerpo del otro chico.

 

Tokoyami nunca creyó tener la habilidad para sonrojarse, hasta ese día.

 

Quiso morir. Quiso arrancarse ese quirk idiota y escapar muy lejos, a un lugar donde nadie le conociera o nadie pudiera encontrarle.

 

Pero Shoji sonrió radiante, regresando el abrazo con sus enormes extremidades, respondiendo:

 

—Ustedes también me gustan.

 

Y ese “ustedes” fue lo que, Tokoyami sabe, caló tanto en dentro de su corazón, como en el de su quirk.

 

2

 

No es como que se hayan puesto de acuerdo en llegar a ese punto en ese momento, pero la atmosfera sólo se sintió correcta y se dejaron llevar. Era un día particularmente tranquilo en la UA y la mayoría de los estudiantes estaban libres pululando por todo el dormitorio. Shoji invitó a Tokoyami a su habitación a pasar el rato. Muchos, ya conocedores de su relación, se preguntaban qué tanto podrían hacer en una habitación tan austera como la que tenía Shoji.

 

Algunos, y por algunos es en realidad sólo Mineta, especulaban sobre todas las cosas sucias que podrían hacer en esa habitación sin preocupación de hacer desastre. Nadie le prestaba atención, por supuesto, algunos como Tsuyu o Mina lo golpeaban para que se callara y seguían en lo suyo.

 

La realidad no era exactamente emocionante. Generalmente Tokoyami se sentaba en el regazo de Shoji, un libro entre las manos, y se perdía en su mundo. A veces su pareja hacia lo mismo y otras veces simplemente le abrazaba con fuerza y se quedaba así, muy quieto, disfrutando del calor que el cuerpo de Tokoyami le brindaba. Dormitaba hasta que era hora de dormir y tenían que despedirse.

 

Pero ese día algo se sintió diferente. Tokoyami no llevaba ningún libro, sólo estaba quieto en los brazos de su novio, disfrutando de las caricias. Disfrutando cómo el rostro de Shoji se perdía entre las plumas de su cabeza, restregando su nariz como si le olfateara. Bajaba lentamente hasta llegar a su nuca y rodear su cuello para hacer lo mismo con sus mejillas y parte del pico que alcanzaba. Era como si repartiera numerosos besos por todas partes y eso entre las piernas de Tokoyami estaba empezando a emocionarse.

 

Entonces, fueron ahora las manos de Shoji comenzando a pasearse por su cuerpo, empezando por los costados de su abdomen, bajando lentamente hasta sus caderas, siguiendo por sus muslos y subiendo lentamente de regreso. Cuando “accidentalmente” sus brazos rozaron la despierta erección de Tokoyami, es que todo explotó.

 

3

 

Si alguien le preguntara, sinceramente Tokoyami diría que preferiría estar en su habitación, donde hay muy poca iluminación y la penumbra le cobija con ternura. Por supuesto que ama estar viendo el torso desnudo de Shoji, ¿quién no? Es impresionante y bien trabajado. Tampoco le molesta saber que esa poderosa erección entre sus piernas es causada por él. Hay una belleza exótica en Shoji que no muchos sabrían apreciar y da gracias por ello, pues así no tendría que deshacerse de demasiada competencia.

 

Sin embargo, es precisamente por eso que le gustaría estar envuelto en oscuridad. Shoji ha retirado cada capa de ropa sobre sus cuerpos y se dedica, a falta de una mejor palabra, a venerar el cuerpo de Tokoyami. Y a éste le parece ridículo ese comportamiento. Él mejor que nadie sabe que ha dependido tanto de Dark Shadow en su vida que poco le ha interesado moldearse mejor masa muscular. Él y su novio sólo tienen una diferencia de casi veinte centímetros de estatura, pero con la diferencia de tonificación en sus cuerpos, se sientes como si fueran dos metros. Aunque Shoji no tuviera esas membranas en los brazos y tuviera extremidades más “normales” sabe que, si le envolviera en sus brazos, desaparecería completamente entre su pecho. Así de grande es la diferencia. No es una queja, todo es ello parte de lo que ama de Shoji, pero no puede evitar el sentimiento de inferioridad.

 

—Eres hermoso —dice Shoji en algún momento y aunque Tokoyami no sé lo cree del todo, las palabras apretujan su corazón y lo calientan de emoción.

 

—No digas tonterías —dice avergonzado—. Sabes que soy raro.

 

Shoji ríe ante sus palabras y se acerca hasta rozar su nariz con la punta del pico de su novio.

 

—Somos dos raros, lo sabes.

 

—¡Dos raros que excitan bastante! ¡Eeey! —fue el momento menos oportuno que Dark Shadow pudo elegir para salir de su pecho, causando que el quirk soltara una exclamación indignada. En cuanto lo sintió salir volvió a jalarlo a su interior e intentó por todos los medios no ver fijamente a Shoji.

 

—Perdón, pensé que teníamos un acuerdo.

 

Pero Shoji no parecía para nada molesto, por la curvatura de sus ojos podía intuir la sonrisa debajo de la máscara.

 

—Sabes que no me molesta, pero ahora mismo sólo quiero que seamos tú y yo.

 

Seguido de esas palabras, Shoji alcanzó un pequeño bote del que extrajo un líquido transparente y pegajoso, con el cual, sin perder tiempo, comenzó a preparar la entrada de Tokoyami.

 

—Espe… ¡Shoji! —jadeo el más pequeño, abrumado. Había estado tan concentrado sólo recibiendo caricias llenas de cariño, que el giro inesperado de eventos le tenía un poco sobre cargado.

 

Una de las manos de Shoji jugueteaba con su culo, pero tenía cinco manos extras recorriendo su cuerpo, pellizcando sus pezones, acariciando su erección. Todo al mismo tiempo y era demasiado como para soportar mucho tiempo.

 

—¿Qué tal esto? —preguntó Shoji, y una extensión más apareció en su cuerpo.

 

Tokoyami no pudo evitar sudar frío al ver que era una boca.

 

—No vas a… —las palabras murieron en su garganta cuando la boca extra comenzó con lentos lengüetazos sobre la punta de su polla.

 

Una mano se movía de arriba abajo lentamente, mientras la lengua se concentraba en la punta. Si sentía el más ligero espasmo que indicaba su próximo orgasmo, Shoji apretaba la base de su pene y le impedía terminar.

 

Por un segundo Tokoyami pensó que hacía todo eso para volverle loco, pero en realidad era para distraerle del segundo y tercer dedo que se colaban dentro de su interior, llenos de lubricando, haciendo un desastre de su persona.

 

—Por favor, por favor, por favor —empezó a suplicar sin saber bien a qué se refería con esas suplicas y sintiéndose un poco ridículo por ello.

 

Pero Tokoyami olvidaba la facilidad con la que Shoji podía entender y comprender sus emociones y necesidades. Supone que es por eso que se complementan de forma tan perfecta.

 

Aun así, no significa que su novio no tenga un lado un poco sádico y quiera disfrutar de ello.

 

—¿Por favor qué? —preguntó Shoji, intentando sonar confundido por las suplicas, aunque fallando en el intento.

 

—Tú sabes qué —fue la respuesta de Tokoyami, tomando una de las enormes manos que se paseaba aun por su cuerpo y mordiendo uno de los dedos con la punta de su pico y después llevándola hasta el costado de su rostro, dejando que esa mano se pasee por todas sus plumas en una caricia delicada y suave que, si Tokoyami fuera un gato y no un ave, estaría ronroneando.

 

Esa acción hizo pulsar la erección de Shoji, el cual en realidad ya se sentía bastante al borde. Siempre disfrutaba muchísimo llenando de mimos a su pareja, pero ahora que le había dejado tocar cada parte de su cuerpo sentía que iba a volverse loco sino tocaba algo más profundo.

 

—De acuerdo —aceptó sin más, retirando los dedos dentro del cuerpo de Tokoyami.

 

Alineó la punta de su polla con la entrada que esperaba expectante. Pulsaba y estaba húmeda de lubricante, así que frotó un poco para llenar su miembro y que la penetración fuera más fácil. Sus manos no abandonaban el cuerpo de Tokoyami, los dedos de unas de sus manos se concentraban en sus pezones y en un momento de lucidez hizo que la boca extra que tenía abandonara la polla de su pareja, el cual no supo si agradecerlo o molestarse. No tuvo tiempo de pensar en ello, porque ahora la boca se concentraba en chupar, morder y lamer uno de sus pezones y eso era demasiado a ese punto.

 

—Todavía no —volvió a hablar Shoji, sintiendo que en cualquier momento Tokoyami terminaría por derramarse en su mano y aún faltaba mucho para que eso acabara.

 

Así que sin más y usando todas sus extremidades como distracción y relajar más el cuerpo del otro chico, empujó su polla con fuerza. El circulo de carne apenas ofreció resistencia ante su fuerza, aceptando la mitad de su miembro de un solo golpe.

 

Ambos chicos perdieron la respiración en ese momento, sintiendo la caliente presión que ejercía el culo de Tokoyami alrededor de esa polla que empezaba poco a poco a profanarle con los centímetros restantes.

 

Dolía, por supuesto, pero todos los movimientos que Shoji hacia sobre su cuerpo no le daban oportunidad de pensar en ese dolor. Si su cuerpo se tensaba durante un segundo, la boca succionaba con fuerza su pezón. Si parecía que un quejido de dolor escaparía de sus labios, la mano sobre su polla hacia un ligero bombeo y la mano en su mejilla le acariciaba dulcemente hasta que el sonido de dolor se transformaba en un jadeo de placer.

 

Era demasiado, de verdad. No sabía que iba a hacer con tanto y al mismo tiempo debía concentrarse en tener a Dark Shadow dentro de él.

 

Cuando Shoji estuvo completamente en su interior e hizo un ligero movimiento de bamboleo, fue que no pudo más.

 

—Joder, joder, joder —exclamó Tokoyami al tiempo que Dark Shadow volvía a escapar de nuevo de su cuerpo.

 

—Sólo estaré aquí calladito, ignora que estoy aquí.

 

—¡No hables! —gritó Tokoyami, angustiado por la situación.

 

La risita burlona de su quirk le estaba sacando de quicio y por un segundo pensó en pedirle a Shoji que se detuviera, que no podía. Le parecía injusto, podía ver los ojos contraídos por el placer de su novio, su frente perlada de sudor por el esfuerzo tremendo que estaba siendo no empezar a embestirle con fuerza.

 

—¿Estás celoso? —fue lo que dijo Shoji de pronto, soltando una ligera carcajada. Como siempre y para asombro de Tokoyami, su novio no parecía ni un poquito molesto por la presencia de su quirk, ni su mirada inquisidora, ni el que estuviera revoloteando entre ellos, muy interesado en toda la acción, al contrario, una nueva extremidad fue creada, un brazo adicional que atrapó a Dark Shadow y lo tumbó junto a su usuario.

 

—¿Qué estás…? —intentó preguntar la sombra, pero la mano comenzó a acariciarle la cabeza, el rostro, debajo del pico y fue suficiente para dejarle completamente callado.

 

Tokoyami quería decir algo, por supuesto, intentar regresar a su sombra a su interior, pero fue ese el momento en que Shoji empezó a mover con fuerza sus caderas, entrando y saliendo a un ritmo bestial que le puso la mente en blanco, olvidando por completo lo que había a su alrededor.

 

—No te preocupes —le susurró su novio al oído. Había tomado las piernas de Tokoyami para que le rodeara la cintura y así poder inclinarse hasta enterrar el rostro en su cuello y susurrar en su voz ronca y entrecortada—. No pienses en nada más que en mí.

 

Y a Tokoyami le hubiera gustado decirle que ese era precisamente el problema. Estaba pensando tanto en Shoji, en su polla dura y caliente perforándole el alma con fuerza, sus manos escurridizas cual tentáculos por todo su cuerpo. La boca que se paseaba entre sus pezones, su polla, y cada porción de piel que alcanzaba, juraría que tendría chupones hasta en las piernas, que no podía ni controlar a su propio quirk.

 

Pero sólo se conformó con abrazar el cuello de su novio, aferrándose a él con fuerza y aceptando los embates duros contra su cuerpo, con esa polla enorme rozando cada fibra sensible de su cuerpo hasta hacerle desfallecer.

 

Shoji tomó su cuerpo sin dificultad alguna, levantándolo hasta dejarlo sentado en su regazo, como tantas veces a estado, tomando sus caderas y ayudándole con el sube y baja de su cuerpo para empalarle con fuerza en su erección. Con ese ángulo lo sentía más profundo. Era consciente de cada centímetro que entraba a su cuerpo y fue demasiado para sus sentidos.

 

Tokoyami se corrió con una fuerza abrumadora. No recuerda haber sentido un orgasmo tan fuerte en su vida, aunque sólo esté comparando ese momento con pajas insulsas. Todo su cuerpo se contrajo, apretando la polla de Shoji que a duras penas pudo entrar y salir de su cuerpo un par de veces más antes de vaciarse por completo en su interior.

 

Nunca lo iba admitir, y Dark Shadow nunca iba a dejar de reírse de ello, pero Tokoyami terminó desmayado esa tarde, incapaz de procesar todo lo que su cuerpo experimentó en ese momento.

 

Shoji, por suerte, tenía pensado en acostumbrar a esos dos a todas sus atenciones.

Notas finales:

Espero les gustara la historia. Busquen la página en FB si quieren saber más, hay cosas muy interesantes.


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