Mentalmente agotado no describía la forma en que me sentía del todo ese día cuando llegué a casa después de dejar a Jimin en la suya.
Había pasado por mucho y aún no era ni de noche…
Al entrar dejé las llaves sobre el platico de porcelana con detalles verdes del recibidor. Lo odiaba, pero a mamá siempre le había parecido interesante y llamativo.
Suspiré y fue entonces que pude ver el papel blando doblado justo a un lado, dentro de una bolsa plástica de celofán, hacía que brillara al reflejar la luz que se colaba por la ventana de la sala, tenía una pegatina plateada que mantenía el borde de la bolsa pegado, formando un envoltorio rápido.
La giré sin llegar a abrirla y pude escuchar lo que quedaba de mi corazón romperse en mil pedazos.
Kim Nam Joon & Kim Seok Jin
Envuelto en un corazón con tinta metálica y miles de detallitos.
No había que ser muy inteligente para sumar dos más dos… ellos se iban a casar…
– Querido, que bueno que llegas –. No volteé a ver a mi mamá. – Oh, ya la viste ¿eh? –. Podía sentir la gran sonrisa en sus labios, esa que siempre me gustó y que haría lo que fuera para poder verla a todas horas, ahora me lastimaba… estrujaba mi corazón.
– Nam se va a casar. ¿No es increíble? Supe que ellos dos estaban destinados a estar juntos, aunque no sean una pareja destinada, lo supe desde que Nam trajo a Jin a aquella cena familiar… –.
– Si… yo también –. Se me quebró la voz al final y dejé la invitación donde estaba, me giré hacia mi madre y la abracé con mucha fuerza, tragándome las lágrimas. – Estoy tan feliz por ellos –.
– Ay Kooki –. Me respondió el abrazo y me arrulló con suavidad. – Tienes tan lindos sentimientos… nadie lloraría como quieres hacerlo por la felicidad del matrimonio de su primo –. Se separó un poco y me dejó un beso en la frente, adoraba que hiciera eso cuando era un niño, incluso después, aunque soy más alto que ella. – Anda, ve a darte un baño para que puedas descansar mejor y termines tus tareas –.
Asentí y me fui a mi habitación.
Los recuerdos me azotaron mientras buscaba mi ropa y la tina del baño se llenaba con agua templada.
– ¡Ey, Kook! –. La gran sonrisa en sus labios…
– Conocí a alguien –.
– Su nombre es Jin, es un omega –.
– Basta Kook –. Entré a la tina y dejé que el agua tapara lo mas posible mi cuerpo, quería dejar de pensar en todo, no quería recordar. Pero los recuerdos llegaban… llegaban uno tras otro.
– Feliz cumpleaños a ti~, feliz cumpleaños a ti~, feliz cumpleaños abuelita~, feliz cumpleaños a ti~ –.
Esta vez hundí la cabeza y dejé salir el aire de mis pulmones, formando una barrera de burbujas, tal vez necesitaba recordar.
/Flash Back/
2 años atrás.
El cumpleaños de la abuela de la familia Jeon.
La única abuela que Jung Kook tenía por ambos lados de la familia.
La abuela que compartía con Nam, su primo, hijo de la hermana de su padre, apenas unos años mayor que él y con el que compartió y jugó toda su niñez. Llegaba tarde.
Eso era imperdonable. No podía perderse el cumpleaños número 80 de la abuela.
Después de repartir el pastel se escuchó el timbre de la puerta.
Kook corrió a abrir para recibir a su único primo.
Lo que encontró no le agradó para nada.
Nam no iba solo. Lo acompañaba un joven alto, delgado, de labios grandes y sonrisa encantadora, pero lo que más llamó su atención, era el olor que despedía ese desconocido. Ese aroma floral… pero… ¿qué flor era? Le encantaba a su madre, seguido usaba aromatizantes en casa de esa flor…
Jazmín… se llamaba Jazmín.
El chico se había manifestado como alfa hace ya varios años, sin embargo, nunca el olor de un omega le había atraído tanto como en ese momento. No podía oler nada más que al chico.
– Hola –. El oír su voz fue como escuchar el canto de una sirena, en ese momento lo hubiera seguido a donde fuera y hubiera hecho lo que fuera por él. – Soy Jin, un gusto en conocerte –. Extendió su mano hasta él y al estrecharla una corriente recorrió su mano, todo el brazo hasta llegar a la nuca, cuando el olor de Jazmín se mezcló con la menta y al ver sus ojos muy abiertos lo supo de inmediato, también lo había sentido, era su pareja destinada…
– Familia –. La voz de Nam interrumpió sus pensamientos – Quiero presentarles a Kim Seok Jin, mi novio –.
El aludido soltó la mano de Kook para ir y estrechar las manos de toda la familia.
No importaba que su pareja destinada se hubiera presentado esa noche, Jin saludó a todos como el novio de Nam, y las cosas se iban a quedar así.
Miles de frases dichas por Jimin con el repudio del tercer genero llegaron a su cabeza, junto con miles “lo amo”, “es perfecto”, “cuando lo conozcas lo entenderás, ni siquiera puedo explicarte cuan increíble es” y la mayor de todas “no sé qué haría si lo perdiera”
Él no sería como todos. Él no le rompería el corazón a Nam solo por buscar su felicidad junto al omega. Aunque el destino los haya juntado de una u otra manera lo negaría para siempre. Jin era el novio de Nam y así se quedaría hasta que ellos decidieran terminar, incluso después de que ellos se separaran no buscaría ponerlo a su lado.
Su corazón se terminó de romper cuando Jin se acercó a él durante la velada.
– Jung Kook ¿Cierto? –.
– ¿Jin, verdad? –. Le sonrió un poco.
Jin solo asintió y suspiró mientras se rascaba un poco el brazo.
– Tú... ¿También sentiste eso? Entre nosotros, al conocernos...
– Sí –. Nada ganaba con negarlo.
– Somos una pareja destinada –. Extendió la mano hacia mi y me sonrió otra vez...
– Parece que si –. Kook dió un paso atrás y guardo sus manos en los bolsillos. – Pero prefiero no confirmarlo –.
– ¿Por qué? Podríamos ser felices, más felices que nunca al estar juntos –.
– Y Nam no lo sería. No pienso hacerle eso a él. Te ama muchísimo –. Kook tragó en seco para evitar que su corazón roto llegara hasta él. – No tengo intención alguna de acercarme a ti –.
Se dió la vuelta y volvió a la fiesta, dejando al otro ahí, ni siquiera se atrevió a voltear atrás, eso era lo mejor ¿No?
/ End Flash Back /
Entendía que aquello resultaría en el final feliz de su primo. Le dolía no poder tener uno propio.
No importaba, el agua se llevó sus lagrimas y luego él Salió de la ducha.
Estaba bien con aquello.
Se presentaría a esa boda y sonreiría para ambos.
Los felicitaría y desearía lo mejor para sus vidas.
No importaba como, pero se tragaría las ganas de llorar y los sentimientos de su alfa, que lloraban por volver a tocar la mano de su omega, pues esa ocasión fue la primera y última vez que hubo una conversación o contacto entre ambos.
------------------
Los sonidos de nuestra saliva mezclándose junto con el tacto de sus manos bajo mi ropa son lo único que llena mi mente en este momento. El par de tragos que tomé no son suficientes para nublar mis pensamientos pero me hacen un poco mas desinhibido, por lo que varios jadeos se ahogan en la boca de Tae, quien tiene los ojos cerrados, disfrutando del beso que compartimos ahora.
Mi corazón da un vuelco y vuelvo a cerrar los ojos mientras busco apegarme más a él.
Aunque apenas cabemos en el reducido espacio del auto logro ponerme a horcajadas de él y enredo mis dedos en su cabello, pronto sus manos pasan a desabrochar mi camisa, sé lo que viene ahora y no puedo evitar suspirar por el aire frio sobre mi piel caliente y algo sudada.
Tae sonríe sobre mis labios y luego baja hasta mi cuello, besando y mordiendo ligeramente por todas partes, el aroma a café y tabaco llega hasta mi nariz y arqueo la espalda, un jadeo escapa involuntariamente de mis labios al sentir mi excitación crecer y luego el aroma amaderado de mis feromonas entremezclarse con el ajeno.
No lo puedo creer… hacia tanto que no disfrutaba de esto…
Las manos de Tae bajan de mi cintura a mis piernas, rosando mis glúteos en su camino, y de regreso, apretando un poco en mi cadera, esto es increíble, mis sentidos empiezan a nublarse por el placer.
- Tae~ -. No sé en que momento, pero el nombre del otro ha estado en mis palabras una y otra vez. Mis caderas, moviéndose adelante y atrás, gustoso de sentir su sexo rosándose sobre mi ropa…
- Tae… -. Lo freno al sentir como sus manos empiezan a desabrochar mi pantalón. Me niego a que nuestra primera vez juntos sea en un auto, pero al ver sus ojos mirándome fijamente, no puedo evitarlo y caigo rendido ante él, la verdad es que quiero hacerlo con él, desde que lo conocí he querido estar íntimamente con él. Pensándolo bien, hacerlo en el carro no suena tan mal… - Ddate prisa … - me atrevo a susurrar sobre su oreja al inclinarme un poco sobre él y solo escucho como gruñe un poco, deshaciéndose de mi camisa bruscamente al mismo tiempo que un “como ordenes” justo a mi piel para luego morderla y besarla.
Su mano se coló bajo mi bóxer, acariciando mi miembro apenas en un rose. Aquello me desesperaba, quería más, quería más rápido, quería más fuerte, y él lo sabía, lo estaba haciendo a propósito, ¿quería que le rogara? Bueno, ¿Quién era yo para no rogarle?
- Tae… más~ -. Volteé a verlo, mis manos aferradas en sus hombros, mis caderas moviéndose contra su mano, ahora él ya con la camisa desabrochada, no recuerdo en que momento hice aquello, su sonrisa malévola, sí, quería verme vuelto loco por él, vuelto loco por el placer que estaba dándome, tonto, yo ya estaba loco por él sin que hiciera esas cosas.
- ¿Más qué, Hoseok? -. Mierda… acababa de arrojar por la borda lo poco de cordura que me quedaba con esas palabras, nunca me había llamado por mi nombre completo, aquello me excitó a sobremanera.
- Tócame más – Le dije entre jadeos mientras deslizaba mis manos por sus pectorales hasta el borde del pantalón.
- Hazlo más rápido -. Desaté su pantalón y saqué su miembro, ya duro, de su prisión de tela.
- ¿Por qué la prisa? -. Sus manos aumentaron la velocidad con la que me tocaba, haciendo que recargara mi frente en su hombro. Aquello se sentía tan bien, - aún tenemos toda la noche -.
– Sí… -, respondí entre un jadeo mientras mi mano igualaba el ritmo que él llevaba, - podemos hacerlo una y otra vez -.
Terminamos haciéndolo en el auto.
Luego en la cama.
Y una vez más en el baño.
Desperté a mitad de la noche.
Ahí estaba. Acostado sobre mi hombro. Completamente dormido. No pude evitar sonreír al verlo. Acaricie su cabello y recordé las palabras que me dijo la el día anterior: “No me importa tu pasado, Hoseok. Me gustas por quién eres ahora. Lo que te pasó fue horrible. No se lo desearía a nadie. Pero no quiero que te mortifiques por eso, te acepto tal cual eres. Sin importar si después podemos ser una pareja o no. Quiero estar contigo. Quiero que estés conmigo. No necesitamos el resto para poder ser felices.”
Moría por contárselo a Jimin…
Ahora solo me concentraría en el chico a mi lado.