Consorte De Reyes por Liss83

Hacía tres días que se había ido Sam, y tal como lo había prometido, habían mantenido una comunicación constante, aunque fuera por cortos minutos, con el único fin de que T’Challa y Bucky viesen que se encontraba bien. Si bien la pareja real había resentido la ausencia del moreno, quien se había visto más afectado había sido el pequeño Azari. No había duda de que el pequeño príncipe había aceptado al hombre como otro padre más. Sin embargo el comportamiento que tenía desde hacía poco antes del mediodía era extraño. No quería comer, ni jugar. Estaba inquieto e irritable. Sus niñeras no lo lograban tranquilizar. James temía que hubiese sido algún virus que hubiese agarrado por la época del año

Sin embargo Azari no era el único inquieto. T’Challa sentía que algo no estaba bien desde que habían hablado con Sam la mañana anterior. Si había aprendido algo de su futuro consorte, era que siempre tenía una sonrisa bailándole en los labios, y más si James estaba en el horizonte, sin embargo en su última llamada lo había notado tenso y esquivo. Había intentado hablar con Nakia para saber el estado del americano pero la comunicación había estado inestable y se había visto obligado a desistir.

Estaba intentando distraer a Azari sobre la cama mientras James resolvía unos asuntos fuera del palacio, cuando sus piedras Kimoyes le dijeron que alguien lo buscaba. Tecleo. Era Nakia. Definitivamente eso no le gustaba

-          Quédate quieto Az. Babba tiene que atender esto. Nakia – dijo el rey – ¿Cómo van las cosas?

-          Hay un problema majestad… – dijo la dora de manera nerviosa – es mi rey consorte Sam

Bucky entraba al palacio revisando su celular, estaba con los nervios de punta por no saber de Sam, cuando vio a T’Challa  casi corriendo hacia él con Okoye y Ayo pisándole los talones, vistiendo sus trajes ya característicos.

Sabía que dijo algo, pero todo se detuvo para él cuando el rey dijo que la misión había fallado y Sam había sido capturado por la gente de Zemo. Debía que actuar rápido. Decirle a Shuri y la reina madre que debía acompañar a T’Challa.  Ellas se harían cargo de su hijo mientras estuvieran fuera, pero una mano lo detuvo y automáticamente su mirada se posó en la del soberano

-          Necesito que te quedes – dijo T’Challa

-          ¡No! – dijo Bucky

-          Eres el rey consorte – dijo el moreno – tienes que cuidar al reino y al príncipe heredero en ausencia del rey

-          ¡No iras solo! – contesto Bucky de manera tajante

-          Debo ir por él – dijo tomándole el rostro con ambas manos

-          Pero…

-          James… amor – dijo el rey – volveremos los dos. Lo prometo. Te amo – y lo beso dulcemente – Wakanda por siempre – pero su esposo no contesto – James, Wakanda por siempre

-          Wakanda por siempre – contesto este y T’Challa se fue deprisa escoltado por su guardia

-          ¡Okoye! ¡Ayo! – dijo Bucky y ambas mujeres lo miraron – quiero de vuelta e intactos al rey y al segundo rey consorte ¿está claro? – las mujeres hicieron el saludo tradicional y siguieron a su rey deprisa

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Le dolía absolutamente todo su cuerpo. Jamás pensó que en esa cueva lo esperaba una trampa. Había enviado a Redwing y al no detectar movimiento había decido entrar y Nakia se negó querido dejarlo solo. Eso de ser miembro de la familia real era complicado, y apenas empezaban. Lo bueno fue que antes que explotara el lugar había logrado lanzar a la guerrera lejos del radio de impacto. Cuando despertó estaba en esa celda

Miró a su alrededor, solo una puerta de acceso. La celda era circular y no media más de tres metros de diámetros. Se puso de pie lentamente y enseguida se arrepintió. Su tobillo le dolía horrores. Se dejó caer y miro a su alrededor. Debía salir de allí y encontrar a Nakia. Jamás se perdonaría que le pasara algo a la chica. La puerta se abrió y un hombre albino de baja estatura y bastante parecido al jorobado de Notre Dame

-          ¿Dónde estoy? – preguntó Sam pero el hombre no contesto – ¿me entiende? – el hombre dejo un plato junto al Capitán América y le inyectó un líquido rojizo en el cuello – ¿Qué es…? –Sin embargo todo le empezó a dar vuelta y lo último que vio fue la sonrisa torcida del albino

-          Dulce sueños capitán – dijo el hombre – quizás nunca despierte, ni se entere de la muerte del rey T’Challa – fue lo último que Sam escuchó antes

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Sentado detrás de una pantalla, Helmut Zemo miraba a Sam inconsciente en su celda. No podía creer su buena suerte.

Hacia solo tres días que había logrado escapar de La Balsa, la prisión en la que el rey T´Challa lo había recluido después que Sam se lo entregara por la muerte del rey Wakandiano en la sede de la ONU hacía ya varios años. Después de escapar había llegado a una cueva donde escondía tecnología y había descubierto  que Sam estaría cerca en una misión de reconocimiento. Había reclutado gente y desviado la atención del Capitán América llevándolo directamente a una trampa.

Guardo su computadora y bajó del avión ir rastreable que lo había transportado desde La Balsa. Oeznik, su mayordomo de confianza, le abrió la puerta y él subió con una sonrisa en los labios. Era hora de cobrar una deuda

La casa de campo de su familia en Moscú era pequeña en comparación con sus otras propiedades, pero era la ideal para lo que tenía en mente. En cuanto entró en ella se dirigió directamente al sótano donde el cuerpo moreno colgaba de los brazos. Había ordenado que no lo lastimasen. Quería tener personalmente ese placer

-          Buenas tardes Capitán Wilson – dijo bajando las escaleras del sótano

-          ¿Zemo? – dijo Sam sorprendido

-          Lo siento si mis empleados fueron algo brucos – dijo este – ya les llame la atención

-          ¿Dónde estamos? – pregunto Sam

-          En mi casa. Y antes que lo pregunte – dijo el barón – estamos esperando a su majestad. Dígame, ustedes ya…

-          Suéltame maldito enfermo – grito Sam cuando sonó el intercomunicador de su captor

-          No se preocupe capitán – dijo Zemo – el dolor será por poco tiempo

Fue entonces que Sam se percató que una serie de cables que estaban conectados su cuerpo justo cuando una descarga eléctrica lo envolvió obligándolo a lanzar un grito de dolor. Lo estaban torturando, pero eso no era lo peor. Su vista siguió un cable en especial y fue cuan entendió el verdadero plan. Debía evitar que T’Challa o una de las doras entraran allí

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T’Challa se movía con el sigilo de una pantera alrededor de la casa a pesar de temer que el sonido de su pecho lo delatara. Quería tomar a Sam y llevárselo a Wakanda y encerrarlo en lugar más seguro posible. Vio a Okoye hacerle una seña y asintió. Ayo se adelantó y le rompió el cuello a uno de los guardias sin hacer ningún ruido

Entraron en la casa y notaron que algo estaba mal, no debería estar todo tan silencioso. Avanzó por un pasillo iluminado y con ventanales de vidrio. Escuchó el grito de Sam a lo lejos y sin pensarlo se echó a correr. Cuando doblo la esquina un golpe en el pecho lo derribo. Frente a él estaba un hombre de dos metros de alto y contextura maciza. Parecía Hulk. Otro grito de Sam lo hizo ponerse de pie de un salto mientras activaba sus garras. Salto sobre el cuello del hombre y clavo sus garras en este hasta destrozarlo.

Un nuevo grito de Sam llegó hasta sus oídos impulsándolo a correr. Tenía que encontrarlo antes de que… no quería ni pensar en aquello

-          Está en el ala este T’Challa, rápido – dijo Okoye

Le costó llegar porque era un laberinto de paredes de vidrio, pero cuando vio a lo lejos a la morena, esta estaba arrodillada en el suelo al lado de un cuerpo moreno.

-          ¿Qué paso? – dijo el rey

-          Está bien, mi señor – ayudando a su hermana a ponerse de pie

-          Usted vaya por el segundo rey consorte – dijo Ayo – nosotras buscaremos a Nakia

-          Despejen el área – ordeno T’Challa –, Wakanda por siempre – dijo echándose a correr hacia su izquierda