- Chouji…
- ¿Mmm? - Me mira despreocupado mientras continúa comiendo sus frituras favoritas.
- ¿Cómo le dirías a alguien que te gusta? - Le pregunté con mi habitual cansancio. Es problemático hablar de este tipo de temas cuando no tienes ni la más mínima experiencia sobre ese sentimiento. Pero la curiosidad fue más fuerte que yo y quería saber qué opinaba Chouji al respecto. Tal vez eso me podría ayudar a que yo también lo pudiera hacer.
- Creo que...Chop, chop... Nunca lo diría... Chop, chop. - Lo miré sorprendido.
- ¿Por qué? - Me enderecé.
- Porque todo el mundo piensa que solo soy un puerco. - Me dijo sinceramente. - Así que no me atrevería a decirle a esa persona que me gusta porque podría asustarla, incomodarla o peor aún, ya no contar más con su amistad. - Tomó un último bocado y cerró la bolsa. Era extraño. Generalmente siempre acababa con todo. Eso quería decir que su estado de ánimo no era muy bueno.
- No eres un puerco. - Le dije con voz firme. Él solo levantó los hombros en señal de resignación. - Te lo digo en serio Chouji, no solo porque seas mi mejor amigo. - Le coloqué una mano en su hombro. Me miró con sus ojos negros, tan brillantes como dos ónix resplandecientes. - Eres fuerte, amable, bondadoso, cordial y una excelente persona. Podrías gustarle a cualquiera que tuviera sus ojos bien abiertos y no perdidos en ensoñaciones absurdas.
- Gracias, Shikamaru... - Susurró con voz triste. Por alguna razón mi cuerpo se estremeció un poco. Lo miré y vi como una lágrima traicionera escapaba de sus ojos. No lo había visto llorar nunca.
- ¿Acaso pasó algo? - Le pregunté un poco molesto. En realidad, me hubiera gustado acercarme a él y abrazarlo, como alguna vez lo hizo Ino con Sakura. Pero no me atreví. No me pregunten la razón.
- ¿Qué más pudo haber pasado? - Suspiró resignado. - Hoy durante la primera clase, en la cual por cierto no llegaste, las chicas de la academia debían elegir pareja para el baile de Navidad y la mayoría de ellas corrió tras Sasuke. - Suspiró. - El usó un Shunshin no Jutsu y desapareció. Entonces todas las chicas buscaron una nueva pareja. Pero como siempre fui el único que se quedó solo. – Lo miré confundido. – Bueno, y tú también.
- ¿Hasta Hinata eligió a alguien? - Me sorprendió.
- No. - Movió la cabeza. - Estuvo a punto de invitar a Naruto, pero este ya se había ido.
- ¡Qué fastidio! - Le dije mientras me recostaba nuevamente. A los dos nos encantaba pasar el tiempo del descanso sobre el techo de la academia ninja. Creo que era uno de nuestros mayores placeres juveniles. Solo que ese día el techo estaba demasiado caliente. - No sé qué tanto le ven a Sasuke. Es en verdad molesto. - Trataba de acomodarme como las veces anteriores, pero no lograba hacerlo.
- Si quieres, recárgate en mis piernas. - Me dijo Chouji. Sentí un poco de calor en mi cuello.
- No... no es necesario...- Tartamudee.
- Solo hazlo. - Me dijo mientras se acomodaba. Con excesiva vergüenza lo hice. Sus piernas eran muy cómodas, pese a la firmeza de sus muslos. Cerré los ojos y sin querer suspiré satisfecho. Esperaba que Chouji no lo notara. - Es genial.
- ¿Qué? - Le pregunté torpemente.
- Sasuke. - Entonces recordé en que parte de la conversación nos habíamos quedado. -Es atractivo y tiene un aire misterioso que le gusta a las chicas. - Sentí que me molestaba, aunque nuevamente no supe la razón. - Pero para serte sincero, si yo fuera mujer no me fijaría en él.
- ¿Ah sí? - Sentí como mi cuerpo se relajaba. - ¿Entonces cómo es el tipo de chico en el que te puedes fijar?
- No sé... - volvió a abrir otra bolsa de papas. - No soy mujer. - Reímos como tantas veces. Después de un rato solo se escuchaba el sonido de la bolsa de frituras que era devorada por Chouji. Me relajé un poco más hasta que volví a escuchar su voz. - Siendo sincero, creo que a mí en lo personal me gustan más los chicos que son atractivos de manera discreta. Que son inteligentes, amables y comprensivos con las personas sin importar su condición. - Me sorprendí. Creí que nunca lo escucharía decir algo así. - Me gustan los chicos despreocupados y tranquilos, porque es genial ver su rostro y su mirada perdidos en algún pensamiento mientras contemplan las nubes o el horizonte. - Con cada palabra que me decía me sorprendía aún más. ¿Es que acaso tenía a alguien en su mente mientras hablábamos? - En resumen, - volvió a abrir su bolsa de frituras. - Como mujer o como hombre me fijaría en alguien como tú.
- ¿De verdad? - Le pregunté tontamente.
- Si... - Respondió. Creí que diría algo más, pero se detuvo. Caso contrario a mi corazón que volvería a latir rápidamente. ¿Acaso le gustaba alguien parecido a mí?, ¿Quién?, ¿Naruto, Kiba, Neji? No, ninguno encajaba. Pasaron los minutos y el silencio se volvió muy incómodo.
-Eh... supongo que por eso... somos mejores amigos. - Le dije sin pensar. Para mi sorpresa no contestó. Abrí mis ojos y pude ver su mirada fija en el horizonte. Chouji tenía razón, es genial ver a alguien perdido en sus pensamientos. Me gustaba verlo así... así que me sonroje de solo pensarlo. Para mi mala suerte justo en ese momento agachó la cabeza e hicimos contacto visual. Sonrió con toda la bondad que siempre se reflejaba en su rostro.
- Si, por eso somos los mejores amigos. - Quería levantar la cabeza y besarlo. No sabía por qué. Nunca me había pasado nada igual.
Ring...
- La campana. - Le dije torpemente.
- Ah, sí. - Cerró su bolsa de frituras mientras yo me ponía de pie. - ¿Sabes algo? - negué con la cabeza mientras sacudía mi ropa. - Creo que decirle a una persona que te gusta no es tan difícil como parece. - Se puso de pie y comenzó a alejarse. - ¡Deberías intentarlo!
Me quedé allí de pie, viendo cómo se alejaba. Tarde algunos minutos en entender a lo que se había referido en realidad. Entonces corrí velozmente y preparé mi técnica. Había llegado la hora de confesarle mis sentimientos.
¡Kagemane no Jutsu!