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Los milagros no ocurren dos veces por dark kirito

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Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Muchísimas gracias por leer.

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Los milagros no ocurren dos veces

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Ya era un milagro el haberlo conocido, así que esperar a que sobreviviera en aquél accidente ya era…

Judal x Aladdin

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En una carretera a media noche.

Dentro de un auto va una pareja que regresa de la boda de unos amigos en común.

—No puedo creer que Hakuryuu-onisan por fin se haya casado con Mor-san.

—Ni yo, después de haberlo rechazado tantas veces tendría que haberse rendido pero es muy terco el desgraciado. Supongo que es su punto fuerte.

—¿Te habrías rendido si yo te hubiera dicho que no?

—¿Tu? Nah, eres muy fácil enano.

—Eso me hace ver cómo un cualquiera — dice molesto.

—Sabes a lo que me refiero. Todas tus emociones se notan al instante. Antes de que me dieras la respuesta ya la conocía.

—Si no fuera así, ¿te habrías arriesgado?

—No lo sé. No puedo estar seguro de lo que habría o no hecho.

—Bueno, al menos yo sé que habría luchado por llamar tu atención. Me gustas mucho desde hace tiempo, no imagino mi vida sin ti. Supongo que es gracias al destino. Gracias a dios.

—No creo en él.

—¿Eh?

—¿Qué de genial tiene un sujeto imaginario? Jamás hizo nada bueno en mi vida. Mis padres fueron asesinados, mi padrastro me vendió a una desgraciada que me rentó al mejor postor, me hicieron de todo… estoy vivo de milagro porque logré escapar. ¿Qué ha hecho dios por mi?

—Bueno Judal-kun… — una luz muy brillante aparece de la nada — ¡CUIDADO!

Para Judal todo pasa en cámara lenta. Un tráiler se precipita en dirección a ellos, seguramente el conductor se quedó sin frenos debido a la velocidad, ir hacia adelante es imposible por lo mismo, a los lados tampoco pues al derecho hay un cerro puesto que la carretera pasa entre varios de estos, del izquierdo un abismo… hacia atrás una caravana de al menos seis autos. Vaya mala suerte, a estas horas debían estar solos y aún así… se aventuró al frente, tenía la pequeña posibilidad de esquivar, si el tráiler se iba contra los demás no era responsabilidad suya, mientras Aladdin estuviera a salvo no le importaba nada más.

«—Dios, si en verdad existes es ahora que te necesito, por favor.»

Sonrió amargamente al esquivar por completo el inminente peligro.

—Mierda…

Solo para terminar estampado contra una gran roca que se había deslavado del cerro por culpa de la malla que hasta hace un par de segundos el tráiler se había llevado y al no haberse desprendido por completo uno de los remolques le dio a su pequeño auto por detrás, luego un golpe más y otro y varios, imposible saber la cantidad exacta en su estado, una carambola. La inconciencia estaba derrotándole, la sangre ya cubría sus ojos al resbalar por el rostro, intentó virar buscando a su novio pero un fierro le había atravesado la clavícula izquierda y atorado en la garganta fijándola en una sola posición, buscó con la mano pero sintió un escalofrío al notar el asiento vacío.

—A… Aladdin…  no…

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En la cama de un hospital.

Los recuerdos atroces pasan rápidamente en la mente de un joven que se reincorpora bruscamente.

—¡Aladdin! ¡Waaaaaaaah! — se toca la clavícula adolorido.

—Ten cuidado Judal, estás herido de gravedad — le indica un joven de ojos azules.

—¿Hakuryuu?

—Me alegra que hayan encontrado mi número en tu celular.

—Aladdin… ¡¿Cómo está mi enano?!

—Yo… — desvío la mirada.

—No, no digas estupideces, ¿cómo está?

—Nos dijeron que hubo decenas de heridos… hay dos fallecidos… una mujer y… un chico… por su estado es imposible saber mucho pero tenía el cabello muy largo… ambos sabemos que no es un rasgo común…

—¡Demonios! ¡¿Cómo que no es común?! ¡¿Vienes a decirme que está muerto sin estar seguro!?

—No me permiten verlo porque no soy su familiar.

—¡El enano no tiene familia! ¡Yo soy su familia! ¡Todo está mal! ¡Debe haber más heridos en otro hospital! ¡LLÉVAME CON EL PUTO ENCARGADO!

Transcurridos unos quince minutos llegó ante ellos un hombre mayor que denotaba sabiduría. Les informó que el accidente había pasado hacia unas seis horas y que los servicios de emergencia habían sacado hasta la última persona y la única que coincidía con la descripción era el chico que ahora estaba en la morgue. Judal tragó duro e insistió muchísimo (hasta el grado de ponerse pesado) para que lo dejasen verlo. Si, era imposible pero algo le decía que aquel desafortunado no era el amor de su vida, algo en el corazón se lo gritaba o ¿es que solo estaba engañándose? Estando de pie ante la puerta de aquella aterradora habitación se acobardó, justo ahora temblaba lleno de pánico. Hakuryuu tocó su hombro para infundirle valor y sonrió intentando aparentar tranquilidad (lo que no consiguió).

—Aladdin-dono está bien.

El mayor no emitió comentario, caminó hasta dónde le dijese el médico, la sábana que cubría el cuerpo tenía tal cantidad de sangre que de inmediato le invadió el mareo, una larguísima trenza azul sobresalía, sin poder evitarlo cayó de sentón y se llevó las manos a la cara, alterado. No hacía falta ver su rostro, le reconocería donde y como fuera.

—Entonces si era Aladdin-dono…

—Si este es el único que coincide con el enano… ¡EL AUN ESTÁ EN LA CARRETERA!

—¡IMPOSIBLE! — gritaron su amigo y el doctor al unísono.

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Lugar del siniestro.

Judal se ha escapado del hospital con ayuda de Hakuryuu y han tomado el auto de este para llegar al sitio. Ahí solo quedan pedazos de vidrio y acero retorcido, si alguien continúa ahí es un hecho que ya no respira. El mayor camina lentamente.

—No tienes que hacer esto Judal. Me convertí en tu cómplice porque sé que igual no escucharías pero si continuas… es algo con lo que tendrás que cargar por el resto de tu vida.

—¿Mi vida? Yo iba manejando, fui quién insistió en volver por la noche porque sería más rápido y no quería pasar tanto tiempo en la carretera, si está muerto tengo la culpa. ¿Aún así crees que merezco vivir?

Tenia una expresión desolada, la mirada perdida y únicamente caminaba por inercia. Llegó hasta el centro del desastre en algo parecido a una quimera metálica compuesta por pedazos de vehículo... Su vista bajo al piso por casualidad y notó algunas gotas de sangre. Con las manos desnudas trató de hacerse paso más fue imposible, sin embargo los servicios que aún continuaban con los trabajos de remoción se centraron ahí luego de que Hakuryuu les hiciera del conocimiento de una persona extraviada. Ocho minutos más tarde por fin lograron abrir el caparazón de metal, nada, vacío… la mirada de todos los involucrados iba de un lado a otro, si no había cuerpo, ¿de dónde venía el líquido escarlata?

—¡Waaaaaaaah!

Una chica emitió un alarido al alzar la mirada y ver en la pared que forma el cerro, parte de la red que recubría esta, algunos árboles que tapaban la visión y entre ellos un cuerpo.

—¡Enano!

Judal corrió en su dirección pero estaba a unos seis metros de altura, fueron los bomberos los que con ayuda de una escalera le bajaron, una vez en el piso el novio le cogió entre sus brazos, rápidamente los ojos se le llenaron de lágrimas, el corazón le dio un vuelco y el estómago se comprimió, le temblaba la boca y la mirada se tornó borrosa. Una  sensación difícil de describir le abrumaba impidiéndole pensar y finalmente soltó una carcajada.

—¡JA, JA, JA, JA! El conocerte, el que te hayas enamorado de mi ya era un milagro Aladdin… ¡JA, JA, JA, JA! Es cierto… — se le cortó la voz por un par de segundos — los milagros no pasan dos veces…

—J-Judal… ¿kun?

—Los milagros no pasan dos veces en la vida pero yo… le debo todo al Dios del que hablas tanto — dejó fluir el llanto con algo que va mucho más allá del agradecimiento.

Si, Aladdin estaba vivo y fue por una afortunada consecuencia de su imprudencia. Cuando el chico se dio cuenta del tráiler se quitó el cinturón de seguridad para intentar cubrir a su pareja con su cuerpo, estaba seguro de que lo odiaría por ello pero era más insoportable el pensar que alguien tan valioso se hiciera daño sin poder hacer nada. Justo cuando iba a lograrlo Judal hizo el brusco movimiento con el volante para evadir, en ese instante Aladdin salió disparado por la ventana pero por azahares del destino se había atorado en la red que salió proyectada en la parte dañada hasta llegar a los arbustos a donde se encontraba. Claro está que la suerte no es infalible y se ha roto tres costillas, un brazo y tiene un golpe de consideración en la nuca del cual, ya ha perdido una gran cantidad de sangre pero de no haber hecho Judal y Aladdin tales acciones ambos habrían muerto y esto es debido a que, el más chico no estaba en la cabina del auto que la varilla en Judal no le atravesó la yugular, centímetros que hicieron toda la diferencia. A ambos les espera una larga y dolorosa recuperación pero en verdad, alguien los ama en el cielo. Los milagros no les pasan a todos y difícilmente ocurren más de una vez pero si lo hacen, deben marcar la diferencia.

Notas finales:

Por fin pude entrar a mi cuenta de Amor Yaoi ;//////;. Tengo la de Fanfiction pero no es lo mismo. Aquí empecé ;//////; estoy taaaaaaaan feliz ;//////; gracias AOI SALUJA por avisarme ;//////////; <3


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