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El Autómata es Rey del Tiempo Perdido

Notas del capitulo:

Muchas gracias a mi amigo Stargazer por darme la idea que inició este fic: "has que Tenma le pida a Shun consejos de como ligarse a Alone y que Seiya se ponga celoso porque piensa hay algo entre ellos dos". Al final, esa YA no fue la premisa en el primer borrador de este fic, pero llevó a este fic de todas formas. Un abrazote ♥.

La siguiente actualización será el 8 de agosto ^^

Capítulo 2: Como yo lo veo

Hoy en día. Un jueves festivo.

—Oigan, ¿adivinen a quién me encontré ayer durante el festival de la Independencia? —preguntó Seiya comiendo su pastitsio[5] disimulando la intensidad de sus emociones bajo un manto de casual indiferencia.

—¿A quién? ¿Aioria acaso? —preguntó Shiryu entre bocados de espagueti.

—No.

—¿A Ban tal vez? —adivinó Hyoga, quien disfrutaba más de su plato de calamar asado que de la conversación.

—Me encontré a Shun.

Al decir eso, ambos jóvenes quedaron paralizados. Shiryu viendo a Seiya y Hyoga a medio bocado con el tenedor aún en la boca. La pausa creó un vacío en la mesa, vacío el cual se llenó rápidamente con el sonido de los comensales, las tuberías de hierro que adornaban el interior del local, los meseros y el tranvía que avisaba su presencia a lo lejos.

—Parecía estar divirtiéndose —continuó con un tono casual, pero sin poder disimular aquella pizca de resentimiento en sus palabras.

—¿Oh? —murmuró Shiryu cruzando miradas con Hyoga, inseguro de cómo proceder aquella conversación. No quería darle cuerda al asunto, pero conociéndolo, esta conversación iba para largo.

—Verán, ayer fui con Miho a la Plaza Sintagma, como estuve ayudando a la exhibición a recomendación de Aioria, sabía que podría ser un lugar muy interesante para nuestra cita. El problema es que saliendo de la exhibición ahí lo veo. A lo lejos está él con un atolondrado, riéndose y disfrutando de su cita. Como sea, bien por él —persistió mientras comía. —, terminamos hace, ¿qué? ¿dos años y seis meses? no tengo por qué andarlo celando.

El par se mostró escéptico ante esta declaración.

Un escepticismo bien merecido, considerando que su cita se había arruinado irremediablemente en cuanto notó a Shun en la multitud. Optando a partir de aquel momento en redirigir su mirada a la “feliz pareja” y fastidiando a la pobre chica al grado de ya no querer saber más de él para el final de la cita. Peor aún para Miho quien pensó que finalmente cumpliría su ilusión de tener una cita con Seiya.

Y bueno, por algo no la había invitado a salir antes.

—Tiene todo el derecho a ser feliz con alguien más. Lo nuestro quedó en el pasado. Ya han transcurrido poco más de dos años, no me importa lo que haga —enfatizó, queriéndose convencer más a sí mismo que a sus amigos —. Es solo que ese tipo era tan aburrido. No entiendo qué es lo que le ve.

En todo el rato que había mencionado a Shun no había levantado la vista para encarar a sus amigos, en su lugar concentrando en desquitarse con su pastitsio, así que no vio sus expresiones llenas de escepticismo y preocupación por él. Pero ahora sus rostros mostraban una clara confusión.

“¿Está saliendo con alguien?” Shiryu gesticuló para que no los escuchara.

“¿No que yo sepa? Según yo, ya ni sale.”

—A lo que pude ver tenía cara de atolondrado, estaba despeinado, desaliñado y parecía ser todo un idiota y un niñato. ¿Qué quiere con un tipo como ese? —dijo mirando hacia el techo por un momento solo para regresar la mirada a su plato.

Lo decía el tipo que vestía pura ropa que recogía del piso de su cuarto, cuyo peinado característico era su melena café alborotada y tendía a hacer chistes juveniles a pesar de estar en la plenitud de sus 20.

—¿Y de casualidad tenía el cabello café? —preguntó Hyoga.

—¡Sí! —exclamó impresionado finalmente mirándolo a los ojos —. ¿Lo conoces?

—No, pero conozco a su tipo… —dijo sorbiendo su café —. Y suena a un completo idiota. Es más, deberías probarle a ese tipo que Shun puede conseguir a alguien mucho mejor que él.

Mientras tanto, Shiryu suprimía las ganas de reírse al captar el sarcasmo latente en las palabras de su amigo.

—¡La verdad que sí! Shun podría conseguirse algo mucho mejor que eso —admitió Seiya.

—Definitivamente —asintió Hyoga para su propio entretenimiento.

“¡Cállate!” gritó internamente Shiryu cubriéndose media cara con la mano.

—Oye Shiryu, ¿qué tienes? ¿estás bien? —preguntó Seiya al ver a su amigo, quien seguía disimulando sus ganas de reírse.

En ese momento Shiryu pisó a Hyoga bajo la mesa. Él, captando la indirecta lo fulminó con la mirada y decidió hacerle caso y ponerse un alto.

—¿Para qué querría regresar con él? —dijo con la boca llena, sin convencer a sus amigos —. Las cosas van muy bien con Miho.

El par volvió a cruzar miradas. Es que la verdad, ¿se le podían creer esas palabras a alguien que no paraba de mencionar a su ex? Aparte, si las cosas hubieran ido bien con Miho, ¿estaría comiendo con ellos? Sin mencionar que, con la cantidad de detalles que estaba dando, parecía que su atención no estaba en la agradable panadera, si no en otro lado.

—Como sea, que se quede con él. ¿Quién lo necesita? Seré un idiota, pero no pienso regresar con él.

“El enojo aún no se le quita.” Notaron los dos.

—¡No espera, puedo cambiar lo juro! —escuchó el grupo en medio del ajetreo del restaurante.

—No importa si cambias, esto ya no tiene sentido. Ya hemos pasado suficiente tiempo para saber esto. Jabu, por favor.

—¿Están terminando con Jabu en medio del restaurante? —preguntó Shiryu.

—Sí, eso es lo que está pasando por ahí.

—Uff, pobrecito —dijo Seiya mientras veía al pobre rogándole a su ex abrazándola patéticamente de la cintura para que ella no se fuera.

—Ay no, me está dando pena. Lo iré a ayudar —dijo levantándose de su asiento. Ayudó a la pobre chica a quitarse a su amigo de encima —. Yo me encargo de él, tú tranquila. —la confortó mientras tenía a Jabu llorando en sus brazos.

—Seiya, ¿POR QUÉ? —gritó en medio del restaurante llamando aún más la atención.

—Tal vez por esto. ¡Ya bájale! —suplicó sin saber qué hacer con él.

—¿Qué voy a hacer sin Erda? Nunca encontraré a otra como ella Seiya, ¿crees que me de otra oportunidad?

Seiya miró a la puerta buscando a la joven, pero ella ya estaba en la calle corriendo, alejándose del restaurante lo más rápido que podía.

—Lo dudo mucho amigo.

—Seiya, todo duele, quema, lastima. ¿Qué hago? —chilló con la cara cubierta de lágrimas y mocos saliéndole por la nariz. Fue entonces que a Seiya se le ocurrió una idea.

“¿Pasar la tarde con “conocí a mi futura esposa la semana pasada” y “no me importa estar soltero” o pasarla con un dolido quien va a querer ahogar sus penas en alcohol?” se preguntó.

 


 

Media hora más tarde, Shiryu y Hyoga pasaron por la panadería en la que trabajaba Miho, saliendo de ahí con una caja de koulourakia[6] .Lo anterior con la intención de conseguirle unas galletas a Shun y de paso, conocer el resto del chisme respecto a su cita con el doble de Seiya. Al final solo confirmaron lo que ya sabían al verlo partir con Jabu para ir a tomar: Seiya aún extrañaba a Shun, pero no iba a ir a buscarlo.

Bajaron del tranvía y comenzaron a recorrer las calles empedradas que llevaban a su casa. Pasando por las seis cuadras de deliciosos y diversos restaurantes hasta tomar una derecha, subiendo aquella calle empinada.

—Si ambos se extrañan tanto entonces es mejor que regresen —se quejaba Hyoga en el camino —. Mejor para nosotros. Extraño poder juntarnos entre todos, ¿tú no?

—En eso estoy de acuerdo, pero las cosas no son tan fáciles —dijo Shiryu mirando a la caja que habían comprado en la panadería de Miho —. Recuérdame otra vez, ¿por qué compraste la caja de galletas?

El par se detuvo afuera de la casa de Shun al ver que el taller estaba cerrado.

—Si vamos a preguntarle a Shun que pasa con su “nuevo novio” no podemos llegar con las manos vacías. Se sentirá como si lo estuviéramos investigando en lugar de Seiya.

—¿Quieres darle a Shun una ofrenda de paz para poder chismear a gusto? —preguntó Shiryu incrédulo.

—Exacto.

Shiryu suspiró, pero en efecto, Hyoga tenía razón. Tocaron el timbre y escucharon unos pasos apresurados.

—Saori, que bueno que llegas…te… —su disposición cambió al ver que no era quien estaba esperando —. Ah, Hyoga, Shiryu.

—¿Qué pasa con esa reacción? —preguntó Hyoga.

—Es verdad, ¿te decepcionamos tanto? —añadió Shiryu extrañado.

—Ah, no es eso… es solo que…

—¿Llegó Saori? —preguntó una voz juvenil y gutural dentro de la casa. Detrás de Shun apareció un chico de su edad con una melena café alborotada y de expresión jovial.

—¡¿Seiya?! —no aguantaron en preguntar. Era increíble, como si Seiya estuviera frente a ellos. La única diferencia es que parecía ser cuatro o cinco años menor.

El pobre joven se quedó helado ante ellos.

—No, su nombre es Tenma. Solo estará aquí por unos cuantos días —les explicó Shun. Al escuchar la explicación que les dio, el joven asintió con la cabeza y los saludó desde adentro del departamento con una sonrisa nerviosa.

Shiryu y Hyoga se voltearon a ver, si bien, esperaban que hubiera similitudes entre este “nuevo novio” y Seiya dado a lo que les había descrito, esto era más allá de lo que esperaban. Una copia exacta de su amigo. ¿Shun se habría dado cuenta? Tenía que, ¿no?

También estaba la inverosímil posibilidad de que estuviera sucediendo algo entre esta “Saori” que había mencionado, Tenma y él. Pero la otra posibilidad, y la que veían un poco más probable es que tal vez su amigo se había fabricado un reemplazo, tenía la habilidad para fabricar autómatas desde cero, pero para ser un autómata Tenma se veía demasiado real.

Entonces tenía que estar diciendo la verdad, ¿no? Pero entonces… ¿por qué había un gemelo de Seiya en su casa?

—Es una situación un tanto complicada —se excusó Shun.

—Eeh… ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarte? —preguntó Shiryu —. Lo que quieras, solo tienes que pedirlo.

—Se los agradezco muchachos. De verdad.

—¿Quieren ir a tomar? —preguntó Hyoga —. Así podemos conocerte un poco más. Mientras más seamos, mejor.

—¡No podemos! —interfirió Shun, confundiendo a sus amigos —. Estamos ocupados haciendo… —osciló su mirada entre sus amigos, claramente buscando una excusa para rechazarlos.

—Deberías ir —lo interrumpió Tenma, para sorpresa de todos.

—¿Estás seguro? —preguntó Shun, preocupado —. No me sentiría bien dejándote aquí solo.

—Estaré bien. Has estado haciendo un gran esfuerzo cuidando de mí. Te mereces un descanso —sonrió con un aire de compasión —. Ya me mostraste como usar tu radio, así que estaré bien.

Shun aún no parecía convencido, pero suspiró y aceptó, explicándole como utilizar el teléfono y dejándole el número del bar a donde irían. Dejando las koulourakia sobre la barra de la cocina y cerrando la puerta con llave.

            —Han estado metiéndose a las casas por aquí. No quiero que le pase nada —les explicó Shun.

           


 

—Entonces, ¿qué sucede entre Tenma y tú? —preguntó Hyoga preocupado al ver a Shun tomarse un tarro de cerveza entero de un solo trago, algo que ni siquiera sabían que era capaz de hacer.

—Nada, solo lo vi por primera vez y pensé “¡Seiya! ¿Eres tú?” y quedé horrorizado porque era lo que más temía que pasara.

—¿Temías que pasara? —Preguntó Shiryu.

—¡Y como un autómata para empeorar las cosas! —exclamó Shun comenzando a arrastrar sus palabras —. Lo tengo en mi estudio, no importa cuál cara traiga por supuesto que lo voy a reconocer. Yo soy quien le lava la ropa después de cada caso.

Shiryu miró a Hyoga esperando que él entendiera de lo que estaba hablando, pero para la mala suerte de ambos, él tampoco sabía que pasaba.

—Pero no es porque aún ame a Seiya —mascullaba Shun —. Nadie quiere ver a su ex muerto. ¿Y qué es eso de que “esa es mi cara”? Por qué justo a mí tenía que llegarme alguien con la cara de mi ex —chilló recostando su cara en la barra.

“¿Entiendes de lo que está hablando?” Shiryu miró a Hyoga preocupado.

Él negó con la cabeza.

—¿Entonces sí sabías que se parecía a Seiya? —preguntó Shiryu levantando su cara de la sucia barra de madera de roble.

—Por supuesto que sí, eso salta a la vista ¿cómo no me iba a dar cuenta? —chilló —Por favor, no le digan a Seiya de Tenma, no quiero que se entere.

Era demasiado tarde para eso.

—¿Cuánto has tomado? —preguntó Hyoga quitándole el tarro de entre las manos y mirándolo como si este tuviera la respuesta.

—No lo sé, ¿cuánto han tomado ustedes?

—Suficiente, ¿deberíamos hablarle a Ikki? —preguntó Shiryu, en quien Shun ya se estaba acomodando.

—¡No! —los interrumpió —. No hay necesidad, puedo regresar a casa sin que mi hermano me acompañe —dijo sonando momentáneamente sobrio.

 


 

Mientras tanto, en otro bar en otro lado de la ciudad, se encontraba Seiya ahogando sus penas.

—Aprendí a bailar zonaradikoXX07 por él, su puta madre. Seika dijo “bueno si estas tan deprimido entonces vamos a aprender algo nuevo” y me llevó a clases de zonaradiko. No sé qué tanto sirvió en su momento, pero puedo hacer eso ahora. ¿Cuándo voy a bailar zonaradiko? —se quejó y casi se volcó su tarro de cerveza al tomar.

—Eso no es nada —interrumpió Jabu —: yo aprendí los nombres para cortes de gemas. Dime, ¿cuándo voy a usar eso? Solo cuando le propusiera matrimonio… —diciendo eso, enterró la cabeza en sus brazos y empezó a llorar escandalosamente otra vez. Ante aquella tragicómica demostración, su compañero le sobó la espalda con tal de consolarlo.

—Y se viene lo peor, como no querer levantarte de la cama porque te duele desde la uña hasta el alma —eructó Seiya escandalosamente, desenfocándolo por un momento —. ¡Cambié por él! Dejé de meterme en peleas estúpidas ya que me lo pidió, ¡me encantaba meterme en peleas estúpidas!

—¿Ah sí? Pues yo dejé de apostar y de tomar por ella, no le gustaba el alcohol porque su padre las dejó sin casa a ella y a su madre por andar jugando borracho. ¿Sabes cuanto extraño jugar póker con Ban? Tal vez debí haberme ido con él en vez de contigo.

—¿Para estar pobre, deprimido, y ser aún más patético de lo que aún eres?

—Al menos yo le estoy llorando a alguien que me acaba de dejar, tú le estas llorando a… ¿A quién le estás llorando?  

—A Shun… —suspiró Seiya antes de poder morderse la lengua. Al parecer, Shun no era la única persona que el alcohol volvía honesta.

—¡Puta madre, Seiya! ¿Por qué me dices eso? —se quejó —. Nos pueden correr de aquí si escuchan que estás diciendo esas cosas. ¿¡Shun!? ¿Todo este tiempo te has estado quejando de Shun? Oh dios, todo tiene tanto sentido ahora….

—Oye… —se quejó —. ¡Estoy enojado! ¿Sabes lo que es tener a alguien contigo toda tu vida? ¿Tenerlos a tu lado a cada paso que has tomado y luego, de un día a otro te digan que ya no quieren nada contigo? —rio amargamente —. Y peor aún, ¿que toda tu vida te recuerde a él? Odio que me haya terminado así como lo hizo, pero no puedo superarlo. Aquí me tienes, valiendo mierda, mientras tanto esta él siguiendo adelante con su vida. Haciéndolo parecer tan fácil. ¡Lo odio! ¿Cómo pudo hacerme eso? —confesó cubriéndose los ojos para ocultar las lágrimas que se le formaban en los ojos.

Mientras decía eso, notando las feas miradas del cantinero, Jabu golpeaba a Seiya en su hombro repetidamente con tal de llamar su atención o mínimo callarlo.

—No le sirvo a jotos. Váyanse de aquí.

—Está bien, está bien. —dijo tomándose el resto de su cerveza antes de que se la pudieran quitar y tirando el tarro al suelo, cubriendo todo el piso del bar con pedazos de vidrio.

—Los dos.

—¿Yo? —preguntó Jabu indignado —. Maldita sea Seiya. Te dije que no hablaras más —se quejó una vez fuera de la cantina.

—Si, como sea. Perdón por arruinar la noche quejándome de mis problemas. Es lo que normalmente hacemos cuando venimos a tomar, así que pensé que no habría problema.

—No en público donde pueden oírnos, no cuando de repente me vas a soltar que eres joto.

—Como sea —dijo caminando sin mirar a Jabu.

—¡Seiya! ¿A dónde vas?

—Vete a chingar a tu madre a otro lado. Me voy a casa —le contestó.

—Haz lo que quieras entonces… Espera, ¿Qué no tú casa es en otra dirección?

 

Una vez que el tranvía se detuvo en su parada se tambaleo de este y continuó su recorrido por las calles empedradas, ignorando el delicioso olor proveniente de los restaurantes los cuales parecían ignorar la hora, adecuado para una ciudad que no dormía. Subió una calle a la derecha, llegando a la entrada del departamento.

Su celebración interna por lo equilibrado que había sido su recorrido (es decir, nunca se cayó de cara) se vio interrumpida al darse cuenta de que no traía su llave. Como sea, la extra estaba debajo de las tejas que protegían a la puerta de la lluvia.

Una vez dentro, cerró con llave, dejándola sobre la mesa de café, quitándose los zapatos y ocultándolos bajo el sillón. Recordando asomarse a la estufa para asegurarse de que estuviera apagada. Se lavó la cara en el baño, un viejo hábito que juraba le ayudaba con su resaca al día siguiente. Caminó a su cuarto, quitándose su pantalón y camisa. Una vez cómodo, se deslizó del lado derecho de la cama, durmiéndose casi en cuanto tocó la almohada.

             


 

Una vez que Shiryu y Hyoga lo dejaron en su casa, Shun empezó su rutina nocturna. Tomándose un momento para hablar con Tenma, quien se encontraba escuchando la radio en el taller.

—¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor? —fue lo primero que preguntó al verlo.

—Por ahora… no. Te diré como me siento en la mañana. ¿Quieres algo más? Me siento mal al haberte dejado solo toda la tarde.

—Estoy bien, muchas gracias.

—¿Has logrado recordar algo?

—Solo que nosotros no teníamos tan buenos programas de radio. Anda, ve a dormir. Se ve que lo necesitas —lo reconfortó.

—Está bien. Te veré en la mañana Tenma.

Se cepilló los dientes, trenzó el cabello y se acurrucó en su cama abrazando la espalda de Seiya, aferrándose a su reconfortante olor y calidez mientras caía dormido.

 


 

Seiya despertó cálido bajo sus cobijas y con una horrible resaca. Al menos Shun estaba abrazándolo de la cintura, un leve consuelo. Cuando andaban juntos le encantaba despertarse con sus manos ahí, le proporcionaba una comodidad y afecto que… espera.

¿Shun?

Abrió bien los ojos y despertó en una habitación con luz tenue, paredes decoradas con papel pintado de color beige y patrones elegantes color cafés y verdes, una cómoda de madera de cedro con fotografías, una caja de música y un soldado hecho con metales reciclados.

“¿¿Cómo terminé en la cama de Shun??” se preguntó horrorizado. “Estoy vestido ¿verdad?” tocó su pecho y solo sintió su piel. “¡No, no, no!” pensó alarmado, casi olvidándose de su resaca. “¡No me acosté con Shun anoche!” y para su segundo intento movió las piernas un poco y al sentir el lino de su ropa interior suspiró aliviado.

“Ahora que lo pienso, ¿cómo es que esto no me ha pasado antes en 2 años?” se preguntó. La respuesta era clara: Esta había sido la única ocasión en la cuál se había regresado solo a su casa en dos años enteros.

Como regla personal, con la necesaria intención de prevenir una vergonzosa escena que se daría si no estaba en sus cabales, siempre que iba a tomar lo hacía con alguien de confianza. El quién variaba mucho, principalmente eran Shiryu y Hyoga, en ocasiones su hermana los acompañaba, incluso salía con Aioria y Jabu, pero siempre acompañado de alguien sensato. De esta forma siempre había quien se ofreciera a llevarlo a su casa, procurara habitaciones en algún lugar cercano o lo acompañaran a su tren, en una sola ocasión se había quedado dormido a la intemperie, pero ese fue descuido de todos y al despertar con un cubetazo de agua fría, todos juraron tener más cuidado y nunca volver a embriagarse a semejantes niveles. Ni una sola vez tuvo la mala fortuna de pelearse con la única persona que lo acompañaba, y mucho menos que esto le diera hincapié para irse en automático a la casa de Shun como si fuera una aguja apuntando al norte en una brújula.

“Como sea, tengo que salir de aquí.” Pero aquella idea se vio frustrada por su dolor de cabeza. “Maldita luz, ¿alguien puede apagar el sol?”

Fue en ese momento que Shun pareció tener la misma idea. Gimió débilmente y abrazó a Seiya acercando su espalda a su cara, tapándose los ojos con ella en el proceso. El corazón se le estrujó en aquel momento. Era como aquellos días en los que buscaba a Shun a su casa y lo encontraba dormido abrazado de la más reciente pieza de maquinaria que acaparaba su atención. Cuando le picoteaba el brazo con el dedo y este se tapaba el rostro con el invento para seguir durmiendo…

…pero no era el momento de pensar en eso.

“¿En cuánto tiempo más se dará cuenta?” fue entonces que sintió un cambio, aún no se habían movido, pero algo se sentía raro. Ya estaba despierto, recordaba bastante bien como se escuchaba su respiración al despertar a pesar del tiempo.

—¿…Tenma?

“Todo menos eso.” Qué ganas de despertar y escuchar que él ya lo había superado y estaba siguiendo adelante. No, esto era insoportable. Tenía que salir de ahí inmediatamente.

Se levantó de golpe, zafándose del cómodo abrazo y cayendo al suelo con un estruendo.

“Lo que me faltaba.” Pensó.

—¿¡Seiya!? —preguntó incrédulo.

Se reincorporó apresuradamente y su cabeza le recordó que no estaba en condiciones para hacer cosas de forma rápida.  Shun tampoco, a juzgar por cómo se quejaba agarrándose la cabeza.

Y para empeorar las cosas él estaba casi desnudo.

—Sí, perdón por no ser quien esperabas —dijo molesto, tomando su ropa de la cesta de ropa sucia, algo que habían acomodado los dos para no decorar el cuarto con las prendas usadas de ambos. Se reprendió internamente por recordar todo a pesar de los años.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —le tomó un segundo darse cuenta a lo que se refería —. No espera, no es lo que parece…

—No importa —contestó mientras se ponía sus pantalones con hastío. —Me voy, no quiero quedarme aquí a causarte un lío con él.

Y justo cuando dijo eso, escuchó unos pasos acercándose.

—Shun, ¿está todo bien? —y en la entrada a la habitación estaba él. Aquel nuevo novio bien vestido, con cabello alborotado, ojos cafés, en shock de ver a Seiya en aquel cuarto.

Lo que le faltaba.

—¿Estas bien Shun?  —preguntó el nuevo novio acercándose a él.

Shun, por su parte, no la estaba pasando bien. “Comprensible,” pensó Seiya, “yo tampoco quisiera que me vieran con mi ex.”

—Me voy —dijo Seiya poniéndose su camisa y dejando sus pantalones sin abrochar para terminar de vestirse en camino a la puerta.

—Espera, Seiya. ¡De verdad no es lo que crees! —le habló levantándose de la cama.

“No me importa, esa es la cosa.” Pensó queriendo salir, pero lo detuvo fuertemente algo extrañamente gélido.

Era el nuevo noviecito.

—Espera, tiene algo que decirte —le pidió seriamente, petrificándolo.

La mano de este tipo era fría, muy fría y dura, como el interior de un refrigerador. La sensación lo distrajo suficiente como para que Shun pudiera empezar a explicarse.

—Seiya, es… —Shun le habló, quejándose y sobándose la cabeza intentando mantenerse equilibrado —. Es complicado. Te explicaré todo, solo… necesito que confíes en mí —susurró.

No estaba convencido, tan solo quería salir de ahí y olvidar lo que había transcurrido aquella mañana. Desayunar con Seika, bañarse y regresar al taller de Aioria donde se la pasaría discutiendo con Jabu por sus técnicas de herrería.

—Por favor, escucha lo que tiene que decir —rogó el noviecito con más gentileza esta vez.

—Está bien —aceptó finalmente. Ignorando lo nostálgico de aquella mañana como las resacas, cuando Shun preparaba huevos con tocino mientras Seiya se encargaba del café porque su estufa siempre lo odió, y mientras desayunaban intentaban recordar los eventos del día anterior, riéndose juntos de los sucesos y dándose besos gentiles en moretes que se hubieran causado —. ¿Necesitas que te ayude con el café? —ofreció.

—No te preocupes … —dijo sin mirarlo a los ojos —…estoy bien. Solo dime lo que tengas que decirme.

Notas finales:

Notas de pie de página:

[5] El pastitsio es un platillo similar a la lasaña. Lleva carne picada en el interior, la pasta es tubular, lleva salsa bechamel (mantequilla, trigo, leche y nuez moscada) y queso kefalotyri (queso blanco hecho a base de una mezcla de leche de cabra y leche de oveja) encima.

[6] Las karidata son galletas de merengue de nueces de textura suave. Se pueden utilizar como macarons.

 

Notas de autor:

Muchas gracias a mi amigo Stargazer por darme la idea que inició este fic: "has que Tenma le pida a Shun consejos de como ligarse a Alone y que Seiya se ponga celoso porque piensa hay algo entre ellos dos". Al final, esa YA no fue la premisa en el primer borrador de este fic, pero llevó a este fic de todas formas. Un abrazote ♥.

La siguiente actualización será el 8 de agosto ^^

 


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