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El amor no es algo comun... por Silver Wolf

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Notas del fanfic:

Elricest.... Al&Fletcher

Notas del capitulo: Los lugares que se mencionan aqui alguno son de la serie y otros de invencion mia... solo tengan mente abierta ¿ok?

Era una mañana tranquila y acogedera, el sol alumbraba las calles dandole un tibio toque al aire, uno podia respirar el aroma a flores esa mañana en el parque que recien florecia adornandolo de muchos colores brillantes y suaves.

Las aves cruzaban el cielo con una calma que las hacia parecer diminutas nubes nevegando en el mar de un cielo azul, un gato blanco con una de sus orejas de un negro brillante jugetoneaba en el pasto del parque donde habia varios dientes de leon danzando al compas del viento. Todo estaba tan solitario y tranquilo… 

-¡Se me hace tarde!- una agitada voz irrumpio en el tranquilo paisaje. -¡Maldición!- exclamo viendo su reloj y acelerando su paso atravez del parque. -¡¿Por qué no me desperto!?- Corria lo más rapido que podia, su largo cabello castaño se agitaba al avanzar del chico. Por fin habia salido del parque cuando un coche color blanco atrajo su atención antes de frenarse frente a el.

–Vamos sube!- exclamo una molesta voz mientras el vidrio en la puerta del copiloto desendia. El castaño suspiro con alivio y se apresuro a subirse en el asiento del copiloto, pero antes de que pudiera decir algo el coche arranco y partio lo más rapido que podia.

–Gracias, hermano- exclamo el castaño algo nervioso. El rubio solo lo miro con molestia y regreso su vista al camino.

–No se como es que no te despertaste a tiempo- dijo entre dientes. 

-Disculpa, hermano… pero me quede despierto hasta tarde haciendo mis tareas…- dijo al tiempo que bajaba la visera del coche que tenia un pequeño espejo al reverso. –ademas… tu pudiste, despertarme…- miro su reflejo al tiempo se acomodaba el desaliñado cabello castaño para despues amarrarselo en una coleta parecida a la de su hermano. 

-No es mi deber!- Apreto con fuerza el volante. –Ademas pense que ya te habias levantado…- 

-No entiendo porque estas tan molesto…- comento mientras se arreglaba el cuello de su camisa blanca sobre su saco azul rey y ajustaba su corbata negra y estirba su pantalon, del mismo color que su saco, para eliminar lo arrugado. 

-Que por tu culpa yo tambien voy a llegar tarde!- relajao un poco sus brazos. –Por regresarme a recogerte…- 

-Vamos hermano…- sorió mirando a su hermano que portaba su mismo uniforme a excepción de que el rubio elimino la corbata y abria los primeros botones de su camisa. -… Cuando te ha interesado llegar a tiempo a la escuela?- rió. 

-No estoy para bromas, Al…- Miro con molestia a su hermanito antes de continuar. -…Sabes que ya es bastante molesto para mi tener que ir a la escuela, para que ahora me molestes… lo hago por que tengo que cumplir!-  

-Lo se… lo siento, hermano…- Agacho la cabeza un tanto arrepentido. 

-Ya… dejalo, Al… no importa.- Le dedico una de sus caracteristicas sonrisas que unicamnete le daba a su hermanito, logrando que un tinte volor vino se manifestra el las mejillas del menor.   

-Uf!!!! Llege!!!- exclamo con alivio. 

-Que bueno…- dijo una chica de, aparentemente, su misma edad. -… por un momento pense que no vendrias.- 

Le dedico una de sus tiernas y dulces sonrisas a la chica de ojos verdes, logrando que se ruborizara levemente. –Bueno… pero ya estoy aquí ¿no?- 

-Si…- fue lo unico que contesto la chica intentando ocultar su rubor tras su largo y ondulado cabello castaño claro. 

-Aun no puede creer que Edward no me alla despestado- bufo algo molesto. La chica lo miro con sus ojos verdes reflegando confusión a lo que Alphonse agrego. –Mi hermano…-  

La chica de cabello color miel sonrió. –Disculpa, pero es que no sueles mensionarlo por su nombre completo, entonces con frecuencia olvido su nombre…- El castaño se sonrojo.

–De que hablas?-

-Te sueles referir a el como hermano, Nii-san y quiza alguna vez Ed, pero nunca como Edward- paso su cabello suelto detrás de su oreja. –En verdad lo admiras ¿no es así?- 

El sonrojo de Al se acentuo en su blanca piel. –No… no se a que te refieres…- 

-Vamos, Al…- le sonrio. –Cuando te refieres a el como hermano se nota que lo haces con mucho cariño, admiración y respesto- Al desvio la mirada para que su amiga no notara su sonrojo.

–y dime, Chiasto…- decidió cambiar el tema. -… No sabes algo de Hien?- 

-La verdad no mucho… lo ultimo que me entere fue que se fue con su familia hacia Jade- Miro el rostro de su mejor amigo. –Acaso no te ha enviado cartas?- 

-Si, si lo a hecho, pero como siempre se esta mudando, es dificil responderle…- El rostro del menor de los Elric se mostro nostalgico al recordar a su antiguo amigo del colegio. 

-Si…- rió. –Lo bueno es que siempre nos evia regalos, ojala que algun día pueda venir, aunque sea de vista ¿No?- 

-Si… seria fabuloso, pero como su papá trabja en relaciones publicas y exteriores… es más facil que conozca la Kyoro, antes de que vuelva…- 

La chica rió. –Si, supongo que tienes razón, pero al menos nos tenemos el uno al otro…- 

-Si- dijo el castaño con una sonrisa. Miro a su amiga, su mejor amiga; desde que había llegado a la escuela se habian hecho grandes amigos, junto con Hien, pero el se tuvo que mudar a Hanashi por el trabajo de su padre, pero aun así tenía a Chiasto, una gran amiga en la que podia confiar en todo momento.

Alphonse saludaba a los compañeros que pasaban junto a ellos, no era que fuese popular, más bien era que era realmente atento, amable y dulce, logrando simpatizar con todos sus compañeros, practicamente todo su grado lo conocia y aunque el intentaba recordar el nombre de todos siempre tenia problemas ya que eran muchos. Habia pasado algo de tiempo desde que el y su hermano recuperaron sus cuerpos completamente y ya se habia acostubrado a todas las senaciones que le provocaba el ser un humano: habre, sed, ir al baño, cancancio, sueño, todo… y realmente le agradaba y sobre todo el poder ir a la escuela y conocer gente sin que lo mireren con miedo. 

-Hola Al!- una chica de cabello negro y ojos azules le guiño un ojo de manera coqueta al pasar junto a el. 

-Ho… hola… Maya…- dijo un poco ruborizado, pese a tener 15 años recien cumplidos todavia le apenaba que las chicas se comportaran de esa forma con el, seguia siendo muy timido e inocente, algo que le agraba mucho a ciertas compañeras y algunos compañeros suyos. 

-Bha! Dices tonterias!- Completamente ajeno a la situación de sus hermanito, Edward cominaba con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo su maletin escolar. 

-Puedes renegar todo lo que quieras, Edward, pero sabes que es cierto- La rubia a su lado lo miro atentamente. 

-Te digo que no! Imaginas cosas Winry…- Miro a otro lado con desinteres. 

-No me ignores Edward Elric!- dijo con aire de autoridad. –Sabes bien que es cierto, o acaso eres tan ciego que no vez como todas las chicas de su grado e inclusive del nuestro lo miran!?- Ed fruncio el ceño considerando lo que decia su amiga. –No se si no me crees o simplemente no te agrada la idea, pero es cierto… Al es un chico muy apuesto, Ed, acaba de cumplir 15 años hace poco ¿no es así? -Ed asintio mudamente. -Pues es realmente un chico muy apuesto… ademas de que, a diferencia de ti, es dulce, amable, tierno, simpatico, atento…- Continuó la rubia pese al disgusto del rubio. 

-inocente…- dijo el mayor de los Elric casi en un suspiro. Lo que le habia dicho Winry era cierto y eso no le agraba para nada. 

-Por eso mismo, Ed, el ser tan inocente lo hace más tierno y a la vez más atratactivo- Ed la miro con molestia y furia. –Mirame así todo lo que quieras, pero es verdad- lo miro de vuelta. –Por eso es que debes empezar a… guiarlo… en las relaciones y el amor y todo lo que eso conlleva.- contino con seguridad en sus ojos. 

-Y que te hace pensar que soy el indicado?- Pregunto con cierto fastidio. Winry suspiro, aveces Ed podia ser un cabeza dura.

–Que eres su hermano mayor, su familia, su amigo…- Ed desvio la mirada, pero ella siguio. –Al siempre te ha admirado, Ed, eres su idolo y su modelo a seguir, confia en ti, porque sabe que jamas lo defraudaras o le haras daño, se siente seguro y en confianza a tu lado, siempre que tiene algun problema acude a ti, cuando se siente triste, deprimido o lo que sea que le pase acude a ti porque sabe que siempre estaras alli para el…- Se detuvo y miro al rubio. –¿Acaso quieres más razones?- El rubio le devolvio la mirada.

–Supongo que debo hablar con el sobre… eso…- 

-Supones bien, Ed, esto lo dijo porque me preocupa Al, empieza a relacionarse más con las personas y lo más probable es que comienze a enamorarse, algo por lo que tu alguna vez pasaste…- Miro como el rubio se daba la vuelta para darle la espalda. –Bien… quiza no te hayas enemorado de verdad, pero si te ha gustado alguna chica y la has invitado a salir y cosas asi… por eso lo digo, Ed- Se dio la vuelta y se marcho a su clase. 

Al, es… es solo un niño… penso el rubio mientras su mirada se perdia atraves de la ventana. Edward adora a su hermano, es su familia, su unica familia y daraia la vida por el, lo que sea para que sea feliz. Una sonrisa se dibujo en sus labios al recordar la risa de su hermanito, su sonrisa brillante y alegre, su mirada destellante cuando estaba feliz, era lo que más le gustaba, verlo sonreir, escucharlo reir; no soportaba la idea de que alguien lo lastimara, eso lo enfurecia, más que nada, inclusive más que si lo llamaban pequeño. Ed aun sentia que su hermanito era demasiado chico para tener novia o cosas de ese tipo, era su hermanito, SU Al, SU familia y no iba permitir que nadie se lo quitara, era su alegria, para lo que vivia…   

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-Por… por favor… Maya…- dijo completamente ruborizado concentando su vista en la pizarra. 

-Vamos, Al, no seas tan timido. –Continuo acariciando el muslo del chico. 

-Ma.. Maya… ha.. hay que po… poner atención…- Decia nerviosamnente el castaño. 

-De que sirve ser compañeros de mesa si no podemos estar… - Se acerco al oido del meror de los Elric para susurrarle. -…juntos…- movio con delicadeza su mano hacia cierta parte… 

Al se levanto de golpe al sentir la mano de la chica intentando acercarse a tocarle algo, estaba más que rojo. 

-Sucede algo, joven Elric?- pregunto el profesor. 

-Yo… yo… yo…- Miro la puerta del salón y en su mento surgio la idea de salir corriendo. -…puedo ir al baño, señor?- 

-Si- Alphonse se acerco para tomar el permiso de la mano del profesor y salir de alli lo más rapido que pudo. La chica de ojos verdes miro a Maya con reprobación, quiza era esa una de las razónes que Al se llebaba tan bien con ella; ella era una de las pocas que no lo acosaba y se comportaba de una manera atrevida con el, aunque eso no quiere decir que no notara lo apuesto que era, ademas de ser todo un caballero, algo que agradaba enormemente a todas las chicas y algunos varones; eso mezclado con lo inocente, tierno y dulce lo hacian un objetivo a conquistar de muchas chicas. Ageno a los pensamientos de su mejor amiga Alphonse suspiro con alivio, no le gustaba cuando Maya hacia eso, ya que no era la unica vez que se pasaba de atrevida y Al intentaba, inocentemente,  separarse de ella de la manera más atenta y caballerosa posible pero nada funcionaba; inclusive lo habia intentado besar varias veses atrás. A Al no le interesaba eso, al menos no con ella, las unicas veces que habia pensado en su primer beso habia sido con una sola persona. Un rubor acudio a su rostro, sabia que estaba mal, sabia que era algo imposible, pero no podia evitar sentirse asi, no podia, amaba a su hermano, quiza demasiado, lo amaba más que un hermano, lo amaba con todo su corazón y alma, no podia evitar ruborizarse ante su dulce mirada, ante sus caricias fraternales, pero para Ed era solo eso, amor fraternal.   

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Cerro la puerta de su departamento tras el y miro el lugar con una ligera sonrisa, quiza no era una manción o un departamento de lujo pero era bastante espacioso y acojedor. Era todo lo que necesitaba, un departamento de 2 niveles: cocina con un pequeño comedor, estudio, sala de estar, baño, 2 recamaras… todo lo que necesitaba para el y su hermano. Coloco el correo sobre la mesa del pequeño comedor junto con su maletin escolar y dejo su saco en el perchero junto a la puerta. Miro el correo y paso las cartas entre sus manos, su mirada plateada recallo sobre un sobre blanco.

–Papá…- susurro, su mirada se torno triste y nostalgica, generalmente se hubiera emocionado y hubiera abierto el sobre, pero sabia lo que contenia… un cheque con le dinero susficiente para los gastos mensuales de el y su hermano. Miro el reloj de la sala, su hermano probablemente estaria trabajando en la librería del señor Fay, Edward habia conseguido un trabajo de medio tiempo alli; sonrio al tiempo que se dirigia a la cocina para preparar la comida para el y su hermano. Realmente no entendia muy bien porque su hermano habia conseguido un trabajo, su padre los mantenia, el les pagaba el departamento, la escuela y les mandaba dinero para gastos mensuales, pero aun así Ed habia insistido en conseguir un trabajo para poder costear los gastos personales de ambos, aunque en realidad su Nii-san usaba ese dinero para comprarle a Al qualquier cosa que necesitara, Alpohonse no le gustaba que su hermano gastara dinero en el, procuraba gastar solo lo necesario y si necesitaba algo para la escuela procuraba que fuera del dinero de su padre, aunque eso molestaba más a Ed. El telefono lo saco de sus pensamientos y corrio hacia la sala para levantar el aparato.

–Nihao! habla Alphonse- Su rostro cambio a uno de alegria cuando escuchaba la voz del otro lado de la bocina. –Chiasto! Que sorpresa que me llames a esta hora, ¿no estabas en practica de piano?- Comenzo a caminar a la pequeña escalera junto a la sala de estar. –Ah… Ya veo…- dijo con un tono burlon, mientras subia por la escalera que no poseia más de 30 escalones. –Jaja! Disculpame, tienes razón, creo que el que se te hayan olvidado tus piesas no es gracioso.- Se recargo en un pequeño barandal viendo el resto de su departamento. –No, acabo de llegar y tengo que preparar la cena para cuando llege mi Nii-san- Dio la vuelta para dirigirse hacia su habitación. –Eh?!?!?- un rubor cubrio sus rostro. –NO!, no es eso, lo que pasa es que… que… pues, yo… yo soy e.. el que prepara la comida, ademas de que mi hermano esta trabajando…- 

-Me alegra que estas trabajando Edward!- dijo afable un señor rubio de ojos azules. 

-Que?!?!... Ah!... Si señor Fay… para eso vengo ¿no?- dijo mientras colocaba un libro en uno de los estantes de la librería donde trabajaba. 

-Si… supongo…- El señor rubio miro al joven que seguia acomodando libros en los estantes. –En verdad eres muy buen empleado Edward… aunque aveces flogeas y te distraes.- 

-Yo…- Ed desvio la mirada hacia su reloj. –Sera mejor que me vaya, Al me espera…- dijo bajando de un salto de la escalera en la que estaba parado. 

-De acuerdo… nos vemos mañana…- Le sonrió. 

-Ah! Señor Fay, ¿tiene el libro que le encarge?- 

-Si, si, acaba de llegar esta mañana… toma- dijo pasandole un libro con la cubierta café opaco y diferentes simbolos. 

-Gracias, en verdad se lo agradezco- Metio su mano en su bolsillo para sacar su billetera. 

-No, es un regalo… por ser tan buen empleado.- El rubio lo miro con cierta desconfianza a lo que el señor rió. –No, no te preocupes, todavia te pagare…- miro el libro. –Nunca pense que te gustara estudiar la alquimia.- El rubio lo miro con extrañeza. –Se que que la practicas, pero nunca pense que fueras del tipo que lee extensos libros de alquimia.- El rubio se dirigio hacia la salida. 

-No es para mi, es para Al… Le gusta mucho leer y sobre todo libros de alquimia…- -Se que en verdad lo cuidas y lo quieres.- sonrió. Con toda mi alma. –Hasta mañana señor Fay- dijo antes de salir del lugar y subirse a su coche.   

-Rayos!!!- maldijo por quinta vez viendo nuevamente el reloj. –No me di cuenta de todo el tiempo que estuve hablando con ella.- Revolvia el guiso con rapidez. –No debe tardar en llegar y todavia no acabo de…- 

-Hola Al!!!- Saludo una voz que abria la puerta del departamento. 

-Hermano!!!!!- El castaño se sobresalto lo que provoco que la cuchara junto con todo el salero se undieran en el giso. –Oh… No…- dijo con la vista en el platillo arruniado. 

-Que sucede Al?- pregunto entrando a la cocina y viendo el semblante de preocupación de su hermano. 

-Yo… em… creo… que… arruine la comida…- dijo agachando la cabeza. 

-No te preocupes Al- le dedico una sonrisa que ruborizo al castaño. –¿Por qué no pides algo?- miro el gusio. –Aunque si es una lastima, en verdad me gusta mucho tu comida.- El castaño se ruborizo aun más. –Pero los accidentes ocurren…- 

-Listo!- cologo el telefeno 10 minutos despues. –El del restauran dice que estaran aquí en 20 minutos.- Continuó el castaño al tiempo que se sentaba en una de las sillas del pequeño comedor anexado a la cocina, para quedar frente a su hermano. 

-Bien… pero mientras esperamos, dime… ¿Cómo te fue hoy?- 

-Bie… bien…- dijo agachando la cabeza para ocultar el rubor que le provocaba la calida mirada ambarina. –y… a ti…?- 

-Nah…- dijo con fastidio al tiempo que se recargaba pesadamente en el respaldo de la silla. –Lo de siempre, pero mira…- le entrego el libro que le habia dado el señor Fay. 

Los ojos del menor destellarón de emoción. –Cielos!!! Es… es… es…- Al no podia hablar de la emoción. 

-El libro que tanto querias… te lo traje.- El rubio sonrio ampliamente. 

-Gracias, Nii-san… No tenias por que…- -Pero quise hacerlo- -Yo… no se como agradecerte- 

-No tienes que acerlo… con que te haya gustado me basta.-

-Me encanto, gracias hermano.- Dijo el castaño colocando el libro sobre la mesa. 

-Me alegro…- Estiro su mano para colocarla sobre la de su hermanito y acariciarla tiernamente. –Con que seas feliz es más que suficiente…- Las mejillas del menor se volvieron de un flamante rojo por lo que el castaño desvio la mirada. Sentir la calidez de la mano de Ed sobre la suyo le agradaba, quiza le agradaba demasiado.

No te emociones Alphonse, el lo hace solo como cariño fraternal, nada más… pensaba el menor sin mover su mano de lugar. Edward miro a su hermanito con atención recordando lo que le habia dicho Winry. Era bastante cierto, quiza no se habia dado cuenta antes, Al era un joven de 15 años, delgado, pero no demasiado, cuerpo bien formado, una piel blanca y suave, su rostro era fino y realmente hermoso, su cabello caramelo amarrado en una cloeta y los ligeros mechones que caian sobre su rostro contrastaban la belleza del menor, sus ojos plateados grandes que mostraban dulcura, ternura, inocencia, sus labios rosados eran finos y delgados, un aire de inocencia rodeaba a Alphonse, Edward observo el rubor del castaño que iba deliniando el cuello, las mejillas hasta llegar a las orejas dandole un aspecto delicado y tierno. Era la primera vez que Ed lo notaba pero su hermanito lucia realmente lindo cuando se ruborizaba. El sonido del timbre saco al mayor de sus pensamientos y se le levanto al tiempo que soltba la mano de su hermanito.

–Ya voy!!!- dijo tomando su billetera y dirigiendose hacia la entrada del edificio para recibir el pedido. Alphonse suspiro con cierto alivio, se ponia realmente nervioso cuando estaba demasiado cerca de su hermano, pero a una parte de el, relmente le gusto.   

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-No es justo!- rió la chica. 

-Eres muy lenta, Chiasto!- el chico esperaba a la joven de ojos verde recargado en una esquina de la calle. 

-Tu hisiste trampa!- Chiasto lo miro a los ojos. 

-Eso no es cierto…- Se cruzo de brazos. –Tu eres muuuuy lenta…- 

-Que tramposo eres Al… Es la ultima vez que te pido que me acompañes a mi casa- rió. 

-Vamos, no te enojes, tu fuiste la que propuso una carrera- La chica solo se dio la vuelta y lo miro de reojo.

–Pero hiciste trampa- El castaño sonrio y busco algo en su maletin escolar y se lo dio a su amiga.

–¿Qué es esto?- cuestionó tomando una hoja blanca con el dibujo de un canario posado en la rama de un árbol. Era realmente esplendido. –Es… para mi?- 

-Si, espero que te guste- Sonrió 

-Me encanta!- abrazo a su amigo. –Es hermos, Al, realmente eres muy bueno dibujando!- El castaño se ruborizo.

–G…Gracias- Los ojos verdes observaron el rubor. 

-No tienes por que apenarte- agrego burlonamente. –Aunque te ves lindo cuando te sonrojas.- El rubor se acentuo en el blanquisco rostro de Alphonse. –Me gustaria verte cuando estas con tu hermano, alli si que debes poner rojo- rió burlona. El castaño sentia toda su sangre en su cabeza al tiempo que su rostro tomaba un tono tan rojo que cualquiera que hubiera pasado por allí hubiera pensado que tenia fiebre.

–Yo..Yo…yo…- No lo lograba formular frases. 

-Hasta manñana Al!- dijo la joven de cabello color miel agitando su mano al tiempo que doblaba por una esquina para desaparecer de la vista. 

El menor de los Elric suspiro con alivio; Chiasto era su mejor amiga, pero aveces le gustaba molestarlo. Comenzo a caminar por el parque rumbo a su casa. Sonrió al recordar todas las cosas que habia compartido con su amiga, realmente era la mejor amiga que ha tenido, siempre atenta y dispuesta a ayudarlo y apoyarlo, tenian tanto en comun, quizá por eso confiaba plenamente en ella y le habia confiado su secreto más grande, el secreto que cuidaba como una fiera, que lo lastima, que lo hace sufrir, los sentimientos por su hermano; ella era la unica que lo sabia, no se lo habia dicho antes porque tenia miedo al rechazo, a quedarse solo, sin amigos, pero ella lo unico que hizo en cuanto se lo confezo fue abrazarlo y decirle que ella siempre lo apoyaria, en lo que fuera, esa fue la primera vez que lloró frente a alguien, lloró en los brazós de su amiga, desaogando el dolor del sentimiento proibido y no correspondido; se habia sentido mejor ese día, por fin tenia a alguien que lo escuchara, que le diera consejo, que lo apoyara en eso.  

El sonido de la campana de la torre del reloj lo saco de sus pensamientos, las 5 en punto. Habia accedido a acompañar a su amiga hacia su casa para poder platicar con más comodidad, ademas de que en verdad disfrutaba las conversaciones con ella. Agradecio mentalmente que su hermano tuviera que trabajar hasta tarde y asi poder llegar y prepar la cena. 

-Vaya, vaya… mira lo que encontamos- una voz sono detrás del castaño provocando que se volteara. 

-Mamotaru?!?- el menor de los Elric miro a su compañero y a los otros 2 que lo acompañaban. –Que.. ¿Qué hacen aquí?- pregunto un tanto nervioso, nunca se habia llevado bien con esos 3, pero sobre todo Mamotaru, solian molestarlo, algo que el chico procuraba evitar o ignorar. 

-Me entere que andas detrás de mi chica…- dijo acercandose amenazadoramente al nervioso castaño. 

-No!- respondio rapidamente. –Yo… yo jamas le he dicho o hecho algo a Maya… so… solo compartimos escritorio en clase de Leyes, eso es todo.- Al comenzó a caminar hacia atrás con miedo. 

-Pues me dijerón que estuviste muy cerca, demasiado cerca de ella ayer- lo miro con desprecio reflejado en sus ojos. 

-NO!!! yo… yo… seria incapaz de acercarme a ella…- Al buscaba desesperadamente una salida pero entre Mamotaru y sus acompañantes lo rodearon. 

-Yo diria que compartieron mas que escritorio, Mamo…- dijo uno de sus acompañantes. 

-Nunca!- dijo el castaño que solo veia a los tres acercarse. 

-Pues vamos a asegurarnnos de que nunca lo hagas.- Continuó Mamoru estando a ya pocos centimentros del castaño. 

-Tenemos que asegurarnos que lo hagas, Acero.- Las palabras del comandante sonaban en su cabeza como un molesto mosquito. Maldijo en el silencio de la tienda, ese día no abria, pero aprovechab para adelantar trabajo. –Edward Elric, alquimista de prostigio, a meses de cumplir los 18 años…- murmuro para sí en voz baja. -…obligado a asistir a preparatoria y tarbajar en una librería…- agrego con molestia al tiempo que colocaba otro libro en la repisa. ....

Continuara....

Notas finales:

Espero que lo esten disfrutando... porfavor dejen reviews!!!

*Silver Wolf^*


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