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UNA DURA LECCION por nurikosan

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 Amanece una vez más en el Santuario. Las guerras entre los dioses hace tiempo que han terminado, por lo que los caballeros viven tranquilamente dedicándose a sus aficiones y quehaceres diarios, aunque algunos de ellos se dedican exclusivamente a divertirse. Entre estos últimos destaca Milo, quien se pasa las noches en los distintos locales de alterne del pueblo, bebiendo y bailando, para acabar la mayoría de las noches entre los brazos, aunque sería más correcto decir entre las piernas, de hermosos jóvenes de ambos sexos.Esa mañana alguien inesperado llega al lugar sorprendiendo a todos sus habitantes. El primero en recibirle es Mu quien tarda unos largos minutos en reaccionar al verle.- Mu, ¿quieres preguntarle a tu maestro si soy bienvenido o no? No me apetece estar todo el día bajo el sol delante de tu puerta.- Claro, lo siento.. un momento por favor.Mu cierra los ojos y telepáticamente se pone en contacto con Shion, produciendo un gran sobresalto en este al escuchar en su mente sus mudas palabras.- ¿Estas seguro de que es él Mu? – pregunta el peliverde de la misma manera, sentándose de golpe en la cama y despertando con ese acto a Dokho.- Si maestro, no hay ninguna duda. ¿Qué debo decirle?- Dile que puede pasar, a fin de cuentas no podemos prohibirle el paso a un dios, no antes de saber que es lo que quiere realmente.Mu asiente en silencio abriendo al mismo tiempo los ojos para enfocarlos en el inesperado visitante.- El Patriarca dice que sois bienvenido al Santuario. Adelante por favor, os esta esperando en sus aposentos.- Gracias Mu. Ha sido un placer volver a verte. ¿Tendré algún problema con los demás en mi ascenso?- No, no os preocupéis. Nadie os impedirá el paso.Hades asiente con la cabeza y comienza a subir lentamente las escaleras en dirección a la mansión del Patriarca. En su ascenso atraviesa las distintas casas una a una, saludando a sus sorprendidos moradores que no saben como reaccionar ante esa insólita visita. Al llegar a la casa del escorpión se detiene en el umbral dudando unos segundos en atravesarla, ya que no detecta la presencia de su dueño. Por fin se decide a atravesarla con un encogimiento de hombros. Después de un rato llega al final de la escalera donde le espera la guardia de Shion para llevarle a presencia de este y su amante.- Adelante – dice Shion levantándose de la mesa donde esta desayunando junto a Dokho.- He ordenado que sirvan un desayuno más para ti, espero que aceptes acompañarnos.- Claro, será un placer. La ascensión me ha abierto el apetito. Hola Dokho, veo que no habéis perdido el tiempo en esta nueva oportunidad.- En efecto, – responde el dorado- pero no creo que hayas venido para hablar de nuestra relación. ¿Qué es lo que quieres Hades?- Vamos Dokho – tercia Shion tratando de calmarle con una dulce mirada- Estoy seguro que Hades no ha venido con ánimo beligerante.- Así es – responde el dios-, solo quería pasar una temporada fuera del Inframundo. Mis jueces se ocupan de que todo funcione perfectamente y Persefone ha decidido no volver a mi lado. Entre nosotros, nunca me he perdonado por apartarla de ese modo de su madre. Pero volviendo al motivo de mi visita, es algo tan simple y tan humano a la vez... me aburría mortalmente. No me miréis con esa expresión de incredulidad porque es la verdad. Estaba tan aburrido que se me ocurrió la idea de visitar a mi hermano y sobrina. Y por lo que veo, ella no esta aquí.- Así es – responde un Shion totalmente sorprendido- Atenea no vive aquí, prefiere hacerlo en la mansión de Japón junto a sus guardianes.- Lástima, me hubiera gustado verla de nuevo y a esos muchachos también. Seguro que me hubiera divertido mucho con Seiya... – se queda unos momentos pensativo mordisqueando una tostada con mermelada de frambuesa para volverse hacia Shion nuevamente- Oye Shion, ya que estoy aquí ¿podría quedarme un par de semanas como tu invitado? - ¿Mi invitado? ¿Aquí?- Si, si no es molestia. Así no desperdiciaría el viaje.- Pues... claro, no hay problema. Los criados te llevaran a tu habitación. Si necesitas algo no dudes en pedirlo.- Muchas gracias – responde alegremente levantándose con una gran sonrisa- Si no te importa, me gustaría retirarme ahora para poder darme un ducha y descansar del viaje.- ¿Descansar del viaje? – pregunta Dokho intrigado.- Si, he decidido que ya que me voy a mover entre mortales lo mejor sería comportarme como ellos. Así que he hecho el viaje desde Alemania en tren. – Se acerca a ellos para susurrarles sus siguientes palabras- No me gustan los aviones, no me fío de ellos. Si he de volar prefiero teletransportarme con mi poder.Con una agradable sonrisa se despide de ambos y se dirige hacia el criado que le esta esperando en la puerta para seguirle hasta sus habitaciones.- ¿Has creído lo que ha dicho? – pregunta Dokho a Shion que aún sigue en pie.- Sinceramente no lo se. Nunca hubiera imaginado que alguien como Hades pudiera aburrirse. Pero sea verdad o no, tenemos que atenderle como se merece, al menos hasta que haga algo que no nos guste.- Supongo que tienes razón, pero no me apetece nada estar cerca de él, así que... ¿por qué no nos mudamos a mi casa mientras dure su estancia entre nosotros?- Por mucho que me apetezca esa idea no puedo hacerlo. Soy el Patriarca y eso lleva la obligación de atender personalmente a los huéspedes importantes. Si deseas dejar de venir mientras él este aquí lo entenderé perfectamente.- Nada puede apartarme de ti Shion, ni siquiera el mismísimo Hades con todo su poder.El Patriarca sonríe feliz por ese último comentario y acercándose al dorado le besa hasta quedarse sin aire.- Te quiero Dokho – le susurra antes de separarse con una traviesa y sensual caricia en su pecho.Dokho responde con una luminosa sonrisa y le observa desaparecer por la puerta para volver su atención al desayuno. Mientras, Shion se dirige a sus aposentos para darse una ducha y dar las ordenes oportunas para que nadie moleste a Hades y obedezcan sus más mínimos deseos, pero también para que no le pierdan de vista en ningún momento. A continuación se encamina con un suspiro de fastidio a su despacho para revisar y firmar una enorme montaña de papeles que esta esperándole sobre el escritorio.En el Santuario todos los dorados están hablando de los motivos que han podido llevar a Hades hasta allí. A uno de los muchos corrillos formados se acerca Milo que acaba de llegar de una de sus juergas nocturnas. - ¿He escuchado bien? – pregunta con los ojos bien abiertos- ¿Hades ha venido?- No solo ha venido, - responde Shura- sino que se ha quedado en la mansión de Shion. Por lo visto estará una temporada entre nosotros.- ¿Y sabemos a que debemos su augusta presencia?- Ni idea Milo, Shion no ha dicho nada oficialmente...- Y no creo que lo haga – interrumpe Shaka- Solo ha dado ordenes a los criados de que le obedezcan en todo y a nosotros que estemos en guardia y no le perdamos de vista, pero eso si, siempre sin ofenderle.- Vigilar a Hades... – murmura Milo pensativamente- Me gusta esa idea. Chicos, yo me ocupare de ello.- ¿Tú? – preguntan al unísono Shura y Shaka.- Si yo, ¿por qué os extrañáis tanto? Será muy divertido y además, tenéis que reconocer que Hades es un tipo muy... apetecible.- ¿Apetecible? – dice un escandalizado Shaka- ¿No pensarás llevártelo a la cama?- Pues para ser sincero... no me importaría nada. Yo no soy un remilgado como tú, rubito.- ¡Yo no soy remilgado! – exclama ofendido Shaka- Es solo que no soy tan libertino como tú...- Claro, claro – le interrumpe Milo-tú te reservas para el amor de tu vida, un amor que nunca vas a tener.- ¡Eso no es cierto! Ikki me pidió un tiempo y...- Y tú educadamente se lo has dado, ¡despierta ya, Shaka! Si el Fénix sintiera algo por ti, hace mucho que habría volado a tu nido. Harías mejor en aceptar que él solo tiene ojos para otro rubio procedente de Siberia.Shaka no dice nada, simplemente se da media vuelta con la cabeza bien alta y se dirige a su casa para encerrarse en ella con su dolor.- Has sido muy duro con él Milo. Sabes que esta locamente enamorado de Ikki.- Y por eso es necesario que alguien le abra los ojos. Shura por mucho que le duela debemos hacerle ver la realidad.- Supongo que tienes razón, pero no hay porque hacerlo tan bruscamente.Milo le mira en silencio unos minutos y encogiéndose de hombros se aleja de el moreno en dirección a su casa. Una vez en ella se da una revitalizante ducha, toma un fuerte desayuno y poniéndose su mejor ropa se dirige a la mansión del Patriarca.- Hola Shion – saluda a este cuando es conducido a su presencia-. He oído que tienes un huésped importante y que necesitas de alguien que le... escolte.- Las noticias vuelan rápidas – responde el peliverde dejando la pluma sobre la mesa y recostándose en la silla- ¿Y puedo saber que tiene eso que ver con tu visita?- Bueno, he pensado que podría ocuparme de él personalmente.- ¿En serio? ¿Y qué pasara con tus continuas juergas?- Puedo llevarle conmigo, seguro que se divierte.- ¿Hades en una juerga?- ¿Por qué te extraña tanto? ¿Acaso no raptó a Persefone en un ataque pasional? En el pueblo hay mozas muy hermosas que estarían encantadas de calentarle la cama- Algo me dice que voy a arrepentirme de esta decisión, pero ya que eres el único dispuesto a estar con él adelante. Pero Milo, si le ofendes de alguna manera, si tengo la más mínima queja suya sobre ti yo mismo me encargare de azotarte hasta despellejarte.- No te preocupes, todo ira de perlas entre los dos. Guiñándole un ojo divertido y sin esperar a su permiso para salir se levanta y sale del despacho en busca del dios oscuro. Después de preguntar a los criados llama a su puerta y mientras espera a recibir permiso para pasar se acomoda la ropa abriéndose un botón más de su camisa.- Buenos días Hades – exclama una vez esta en el interior de la habitación- el Patriarca me ha designado para ser tu guía y hacer que tu estancia entre nosotros sea lo más placentera posible.Hades le mira de arriba abajo sonriendo enigmáticamente unos minutos para acercarse al dorado lentamente.- Así que tú serás mi guía... interesante. Imaginaba que Shion me pondría un perro guardián, pero nunca hubiera pensado en ti como tal.- ¿Y por qué no? ¿Acaso no me consideras digno de acompañarte?- No es eso Milo, es que esperaba a alguien más serio, más responsable.- Yo soy responsable – le dice acercándose más al dios.- No es eso lo que he oído de ti.- ¿Y qué es lo que has escuchado sobre mi, Hades?- Muchas cosas Milo, algunas buenas y otras malas, pero desde luego nunca que fueras responsable.- Pues siento desilusionarte, pero lo soy, aunque debo reconocer que en contadas ocasiones.- ¿Y esta es una de esas escasas ocasiones?- Sinceramente no lo se, podría ser... pero lo que si te aseguro es que conmigo no te vas a aburrir como harías con Shaka o con Aioria.- De eso último si que estoy seguro. Muy bien Milo, tú ganas, serás mi guía y mi perro guardián.- Estupendo, y ahora que hemos llegado a un acuerdo, ¿qué tal si te mudas a mi humilde morada?- ¿Y por qué habría de cambiar estos cómodos aposentos por una simple habitación de invitados?- Porque será mucho más práctico para ambos estar juntos en la misma casa, que no tener que ir de arriba para abajo. Créeme Hades, cuando subes y bajas todas estas escaleras varias veces al día quedas agotado.- De acuerdo – le dice después de meditar su propuesta unos breves segundos- Me mudo a tu casa, después de todo a Dokho no le hace mucha gracia tenerme aquí, aunque no puedo reprochárselo.Hades rápidamente guarda las pocas cosas que ha sacado de su equipaje y con una seña indica a Milo que las coja e inicie la marcha. El escorpión frunce el ceño brevemente, pues en su oferta no entraba el servirle como criado, pero por esta vez se lo pasará. Cuando estén en su casa aclarara debidamente ese punto. Con un imperceptible gruñido de disgusto coge ambas maletas y comienza a desandar el camino que le ha llevado hasta allí. Al hacerlo pasan a ver a Shion para informarle del nuevo cambio de alojamiento del dios brevemente, para continuar con su descenso.- Bien – dice Milo abriendo la puerta de par en par y cediéndole el paso a Hades- estas en tu casa. - Bastante desordenada y sucia.- No sabía que fueras tan remilgado – protesta Milo yendo directamente a la que será la habitación del dios para dejar las maletas en el suelo de cualquier modo- Escucha Hades, mi trabajo consiste en entretenerte y enseñarte las atracciones del pueblo, no en ser tu criado. Si quieres limpieza tendrás que hacerla tú mismo. Para mí esta bien así.- ¿Y la cocina? ¿Tampoco piensas ocuparte de la comida?- Si no eres de paladar exigente no hay problema. No me gusta cocinar, así que solo hago platos sencillos, y a ser posibles únicos. - Creo que debí quedarme en la mansión de Shion. Pero bueno, lo tomare como una experiencia más. Milo me ocupare de la limpieza pero tú vas a ayudarme.- Ni lo sueñes Hades.- Ooh, claro que lo harás. Recuerda quien soy jovencito.- ¿Jovencito? ¿Quién es un jovencito?- ¡Tú eres el jovencito! Yo existo desde hace miles de años. Y por tu bien te aconsejo que te cambies de ropa y comiences a sacar todos los útiles de limpieza.- ¡No pienso hacer semejante cosa! – exclama cruzándose de brazos tercamente- No soy tu criado.Hades le mira divertido ante su infantil desafío unos segundos, para a continuación fruncir el ceño cerrando los ojos. Sonríe ampliamente cuando escucha los gritos llenos de sorpresa e ira de Milo.- ¡Bájame ahora mismo! – grita el dorado desde la altura máxima que permite su casa- ¡Maldito seas Hades! ¡Bájame!- Lo haré cuando te comprometas a limpiar esta... cuadra. - No pienso hacerlo.Hades en vez de contestar se limita a girar su dedo índice en círculos provocando que el escorpión comience a girar en lo alto a rápida velocidad.- ¡Basta! – grita tratando de aferrarse a la lámpara de techo- ¡Lo haré! ¡Limpiaré la casa! Hades asiente satisfecho y descendiendo la mano muy lentamente hace que Milo se pose delicadamente cuan largo es en el suelo.- ¿Ves como con un poco de colaboración no es tan difícil? Mientras te ocupas de la limpieza desharé las maletas, para después dormir un poco. Por favor, te agradecería que no hicieras mucho ruido cuando entres a mi habitación.Sin una palabra más cruza la puerta de su cuarto para ocuparse de colocar su ropa en un armario que previamente ha limpiado de polvo con un simple chasquido de dedos. Milo que lo esta mirando desde fuera siente como su sangre hierve con ese simple gesto.- ¡Maldito Hades! – murmura para sí mientras comienza a barrer toda la casa- Puede hacer que esto reluzca como el oro con un chasquido de dedos, pero en vez de eso me hace trabajar como un esclavo. ¿Quién me mandaría presentarme voluntario para vigilarle? Claro, que esta me la paga. Dios o no pienso tomarme la revancha, vaya que si.Hades termina de colgar impecablemente su ropa en el armario, para repetir el gesto de sus dedos con la cama. Se desnuda sin preocuparse por cerrar la puerta y se mete en la cama. Al hacerlo de reojo, ve a un Milo totalmente absorto en la contemplación de su cuerpo, por lo que retrasa unos breves segundos el cubrirse con la ropa de cama, al tiempo que lanza una rápida mirada llena de sensualidad al escorpión. Este traga saliva lentamente y da un vacilante paso para adentrarse en la alcoba cuando siente que pierde el contacto con el suelo, por lo que parpadeando repetidas veces vuelve a la realidad de su trabajo doméstico.Milo se pasa el resto del día poniendo en orden la casa, sorprendiéndose a si mismo de todas las tareas que tenía pendiente: barrer el suelo, limpiar el polvo, poner la lavadora, fregar una pila de cacharros sucios en la cocina, mudar y hacer su propia cama... Por último se ocupa en un completo silencio de la habitación de Hades, pero antes de salir una vez ha terminado, se acerca a la cama y muy despacio tira de las sábanas hacia atrás para contemplar el perfecto cuerpo del dios rodeado de su negro cabello.- ¿Has perdido algo en mi cama, Milo? – pregunta el moreno abriendo un ojo.- No, no... – responde el dorado soltando las sábanas y retrocediendo algo asustado- Es solo que... aaahhhh... bueno... ya esta todo limpio. - Muchas gracias Milo. Ahora si no te importa me gustaría seguir durmiendo. Por favor cierra la puerta cuando salgas.Milo obedece al instante para dejarse caer en el sofá del salón y quedarse inmediatamente dormido con la imagen de Hades desnudo sobre la cama dando vueltas en su mente. Al cabo de lo que a él le parece una eternidad, y que en realidad solo han sido varias horas, es sacudido violentamente haciendo que se despierte, desorientado al principio pero inmediatamente se centra al ver los profundos ojos del dios sobre él.- ¿Qué ocurre Hades? ¿Qué hora es? – pregunta sentándose en el sofá y frotándose los ojos.- Es medio día – contesta el dios- Y tengo hambre, me preguntaba que hay de comer.- Comida... lo siento me quede dormido y no he preparado nada. ¿Quieres que bajemos al pueblo a comer?- ¿Hay buenos restaurantes? Te advierto que no me conformo con cualquier cosa.- ¿Buenos? ¡Son excelentes! Además los hay especializados en comidas de diversos países. - Muy bien, tú ganas, vamos a uno francés.Milo se levanta de un salto y al cabo de unos minutos en su cuarto sale cambiado de ropa y con el cabello impecablemente cepillado y limpio para encabezar la marcha al pueblo. Cuando llegan se dirigen al restaurante francés donde encuentran sentados en una mesa a Camus e Isaack.- Hola Isaack – saluda el escorpión al pasar por su lado- No sabía que estuvieras por aquí.- Solo he venido a petición de Camus, quería hablar conmigo sobre algo determinado.Tanto el dios como el caballero se despiden educadamente dejando al maestro y su discípulo solos con su charla, para sentarse en el otro extremo del restaurante. Después de un vistazo a la carta, Hades llama al camarero y ordena los mismos platos para ambos, sin dar opción a una mínima replica por parte de Milo. En pocos minutos son servidos y comienzan a comer en silencio. De vez en cuando Hades mueve la cabeza satisfactoriamente, dando a entender con ese gesto que la comida es exquisita. Después de un café salen a la calle para dar un paseo por el pueblo.- Milo, ¿qué vamos a hacer esta noche?- ¿Esta noche? Pensaba que querías dormir.- ¿Dormir? Nooo, estoy de vacaciones, he venido para divertirme, querido niño, y eso es lo que voy a hacer. Así que ¿alguna sugerencia?- ¡No me llames niño! – protesta Milo rojo de furia- No soy un niño. Y en cuanto a la sugerencia, depende de lo que entiendas por diversión.- Hmmm... bebida, música, buena comida, chicas dulces y complacientes... ya sabes, lo de siempre.- Muy bien, iremos a un local que suelo frecuentar con bastante asiduidad. Las chicas son muy hermosas y muy obedientes.- Suena interesante, me gusta. ¿Qué haremos hasta entonces?- No se... ¿qué te apetece?- Déjame pensar... ¿hay algún lago o piscina natural para darnos un chapuzón?- Si, claro que lo hay, pero tendremos que pasar por casa a recoger los bañadores...- ¿Bañadores? No pensaba que fueras tan vergonzoso querido Milo. Yo no necesito semejante prenda.Milo le mira totalmente incrédulo, no puede creer que el mismísimo Hades le este invitando a darse un baño con él en pelota picada. Pero la incredulidad desaparece inmediatamente al recordar la imagen de su cuerpo, así que asiente antes de que el dios pueda cambiar de opinión. Retoma el lugar en la cabecera de la marcha y en poco menos de una hora llegan a una piscina escondida en un frondoso bosque. - ¿Te gusta? – pregunta el dorado mirando ansiosamente al dios.- Si, es un lugar discreto y hermoso. Sin decir nada más Hades se desnuda por completo y se lanza al agua para hundirse bajo ella unos minutos. Al cabo de los mismos asoma la cabeza sobre el agua, en el centro de la piscina, para mirar a Milo que aún permanece en la orilla.- ¿No quieres bañarte conmigo?Milo no contesta, solo se limita a desnudarse con manos temblorosas y meterse al agua para nadar hasta el dios. Una vez a su lado se acerca y cogiendo uno de los oscuros mechones que flotan en el agua llevarlo a sus labios y besarlo delicadamente ante la atenta mirada de Hades. Este sonríe satisfecho por semejante acto y sin mediar palabra se acerca todo lo que puede al dorado, para devorar sus labios al tiempo que comienza a masturbarle.Milo cierra los ojos rodeando con los brazos el hermoso cuerpo de Hades, gimiendo con las caricias que le prodiga en su erguido pene. Al cabo de un rato echa la cabeza hacia atrás lanzando un grito de placer al tiempo que explota en la mano de Hades. Este, aún en silencio, se aleja de él para nadar en el agua libremente. Sumergiéndose en la misma de vez en cuando, pero siempre sin prestar la más mínima atención al dorado.- Hades, ¿por qué lo has hecho? – pregunta desconcertado por la actitud del dios hacia él.- Primero me masturbas y ahora es como si no existiese, ¿por qué?- Vamos, vamos no es para tanto Milo. Solo ha sido una pequeña compensación por tus esfuerzos en arreglar la casa. Nada más que eso.El dorado se queda totalmente desilusionado por semejante respuesta. Desilusión que se muestra a las claras en su semblante, por lo que siendo consciente de ello, decide sumergirse en el agua hasta que sus pulmones le obligan a salir para tomar aire.Al cabo de un largo rato Hades sale del agua y se tumba sobre la hierba, entre sol y sombra, para secarse al aire y dormitar placidamente.- Esto es maravilloso – murmura aspirando el fragante aroma de las flores- Ahora comprendo la tristeza de Persefone cuando la obligué a permanecer en mis dominios. Allí el calor es sofocante, no hay flores, los lagos son de aguas en continua ebullición...  y el cielo siempre es oscuro, sin ese azul brillante y limpio que tiene el vuestro... ¡Aaahhhh Milo me encanta vuestro mundo!El escorpión no responde, solo puede contemplar en silencio y totalmente embelesado el cuerpo del dios. No entiende que le pasa, nunca ha sentido algo así. En su joven vida ha conocido cientos de amantes de ambos sexos, algunos más hermosos que el dios, pero después de quedar satisfecho no volvía a pensar en ellos ni a buscarlos, sin embargo ahora es totalmente incapaz de separarse de Hades. Incluso la furia que sentía por haberle obligado a limpiar la casa había desaparecido cediendo su lugar a algo más cálido, algo que le da miedo reconocer y que desesperadamente busca el modo de apagar.A media tarde Hades se despereza y se viste para mirar divertido a su acompañante indicándole que se levante.- Bien querido guardián, ¿qué sigue ahora?- Lo que desees, ya sabes que solo tengo que complacerte... y vigilar que no te metas en líos.- Jajajaja, no me meteré, estoy de vacaciones.Desandan el camino de vuelta al pueblo y deciden pasar el resto de la tarde viendo las pequeñas tiendas de ropa que hay en el mismo. Hades esta encantado con las vistosas y frescas prendas de lino y algodón que encuentra en ellas, por lo que compra un montón en cada tienda, obligando con ello al pobre Milo a ir cargado con un sinfín de bolsas y paquetes.  - Milo, lleva todo eso a la casa mientras te espero cómodamente sentado en esta terraza tomando una jarra helada de cerveza.- ¿Por qué yo? – exclama irritado- Ya te he dicho que no soy tu criado. Da unas monedas a cualquier chiquillo y las llevará a la casa.- Pero niño, no te enfades, anda se bueno y quizás... solo quizás te compense nuevamente por tus esfuerzos.Milo le mira enfadado, pero el recuerdo de las blancas manos del dios en su cuerpo le hace dar media vuelta y enfilar a la casa, no sin decirse a si mismo que es un completo idiota por obedecer sumisamente. Por el camino se encuentra a Shaka que sale de su casa para bajar al pueblo.- Parece que el vigilar a Hades no te esta resultando tan gratificante como esperabas.- ¿Y tú que sabrás? – contesta desabrido Milo deteniendo su agotadora ascensión.- Tienes razón, no se nada a excepción de lo que mis ojos ven. Y estos me dicen que para el dios solo eres un vulgar criado y no un futuro amante.Milo suelta las bolsas de golpe y sin pensarlo golpea fuertemente a un sorprendido Shaka que solo se limita a llevarse los dedos al labio para cortar la pequeña hemorragia.- He tenido que dar muy cerca de la diana para que reacciones así. Aunque quizás solo te lo estés ganando con estas pequeñas “atenciones” hacia él. ¿Te ha prometido meterse en tu cama a cambio de que seas su criado? Si es así, solo me queda decirte que me has decepcionado, imaginaba que te vendías más caro.Sin decir nada más el rubio continua su descenso hacia el pueblo sonriendo por esa pequeña victoria sobre su compañero de armas. Mientras, Milo permanece quieto unos minutos más, dominando la cólera que le embarga para, una vez tranquilizado recoger las malditas bolsas y llevarlas a la casa. - Hades, maldito seas – murmura dando un puñetazo a la pared de su casa- Me has hechizado de alguna manera, pero te obligare a liberarme.Después de un pequeño descanso y una lata de cerveza vuelve al lado del dios encontrándole teniendo una animada charla con Sheena. Al verlos se detiene en seco siendo presa de un fuerte ataque de celos, y sin poder controlarse, se acerca a ellos para sentarse al otro lado del dios y beber de su jarra en un claro mensaje a la muchacha.- Milo, ¿acaso te he dado permiso para beber de mi jarra?- No, pero estoy sediento después de haber subido tus malditas compras a casa y volver a bajar. Así que considéralo una compensación por el esfuerzo realizado.- Será mejor que me vaya – interviene Sheena educadamente- Es hora del entrenamiento de las aprendices. Ha sido un placer Hades, espero verte esta noche en la fiesta.- Allí estaré, preciosa damisela – responde el dios levantándose y llevándose la mano que la chica le tiende a los labios para depositar en su dorso un delicado beso.-¿Por qué has hecho eso? – pregunta enfadado Milo cuando la amazona ha desaparecido- ¿Y a que fiesta se refiere?El dios no responde, sino que se limita a bostezar ostentosamente para llamar al camarero y pedirle una nueva jarra para él, pasando a continuación la que tenía al dorado.- Eres mortalmente aburrido Milo – le dice poniéndose unas oscuras gafas de sol- Ya que tienes tanta sed, termínate esa jarra. Y en cuanto a la fiesta es la que han organizado para celebrar el compromiso oficial de Marin con Aioria. Y por favor Milo, una sugerencia: espero no volver a presenciar un ataque de celos tan ridículo e infantil como el de hace unos minutos.- ¿Celos yo? ¡Estas loco si crees que estoy celoso de esa mujer! Además, ¿por qué habría de estar celoso? Solo tengo que chasquear los dedos para tener a mis pies a los hombres más complacientes y hermosos del lugar.- Estupendo, así esta noche no tendré que preocuparme por ti. - ¿Por qué habrías de preocuparte? – pregunta con un hilo de temor en su voz.- Porque no pienso ir contigo a esa fiesta, lo haré con Sheena. - Eres un... un... – se queda callado buscando un adjetivo que describa toda la rabia que siente hacia él sin encontrarlo, por lo que se pone en pie violentamente para encararse con el dios- Me paso el día complaciéndote, me rompo las costillas trabajando para ti ¿y así es como me lo pagas? Pues muy bien Hades, que te diviertas con esa salvaje, no te necesito para nada.Sin decir nada más da media vuelta chocando al hacerlo con el camarero que trae la nueva jarra de cerveza volcándola sobre ambos. Con un empujón al pobre hombre y lanzando una grosera maldición se aleja rápidamente de allí, dejando a un divertido y complacido Hades con su comportamiento. Una vez en su casa se encierra en su habitación con la firme intención de no salir de ella hasta la hora de ir a la fiesta. Se tira en la cama y abrazando la almohada comienza a dar vueltas a su actitud frente al dios, especialmente a los sentimientos que inundan y confunden su alma. Al cabo de un par de horas escucha la puerta abrirse para inmediatamente percibir los pasos de Hades en la casa hacia su habitación.Por fin llega la hora de la fiesta. Milo se levanta y examinando su guardarropa escoge cuidadosamente la ropa: un pantalón de cuero negro que se ciñe a sus perfectas piernas como una segunda piel, una camisa sin mangas de fino algodón con la pechera finamente bordada en hilo blanco, una chaqueta negra que realza la musculatura de sus brazos y unos botines de piel negra terminados en una fina punta. Después de vestirse se mira atentamente en el espejo, dando los últimos toques a su largo cabello y desabrochándose un botón más de la camisa, de modo que se vea su perfecto pecho, asiente enérgicamente para salir dándose de bruces con Hades que esta recargado sobre la mesita de la entrada con los brazos cruzados sobre el pecho.- Pensaba que no ibas a salir nunca, un poco más y hubiera entrado a buscarte.- ¿No decías que no ibas a ir conmigo a la fiesta? ¿Qué pasa, Sheena te ha dado plantón?- Nada de eso, me espera allí pero sería una descortesía por mi parte el no ir contigo. - Muchas gracias por tu consideración, es todo un detalle.- Deja de protestar y vamos a la fiesta, algo me dice que esta noche va a ser inolvidable.Ambos salen de la casa para dirigirse a los jardines de la mansión de Shion, pues este los ha cedido para celebrar el compromiso. Cuando llegan Hades se dirige directamente a la muchacha de verdes cabellos que lleva un ajustado vestido que resalta a la perfección sus exuberantes pechos y la perfecta curva de sus caderas. Milo por su parte lanza una mirada asesina a Sheena para dirigirse directamente a la mesa de las bebidas y pedir un vodka doble.- Hola Milo – dice una voz conocida a su espalda- ¿Sólo en la fiesta? Parece que Hades prefiere a una hermosa mujer a un hombre como tú.Milo se vuelve furioso para encontrarse con la sonrisa de Shaka y con sus azules ojos resplandecientes y llenos de orgullo.- No veo que tú estés mejor acompañado.- Cierto, pero mira, esta tarde recibí carta de Ikki. Iba a recogerla a correos cuando nos encontramos en las escaleras, ¿adivinas que me dice en ella? ¿No? Bueno yo te lo diré: en este pequeño trozo de papel me comunica que dentro de dos días cruzará la puerta de mi casa para no volver a salir de ella y compartir el resto de su vida conmigo. Me pide perdón por hacerme esperar tanto tiempo, pero quería asegurarse de que el amor de Yhoga por su hermano era autentico antes de dejarle definitivamente a su cuidado. Lástima que tú affair con Hades no haya llegado a buen puerto, en fin Milo, seguro que pronto encuentras a alguien con quien divertirte en la cama. Buenas noches querido, que te diviertas.Shaka da media vuelta con su vaso de zumo de frutas para dejar a un furioso Milo que lo esta contemplando en silencio. La mano con la que sujeta su copa se tensa tanto, que termina por reventarla derramándose el incoloro líquido sobre sus pantalones. Con una maldición se limpia y pidiendo una nueva copa se mezcla con los demás dorados en la fiesta. Mientras deambula saludando a algunos y hablando de cosas sin importancia con otros, busca con la mirada a Hades encontrándole por fin en la zona de baile estrechamente abrazado a Sheena.. Recorre con la vista el lugar hasta que distingue a alguien que esta apoyado en un árbol disfrutando con su bebida. Con grandes zancadas se dirige a este y arrancándole el vaso de la mano lo saca prácticamente a rastras a la pista de baile.- Milo, ¿qué diablos te ocurre? – pregunta el moreno sin entender nada- ¿Por qué me has arrastrado hasta aquí?- Sígueme el juego – susurra en su oído mientras le aferra más estrechamente, pegándole a su cuerpo todo lo que puede.- ¿Seguirte el juego? ¿Qué pretendes dar celos a Hades? ¿Qué ha pasado con el hombre que se acostaba con cualquiera por diversión y que pensaba llevarse a la cama al dios para pasar un buen rato?- No lo se, maldita sea. Solo se que no soporto verle con ella, ni con cualquier otro. Shura, creo que me he enamorado locamente, yo que siempre me reía de vosotros y del amor... - Siempre hay una primera vez Milo, y tú no eres inmune a él. ¿Se lo has dicho?- ¿Decírselo? ¡Estas loco! Para él no soy más que un estúpido criado al que contenta de vez en cuando con un caramelo.- ¿Y piensas que dándole celos conmigo harás que su actitud hacia ti cambie?- Es lo único que se me ha ocurrido por ahora, eso o arrancarle la cabellera a Sheena.Shura no dice nada, pero decide tomar el mando en la danza. Poco a poco se acerca a Hades y su pareja, para una vez que están a su lado, darle al dios un ligero toque en el hombro.- ¿Cambio de parejas? – pregunta con una gran sonrisa.- Por mi de acuerdo – responde Hades mirando a Sheena que asiente enérgicamente.Shura suelta a Milo y agarra a la muchacha para alejarse de ellos entre giros al ritmo de la música. El dorado toma inmediatamente a Hades por la cintura y retoma el baile con los ojos fijos en el rostro del dios.- ¿Por qué has hecho esto? – le pregunta Hades dejándose conducir dócilmente.- No ha sido idea mía, pero debo reconocer que me avergüenzo por no haberla tenido antes yo mismo.- Eso no contesta mi pregunta. Vaya, la música ha terminado Milo, ¿te importaría soltarme? No quiero pasarme toda la noche aquí parado contigo aferrado a mí. Milo le suelta lentamente con el dolor que siente reflejado en su rostro. Da unos pasos hacia atrás y después de una envarada reverencia se aleja con los puños fuertemente apretados. Regresa a la mesa de bebidas pera coger la botella de vodka y empezar a beber directamente de ella sin apartar los ojos de las andanzas de Hades. Este ha vuelto con Sheena y ahora estén compartiendo una pequeña bandeja de canapés entre risas y susurros llenos de complicidad. La cólera y los celos cada vez crecen más en el interior de Milo, su visión se vuelve roja por la ira y de un solo trago vacía la botella en su estomago. La deja sobre la mesa de cualquier forma y con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón sale de la fiesta, arrollando a todo el que no logra apartarse de su camino, para desaparecer por el camino que conduce al pueblo.Shura es el único que parece darse cuenta del torbellino de sentimientos que luchan en el interior de su amigo y después de pensarlo unos largos minutos decide acercarse a Hades.- Sheena, ¿me dejas a Hades por unos minutos?- Claro Shura, es todo tuyo. Ambos sonríen educadamente a la muchacha y esperan a que se haya alejado para comenzar a hablar mientras se dirigen hacia un columpio de dos plazas.- ¿Por qué le tratas así? –pregunta el moreno al dios.- ¿Así como Shura?- Sabes que Milo se ha enamorado de ti, cierto que muy a su pesar, pero lo ha hecho y tú solo le desprecias.- ¿Te preocupa Milo? ¿Sientes algo por él Shura?- Le quiero, pero no como amante o pareja, sino como un buen amigo. Los dos llegamos al mismo tiempo al Santuario y nos hicimos inseparables en seguida. Me duele verle en ese estado. Eres un dios, pero eso no te da derecho a hacerle daño.- No pretendo hacerle daño, solo quiero enseñarle algo.- ¿Enseñarle algo? ¿Puedo preguntar el qué?- Enseñarle la magnitud del dolor que él ha causado en los demás con su actitud frívola y caprichosa.  Ha destrozado muchos corazones inútilmente y ya es hora de que el sienta en carne propia lo que es eso.- ¿Y cuándo lo haya aprendido que pasará con él, Hades? ¿Te irás dejándole solo?- Eso es algo que deberá decidir él mismo, y ahora si me perdonas Shura tengo que ir a su lado antes de que cometa alguna locura. – El dios se levanta para seguir los pasos del escorpión pero antes se vuelve hacia el dorado- Te daré un consejo a cambio de tu sincera preocupación por Milo: no desperdicies el tiempo en miedos absurdos y ve a buscar a Shiryu. Los días y las noches en Rozan son muy solitarias para alguien enamorado como él lo esta de ti.El moreno se queda con la boca abierta sin saber si dar las gracias o protestar airadamente por semejante consejo, pero mientras observa al dios alejarse con paso calmo una gran sonrisa se forma en sus labios. Por primera vez en mucho tiempo su corazón late feliz, inundado de esperanza y de ilusión. Alza la copa hacia el camino por el que el dios ha desaparecido dándole las gracias mentalmente por romper el muro de temor que rodeaba a sus sentimientos.Mientras en el pueblo Milo se dirige a uno de los bares que permanecen abiertos toda la noche. Una vez en su interior pide un vodka doble y comienza a observar atentamente a la gente que se encuentra en el local. Su vista se fija en un hermoso rubio que esta bailando solo en la diminuta pista. Le recorre ávidamente de arriba abajo durante unos minutos, y dejando su vaso en la barra se acerca a él para aferrarle por la cintura y darle un largo beso en los labios.- Eres muy hermoso – susurra acariciando su cuello- Alguien tan lindo como tú no debería estar solo.- ¿Qué quieres? – pregunta algo atemorizado el chico pero a la vez encantado con la belleza de su admirador.- Hacerte gritar de placer – le besa la garganta dejando una pequeña marca rojiza en ella para subrayar sus palabras.- Es un gran honor para mí que alguien tan hermoso se haya fijado en mi, pero estoy esperando a alguien y no sería buena idea que...Milo posa su mirada en el rostro de Hades que esta mirándole desde un lateral de la barra y furioso besa al chico con furia, sujetándole fuertemente por la cintura haciéndole gemir dolorosamente. Sin soltarle, al terminar el beso le obliga a caminar hacia atrás para acorralarle contra la pared del fondo en un cuarto más oscuro y hundir las manos bajo su ropa desesperadamente.- No, para ¿qué haces? No quiero hacerlo contigo...- ¿Por qué no? Tú mismo has dicho que sería un honor para ti...De pronto siente una mano sobre su hombro, una mano que le agarra férreamente y le aparta del muchacho.- Vete – dice Hades al rubio que no se hace repetir la orden- Parece que no has aprendido nada.- ¿Aprender? ¿Qué debo aprender Hades? ¡Sólo quiero pasar un buen rato con alguien! Y tú lo acabas de estropear todo.- ¿Acaso no le escuchabas suplicar que le dejaras?- Claro que si, pero en seguida hubiera pedido más. En el fondo solo buscan hacerse rogar.- Entiendo, muy bien Milo, en ese caso...El dios agarra las solapas de su chaqueta y se la quita violentamente para a continuación desagarrarle la camisa hasta dejarle el torso al descubierto. - ¿Qué diablos te crees que estas haciendo? – protesta airadamente Milo tratando de zafarse de sus fuertes manos- ¡No quiero hacer nada contigo! ¡Déjame en paz!- Pero yo si quiero hacerlo contigo – le dice el dios al oído antes de darle la vuelta bruscamente contra la pared.Con una mano le sujeta las muñecas por encima de su cabeza y con la otra le desabrocha el pantalón haciéndole caer junto con la ropa interior hasta sus tobillos. Con una rodilla le separa las piernas todo lo que da de si la prenda en el suelo y sin ningún miramiento entierra su liberado sexo en el interior del escorpión.- ¡Basta! – exclama dolorosamente- No sigas... no quiero... no... Hades por favor... no lo hagas...El dios como única respuesta comienza a moverse en su interior violentamente, desgarrándole hasta el punto de hacerle sangrar abundantemente. La mano que tiene libre la conduce hasta el inerte miembro de Milo para comenzar a masturbarle al mismo ritmo que sus acometidas.- ¿Qué pasa escorpión? ¿Tú aguijón se ha quedado sin veneno?Milo no dice nada a sus palabras solo llora entre sollozos de dolor y sobre todo vergüenza. Hades continúa sus acometidas durante un rato más hasta que se vacía en el interior del dorado para salir inmediatamente sin ningún miramiento. Apartándose hacia atrás unos pasos le obliga a girar de nuevo hacia él y con una ligera pero efectiva patada a su rodilla derecha obligarle a arrodillarsel. Coge su miembro y lo dirige a la boca de Milo presionando contra sus labios hasta que logra meterlo en su interior.- Límpialo Milo, no dejes un solo rastro de semen.Hades comienza nuevamente a mover sus caderas rítmicamente hasta que por segunda vez se vacía en el dorado, esta vez en su boca obligándole a tragar si no quiere morir ahogado. Por fin sale de él y se acomoda la ropa mientras contempla fríamente al escorpión derrumbado sobre el suelo, acurrucándose contra la pared, abrazándose a si mismo, tembloroso, llorando sin control y totalmente confuso por la vorágine de sentimientos nuevos que luchan en su interior por abrirse paso hasta la superficie. Después de un rato el dios se inclina sobre él y le cubre delicadamente con un mantel que coge de una mesa cercana. Lo eleva con cuidado entre sus brazos y sale del local para encaminarse a casa. Una vez allí le deposita en la cama desapareciendo unos instantes para preparar la bañera. Cuando la tiene lista vuelve a por Milo y le mete en el agua templada. A continuación coge la esponja llena de gel y comienza a pasarla por todo su cuerpo.- ¿Por qué haces esto? – murmura el escorpión débilmente.-¿Aún no lo has adivinado Milo? Piensa un poco, repasa en tu memoria a todos tus amantes de una noche, su actitud frente a ti, su comportamiento el día después... - No has venido de vacaciones, ¿verdad? Has venido para hacerme esto.- En efecto, tú has sido el motivo de mi venida aquí, pero realmente no sabía como acabaría todo. Esperaba que reaccionaras a tiempo y no tener que llegar a esto. Pero no me has dejado opción, ibas a tomar a ese rubio sin escuchar sus súplicas, sin importante sus sentimientos ni los de su pareja, como siempre has hecho.- No es cierto, nunca he maltratado a nadie, yo no...- ¿Tú no qué Milo? Nunca has escuchado a tus amantes de turno, la mayoría de las veces ni siquiera eres capaz de recordar su rostro con claridad. Hace poco llegó a mi reino un muchacho muy hermoso, tanto que me llamó la atención poderosamente. Era muy joven y le pedí que me contara su historia y lo hizo. ¿Quieres saber lo que me contó?- Si, quiero saberlo.- Vivía en este pueblo y cometió el error de enamorarse locamente de quien no debía. Una noche el hombre al que idolatraba se fijo en él y se lo llevo a la cama. Era su primera vez y por lo visto ese hombre quedo encaprichado de la inocencia del muchacho. Durante varias semanas todas las noches iba a buscarle para amarle hasta agotarle. De repente un día ya no volvió. Al principio pensó que podría estar enfermo, o quizás su superior le había mandando a una misión de improviso, así que decidió esperar pacientemente a que apareciera por la puerta del local. Pero eso no ocurrió, así que después de varios meses decidió ir a otro bar distinto para intentar animarse y, ¿adivinas a quien vio allí? Vio al hombre que le arrebato el corazón tirándose en un apartado a una hermosa mujer pelirroja. Algo muy profundo se rompió en su interior, algo que le hizo salir de allí corriendo y quitarse la vida con un par de profundos cortes en sus muñecas mientras tomaba un baño caliente. Su último pensamiento fue para ese hombre al igual que su último suspiro. Le pregunté si le odiaba o le deseaba algún mal y su contestación fue una negativa, a pesar de todo el dolor que le había causado le amaba y solo le deseaba toda la felicidad posible. Y ahora Milo, dime ¿adivinas quien puede ser ese hombre?El dorado que ha estado escuchando la historia en absoluto silencio, agacha la cabeza incapaz de mirarle a los ojos y mucho menos de controlar su llanto. Su pecho se agita convulsivamente a consecuencia de este y sus manos se aferran crispadas a los bordes de la bañera.- Por tu actitud deduzco que sabes de quien se trata. Eres tú Milo, tú destrozaste la vida de ese muchacho, ni siquiera le diste una explicación, por muy simple que fuera, a tu alejamiento, no le diste la oportunidad de confesarte sus sentimientos, como siempre has hecho con tantos otros amantes. Te has pasado la vida pavoneándote de tu belleza, de tu irresistible magnetismo, nunca has escuchado a nadie, solo pendiente de satisfacer tus deseos, lo único bueno que has hecho en tu vida ha sido luchar por tu diosa, e incluso a tus compañeros de armas desprecias y humillas en cuanto tienes oportunidad. Alguien tenía que abrirte los ojos, mostrarte como eres en verdad, enseñarte la oscuridad de tu corazón. Por eso vine aquí personalmente. Al principio pensé en mandar a uno de mis jueces, pero luego decidí que sería mejor que lo hiciera yo, no quería perder a ninguno de ellos por tus caprichos y tu belleza sin igual. Aún tienes tiempo de enmendar tu actitud, puedes volver a ser el Milo dulce y adorable de antes, el Milo sin contaminar por el orgullo y la prepotencia de sentirse alguien superior. Recapacita sobre tus actos y elige la senda correcta, porque Milo, la próxima vez no tendrás esta segunda oportunidad, la próxima vez Lune te juzgará y condenará por tus actos.Hades se levanta y suelta la esponja en el agua para salir de allí. Silenciosamente recoge sus cosas y con una última mirada hacia el dorado que aún sigue dentro del agua sale de la casa para dirigirse a la mansión de un extrañado Shion por su repentina aparición y recuperar la habitación que le ofreció en su llegada. Milo permanece un largo rato en la bañera llorando amargamente en silencio. Por fin se decide a salir y después de secarse mecánicamente se pone lo primero que encuentra en el armario y sale hacia el cementerio del pueblo. Allí busca entre las lápidas con cierto temor, el nombre del muchacho de la historia de Hades. Al cabo de media hora deambulando entre tumbas da con la que busca. Se arrodilla ante la lápida y acaricia con la yema de los dedos las letras esculpidas en relieve sobre ella. - Lo siento – dice a la fría piedra- Ojala puedas perdonarme algún día Héctor, nunca quise hacerte daño, no tenía idea de tus sentimientos. Sacrificaría mi vida si con ello pudiera hacerte volver. Cuanto debes haber sufrido por mi culpa, cuanto amor desperdiciado por mi ceguera... No puede continuar hablando a causa del llanto que le ahoga y que le hace caer sobre la losa vertiendo sobre ellas sus lágrimas cargadas de dolor y arrepentimiento. Al cabo de un rato siente una mano fría posarse sobre su hombro dulcemente. Se incorpora lentamente y volviendo el rostro ve la figura de Héctor tras él. Sus ojos se abren enormemente por la sorpresa y trata de hablarle pero solo logra balbucir inconexas palabras de arrepentimiento y culpa.- Tranquilo – dice el muchacho con una dulce sonrisa- No se esta tan mal allá abajo. Tú no tienes la culpa de nada Milo. El amor es libre y no podemos cogerlo a la fuerza, a de ser dado libremente. El tuyo no me pertenecía y yo no podía vivir sin él, no después de haber estado tan cerca de ti. - Pero yo te destrocé la vida, te obligué a suicidarte, ahora podrías estar lleno de vida, de ilusión, de amor, de esperanza, y sin embargo...- Shhhhhhh... no digas nada más. Tome la decisión libremente, tú no tuviste la culpa de mi cobardía. Tengo poco tiempo, así que te diré porque he venido aquí: solo quiero que sepas que te perdono de todo corazón y que no debes culparte de lo ocurrido.  Y por otro lado un consejo: acepta esta segunda oportunidad que Hades te ha dado, no la desperdicies, busca el amor verdadero, no pierdas el tiempo en amores vacíos.Tan repentinamente como apareció el muchacho desaparece dejando a un sorprendido Milo en mitad de un solitario cementerio, sin saber si lo que ha vivido ha sido producto de su febril mente o ha sido realidad. Al levantarse apoya una mano en la lápida y siente algo bajo ella. Al bajar la mirada observa atónito una hermosa rosa blanca. La coge con mucho cuidado y al tocarla siente el terciopelo de sus pétalos y un aroma increíblemente dulce. Ni siquiera las rosas más mimadas de Afrodita son capaces de tener ese tacto y ese aroma. La acerca a su corazón y murmura un autentico y profundo gracias para por fin ponerse en pie y volver a su casa. Al llegar la pone en el jarrón más hermoso que es capaz de encontrar con un poco de agua y se echa en el sofá quedándose dormido inmediatamente. Al día siguiente se levanta con los primeros rayos de sol y se encamina a la casa de Afrodita para pedirle un enorme ramo de sus mejores rosas. El jardinero le mira totalmente asombrado incapaz de reaccionar, pero la insistencia de Milo y el contacto con sus manos cuando este le aferra las suyas, terminan por decirle que es verdad. Le deja pasar y mientras el escorpión se toma su primer café del día Afrodita corta las más puras y hermosas rosas blancas de su jardín. Cuando Milo las tiene se marcha dando un beso en la mejilla a su compañero y sale disparado escaleras abajo. Lo primero que hace es detenerse en la casa de Shaka. Llama a su puerta escandalosamente hasta que consigue que le abra.- ¿Qué te pasa para armar tanto alboroto? – pregunta el budista una vez esta ante él – Espero que tengas un buen motivo para despertarme de este modo tan poco usual.- Shaka – le dice con una gran sonrisa al tiempo que coge la rosa más linda de todas y se la tiende gentilmente- Te ruego que aceptes esta pequeña rosa en señal de disculpa por mi actitud. Me he portado muy mal contigo últimamente y me gustaría que me perdonaras y me dieras una nueva oportunidad. Aunque no lo creas tu amistad es muy importante para mi. Shaka coge la flor sin poder apartar sus azules ojos de Milo. Busca en su mirada una sombra de burla, de desprecio escondido, pero en su lugar solo haya amistad y arrepentimiento sincero, al igual que en la lectura que hace de sus emociones, por lo que sonríe y le da un fuerte abrazo.- Acepto tus disculpas y tu ofrecimiento de amistad, y para que veas que hablo en serio ¿querrás entregarme a Ikki en nuestra ceremonia?- Será un verdadero placer Shaka.Milo continúa su descenso para acercarse rápidamente al pueblo y buscar en primer lugar al muchacho rubio de la noche anterior. Cuando por fin le encuentra trabajando en una panadería le entrega una rosa y le pide disculpas. Disculpas que el muchacho se apresura a aceptar con una gran sonrisa. Durante el resto del día Milo se dedica a buscar a todos aquellos a los que ha podido lastimar con su actitud egoísta e infantil para ofrecerles una rosa blanca y sus más humildes disculpas. Cuando encuentra al último de sus esporádicos amantes la noche invade el lugar, por lo que se dirige a su casa en silencio pero satisfecho consigo mismo por primera vez en mucho tiempo. Se detiene ante la puerta unos largos minutos para decidir continuar la ascensión hasta la mansión de Shion. Una vez allí, echa un vistazo por el jardín sonriendo al encontrar en el mismo a Hades.- ¿Podemos hablar? – pregunta al dios tímidamente cuando esta ante él.- Claro, dime que se te ofrece, pero antes de empezar siéntate a mi lado.- Supongo que ya sabrás que he estado haciendo durante todo el día – continúa el dorado sentándose en la hierba junto al dios.- Así es, y dime ¿cómo te sientes ahora?- Estupendamente, la verdad es que no recuerdo cual fue la última vez que me sentí tan bien. Pero en realidad no he venido a hablar de esto, quería hacerte una pregunta algo personal.- Muy bien Milo, tienes mi permiso para preguntar lo que desees, te lo has ganado con creces. ¿Qué es lo que quieres saber con tanto interés?- Me gustaría saber si... si tengo alguna oportunidad contigo.El dios le mira sonriente unos instantes para a continuación y sin decir nada apoyar una de sus manos en su pecho y empujarle suavemente hasta tumbarle sobre la hierba. Hades inclina el rostro sobre él y le besa apasionadamente mientras su mano se desliza por su pecho acariciadoramente.- ¿Responde esto a tu pregunta? – le dice sonriente sin apartar sus negros ojos de los suyos.- La responde perfectamente, pero no quisiera ser un estorbo entre Perséfone y tú.- No lo serás, la verdad es que no piensa volver conmigo. Cometí el error de llevármela a la fuerza y de imponerle mi amor, lo único que conseguí de ese modo fue que su odio por mi reino y mi persona creciera más cada día.- Pero ella aceptó estar contigo durante el invierno...- Cierto, pero solo lo hizo para proteger este hermoso mundo, no por amor.- Entiendo... a mí no me importaría vivir en tu reino por toda la eternidad si te tengo a mi lado.- Las más dulces palabras que he escuchado nunca, pero no voy a cometer el mismo error. Te marchitarías allí abajo sin la luz de sol, sin el aire fresco y cálido, esta vez seré yo quien se quedará aquí arriba.- ¿Y tu reino?- Bajaremos bastante a menudo, incluso pasaremos largas temporadas en él, pero nuestra residencia estable estará aquí arriba. Y ahora basta de charla mi querido Milo...Sin decir nada más se sienta a horcajadas sobre la cintura del dorado y desabrocha su camisa mientras le besa hasta saciarse de sus labios. Sus manos recorren delicadamente el fuerte pecho de Milo y sus labios hacen lo mismo en su cuello. Poco a poco va descendiendo por su cuerpo hasta llegar al pantalón el cual desabrocha para acariciar a través del slip su sexo y gemir satisfactoriamente al sentir como responde a sus caricias. A regañadientes separa los labios de las tetillas del escorpión para quitarle el pantalón y el diminuto slip y posarlos ansiosamente sobre el suave glande y comenzar a recorrerlo en toda su extensión.Milo por su parte responde a sus besos y caricias, su espalda se arquea entre gemidos y suspiros. Sus manos se pierden en la negra cabellera del dios recorriendo su espalda, separa sus piernas todo lo que puede para facilitarle al máximo el acceso a su palpitante pene.- Hades... Hades... eres maravilloso...El dios alza unos segundos la mirada hacia el rostro de Milo mientras engulle todo su miembro y comienza a devorarlo lentamente, succionando y mordisqueando, acariciando con la lengua y presionando con sus labios hasta que consigue el blanco néctar del escorpión. Traga hasta la última gota deleitándose con su sabor para a continuación invadir la pequeña y anhelada entrada con la lengua.Milo no puede evitar sonrojarse hasta la raíz del cabello al ver la expresión del dios cuando paladea su semen. Sus manos se cierran sobre la hierba, arrancándola con sus fuertes dedos mientras sus suspiros se convierten en débiles gemidos al sentir la traviesa lengua de su divino amante en su interior.Hades por fin se incorpora levemente y dirige su propio sexo a la dilatada entrada del dorado para enterrarlo por completo en su interior de un solo movimiento, haciéndole gritar de deseo y dolor. Cubre su rostro con dulces besos y caricias, le regala los oídos con palabras de amor, desliza sus manos por los brazos de Milo hasta llegar a sus manos para entrelazar las suyas con ellas. Una vez aferrado de ese modo, le levanta los brazos hacía arriba y comienza a moverse lenta y rítmicamente sobre él.- Milo... mi hermoso escorpión... cuanto tiempo te he deseado...El dorado no responde nada, solo puede gemir placenteramente rodeando con las piernas al dios y hacer que la penetración sea más profunda al igual que el contacto de sus cuerpos. Sus caderas pronto adoptan el ritmo de Hades y su sexo vuelve a estar totalmente erecto gracias a la presión que recibe de ambos abdómenes. Por un instante sus ojos se elevan al cielo para contemplar la más resplandeciente luna llena que ha visto jamás, y se le antoja que el astro bendice de ese modo su unión.Hades aumenta sus acometidas progresivamente hasta que estalla en el interior de su precioso escorpión con un grito de placer y deseo satisfecho, al tiempo que inmediatamente después este hace lo mismo contra su abdomen. El dios cae sobre el dorado sin soltarle las manos y se queda quieto durante un largo rato, hasta que logra recuperar el control sobre su desbocado corazón y su respiración.- Milo, me cautivaste cuando bajaste para enfrentarte a mis jueces, por primera vez lamente no estar en mi propio cuerpo – le susurra apoyando la barbilla en el pecho del dorado- Me enamore perdidamente de ti, pero no quise cometer el mismo error que con ella, y por otro lado conocía tu trayectoria amatoria, no solo por ese muchacho sino por mis jueces y por lo que yo mismo podía ver a través de mis familiares. - Y decidiste seducirme y volverme loco de celos, ¿verdad?- Bueno, por un lado quería que sintieras el dolor que causabas en los demás con tus correrías y por otro quería estar seguro de tu amor. Espero que puedas perdonarme algún día.- No haya nada que perdonar – le dice besándole la punta de la nariz y abrazándole fuertemente- me has abierto los ojos, me has mostrado mi interior sin tapujos y, lo mejor de todo, me has enseñado el verdadero amor. ¿Sabes una cosa? Ha sido la primera vez que he hecho el amor de verdad, quiero decir que no ha sido solo sexo y  deseo físico satisfecho, sino que ha habido sentimientos que me han hecho disfrutarlo como nunca hubiera imaginado que se pudiera hacer. Así que gracias por todo Hades, gracias por darme una segunda oportunidad a tu lado.- De nada Milo, y ahora tengo mucha hambre de ti escorpión, tu veneno es altamente adictivo y necesito otra dosis del mismo.Ambos se besan hasta quedarse sin aliento para comenzar un nuevo asalto amatorio, sin saber que son observados discretamente por dos divertidos amantes: Shion y Dokho. - Bueno, Dokho ahora que ya sabemos el verdadero motivo de la venida de Hades podemos respirar tranquilos.- Si, nunca hubiera imaginado que pudiera amar de ese modo.- Los dioses también tienen sentimientos y deseos. ¿Qué tal si los dejamos solos y nosotros vamos adentro a disfrutar y ponemos nuestro propio broche de oro a esta noche?La pareja se retira del mirador en el que están desnudándose por el camino y sin dar tregua a sus manos y labios hasta derrumbarse abrazados en la cama y ejecutar el ritual amoroso que llevan a cabo cada noche. 

UNA DURA LECCION

 

Amanece una vez más en el Santuario. Las guerras entre los dioses hace tiempo que han terminado, por lo que los caballeros viven tranquilamente dedicándose a sus aficiones y quehaceres diarios, aunque algunos de ellos se dedican exclusivamente a divertirse. Entre estos últimos destaca Milo, quien se pasa las noches en los distintos locales de alterne del pueblo, bebiendo y bailando, para acabar la mayoría de las noches entre los brazos, aunque sería más correcto decir entre las piernas, de hermosos jóvenes de ambos sexos.

Esa mañana alguien inesperado llega al lugar sorprendiendo a todos sus habitantes. El primero en recibirle es Mu quien tarda unos largos minutos en reaccionar al verle.

- Mu, ¿quieres preguntarle a tu maestro si soy bienvenido o no? No me apetece estar todo el día bajo el sol delante de tu puerta.

- Claro, lo siento.. un momento por favor.

Mu cierra los ojos y telepáticamente se pone en contacto con Shion, produciendo un gran sobresalto en este al escuchar en su mente sus mudas palabras.

- ¿Estas seguro de que es él Mu? - pregunta el peliverde de la misma manera, sentándose de golpe en la cama y despertando con ese acto a Dokho.

- Si maestro, no hay ninguna duda. ¿Qué debo decirle?

- Dile que puede pasar, a fin de cuentas no podemos prohibirle el paso a un dios, no antes de saber que es lo que quiere realmente.

Mu asiente en silencio abriendo al mismo tiempo los ojos para enfocarlos en el inesperado visitante.

- El Patriarca dice que sois bienvenido al Santuario. Adelante por favor, os esta esperando en sus aposentos.

- Gracias Mu. Ha sido un placer volver a verte. ¿Tendré algún problema con los demás en mi ascenso?

- No, no os preocupéis. Nadie os impedirá el paso.

Hades asiente con la cabeza y comienza a subir lentamente las escaleras en dirección a la mansión del Patriarca. En su ascenso atraviesa las distintas casas una a una, saludando a sus sorprendidos moradores que no saben como reaccionar ante esa insólita visita. Al llegar a la casa del escorpión se detiene en el umbral dudando unos segundos en atravesarla, ya que no detecta la presencia de su dueño. Por fin se decide a atravesarla con un encogimiento de hombros. Después de un rato llega al final de la escalera donde le espera la guardia de Shion para llevarle a presencia de este y su amante.

- Adelante - dice Shion levantándose de la mesa donde esta desayunando junto a Dokho.- He ordenado que sirvan un desayuno más para ti, espero que aceptes acompañarnos.

- Claro, será un placer. La ascensión me ha abierto el apetito. Hola Dokho, veo que no habéis perdido el tiempo en esta nueva oportunidad.

- En efecto, - responde el dorado- pero no creo que hayas venido para hablar de nuestra relación. ¿Qué es lo que quieres Hades?

- Vamos Dokho - tercia Shion tratando de calmarle con una dulce mirada- Estoy seguro que Hades no ha venido con ánimo beligerante.

- Así es - responde el dios-, solo quería pasar una temporada fuera del Inframundo. Mis jueces se ocupan de que todo funcione perfectamente y Persefone ha decidido no volver a mi lado. Entre nosotros, nunca me he perdonado por apartarla de ese modo de su madre. Pero volviendo al motivo de mi visita, es algo tan simple y tan humano a la vez... me aburría mortalmente. No me miréis con esa expresión de incredulidad porque es la verdad. Estaba tan aburrido que se me ocurrió la idea de visitar a mi hermano y sobrina. Y por lo que veo, ella no esta aquí.

- Así es - responde un Shion totalmente sorprendido- Atenea no vive aquí, prefiere hacerlo en la mansión de Japón junto a sus guardianes.

- Lástima, me hubiera gustado verla de nuevo y a esos muchachos también. Seguro que me hubiera divertido mucho con Seiya... - se queda unos momentos pensativo mordisqueando una tostada con mermelada de frambuesa para volverse hacia Shion nuevamente- Oye Shion, ya que estoy aquí ¿podría quedarme un par de semanas como tu invitado?

- ¿Mi invitado? ¿Aquí?

- Si, si no es molestia. Así no desperdiciaría el viaje.

- Pues... claro, no hay problema. Los criados te llevaran a tu habitación. Si necesitas algo no dudes en pedirlo.

- Muchas gracias - responde alegremente levantándose con una gran sonrisa- Si no te importa, me gustaría retirarme ahora para poder darme un ducha y descansar del viaje.

- ¿Descansar del viaje? - pregunta Dokho intrigado.

- Si, he decidido que ya que me voy a mover entre mortales lo mejor sería comportarme como ellos. Así que he hecho el viaje desde Alemania en tren. - Se acerca a ellos para susurrarles sus siguientes palabras- No me gustan los aviones, no me fío de ellos. Si he de volar prefiero teletransportarme con mi poder.

Con una agradable sonrisa se despide de ambos y se dirige hacia el criado que le esta esperando en la puerta para seguirle hasta sus habitaciones.

- ¿Has creído lo que ha dicho? - pregunta Dokho a Shion que aún sigue en pie.

- Sinceramente no lo se. Nunca hubiera imaginado que alguien como Hades pudiera aburrirse. Pero sea verdad o no, tenemos que atenderle como se merece, al menos hasta que haga algo que no nos guste.

- Supongo que tienes razón, pero no me apetece nada estar cerca de él, así que... ¿por qué no nos mudamos a mi casa mientras dure su estancia entre nosotros?

- Por mucho que me apetezca esa idea no puedo hacerlo. Soy el Patriarca y eso lleva la obligación de atender personalmente a los huéspedes importantes. Si deseas dejar de venir mientras él este aquí lo entenderé perfectamente.

- Nada puede apartarme de ti Shion, ni siquiera el mismísimo Hades con todo su poder.

El Patriarca sonríe feliz por ese último comentario y acercándose al dorado le besa hasta quedarse sin aire.

- Te quiero Dokho - le susurra antes de separarse con una traviesa y sensual caricia en su pecho.

Dokho responde con una luminosa sonrisa y le observa desaparecer por la puerta para volver su atención al desayuno. Mientras, Shion se dirige a sus aposentos para darse una ducha y dar las ordenes oportunas para que nadie moleste a Hades y obedezcan sus más mínimos deseos, pero también para que no le pierdan de vista en ningún momento. A continuación se encamina con un suspiro de fastidio a su despacho para revisar y firmar una enorme montaña de papeles que esta esperándole sobre el escritorio.

En el Santuario todos los dorados están hablando de los motivos que han podido llevar a Hades hasta allí. A uno de los muchos corrillos formados se acerca Milo que acaba de llegar de una de sus juergas nocturnas.

- ¿He escuchado bien? - pregunta con los ojos bien abiertos- ¿Hades ha venido?

- No solo ha venido, - responde Shura- sino que se ha quedado en la mansión de Shion. Por lo visto estará una temporada entre nosotros.

- ¿Y sabemos a que debemos su augusta presencia?

- Ni idea Milo, Shion no ha dicho nada oficialmente...

- Y no creo que lo haga - interrumpe Shaka- Solo ha dado ordenes a los criados de que le obedezcan en todo y a nosotros que estemos en guardia y no le perdamos de vista, pero eso si, siempre sin ofenderle.

- Vigilar a Hades... - murmura Milo pensativamente- Me gusta esa idea. Chicos, yo me ocupare de ello.

- ¿Tú? - preguntan al unísono Shura y Shaka.

- Si yo, ¿por qué os extrañáis tanto? Será muy divertido y además, tenéis que reconocer que Hades es un tipo muy... apetecible.

- ¿Apetecible? - dice un escandalizado Shaka- ¿No pensarás llevártelo a la cama?

- Pues para ser sincero... no me importaría nada. Yo no soy un remilgado como tú, rubito.

- ¡Yo no soy remilgado! - exclama ofendido Shaka- Es solo que no soy tan libertino como tú...

- Claro, claro - le interrumpe Milo-tú te reservas para el amor de tu vida, un amor que nunca vas a tener.

- ¡Eso no es cierto! Ikki me pidió un tiempo y...

- Y tú educadamente se lo has dado, ¡despierta ya, Shaka! Si el Fénix sintiera algo por ti, hace mucho que habría volado a tu nido. Harías mejor en aceptar que él solo tiene ojos para otro rubio procedente de Siberia.

Shaka no dice nada, simplemente se da media vuelta con la cabeza bien alta y se dirige a su casa para encerrarse en ella con su dolor.

- Has sido muy duro con él Milo. Sabes que esta locamente enamorado de Ikki.

- Y por eso es necesario que alguien le abra los ojos. Shura por mucho que le duela debemos hacerle ver la realidad.

- Supongo que tienes razón, pero no hay porque hacerlo tan bruscamente.

Milo le mira en silencio unos minutos y encogiéndose de hombros se aleja de el moreno en dirección a su casa. Una vez en ella se da una revitalizante ducha, toma un fuerte desayuno y poniéndose su mejor ropa se dirige a la mansión del Patriarca.

- Hola Shion - saluda a este cuando es conducido a su presencia-. He oído que tienes un huésped importante y que necesitas de alguien que le... escolte.

- Las noticias vuelan rápidas - responde el peliverde dejando la pluma sobre la mesa y recostándose en la silla- ¿Y puedo saber que tiene eso que ver con tu visita?

- Bueno, he pensado que podría ocuparme de él personalmente.

- ¿En serio? ¿Y qué pasara con tus continuas juergas?

- Puedo llevarle conmigo, seguro que se divierte.

- ¿Hades en una juerga?

- ¿Por qué te extraña tanto? ¿Acaso no raptó a Persefone en un ataque pasional? En el pueblo hay mozas muy hermosas que estarían encantadas de calentarle la cama

- Algo me dice que voy a arrepentirme de esta decisión, pero ya que eres el único dispuesto a estar con él adelante. Pero Milo, si le ofendes de alguna manera, si tengo la más mínima queja suya sobre ti yo mismo me encargare de azotarte hasta despellejarte.

- No te preocupes, todo ira de perlas entre los dos.

Guiñándole un ojo divertido y sin esperar a su permiso para salir se levanta y sale del despacho en busca del dios oscuro. Después de preguntar a los criados llama a su puerta y mientras espera a recibir permiso para pasar se acomoda la ropa abriéndose un botón más de su camisa.

- Buenos días Hades - exclama una vez esta en el interior de la habitación- el Patriarca me ha designado para ser tu guía y hacer que tu estancia entre nosotros sea lo más placentera posible.

Hades le mira de arriba abajo sonriendo enigmáticamente unos minutos para acercarse al dorado lentamente.

- Así que tú serás mi guía... interesante. Imaginaba que Shion me pondría un perro guardián, pero nunca hubiera pensado en ti como tal.

- ¿Y por qué no? ¿Acaso no me consideras digno de acompañarte?

- No es eso Milo, es que esperaba a alguien más serio, más responsable.

- Yo soy responsable - le dice acercándose más al dios.

- No es eso lo que he oído de ti.

- ¿Y qué es lo que has escuchado sobre mi, Hades?

- Muchas cosas Milo, algunas buenas y otras malas, pero desde luego nunca que fueras responsable.

- Pues siento desilusionarte, pero lo soy, aunque debo reconocer que en contadas ocasiones.

- ¿Y esta es una de esas escasas ocasiones?

- Sinceramente no lo se, podría ser... pero lo que si te aseguro es que conmigo no te vas a aburrir como harías con Shaka o con Aioria.

- De eso último si que estoy seguro. Muy bien Milo, tú ganas, serás mi guía y mi perro guardián.

- Estupendo, y ahora que hemos llegado a un acuerdo, ¿qué tal si te mudas a mi humilde morada?

- ¿Y por qué habría de cambiar estos cómodos aposentos por una simple habitación de invitados?

- Porque será mucho más práctico para ambos estar juntos en la misma casa, que no tener que ir de arriba para abajo. Créeme Hades, cuando subes y bajas todas estas escaleras varias veces al día quedas agotado.

- De acuerdo - le dice después de meditar su propuesta unos breves segundos- Me mudo a tu casa, después de todo a Dokho no le hace mucha gracia tenerme aquí, aunque no puedo reprochárselo.

Hades rápidamente guarda las pocas cosas que ha sacado de su equipaje y con una seña indica a Milo que las coja e inicie la marcha. El escorpión frunce el ceño brevemente, pues en su oferta no entraba el servirle como criado, pero por esta vez se lo pasará. Cuando estén en su casa aclarara debidamente ese punto. Con un imperceptible gruñido de disgusto coge ambas maletas y comienza a desandar el camino que le ha llevado hasta allí. Al hacerlo pasan a ver a Shion para informarle del nuevo cambio de alojamiento del dios brevemente, para continuar con su descenso.

- Bien - dice Milo abriendo la puerta de par en par y cediéndole el paso a Hades- estas en tu casa.

- Bastante desordenada y sucia.

- No sabía que fueras tan remilgado - protesta Milo yendo directamente a la que será la habitación del dios para dejar las maletas en el suelo de cualquier modo- Escucha Hades, mi trabajo consiste en entretenerte y enseñarte las atracciones del pueblo, no en ser tu criado. Si quieres limpieza tendrás que hacerla tú mismo. Para mí esta bien así.

- ¿Y la cocina? ¿Tampoco piensas ocuparte de la comida?

- Si no eres de paladar exigente no hay problema. No me gusta cocinar, así que solo hago platos sencillos, y a ser posibles únicos.

- Creo que debí quedarme en la mansión de Shion. Pero bueno, lo tomare como una experiencia más. Milo me ocupare de la limpieza pero tú vas a ayudarme.

- Ni lo sueñes Hades.

- Ooh, claro que lo harás. Recuerda quien soy jovencito.

- ¿Jovencito? ¿Quién es un jovencito?

- ¡Tú eres el jovencito! Yo existo desde hace miles de años. Y por tu bien te aconsejo que te cambies de ropa y comiences a sacar todos los útiles de limpieza.

- ¡No pienso hacer semejante cosa! - exclama cruzándose de brazos tercamente- No soy tu criado.

Hades le mira divertido ante su infantil desafío unos segundos, para a continuación fruncir el ceño cerrando los ojos. Sonríe ampliamente cuando escucha los gritos llenos de sorpresa e ira de Milo.

- ¡Bájame ahora mismo! - grita el dorado desde la altura máxima que permite su casa- ¡Maldito seas Hades! ¡Bájame!

- Lo haré cuando te comprometas a limpiar esta... cuadra.

- No pienso hacerlo.

Hades en vez de contestar se limita a girar su dedo índice en círculos provocando que el escorpión comience a girar en lo alto a rápida velocidad.

- ¡Basta! - grita tratando de aferrarse a la lámpara de techo- ¡Lo haré! ¡Limpiaré la casa!

Hades asiente satisfecho y descendiendo la mano muy lentamente hace que Milo se pose delicadamente cuan largo es en el suelo.

- ¿Ves como con un poco de colaboración no es tan difícil? Mientras te ocupas de la limpieza desharé las maletas, para después dormir un poco. Por favor, te agradecería que no hicieras mucho ruido cuando entres a mi habitación.

Sin una palabra más cruza la puerta de su cuarto para ocuparse de colocar su ropa en un armario que previamente ha limpiado de polvo con un simple chasquido de dedos. Milo que lo esta mirando desde fuera siente como su sangre hierve con ese simple gesto.

- ¡Maldito Hades! - murmura para sí mientras comienza a barrer toda la casa- Puede hacer que esto reluzca como el oro con un chasquido de dedos, pero en vez de eso me hace trabajar como un esclavo. ¿Quién me mandaría presentarme voluntario para vigilarle? Claro, que esta me la paga. Dios o no pienso tomarme la revancha, vaya que si.

Hades termina de colgar impecablemente su ropa en el armario, para repetir el gesto de sus dedos con la cama. Se desnuda sin preocuparse por cerrar la puerta y se mete en la cama. Al hacerlo de reojo, ve a un Milo totalmente absorto en la contemplación de su cuerpo, por lo que retrasa unos breves segundos el cubrirse con la ropa de cama, al tiempo que lanza una rápida mirada llena de sensualidad al escorpión. Este traga saliva lentamente y da un vacilante paso para adentrarse en la alcoba cuando siente que pierde el contacto con el suelo, por lo que parpadeando repetidas veces vuelve a la realidad de su trabajo doméstico.

Milo se pasa el resto del día poniendo en orden la casa, sorprendiéndose a si mismo de todas las tareas que tenía pendiente: barrer el suelo, limpiar el polvo, poner la lavadora, fregar una pila de cacharros sucios en la cocina, mudar y hacer su propia cama... Por último se ocupa en un completo silencio de la habitación de Hades, pero antes de salir una vez ha terminado, se acerca a la cama y muy despacio tira de las sábanas hacia atrás para contemplar el perfecto cuerpo del dios rodeado de su negro cabello.

- ¿Has perdido algo en mi cama, Milo? - pregunta el moreno abriendo un ojo.

- No, no... - responde el dorado soltando las sábanas y retrocediendo algo asustado- Es solo que... aaahhhh... bueno... ya esta todo limpio.

- Muchas gracias Milo. Ahora si no te importa me gustaría seguir durmiendo. Por favor cierra la puerta cuando salgas.

Milo obedece al instante para dejarse caer en el sofá del salón y quedarse inmediatamente dormido con la imagen de Hades desnudo sobre la cama dando vueltas en su mente. Al cabo de lo que a él le parece una eternidad, y que en realidad solo han sido varias horas, es sacudido violentamente haciendo que se despierte, desorientado al principio pero inmediatamente se centra al ver los profundos ojos del dios sobre él.

- ¿Qué ocurre Hades? ¿Qué hora es? - pregunta sentándose en el sofá y frotándose los ojos.

- Es medio día - contesta el dios- Y tengo hambre, me preguntaba que hay de comer.

- Comida... lo siento me quede dormido y no he preparado nada. ¿Quieres que bajemos al pueblo a comer?

- ¿Hay buenos restaurantes? Te advierto que no me conformo con cualquier cosa.

- ¿Buenos? ¡Son excelentes! Además los hay especializados en comidas de diversos países.

- Muy bien, tú ganas, vamos a uno francés.

Milo se levanta de un salto y al cabo de unos minutos en su cuarto sale cambiado de ropa y con el cabello impecablemente cepillado y limpio para encabezar la marcha al pueblo. Cuando llegan se dirigen al restaurante francés donde encuentran sentados en una mesa a Camus e Isaack.

- Hola Isaack - saluda el escorpión al pasar por su lado- No sabía que estuvieras por aquí.

- Solo he venido a petición de Camus, quería hablar conmigo sobre algo determinado.

Tanto el dios como el caballero se despiden educadamente dejando al maestro y su discípulo solos con su charla, para sentarse en el otro extremo del restaurante. Después de un vistazo a la carta, Hades llama al camarero y ordena los mismos platos para ambos, sin dar opción a una mínima replica por parte de Milo. En pocos minutos son servidos y comienzan a comer en silencio. De vez en cuando Hades mueve la cabeza satisfactoriamente, dando a entender con ese gesto que la comida es exquisita. Después de un café salen a la calle para dar un paseo por el pueblo.

- Milo, ¿qué vamos a hacer esta noche?

- ¿Esta noche? Pensaba que querías dormir.

- ¿Dormir? Nooo, estoy de vacaciones, he venido para divertirme, querido niño, y eso es lo que voy a hacer. Así que ¿alguna sugerencia?

- ¡No me llames niño! - protesta Milo rojo de furia- No soy un niño. Y en cuanto a la sugerencia, depende de lo que entiendas por diversión.

- Hmmm... bebida, música, buena comida, chicas dulces y complacientes... ya sabes, lo de siempre.

- Muy bien, iremos a un local que suelo frecuentar con bastante asiduidad. Las chicas son muy hermosas y muy obedientes.

- Suena interesante, me gusta. ¿Qué haremos hasta entonces?

- No se... ¿qué te apetece?

- Déjame pensar... ¿hay algún lago o piscina natural para darnos un chapuzón?

- Si, claro que lo hay, pero tendremos que pasar por casa a recoger los bañadores...

- ¿Bañadores? No pensaba que fueras tan vergonzoso querido Milo. Yo no necesito semejante prenda.

Milo le mira totalmente incrédulo, no puede creer que el mismísimo Hades le este invitando a darse un baño con él en pelota picada. Pero la incredulidad desaparece inmediatamente al recordar la imagen de su cuerpo, así que asiente antes de que el dios pueda cambiar de opinión. Retoma el lugar en la cabecera de la marcha y en poco menos de una hora llegan a una piscina escondida en un frondoso bosque.

- ¿Te gusta? - pregunta el dorado mirando ansiosamente al dios.

- Si, es un lugar discreto y hermoso.

Sin decir nada más Hades se desnuda por completo y se lanza al agua para hundirse bajo ella unos minutos. Al cabo de los mismos asoma la cabeza sobre el agua, en el centro de la piscina, para mirar a Milo que aún permanece en la orilla.

- ¿No quieres bañarte conmigo?

Milo no contesta, solo se limita a desnudarse con manos temblorosas y meterse al agua para nadar hasta el dios. Una vez a su lado se acerca y cogiendo uno de los oscuros mechones que flotan en el agua llevarlo a sus labios y besarlo delicadamente ante la atenta mirada de Hades. Este sonríe satisfecho por semejante acto y sin mediar palabra se acerca todo lo que puede al dorado, para devorar sus labios al tiempo que comienza a masturbarle.

Milo cierra los ojos rodeando con los brazos el hermoso cuerpo de Hades, gimiendo con las caricias que le prodiga en su erguido pene. Al cabo de un rato echa la cabeza hacia atrás lanzando un grito de placer al tiempo que explota en la mano de Hades. Este, aún en silencio, se aleja de él para nadar en el agua libremente. Sumergiéndose en la misma de vez en cuando, pero siempre sin prestar la más mínima atención al dorado.

- Hades, ¿por qué lo has hecho? - pregunta desconcertado por la actitud del dios hacia él.- Primero me masturbas y ahora es como si no existiese, ¿por qué?

- Vamos, vamos no es para tanto Milo. Solo ha sido una pequeña compensación por tus esfuerzos en arreglar la casa. Nada más que eso.

El dorado se queda totalmente desilusionado por semejante respuesta. Desilusión que se muestra a las claras en su semblante, por lo que siendo consciente de ello, decide sumergirse en el agua hasta que sus pulmones le obligan a salir para tomar aire.

Al cabo de un largo rato Hades sale del agua y se tumba sobre la hierba, entre sol y sombra, para secarse al aire y dormitar placidamente.

- Esto es maravilloso - murmura aspirando el fragante aroma de las flores- Ahora comprendo la tristeza de Persefone cuando la obligué a permanecer en mis dominios. Allí el calor es sofocante, no hay flores, los lagos son de aguas en continua ebullición...  y el cielo siempre es oscuro, sin ese azul brillante y limpio que tiene el vuestro... ¡Aaahhhh Milo me encanta vuestro mundo!

El escorpión no responde, solo puede contemplar en silencio y totalmente embelesado el cuerpo del dios. No entiende que le pasa, nunca ha sentido algo así. En su joven vida ha conocido cientos de amantes de ambos sexos, algunos más hermosos que el dios, pero después de quedar satisfecho no volvía a pensar en ellos ni a buscarlos, sin embargo ahora es totalmente incapaz de separarse de Hades. Incluso la furia que sentía por haberle obligado a limpiar la casa había desaparecido cediendo su lugar a algo más cálido, algo que le da miedo reconocer y que desesperadamente busca el modo de apagar.

A media tarde Hades se despereza y se viste para mirar divertido a su acompañante indicándole que se levante.

- Bien querido guardián, ¿qué sigue ahora?

- Lo que desees, ya sabes que solo tengo que complacerte... y vigilar que no te metas en líos.

- Jajajaja, no me meteré, estoy de vacaciones.

Desandan el camino de vuelta al pueblo y deciden pasar el resto de la tarde viendo las pequeñas tiendas de ropa que hay en el mismo. Hades esta encantado con las vistosas y frescas prendas de lino y algodón que encuentra en ellas, por lo que compra un montón en cada tienda, obligando con ello al pobre Milo a ir cargado con un sinfín de bolsas y paquetes. 

- Milo, lleva todo eso a la casa mientras te espero cómodamente sentado en esta terraza tomando una jarra helada de cerveza.

- ¿Por qué yo? - exclama irritado- Ya te he dicho que no soy tu criado. Da unas monedas a cualquier chiquillo y las llevará a la casa.

- Pero niño, no te enfades, anda se bueno y quizás... solo quizás te compense nuevamente por tus esfuerzos.

Milo le mira enfadado, pero el recuerdo de las blancas manos del dios en su cuerpo le hace dar media vuelta y enfilar a la casa, no sin decirse a si mismo que es un completo idiota por obedecer sumisamente. Por el camino se encuentra a Shaka que sale de su casa para bajar al pueblo.

- Parece que el vigilar a Hades no te esta resultando tan gratificante como esperabas.

- ¿Y tú que sabrás? - contesta desabrido Milo deteniendo su agotadora ascensión.

- Tienes razón, no se nada a excepción de lo que mis ojos ven. Y estos me dicen que para el dios solo eres un vulgar criado y no un futuro amante.

Milo suelta las bolsas de golpe y sin pensarlo golpea fuertemente a un sorprendido Shaka que solo se limita a llevarse los dedos al labio para cortar la pequeña hemorragia.

- He tenido que dar muy cerca de la diana para que reacciones así. Aunque quizás solo te lo estés ganando con estas pequeñas "atenciones" hacia él. ¿Te ha prometido meterse en tu cama a cambio de que seas su criado? Si es así, solo me queda decirte que me has decepcionado, imaginaba que te vendías más caro.

Sin decir nada más el rubio continua su descenso hacia el pueblo sonriendo por esa pequeña victoria sobre su compañero de armas. Mientras, Milo permanece quieto unos minutos más, dominando la cólera que le embarga para, una vez tranquilizado recoger las malditas bolsas y llevarlas a la casa.

- Hades, maldito seas - murmura dando un puñetazo a la pared de su casa- Me has hechizado de alguna manera, pero te obligare a liberarme.

Después de un pequeño descanso y una lata de cerveza vuelve al lado del dios encontrándole teniendo una animada charla con Sheena. Al verlos se detiene en seco siendo presa de un fuerte ataque de celos, y sin poder controlarse, se acerca a ellos para sentarse al otro lado del dios y beber de su jarra en un claro mensaje a la muchacha.

- Milo, ¿acaso te he dado permiso para beber de mi jarra?

- No, pero estoy sediento después de haber subido tus malditas compras a casa y volver a bajar. Así que considéralo una compensación por el esfuerzo realizado.

- Será mejor que me vaya - interviene Sheena educadamente- Es hora del entrenamiento de las aprendices. Ha sido un placer Hades, espero verte esta noche en la fiesta.

- Allí estaré, preciosa damisela - responde el dios levantándose y llevándose la mano que la chica le tiende a los labios para depositar en su dorso un delicado beso.

-¿Por qué has hecho eso? - pregunta enfadado Milo cuando la amazona ha desaparecido- ¿Y a que fiesta se refiere?

El dios no responde, sino que se limita a bostezar ostentosamente para llamar al camarero y pedirle una nueva jarra para él, pasando a continuación la que tenía al dorado.

- Eres mortalmente aburrido Milo - le dice poniéndose unas oscuras gafas de sol- Ya que tienes tanta sed, termínate esa jarra. Y en cuanto a la fiesta es la que han organizado para celebrar el compromiso oficial de Marin con Aioria. Y por favor Milo, una sugerencia: espero no volver a presenciar un ataque de celos tan ridículo e infantil como el de hace unos minutos.

- ¿Celos yo? ¡Estas loco si crees que estoy celoso de esa mujer! Además, ¿por qué habría de estar celoso? Solo tengo que chasquear los dedos para tener a mis pies a los hombres más complacientes y hermosos del lugar.

- Estupendo, así esta noche no tendré que preocuparme por ti.

- ¿Por qué habrías de preocuparte? - pregunta con un hilo de temor en su voz.

- Porque no pienso ir contigo a esa fiesta, lo haré con Sheena.

- Eres un... un... - se queda callado buscando un adjetivo que describa toda la rabia que siente hacia él sin encontrarlo, por lo que se pone en pie violentamente para encararse con el dios- Me paso el día complaciéndote, me rompo las costillas trabajando para ti ¿y así es como me lo pagas? Pues muy bien Hades, que te diviertas con esa salvaje, no te necesito para nada.

Sin decir nada más da media vuelta chocando al hacerlo con el camarero que trae la nueva jarra de cerveza volcándola sobre ambos. Con un empujón al pobre hombre y lanzando una grosera maldición se aleja rápidamente de allí, dejando a un divertido y complacido Hades con su comportamiento. Una vez en su casa se encierra en su habitación con la firme intención de no salir de ella hasta la hora de ir a la fiesta. Se tira en la cama y abrazando la almohada comienza a dar vueltas a su actitud frente al dios, especialmente a los sentimientos que inundan y confunden su alma. Al cabo de un par de horas escucha la puerta abrirse para inmediatamente percibir los pasos de Hades en la casa hacia su habitación.

Por fin llega la hora de la fiesta. Milo se levanta y examinando su guardarropa escoge cuidadosamente la ropa: un pantalón de cuero negro que se ciñe a sus perfectas piernas como una segunda piel, una camisa sin mangas de fino algodón con la pechera finamente bordada en hilo blanco, una chaqueta negra que realza la musculatura de sus brazos y unos botines de piel negra terminados en una fina punta. Después de vestirse se mira atentamente en el espejo, dando los últimos toques a su largo cabello y desabrochándose un botón más de la camisa, de modo que se vea su perfecto pecho, asiente enérgicamente para salir dándose de bruces con Hades que esta recargado sobre la mesita de la entrada con los brazos cruzados sobre el pecho.

- Pensaba que no ibas a salir nunca, un poco más y hubiera entrado a buscarte.

- ¿No decías que no ibas a ir conmigo a la fiesta? ¿Qué pasa, Sheena te ha dado plantón?

- Nada de eso, me espera allí pero sería una descortesía por mi parte el no ir contigo.

- Muchas gracias por tu consideración, es todo un detalle.

- Deja de protestar y vamos a la fiesta, algo me dice que esta noche va a ser inolvidable.

Ambos salen de la casa para dirigirse a los jardines de la mansión de Shion, pues este los ha cedido para celebrar el compromiso. Cuando llegan Hades se dirige directamente a la muchacha de verdes cabellos que lleva un ajustado vestido que resalta a la perfección sus exuberantes pechos y la perfecta curva de sus caderas. Milo por su parte lanza una mirada asesina a Sheena para dirigirse directamente a la mesa de las bebidas y pedir un vodka doble.

- Hola Milo - dice una voz conocida a su espalda- ¿Sólo en la fiesta? Parece que Hades prefiere a una hermosa mujer a un hombre como tú.

Milo se vuelve furioso para encontrarse con la sonrisa de Shaka y con sus azules ojos resplandecientes y llenos de orgullo.

- No veo que tú estés mejor acompañado.

- Cierto, pero mira, esta tarde recibí carta de Ikki. Iba a recogerla a correos cuando nos encontramos en las escaleras, ¿adivinas que me dice en ella? ¿No? Bueno yo te lo diré: en este pequeño trozo de papel me comunica que dentro de dos días cruzará la puerta de mi casa para no volver a salir de ella y compartir el resto de su vida conmigo. Me pide perdón por hacerme esperar tanto tiempo, pero quería asegurarse de que el amor de Yhoga por su hermano era autentico antes de dejarle definitivamente a su cuidado. Lástima que tú affair con Hades no haya llegado a buen puerto, en fin Milo, seguro que pronto encuentras a alguien con quien divertirte en la cama. Buenas noches querido, que te diviertas.

Shaka da media vuelta con su vaso de zumo de frutas para dejar a un furioso Milo que lo esta contemplando en silencio. La mano con la que sujeta su copa se tensa tanto, que termina por reventarla derramándose el incoloro líquido sobre sus pantalones. Con una maldición se limpia y pidiendo una nueva copa se mezcla con los demás dorados en la fiesta. Mientras deambula saludando a algunos y hablando de cosas sin importancia con otros, busca con la mirada a Hades encontrándole por fin en la zona de baile estrechamente abrazado a Sheena.. Recorre con la vista el lugar hasta que distingue a alguien que esta apoyado en un árbol disfrutando con su bebida. Con grandes zancadas se dirige a este y arrancándole el vaso de la mano lo saca prácticamente a rastras a la pista de baile.

- Milo, ¿qué diablos te ocurre? - pregunta el moreno sin entender nada- ¿Por qué me has arrastrado hasta aquí?

- Sígueme el juego - susurra en su oído mientras le aferra más estrechamente, pegándole a su cuerpo todo lo que puede.

- ¿Seguirte el juego? ¿Qué pretendes dar celos a Hades? ¿Qué ha pasado con el hombre que se acostaba con cualquiera por diversión y que pensaba llevarse a la cama al dios para pasar un buen rato?

- No lo se, maldita sea. Solo se que no soporto verle con ella, ni con cualquier otro. Shura, creo que me he enamorado locamente, yo que siempre me reía de vosotros y del amor...

- Siempre hay una primera vez Milo, y tú no eres inmune a él. ¿Se lo has dicho?

- ¿Decírselo? ¡Estas loco! Para él no soy más que un estúpido criado al que contenta de vez en cuando con un caramelo.

- ¿Y piensas que dándole celos conmigo harás que su actitud hacia ti cambie?

- Es lo único que se me ha ocurrido por ahora, eso o arrancarle la cabellera a Sheena.

Shura no dice nada, pero decide tomar el mando en la danza. Poco a poco se acerca a Hades y su pareja, para una vez que están a su lado, darle al dios un ligero toque en el hombro.

- ¿Cambio de parejas? - pregunta con una gran sonrisa.

- Por mi de acuerdo - responde Hades mirando a Sheena que asiente enérgicamente.

Shura suelta a Milo y agarra a la muchacha para alejarse de ellos entre giros al ritmo de la música. El dorado toma inmediatamente a Hades por la cintura y retoma el baile con los ojos fijos en el rostro del dios.

- ¿Por qué has hecho esto? - le pregunta Hades dejándose conducir dócilmente.

- No ha sido idea mía, pero debo reconocer que me avergüenzo por no haberla tenido antes yo mismo.

- Eso no contesta mi pregunta. Vaya, la música ha terminado Milo, ¿te importaría soltarme? No quiero pasarme toda la noche aquí parado contigo aferrado a mí.

Milo le suelta lentamente con el dolor que siente reflejado en su rostro. Da unos pasos hacia atrás y después de una envarada reverencia se aleja con los puños fuertemente apretados. Regresa a la mesa de bebidas pera coger la botella de vodka y empezar a beber directamente de ella sin apartar los ojos de las andanzas de Hades. Este ha vuelto con Sheena y ahora estén compartiendo una pequeña bandeja de canapés entre risas y susurros llenos de complicidad. La cólera y los celos cada vez crecen más en el interior de Milo, su visión se vuelve roja por la ira y de un solo trago vacía la botella en su estomago. La deja sobre la mesa de cualquier forma y con las manos hundidas en los bolsillos del pantalón sale de la fiesta, arrollando a todo el que no logra apartarse de su camino, para desaparecer por el camino que conduce al pueblo.

Shura es el único que parece darse cuenta del torbellino de sentimientos que luchan en el interior de su amigo y después de pensarlo unos largos minutos decide acercarse a Hades.

- Sheena, ¿me dejas a Hades por unos minutos?

- Claro Shura, es todo tuyo.

Ambos sonríen educadamente a la muchacha y esperan a que se haya alejado para comenzar a hablar mientras se dirigen hacia un columpio de dos plazas.

- ¿Por qué le tratas así? -pregunta el moreno al dios.

- ¿Así como Shura?

- Sabes que Milo se ha enamorado de ti, cierto que muy a su pesar, pero lo ha hecho y tú solo le desprecias.

- ¿Te preocupa Milo? ¿Sientes algo por él Shura?

- Le quiero, pero no como amante o pareja, sino como un buen amigo. Los dos llegamos al mismo tiempo al Santuario y nos hicimos inseparables en seguida. Me duele verle en ese estado. Eres un dios, pero eso no te da derecho a hacerle daño.

- No pretendo hacerle daño, solo quiero enseñarle algo.

- ¿Enseñarle algo? ¿Puedo preguntar el qué?

- Enseñarle la magnitud del dolor que él ha causado en los demás con su actitud frívola y caprichosa.  Ha destrozado muchos corazones inútilmente y ya es hora de que el sienta en carne propia lo que es eso.

- ¿Y cuándo lo haya aprendido que pasará con él, Hades? ¿Te irás dejándole solo?

- Eso es algo que deberá decidir él mismo, y ahora si me perdonas Shura tengo que ir a su lado antes de que cometa alguna locura. - El dios se levanta para seguir los pasos del escorpión pero antes se vuelve hacia el dorado- Te daré un consejo a cambio de tu sincera preocupación por Milo: no desperdicies el tiempo en miedos absurdos y ve a buscar a Shiryu. Los días y las noches en Rozan son muy solitarias para alguien enamorado como él lo esta de ti.

El moreno se queda con la boca abierta sin saber si dar las gracias o protestar airadamente por semejante consejo, pero mientras observa al dios alejarse con paso calmo una gran sonrisa se forma en sus labios. Por primera vez en mucho tiempo su corazón late feliz, inundado de esperanza y de ilusión. Alza la copa hacia el camino por el que el dios ha desaparecido dándole las gracias mentalmente por romper el muro de temor que rodeaba a sus sentimientos.

Mientras en el pueblo Milo se dirige a uno de los bares que permanecen abiertos toda la noche. Una vez en su interior pide un vodka doble y comienza a observar atentamente a la gente que se encuentra en el local. Su vista se fija en un hermoso rubio que esta bailando solo en la diminuta pista. Le recorre ávidamente de arriba abajo durante unos minutos, y dejando su vaso en la barra se acerca a él para aferrarle por la cintura y darle un largo beso en los labios.

- Eres muy hermoso - susurra acariciando su cuello- Alguien tan lindo como tú no debería estar solo.

- ¿Qué quieres? - pregunta algo atemorizado el chico pero a la vez encantado con la belleza de su admirador.

- Hacerte gritar de placer - le besa la garganta dejando una pequeña marca rojiza en ella para subrayar sus palabras.

- Es un gran honor para mí que alguien tan hermoso se haya fijado en mi, pero estoy esperando a alguien y no sería buena idea que...

Milo posa su mirada en el rostro de Hades que esta mirándole desde un lateral de la barra y furioso besa al chico con furia, sujetándole fuertemente por la cintura haciéndole gemir dolorosamente. Sin soltarle, al terminar el beso le obliga a caminar hacia atrás para acorralarle contra la pared del fondo en un cuarto más oscuro y hundir las manos bajo su ropa desesperadamente.

- No, para ¿qué haces? No quiero hacerlo contigo...

- ¿Por qué no? Tú mismo has dicho que sería un honor para ti...

De pronto siente una mano sobre su hombro, una mano que le agarra férreamente y le aparta del muchacho.

- Vete - dice Hades al rubio que no se hace repetir la orden- Parece que no has aprendido nada.

- ¿Aprender? ¿Qué debo aprender Hades? ¡Sólo quiero pasar un buen rato con alguien! Y tú lo acabas de estropear todo.

- ¿Acaso no le escuchabas suplicar que le dejaras?

- Claro que si, pero en seguida hubiera pedido más. En el fondo solo buscan hacerse rogar.

- Entiendo, muy bien Milo, en ese caso...

El dios agarra las solapas de su chaqueta y se la quita violentamente para a continuación desagarrarle la camisa hasta dejarle el torso al descubierto.

- ¿Qué diablos te crees que estas haciendo? - protesta airadamente Milo tratando de zafarse de sus fuertes manos- ¡No quiero hacer nada contigo! ¡Déjame en paz!

- Pero yo si quiero hacerlo contigo - le dice el dios al oído antes de darle la vuelta bruscamente contra la pared.

Con una mano le sujeta las muñecas por encima de su cabeza y con la otra le desabrocha el pantalón haciéndole caer junto con la ropa interior hasta sus tobillos. Con una rodilla le separa las piernas todo lo que da de si la prenda en el suelo y sin ningún miramiento entierra su liberado sexo en el interior del escorpión.

- ¡Basta! - exclama dolorosamente- No sigas... no quiero... no... Hades por favor... no lo hagas...

El dios como única respuesta comienza a moverse en su interior violentamente, desgarrándole hasta el punto de hacerle sangrar abundantemente. La mano que tiene libre la conduce hasta el inerte miembro de Milo para comenzar a masturbarle al mismo ritmo que sus acometidas.

- ¿Qué pasa escorpión? ¿Tú aguijón se ha quedado sin veneno?

Milo no dice nada a sus palabras solo llora entre sollozos de dolor y sobre todo vergüenza. Hades continúa sus acometidas durante un rato más hasta que se vacía en el interior del dorado para salir inmediatamente sin ningún miramiento. Apartándose hacia atrás unos pasos le obliga a girar de nuevo hacia él y con una ligera pero efectiva patada a su rodilla derecha obligarle a arrodillarsel. Coge su miembro y lo dirige a la boca de Milo presionando contra sus labios hasta que logra meterlo en su interior.

- Límpialo Milo, no dejes un solo rastro de semen.

Hades comienza nuevamente a mover sus caderas rítmicamente hasta que por segunda vez se vacía en el dorado, esta vez en su boca obligándole a tragar si no quiere morir ahogado. Por fin sale de él y se acomoda la ropa mientras contempla fríamente al escorpión derrumbado sobre el suelo, acurrucándose contra la pared, abrazándose a si mismo, tembloroso, llorando sin control y totalmente confuso por la vorágine de sentimientos nuevos que luchan en su interior por abrirse paso hasta la superficie. Después de un rato el dios se inclina sobre él y le cubre delicadamente con un mantel que coge de una mesa cercana. Lo eleva con cuidado entre sus brazos y sale del local para encaminarse a casa. Una vez allí le deposita en la cama desapareciendo unos instantes para preparar la bañera. Cuando la tiene lista vuelve a por Milo y le mete en el agua templada. A continuación coge la esponja llena de gel y comienza a pasarla por todo su cuerpo.

- ¿Por qué haces esto? - murmura el escorpión débilmente.

-¿Aún no lo has adivinado Milo? Piensa un poco, repasa en tu memoria a todos tus amantes de una noche, su actitud frente a ti, su comportamiento el día después...

- No has venido de vacaciones, ¿verdad? Has venido para hacerme esto.

- En efecto, tú has sido el motivo de mi venida aquí, pero realmente no sabía como acabaría todo. Esperaba que reaccionaras a tiempo y no tener que llegar a esto. Pero no me has dejado opción, ibas a tomar a ese rubio sin escuchar sus súplicas, sin importante sus sentimientos ni los de su pareja, como siempre has hecho.

- No es cierto, nunca he maltratado a nadie, yo no...

- ¿Tú no qué Milo? Nunca has escuchado a tus amantes de turno, la mayoría de las veces ni siquiera eres capaz de recordar su rostro con claridad. Hace poco llegó a mi reino un muchacho muy hermoso, tanto que me llamó la atención poderosamente. Era muy joven y le pedí que me contara su historia y lo hizo. ¿Quieres saber lo que me contó?

- Si, quiero saberlo.

- Vivía en este pueblo y cometió el error de enamorarse locamente de quien no debía. Una noche el hombre al que idolatraba se fijo en él y se lo llevo a la cama. Era su primera vez y por lo visto ese hombre quedo encaprichado de la inocencia del muchacho. Durante varias semanas todas las noches iba a buscarle para amarle hasta agotarle. De repente un día ya no volvió. Al principio pensó que podría estar enfermo, o quizás su superior le había mandando a una misión de improviso, así que decidió esperar pacientemente a que apareciera por la puerta del local. Pero eso no ocurrió, así que después de varios meses decidió ir a otro bar distinto para intentar animarse y, ¿adivinas a quien vio allí? Vio al hombre que le arrebato el corazón tirándose en un apartado a una hermosa mujer pelirroja. Algo muy profundo se rompió en su interior, algo que le hizo salir de allí corriendo y quitarse la vida con un par de profundos cortes en sus muñecas mientras tomaba un baño caliente. Su último pensamiento fue para ese hombre al igual que su último suspiro. Le pregunté si le odiaba o le deseaba algún mal y su contestación fue una negativa, a pesar de todo el dolor que le había causado le amaba y solo le deseaba toda la felicidad posible. Y ahora Milo, dime ¿adivinas quien puede ser ese hombre?

El dorado que ha estado escuchando la historia en absoluto silencio, agacha la cabeza incapaz de mirarle a los ojos y mucho menos de controlar su llanto. Su pecho se agita convulsivamente a consecuencia de este y sus manos se aferran crispadas a los bordes de la bañera.

- Por tu actitud deduzco que sabes de quien se trata. Eres tú Milo, tú destrozaste la vida de ese muchacho, ni siquiera le diste una explicación, por muy simple que fuera, a tu alejamiento, no le diste la oportunidad de confesarte sus sentimientos, como siempre has hecho con tantos otros amantes. Te has pasado la vida pavoneándote de tu belleza, de tu irresistible magnetismo, nunca has escuchado a nadie, solo pendiente de satisfacer tus deseos, lo único bueno que has hecho en tu vida ha sido luchar por tu diosa, e incluso a tus compañeros de armas desprecias y humillas en cuanto tienes oportunidad. Alguien tenía que abrirte los ojos, mostrarte como eres en verdad, enseñarte la oscuridad de tu corazón. Por eso vine aquí personalmente. Al principio pensé en mandar a uno de mis jueces, pero luego decidí que sería mejor que lo hiciera yo, no quería perder a ninguno de ellos por tus caprichos y tu belleza sin igual. Aún tienes tiempo de enmendar tu actitud, puedes volver a ser el Milo dulce y adorable de antes, el Milo sin contaminar por el orgullo y la prepotencia de sentirse alguien superior. Recapacita sobre tus actos y elige la senda correcta, porque Milo, la próxima vez no tendrás esta segunda oportunidad, la próxima vez Lune te juzgará y condenará por tus actos.

Hades se levanta y suelta la esponja en el agua para salir de allí. Silenciosamente recoge sus cosas y con una última mirada hacia el dorado que aún sigue dentro del agua sale de la casa para dirigirse a la mansión de un extrañado Shion por su repentina aparición y recuperar la habitación que le ofreció en su llegada.

Milo permanece un largo rato en la bañera llorando amargamente en silencio. Por fin se decide a salir y después de secarse mecánicamente se pone lo primero que encuentra en el armario y sale hacia el cementerio del pueblo. Allí busca entre las lápidas con cierto temor, el nombre del muchacho de la historia de Hades. Al cabo de media hora deambulando entre tumbas da con la que busca. Se arrodilla ante la lápida y acaricia con la yema de los dedos las letras esculpidas en relieve sobre ella.

- Lo siento - dice a la fría piedra- Ojala puedas perdonarme algún día Héctor, nunca quise hacerte daño, no tenía idea de tus sentimientos. Sacrificaría mi vida si con ello pudiera hacerte volver. Cuanto debes haber sufrido por mi culpa, cuanto amor desperdiciado por mi ceguera...

No puede continuar hablando a causa del llanto que le ahoga y que le hace caer sobre la losa vertiendo sobre ellas sus lágrimas cargadas de dolor y arrepentimiento. Al cabo de un rato siente una mano fría posarse sobre su hombro dulcemente. Se incorpora lentamente y volviendo el rostro ve la figura de Héctor tras él. Sus ojos se abren enormemente por la sorpresa y trata de hablarle pero solo logra balbucir inconexas palabras de arrepentimiento y culpa.

- Tranquilo - dice el muchacho con una dulce sonrisa- No se esta tan mal allá abajo. Tú no tienes la culpa de nada Milo. El amor es libre y no podemos cogerlo a la fuerza, a de ser dado libremente. El tuyo no me pertenecía y yo no podía vivir sin él, no después de haber estado tan cerca de ti.

- Pero yo te destrocé la vida, te obligué a suicidarte, ahora podrías estar lleno de vida, de ilusión, de amor, de esperanza, y sin embargo...

- Shhhhhhh... no digas nada más. Tome la decisión libremente, tú no tuviste la culpa de mi cobardía. Tengo poco tiempo, así que te diré porque he venido aquí: solo quiero que sepas que te perdono de todo corazón y que no debes culparte de lo ocurrido.  Y por otro lado un consejo: acepta esta segunda oportunidad que Hades te ha dado, no la desperdicies, busca el amor verdadero, no pierdas el tiempo en amores vacíos.

Tan repentinamente como apareció el muchacho desaparece dejando a un sorprendido Milo en mitad de un solitario cementerio, sin saber si lo que ha vivido ha sido producto de su febril mente o ha sido realidad. Al levantarse apoya una mano en la lápida y siente algo bajo ella. Al bajar la mirada observa atónito una hermosa rosa blanca. La coge con mucho cuidado y al tocarla siente el terciopelo de sus pétalos y un aroma increíblemente dulce. Ni siquiera las rosas más mimadas de Afrodita son capaces de tener ese tacto y ese aroma. La acerca a su corazón y murmura un autentico y profundo gracias para por fin ponerse en pie y volver a su casa. Al llegar la pone en el jarrón más hermoso que es capaz de encontrar con un poco de agua y se echa en el sofá quedándose dormido inmediatamente. Al día siguiente se levanta con los primeros rayos de sol y se encamina a la casa de Afrodita para pedirle un enorme ramo de sus mejores rosas. El jardinero le mira totalmente asombrado incapaz de reaccionar, pero la insistencia de Milo y el contacto con sus manos cuando este le aferra las suyas, terminan por decirle que es verdad. Le deja pasar y mientras el escorpión se toma su primer café del día Afrodita corta las más puras y hermosas rosas blancas de su jardín. Cuando Milo las tiene se marcha dando un beso en la mejilla a su compañero y sale disparado escaleras abajo. Lo primero que hace es detenerse en la casa de Shaka. Llama a su puerta escandalosamente hasta que consigue que le abra.

- ¿Qué te pasa para armar tanto alboroto? - pregunta el budista una vez esta ante él - Espero que tengas un buen motivo para despertarme de este modo tan poco usual.

- Shaka - le dice con una gran sonrisa al tiempo que coge la rosa más linda de todas y se la tiende gentilmente- Te ruego que aceptes esta pequeña rosa en señal de disculpa por mi actitud. Me he portado muy mal contigo últimamente y me gustaría que me perdonaras y me dieras una nueva oportunidad. Aunque no lo creas tu amistad es muy importante para mi.

Shaka coge la flor sin poder apartar sus azules ojos de Milo. Busca en su mirada una sombra de burla, de desprecio escondido, pero en su lugar solo haya amistad y arrepentimiento sincero, al igual que en la lectura que hace de sus emociones, por lo que sonríe y le da un fuerte abrazo.

- Acepto tus disculpas y tu ofrecimiento de amistad, y para que veas que hablo en serio ¿querrás entregarme a Ikki en nuestra ceremonia?

- Será un verdadero placer Shaka.

Milo continúa su descenso para acercarse rápidamente al pueblo y buscar en primer lugar al muchacho rubio de la noche anterior. Cuando por fin le encuentra trabajando en una panadería le entrega una rosa y le pide disculpas. Disculpas que el muchacho se apresura a aceptar con una gran sonrisa. Durante el resto del día Milo se dedica a buscar a todos aquellos a los que ha podido lastimar con su actitud egoísta e infantil para ofrecerles una rosa blanca y sus más humildes disculpas. Cuando encuentra al último de sus esporádicos amantes la noche invade el lugar, por lo que se dirige a su casa en silencio pero satisfecho consigo mismo por primera vez en mucho tiempo. Se detiene ante la puerta unos largos minutos para decidir continuar la ascensión hasta la mansión de Shion. Una vez allí, echa un vistazo por el jardín sonriendo al encontrar en el mismo a Hades.

- ¿Podemos hablar? - pregunta al dios tímidamente cuando esta ante él.

- Claro, dime que se te ofrece, pero antes de empezar siéntate a mi lado.

- Supongo que ya sabrás que he estado haciendo durante todo el día - continúa el dorado sentándose en la hierba junto al dios.

- Así es, y dime ¿cómo te sientes ahora?

- Estupendamente, la verdad es que no recuerdo cual fue la última vez que me sentí tan bien. Pero en realidad no he venido a hablar de esto, quería hacerte una pregunta algo personal.

- Muy bien Milo, tienes mi permiso para preguntar lo que desees, te lo has ganado con creces. ¿Qué es lo que quieres saber con tanto interés?

- Me gustaría saber si... si tengo alguna oportunidad contigo.

El dios le mira sonriente unos instantes para a continuación y sin decir nada apoyar una de sus manos en su pecho y empujarle suavemente hasta tumbarle sobre la hierba. Hades inclina el rostro sobre él y le besa apasionadamente mientras su mano se desliza por su pecho acariciadoramente.

- ¿Responde esto a tu pregunta? - le dice sonriente sin apartar sus negros ojos de los suyos.

- La responde perfectamente, pero no quisiera ser un estorbo entre Perséfone y tú.

- No lo serás, la verdad es que no piensa volver conmigo. Cometí el error de llevármela a la fuerza y de imponerle mi amor, lo único que conseguí de ese modo fue que su odio por mi reino y mi persona creciera más cada día.

- Pero ella aceptó estar contigo durante el invierno...

- Cierto, pero solo lo hizo para proteger este hermoso mundo, no por amor.

- Entiendo... a mí no me importaría vivir en tu reino por toda la eternidad si te tengo a mi lado.

- Las más dulces palabras que he escuchado nunca, pero no voy a cometer el mismo error. Te marchitarías allí abajo sin la luz de sol, sin el aire fresco y cálido, esta vez seré yo quien se quedará aquí arriba.

- ¿Y tu reino?

- Bajaremos bastante a menudo, incluso pasaremos largas temporadas en él, pero nuestra residencia estable estará aquí arriba. Y ahora basta de charla mi querido Milo...

Sin decir nada más se sienta a horcajadas sobre la cintura del dorado y desabrocha su camisa mientras le besa hasta saciarse de sus labios. Sus manos recorren delicadamente el fuerte pecho de Milo y sus labios hacen lo mismo en su cuello. Poco a poco va descendiendo por su cuerpo hasta llegar al pantalón el cual desabrocha para acariciar a través del slip su sexo y gemir satisfactoriamente al sentir como responde a sus caricias. A regañadientes separa los labios de las tetillas del escorpión para quitarle el pantalón y el diminuto slip y posarlos ansiosamente sobre el suave glande y comenzar a recorrerlo en toda su extensión.

Milo por su parte responde a sus besos y caricias, su espalda se arquea entre gemidos y suspiros. Sus manos se pierden en la negra cabellera del dios recorriendo su espalda, separa sus piernas todo lo que puede para facilitarle al máximo el acceso a su palpitante pene.

- Hades... Hades... eres maravilloso...

El dios alza unos segundos la mirada hacia el rostro de Milo mientras engulle todo su miembro y comienza a devorarlo lentamente, succionando y mordisqueando, acariciando con la lengua y presionando con sus labios hasta que consigue el blanco néctar del escorpión. Traga hasta la última gota deleitándose con su sabor para a continuación invadir la pequeña y anhelada entrada con la lengua.

Milo no puede evitar sonrojarse hasta la raíz del cabello al ver la expresión del dios cuando paladea su semen. Sus manos se cierran sobre la hierba, arrancándola con sus fuertes dedos mientras sus suspiros se convierten en débiles gemidos al sentir la traviesa lengua de su divino amante en su interior.

Hades por fin se incorpora levemente y dirige su propio sexo a la dilatada entrada del dorado para enterrarlo por completo en su interior de un solo movimiento, haciéndole gritar de deseo y dolor. Cubre su rostro con dulces besos y caricias, le regala los oídos con palabras de amor, desliza sus manos por los brazos de Milo hasta llegar a sus manos para entrelazar las suyas con ellas. Una vez aferrado de ese modo, le levanta los brazos hacía arriba y comienza a moverse lenta y rítmicamente sobre él.

- Milo... mi hermoso escorpión... cuanto tiempo te he deseado...

El dorado no responde nada, solo puede gemir placenteramente rodeando con las piernas al dios y hacer que la penetración sea más profunda al igual que el contacto de sus cuerpos. Sus caderas pronto adoptan el ritmo de Hades y su sexo vuelve a estar totalmente erecto gracias a la presión que recibe de ambos abdómenes. Por un instante sus ojos se elevan al cielo para contemplar la más resplandeciente luna llena que ha visto jamás, y se le antoja que el astro bendice de ese modo su unión.

Hades aumenta sus acometidas progresivamente hasta que estalla en el interior de su precioso escorpión con un grito de placer y deseo satisfecho, al tiempo que inmediatamente después este hace lo mismo contra su abdomen. El dios cae sobre el dorado sin soltarle las manos y se queda quieto durante un largo rato, hasta que logra recuperar el control sobre su desbocado corazón y su respiración.

- Milo, me cautivaste cuando bajaste para enfrentarte a mis jueces, por primera vez lamente no estar en mi propio cuerpo - le susurra apoyando la barbilla en el pecho del dorado- Me enamore perdidamente de ti, pero no quise cometer el mismo error que con ella, y por otro lado conocía tu trayectoria amatoria, no solo por ese muchacho sino por mis jueces y por lo que yo mismo podía ver a través de mis familiares.

- Y decidiste seducirme y volverme loco de celos, ¿verdad?

- Bueno, por un lado quería que sintieras el dolor que causabas en los demás con tus correrías y por otro quería estar seguro de tu amor. Espero que puedas perdonarme algún día.

- No haya nada que perdonar - le dice besándole la punta de la nariz y abrazándole fuertemente- me has abierto los ojos, me has mostrado mi interior sin tapujos y, lo mejor de todo, me has enseñado el verdadero amor. ¿Sabes una cosa? Ha sido la primera vez que he hecho el amor de verdad, quiero decir que no ha sido solo sexo y  deseo físico satisfecho, sino que ha habido sentimientos que me han hecho disfrutarlo como nunca hubiera imaginado que se pudiera hacer. Así que gracias por todo Hades, gracias por darme una segunda oportunidad a tu lado.

- De nada Milo, y ahora tengo mucha hambre de ti escorpión, tu veneno es altamente adictivo y necesito otra dosis del mismo.

Ambos se besan hasta quedarse sin aliento para comenzar un nuevo asalto amatorio, sin saber que son observados discretamente por dos divertidos amantes: Shion y Dokho.

- Bueno, Dokho ahora que ya sabemos el verdadero motivo de la venida de Hades podemos respirar tranquilos.

- Si, nunca hubiera imaginado que pudiera amar de ese modo.

- Los dioses también tienen sentimientos y deseos. ¿Qué tal si los dejamos solos y nosotros vamos adentro a disfrutar y ponemos nuestro propio broche de oro a esta noche?

La pareja se retira del mirador en el que están desnudándose por el camino y sin dar tregua a sus manos y labios hasta derrumbarse abrazados en la cama y ejecutar el ritual amoroso que llevan a cabo cada noche.


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