Hazukashī
SasuNaru / SaiGaa
Por Neary
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Capitulo 1
Sentía sus brazos agarrarse firmemente a su cintura, estrechándole junto a su cuerpo. Gruñó algo in entendible en cuanto comenzó a darse cuenta de que estaba siendo despertado, quizás inconscientemente, por su pelinegro.
-Sasuke... -gruñó, acurrucándose aun más a la almohada, pidiendo que le dejara dormir en paz.
-¿Nnh?-
-Teme! Déjame dormir-se quejó, ya intentando apartarse de esos brazos, aunque le encantaba estar apresado en ellos, no podía dejar que el Uchiha lo supiera.
¿Por qué con él tenia que ser todo tan complicado?
-Mejor cállate y déjame dormir a mí, baka-
-No me apretujes tanto-se quejó, tomando el cobertor para luego taparse la cabeza.
¿Por qué el sol tenia que brillar tanto cuando él necesitaba descansar? La noche anterior había sido agotadora y no tenía ningún ánimo de levantarse. Sintió que los brazos le soltaban un poco, pero un cuerpo se apegaba mas al suyo.
Suspiró.
-Date vuelta-ordenó un susurro en su oído.
Se estremeció con placer al sentir ese aliento cálido y el murmullo ronco de su voz. ¿Por qué su cuerpo tenia que traicionarle de esa manera?
-Sasuke...-murmuró, sin voltear aún.
Si seguían con ese jueguito no llegarían a la misión que les habían encomendando y Tsunade se enfadaría. ¿Porque la hokage tendría que ser tan gruñona? A pesar de beber litros y litros de alcohol jamás la había visto feliz realmente por la borrachera.
"Seguro que es del tipo triste y amargado"
-No haré nada que no quieras... -respondió, tomándole para voltearle él mismo y dejarle frente a frente.
El Uchiha sonrió satisfecho, le gustaba cuando el kitsune le miraba con una mezcla de vergüenza y deseo. Estaba seguro que se reprimía solo por la misión, pero que más daba. Eran las siete de la mañana según el reloj de la mesilla y aun le quedaban un par de horas para reportarse.
Vamos, que podían entretenerse un ratito.
-Aunque quizás si lo haga-continuó el vengador-después de todo, te resistes solo para darle mas morbo ¿nee?
-Teme!-replicó sonrojado, intentando plantarle un golpe en la cara, pero el Uchiha le atrapó fácilmente la muñeca y la sostuvo con firmeza, sin dejar que le golpeara.
Ahora estaba indefenso bajo el cuerpo del Uchiha con los brazos a cada lado de su cabeza. Sin tener con que defenderse. Sus piernas no servirían de mucho en esa situación, no podía patearle.
-En realidad sí que te gusta cuando te lo hago... -ronroneó colocando sus labios cerca de su cuello, palpando débilmente la zona.
Sintió el escalofrío de Naruto y aún así lo ignoró. Ya conocía que lugares tocar y cómo para que dejara de resistirse. Claro, sólo había que bloquear sus sentidos por el placer y era fácil.
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-¿Saben la maldita hora que es?-reclamó la pelirosada, colocando las manos en su cintura, enfadada.
-Gomen, Sakura-chan-se disculpó torpemente el rubio.
Intentó mantener controlado el sonrojo de sus mejillas al recordar porque se habían retrasado. Bueno, habían comenzado con eso temprano... pero era inevitable que quisieran seguir un rato más.
Finalmente habían llegado corriendo a la entrada de la aldea, encontrándose con una cabreada Sakura, que había estado esperando mas una hora.
-Quedamos de juntarnos a las nueve a mas tardar-replicó esta sin tomar mayor atención a las palabras del rubio-Ya pasan de las diez...
-Sakura,-le llamó el Uchiha sin dejar que continuara con su monologo-Siquiera a llegado Kakashi, ¿Esperas que nos vayamos sin él?
-No... pero-
-Ohayo!-saludó un sonriente jounnin apareciendo de entre el humo.
-Kakashi-sensei-saludó el jinchuuriki con una sonrisa, sin molestarse por su atraso.
Después de todo, su sensei comúnmente se demoraba aún más.
-Bien, ya estamos todos ¿nee?-confirmó mirando a los menores-La misión consiste en recuperar los pergaminos que fueron robados al señor feudal de Suna.
-¿Veremos a Gaara?-preguntó entusiasmado el rubio.
Luego de que habían salvado a Gaara de los akatsuki habían tenido muy buena comunicación entre ellos. De vez en cuando por motivos de alianza, el kazekage visitaba la aldea y de paso a los conocidos.
-En esta ocasión lo dudo-respondió el jounnin sonriendo bajo la mascara al ver la cabreada mueca que tenia el Uchiha-Lo más seguro es que veamos a la representante de Suna.
-¿Temari-san?-preguntó la Haruno.
La hermana mayor de Gaara generalmente pasaba mucho en Konoha, ya fuera por los exámenes chunnin o por técnicas de aprendizaje de la academia para la aldea de la arena.
Además de que ella tenia muy buena relación con Shikamaru.
-Exacto, ahora por la información que tenemos nuestro objetivo está a un día de Suna, hacia el sur-
-¿Sabemos cuantos son?-
-No, solo la posible ubicación y la misión no pasa de ser rango B-
-¿B?-preguntó extrañada Sakura- Usualmente nos asignan de rango C...
-Si quieren ser considerados para ser anbus deben estar preparados para mas-explicó el jounnin.
Concretamente era una prueba para Sasuke y Naruto, ya que Sakura no tenía intención de ser anbu.
Ambos se miraron por un momento, queriendo decir algo, pero no sabían como empezar.
-Bien, vamos-interrumpió Kakashi.
Él sabia que ese tema era difícil para Naruto y Sasuke, después de todo el rubio le había pedido un consejo con ello.
Él había sido anbu, y Naruto que quería ser el Hokage debía saber que hacían, por ello quería integrarse a la cuadrilla. Pero el Uchiha se negaba totalmente, estaba casi seguro que si el rubio se presentaba al examen, el pelinegro aria lo que fuera por detenerlo.
Aunque fuese a la fuerza, no dejaría que Naruto hiciera la prueba.
-¿Sai aún está con el kazekage? Kakashi sensei-preguntó la pelirosa intentando ignorar la tensión del ambiente.
-Sí, ya sabes lo del pacto de "ofrenda de amistad" que hicieron entre los jefes-
Sai había sido enviado a Suna para proteger al Kazekage mientras Kankuro había sido enviado a Konoha con el mismo propósito. Se trataba de un intercambio para estrechar la relación que existía entre ambas aldeas.
El pelinegro se encontraba hace ya medio año en Suna, y apenas tenían noticias de él.
En cuanto fue decidido que Sai sería enviado a la Arena, se determinó que Sasuke tomaría su antiguo puesto en el equipo 7, siendo vigilado claro por Naruto.
La sentencia que había dictado la Godaime para Sasuke por la traición había sido 100 días de trabajos impuestos (Misiones de rango D) y entregar toda la información que sabía sobre los experimentos de Orochimaru y lo que quedaba del Akatsuki.
Sasuke no se negó, se había arrepentido sinceramente de traicionar a su aldea, pero no así de ir con el Sannin con el afán de conseguir mas poder. La Godaime finalmente había persuadido a los ancianos de la aldea que lo mas importante era que se arrepintiera de su traición a Konoha, no de seguir al traidor sannin.
-¿Me pregunto... que tal estará Sai con Gaara?-meditó en voz alta Naruto.
Por lo mordaz que era Sai y su sonrisita falsa, juntarlo con Gaara que era casi totalmente inexpresivo con falta de paciencia, era juntar una bomba.
Pero bueno, si el kazekage no lo había enviado de vuelta en medio año, era porque quizás se llevaban bien...
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-¡Ya está bien!-gritó azotando su puño contra la mesa que tenía frente a él, deteniendo la disputa que se realizaba en su despacho.
Gaara gruñó y miró fríamente con sus ojos verdes a los dos que tenía en su oficina en ese momento, Temari y Sai, los dos se llevaban francamente mal y lo expresaban cada vez que se veían, en cualquier parte.
Especialmente cuando estaban en la oficina del kazekage.
Aún no comprendía el interés de Temari por ir a visitarle sabiendo que Sai estaría ahí. Cada vez que su hermana venía a ‘entretenerle' por la tarde, para que ‘no llegara tan enfadado a casa' de lo aburrido que estaba en ocasiones, discutía con el pelinegro a tal grado de utilizar su abanico mientras el pintor utilizaba sus jutsus.
Sobra decir como quedaba el desastre en su espacio si no les detenía con su arena.
-Temari, basta de agitar tu abanico como si estuvieras en campo libre, ¡No quiero volver a tener una entrada de aire extra!-luego de mirar cabreado a su hermana, que solo atinó a reír nerviosamente, sabía que no era bueno hacer enfadar a Gaara, se dirigió a Sai que solo le miraba con su falsa sonrisa en el rostro, esa que le crispaba los nervios-Y tú, ¿Podrías entender de una maldita vez que esto no es una jodida exposición de arte? No quiero mas dibujos en las paredes.
El pelinegro solo sonrió.
-Kazekage-sama, usted debería comprender que debo tener un lugar donde expresarme si esta arpía no me deja bosquejar en un listón decente-
-¡¿A quien llamas arpía, pintor de quinta?!-exclamó ofendida la rubia.
-A la única fácil que deja a su novio en la aldea vecina, expuesto a que cualquiera le abra las piernas-sonrisa made in Sai.
-¡¿Pero que carajo te haz creído...?!-
-Basta los dos, ahora-ordenó sin levantar la voz el pelirrojo.
Era solo media tarde y ya no soportaba tener a nadie cerca, lamentablemente el pelinegro debía quedarse junto a él a todas horas y su hermana no se iría sin intentar golpear un poco mas a Sai. Suspiró, ¿Quien le había convencido del intercambio?
Ah, sí. Kankuro.
"Cuando vea de nuevo a ese pervertido que dice ser mi hermano, me lo cargo..."
Así como iban las cosas, se quedaría sin familia. Pero bueno, era lo mejor para su salud mental, después de todo, era el kazekage.
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-Si vinimos aquí a hablar de lo mismo otra vez... mejor nos vamos a dormir-suspiró Sasuke recostándose desinteresado en el tronco del árbol, de brazos cruzados.
El rubio le miró con unos ojos suplicantes, desde que Kakashi-sensei nombró aquello de ser anbu y la prueba de ‘admisión' que el ambiente entre él y Sasuke se había tornado muy extraño, tenso y fastidioso.
-No termino de entender porqué te enfadas tanto cuando hablamos de que yo quiero ser anbu-
-Te lo he dicho las veces necesarias, no quiero que seas anbu-repitió el ojinegro, clavando una fria mirada en los ojos celestes de su amante-Eso no es para tí
-¡Eso no lo decides tú!-se exasperó agitando los brazos.-Yo no me estoy oponiendo a que tú seas un anbu.
-No tendrías porqué, sabes que ya he asesinado antes-replicó, mirando desinteresadamente el cielo estrellado.
Naruto solo mordió sus labios. Como le molestaba que el Uchiha hablara tan calmadamente sobre las personas que había asesinado mientras estaba con Orochimaru. Aun no podía asimilar e imaginarse a Sasuke matando personas a sangre fría.
Sabia que durante los entrenamientos no mataba a nadie con la excusa de "No son ellos a quienes deseo matar" pero otros... quienes se habían interpuesto en su camino, habían pagado un precio muy caro... con su vida.
Apretó los puños con impotencia. Odiaba cuando Sasuke le sacaba en cara eso. ¿Acaso debía alguien sentirse orgulloso de arrebatar vidas?
-Tú en realidad no entiendes...-escuchó el murmullo del Uchiha en un suspiro, sintió como se acercaba a él y no quiso alejarse. Sus manos en sus mejillas, sin forzarle a levantar la mirada-... matar... quitar la vida a alguien, no es algo de lo cual uno se puede olvidar... es quitar una vida y luego intentar dormir tranquilamente...
Cuando Sasuke apoyó su frente contra la suya, levanto la mirada, intentando ver esos ojos negros que tanto le gustaban, pero solo pudo ver sus párpados cerrados. Mordió nuevamente su labio, sin saber que decirle para que se sintiera mejor...
"Sasuke jamás se ha sentido orgulloso de matar... para él solo fue algo inevitable..."
Finalmente Naruto optó por rodearle con sus brazos el cuello, dándole un ligero beso en los labios, para luego separarse de él y ver como sus ojos ya le miraban atentamente, con una mezcla de sorpresa y fingida frialdad.
-Lo sé...-explicó-... sé que es difícil... puedo comprenderlo, pero no me pidas que no haga algo que en realidad deseo hacer...
Detuvo la replica de Sasuke colocando sus dedos sobre sus labios. Demandando silencio, que le escuchara.
-Ser anbu es una de las cosas esenciales para ser Hokage... si no sé que hacen los ninjas de mi aldea, jamás podré ser un buen líder...-
-Usuratonkachi...-balbuceó con una sonrisa burlona.
Sasuke no deseaba que Naruto se ensuciará las manos tal y como él lo había hecho, tener que soportar los reproches de la conciencia y no poder dormir tranquilo por las noches... era una pesadilla que no deseaba para él.
Pero sabía que Naruto había madurado, ya no era el chiquillo que atacaba sin pensar... no por nada ya contaba con 17 años...
-Sasuke teme, no me digas así-se quejó.
-Esto no termina aquí, lo sabes ¿verdad?-inquirió, tomando nuevamente el rostro del Jinchuuriki entre sus manos, caminando lentamente hasta dejarlo acorralado contra un árbol.
-Sí... sé que me darás la lata hasta que nos pongamos de acuerdo-aceptó separando un poco las piernas, dejando que Sasuke colocara las suyas entre las de él.
-Tengo un par de ideas para comenzar a ponernos de acuerdo-murmuró dejando que sus manos pasearan curiosas entre la vestimenta de rubio, desprendiéndole lentamente de ella.
Quizás no había sido tan mala idea dejar a Sakura y Kakashi con el Genjutsu en caso que despertaran.
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-Deberíamos irnos ya-dijo Sai en medio de la casi penumbra de la habitación.-Son casi las tres de la mañana...-
-Aún me faltan unos tratados por revisar...-fue la escueta respuesta que recibió.
Gaara se encontraba en su escritorio, el cual tenia una pequeña lámpara que le alumbraba lo suficiente para ver los papeles que tenía que firmar. Siguió leyendo interesado cada una de las líneas que tenía aquel tratado.
Pronto sintió como unos brazos le rodeaban la cintura, y le levantaban ligeramente de su asiento. Suspiró.
-Sai-reclamó-Estoy ocupado.
-Siempre lo estás-murmuró en su oído, levantándole del todo y estrechándolo contra su cuerpo, sin sentir resistencia por parte de Gaara.
-Ya hablamos sobre lo que sucedió hace unos días...-
-Sí, sí, no fue nada, solo calentura-contestó con la voz extrañamente fría sin dejar que el otro se separara-... ¿Por qué no puedes entonces calentarte de nuevo?
-Suéltame-ordenó sin siquiera moverse.
"Hace solo un par de días..." fue lo que pasó por la mente del kazekage.
Desde mas o menos un mes atrás que llevaban una extraña relación, si bien, jamás se habían llevado bien los dos, por la complejidad de sus caracteres, habían llegado a soportarse lo suficiente como para no matarse.
Después de todo, estaban las 24 horas del día juntos.
Hace casi un mes atrás luego de una reunión, en la cual hubo alcohol ya que eran señores feudales la mayoría de los invitados, habían salido ambos un tanto pasaditos de tragos, aunque casi ni se les notara, ya que de por si, eran poco habladores.
No recordaba muy bien lo que había pasado, pero habían terminado los dos medios desnudos sobre la cama de Gaara, con marcas de besos en sus cuerpos.
Lo único que estaban seguros, era de que no habían tenido sexo.
Pero luego, hace solo un par de días, lo habían hecho, se habían acostado y ‘divertido' hasta casi el amanecer del día siguiente.
Aquello no era un simple error, no lo habían hecho una sola vez, habían repetido varias veces hasta que quedaron agotados. No sabía como llamarle al sentimiento que ahora tenía por Sai, pero prefería evitar cualquier tipo de ‘relación' con quien fuera.
Por eso le había dicho que lo olvidaran. Pero al parecer Sai no estaba contento con eso.
-Claro, esto es así siempre, si tu quieres abrir las piernas está bien, pero cuando yo quiero un poco de satisfacción no me facilitas las cosas-pronunció con ese tonito despectivo, que molestó al pelirrojo.
-Eso fue de mutuo acuerdo-replicó separándose a la fuerza de su agarre-Fue un error, y te dije que lo olvidáramos.
-¿Y si no quiero olvidarlo?-
-Sai, no es como si estuviéramos enamorados-replicó mirándole con frustración-Sólo fue calentura y ya, no hay necesidad de repetir.
-¿Y tú cómo sabes que no estoy enamorado?-
-Porque no sientes nada-contestó ya cabreado.
Un silencio incomodo sintió el de la arena, pero intentó no darle importancia, sabia que se había pasado con ese comentario, pero no iba a disculparse ni nada.
-Es cierto, fui entrenado para no sentir-
Finalmente, el pelinegro salió de la estancia, sin siquiera mirar al kazekage.
Aquello le dio un mal presentimiento a Gaara ya que después de todo, él sabía como estaba sufriendo Sai para intentar aprender a sentir...
Él solo estaba enojado... en realidad no pensaba eso.
"Sai..."
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