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Tu Aroma Me Enloquece por Shun_ElMasBello

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Notas del fanfic:

Bueno aquí les traigo un fic un poco romántico... Creo Jejejeje... No sé si este acorde a ese genero pero espero que si.... Esta dedicado muy cordialmente a zion no bara... Y sharm_baby Saludos para ustedes preciosas ... Espero que lo disfruten.... Besos....

Notas del capitulo: Hello everybody.... Como están...???... Espero que  de maravilla.... Aquí estoy yo súper feliz de poder dejar este escrito... Que he hecho con mucho cariño.... Creo que es el primero que hago donde no hay mucho humor... Jijijiji... Espero que les agrade... Besos... Nos leemos....

Los caballeros de oro se habían levantado temprano por ordenes del Patriarca para recibir a Sahorí que regresaba de un viaje. La Diosa había avisado que necesitaba hablar con los doce caballeros lo antes posible. La mayoría se quejaba, no querían ir a esa reunión, ya que cada vez que había una se quedaban dormidos oyendo a la Diosa hablar sin parar, lo único que a veces los mantenía animados eran las ocurrencias del pegaso.

Por otro lado tres de los dorados, estaban en sus templos arreglándose como nunca, Mu de Aries se estaba vistiendo con una túnica violeta que se ceñía a su cuerpo dejando su abdomen al descubierto, abierta en el pecho y larga hasta mas abajo de las rodillas pero abierta por los lados dejando ver sus piernas. En Acuario Camus se colocaba su prenda favorita, una túnica corta que le llegaba cuatro dedos sobre las rodillas, de color azul marino, con los brazos al descubierto y un poco abierta para dejar ver su pecho. Mientras el tercero, Afrodita de Piscis, se colocaba al igual que los otros una de sus túnicas de color azul celeste, que le cubría su brazos y piernas, pero pegada marcando todo su fino cuerpo.

Los nueve caballeros restante al pasar por los templos de acuario y piscis olieron un delicioso aroma, y se hicieron la idea de que la tríada de la belleza se había peleado y tendrían una de sus competencias. Milo, Death y Aioria pensaron en que al salir de la reunión irían a comprar condones porque lo mas probable es que tuvieran una noche muy buena.

El pisciano estaba colocándose su cinturón, para luego peinar su cabellera. No podía esperar a restregarle por la cara a sus dos amigos que era, es y siempre será el mas hermoso en todo el santuario. Por su parte los otros dos también pensaban los mismo. Camus estaba apunto de salir de su habitación cuando sintió unos pasos, se asomo por la puerta y vio que Mu pasaba por su templo, se sorprendió de que el ariano estuviera tan revelador, pero no se dejaría intimidar, al ver que el chico se había alejado, salió y se dirigió al templo de la diosa.

Los nueve caballeros dorados estaban en el salón de reunión del santuario, Sahorí ya tenia rato de llegar, a su lado estaba Shion, y cerca los cinco caballeros que lucharon hasta el fin en el reino de Hades. Solo faltaban tres caballeros dorados, se estaban impacientando, entonces Milo se ofreció como voluntario para ir a buscarlos, pero cuando iba a salir la puerta se abrió dejando entrar con esto a Mu, Afrodita y Camus, todos los presentes estaban impactados, nunca los habían visto vestidos de esa forma, estaban arrebatadores, en un momento todos los hombres presentes empezaron a imaginárselos en su cama, provocando con esto que se hicieran presentes unas cuantas erecciones. Milo que se había quedado frente a ellos salió corriendo tapándose su miembro que hacia bulto en su pantalón y se sentó rápidamente, y al ver a los demás se dio cuenta que estaban en las mismas.

Mu: -Susurrando para que solo lo escucharan sus ahora enemigos- Jaja, quien iba a pensar que todos se excitaran tan rápido.

Afrodita: No cantes victoria, ni creas que se empalmaron por verte a ti.

Camus: ¿Y tu crees que fue por ti?.

Afrodita: Pues es de suponerse, ustedes son demasiado fríos como para hacer que alguien se excite con verlos.

Mu: -Tratando de controlar su enojo- Siempre haciéndote el importante, ¿cuándo vas a madurar?.

Afrodita: ¿Y ustedes cuando se van a hacer una cirugía plástica?.

Camus: Pues no la necesitamos, en cambio tu si- Ya estaban empezando alzar la voz y a amenazarse con los puños-.

Sahorí: -Interrumpiendo el drama- Disculpen chicos, están buenos y toda la cosa pero tengo que hablar con todos antes de que anochezca.

Seiya: Pero Sahorí-san todavía es temprano, apenas son las nueve de la mañana.

Shion: ¡¡Ay!! Seiya, tu nunca entiendes.

Todos los caballeros se empezaron a reír, lo cual les sirvió para bajarse un poco la excitación que tenían. Las risas se acabaron cuando escucharon que la diosa estaba empezando hablar.

Sahorí: Bueno vengo para decirles que irán todos a la mansión, pronto es el cumpleaños de Seiya y pienso que todos querrán estar presentes. ¿O se van a perder una fiesta?.

Milo: Pues claro que no mi querida Sahorí, ya era hora de que se hiciera una fiesta.

Aioria: Estoy de acuerdo con Milo, tenemos tiempo que no hacemos una fiesta.

Shion: Déjense de decir mentiras, que ayer tuvieron fiesta en el Templo de Libra -Observando a Dohko con enojo-.

Dohko: Eso fue algo espontáneo, teníamos que hacerlo al entéranos que nuestra diosa vendría hoy.

Afrodita: Jaja, ¿Desde cuando ustedes tan fieles?.

Saga: Para que sepas mi querido piscis, nosotros siempre hemos sido fieles a nuestra diosa.

Kanon: Jajajajaja, por favor si tu trataste de matarla.

Saga: ¡!Cállate!!.

Sahorí: No me preocupa que hagan fiestas, pero ya saben tienen que ser responsables de sus actos.

Shion: Estos responsables, si como no, y las vacas vuelan -Con un tono burlón-.

Seiya: ¿Shion las vacas vuelan?, eso es nuevo, no me había enterado.

Ikki: -Dándole un golpe en la cabeza al pegaso- ¡Ay! por los dioses, Seiya -Viendo lo que tenia Seiya escondido entre sus piernas- Aja, te agarre. Con razón tan estúpido, estas bebiéndote el vino tu solo.

Seiya: ¿Qué?, No... Yo no, déjame Ikki!!.

Así empezaron a forcejear con el pegaso para quitarle la botella, dio batalla pero Ikki lo agarro por el cuello y se lo llevo lejos, lanzándole la botella a Sahorí.

Luego de que la diosa se despidiera, los caballeros fueron a caminar por los alrededores del santuario y no faltaron las murmuraciones sobre lo bien que estaban los guardianes de Acuario, Aries y Piscis.  Dichos comentarios llegaron a oídos de los tres, lo cual los lleno de satisfacción, deseaban ser el mejor, tenían dos días antes de irse a la mansión de Sahorí, por lo que se decidieron por ver quien conseguía novio mas rápido, los tres eran solteros jamás se interesaron por llevar una relación seria con nadie, solo se acostaban con ellos y luego los dejaban. Era por eso que habían decidido que esta vez tendrían que buscar a alguien que los quisiera y comenzar una relación seria, no tuvieron ninguna queja con eso, se dijeron que era momento de sentar cabeza y conseguir a esa persona especial.

Camus y Mu ya tenían a ciertos caballeros en la mira, desde unos meses atrás Shura de Capricornio había estado cortejando al acuariano y Aioros de Sagitario a Mu, y habían escuchado del caballero de Tauro que esos dos estaban enamoradísimos de ellos, pero que no se atrevían a hablarles de sus sentimientos por como eran. El acuariano y el ariano sonrieron para sus adentros tenían la batalla ganada y al fin tendrían un novio fijo. El único que no estaba feliz era Afrodita, él no tenia un admirador tan fiel como Shura o Aioros, todos los que lo buscaban lo hacían con la única intención de pasar una noche agradable con él, pero nada de amor.

Afrodita se paseaba por los alrededores del santuario y mientras lo hacia vio como Shura y Aioros hablaban con sus contrincantes, ¿de verdad eran contrincantes?, siempre han sido amigos, solo que cuando se peleaban hacían una tonta competencia para ver quien era el mas deseado en todo el santuario, y Dita pensaba que seria la ultima vez, después de esto sus amigos al fin estarían con esa persona especial que tanto habían buscado y él... Bueno él estaría solo, como siempre debió ser. Siguió caminando hasta llegar a un lago, el lugar era hermoso, poseía una bellísima vegetación con árboles frutales y flores de todo tipo que se reflejaban en el lago que parecía de cristal por lo claro del agua. Se sentó en la orilla solo dejando sus pies dentro del cristalino liquido y observando el cielo.

---- No puedo creer que yo no tenga a nadie. Bueno solo a Mu y Camus, pero son mis amigos. Yo quiero a alguien que me quiera y yo a él, ¿es mucho pedir?.

Empezaba a sollozar, no podía soportar no sentirse amado, solo había tenido una relación seria en su vida y no había durado mucho porque poco después murió en la batalla de las doce casas y esa persona desapareció y nunca volvió a saber de él.  Se recostó en la grama observando el cielo, veía en las nubes formas de corazones, vio los signos de sus amigos y el de él. Luego vio un signo más, se extraño, ¿acaso seria una señal?. Mientras veía las imágenes en las nubes observo que junto al signo de Mu y Camus iban los de Shura y Aioros, justo después vio a piscis y junto otro signo, no lo distinguió bien, estaba borroso porque la nube empezaba a dispersarse. Se incorporo y decidió darse un baño, cuando se quitaba la túnica sintió que alguien lo observaba pero no hizo mucho caso luego de que una ardilla saliera de un arbusto. Para no mojar su ropa interior y como nadie iba a ese lugar se quedo desnudo, se puso en posición y salto al agua, quedándose sumergido un rato, sintiendo el agua acariciar su piel. Luego surgió a la superficie y nado por un rato.

Mientras nadaba una persona lo observaba desde la cima de un árbol, lo veía atento no lo perdía de vista desde que empezara a quitarse la ropa, sentía deseos de bajar e ir a bañarse con ese hermoso chico, pero se contuvo a pesar de las ganas que tenia por tenerlo, ya que sabia que jamás seria correspondido por alguien como Afrodita de Piscis, el mas deseado, hermoso y encantador de todos los caballeros. Solo podía limitarse a observarlo y recordar una sonrisa que en una oportunidad le había visto adornar su precioso rostro, la cual desplegaba una ternura que ni el mismo Shun hubiera podido superar, pero el placer de ver esa sonrisa solo era de Camus y Mu. Y se sintió honrado por la oportunidad que le dieron los dioses aquel día para verlo sonreír de esa manera. Se alejo de sus pensamiento al ver que Afrodita salía del lago, y se acostaba boca abajo en la grama, observo que lloraba y se sintió mal por ver que ese precioso tesoro estaba de esa manera. Al verlo así no dudo un segundo en colocarse una mascara de amazona que había conseguido en el camino y bajar para consolar al pisciano. Pensaba que por lo menos ocultándose así, podría estar cerca de él.

Sujeto: ¿Qué te sucede, Afrodita?. Alguien tan hermoso como tu no debería arruinar con lagrimas ese bello rostro.

Afrodita: -Sorprendido al escuchar la voz- ¿Quién eres? Y ¿Porque llevas una mascara de amazonas?.

Sujeto: Confórmate con saber que soy un admirador y esta mascara la conseguí.

Afrodita: Bueno. Gracias por el halago.

Sujeto: No es nada, es solo que no soporto verte llorar. Te ves mejor cuando sonríes -Se levanta un poco la mascara y lo besa suavemente para luego salir corriendo hacia los árboles-.

Afrodita se queda viendo hacia el bosque y tocándose instintivamente los labios donde ese extraño hombre acaba de marcarlo como suyo. El resto de la tarde se la paso en su templo, habían llamado a todos los caballeros al Templo de Atenea pero el se había escusado y le fue respetado su ausencia, Sahorí había notado lo que pasaba y tenia algo en mente.  Durante la reunión la Diosa les había dicho a los caballeros que estuvieran listos, ya que el día de la partida a la mansión estaba cerca. Todos estaban ansiosos no por la ida a la mansión, si no por saber quien ganaría de los tres caballeros, hasta la misma Sahorí había hecho apuestas con Milo y los demás, a lo cual Shion no lo podía creer, pero estaba mas ocupado viendo que Dohko no se le perdiera de vista.

Al otro día, Afrodita había decidido que acabaría con la competencia, ya sabia de ante mano que Camus y Mu le ganarían, así que mando a llamar a todos a su Templo. Estaba nervioso lo que tenia pensado hacer rompía con la regla numero uno que su maestro le enseño cuando entrenaba para obtener la armadura de piscis, en esa época su maestro le inculco todo lo que sabía y le había hablado sobre la historia de todos los antiguos caballeros de piscis, que todos fueron los mas hermosos del santuario durante su generación, y por lo tanto nunca debía humillarse ante nadie y siempre tener una apariencia deslumbrante, pero sin perder su sencillez, al recordar ese detalle sonrió, ya había roto esa regla y ni se había dado cuenta, hacia mucho que perdió su sencillez convirtiéndose en un vanidoso arrogante. Y ahora rompería otra. Sintió la llegada de los caballeros y Atenea a su templo, salió vistiendo unos pantalones ajustados y una camisa manga larga. Muchos se quedaron sin aliento y se preguntaban que les diría, pronto temieron que Afrodita renunciara a su armadura y se fuera, lo cual le desgarro el alma a cierto caballero.

Camus: ¿Qué pasa Dita?.

Mu: Cierto, Afrodita ¿Por qué nos has llamado?.

Afrodita: -Agachando el rostro- Camus, Mu. Yo... -Se arrodillo ante ellos colocando sus manos juntas una al lado de la otra y apoyando su frente en ellas- Yo me rindo ante ustedes, declaro formalmente mi derrota.

Nadie podía creer lo que veían y escuchaban, el Gran Afrodita de Piscis se estaba humillando ante sus contrincantes y lo hacia públicamente, estaban congelados ante la declaración, Saga y Kanon buscaban las palabras adecuadas para hacer una broma pero no les salían, a pesar de todo les dolía ver de esa manera al pisciano al igual que los otros. Después de unos minutos Camus y Mu le extendieron sus manos y le dijeron que se levantara, Afrodita tomo sus manos e hizo lo que le dijeron y por primera vez en muchos años les sonrió a todos los presentes. La mayoría comenzó a llorar jamás pensaron ver de nuevo al Afrodita de cuando entrenaban para caballeros, los dorados pensaban que era un sueño y mas aun cuando Camus y Mu sonrieron al abrazar a Dita.

Sahorí: -Con lagrimas en los ojos- Me alegra saber que vuelven hacer amigos.

Aldebarán: -Llorando sin parar- Es cierto, snif snif.

Dohko: Creo que nos iremos antes a la mansión.

Sahorí: Es verdad la otra semana es el cumpleaños de Seiya y quiero que estén antes allá.

Seiya: ¿Mi cumpleaños?. Pensé que era el de...

Shun: -Pisándole el pie a Seiya- El tuyo bobito. ¿Acaso no lo recuerdas?- Lo miraba tratando de disimular lo que hizo.

Sahorí: -Susurrándole a Seiya- Por favor esta vez no lo arruines. Por que si no Ikki te va a matar.

Milo: -Alborotándole el cabello al pegaso- Ay, mi querido caballito cuando aprenderás -Todos comenzaron a reírse un poco nerviosos a excepción de Dita que no entendía nada-.

Al anochecer muchos preparaban sus maletas para el viaje a excepción de los tres centros de atención de todo el santuario.

Mu: -Con una profunda tristeza- No puedo creer que te hallas humillado frente a todos.

Camus: Eres el primero de los guardianes de piscis que hace algo así -Le miraba serio-.

Afrodita: Bueno si quería ser recordado tenia que hacer algo grande Jajajaja.

Mu: Si muy grande lo que hiciste, loco -Fingiendo enojo-.

Afrodita: Es que tenia que hacerlo, son mis amigos no me gusta cuando hacemos esas competencias.

Camus: Bueno esta fue la ultima, porque al tu hacer eso, no podemos volver a competir. Y que bueno porque ya me había cansado de ganarles tanto.

Mu: Si como no, mas bien estarías cansado de perder Jajajaja.

Afrodita: Jajajaja, Mu por favor no digas eso o el señor frío se molestara.

Camus: Con que burlándose de mi, pues ya verán -Agarra un cojín y se lo tira a los chicos-.

Afrodita: ¡Ay!, ¿Quieres desfigurarme el rostro? -Le decía en tono fingido de inocencia-.

Mu: Mas de como lo tienes no creo que pueda jajajaja.

Afrodita: Estúpido -Se lanza sobre Mu y comienza hacerle cosquillas luego se le une Camus y pasan la noche riéndose de sus antiguas competencias y hablando de todo lo que les venia a la cabeza-.

En la mañana un gran autobús esperaba a los caballeros, Sahorí ya estaba adentro sentada y lista para irse al igual que todos los demás caballeros, que se encontraban haciendo toda clase de cosas, por un lado Milo, Death y Aioria jugando cartas, en sus asientos Shura y Aioros hablaban de Mu y Camus embelesados, Shun y Hyoga se estaban besando al final del autobús sin importarles nada, Seiya le jodía la paciencia a Aldebarán. Mientras que Sahorí cotorreaba sin parar con Shion y Dohko y mas allá Shaka meditaba en su asiento. Al rato llegaron los gemelos y empezaron hacerles bromas a todos, empezando por Shun y Hyoga. Cuando llegaron Camus, Dita y Mu empezaron los silbidos y piropos por parte de los zánganos del grupo, Ikki veía a todos de reojo sin hacer mucho caso a lo que pasaba. Pronto el autobús se puso en marcha y el chofer era Seiya cosa de la cual se arrepintieron cuando el niño aumento la velocidad y casi se estrella contra cinco autos, una escuela, un poste de luz y por poco se caen por un barranco. Después de pasar todos esos sustos, llegaron al aeropuerto, con caras de espanto y agradecieron a los dioses por llegar a salvo.

El viaje en avión fue mas tranquilo y los chicos pudieron descansar un rato. Dita veía por la ventanilla de su asiento las nubes y de vez en cuando las aves que pasaban volando, pensaba en el hombre que había visto, no se lo podía sacar de la cabeza y ese beso que le había dado lo tenia loco, trato de recordar los besos que los caballeros de las doce casas le habían dado en la boca pero ninguno era parecido al de ese hombre. Entonces pensó que talvez no fuera un caballero. Otro que estaba totalmente despierto era Milo que veía a Seiya cada vez que podía, debido a que le habían dejado la tarea de vigilar a pegaso para que no echara a perder los planes.

El vuelo no tuvo ningún contratiempo y llegaron antes de que cayera la noche. Ya instalados en sus habitaciones, los parranderos del grupo decidieron salir a una discoteca entusiasmando con esto a todos los demás a excepción de Afrodita que se quedo en su habitación durmiendo. Esa noche recibió una visita, eran las dos de la mañana y no había escuchado que los demás llegaran y Sahorí se había tenido que ir junto con Shion a atender asuntos de la Fundación. Dita escucho como alguien entraba por el ventanal de su habitación, preparo una de sus rosas para atacar pero se detuvo al ver que la sombra que se acercaba llevaba una mascara.

Sujeto: Hola, precioso. ¿Cómo has estado? -La voz sonaba varonil y muy seductora- ¿Por qué no respondes?, no te voy a morder.

Afrodita: Discúlpame, es que pensé que eras un enemigo. Estoy bien , gracias. ¿Y tu?

Sujeto: Ahora estoy muy... Pero muy bien. El verte me hace feliz.

Afrodita: Me alegro... Dime, ¿Quién eres? -Lo mira fijamente a la mascara que lleva, desea descubrir quien es pero no logra reconocer nada en ese hombre-.

Sujeto: ¿Quién soy?. Bueno yo soy alguien que te ama.

Afrodita: ¿Me amas?, pero ni siquiera se quien eres.

Sujeto: -Se acerca y se sienta en la cama para luego acariciar los cabellos del pisciano- Lo sabrás a su debido tiempo, ni antes ni después. Aunque puedo decirte que soy uno de tus compañeros de armas.

Afrodita: ¿Ah?. Pero por favor no me puedes engañar con eso. Todos ellos han caído en mis redes y se muy bien como besan, el beso que me diste el otro día no es parecido al de ninguno -Acerca sus manos a la mascara pero antes de poder quitársela el hombre se levanta y se aleja de él-.

Sujeto: Lo siento, pero ya lo sabrás. Te espero en la fiesta -y al decir esto sale por el ventanal-.

Afrodita: -Susurrando con una sonrisa- ¿Quién podrás ser?, tendré que estar mas pendiente de los chicos.

Y con esto en su mente comenzó a descartar a todos los que tuvieran pareja o andarán en busca de llevar una relación con alguno que no fuera él. Con esto le quedaron como candidatos a Milo, Kanon e Ikki, a lo cual pensó que no podía ser. Debido a que esos tres no eran de los que llegaran a enamorarse de alguien, bueno eso pensaba él.

Muy entrada la mañana bajo a desayunar, los chicos apenas se despertaban y Sahorí y Shion acababan de llegar. Como cosa rara estaban Hyoga y Shun demostrando su amor a los cuatro vientos, Kanon y Saga no paraban de bromear metiendo en problemas a mas de uno, en especial a Dohko cuando le dijeron a Shion que su noviecito había estado coqueteando con unos muchachos en la disco. Mas de uno salió corriendo al sentir como el cosmos de Shion se incrementaba para lanzar sus ataques al guardián del templo de libra. Al llegar al comedor se sentó junto a Seiya que no paraba de reírse de Dohko. Se comió unas tostadas y se bebió un jugo de naranja, no tenia mucho apetito, estaba pendiente de cada uno de los jóvenes para tratar de descubrir algo. Cuando el desayuno termino, Shion le había dado su merecido a Dohko y la mayoría reía al ver a Libra con un gran chichón en la cabeza.

Saga: Jajajaja, ya comenzó a salirle el cacho -Señalaba burlón a Dohko-.

Kanon: -Saltando alrededor de Saga haciendo con sus dedos la forma de dos cachos tras de su cabeza- Cierto, pronto tendremos un venado entre los caballeros Jajajaja.

Milo: -Tratando de no reír- Chicos no digan eso, el pobre Dohko... Jajajajaja pareces un unicornio, ¿nos dejas cabalgarte? Jajajaja.

Dohko: Eso ríanse, cuerda de degenerados -Decía totalmente enfadado con los gemelos y Milo-.

Saga: A mi no me veas así ¬¬.

Kanon: Yo no hice nada, a quien se le salió la sopa fue a Saga.

Saga: Ahora vienes a culparme a mi es que eres insufrible.

Seiya: -Jalando a Kanon por la camisa- Amigo ¿por qué te haces sufrir tu mismo?.

Kanon: -Sorprendido por la pregunta- ¿Cómo?.

Shaka: Seiya ven conmigo, estas confundido hijo mío.

Seiya: ¿Tu eres mi padre? .

Shaka: ¡¡¿Qué?!!, no, estas confundiendo todo.

Seiya: Abrazándose a Shaka- Papá!!, sabia que te encontraría.

Milo: Jajajajaja, esto hay que grabarlo.

Death: -Con una cámara en las manos- Ya esta todo listo, esto va a pasar a la historia Jajaja.

Shaka: Apaga esa cosa Death Mask.

Seiya: Papá, Papá. ¿Dónde habías estado?.

Shaka: Pero ¿qué le han dado a este loco?.

Aioria: Creo que ha estado bebiendo mucho y las neuronas se le murieron Jajajaja.

Camus: Eso no es gracioso -Agarra a Seiya y se lo lleva a su habitación antes de que traten de violarlo-.

Milo: Aguafiestas, tenia pensado hacer algo muy divertido con él -le gritaba al acuariano al tiempo que se pasaba la mano por la entrepierna-

Después del show que se armo en el desayuno, muchos salieron a pasear, mientras que otros se quedaron en la casa. Afrodita le contó a Camus y Mu la aparición del hombre misterioso en Grecia y su reciente encuentro en la mansión. Los dos caballeros le dijeron que podía ser una broma, muy bien podía ser idea de Milo, pero Dita les hablo de la forma en que lo trato y de sus encuentros. El acuariano supo al instante quien podía ser, pero pensó mejor hablar directamente con la persona antes de decirle a Dita.

Los días pasaron rápido, el hombre iba cada noche al cuarto de Afrodita y le decía lo mucho que lo amaba y lo bien que le hacia oler su aroma y estar junto a él, Dita no podía creerlo ese hombre le estaba despertando unos sentimientos de amor cada vez mas intensos y lo extrañaba cada vez que se iba. Ya estaba próximo el cumpleaños de Seiya. Pero a Dita le pareció extraño de que el cumpleaños de Seiya cayera justo el mismo día que el de él y mas al recordar que Seiya es del signo sagitario y como tal no podía cumplir en ese mes. Salió de su habitación para charlar con Seiya, algo traían entre manos todos y él debía saberlo, aparte de que era un boca floja y soltaba todo al mínimo cosquilleo.

Cuando estuvo en la plata baja no encontró a nadie, unos días antes Sahorí había dicho que la fiesta seria de disfraces y era muy probable que estuvieran comprándose los suyos, pensó el pisciano. Ya él tenia su disfraz listo, en realidad era un kimono que había comprado un día que salió con Shun y un antifaz plateado con plumas de pavo real, pero era tan lindo que le pareció bien usarlo para la fiesta. Decidió salir a los jardines a esperar a que todos llegaran. El otro día seria la fiesta y talvez tardarían bastante por lo que se recostó bajo un árbol a leer una novela.

Había leído la mitad del libro y nadie llegaba, estaba cansado y cerro sus ojos para descansar un rato. Al hacerlo sintió que le vendaban los ojos con un pañuelo, trato de levantarse pero era sujetado por los brazos.

Afrodita: Suélteme o no respondo de lo que le pase.

Sujeto: Shhh. Cálmate precioso, soy yo.

Afrodita: -Reconociendo la voz- ¿Por qué haces esto?.

Sujeto: Es de día, y podrías saber quien soy al ver mi cuerpo.

Afrodita: Igual, no me gusta que me hagas esto -Dice con enojo en sus palabras-.

Sujeto: Pero aun así confías en que no te haré daño, por que de lo contrario me atacarías con tus rosas.

Afrodita: Tienes razón, pero la próxima vez avísame antes porque si te ataco no quiero escuchar quejas.

Sujeto: Esta bien. Pero entiende que soy un pobre hombre que te ama y se vuelve loco con el aroma de tu piel.

Afrodita: ¿Con mi aroma?- Siente que el hombre se acerca a su cuello y le da un pequeño beso al tiempo que inhala su aroma- Ahh... no hagas eso.

Sujeto: ¿Por qué?, si me encanta como hueles, esa esencia a rosas que solo tu posees, me enloquece totalmente.

Afrodita: Deja de decir estupideces y suéltame -Libera un fuerte gemido al sentir que el hombre le desabrocha unos botones de su camisa y le besa su pecho bajando hasta sus tetillas y mordisquearlas- No, por favor detente -Una lagrima brota de sus ojos-.

Sujeto: -Preocupado por haberse pasado de la raya- Perdóname, no debí ir tan lejos.

El pisciano se confunde, a pesar de haberlo detenido, desea que ese hombre lo haga suyo y le demuestre cuanto lo ama, y él mismo darse cuenta que puede estar sintiendo por ese hombre, ya que si hubiera querido hace mucho que sabría quien era, pero en cambio había respetado la decisión del chico de ocultar su identidad. Y no se había negado a recibirlo cada vez que llegaba a su habitación.

Afrodita: No, esta bien. Pero no te propases de esa manera conmigo otra vez.

Sujeto: No haré nada que no quieras. Te lo prometo.

Afrodita: ¿A que has venido esta vez? -Trataba de tocar el rostro del hombre, pero éste se apartaba y no dejaba que ni lo rozara-.

Sujeto: No seas impaciente, mañana te diré quien soy.

Afrodita: ¿Vendrás a la fiesta?.

Sujeto: Claro, ya te lo dije, soy uno de los caballeros de Atenea.

Afrodita: Si lo sé. Bueno eh esperado todos estos años para conocer a alguien como tu. Así que puedo esperar hasta mañana -Dice tratando de levantarse-.

Sujeto: Deja ya te quito el pañuelo, pero antes- Le da un beso tierno que poco a poco se vuelve apasionado como si nunca hubieran besado a nadie en sus vidas, se separan un momento, el chico observa a Dita tan vulnerable pero al mismo tiempo peligroso, piensa para sus adentros. Lo besa una vez más, se coloca tras él y le quita el pañuelo saliendo rápidamente del lugar pero antes le dice- Mañana nos veremos, Mi hermoso pez aromatizado.

Afrodita: -Tratando de ver si aun esta cerca pero por desgracia ya se ha ido- Entonces mañana sabré quien eres -Sonríe dulcemente- Por lo menos sé,  que seas quien seas... te quiero.

Regresa a la casa y se dirige a su cuarto, nota que la mayoría ha llegado pero solo los saluda amablemente y sigue su camino, desea empezar desde ese momento a prepararse para estar totalmente deslumbrante el otro día en la fiesta.

En la cocina Shun se encuentra preparando el almuerzo para su querido Hyoga, cuando de repente su hermano entra estrepitosamente y muy agitado.

Shun: Hermano ¿Qué te pasó?.

Ikki: Nada... Solo que vengo de una de mis sesiones -Le Sonríe a su hermano-.

Shun: Ah ya entiendo. Por casualidad de la vida ¿Ya te compraste tu disfraz?.

Ikki: Maldición, sabia que algo se me olvidaba. Bueno ¿qué crees que deba ponerme?.

Shun: No sé, en ti todo se ve perfecto. Pero si quieres un consejo cómprate un sombrero.

Ikki: ¿Por qué?.

Shun: Se te olvida, que cierta persona puede saber quien eres si ve tu color de cabello.

Ikki: Si, tienes razón hermanito. Entonces me voy directo al centro comercial. ¿Vienes?.

Shun: No, voy a llevarle el almuerzo a Hyoga.

Ikki: ¿Qué?, ¿eres su novio o su sirviente?.

Shun: No vallas a empezar, sabes que me gusta consentirlo.

Ikki: Esta bien, pero creo que lo consientes demasiado. Además de que esta engordando y no me gustaría tener a un cuñado gordo.

Shun: Él no esta gordo. Tu eres el que siempre dice eso, pero mi Hyoga siempre esta entrenándose. No como otros ¬¬.

Ikki: ¬¬ ¿Qué insinúas?... Bueno chico no tengo todo el día. Nos vemos mañana.

Shun: ¿Mañana?.

Ikki: No pensaras que vendré para acá a dormir teniendo un departamento donde llegar. Además si me quieres ver, asómate por tu balcón cuando venga en la madrugada de "visita" -Diciendo esto, le da un beso en la mejilla a su hermanito y se va-.

Shun: -Observando con tristeza al fénix alejarse- Espero que no salgas lastimado, hermano.

Esa noche Afrodita esperaba sentado en el balcón de su habitación a que llegara el hombre misterioso, había dormido lo suficiente como para no estar cansado cuando llegara, ya que lo hacia a las dos de la mañana. Veía el reloj inquieto, faltaban dos minutos para las dos, pronto estaría allí, otra vez, sentiría cerca el cuerpo del hombre que días atrás lo tomara por sorpresa en el lago y luego se le declarara. Que al paso de los días y gracias a las visitas del hombre, Afrodita se había dado cuenta que lo quería mas que cualquier otra cosa en el mundo, mucho mas que su maquillaje y eso era bastante, pensó el pisciano. Al fin había llegado la hora tan esperada por él, se levanto para recibir a su Romeo, y justo cuando se apoyo en la baranda del balcón escuchó una voz que le llamaba.

Sujeto: Pececito de mi corazón, que nadas en el mar de mi amor, concédeme el honor de ver tu rostro, para perderme en la inmensidad de esos ojos aguamarina que alumbran mis noches y me llenan de dicha.

Afrodita: -Sonriendo ante las palabras del hombre- Que romántico te has puesto.

Sujeto: Todo por ver una sonrisa marcarse en eso dulces labios.

Afrodita: -Con un leve rubor en sus mejillas- Jiji Ya por favor, vas hacer que me sonroje.

Sujeto: Jajaja, eres sumamente hermoso. Y te ves precioso cuando te sonrojas -Le lanza un beso y le hace señas para que baje hasta donde se encuentra-.

Afrodita: Gracias... Pero ¿Por qué no subes?.

Sujeto: Ven aquí, quiero enseñarte algo.

Afrodita: -Lo pensó por un momento, pero luego se decidió- Esta bien, deja que busque un abrigo.

Sujeto: Como desees mi pececito, esperare todo lo que sea necesario por ti.

El pisciano entro a la habitación dirigiéndose al armario para tomar uno de sus abrigos, cuando lo tuvo se lo puso y luego de cerrar el ventanal se lanzo por el balcón para caer cerca del hombre misterioso.

Afrodita: Bueno aquí estoy. ¿Qué me ibas a enseñar?.

Sujeto: Ya veras -Lo sujeta de la mano- Ven conmigo, te llevare a una parte de estos jardines que nadie ha visto.

Afrodita: ¿De verdad?. Pues yo conozco bien este lugar y no hay nada que yo no halla visto.

Sujeto: Jajaja... Estoy seguro que no has llegado hasta el laberinto de rosas.

Afrodita: ¿¿Ah??...

Sujeto: Ves, lo sabia. Ahora has silencio y solo sígueme, cuando lleguemos veras a lo que me refiero -Sujeta con fuerza del brazo al pisciano y lo conduce hacia la parte trasera de la mansión-.

Caminaron sigilosamente, evitando ser vistos por alguno de los chicos, atravesaron un pequeño bosque y llegaron a la entrada de un laberinto. Afrodita se impresionó, él podía jurar que en la Mansión Kido había un solo laberinto, pero ahí estaba frente a sus ojos, el más hermoso producto de la naturaleza rodeado por árboles, arbustos perfectamente cortados con rosas a sus alrededores y desde la entrada se podía observar una luz que provenía del centro del laberinto. El hombre enmascarado lo abrazo por la cintura y le susurro palabras de amor que nunca nadie le había dicho, se sonrojo hasta los pies ante las palabras del muchacho, se separo un poco de él y camino hacia el interior de aquel precioso laberinto, se paro frente al chico y de manera seductora lo reto a que lo alcanzara. El enmascarado se sorprendió pero al ver que su hermoso pisciano desaparecía de su vista decidió seguirlo y atraparlo entre sus brazos. Corrieron por todos los pasillos del lugar riendo y retándose a ver quien atrapaba a quien, estuvieron dando vueltas hasta que por un descuido se encontraron espalda con espalda, se sobresaltaron al sentirse pero al ver que eran ellos se comenzaron a reír sin parar, pero las risas duraron poco, ya que el pisciano siguió su carrera gritándole al enmascarado que perdería. El otro chico lo siguió, pensando en la bella sonrisa que Afrodita tenia, y en lo afortunado que era de poder verla. Pero había algo que lo inquietaba y eso era en como reaccionaria el sueco al saber quien era en realidad. Cuando llegara el momento en el que tuviera que quitarse la mascara en la fiesta, el pisciano se daría cuenta de su identidad y no sabia si soportaría ser rechazado, pero a pesar de todo sentía que aunque no lo quisiera, él estaría feliz porque tuvo la oportunidad de estar a su lado todos esos días.

Después de mucho correr, llego al centro del laberinto donde ya Afrodita se encontraba sentado en la orilla de una fuente, el pisciano estaba radiante, la luz de unos focos se reflejaban en su rostro junto con el mover del agua, estaba de piernas cruzadas con sus manos jugando con el cristalino liquido mientras sus aguamarinas veían atentos una estatua que vertía agua a la fuente. El enmascarado se acerco cautelosamente para no hacer que el sueco saliera de sus pensamientos. Al estar a su lado se levanto la mascara para con sus labios detener el recorrido de una lagrima por el níveo rostro del pisciano.

Afrodita: -Volteando a ver al chico- Seria mas fácil si no usaras esa mascara de amazona.

Sujeto: Si también pienso lo mismo. En la fiesta usare un antifaz para que mis labios puedan tocar los tuyos con facilidad -Le sonríe y le da un leve beso en los labios-.

Afrodita: -Abrazándolo por el cuello y sonriéndole tiernamente- Eso espero, no quisiera que me vendaras los ojos otra vez.

Sujeto: Jajaja, bueno eso puede considerarse para hacer otra cosa -Lo acerca mas a su cuerpo-.

Afrodita: Mmm me saliste pasadito... Jejeje.

Sujeto: Ni tanto Jajajaja -Se quedaron callados un momento solo viéndose y luego- Afrodita quiero hacerte una pregunta, ¿puedo?.

Afrodita: Mmmm no se, ya me hiciste una Jajajaja.

Sujeto: >///< Anda vale, es serio.

Afrodita: Esta bien, pregúntame lo que quieras.

Sujeto: Bueno... Yo quería... Yo quería saber si... Si tu... -Nervioso tomo aire y siguió- ¿Tu me quieres?.

Afrodita: ..... -Sujeta su rostro con sus manos y sonriendo le dice- Si... Te quiero mucho

Sujeto: Me haces tan feliz. Eres todo lo que puedo pedir.

Afrodita: Me alegro... Porque tu también me haces feliz.

Se besan una vez más pero esta vez con mas pasión y amor que antes, al separarse se sientan en el suelo y observan la infinidad de estrellas que hay en el cielo. Hablaron un rato sobre la vida del pisciano mas que todo, para luego salir corriendo hacia la mansión debido a que pronto amanecería y debían prepararse para la fiesta. Afrodita había descubierto quien era el enmascarado pero no le había dicho nada decidió esperar. Ya en el balcón de su habitación se despidió del hombre que lo miraba desde abajo hablándole con romanticismo.

Sujeto: En la fiesta te diré quien soy... Y entonces viviré para ti.

Afrodita: Esperare con ansias el momento...

Sujeto: -Le lanza un beso- Ah... Casi se me olvida... ¡Feliz Cumpleaños!, mi pececito aromatizado.

Afrodita: Jijijiji... Gracias.

Sujeto: Bueno nos vemos -Se despide haciendo una reverencia muy graciosa y se aleja-.

Afrodita: -Susurrando- Au revoir, mon homme mystérieux.

Se fue ha su cama y se dejo caer, estaba un poco cansado pero haber estado junto a ese hombre lo reconforto bastante y se sentía por primera vez en su vida verdaderamente amado y con la imagen de su hombre misterioso se fue dejando vencer por el cansancio.

A las pocas horas de dormirse, en la planta baja se escuchaban los gritos, movimientos y bromas de todos los que ayudaban con la decoración de la fiesta. Decidió ir a ayudar y de una vez preguntar cual era el motivo de esa fiesta, que claramente no era por el cumpleaños del pegaso. Ya se imaginaba que muy probablemente fuera para él, pero descarto la idea ya que nadie recordaba nunca el día de su cumpleaños, nadie excepto Camus y Mu. Bajo con una gran sonrisa en el rostro, pero antes de llegar con los demás Sahorí lo intercepto y se lo llevo para ver unos arreglos de rosas. Trato de preguntarle a la Diosa porque estaban haciendo esa fiesta, pero la chica no decía nada solo se limitaba a evadir el tema de un manera rápida y fugaz. Termino de ver la multitud de rosas a la hora del almuerzo, se dirigió al comedor y se sentó junto a Mu quitándole el puesto a Aioros, algo descortés de su parte y vio el enojo en la cara del ariano pero debía saber que pasaba. Mientras comía intento por todos los medios sacarle algo de información a Mu pero éste no cedía ante nada, se resigno y se levanto bruscamente de su asiento, dejando a todos los presentes sorprendidos con su reacción al salir del comedor y azotar con fuerza la puerta.

Kanon: ¡Uy!, creo que el pescado esta de mal humor Jejejeje.

Mu: No empieces con tus bromas, tenemos que mantenerlo ocupado hasta esta noche.

Shura: ¿Qué podemos hacer para sacarlo de la mansión?.

Sahorí: Que tal si Mu y Camus lo llevan a dar una vuelta.

Camus: Puede que funcione.

Seiya: Espero que halla helado esta noche.

Mu: ¿De que hablas, Seiya?.

Seiya: No se hagan los tontos, me prometieron que me darían helado de ron con pasas para evitar que beba vino.

Sahorí: Y lo tendrás, no te preocupes mi querido caballito.

Seiya: Gracias, Sahorí.

Death: Jajajaja, ten cuidado no te confunda con su abuela.

Milo: Es verdad, como cuando confundió a Shaka con su papá Jajaja.

Sahorí: ¡¡No es gracioso!!.

Siguieron discutiendo hasta que por un descuido Seiya se les escapo y salieron en grupos a buscarlo, últimamente estaba bebiendo mucho debido a su rompimiento con Shun, y que éste se hiciera novio de Hyoga no era nada alentador para el caballito, por lo cual estaba desahogando sus penas en el alcohol. Luego de perseguir al caballito volador y encerrarlo en su habitación. Camus y Mu buscaron a Dita, ya eran las cinco de la tarde y la fiesta iniciaría formalmente a las siete, que era la hora en la que llegarían otros caballeros e invitados de Sahorí. Mu y Camus le dijeron que se arreglara para la fiesta, porque tenían pensado ir a dar una vuelta por la ciudad y regresar un poco mas tarde que iniciara la fiesta para así realizar una entrada triunfal. Afrodita se lo pensó dos veces antes de decirles que si, él era de los tres, al que mas le gustaba hacer entradas deslumbrantes en una fiesta. Después que los tres se arreglaron salieron de la mansión cuidando de que nadie los viera.

En el salón y los jardines donde se llevaría acabo la fiesta ya se estaban dando los últimos toques por parte del personal de la mansión.
Faltaban pocos minutos para que diera inicio la celebración y los caballeros que se encontraban en la casa se vestían para la fiesta, pronto comenzaron a llegar los invitados y demás caballeros del santuario. Todo estaba quedando bien y la anfitriona estaba contenta, solo faltaba que llegara el cumpleañero y entonces su misión estaría completa.

Sahorí: Hola. Shun ¿Aun no llegan?.

Shun: Hola, ¿Cómo supiste que era yo?.

Sahorí: Por tu cabello Jijijiji.

Shun: Sabia que tenia que ponerme algo pero bueno. Y no, todavía no han llegado.

Sahorí: Camus me dijo que lo dejaron esperando en un café.

Shun: Sip. Mi hermano ya fue para allá, así que dentro de poco deben llegar.

Sahorí: Entonces tendremos que esperar. Si me disculpas voy a tratar de controlar a tu ex-caballito.

Shun: Esta bien. Pero te advierto que esta borracho.

Se despidieron con un beso en la mejilla y se separaron para seguir conversando con los invitados y esperar a que llegaran con el cumpleañero. Había pasado una hora desde que iniciara la fiesta y no había rastro del pisciano. Pero sus preocupaciones se vieron borradas con la llegada del sueco junto a otro chico, el cual la mayoría conocían a excepción del pisciano, bueno eso creían ellos.  Afrodita entro del brazo del enmascarado, con un kimono largo, su cabello recogido con una pinza en forma de una rosa pero dejando dos mechones caer por sus hombros, y una mascara que le cubría los ojos adornado con plumas de pavo real dejando ver sus labios sensualmente brillantes. El chico que lo acompañaba vestía un traje de la edad media, como si se tratara de un príncipe, una capa larga de color blanco al igual que todo el traje que llevaba con unos detalles en negro, un antifaz negro parecido al de un vampiro y un sombrero acorde con su traje. En el instante en el que entraron, comenzaron a aplaudir y a gritar ¡SORPRESA!, Dita no podía creer que la fiesta era por su cumpleaños, unas lagrimas rodaron por sus mejillas cuando abrazo a Camus y Mu, que lo felicitaban con una inmensa alegría. Luego poco a poco todos los invitados lo felicitaban y comenzaban a entablar conversación con él. Lo cual aprovecho el hombre misterioso para acercarse a sus principales cómplices.

Sujeto: Gracias por ayudarme.

Sahorí: De nada, todo sea por la felicidad de mis caballeros.

Shun: Y yo por ver ese rostro contento, hermano.

Ikki: Jajajaja, Bueno de todas formas les debo una. Aunque todavía me queda lo mas difícil.

Shun: Es cierto, ¿qué pasara cuando te quites la mascara al final de la fiesta?.

Sahorí: -Sonriendo dulcemente- No te preocupes, estoy segurísima que Afrodita te quiere.

Ikki: ¿Tu crees?.

Sahorí: Claro que si. Soy una Diosa, ¿alguna vez  les eh dicho una mentira?.

Ikki: -Sonriendo maliciosamente- Pues ahora que lo pienso, aquélla vez en la que... -Pero fue interrumpido por la reencarnación de Poseidón-.

Julián: -Haciendo una reverencia ante Sahorí- Me concedes el honor de bailar conmigo.

Sahorí: >///< Si -Lo toma del brazo y susurrándole a Ikki antes de irse- Cállate, de eso nadie debe enterarse -Y luego se desaparece a la pista de baile con Julián-.

Shun: ¿Qué era lo que ibas a decir hermano?.

Ikki:¿Ah?. No nada, algo entre Sahorí y yo jejeje.

Shun: Mmmm... Bueno esta bien. Ahora anda con Dita, yo voy a tratar de controlar a Seiya.

Ikki: Jajajaja. Ten cuidado no te enamores otra vez de él.

Shun: -Caminando hacia el pegaso- ¡Muy gracioso, hermano!.

Luego de ver a su hermano tratar de evitar que Hyoga moliera a golpes a Seiya, el fénix fue en busca del pisciano que se encontraba conversando con Milo y otro chico que no reconoció bien. Se introdujo como pudo en la conversación, cosa rara en él, pero todo por escuchar la dulce voz del sueco. Milo se lo quedaba viendo como preguntándole cuando le diría a Dita quien era, pero el fénix solo le lanzaba una mirada matadora, a lo cual Milo termino retirándose cordialmente junto con el otro muchacho. Ikki aprovecho y se llevo al pisciano ha los jardines donde estaban servidos toda clase de manjares, exclusivamente traídos para la fiesta del peli turquesa, Sahorí se votaba totalmente cuando se trataba de celebrar el cumpleaños de uno de sus caballeros. Se sirvieron unos platos y siguieron su recorrido por los jardines, conversando con todo el que se encontraban por el camino y saludando a los demás invitados. Sin darse cuenta le dieron la vuelta a la mansión llegando otra vez a donde estaba la mesa con la comida. Decidieron caminar hasta un pequeño lago y se sentaron en unos bancos de color marfil situados a las orillas del mismo, Dita se quedo viendo las estrellas e Ikki solo observaba sus hermosos ojos que brillaban con gran intensidad. Se acerco un poco al rostro del sueco y sin vacilaciones le dio un beso suave al principio pero que poco a poco se fue convirtiendo en un beso apasionado y en un descuido del pisciano, Ikki introdujo su lengua en su boca, explorándolo en su totalidad e iniciando un juego con la lengua del sueco. Por falta de aire se separaron, solo unos centímetros quedando recostados uno en la frente del otro.

Afrodita: -Con un leve sonrojo- Me tomaste por sorpresa -Se queda en silencio para admirar mejor a su acompañante y luego añade- Me alegra que me hicieras caso y te pusieras un antifaz en vez de la otra mascara.

Ikki: Jajajaja, Bueno si quería besar tus dulces labios toda la noche tenia que hacerlo.

Afrodita: -Sonriéndole alegremente- ¿Dulces?. Yo no creo que sean tan dulces como dices.

Ikki: Para mi son los labios mas dulces, seductores y bellos que puedan haber en el universo.

Afrodita hizo ademán de hablar pero fue interrumpido por los labios del otro que lo aprisionaron y aprovecharon su sorpresa para que su lengua de fuego explorara de nuevo la boca del pisciano, el beso se hacia intenso a cada momento y pronto los dos se vieron envueltos en los brazos de la pasión que les exigía tener algo mas que un simple beso. Ikki comenzó a recorrer con sus manos todo el cuerpo de Afrodita tratando de encontrar una entrada entre su ropa y así poder tocar su piel, Dita por su parte no se quedaba atrás y recorría el fornido cuerpo del chico con maestría, desabrocho unos botones de la ropa del chico y poso sus manos en su pecho desnudo tocando la piel del ave de fuego. Ikki había conseguido introducir una de sus manos dentro del kimono y acariciaba la piernas del sueco, se tumbaron sobre la grama, y comenzaron a despojarse de sus prendas, pero cuando estaban intensificando mas sus caricias y besos, la voz de uno de los caballeros los alerto.

Afrodita: -Respirando agitadamente- Creo que debemos regresar.

Ikki: -Besándole el cuello- ¿Por qué?, estamos bien así o ¿no te gusta lo que hago?

Afrodita: -Soltando pequeños gemidos- Si... Pero deben estar buscándome... Ahhh...

Ikki: Mmmm... Es verdad, eres el cumpleañero y tienes que estar allá - Se levanta con cuidado y empieza acomodarse la ropa-.

Afrodita: -Sentándose- No lo dije con la intención de que quedara hasta aquí... >///< Yo quería que siguieras un poco más...

Ikki: -Inclinándose para rozar su rostro con el del pisciano- Lo sé, yo también quiero, pero será mejor si vamos horita para allá -Señalando con la mano la mansión- Y luego hacemos lo que tu quieras. ¿Te parece?.

Afrodita: -Simula estar pensativo- ... Mmmm... Esta bien, me has convencido.

Ikki: -Le da un beso y le estira la mano para que se levante- Entonces vamos.

Así se dirigieron a la mansión, donde tenían rato buscando a Afrodita, comenzaron a bailar de nuevo y él no se despegaba ni un momento de su chico enmascarado, los otros caballeros dorados sabían quien era al igual que los de bronce, pero habían muchos que no lo reconocían y se preguntaban quien era, aparte de que les daba envidia ver como el muchacho era el centro de atención del sueco.

La noche paso rápido, entre concursos, bailes, y demás inventos de los caballeros por alargar el cumpleaños. A diez para las doce cantaron cumpleaños y picaron la torta, un bellísimo pastel de tres pisos simulando una cascada y en la cima el signo de piscis como vela. Luego de comer gustosos sus pedazos de pastel, Sahorí dio la voz de que era el momento tan esperado, al fin se quitarían las mascaras y se descubrirían las identidades de ciertos invitados que ninguno llego a reconocer. Afrodita bailaba con su chico enmascarado cuando Sahorí dio la noticia, en ese momento comenzaron a quitarse las mascaras, pero el chico aun no lo hacia y entonces Dita decidió hablarle.

Afrodita: ¿Por qué no te quitas la mascara? -le dice al tiempo que él se quita la suya-.

Ikki: Es que aun no estoy listo.

Afrodita: Entonces no eres hombre de palabra. Me dijiste que hoy me dirías quien eres.

Ikki: Si, lo sé. Pero entiende no es fácil.

Afrodita: Acaso se te quedo pegada la mascara...-Hizo una breve pausa y dijo- ... Ikki.

Ikki: -Con la boca abierta por la sorpresa- ¿Cómo lo sabes?.

Afrodita: -Sonriéndole con ternura- Por tu forma de ser, como me hablas, como caminas... Y entre otras cosas. Claro que no fue fácil, pero lo averigüe.

Ikki: -Retirándose la mascara- ¿Y por qué no me lo habías dicho?.

Afrodita: Y arruinar este momento, eso ni pensarlo Jijijiji.

Ikki: -Abrazándolo cariñosamente por la cintura y estrechándolo contra si- Con que entonces me estabas torturando, sabiendo lo nervioso que estaba.

Afrodita: Yo no lo diría así. Mas bien me estaba haciendo el difícil. Suena mejor Jajajaja.

Ikki: -Sonriéndole con alegría- Como sea, lo importante es que no saliste corriendo.

Afrodita: ¿Por qué tendría que hacerlo?.

Ikki: Porque tu eres el mas hermoso del santuario y arruinar tu vida empatándote conmigo. Pues no sabia si me aceptarías.

Afrodita: -Abrazándolo por el cuello y regalándole su mejor sonrisa- Bobito, nunca mas pienses eso. Talvez en un principio no te  aceptara, en eso no te voy  a mentir. Pero al conocerte mejor, me di cuenta que eres un hombre maravilloso y no te dejaría escapar fácilmente.

Ikki: Me alegro de escuchar eso. ¿Que tal si les damos a todos eso mirones lo que quieren? -Señalando con sus ojos a todos los presentes que no les habían quitado la vista de encima desde que se quitaran las mascaras-.

Afrodita: Tienes razón -Acerca sus labios a los del fénix- Te amo...

Ikki: Y yo a ti...

Al decir eso sello con sus labios los del sueco para darse un largo, profundo y amoroso beso, a lo cual los mirones comenzaron a aplaudir y silbar tan fuerte como pudieron. Los cómplices del fénix estaban felices de que todo le saliera bien, en especial su hermano y Sahorí que se habían esmerado en que todo saliera bien luego de que Ikki les contara sobre su idea para acercarse a Dita.  Los dos chicos se separaron al instante en que sus pulmones reclamaron algo de aire, se abrazaron fuertemente y vieron a los presentes con una sonrisa en el rostro. Luego el ambiente se volvió románico y una melodía suave inundo cada rincón del salón, provocando que diera inicio un baile. Cuando la música termino, Ikki saco a Dita de la mansión llevándolo en sus brazos hasta la entrada del laberinto que un día antes le mostrara. Al estar en la entrada lo bajo, dejando que el pisciano caminara hasta el centro del laberinto, cuando llegaron Afrodita se quedo maravillado con lo que sus ojos le mostraban, el agua brillaba mas que la ultima vez, parecía que fueran miles de diamantes en vez de agua, en el suelo estaba colocado un mantel azul con pétalos de rosas sobre él y a los alrededores de éste y de la fuente. Al lado del mantel estaba una mesita con una vela, dos copas llenas de champaña, un botella del mismo dentro de una cubeta con hielo y dos platos con chocolates.

Afrodita: -Aun sin salir de su asombro- ¿Tu hiciste esto?.

Ikki: Si, yo lo hice, claro tuve un poco de ayuda pero todo fue planeado por mi. ¿Te gusta?.

Afrodita: Si, me encanta. Gracias.

Ikki: Lo mejor para ti. Mi pececito aromatizado -Le besa el cuello-.

Afrodita: Jijiji, me haces cosquillas -Se acerca al mantel y se sienta- Es bastante cómodo, creo que servirá -Mirando con picardía al otro-.

Ikki: -Tomando una de las copas con champaña- Espero que si, no quiero que estés incomodo, mi amor -Le da una copa-.

Afrodita: Bueno entonces que haces allí parado, ven y siéntate.

Ikki: Jajaja, esta bien -Se sienta a su lado y el pisciano se recuesta sobre su pecho- Brindemos por estar el día de hoy juntos...

Afrodita: Y por nuestro amor -Diciendo esto juntan sus copas para luego beber de ellas.

Ikki: Todo esto parece un sueño. Jamás pensé que a alguien como yo le robaran el corazón de la manera en que tu lo hiciste.

Afrodita: Yo no hice nada especial.

Ikki: Tal vez no, pero aun así me has hecho muy feliz.

Afrodita: Tu también has logrado que yo sea feliz, nunca pensé volver a enamorarme así. Pero me alegro que me halla equivocado y que tu seas del que me enamore.

Ikki: Te amo, mi precioso pececito aromatizado.

Afrodita: También te amo, mi fénix ardiente.

Lentamente fueron acostándose sobre el mantel, quedando Ikki sobre Afrodita, dando inicio a un sin fin de caricias mutuas por sus cuerpos, recorriéndolos de arriba abajo sin dejar un solo centímetro sin tocar, al tiempo que se despojaban de sus vestimentas para luego quedar completamente desnudos. Entre gemidos y caricias dieron vueltas sobre si mismos alejándose de la comodidad del mantel para quedar sobre el suelo cubierto de césped donde Ikki quedo acostado mientras Afrodita estaba sentado sobre su cuerpo acariciándole el pecho y ligeramente inclinado besándolo. Luego empezó a desplazarse desde la boca del chico de fuego, bajando por su cuello, delineando con su legua sus perfectos pectorales para después detenerse en sus tetillas y poder excitarlas mordiéndolas, lamiéndolas y succionándolas con gustoso placer, provocando que el fénix soltara fuertes gemidos roncos, lo cual lleno de satisfacción al pisciano que siguió su descenso, lamiendo el abdomen de acero y besando con absoluto deleite. Pronto se encontró con el miembro del chico, el cual se erguía imponente y deseoso por ser atendido, el pisciano lo observo por un momento, tan grande y grueso, pensó el sueco, ¿entraría por completo en su boca?, pues eso lo averiguaría pronto. Empezó jugueteando con el glande lamiéndolo con delicadeza, luego bajo hasta la base e inició un sube y baja de besos y lengüetazas, Ikki sentía que explotaría en cualquier momento, no había dejado de gemir desde que el pisciano comenzara a lamer su miembro, al poco tiempo sintió como Afrodita introducía su potente virilidad en su boca, succionándolo de tal manera que el fénix pensaba que lo dejaría seco. El sueco se lleno de placer y excitación al sentir como Ikki se estremecía, gemía y levantaba sus caderas para hacer que su miembro llegara mas adentro en la boca del pisciano, el cual sintió con esto como su chico de fuego derramaba su dulce semilla en el interior de su boca, Afrodita bebió gustoso todo el liquido hasta la ultima gota sin desperdiciar nada, lamió los restos del miembro aun erecto y se acostó sobre el fénix.

Afrodita: ... Hazme tuyo... Ikki...

Ikki: ¿Estas... Seguro?...

Afrodita: Completamente... Quiero sentirte dentro de mi...

Ikki: -Mirándolo maliciosamente- Entonces prepárate...

Afrodita: Mmmm... Suena provocativo...

Se dan un beso y luego Afrodita se hace a un lado para que Ikki se coloque sobre él, primero besa todo el hermoso cuerpo del pisciano torturándolo un poco, después incita a el sueco para que chupe dos de sus dedos, lo cual hace sin ninguna protesta, ya que sabe donde van a estar después, los chupo como a un caramelo llenándolos de saliva, solo hasta que Ikki los sintió los suficiente húmedo los retiró de su boca y los coloco en la entrada del pisciano acariciándolo con ternura. Suavemente y poco a poco introdujo uno de los dedos, luego otro, y por ultimo un tercero que se hacían cargo de preparar lo mejor que podían al sueco y así hacer menos doloroso la intromisión del miembro del fénix. Cuando Ikki sintió que era suficiente, gracias a los gritos de placer por parte del pececito, retiro sus dedos para posar su miembro en la entrada penetrándolo lentamente, pero Dita tenia otros planes y rodeo con sus piernas la cintura del peli azul, estrechándolo contra él, provocando que la penetración fuera mas profunda, con esto los dos liberaron fuertes gemidos. El fénix inicio un vaivén que a cada embestida se hacia mas y mas intenso, Afrodita se aferraba lo mas que podía al suelo, ladeando la cabeza sin parar y pronunciando el nombre de su novio.  Ikki se inclino un poco, sujetando una de las piernas del pisciano y colocándola sobre su hombro y con su otra mano tomo su rostro y lo beso con pasión y sobre todo con mucho amor. Afrodita rodeo su cuello con sus brazos, sujetándose de él y dejándolo sin escapatoria alguna de sus besos, el peli azul inició unas embestidas mas rápidas y profundas, arrebatándole gritos cada vez mas fuertes a Afrodita, al tiempo que él mismo gemía por el placer de estar dentro de ese hermoso pececito. Solo bastaron unas embestidas mas para que Ikki se derramara dentro del peli turquesa, llenándolo hasta el ultimo centímetro de su interior con su delicioso, espeso y caliente néctar, al mismo tiempo Afrodita se derramaba sobre entre su abdomen y el del fénix que le había servido para acariciar su miembro al ritmo que lo penetraba. Ikki se dejo caer sobre el cuerpo de Afrodita, los dos estaban completamente sudados, cansados y se les hacia difícil respirar, pero eso no importaba con el hecho de haber pasado un momento de grato amor entre los dos, sintiéndose el uno al otro y experimentado el mejor acto de amor que podían haber tenido.

Los dos se habían quedado dormidos y sin darse cuenta ya estaba amaneciendo, los primeros rayos del sol los despertaron, encontrándose abrazados en el mismo lugar donde la noche anterior hicieran el amor, Ikki se sentó para admirar mejor el amanecer al igual que Afrodita que ya se había levantado. El fénix lo acerco hacia él, y el peli turquesa se recostó en su pecho.

Ikki: Buenos días, mi pececito.

Afrodita: Buenos días, mi amor.

Ikki: Se ve precioso el amanecer.

Afrodita: ¿Mas que yo?.

Ikki: ... Mmmm... Nop... Jajaja, ante mis ojos no hay nada mas hermoso que tu mi pececito aromatizado -Se inclina y le da un beso-.

Afrodita: -Sonriendo alegremente- Mucho cuidadito pues... ¿Y que vamos hacer hoy?.

Ikki: Primero que todo, darnos un baño juntos, luego caminar por el centro y después te vas a vivir conmigo, claro eso si tu quieres.

Afrodita: Dices todo tan fácil...

Ikki: No hay nada que sea imposible, solo la muerte y a pesar de eso la hemos superado también o ¿no? -Mirándolo con picardía y una sonrisa-.

Afrodita: Tienes razón, bueno entonces mejor empezamos pronto -Se levanta un poco y le da un beso en la cicatriz que tiene en la frente- Te amo, Ikki.

Ikki: -Ligeramente sonrojado- Y yo a ti, Afrodita. Te amo.

Se acuestan nuevamente en el césped y se funden en un dulce y amoroso beso, dando inició así a un nuevo día y a un nuevo capitulo en sus vidas, donde compartirán inmensidad de placeres y estarán juntos en las buenas y en las malas hasta que el tiempo decida lo contrario, viviendo por siempre amándose el uno al otro, envueltos así en el delicioso aroma del amor hasta el fin de los tiempos.

 

*****Fin*****

Notas finales: Quien iba a pensar que seria Ikki el enmascarado... Wow Jejeje... Me gustaría saber su opinion sobre este fic... Estaré esperando sus comentarios... Todo lo que tengan que decir será bien recibido... Besos.... Nos leemos...

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