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Epica por maryme

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Notas del fanfic:

Epica es una recopilacion de leyendas de mi propia inspiracion adaptadas al genero yaoi

Notas del capitulo:

Buenooo ahm ^^u aunque la mayoria de mis historias se caracteriza por tener un corte algo rudo y de hard yaoi epica es una recopilacion de leyendas sera una leyanda por capitulo que no estan unidas entre si..me temo que sigo siendo una absurda romantica con demasiada imagiancion y de cualquier manera espero que disfruten y comenten.

 

Eran colores, colores que se mezclaban y enredaban hasta confundirse, si movía el pie un poco mas  los colores se enfurecerían  unos con otros y terminarían devorándose  hasta que el agua de aquel lago le salpicara las mejillas y lo reprendiera por su travesura.

 

Yann sonrió con esa soltura que caracterizaba el gesto en su rostro, ladeo la cabeza y su cabello de plata le acaricio los hombros, era el hijo de la naturaleza mojándose los pies en una de las curiosas creaciones de su madre, era el hijo de la naturaleza reflejando sus ojos verdes profundos como la espesura de la copa de un árbol

 

Su madre seguía trabajando arduamente, colocaba semillas soplando virtud sobre ellas y majestuosos frutos se alzaban de la tierra, miraba entristecida los lugares vacíos e infértiles y sus lagrimas se volvían mar de donde surgían los peces y a donde las sirenas construyen su morada tal vez palacios de colar y de perla, pero aquel joven sentado a la orilla del lago era la mejor creación de la madre naturaleza,  Yann, su orgullo, su hijo, el que cuidaría con ella del mundo y quien había nacido en el alba de una mañana sin sol.

 

 

Su voz suave acompañaba su piel de un pálido bronceado  tenia la gracia de mil garzas y la suavidad del pétalo de la primera rosa nacida.

 

Le gustaba ese  lago mas que ningún otro a veces tomaba un puñado de tierra y la arrojaba al fondo del agua solo admirando como las pequeñas estelas cantaban una estrofa sin música bajando en peldaños de calma.

 

-Yann...-

 

Una voz lo hizo girarse y sus ojos tuvieron frente a el a Numa el hijo del infinito, saco los pies del agua en un movimiento rápido y meciendo su cabello en la brisa creada por su carrera se lanzo a los brazos del recién llegado.

 

-creí que no vendrías....creí que me convertiría en una flor marchita a la espera de ti-

 

Numa sonrío gentilmente ante aquellas palabras y estrecho con suavidad la cintura del hijo de la naturaleza besando su blanco cabello un par de veces.

 

Numa al igual que Yann era hijo de un poderoso elemento...su padre era en infinito, infinito que había dotado a Numa de una larga cabellera negra y ojos turquesas como el brillo de algunas estrellas., una fuerza  que los dioses aun no se atrevían a nombrar había unido el alma de los jóvenes una noche cuando Yann sentado en aquel mismo lago había visto caer una estrella., una estrella con brazos y piernas y los ojos mas hermoso que hubiera visto jamás ojos de zafiro matizados de frialdad, Yann y Numa cayeron en eterno pecado carnal esa noche sostenidos por la mano de la naturaleza y vigilados  por el roció del infinito. 

 

-Tuve que escapar de nuevo...-

 

La voz profunda de Numa cuidaba su tono al hablar con su pequeño amor pues siendo hijo del infinito nada calido había en el mas que la sensación en su pecho al tener a Yann entre sus brazos.

 

-Mi padre aun insiste en que me aleje de ti-

 

Yann tenía los ojos cerrados pero percibía cada palabra del otro...y se estremecía por que el infinito jamás dejaría a su hijo morar a su lado en la tierra y Yann que vivía del soplo de su madre no podía subir a las estrellas.

 

-No me hables de cosas tristes, mi madre prometió visitar a tu padre le he dicho que mi alma se marchitara y mi cuerpo dormirá eternamente  si de tus labios no bebo el agua-

 

Una nueva sonrisa correspondió a sus palabras, Numa lo amaba., amaba esa estrecha cintura esas delicadas manos y ese fino cuello, amaba posar sus labios en aquella piel que se entregaba a èl al pedirla con solo un toque y no lograba entender por que el infinito odiaba tanto a una criatura que a sus ojos era la mas noble y hermosa.

 

-esta bien...entonces caminemos-

 

Yann asintió y se sujeto del brazo de Numa, comenzaron un suave paseo la tierra reaccionaba a su presencia las flores despedían su polen y el peliplateado sonreía conociendo aquel gesto como una bendición de su madre para ambos, mientras sus pies pasaban por caminos sin marcar Yann podía ver el apuesto perfil de Numa, su largo cabello negro resaltaba su pálida piel que había obtenido su color de un trozo de la luna  guiaron sus pasos por horas compartiendo risas y caricias, bebieron  de una cascada y el sol les saludo cada vez con mas ansias hasta hacerlos refugiarse a la sombra de un árbol Yann recargo la espalda contra el tronco y las hojas del roble se agitaron dando la bienvenida al hijo de su creadora, se sentó y sonriendo a Numa lo invito a recostarse  ofreciendo sus piernas como reposo para su cabeza.

 

-Numa...-

 

Los ojos azules se abrieron mirando hacia el hijo de la naturaleza, Numa los había cerrado relajado ante las caricias de los finos dedos que se enredaban cariñosamente en su cabello.

 

-Numa... ¿Qué es lo que sientes por mí?-

 

Las mejillas de Yann se prendieron ligeramente, trato de mirar hacia otro lado sintiendo esa intensa mirada sobre el, tratando de restar importancia a sus palabras siguió con sus caricias.

 

-lo que siento por ti es lo mismo que el viento siente al pasar por los cabellos de una ninfa, o lo que el mar grita en sus olas cuando una sirena canta...-

 

-¡Numa!-

-¿Qué sucede? ¿Acaso no crees en mis palabras?-

 

El chico de cabello negro se incorporo para poder mirar al rostro de Yann...abrió los ojos con ligera sorpresa al encontrarse con una delicada lágrima acariciando  una de las febriles mejillas.

 

-Te amo Numa-

 

Yann no sabia exactamente el significado de aquellas palabras, jamás las había escuchado y no comprendía que habían nacido del interior de lo mas profundo en su ser, Numa le tomo el rostro entre las manos y poco a poco busco sus labios.

 

Eran ligeros los mantos que cubrían sus pieles y prontas fueron las manos que los retiraron la boca de Yann separo sus labios para acompasar suaves caricias con el sonido de jadeos que sonaban a la mas pura de las bendiciones, Numa no podía evitarlo se sentía hechizado por el suave aroma del cabello blanco y la tierna calidez en aquella mirada de un verde profundo.

 

-Numa...y-yo...quiero que...-

 

-Shhh...me lo dirás después- 

 

No había espacio para palabras en medio de esa comunión donde las estrellas jugaban a tomar la forma de las más delicadas flores...dos cuerpos desnudos sobre la fresca hierba ardiendo con afiebrada pasión que no tenia soltura en la lengua de Numa sobre el pecho de Yann...o la boca del hijo de la naturaleza besando la mas intima parte del heredero del infinito, las pupilas verdes se encontraron mirando hacia su alfombra natural  cuando Numa lo había colocado boca abajo solo para sentir que consumaba su delirio siendo uno con su amante, no había ritmo que marcara con mas sutileza el embate de un cuerpo sobre el otro, ese abrir y cerrar conforme entraba y salía era tremendamente hinoptico e inusual...se amaban sin reservas y sin consideraciones, un amor egoísta como lo son todos pero tan mágico que hablar de el en voz alta sonaría a dulce cuento de hadas.

 

-¿Estas bien...?-

Era la irremediable pregunta que siempre venia cuando aun su cuerpo trataba de regresar a su alma de aquel viaje que solo Numa podría provocarle.

 

-Si-

 

Era la suave respuesta que Yann dejaba salir acompañada de una suave sonrisa y un gemidito al sentir a Numa salir de el para tenderse a su lado en la hierba y atraerlo contra su pecho llenándole el rostro de besos, y en esos momentos ni los árboles ni las estrellas dormidas se atrevían a susurrar.

 

-Numa, quiero que te quedes aquí conmigo, para siempre-

 

Un corto silencio, un beso y después la respuesta.

 

-ya lo había pensado...se que tu no puedes subir conmigo así que yo dejare mi reino si me prometes la eterna compañía de tu suave piel-

 

-Tu padre no te lo permitirá-

 

-Se lo diré esta noche...prometo regresar mañana, te veré en el lago y nada nos separara de nuevo-

 

Un estremecimiento recorrió el cuerpo de Yann sin saber si era a causa de la dicha que aquellas palabras le regalaban o por algo incierto que sentía muy cerca, la tarde ya había caído sobre ellos, tenían que separarse de nuevo pero Yann esperaría por Numa en el lago de siempre, el hijo del infinito ayudo al chico de ojos verdes a vestirse y después hizo lo mismo con los dedos entrelazados caminaron un poco lejos de aquella zona solo postergando lo que era inevitable cada anochecer.

 

-Regresare...y jamás tendremos que separarnos-

 

Yann asintió, sus ojos se habían teñido de la tristeza que lo embargaba cada vez que el día llegaba a esa hora, sintió de nuevo los tiernos labios sobre los suyos y poco después aquella estrella a la que amaba regresaba al cielo al lado de su padre, el infinito.

 

 

Numa llego a su morada, las puertas del castillo se abrieron para recibir al príncipe de largo cabello negro, su padre esperaba por él, Numa sonrió pero el infinito no lo hizo.

 

-Escuche que estuviste retozando de nuevo con el hijo de la naturaleza-

 

La voz era tan fría y poderosa que las sombras salían de su boca.

 

-Su nombre es Yann, Padre y  ya te he dicho que...estoy enamorado de él-

 

Numa se quito la suave capa de los hombros, hombros donde aun estaban marcadas las uñas de Yann.

-Mañana bajare de nuevo y no regresare, se que no deseas que este a su lado pero ni todo el reino vale para mi el precio de una de sus sonrisas-

 

-¡Cállate! Numa soy tu padre y este tu reino! Me debes respeto y obediencia no vas a regresar a la tierra, suficiente he tolerado este juego-

 

El príncipe se giro hacia su padre.

 

-Lo siento Padre...pero he tomado mi decisión-

 

El infinito tembló de ira mientras su hijo le daba la espalda...maldito el momento en que los ojos de Numa se habían cruzado con los del hijo de la naturaleza, ese pequeño desdichado que le estaba robando a su único heredero...pero él era el infinito y no lo permitiría.

 

Se cumplió el tiempo prometido y Yann regreso al lago, metió los pies al agua como era su costumbre y espero...y espero. Numa jamás llego a la cita y jamás llegaría por que el infinito le había arrancado el corazón a su hijo para que este ya no pudiera amar, la luna fue quien le susurro la noticia al peliplateado y su llanto no fue suficiente para calmar lo que sentía...la desesperación y el dolor de perder a quien amaba, a quien caminaba tomando su mano y vertía en besos suaves caricias.

 

Fue en el tiempo en que los eones comenzaban a contarse que la madre naturaleza se cubrió los oídos desesperada para no escuchar el llanto de su hijo, fue en el tiempo de los eones que la madre naturaleza tuvo que seguir la acción del infinito y saco del pecho de Yann el sangrante y dolido corazón, es el amor una razón tan pura y tan fuerte que la madre naturaleza subió a las estrellas peleo con el infinito y le robo el corazón de Numa, el infinito desesperado salio detrás de la madre naturaleza, pero esta recibió de la luna un manto suave de hilos de cristal, coloco el corazón de Yann y de Numa y los cubrió con cuidado, sello en manto con uno de sus cabellos y en medio de la carrera se giro arrojando ambos corazones a la cara del infinito...demostrándole con el latir del interior del manto que el amo va mas allá de la muerte.

 

Fue en la época de los eones, de las ninfas y de las sirenas que el corazón de Yann se unió al de Numa para toda la eternidad, arropados por el manto de la luna se transformaron en una estrella fugaz que se ríe del infinito cumpliendo y velando el amor de los habitantes de ese planeta que con tanto amor sembró la madre naturaleza....

 

Por que aprender a amar es comenzar a vivir....

 

Notas finales:

¿que les parecio? ya saben reclamos, felicitaciones y acosos sexuales en los reviews XD, gracias por leer!


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