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El mejor regalo de navidad. por Sakura Hatake

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Notas del fanfic:

Creo (si las cuentas no me fallan), que este es mi tercer fic GaaNaru y al igual que el anterior contiene MPREG, creo que estoy obsesionada con la idea de que Naruto bello tenga un hijo con Gaara hermoso, pero pienso que eso es tal vez porque esta pareja me fascinay me parece muy bonita.

Notas del capitulo:

Bueno, pues la intención de este único capi es hacer que los personajes de mi serie favorita festejen la navidad y claro, darle a Naru-chan y a Gaara un bello presente por la época. Espero que sea del agrado de todos los que lean. Este fic lleva una dedicatoria sumamente especial, hoy 21 de diciembre una amiga muy querida cumplió sus 18 años, Navarhta, esta historia te la dedico enteramente a ti, ¡Felicidades! y que cumplas muchos años más, espero que te guste este pequeñísimo e insignificante presente.

Disclaimer: Naruto y demás personajes del anime y manga del mismo nombre, no me pertenecen... todos ellos son de la autoría de Masashi Kishimoto, yo sólo los uso para divertirme con ellos, creando historias locas y diferentes a la trama original de la que son parte.

Dic/20

"Hace ya un poco más de un mes que me mudé a Suna con Gaara, este tiempo ha sido el mejor de mi vida y si estoy viviendo este sueño es gracias a mis amigos. Kakashi-sensei, Sakura-chan y Sai-baka, sin duda alguna ellos son los mejores; les agradezco mucho que hayan hecho posible que Gaara y yo pudiéramos estar juntos (aún no se como es que le hicieron para saber que yo amaba a mi mapachito), creo que siempre estaré en deuda con los miembros de mi ex-equipo porque me dieron la más grande alegría de mi vida, el mejor y más bello regalo del mundo, me ofrecieron la oportunidad de amar y ser amado, nada se le puede comparar a eso.

Aunque claro, no todo ha sido felicidad, pues desde hace unas cuantas semanas no me he sentido muy bien, Gaara piensa que de seguro es porque todavía sigo aclimatándome a la aldea, pero no se.... Mi mapachito dice que si dudo que sea eso, entonces ahora que vengan mis amigos a festejar con nosotros la navidad debo pedirle a la obachan que me revise; aunque siempre he odiado los médicos, los hospitales, las medicinas y sobre todo las inyecciones, creo que esta vez debo hacerle caso a mi esposo y permitir que Tsunade-sama o Sakura-chan me examinen.

Bueno, por hoy es todo.... Mañana seguro tendré más cosas que contarte compañero".

 

Naruto cerró su diario y lo guardó en una pequeña gavetita de su escritorio, después se levantó de la silla, pero un mareo que apareció súbitamente hizo que estuviera a punto de caer al piso, cosa que no sucedió porque los fuertes brazos de su pareja lo protegieron del impacto....

 

-¿Otra vez amor?-. Preguntó Gaara muy preocupado.

 

-Si y lo peor es que ni siquiera puedo imaginar la causa de estas molestias-. Respondió el kitsune un poco desconcertado.

 

El pelirrojo cargó a Naruto en brazos y lo depositó suavemente en la cama para después colocarse a su lado y abrazarlo mientras que acariciaba con ternura sus cabellos, él no lo externaba, pero en verdad estaba preocupado por su rubito, en el fondo temía que el ojiazul pudiera estar enfermo de algo grave, sin embargo, lo que más le asustaba era pensar que podía perderlo; el Sabaku se negaba a creer que su felicidad duraría tan poco.

 

-Mañana estarán aquí tus amigos-. El ojiverde besó con dulzura la frente se su consorte. -Aunque parezca descortés, lo primero que debes hacer a su llegada es pedirle a Tsunade-sama que te haga un reconocimiento médico-. Continuó hablando el kazekage.

 

-No hay prisa mi amor, lo primero a su llegada es que descansen, luego veremos ese asunto-. Comentó Naruto muy tranquilamente.

 

-Naruto, te aseguro que si le preguntas a la hokage que prefiere, te responderá que para ella es más importante tu salud que descansar o que cualquier otra cosa-. Alegó el Sabaku. -Si no se lo pides tú, se lo pediré yo-. Finalizó el de los cabellos rojos.

 

-Amor, estás asustado, ¿verdad?-. Gaara miró incrédulo a su kitsune. -No te asombres mapachito, aunque no me lo digas.... Yo se que tu temes que esté ocurriendo algo muy malo conmigo, pero no tienes porque sentirte atemorizado, de seguro esto no es nada y como tu mismo has dicho; lo más probable es que aún esté adaptándome a las condiciones de Suna-. Naruto intentó tranquilizar a su esposo con sus palabras, aunque él mismo tenía algunas dudas acerca de lo que estaba ocurriéndole.

 

-Mi zorrito, creo que a ti no puedo ocultarte nada.... Es verdad, por primera vez en la vida estoy sintiendo miedo, me mata la idea de que.... Ni siquiera pueda decirlo-. Por increíble que parezca, Gaara se encontraba prácticamente llorando, sus ojos se veían cristalizados, pero no quiso dejarse vencer porque no quería transmitirle su inseguridad a su amado kitsune

 

-No mi vida, no te preocupes por nada.... Ya verás que todo está bien y que....-. La voz de Naruto se quebró, al parecer también tenía ganas de llorar, ver a Gaara en ese estado le partía el alma, no quería que su esposo sufriera por causa suya. -Mi amor, pase lo que pase.... Yo nunca voy a irme de tu lado, te lo prometo-. Después de esas palabras, el rubito se abrazó con más fuerza al ojiverde y así se quedaron los dos dormidos, intentando transmitirse una seguridad que ninguno de los dos sentía en ese momento.

 

Al día siguiente Gaara se levantó muy temprano para ir a recibir a sus visitantes de Konoha, el pelirrojo de verdad estaba muy interesado en que llegaran lo más rápido posible, le urgía que Tsunade atendiera a Naruto, no aguantaba más la incertidumbre, deseaba que le dijeran que su amado zorrito estaba bien y que no corría ningún peligro.

 

A eso de las 7 de la mañana un convoy compuesto por más de 10 personas, estaba llegando a las puertas de Sunakagure y ahí ya los esperaba el kazekage, quien estaba muy feliz por la visita (aunque no lo demostrara demasiado), pues el sabía a la perfección que la presencia de los ninjas de Konoha le harían mucho bien al amor de su vida. Saludó sin mucha emoción a sus invitados y enseguida los condujo hasta su residencia, donde Naruto ya los esperaba con un gran desayuno servido en el enorme comedor de la casa que ahora compartía con su pareja.

 

El kitsune recibió a sus amigos con una bella sonrisa, la cual todos ellos extrañaban, todo el tiempo que Naruto llevaba en Suna había sido bastante triste para los amigos del chico, pero no se lo decían porque sabían que su felicidad estaba en la aldea de la arena; sin embargo, Tsunade, sabiendo que la navidad estaba cerca y viendo que lo extrañaban demasiado propuso que realizaran un viaje a la villa aliada para festejar con el rubito esas fiestas tan importantes, cosa que todos los shinobis y kunoichis aceptaron al instante.

 

En fin que la alegría en la casa del kazekage era más que evidente, todos reían a carcajadas (excepto Gaara, quien de vez en cuando sólo esbozaba pequeñas sonrisitas) y convivían a gusto, les encantaba tener a Naruto cerca porque como dicen por ahí.... Ese ojiazul era el alma de la fiesta y él estaba tan alegre que hasta se le había olvidado que en la mañana aún antes de ingerir alimento había vuelto el estómago y que desde hacía aproximadamente un mes no se sentía muy bien, pero a su pelirrojo esposo no se le había olvidado que su estado de salud se encontraba bastante mermado, así que en una distracción del rubito llamó aparte a Tsunade y decididamente le comentó sus inquietudes.

 

-¿Qué pasa Gaara? ¿Por qué me has pedido hablar a solas? ¿Ocurre algo?-. Preguntó preocupada la quinta.

 

-A decir verdad.... Sí, ocurre algo con Naruto y a usted que es como su madre no puedo negárselo-. Comentó el ojiverde con bastante pesar.

 

-Me asustas Gaara, dime que es lo que está pasando con mi niño-. La angustia de la hokage se hacía evidente.

 

-Pues ahí como lo ve, esta mañana al despertar devolvió todo lo que tenía en el estómago y eso no es todo, hace unas semanas que sufre de mareos repentinos y en algunas ocasiones ha llegado a desmayarse-. El pelirrojo estaba casi al borde del llanto, con la rubia mujer no tenía que fingir, él estaba conciente de que ella conocía muy bien sus sentimientos hacia el ojicielo y también era de su conocimiento su más grande temor.... Perder a Naruto.

 

-Tranquilo Gaara, no te preocupes por ninguna cosa; lleva a Naruto a su habitación en este momento para que pueda examinarlo, te aseguro que nada malo le pasa a mi niño-. Tsunade esbozó una sonrisa con la que intentaba transmitirle seguridad al Sabaku menor, pero en el fondo ni ella misma estaba convencida de que las cosas fueran a estar bien, también tenía miedo de que el rubito resultara enfermo de algo terrible.

 

El pelirrojo fue donde Naruto y al oído le solicitó que le acompañara a su habitación, el ojiazul pidió que les disculparan un momento y se dirigió junto con su esposo a la recámara matrimonial, ahí encontró que Tsunade ya los esperaba con todo listo para hacerle un reconocimiento.

 

-Gaara, ¿por qué le dijiste a la obachan?, yo iba a hablarle de esto más tarde-. Reclamó Naruto e hizo su típico pucherito con la boca.

 

El Sabaku se le acercó y con ternura le tomó el mentón e hizo que le mirara directo a los ojos. -Le dije porque estoy preocupado por ti, esta mañana antes de irme a recoger a tus amigos.... Vi como te encerraste en el baño a devolver, no quiero que te ocurra nada malo, yo me moriría si te pasara algo-. El tono de voz que empleó el ex-jinchuuriki fue bastante tierno, al terminar de hablar abrazó fuertemente a su pareja y lo besó en la frente.

 

-Gaara....-. Naruto en algunas ocasiones no se creía lo tierno que su cónyuge podía llegar a ser, para quienes lo conocían poco esa actitud podría llegar a parecer impropia de él, pero el rubito ya sabía que debajo de esa coraza con la que normalmente se cubría el pelirrojo, había un ser humano cálido y con capacidad para amar infinitamente.

 

Tsunade los vio enternecida y no quería arruinar el momento, pero primero lo primero, los arrumacos podían esperar para más tarde, lo que le importaba en ese momento era constatar por ella misma que todo andaba bien en el cuerpecito de su hijo del alma.

 

-¡Ejem!, chicos.... Guarden esas cosas para después, ahora es momento de revisarte Naruto, por favor recuéstate en tu cama-. Pidió amablemente la godaime.

 

-Si Tsunade-obachan-. El kitsune hizo lo que le indicó la rubia y se acomodó en el lecho.

 

-Gaara, tu por favor espera afuera-. Volvió a hablar la hokage.

 

-Pero....-. El pelirrojo quiso replicar, sin embargo no se le fue permitido.

 

-Pero nada Gaara, necesito estar a solas con Naruto; esto es una cuestión médica, ya sabes-. Tsunade le sonrió a Gaara y este sólo gruñó en señal de desacuerdo, aunque finalmente terminó acatando la orden de la rubia.

 

-Cuando se quedaron a solas la godaime comenzó a hacerle algunas preguntas a su niño....

 

-A ver Naruto, dime, ¿qué molestias has tenido?-.

 

-¡Uhmmm, a ver....! Pues me dan mareos, vomito mucho en las mañanas, me he desmayado en algunas ocasiones y lo peor de todo es que.... ¡Ni siquiera puedo pensar en el ramen porque se me revuelve el estómago!-. Terminó gritando con desesperación el pobre zorrito, Gaara que permanecía afuera de la habitación recostado en la puerta, sólo atinó a reírse por el drama que estaba haciendo su amor.

 

-A ver, ¿cómo es eso? ¿El ramen te causa asco?-. Tsunade estaba asombrada, jamás creyó que algún día en la vida Naruto le dijera que el ramen le era repulsivo.

 

-Si, mi amado ramen no me sienta nada bien-. Respondió el chico con tremendos lagrimones recorriendo sus mejillas.

 

-¿Y hace cuanto tiempo que tienes estas molestias?-. Un poco más de un mes, los primeros días aquí estuve bien, sólo resentía un poco el calor, pero después comenzó a pasarme todo esto.

 

Mientras Naruto le relataba como se habían ido dando las cosas, Tsunade hacía algunas cuentas mentales y una que otra idea (muy rara a su juicio), iba formándose en su cabeza.

 

-Obachan, ¿sigues aquí?-. Naruto pasaba insistentemente su mano por enfrente de los ojos de Tsunade para ver si esta reaccionaba, llevaba como cinco minutos llamándola y esta no le respondía.

 

-¿Eh? ¡Ah, sí....! Aquí estoy, Naruto, voy a hacerte una pregunta un tanto incómoda, pero quiero que me la respondas, ¿está bien?, es indispensable para que yo pueda saber con certeza que es lo que está pasándote-. Dijo la mujer con total seriedad.

 

-Está bien abuela, pregúntame-.

 

-Bueno, eh.... Naruto, ¿Cuándo....? ¿Cuándo fue la primera vez que tú y Gaara....? Ya sabes, la primera vez en la que ustedes tuvieron intimidad-.La rubia se puso roja y el pobre zorrito ni se diga, un semáforo no le ganaba.

 

-Vaya que es una pregunta incómoda-. Dijo apenado el ojiazul.

 

-Lo sé, pero por favor respóndeme, ¿sí?-. Pidió con amabilidad la quinta.

 

-Si, bueno pues.... Fue.... Fue el día de mi cumpleaños-.Respondió con pena.

 

-Bien, ahora por favor descúbrete el abdomen. Con algo de chakra en mi mano haré una auscultación, no sentirás más que leves cosquillitas-.

 

-Si, está bien-.

 

Un chakra azul cubrió la mano de Tsunade y acto seguido comenzó a deslizarla sobre el vientre de Naruto. Para molestia de la mujer, no pudo enterarse de mucho con ese sencillo método, así que salió y pidió a Gaara que llamara a Neji, al kazekage se le hizo raro eso, pero sin repelar accedió a ir en busca del Hyuuga.

 

Unos minutos después volvía en compañía del chico ojiblanco, al cual Tsunade hizo pasar a la habitación, cabe resaltar que Gaara enfureció porque a Neji le permitieron entrar y a él no, pero ni modos, tuvo que resignarse y continuar esperando pacientemente a que le dieran noticias sobre el estado de salud de Naruto.

 

Ya dentro, la hokage le pidió a Neji que activara su Byakugan y que mirara el vientre de Naruto, esto extrañó a ambos chicos, pero el ojiblanco hizo lo que le pidió la godaime.

 

Afuera ya se congregaban los amigos y familiares de la pareja que habían llegado de visita, Temari fue la encargada de preguntarle a Gaara que era lo que sucedía con el rubito y este le respondió un seco "nada", el cual no convenció a la chica en lo más mínimo y siguió insistiendo, pero tan a pronto se abrió la puesta de la recámara dando paso a la figura de la hokage y detrás de ella venía Neji, quien tenía puesta una cara indescifrable.

 

-¿Cómo está Naruto?- .Preguntó Gaara rápidamente sin importarle que los demás notaran su preocupación por su esposo.

 

-Bueno, tengo una noticia que darte....-. Tsunade colocó una de sus manos en el hombro izquierdo de Gaara. -Espero que la tomes bien-. Finalizó.

 

-De.... ¿De qué se trata?.... ¡Hable ya, con un demonio!-. Dijo exasperado el muchacho.

 

-¿Quieres que te lo diga aquí o hablamos a solas?-. Preguntó tranquilamente.

 

-No, por favor.... Dígalo aquí Tsunade-sama, si algo le ocurre a Naruto, todos los que estamos aquí presentes tenemos el derecho de saberlo porque somos sus amigos-. Dijo Sakura.

 

-Es cierto hokage-sama, ahora que Naruto se casó con mi hermano él se ha vuelto parte de mi familia y quiero saber lo que le pasa-. Apoyó Temari.

 

-Dígalo aquí, pero dígalo ya-. Pidió o mejor dicho, exigió el ojiverde.

 

-Está bien, se los voy a decir-.

 

-Bueno, ¡hable ya!-. Ahora fue Kankuro quien pidió escuchar lo que tenía que decir la hokage, su novio Shino lo aprisionó entre sus brazos porque dio la impresión de querer asesinar a la hokage por esa incertidumbre en la que los mantenía.

 

-Sucede que.... Por kami, esto es algo increíble, pero es sin duda alguna una bendición-.

 

-¿Una bendición hokage-sama?-. Preguntó curiosa la Yamanaka.

 

-Si Ino, una verdadera bendición para Naruto y Gaara-.

 

-Nos está matando con esto, por favor ya diga lo que tiene que decir-. Esa era la voz de Kiba, su novio Rock Lee que se encontraba a su lado apoyó su moción.

 

-Naruto está embarazado, tiene 9 semanas de gestación y no le falta mucho para cumplir la décima-. Después de muchos minutos de mantener a todos a la expectativa, Tsunade dejó salir de su ronco pecho y como si nada, el diagnóstico de Naruto.

 

-¿Qué?-. Esa fue la pregunta generalizada, todos estaban boquiabiertos por la noticia.

 

-Felicidades Gaara, vas a ser papá-. Recalcó la exuberante mujer.

 

-No puedo creer.... lo, ¿cómo es posible qué....? ¿Mi Naruto embarazado?-. El futuro padre no salía de su asombro.

 

-Si Gaara, luego te explico como fue posible, ahora ve con tu esposo que también está bastante impresionado-. Dijo sonriendo la quinta, Gaara sin pensarlo mucho obedeció y entró al cuarto, donde sobre la cama se encontraba recostado un muy sorprendido Naruto.

 

-¿Naru?-. Le llamó el ojiverde.

 

-Gaara, ¿Ya....? ¿Ya lo sabes?-. Preguntó un tanto temeroso el kitsune.

 

-Si mi cielo-. Respondió con dulzura.

 

-Va.... Vamos a ser papás-. Dijo aún incrédulo el ojicielo.

 

-Si mi amor-. Gaara se recostó al lado de Naruto y lo abrazó sutilmente

 

-¿No estás molesto conmigo?, digo.... A lo mejor tú te casaste con un hombre porque no querías tener hijos y ahora salgo yo con que estoy embarazado y.... y....-. Naruto hablaba como desesperado.

 

-Y nada mi kitsune, hoy me has hecho el hombre más feliz del mundo, vas a darme un hijo.... Aunque esto va en contra de todas las reglas de la naturaleza, tú.... Tú estás embarazado y eso me llena de alegría-. Le dijo con ternura.

 

-Un hijo Gaara, tendremos un familia hermosa mi amor-. Lágrimas de felicidad comenzaron a brotar de los zafiros de Naruto.

 

-Si corazón, kami-sama nos ha bendecido-. Aunque no quería, Gaara también se dejó llevar por la emoción y se permitió llorar como no lo había hecho en mucho tiempo.

 

De tan eufórico que estaba con la noticia, Gaara comenzó a besar a Naruto, primero fue en los labios, luego continuó con el cuello y así sucesivamente; la llama de la pasión ya comenzaba a encenderse y seguramente esos dos hubieran terminado haciendo el amor, de no ser porque la puerta se abrió de golpe para permitirle el paso a todos los amigos de la feliz pareja.

 

-¿Qué estaban haciendo pillines?-. Preguntó Kankuro con picardía.

 

-Nada que te importe-. Respondió Gaara en su habitual tono frío.

 

-Oh Gaara, hermanito.... ¿Eso que veo ahí son rastros de lágrimas?-. Preguntó Temari que ya se encontraba prácticamente encima de su ototo y de Naruto.

 

-No y aléjate, podrías lastimar a Naruto-. Se escuchó una vez más la gélida voz del kazekage.

 

-Eres malo conmigo hermanito y yo que te quiero tanto-. Dijo con lágrimas en los ojos la joven rubia de las coletas.

 

El kitsune se reía de las contestaciones que Gaara le había dado a sus hermanos, para él era muy gracioso que su pelirrojo fuera tan arisco con la gente y que con él fuera la más dulce miel, pero ya se había propuesto hacer que algún día su mapachito se mostrara afectuoso con todos a los que apreciaba porque a pesar de ese trato tan feo que le daba a sus hermanos, el Sabaku menor los quería mucho.

 

Después de esa "tierna" interacción entre los hermanos Sabaku, todos se volcaron a felicitar a Naruto y a Gaara, la primera en abrazarlos fue Tsunade....

 

-Este es un gran día para mi, creo que ahora si merezco que me llames abuela-. Las lágrimas brotaban sin cesar de los ojos miel.

 

Los siguientes fueron Sakura y Sai. -Ya nos ganaron, ustedes comenzaron su noviazgo antes que nosotros y se casaron antes, ahora hasta serán los primeros en tener un hijo, me da mucho gusto por ustedes chicos-. Dijo la pelirrosa. -Si, yo apoyo a mi feita linda.... ¡Felicidades!-. Finalizó el ex-ANBU.

 

Quienes seguían en la fila eran Hinata y Neji. -Fe.... Felicidades Naruto-kun, me.... Me da gusto que vayas a ser papá, usted también Kazekage-sama-. Habló la tímida Hinata. -Así es Naruto, Gaara-sama.... Me uno a su dicha-. Concluyó el pelilargo, después tomó de la mano a su novia Hinata y le cedieron el paso a otra pareja.

 

Ahora era el turno de Kiba y Rock Lee. -¡Felicidades!, cuando su hijo tenga edad suficiente vendré a traerle un cachorro de Akamaru-. El Inuzuka abrazó a Naruto. -Yo deseo que la llama de la juventud arda en su bebé-. Dijo un muy entusiasmado Rock Lee.

 

-Naruto, Gaara.... ¡Qué gusto!, van a hacerme tío-. Ese fue Kankuro que iba seguido de su pareja, Shino. -Creo que yo también seré tío de ese bichito que viene en camino-. Acotó el Aburame.

 

-Sí, supongo-. Río Naruto medio nervioso, pensaba que su hijito (o hijita), tendría unos tíos muy raros.

 

Gai y su esposo Iruka también se acercaron a felicitarlos. -Ahora nos has hecho abuelos Naruto, ¿verdad mi delfincito?-. Dijo con tamañas lágrimas en los ojos el antiguo sensei de Rock Lee. -Si, felicidades Naruto.... Estoy muy feliz por ambos-. Comentó el Umino también llorando de la alegría.

 

-Gracias Iruka-sensei, Gai-sensei-. Sonrió el kitsune.

 

También Temari y Shikamaru estaban formados para felicitar a los futuros padres. -Espero que seas un buen papá hermanito, estoy muy contenta por ambos-. La rubia no aguantó y se echó a llorar. -¡Qué problemático es esto!, pero de igual forma los felicito-. El maestro de las sombras también expresó su felicidad, a su modo, pero lo hizo; luego fue a consolar a su noviecita que no paraba de lagrimear.

 

La recién formada pareja de Ino y Chouji también los felicitó. -Vaya, siempre creí que yo sería la primera en tener hijos, pero me alegro de que sean ustedes los que se hayan llevado esa dicha-. La Yamanaka les sonrió y abrazó a ambos. -Felicidades kazekage-sama, Naruto.... Si algún día se te antoja comer algo especial, yo puedo preparártelo-. Dijo el Akimichi dirigiéndose a su rubio amigo.

 

-Si Chouji gracias, eres muy amable-. Respondió el zorrito.

 

-Ahora es nuestro turno-. Habló Kakashi. -Felicidades ninja número uno en sorprender a la gente, vaya que esta vez si nos has dejado totalmente asombrados-. Una sonrisa enorme se apreció debajo de la máscara del peligris. -Cierto Naruto-kun, aún no me lo creo.... Felicidades-. Shizune, la novia de Kakashi le felicitó sinceramente.

 

-Creo que sólo quedo yo-. Era Ten-Ten. -Es hermoso que vayan a formar una familia, me da gusto por ustedes chicos-. Finalizó la maestra de las armas.

 

Todo ese alboroto ocurrió el día 21, después de recibir tan linda noticia, todos se pusieron manos a la obra para organizar una deliciosa cena de navidad, ahora tendrían un motivo más para celebrar en grande.

 

La noche de navidad....

 

Todos comían a gusto los deliciosos platillos que adornaban la mesa, había risas y también mucha felicidad. Sonando una copa, Naruto pidió que le prestaran su atención, iban a dar las doce de la noche y el rubito deseaba hacer un brindis....

 

-Bien chicos, les agradezco a todos que estén esta noche aquí conmigo y con mi esposo, compartiendo nuestra gran felicidad.... Este año ha sido maravilloso para mi; gracias a mis amigos puedo disfrutar del amor del hombre que amo y no sólo eso, he sido bendecido con el más hermoso regalo que la vida puede darle a una persona, ¡voy a ser papá!. Aún no me creo que gracias a los poderes de mi bijou pude engendrar una vida, pero de verdad estoy muy agradecido y feliz por recibir tremendo obsequio, ahora no tengo más que pedirle a kami-sama que proteja a mi marido y a ustedes mis amigos.... Mis hermanos y que permita que mi bebé llegue con bien a este mundo. Salud por eso-. Naruto levantó su copa llena de jugo de manzana y todos le siguieron, brindaron por la dicha de todos y cada uno de los presentes.

 

Esa navidad sin duda alguna iba a ser inolvidable y Naruto festejaba que se casó el mismo año que cumplió los 18 y que además iba a ser padre en unos cuantos meses, en julio del año siguiente para ser exactos.

 

El ahora también Sabaku y ex-Uzumaki sabía que una nueva etapa empezaba en su vida y haría todo lo posible para que la dicha, la paz y la armonía reinaran por siempre en su familia y en su hogar, tal como lo hacían ese 24 de diciembre tan especial.

Notas finales:

¿Qué opinan? ¿Quedó bien? ¿Les gustó?, de todo corazón espero que si. Ojala puedan regalarme reviews, ji ji ji ji ji.

Bueno, quiero decirles que con esta historia pretendo desearles que pasen una muy feliz navidad y un fantástico año nuevo. Deseo con toda el alma que todos sus anhelos se cumplan y que la felicidad reine por siempre en sus vidas.

Nos leemos pronto, ciao.


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