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Mi regalo por Sakura Hatake

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Notas del fanfic:

¡¡Rayos!! He tenido tantas ocupaciones con mi regreso a la universidad que la verdad no me fue posible entregarle a Gaara su regalo a tiempo, pero bueno..... Por fin lo he terminado y aquí está..... Espero que les guste (y también a Gaa-chan ji ji ji ji ji).

¡¡¡¡¡FELICIDADES GAARA!!!!!

Notas del capitulo:

 

No tengo perdón de Dios... se me hizo tarde para entregarle su regalo a Gaara, ¡que mala soy!, pero bueno... espero que el pelirrojo sexy me perdone y que sea de su agrado, al igual que el de ustedes mis queridas (os) lectoras (es). 

Disclaimer: Naruto y demás personajes del anime y manga del mismo nombre, no me pertenecen... todos ellos son de la autoría de Masashi Kishimoto, yo sólo los uso para divertirme con ellos, creando historias locas y diferentes a la trama original de la que son parte.

Era un 18 de enero como cualquier otro, ese como la mayoría de los días había trabajado hasta tarde, ser kazekage era una responsabilidad enorme y ni siquiera porque al día siguiente sería su cumpleaños pudo tomar un ligero descanso o llegar temprano a casa.

 

Eran las 11:30 cuando por fin pudo estar de regreso en su morada, el panorama no era precisamente alentador, todo estaba oscuro y por supuesto nadie esperaba por él, pues sus hermanos vivían aparte ya que los tres Sabaku había llegado a la conclusión de que eran lo suficientemente mayores como para tener cada uno su propio espacio.

 

Antes de dirigirse a su habitación se metió a la cocina y sacó algo de leche del refrigerador, tomó un poco y suspiró cansado, aunque la soledad era un estado en el que normalmente le gustaba estar, dicen por ahí que todo tiene su límite y Gaara ya había llegado al suyo, el pelirrojo ya no deseaba estar solo por más tiempo, una voz en su interior le gritaba que era el momento de hacer algo para remediar esa situación tan deprimente, pero otra voz le decía en un tono más alto que debía encargarse de eso después ya que justo en ese instante el reloj empotrado en la pared marcaba las doce de la noche (es increíble como pasa el tiempo cuando te sumerges en tus pensamientos), lo que indicaba que era hora de ir a descansar, pues a pesar de que el día de mañana llegaba a sus 23 años, él tenía una responsabilidad como el líder de Suna y debía ir a trabajar.

 

Se desvistió sin muchas ganas y se colocó únicamente el pantalón del pijama, esa noche se le antojaba verdaderamente calurosa, así que hasta las sábanas sobraban.

 

El sueño le llegó muy rápido, pues no hizo más que colocar su cabeza en la almohada, cerrar los ojos y se quedó dormido al instante.

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

 

Los rayos de sol comenzaron a colarse por su ventana, las blancas cortinas no les detenían mucho el paso, se frotó los ojos para poder mejorar su visión y dándose cuenta de que la luminosidad de la habitación era bastante intensa debido al astro rey, pudo deducir que eran alrededor de las 9 de la mañana, cosa que no lo hacía muy feliz, pues eso significaba que se había quedado dormido y que iniciaría muy tarde con sus actividades, observó un poco extrañado que llevaba puesto el pijama completo y que se encontraba tapado, pero eso era lo de menos en ese instante.

 

-¡¡Maldición, el estúpido despertador no sonó!! ¡¡Grrrrr, odio llegar tarde!!-. Gritó fuertemente mientras se sentaba en la cama, estaba muy enojado, se suponía que a las 7 de la mañana tenía que reunirse con dos miembros del consejo que iban a realizarle unas propuestas con respecto a la alianza que tenían con Konoha, ahora era más que obvio que la cita estaba cancelada.

 

A continuación sucedió algo que hizo que la ira del kage del viento se transformara en una emoción completamente diferente.... Desconcierto.

 

-¡Sabaku no Gaara! ¿Cuántas veces te he dicho que no uses ese lenguaje en casa?, ya sabes que no me gusta que utilices esas palabras frente a los niños-. Un chico rubio, aproximadamente de su edad entraba por la puerta con una bandeja en las manos y acompañado por dos pequeñitos que no pasaban de los 5 años; Gaara tenía cara de "What?" - No me mires así amor, el que sea tu cumpleaños no quiere decir que puedes romper las reglas de la casa, pues tú mismo estableciste varias de ellas-. El muchacho se acercó a él y depositó un tierno beso en sus labios, cabe decir que la impresión del pelirrojo ascendió a tal grado que por un momento sintió que había dejado de respirar, ¿pero quien en su situación no lo haría?.... Ahí estaba Naruto Uzumaki regañándolo por no expresarse adecuadamente delante de esos chiquillos que habían llegado con él, a los cuales no conocía en lo absoluto, pero que tenían algo que le era muy familiar y encima de todo.... ¿Estaba soñando o en verdad lo había besado en la boca?

 

No tuvo tiempo de seguir pensando en eso, pues la chiquilla que había llegado con el ojiazul se le tiró encima gritando: -¡¡Papá, papá!! ¡¡Feliz cumpleaños!!-.Unos segundos después el pequeño hacía lo mismo y peleaba con la niña por obtener la atención de "su padre".

 

-Akai, Amai.... Mis bebés, van a dejar sordo a su papá con tanto grito-. Dijo Naruto intentando que los chibis le bajaran un poco a su efusividad.

 

Ciertamente muchas cosas estaban pasando alrededor de Gaara, pero él todavía no atinaba a reaccionar, ni siquiera porque los niños le habían llamado papá.

 

-Cariño, te preparé el desayuno tal como te gusta, hoy por ser tu cumpleaños nos toca consentirte para que te relajes y te liberes un poco de la presión del trabajo, así que por eso te trajimos la comida hasta la cama; por cierto.... Hace rato gritaste que se te había hecho tarde, ¿para qué se te hizo tarde amor?.... Desde que nos casamos no trabajas en esta fecha y menos desde que tuvimos a Akai y Amai, pues te gusta pasar este día tan especial con tu familia-. La cara de Gaara era un verdadero poema, él siempre había sido del tipo de persona al que le gusta tener siempre el control de la situación y en ese momento no sólo no tenía el control sino que se sentía fuera de lugar.

 

-Papi, papi....-.Habló Akai refiriéndose a Naruto, el pequeño y hermoso pelirrojito era el vivo retrato de Gaara, hasta le hacían falta las cejas.

 

-Dime mi cielo-. Pidió el ojiazul.

 

-¿Hoy también vendrán mis tíos y mis primos de Konoha?-. Preguntó con un brillito especial en los ojos.

 

-Claro que si mi niño, ya sabes que todos los años vienen para celebrar con nosotros el cumpleaños de tu papá-. Respondió el kitsune con una hermosa sonrisa en los labios, la cual hizo que el corazón de Gaara saltara de emoción, aunque en ese momento no estuviera dirigida para él.

 

-¡¡Papá, come ya tu desayuno porque se enfría!!-. Regañó Amai, una preciosa niña pelirroja muy parecida a Akai y Gaara, la diferencia era que su cabello estaba largo y si tenía cejas, no como su padre y su hermano que carecían de ese detalle facial.

 

-¿Eh?-. Dificultosamente el Sabaku comenzaba a salir de su estupor.

 

-Si papá cómete tu desayuno. Mira.... Amai y yo te preparamos el jugo y picamos la fruta como nos enseñó papi y él te preparó los panques y el café; todo está muy rico dattebayo-. Dijo Akai bastante orgulloso.

 

Gaara vio sorprendido al niño, esa frase "dattebayo" era típica de Naruto Uzumaki, el cual hasta donde él recordaba era desde los 15 años únicamente su mejor amigo, pero que ahora parecía más que eso, mucho más.

 

-Na... Naruto, ¿podemos hablar?-. Preguntó todavía confundido, esperaba que platicando con su "amigo" sus ideas y la enredada situación se aclararan.

 

-¿Naruto?.... ¡¡Uhmmm!!, me pregunto.... ¿Desde cuando dejé de ser "zorrito bonito"?-. Preguntó en un tono juguetón mientras se acercaba a Gaara y volvía a besarlo, pero esta vez con más pasión que cuando entró a la habitación, sin embargo se detuvo porque recordó que sus hijos aún estaban presentes y alcanzó a ver que en sus rostros se dibujaban unas sonrisitas pícaras, inmediatamente  pensó que los niños de ahora crecían muy rápido.

 

-Co.... ¿Cómo dices?-. Cuestionó el pelirrojo, había algo de asombro en su voz.... Más por el beso que por lo que había dicho el rubio.

 

-¡Hum!, hacía mucho tiempo que no me llamabas por mi nombre, sólo lo haces cuando hago alguna travesurilla-. Naruto infló los cachetes en forma graciosa y eso provocó que Gaara mostrara una sonrisita, su amigo si que era muy especial y tenía el don de hacerlo sentir bien hasta en situaciones como en la que se encontraba en ese preciso momento.

 

-Zo.... Zorrito bonito-. Le costó mucho trabajo llamar de esa forma al Uzumaki. -Me gustaría platicar contigo un momento, pero a solas-. Dijo viendo a los pequeños.

 

-Está bien amor. Amai, Akai, mis niños.... Vayan a jugar un rato a su habitación, seguramente sus primos llegaran en un rato más-. Les habló de forma dulce.

 

-Si papi-. Dijeron los dos al unísono, el par de mellizos daba lña impresión de ser muy obediente.

 

Una vez que los niños salieron del cuarto y dieron privacidad a sus padres, el silencio se hizo presente; fue Naruto quien decidió romperlo.

 

-¿De que quieres que hablemos mapachito?-.Preguntó Naruto mientras se sentaba en la cama frente a Gaara.

 

-Yo, bueno.... ¿Cómo decirlo?-.

 

-Sólo dilo amor-. Le dio confianza el kitsune.

 

-Na.... Zorrito bonito, es.... Estoy algo confundido-.

 

-¿Confundido? ¿Con qué o por qué?-. Preguntó curioso el ojicielo.

 

-Es que tu y yo, bueno.... Se supone que somos amigos, ¿no?-. Fue lo único que se le ocurrió decir.

 

-Así es.... Desde hace mucho tiempo somos amigos.... Amantes, esposos, compañeros de vida, pero.... ¿A que viene esa pregunta?-. Le respondió y le regaló una bella sonrisa más brillante que el sol.

 

Gaara cerró los ojos y movió la cabeza de un lado a otro como intentado asimilar lo que acaba de oír, porque.... Naruto le había dicho que eran amantes y esposos, eso sin duda alguna significaba mucho más que amigos.

 

-No bueno, es que.... No me hagas caso. O.... Oye y los niños, ¿ellos....?-. El pelirrojo necesitaba indagar más acerca de lo que estaba pasando.

 

-¿Ellos que Gaara? ¿Qué hay con nuestros hijos?-. Cuestionó con el mismo tono curioso de la vez anterior.

 

-"Nuestros hijos, ¿en verdad dijo nuestros hijos?.... No entiendo nada de lo que está pasando, es seguro que sigo en mi casa, pero las cosas están muy diferentes, ahora que lo recuerdo, las cortinas ayer no eran blancas y esa foto sobre el buró tampoco estaba.... Mi recámara no tenía tantas cosas y la cama era más pequeña. Mi mejor amigo era mi amor secreto y ahora resulta que es mi esposo y que tenemos dos hijos, debo saber que está pasando"-.Pensó el Sabaku.

 

-Mapachito, ¿Qué pasa con nuestros hijos?-. Repitió la pregunta.

 

-No, nada.... Es que de verdad me hace feliz verlos tan grandes y hermosos-. Dijo para despistar, pero el pelirrojo sonó tan convencido que hasta él comenzó a creer que lo había dicho de corazón.

 

-Si, nuestros mellizos son de verdad muy bellos, nunca dejaré de agradecerle a kami-sama que los haya enviado a nuestras vidas-. Naruto habló con orgullo.

 

-Naru.... ¿Cuántos años estoy cumpliendo hoy?-. Preguntó ya más relajado.

 

-Amor, siento que hoy estás muy raro, ¿te sientes bien?-. Naruto dirigió sus labios a la frente de Gaara. -No tienes fiebre y yo de verdad te noto muy saludable-.

 

-No me pasa nada, por favor respóndeme lo que te pregunté-. Pidió amablemente el kazekage.

 

-Estás cumpliendo 30 mi vida, ¿por qué lo preguntas? ¿Acaso ya perdiste la cuenta de cuenta de cuantos años has vivido?-.

 

-No, por supuesto que no.... "¿30?, se supone que yo estoy cumpliendo 23"-. Gaara se puso en pie y se dirigió hacia el cuarto de baño, se miró en el espejo; notó que lucía realmente joven, no parecía estar cumpliendo 30 años, aunque en realidad su rasgos ya eran un poco más maduros y su cabello estaba diferente, un poco más corto que cuando tenía 22 y ahora que lo pensaba bien.... Naruto también se veía muy joven, pero sin duda alguna había detalles de su fisonomía que indicaban su verdadera edad.

 

Todo lo que estaba pasando era muy raro, pero al parecer en esa nueva vida era feliz, no estaba solo y tenía a su lado a la persona que más amaba en el mundo, así que se dijo que si ya estaba ahí, debía aprovecharlo.

 

Salió del baño, se dirigió hacia Naruto y le plantó un besote como el que deseaba darle desde que descubrió que estaba enamorado de él, por el impulso que tomó terminó tumbando a Naruto sobre la cama y él cayó encima del rubio.

 

El beso fue fogoso y denotaba la necesidad que tenía el pelirrojo de probar esos labios que deseaba tanto, para cuando se rompió el contacto ambos estaban jadeantes y algo sonrojados.

 

-Ya veo de que querías hablar..... Deseas que te adelante tu regalo mi amor-. Dijo sensualmente el kitsune mientras volvía a buscar los labios de su esposo, depositando en ellos unos suaves besitos cargados de amor.

 

Naruto ya estaba colando sus manos por debajo de la camisa del pijama de Gaara y el sutil contacto de sus manos con la blanca piel del ojiverde, hizo que los dos sintieran cosquillitas en el estómago, pero el momento se les cayó cuando Akai entró corriendo a la habitación y sin tocar la puerta previamente.

 

Tanto Gaara como Naruto se sobresaltaron al ver que su hijo estaba parado frente a ellos, pues se encontraban en una posición bastante comprometedora.

 

.-¡¡AMAI!!-. Gritó el chiquillo, pero guardó silencio en seguida como para esperar una respuesta de que su nee-chan lo había escuchado, cuando la recibió volvió a vociferar. -¡¡CREO QUE NUESTROS PADRES QUIEREN REGALARNOS UN HERMANITO!!-. Los esposos abrieron los ojos enormemente y se ruborizaron por el comentario.

 

-Oigan, si van a regalarnos un nuevo hermanito, creo que tendrá que ser después porque ya llegaron mis tíos-. Fue Amai quien pronunció esas palabras con total seriedad.

 

Gaara y Naruto se vieron a los ojos preguntándose con la mirada como era posible que sus hijos de tan solo 5 años hablaran de esa manera.

 

-Creo que ya no dejaré que Kakashi se acerque a nuestros niños-. Dijo el zorrito mientras se levantaba de la cama ayudado por el mapache.

 

-¿Quiénes son nuestros invitados mi amor?-. Le preguntó a su esposo, luego lo abrazó y lo besó. (Clau: -Qué rápido toma confianza Gaarita jijijiji-.)

 

-Todos nuestros amigos, tus hermanos y la obachan-.Le respondió entre risitas porque Gaara estaba haciéndole cosquillas en el cuello usando su nariz.

 

-Entonces me daré un baño para recibirlos-. Soltó a Naruto de su abrazo sin muchas ganas de hacerlo y buscó algo de ropa para después meterse al baño.

 

Naruto se acomodó un poco las ropas y bajó hasta donde estaban sus visitas, los saludó a todos con mucho cariño y ellos le saludaron de la misma manera.

 

-¿Y Gaara? ¿Dónde está el cumpleañero?-. Preguntó Tsunade.

 

-Enseguida viene, está dándose una ducha-.

 

-Aunque hace unos días estuvimos juntos, ya quiero ver a mi hermano-. Esa era Temari, la kunoichi no podía ocultar el enorme cariño que le tenía a su ototo, ante esas muestras de afecto que daban los presentes, el ahora Sabaku no podía dejar de sonreír alegremente, le hacia muy feliz ver a todas sus personas queridas reunidas para festejar a su amadísimo esposo.

 

Platicaba amenamente con Iruka, Neji, Shizune, Sakura, Hinata, Ten-Ten, Ino, Temari, Lee y Tsunade, (el tema eran sus hijos; todos eran "madres" orgullosas de sus niños), cuando un lindo chibi interrumpió la plática: -Tío Naruto, ¿dónde está Akai?-. Preguntó el chiquillo de unos 8 años, cabello negro como la noche, ojos de igual color y piel blanca, Gennosuke era el hijo mayor de Sasuke y Neji.

 

-Hace un momento lo vi corriendo por ahí de la mano de Eichiro-. Le dijo sonriente. Eichiro era el primogénito de Kakashi y Shizune, al parecer y aunque eran muy pequeños (al menos Akai lo era porque el joven Hatake ya contaba con 10 años de edad), entre los dos niños había cierta atracción; el pequeño peligris siempre se mostraba muy protector con el mayor de los mellizos Sabaku y Akai por su parte siempre suspiraba cuando lo tenía cerca o cuando le hablaban de él.

 

-Voy a buscarlos-. Expresó feliz el chiquitín; a pesar de ser tres años mayor que el pelirrojito, él y Akai eran mejores amigos a pesar de que uno vivía en Konoha y el otro en Suna, lo mismo pasaba con Amai y Hiromi (la hija menor del matrimonio Uchiha-Hyuuga), ellas eran las mejores amigas del mundo y se querían mucho. Hiromi era muy parecida a Neji, sólo que tampoco había heredado su ojos blancos, al parecer los niños Uchiha iban a ser portadores del sharingan al igual que su padre.

 

Unos 15 minutos después de que Gennosuke se fuera corriendo tras Akai y Eichiro, llegó Eiichi (El menor de los hijos del ninja copia y la secretaria de Tsunade) de la mano de de Amai, ellos buscaban a Hiromi, así que se dirigieron a Neji.

 

-Tío Neji, ¿dónde está Hiromi?-. Preguntó la pequeña pelirroja.

 

-Hace un par de minutos la vi salir con Akai, Eichiro, Gennosuke, Ikue y Gennai-. Los dos últimos niños eran los hijos de Sai y Sakura.

 

Al recibir la información, los chibis se dirigieron a donde el pelilargo les había indicado.

 

Después de casi media hora, Gaara hacía su aparición en la sala de su casa y era recibido cariñosamente por su esposo y sus amigos, quienes le cantaban las mañanitas.

 

Todos se acercaron a abrazarlo y a entregarle unos pequeños presentes, inclusive cierto chico de cabellos negros con quien no llevaba (según él) una relación tan amistosa, así que cabe decir que se sorprendió mucho cuando el Uchiha lo felicitó cariñosamente y lo llamó por su nombre; hasta donde él recordaba entre ellos no había tal confianza, pero se dijo a si mismo que eso no importaba en ese momento, pues él era feliz estando rodeado de gente conocida y no tan conocida, ya que no sabía de donde habían salido tantos chibis, de hecho él sólo recordaba a los hijos del Hatake, a los de Iruka, al mayor del Uchiha y a la más grande de la Haruno y las imágenes que tenía grabadas en su cabeza le indicaban que la última vez que los había visto eran sólo unos bebés o unos pequeños de sólo dos o tres años en el caso de los hijos del Umino y de los de Kakashi.

 

Después del recibimiento que le dieron al cumpleañero los mayores, los más chiquitos se formaron en una especie de filita india (no era tal cual una fila india porque algunos iban de dos en dos y hasta de tres en tres) y comenzaron a felicitar al "tío" Gaara, aunque aún eran niños, en sus manitas traían presentes que habían sido elaborados por ellos mismos o que habían comprado con sus ahorros, pero que de una u otra forma expresaban su cariño por el pelirrojo.

 

El que estaba primero en la fila era Eichiro, que traía una caja de tamaño mediano. -Espero que te guste Gaara-san-. Dijo con sinceridad.

 

El pelirrojo abrió el paquete y encontró un bonito juego de cuchillos kunai, se sorprendió por el regalo, pues parecía bastante costoso como para que lo comprara un niño.

 

-Creo que Eichiro está haciendo méritos amor, pues me parece que tiene la intención de ser tu yerno algún día-. Le susurró Naruto al oído, el comentario no le agradó mucho a Gaara, pero aún así no dijo nada.

 

Después fue el turno de Eiichi, el otro hijo de Kakashi y Shizune. Este le entregó una caja un poco más pequeña que la que le había dado su hermano, está también contenía armas, sólo que se trataban de shurinkens.

 

-¡Hum!, creo que también Eiichi quiere ser tu yerno-. Volvió a decir Naruto al oído de su marido y al ver los gestos que hizo, rió bajito porque le hacía mucha gracia poder apreciar el lado de padre celoso que poseía Gaara.

 

La siguiente era Hideko, la hija mayor de Gai e Iruka, podría considerarse que la niña era la versión femenina del delfín, pues era idéntica a su papi. La chiquilla traía consigo un una pequeña bolsita de regalo, cuando Gaara la abrió descubrió que dentro había una bonita cajita musical que dejaba salir de su interior una melodía suave y tranquilizadora.

 

Detrás de la chiquitina venía su hermano Eizan, él también era muy parecido a Iruka, pero su cabello era negro como el de su padre, Maito Gai. El chibi llevaba consigo una caja un poco más grande que la que había entregado Eichiro. Gaara abrió el paquete y cuando vio el contenido quiso morirse.... El niño le había dado un traje verde como el que él y el maestro del taijutsu utilizaban.

 

El pelirrojo sonrió nervioso y Naruto le susurró al oído: -Nunca te pongas eso Gaara o te pido el divorcio inmediatamente-. Gaara le contestó con mucha discreción que ni loco se pondría una prenda como esa, pero de todas formas debía agradecer el detalle, ya que se notaba que el niño se lo había dado con mucho cariño.

 

Los siguientes eran Gennosuke y Hiromi, ellos llevaban un paquete de mediano tamaño, al destaparlo, el Sabaku se encontró con una especie de libro, pero al abrirlo notó que era un álbum repleto de fotos de su familia con la familia Uchiha. -Lo hicimos nosotros mismos tío Gaara-. Dijo la niña.

 

-¿Te gustó tío?-. Preguntó Gennosuke con algo de curiosidad.

 

-Por supuesto, es muy bonito niños, gracias-. Les sonrió con amabilidad y acarició sus cabezas con cariño. Para ese momento a Gaara ya se le había olvidado que esa no era su realidad, pero su vida ahí era tan feliz que prefirió omitir ese pequeño detalle y disfrutar de todo eso hasta el cansancio, en ese sitio tenía todo lo que anhelaba.

 

Ahora era el turno de Ikue y Gennai, hijos de Sai y Sakura. Estos habiendo heredado las habilidades artísticas el joven ANBU, hicieron cada uno un retrato del kazekage. En el de la pequeña Ikue se veía a Gaara muy feliz abrazado de Naruto y en el de Gennai se le veía al lado de Akai y Amai.

 

Se enterneció al ver la belleza de las pinturas, a pesar de que sólo tenían 8 y 6 años respectivamente, se notaba que tenían el don del arte.

 

También a ellos les sonrió y les revolvió el cabello en un gesto cariñoso, los niños le abrazaron e inmediatamente después dieron el paso a Kameko y a Hiroji, los hijos de Ino y Chouji. Ellos le entregaron un ramo de flores de considerable tamaño. -Nosotros escogimos las flores y mi mami nos ayudó a armarlo-. Explicó Kameko, una linda rubiecita idéntica a la Yamanaka, su hermano Hiroji corroboró lo dicho por ella moviendo la cabeza en forma afirmativa, no podía hablar porque tenía la boca llena de papas fritas.

 

Y así continuaron pasando.... Pasaron Dayu y Gemmei (los retoños de Hinata y Kiba), luego fue el turno de Benjiro y Chieko, (hijos de Shino y Lee), también estuvieron los hijos de Temari y Shikamaru (Ichiyo, Namiko y Nari, estas dos eran gemelas idénticas), por último le entregaron su regalo Hitoshi y Mayumi (los chibis de Kankuro y Ten-Ten).... En verdad el número de infantes era grande, Gaara pensó que de seguro en algún momento hubo epidemia de embarazos porque las edades de todos eran prácticamente las mismas.

 

La única que tenía un bebito en sus brazos era Ten-Ten, el nombre del niño era Hyobe y tenía escasos 6 meses de haber nacido, el chiquitín tenía vuelto loco al marionetista, quien no podía negar el gran amor que sentía por su esposa y por sus hijos.

 

Gaara se acercó a la maestra de las armas para ver a su sobrinito y descubrió que era igualito a su hermano.

 

-¿Verdad que es precioso?-. Preguntó Kankuro inflando el pecho como un pavo real.

 

-Si, es una lindura-. Contestó el pelirrojo.

 

-Oye Gaara, ¿ustedes para cuando piensan tener otro bebé? Hace cinco años que tuvieron a los mellizos, ¿no crees que ya ha pasado mucho tiempo, digo los peques están creciendo bastante rápido, sólo tienes que ver a Akai y Amai con los hijos de Hatake-san para darte cuenta de que lo que te digo es cierto-. El menor de los Sabaku quiso fulminar a su hermano con la mirada por ese último comentario, el ojiverde estaba descubriendo que era un padre celoso y lo confirmó cuando giró su rostro y miró a través de la ventana a su pequeño.

 

Akai se encontraba fuera de la casa con Eichiro y en eso vio una mariposa muy linda, al instante quiso tenerla, pero no pudo atraparla, así que el mayor lo hizo por él. Cuando entregó la palomilla al pelirrojito, este sonrió y le dio un tierno beso en la mejilla, los dos se sonrojaron al instante y terminaron viéndose de forma dulce.

 

Gaara quiso salir y estrangular al Hatake en ese instante, pero recordó que era solo un niño, sin embargo hizo una nota mental "cuando Akai cumpla 15, hacer todo lo posible para mantenerlo lejos de Eichiro Hatake".

 

-¿Sabes Kankuro?, creo que tienes razón.... Le plantearé la idea a Naruto, quiero ser padre de nuevo.... "Más bien por primera vez, pues no tengo ni idea de cómo llegaron al mundo Akai y Amai"-.

 

-Espero que pronto sea tío de nuevo-. Dijo un Kankuro sonriente y se alejó del ojiverde, pero enseguida el Sabaku fue nuevamente abordado por otro de los invitados.

 

-Gaara-. Le llamó el hombre.

 

-U.... Sasuke, te veo muy feliz-. Le parecía tan raro hablarle por su nombre, pero si el otro lo hacía, ¿por qué no hacer lo mismo?

 

-Si, es que.... Neji me dio una gran noticia ayer-. Dijo el pelinegro con una enorme sonrisa en los labios, el kage no podía creer que fuera verdad.... ¿Uchiha sonriendo?, bueno.... En esos momentos todo le parecía posible.

 

-¿Qué noticia?-. Preguntó intentando sonar verdaderamente interesado, aún mantenía ciertas reservas para con Sasuke.

 

-¡Voy a ser padre nuevamente!-. Exclamó feliz.

 

-¡Muchas felicidades Sasuke!-. Al escuchar la buena nueva, no pudo evitar sentirse contento por el pelinegro y por el Hyuuga. Hubieran seguido platicando de no ser porque Gennosuke llegó corriendo a buscar a su padre, quien sabe para que cosa.

 

La siguiente persona que se le colgó fue Temari, su hermana era demasiado efusiva en algunas ocasiones

 

Lo abrazó y lo besuqueó todo lo que quiso, Naruto observaba divertido como su esposo trataba de zafarse de los brazos de su empalagosa hermana, pero todo esfuerzo fue vano, así que súper Naruto llegó al rescate.

 

-Creo que ya es hora de pasar a la mesa cuñada, ya es un poco tarde y los niños deben tener hambre-. La kunoichi soltó a su hermano con muy pocas ganas de hacerlo y fue en busca de su esposo y de sus hijos.

 

Naruto le pidió a Tsunade que hiciera pasar a todos a un enorme salón en el cual había una enorme mesa, bastante adecuada para la gran cantidad de personas que se encontraban ahí reunidas.

 

A los pocos minutos ya estaban todos acomodados en su sitio, algunas meseros que fueron contratados por Naruto para ese día, comenzaron a servir la comida. Todos los platillos lucían apetecibles y todos los comenzales se deleitaron con sus exquisitos sabores.

 

Esa tarde comieron, bebieron, rieron y brindaron por el festejado, que dicho sea de paso.... Se sentía el hombre más feliz de la tierra.

 

Alrededor de las 9 de la noche, los chibis empezaron a caer presa del sueño, así que los invitados comenzaron a retirarse hacia los lugares en donde se alojarían un par de días más.

 

Una vez que todos se marcharon, Gaara y Naruto tomaron a sus hijos entre sus brazos (se habían quedado dormiditos en un sillón de la sala), los llevaron a su habitación, los acomodaron en sus camas y después ellos se marcharon a su recámara.

 

Ya estado en la intimidad de su cuarto, el kitsune lanzó un jutsu de silencio y se puso en una actitud sexy y coqueta.

 

-Ahora sí kazekage-sama, es hora de que su esposo le de su regalo-. Comenzó a desvestirse con sensualidad desbordante.

 

Gaara veía con emoción dicho espectáculo, le parecía tan asombroso ver a su amado Naruto de esa forma, pero de igual manera era divino observarlo tomar esa actitud.

 

La excitación llegó pronto y comenzaron su ritual de amor, lo practicaron una y otra vez durante toda la noche, el Sabaku no cabía en su felicidad, sentirse dentro de Naruto era igual a estar en el paraíso, sentir su piel contra la suya le parecía delicioso.

 

Después de entregarse tantas veces, el sueño llegó y se durmieron abrazándose, sintiéndose aún mientras dormían.

 

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

 

 

Se despertó sin muchas ganas de hacerlo, el molesto ruido del despertador fue el causante de que sus horas de sueño se vieran interrumpidas.

 

Vio la hora en el reloj y notó que eran las 5:30 de la mañana, inspeccionó su cuarto y muchas cosas hacían falta. Las cortinas volvían a ser azules, la cama era pequeña y la foto sobre la mesa de noche ya no estaba.

 

Notó que le hacía falta la parte de arriba del pijama y que tampoco estaba cubierto con sábanas.

 

Se paró rápidamente de la cama y se dirigió al calendario, vio que aún marcaba el día 18, así que desprendió la hoja con esa fecha y en su lugar quedó la del día 19.

 

19 de enero, el día de su cumpleaños, estaba solo, no había Naruto, no había Akai y Amai y por supuesto que más tarde no habría reunión con amigos y familiares; se sintió terriblemente mal.... Todo aquello había sido un sueño, una mera fantasía.

 

Sonrió con melancolía, le hubiera gustado mucho que todo fuera verdad, incluso le parecía agradable la idea de ser amigo del Uchiha. Sacudió la cabeza para deshacerse ya de esos pensamientos que no hacían más que causarle pena por añorar algo que jamás tendría. Seguidamente se dirigió al baño para tomar una ducha, recordó con claridad que esa mañana tenía junta con dos miembros del consejo de ancianos y no quería llegar tarde.

 

Justo cuando salía de su casa, una ancianita se acercó a él y le dedicó unas palabras que le causaron asombro....

 

-No desespere señor, eso que ha soñado pronto se hará realidad-. Le regaló una sincera sonrisa. -Feliz cumpleaños kazekage-sama-. Le dijo la anciana y le dio una flor, un hermoso botón de rosa color blanco.

 

Así como llegó, así desapareció la misteriosa mujer. El pelirrojo se quedó aturdido por unos momentos, pero luego recordó su compromiso de trabajo, así que se dirigió enseguida a la torre kazekage.

 

Horas después....

 

No podía creer que la reunión con los ancianos fuera para hablar de eso, le habían propuesto que para estrechar los lazos entre Konoha escogiera a una mujer de esa aldea y se casara con ella, cosa que a Gaara le pareció ridícula porque era verdad que amaba a alguien de ese lugar, pero no era precisamente una chica, sino Naruto Uzumaki, con el cual gustoso se casaba al día siguiente, sólo que no sabía si este lo aceptaría.

 

En fin, había rechazado enérgicamente la dichosa propuesta y le pidió a los hombres que por favor dejaran el tema por la paz, ahora se encontraba en su oficina mirando por la ventana, se le hacía extraño que la loca de su hermana aún no hubiera llegado a felicitarlo por su cumpleaños, ella era siempre la primera persona que lo hacía.

 

Escuchó que tocaron a la puerta y el hilo de sus pensamientos fue cortado, con un simple "adelante" le permitió el paso a quien fuera que estuviera ahí.

 

Con gusto observó que era su hermana quien había llegado, pero venía acompañada de Kankuro, Shikamaru, Sakura, Sai, Ten-Ten, Ino, Shino, Lee, Kakashi, Shizune, Gai, Iruka, Chouji, Hinata, Kiba, Neji, Sasuke y Tsunade, todos su conocidos de Konoha.... Todos, menos él.

 

Vio como poco a poco todos se habían colado en su oficina y venían cargando una enorme caja de regalo con un moño azul adornándola, quiso preguntar que era eso, pero temía hacerlo, a veces su hermana le daba cada "sorpresita", que bueno....

 

-¡Ejem, ejem!-. Temari aclaró su garganta para hablar. -Bueno hermanito, hemos venido todos a felicitarte por tu cumpleaños.... ¡¡Felicidades!!-. Gritó al mismo tiempo que el resto de los allí presentes.

 

-Bien Gaara, este pequeño (nótese el sarcasmo) presente es de parte de todos nosotros-. Habló Kankuro.

 

El kage no podía negar que le hacía feliz ver que no habían olvidado su cumpleaños, que varios se habían tomado la molestia de venir desde Konoha y que encima de todo le habían comprado un regalo, pero nada de eso bastaba para que su dicha fuera completa, ya que la única cosa que para él valía la pena era poder compartir ese día con su amado kitsune, sin embargo el no estaba ahí, de todas formas dibujo un sonrisita en sus labios y se dirigió a abrir su obsequio.

 

Para nada podía imaginar lo que había dentro de la caja, era demasiado grande, así que rápidamente quitó la envoltura y se dispuso a abrirla.... Lo pensó por unos segundos, es que su corazón latía a un ritmo vertiginoso y no entendía porque.

 

Comenzó a levantar la tapa de la caja con total lentitud, hasta parecía que tenía miedo de lo que encontraría dentro.

 

Su regalo, que no era muy paciente que digamos, al ver que Gaara estaba haciendo las cosas con una lentitud pasmante, saltó de dentro de la caja y le cayó encima al pobre pelirrojo, que tenía una expresión indescifrable formada en el rostro.

 

-Na.... ¿Naruto?-. Preguntó incrédulo.

 

-¿Por qué tardaste tanto en abrir la caja?, casi me asfixio ttebayo-. Dijo el rubito inflando sus cachetes de forma graciosa, pero al instante cambió ese gesto por una brillante sonrisa. -Feliz cumpleaños dattebayo-. Lo siguiente era algo que el pelirrojo no se esperaba, Naruto lo besó con tanto amor que no tuvo más remedio que corresponder al beso.

 

-Sabaku, espero que te guste tu regalo.... Siempre puedes devolverlo si no es de tu agrado-. Dijo el Uchiha en forma de broma y recibió un pequeño codaso de parte de su esposo Neji.

 

-Cállate teme.... ¿Verdad que si te gustó tu regalo Gaa-chan? ¿Verdad que no vas a devolverlo a Konoha?-. Preguntó el zorrito con carita de corderito a medio morir.

 

-Uhmmm.... No se, creo que me lo pensaré un poco-. Gaara también podía hacer bromas.

 

-Oye...-. Nuevamente Naruto infló los mofletes y se mostró indignado por la respuesta del ojiverde.

 

-No es cierto, por supuesto que jamás devolvería semejante obsequio.... Moriría si lo apartaran de mí-. Dijo con total seriedad, cosa que hizo feliz a Naruto y volvió a besarlo en repetidas ocasiones.

 

Gaara se preguntaba quien había sido el autor de la idea y casi como si le leyera la mente, ella contestó....

 

-Fui yo hermanito, hace algún tiempo supe que estabas enamorado de Naruto, así que me di a la tarea de averiguar si eras correspondido o no, eso me tomó mucho tiempo porque este rubio en verdad sabe ocultar sus sentimientos, pero cuando al fin supe que él también te amaba ya se acercaba tu cumpleaños, así que comencé a planear todo con la ayuda de nuestros amigos de Konoha y del mismo Naru-chan-. Sabaku no Temari hizo todo para darle a su hermano la felicidad que tanto merecía.

 

Esa mañana el kazekage fue secuestrado por sus amigos y llevado a un lugar donde le tenían preparada un fiesta sorpresa.

 

El amor se respiraba en ese ambiente porque había muchas parejitas, incluyendo a la recién formada por Naruto y Gaara.

 

La única que no estaba emparejada era Tsunade y no porque le faltaran pretendientes, sino porque ella aún llevaba en su mente y en su corazón el recuerdo del sannin de las ranas.

 

Todos se divirtieron como enanos, incluso hasta los que ya eran padres (Iruka/Gai, Neji/Sasuke, Sakura/Sai y Shizune/Kakashi), pues habían llevado con ellos al equipo Konohamaru y ellos hacían las veces de niñeras.

 

Seis meses después de la celebración del cumpleaños de Gaara, se efectuaba la boda del kazekage de Suna y el ninja número uno en sorprender a la gente y dos años más tarde (para sorpresa del pelirrojo).... Naruto daba a luz a dos preciosos mellizos, niño y niña, a los cuales decidió (junto con su esposo) que llamarían Amai y Akai respectivamente.

 

Tsunade decía que esos niños eran el reflejo del gran amor que Naruto le profesaba a su cónyuge, pues los chibis eran igualitos a Gaara; pelirrojos, con ojos verde aguamarina, tez blanca y bastante tranquilos para ser bebés.

 

Aquel sueño que una vez tuviera en su cumpleaños, se volvió realidad más rápido de lo que se imaginó, la vida en verdad deseaba darle felicidad para compensarle que sus primeros años de vida estuvieran cubiertos de dolor, ahora únicamente debía disfrutar de todo lo bueno que le había sido otorgado.

Notas finales:

Bien, eso ha sido todo... de verdad espero que lo hayan disfrutado al leerlo, tanto como yo lo hice al escribirlo.

Nos leemos pronto, ciao.


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