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Sé mi valentín por Naara

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Notas del fanfic:

 

Naruto abrió sus ojos perezosamente, el sol que se colaba por su ventana lo despertó de su ensoñación y no le gustó en absoluto porque había interrumpido el bello sueño que estaba teniendo.

            De malhumor bajó de la cama y fue hacia el baño. Se duchó y se vistió lentamente, se encaminó a su alacena para servirse el desayuno y horrorizado descubrió que no le quedaba ni un mísero botecito de ramen instantáneo.

            Cabreado busco su monedero de sapo y salió a la calle. Nada más poner los pies en ella se encontró con cinco adolescentes que le esperaban con una sonrisa en los labios.

            - Naruto-kun. - Lo saludó la primera. Era rubia, con los ojos de color negro y el cabello recogido en una coleta alta. - Ten. - Le ofreció la cajita y se sonrojó entera. - Feliz día de San Valentín, Naruto-kun. - Concluyó y se alejó corriendo de Naruto que la miró asombrado.

            - Yo... - La segunda muchacha de ojos grises y cabello pelirrojo le tendió una caja a Naruto. - Feliz día de San Valentín, Naruto. - Dijo y salió corriendo lo mismo que la primera.

            - Feliz día de San Valentín, próximo Rokudaime. - Lo saludó una morena, de ojos castaños y pelo corto, le entregó la cajita y salió disparada.

            - Sé mi Valentín. - Rogó la cuarta, más decidida que las otras tres. Tenía el pelo negro rizado y unos hermosos ojos color miel. Se lanzó en picado la atrevida y robó un beso en la boca a Naruto que se quedó alucinado.

            - ¡Eres mala, Gealaiche! - Protestó la otra muchacha, de pelo castaño y ojos azul marino. - ¡Has besado a Naruto-kun y dijiste que no lo harías! - La muchacha arrastró a la otra lejos de Naruto y le tendió su propia caja de bombones. - Feliz día de San Valentín, Naruto-kun, siento que mi neesan sea tan impulsiva. - Concluyó y se fue dejando a Naruto en estado de shock ante la reacción de la más espabilada de las niñas.

            - ¡Kuso las mujeres son cada vez más problemáticas, tiene razón Shika, ttebayo! - Protestó el rubio y se dirigió hacia el campo de entrenamiento del equipo 7.

            Al llegar se encontró a Sakura y Kakashi repartiéndose el chocolate y besándose como si la vida se les fuera en ello.

Naruto se sintió un poco frustrado porque él no estaba besándose con nadie y se alejó de sus compañeros de equipo sin hacer ruido.

            Caminó hacía un parque y al llegar se sentó en un banco y antes de que le diera tiempo a darse cuenta tenía delante a cinco chicas más y como a diez chicos que lo miraban embobado.

            - ¡Naruto-kun! - Los quince se abalanzaron sobre Naruto para tratar de atraparlo en un abrazo, pero el kitsune fue más rápido y salió corriendo con todo el grupo detrás.

            ¿Pero qué demonios les pasa a las hormonas de estos adolescentes?  Se preguntaba nervioso.

            ¿Es que estás ciego? - Lo regañó el Kyuubi. - Cada día te pareces más al Yondaime, salvo por los bigotes de tu mejilla y media población está enamorado del Cuarto así que no te extrañes si incluso mujeres como veinte años mayores que tú se te declaran hoy.

            ¡Kuso yo no pedí parecerme al Yondaime! -  Protestó Naruto.

            Eso va en los genes, hijo. ¿Es que no has aprendido nada en las clases de biología de Iruka-sensei?

            ¿Genes? ¿De qué hablas Kyuubi?

            Bah, dobe, dobe y más que dobe.

            Te lo expliqué ya como diez veces, tu padre era Yondaime, el cuarto, Minato Namikaze, el héroe de Konoha y tu madre una hermosísima mujer pelirroja llamada Kushina Uzumaki.

            Eso es imposible, Kyuubi, la obachan me lo hubiera dicho, ¿no te parece?

            ¡Ay! ¿Por qué se complican tanto estos ancianos? Te lo acabarán diciendo el día que te nombren Rokudaime y elimines el Akatsuki, no quieren decírtelo antes porque temen que afecte a tu confianza en ti mismo y te sientas inferior a tu padre. Aunque todos saben que lo superarás con creces.

            ¿Piensas que superaré al Yondaime?

            Lo sé. Atento a tu izquierda, grupo de cuarentonas acechando. - Dijo el Kyuubi antes de callarse nuevamente.

            Naruto se giró y se dio cuenta de que su demonio tenía razón. Una de las mujeres se acercó a él y le sonrió.

            - Naruto, hijo, ¿quieres venir a mi casa a tomar chocolate? - Habló seductora y a Naruto le apareció un goterón en la cabeza.

            - No acoses al pobre Naruto, que le sacas veinte años. - Se quejó otra mujer. - Mejor que me elijas a mí, kitsune bonito, sólo tengo treinta y diez años no se notan hoy en día, ¿verdad? - La mujer se abalanzó sobre el contenedor del Kyuubi y le mordió el cuello, sin que a él le diera tiempo a reaccionar.

            - ¡KUSO! - Gritó cuando se libró de ella y salió corriendo.

Si Naruto pensaba que las cuarentonas no iban a ser como los quinceañeros se equivocaban porque todas ellas empezaron a perseguirle por la ciudad.

            Desesperado por la situación creó varios Bushins.

            - Escuchadme, quiero que las alejéis de mí, pero antes de que os toquen deshaceros, ttebayo.

            - ¡HAI! - Respondieron las copias y se desperdigaron dejando a Naruto libre de sus acosadores finalmente.

            El rubio caminó por toda Konoha y llegó al despacho de Tsunade donde la obachan estaba dormida sobre una botella de sake.

            - ¡Tsunade obachan dame una misión! - Exigió el kitsune.

            - ¡Maldito desgraciado! - Tsunade le lanzó la botella sobre la que dormía, pero Naruto logró esquivarla. - ¡Y yo que estaba soñando con Orlando Bloom! (NdN: ¡Me encanta ese actor, lo juro! ¡Está demasiado bueno haciendo de Legolas en el señor de los anillos! ^^)

            - Tsunade obachan, estás algo vieja para enamorarte de un actor tan jovencito.

            - ¿A quién llamas vieja, desconsiderado? - Tsunade se levantó de su silla y agarró a Naruto por el cuello, de pronto se percató de que el kitsune tenía una pequeña marca morada. - ¿De quién eres propiedad? - Preguntó la Hokage con una sonrisa pervertida en el rostro.

            - ¡KUSO ME HA DEJADO MARCA, TTEBAYO! - Naruto miró a Tsunade con cascaditas en los ojos. - Por favor obachan, te traeré un barril de saque si me envías a una misión.

            Hoy las hormonas de media Konoha están alteradas y no han parado de perseguirme desde que salí de mi casa, dattebayo.

 ¡Y ni siquiera pude desayunar en el Ichiraku, ttebayo!

            - No. - Tsunade le dio la espalda a Naruto y le sonrió malignamente. - Por haber interrumpido mi siesta.

            - ¿Por qué a mí, ttebayo? - Se quejó el kitsune y salió del despacho de la Hokage.

            En la puerta se encontró con Shizune que le entregó como cien paquetes de chocolate.

            - Son todos para ti. - Le dijo con un goterón en la cabeza.

            - ¿De quién?

            - Y yo que sé, media ciudad se ha acercado por aquí y me los han dado para ti. - Shizune acarició la cabeza de Naruto con ternura y le sonrió. - Lo mejor que puedes hacer es ir a un lugar donde los acosadores jamás pensarían que estás.

            - ¿Dónde puedo ir, ttebayo?

            - No te acerques por la casa de los Hyuuga, creo que los Hinata, Neji y Hanabi quieren regalarte sus bombones.

            - ¿Neji también, ttebayo? - Se asombró el kitsune.

            - Sí, eso creo. - Shizune se rascó la nuca en un gesto muy de Naruto. - Tampoco te recomiendo ir por la casa de Shino porque si lo haces él te dará un enorme paquete de bombones y Kiba te golpeará hasta destrozarte porque su compañero de equipo está enamorado de ti. - Siguió con su discurso Shizune. - Shika estará con Temari, así que no te recomiendo que los interrumpas. Chouji e Ino estarán juntos también, así que tampoco y por último Lee y Tenten.

            Podrías ir a verlos, pero ya sabes que empezarán a decirte que entrenéis todos juntos y te convertirás en un mal tercio.

            - ¡Iré a ver al capitán Yamato, ttebayo! - Dijo feliz el kitsune.

            - No. - Shizune le detuvo. - Hoy será todo mío, tenemos una cita romántica y no te quiero en los alrededores, ya sabes que te adoro, Naru, pero hoy no.

            - ¿Qué hago? - A Naruto se le llenaron los ojos de lagrimitas. - ¡Mis acosadores no me dejarán en paz durante todo el día, ttebayo!

            - No se me ocurre nada. - Shizune apretó los ojos en un gesto de concentración y se encogió de hombros. - Suerte, pequeño. - La morena acarició la cabeza de Naruto nuevamente y el rubio se alejó de la Torre de la Hokage sin mucho ánimo.

            Caminó durante un largo rato  y decidió volver a su piso, seguro que allí nadie lo interrumpiría.

            Y llegó hasta su edificio, pero en la puerta había como una lista de mil personas que esperaban con cajas de bombones y flores.

            - ¡Kuso! - Protestó Naruto y se alejó sin que nadie se percatara de su presencia.

            De pronto una lucecita se alumbró en su cabeza y sonrió zorrunamente.

            - ¡Con Sai estaré a salvo, ttebayo! - Habló convencido y se encaminó hacia la casa del ANBU.

            Frente a la puerta de Sai había un grupo de mujeres y hombres  que esperaban que el pintor saliera de su casa.

            Sin saber muy bien el motivo Naruto bajó hacia donde estaban y los miró enfurecido.

            - ¿No tenéis nada mejor qué hacer que acosar al pobre Sai, ttebayo? - Bufó molesto.

            - Dile que salga, Naruto-kun y te compraré cinco boles de ramen. - Se ofreció una muchacha morena de pelo corto. (NdN: Esa oferta es de mi Musa, pero seguro ^^)

            - Y yo te invitaré durante una semana entera a Ramen si le dices que acepte mis bombones, Naruto-kun.

            - ¡¡YO TE SUMINISTRARÉ CON BOLES INSTANTÁNEOS DEL ULTRAMARINOS DE MI PADRE!! - Gritó un muchacho de pelo negro y ojos verdes.

            - ¿Ramen? - A Naruto se le formaron estrellitas en los ojos, pero de pronto se le vino una imagen de Sai a la cabeza y su enfadó se tornó aún mayor. - ¡Alejaos de una vez, ttebayo o no respondo de mis actos! - Amenazó el rubio.

            - ¡Naruto-kun no seas egoísta deja que veamos a Sai! - Gritaron varias voces.

            - ¡Kuso! - Naruto se cruzó de brazos y se colocó frente a la puerta de Sai.

            ¿Por qué demonios me meto yo a defender la casa de Sai? En lugar de estar aquí debería estar en mi cama, tranquilo. ¡No tenía que haberme levantado esta mañana, ttebayo!  - Pensó Naruto.

            ¿Qué por qué defiendes la puerta de Sai? ¡Por Kami que eres dobe!

            Nadie te ha dado vela en este entierro, Kyuubi.

            Dobe. - Se quejó el Kyuubi y calló la boca.

            Naruto cansado se apoyó en la puerta de Sai con suavidad, de pronto la puerta se abrió y unos brazos lo rodearon y lo atrajeron hacia el interior de la casa, después la puerta se cerró bruscamente y él se cayó en el suelo de culo.

            - ¿Estás bien? - Preguntó Sai.

            - ¡Por Kami tus fans son fieras, ttebayo! - Protestó el kitsune y sonrió a su amigo.

            Sai lo ayudó a incorporarse y lo observó durante un instante, después sus ojos se estrecharon y soltó a Naruto que se cayó otra vez.

            - ¿Por qué hiciste eso, ttebayo? ¡Encima de que te vengo a visitar para que no te sientas solo!

            - ¿Y eso? - Señaló el morado de Naruto y este se sonrojó ante la mirada del ANBU. - ¿Tienes pareja y vienes a pasar San Valentín conmigo?

            - ¡Kuso esto fue una señora de cuarenta años que me pegó un mordisco hace un rato! - Naruto se frotó irritado la marca.

            - ¿Cuarenta? - Sai miró a Naruto y se carcajeó. - Pequeño kitsune, no pensaba que te iban las maduritas.

            - ¿Para qué vine yo a verte, ttebayo? - Naruto le dio la espalda a Sai.

            - No sé. - Sai sonrió a Naruto y lo tomó de la mano. - Quizás querías pedirme que sea tu Valentín.

            - ¿Yo pedirte qué? - Naruto se sonrojó hasta la raíz del cabello y miró al ANBU avergonzado.

            - Está bien, acepto ser tu Valentín. - Dijo el ANBU y en un instante se apoderó de la boca de Naruto que se dejó hacer.

            En su interior el Kyuubi se carcajeaba feliz porque finalmente ese descerebrado de Naruto había descubierto qué motivo le había empujado a ir hacia la casa de Sai.

            Ambos muchachos se besaron apasionadamente y después de pensárselo salieron de la casa.

            Frente a las fans de Sai se pegaron el lote, pero bien, y concluyeron que era mejor hacerlo delante de toda Konoha para que al año siguiente no los acosaran pues ya tenían su propio Valentín personal. (NdN: Amig@s lectores, si me queréis hacer un buen regalo para San Valentín no os privéis y regaladme un lindísimo ANBU llamado Sai o un precioso, sexy e irresistible Kazekage llamado Gaara. ^///////^. Je, je, bromas a parte espero que os haya gustado este fic de humor. Ahora podéis leer el segundo capítulo, ese sí es el fic romántico para el día de hoy.

¡Es que no me pude resistir a escribir un fic muy loco para irme del tópico del romanticismo!).

           

 

 

 

 

 


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