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El ángel que me salvó por Sakura Hatake

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Notas del fanfic:

Este fic nació porque una amiga muy querida cumplió años este lunes y quise darle un pequeño regalito por su onomástico...

Vero (Naara): Espero que te guste, como siempre digo... no es la gran cosa, pero lo hice con mucho cariño para ti, espero que cumplas muchos años más y que la vida te colme de bendiciones, te quiero mucho amiga y por cierto... disculpa el retraso T.T

Notas del capitulo:

Pues realmente en esta ocasión no tengo nada que decir, sólo quiero continuar deseándole lo mejor a mi amiga Naara y espero que disfrute el fanfic...

Ojalá también les agrade a ustedes queridos lectores.

Disclaimer: Naruto y demás personajes del anime y manga del mismo nombre, no me pertenecen... todos ellos son de la autoría de Masashi Kishimoto, yo sólo los uso para divertirme con ellos, creando historias locas y diferentes a la trama original de la que son parte.

Ahí estaba, en la oscuridad de su habitación, sentado en un cómodo sillón al lado de la ventana, observando las luces de la majestuosa ciudad de París mientras se fumaba lentamente un cigarrillo; desvió la vista de donde la tenía cuando algo o mejor dicho… alguien se removió bajo el desorden de sábanas que había sobre su cama y emitió un leve sonidito de incomodidad…

-Eh… ¿Aún estás despierto?, es tarde… vuelve a la cama, anda-. Pidió con suave voz el bello chico que había salido de entre las finas telas de seda que cubrían el lecho.

-Sí, en un rato voy-. Respondió él sin mucho interés y de nuevo fijó su vista hacia la ciudad, aunque en realidad no miraba a ningún punto en específico.

-Bien, que pases buenas noches-. Susurró su acompañante y se dio vuelta en la cama, dándole la espalda.

Esa, como otras tantas noches, Sai no podía conciliar el sueño y no entendía por qué. El muchacho pelinegro lo tenía todo; era un pintor que a pesar de su corta edad ya poseía fama y el reconocimiento de la gente, tenía una buena fortuna personal que había logrado con la venta de sus cuadros y aparte contaba con el dinero que le había heredado su papá. Provenía de una de las más importantes familias de Japón, vivía bien, tenía un lujoso departamento en el centro de París, poseía comodidades, era un chico inteligente, interesante, guapo, algo inexpresivo, pero sin duda alguna tenía todo para ser considerado el soltero más codiciado. Muchos jóvenes hermosos y provenientes de las mejores familias habían pasado ya por su cama (más ninguno lo había llenado por completo), sin embargo nada de eso era suficiente para él y justo en ese momento se sentía vacío, triste y más solo que nunca.

Años atrás había renunciado al apellido de su familia para poder abrirse paso en el mundo del arte por su propia cuenta, cosa que hizo que él y su padre se distanciaran largo tiempo, hasta que un día éste y su madre tuvieron un accidente automovilístico y antes de que desafortunadamente murieran, lograron reconciliarse. Dichosamente Sai todavía tenía dos hermanos a los que quería mucho y con los que a pesar de la distancia mantenía una buena relación, pero sin duda alguna no era lo mismo, puesto que las diversas ocupaciones tanto de él como de ellos les impedía frecuentarse y se veían sólo un par de veces en el año cuando mucho.

Justo en el momento que su cigarro se consumió, comenzó a recordar a su familia y entonces la nostalgia invadió su ser completamente, Sai supo en ese instante que tenía que alejarse un poco de ese mundo frívolo y banal en el que se había sumergido después de alcanzar el éxito en su carrera como artista, así que lo decidió… iría a su lugar natal, regresaría a Japón para estar un tiempo al lado de sus hermanos y encontrar de nuevo la inspiración, ya que llevaba 2 meses si poder trazar siquiera una línea sobre el lienzo, he ahí parte de la razón de su descontento.

Dos días después…

Los pasajeros del vuelo directo de París a Tokio llegaban a tierras niponas, Sai descendió con calma del avión y se dirigió a recoger su equipaje.

Una vez que tuvo sus maletas consigo, salió apresuradamente del aeropuerto, iba deseando encontrar con prontitud un taxi para poder llegar a su antigua casa, pero grande fue su sorpresa cuando a lo lejos pudo divisar las figuras de sus dos hermanos… una sonrisita de agrado apareció en sus labios y enseguida comenzó a caminar rápidamente para llegar hasta donde se encontraban.

Una vez estuvieron frente a frente, los tres se quedaron viendo por un largo rato hasta que Sai habló…

-Aniki, ototo… no pensé que vinieran a recogerme, se los agradezco mucho-. Dio gracias el recién llegado, la sorpresa que se había llevado se denotaba en el tono de voz empleado por el mediano.

-Sai-baka, ¿cómo crees que no íbamos a venir?-. Habló el mayor y golpeó su frente con dos de sus dedos.

-Cierto dobe, era obvio que vendríamos por ti-. Expresó el más chico y le dio un suave golpe en el hombro y luego los tres se dieron un abrazo conjunto.

-Los extrañé mucho… Itachi, Sasuke-. Dijo con total sinceridad.

-Nosotros también baka-. Murmuró el más grande.

El abrazo terminó y el trío de hermanos se dirigió hacia la casa familiar para que Sai se instalara y pudiera descansar después del viaje.

En el trayecto se dedicaron a hablar de varios temas referentes a sus vidas y se pusieron al tanto de varias cosas de las que no habían hablado, pues hacía algunos meses que Itachi y Sasuke no sabían nada de su hermano y viceversa.

-¿Así que ya tienen pareja?… que bien, me da gusto por ustedes chicos-. Expresó con sinceridad el Uchiha mediano.

-Así es e Itachi ya hasta tiene planes de boda, ¿cómo ves?-. Preguntó Sasuke a Sai.

-Pues yo creo que si este chico es quien lo hace feliz, está muy bien que se case con él, pero dime ototo… ¿a ti también te echaron el lazo? ¿Tú igualmente tienes planes de boda?-. Cuestionó un tanto divertido y otro poco curioso el hermano de en medio.

-Eh, pues yo… ¿qué te importa dobe?-. Refunfuñó el más joven de los tres, al ver la expresión pícara en el rostro de su aniki

-¡Uy, que agresividad!, casi me muerdes hermanito-. Se burló el “ofendido”.

-Jajajajaja… así es nuestro ototo, parece que no lo conocieras-. Rió Itachi divertido, pues esa escena le recordaba viejos tiempos, cuando los tres eran niños todavía y tenían pequeños pleitos que finalmente acababan en risas, justo como esa ocasión.

Una vez que llegaron a la casa, Itachi y Sasuke llevaron a su hermano hacia la habitación que solía ser suya cuando aún vivía ahí… cuando entró, a Sai le sorprendió muchísimo ver que su cuarto se encontraba impecable, todo estaba limpio, sí, pero puesto en el mismo orden en el que él lo había acomodado, eso fue lo que más le asombró.

También pudo ver que los primeros dibujos y pinturas que había realizado y que dejó en el olvido, ahora se encontraban enmarcados y colgados en las paredes de su vieja recámara.

-Bueno, te dejaremos descansar ototo-. Dijo Itachi y lo sacó de su estupor.

-Así es, descansa mucho porque hoy en la noche vamos a ir un evento muy importante y regresaremos tarde a casa-. Habló Sasuke. –“¡Uy, a lo mejor yo ni regreso! Jejeje y lo más probable es que Itachi tampoco”-. Pensó el Uchihita.

-¿Un evento? ¿Qué evento?... oigan, ¿recuerdan lo que les platiqué por teléfono?... yo vine a Japón a relajarme un poco y para dejar de lado por un tiempo esa vida alocada que he llevado hasta ahora, así que no esperen que yo vaya con ustedes-. Sentenció el pintor.

-Oh, claro que irás ototo… Sasuke y yo vamos a presentarte a nuestros novios esta noche y además a conocerás a nuestros mejores amigos, así que no puedes faltar, ¿queda claro?-. Itachi dijo la última palabra.

-Arg… está bien, pero al menos tengan la amabilidad de decirme qué clase de evento es, digo… para saber a qué atenerme-. Habló rendido el hermano de en medio.

-Uhmmm… lo sabrás a su momento, ahora sólo descansa y en la noche preocúpate por lucir radiante como nosotros-. Pidió Sasuke.

-Ajá, recuerda que un Uchiha siempre debe lucir sexy y deseable-. Completó el mayor de los tres y acto seguido él y Sasuke abandonaron la habitación.

Cuando Sai se quedó solo, se preguntaba mentalmente si esos dos en verdad eran de su familia. -Por Kami, estos hermanos míos están más locos que nadie-. Suspiró resignado el joven artista cuando terminó por aceptar la idea de que Itachi y Sasuke compartían la sangre con él y se acomodó en su vieja cama, era tan cómoda como la recordaba. Apenas puso su cabeza en la almohada, el sueño lo venció y se quedó dormido en cuestión de segundos.

Como a eso de las 7:30, Itachi y Sasuke se colaron nuevamente a la habitación de su hermano y al ver que aún no había despertado, se acercaron muy lentamente a la cama y entonces le brincaron encima haciéndole “bolita”, el pobre Sai sólo pudo quejarse al sentir el peso de sus hermanos sobre él y ellos se morían de risa.

-¡Levántate ya flojo!, se hará tarde-. Dijo Itachi mientras se quitaba de arriba de su ototo.

-Así es, mira que si nuestro aniki llega tarde… su “amorcito” no estará nada contento y nos lo ponen en abstinencia-. Se burló el menor de los tres, también retirándose de encima de su aniki.

-Cállate, que tú no puedes decir lo contrario porque tu “cosita linda” también te trae cortito ototo-. Ahora fue el turno de Itachi de burlarse de su hermano.

-Jajajajaja… ustedes dos son muy graciosos, por lo que veo están convertidos en unos completos mandilones-. Sai se rió y burló de ambos.

-No te conviene hablar hermanito, pues como nos ves, te verás… así que mejor guárdate tus chistosos comentarios y apúrate porque se nos hace tarde-. Lo apuró Itachi.

-Bien, enseguida estaré listo. Ahora… largo de aquí mandilones-. Sai sacó a Itachi y Sasuke rápidamente y cerró la puerta para poder alistarse sin la presencia de sus “molestos” hermanos.

Afuera de la habitación del Uchiha mediano, los otros dos platicaban sobre la situación en la que estaba su hermano… a su parecer, Sai lo que necesitaba para hallar el equilibrio en su vida era encontrar a una persona que fuera capaz de complementarlo y llenar su vida con amor.

-¿Sabes Sasuke?, creo que a nuestro hermano le hace mucha falta encontrar una pareja que con su cariño le dé la estabilidad necesaria para ya no sentirse como se siente ahora… solo y vacío-. Comentó Itachi como diciéndole a su hermano que deberían tomar cartas en el asunto.

-Tienes razón y… creo que yo conozco a la persona perfecta para lograr eso-. Acotó el Uchiha menor.

-¿Estás pensando en quien yo creo?-. Cuestionó el mayor.

-Yo creo que sí, estoy completamente seguro de que él es la persona indicada para nuestro hermano, ¿o tú qué piensas?-. Ahora fue Sasuke quien preguntó.

-Estoy de acuerdo contigo, así que ya que Sai nos acompañará hoy, pues yo digo que aprovechemos esta noche para presentarlos, ¿qué te parece?-.

-Me parece perfecto… en esta velada uniremos a nuestro hermano con nuestro amigo-. Aseguró Sasuke.

A eso de las 9:00, los tres hermanos Uchiha salían de su casa, cada uno en sus vehículos… tres hermosos autos deportivos; el de Itachi era color plata, el de Sasuke rojo y el de Sai azul marino.

En 15 minutos estuvieron en el lugar en el que se realizaría el evento, un enorme edificio que en lo alto tenía un espectacular letrero con su nombre: Konoha style.

Al llegar, el valet parking fue llevándose uno a uno los bellos autos de los hermanitos y ellos entraron al recinto. Cuando Sai se fijó bien en el lugar, se dio cuenta de que acababa de llegar a un desfile de modas.

-Un desfile de modas… ¿me hicieron venir a un desfile de modas?, este asuntito es casi lo mismo que una exposición de mis pinturas, así que ya sé cómo es esto… después de la pasarela habrá una recepción, beberé alcohol y seguro terminaré en la cama y en los brazos de un tipo que dejaré al día siguiente-. Bufó molesto, pues al ir a Japón lo que esperaba era estar lejos de ese tipo de ambientes.

-Pues yo espero que si termine en la cama y en los brazos de alguien, pero que no lo deje nunca-. Le susurró Itachi a Sasuke.

-Sí, yo espero lo mismo… ahora hay que tranquilizarlo porque no podemos presentarle un Sai molesto y con esa cara, creo que se alejaría de él si lo ve así-. Murmuró Sasuke para su hermano mayor.

-Sai, relájate ¿quieres?... venimos a este desfile porque nuestros novios son modelos, dos de nuestros amigos igual y el otro amigo es nada más y nada menos que el diseñador de la línea de ropa, así que toma asiento y disfruta el evento, después piensas en lo que viene, ¿sí?-. Le dijo Itachi para que quitara de su rostro esa expresión tan fea que tenía, pues estaba con el ceño fruncido, la nariz arrugada y una mueca de desagrado dibujada en su boca.

-Está bien… ¿qué más me queda?, ya estoy aquí-. Suspiró resignado y se sentó en medio de sus hermanos.

Las luces se apagaron y el volumen de la música bajó quedando ésta de fondo.

-Ya va comenzar-. Dijo Sasuke y centró la atención en la pasarela, Itachi hizo lo mismo.

El anfitrión de la noche hizo su aparición, era el famoso cantante Rock Lee, él sería el encargado de presentar a los modelos y los diseños.

-Buenas noches damas y caballeros… Bienvenidos a la presentación de la línea de ropa para la temporada primavera-verano de la prestigiada casa de modas: Konoha Style, iniciaremos nuestro desfile con diseños casuales, pero bastante innovadores. Nuestra primera modelo luce un coordinado en color gris…-. Describió la prenda y una muchacha salió tras bambalinas luciendo dicha ropa.

De uno en uno, tanto modelos femeninos como masculinos desfilaron por la pasarela, algunos de los chicos habían llamado la atención de Sai, pero sólo había sido eso, para este momento el Uchiha mediano lucía un tanto aburrido.

-Bueno, nuestros siguientes modelos presentaran los diseños exclusivos de la casa, los cuales son todos únicos en su tipo. Para empezar, tenemos a Iruka, quien viste un elegante traje sastre en color negro, con una camisa color rosa debajo del saco…-. Anunció Lee y enseguida apareció en la pasarela un joven bastante atractivo, portando con elegancia el traje que había descrito el presentador.

-Ahí está, míralo Sai… él es mi koibito, ¿acaso no es una belleza?-. Dijo Itachi orgulloso de su pareja, quien era un bello chico de cabello castaño, ojos color negro y facciones muy delicadas.

-Vaya, es muy guapo… felicidades aniki-. Le dijo Sai con sinceridad.

-La siguiente pieza es un conjunto casual conformado por una chaqueta de cuero negro, una playera blanca de red y unos jeans azules, que nuestro modelo, Gaara porta magníficamente-. Señaló el chico de cejas encrespadas.

-Conoce a mi novio, hermano…-. Dijo Sasuke en un tono bastante orgulloso.

-Ese pelirrojo es bastante sexy ototo, tienes un koibito muy atractivo… felicitaciones. Al ver a sus novios comprendo porque han terminado de mandilones, supongo que querrán tenerlos contentos para que no los manden a freír espárragos jajajajaja-. Rió divertido el pintor.

-Muy gracioso Sai, muy gracioso, pero ya te veremos en las mismas-. Sentenció Itachi, mientras le dirigía una mirada cómplice a su hermano Sasuke.

-Bueno señoras y señores, para cerrar el evento… la pareja más cotizada en el mundo del modelaje nos presenta los trajes de boda. Cómo pueden ver, Kakashi luce un frac en color azul marino que resalta la forma de su pecho y espalda, haciendo que su figura luzca más estilizada y varonil, Sakura por su parte viste un hermoso traje blanco que está hecho con seda, tiene incrustaciones de cristales en el corsé y detalles con hilo de oro, en el vuelo-. Explicó Lee.

Sakura y Kakashi iban tomados de las manos y caminaban lentamente al ritmo de la marcha nupcial, al llegar al final de la pasarela, el peligris tomó a la chica entre sus brazos y sin ningún pudor la besó apasionadamente, en ese momento todos los flashes de las cámaras se encendieron para captar el momento.

-Ash, esos dos siempre hacen lo mismo-. Dijo Itachi.

-Sí, son unos exhibicionistas-. Apoyó Sasuke.

-¿Quiénes son ellos?-. Preguntó Sai bastante curioso.

-Son nuestros amigos, Kakashi y Sakura… ellos dos son esposos y son accionistas de Konoha Style, también como habrás podido notar son modelos y siempre que hacen una pasarela, le dan muestra de su amor al mundo, es por ello que son los más solicitados para hacer fotos románticas y cosas así-. Explicó Itachi.

-Oh, ya veo… además son bastante guapos los dos, ¿no?-. Expresó Sai.

-Así es y también ambos son buenas personas-. Complementó Sasuke.

Cuando Sakura y Kakashi terminaron su recorrido, se posicionaron en la entrada de la pasarela y el anunciador volvió a hablar…

-Bueno, una vez que hemos terminado de admirar todos estos hermosos diseños, ha llegado el momento de que ovacionemos al creador de tan majestuosa colección… con ustedes… ¡¡¡Naruto Uzumaki!!!-. Apenas apareció frente a sí la figura de un chico rubio, de estatura media, de ojos azules y piel tostada, la gente se puso de pie y se dedicó a ovacionarlo… los flashes de las cámaras se encendieron y cubrieron el lugar.

EL joven caminó hacia el frente acompañado de Sakura y Kakashi, iba en medio de ellos y detrás iban Iruka y Gaara, quienes luego también se colocaron al frente.

Cuando Sai vio a Naruto y se fijó en la sonrisa transparente y cálida que poseía, se sintió inspirado y sonrió tontamente mientras aplaudía, su gesto no pasó desapercibido para sus hermanos, quienes se sonrieron triunfantes… por lo que podían apreciar, las cosas iban a salir mejor de lo que lo habían pensado.

Una vez terminado el desfile, los hermanos se dirigieron hacia la recepción que iba a ser en el salón de un lujoso hotel del centro, pero Itachi y Sasuke ya iban en compañía de sus respectivas parejas, las cuales estaban encantadas de haber conocido a su cuñado y de poder convivir con él aunque fuera brevemente.

Los Uchiha fueron de los primeros asistentes en llegar al coctel, pero Sakura y Kakashi ya estaban ahí para darles la bienvenida a los invitados y cuando vieron llegar a las parejitas acompañadas de Sai, les recibieron muy contentos.

-Oigan, ¡qué bien están aquí chicos!-. Saludó Sakura muy animadamente y a cada uno le dio un beso en la mejilla.

-Es un gusto tenerlos aquí jóvenes Uchiha-. Dijo Kakashi un poco serio, pero luego se rió y les saludó con un apretón de mano y un abrazo. –Pasen, pasen… Naruto está allá adentro y está esperándoles para celebrar el éxito obtenido esta noche-.

-¿Y ustedes no vienen?, las celebraciones no son iguales si no estamos todos-. Opinó Iruka.

-Claro que sí, iremos en un rato… ahora queremos recibir a algunos invitados de honor como ustedes-. Explicó Sakura muy animada.

-Bien, pues entonces los vemos adentro-. Finalizó Gaara y jaló a Sasuke al interior del edificio. Iruka hizo lo mismo con Itachi y los hermanos obedecieron sumisamente.

-Lo dicho… mis hermanos son unos mandilones-. Murmuró Sai más para sí mismo que para alguien más y entonces siguió a Sasuke e Itachi, quienes caminaban felices con sus novios colgados de sus brazos, dándose besos y riéndose por cualquier tontería.

Una vez dentro pudieron ver que ya había varias personas en el sitio y que todos buscaban saludar a Naruto, quien estaba rodeado por un grupito pequeño que se dedicaba a llenarlo de halagos y felicitaciones.

Cuando vio a sus amigos, el rubito se emocionó mucho y con la efusividad característica en él, se acercó a ellos.

-Sasuke, Itachi, Gaara, Iruka… vengan aquí-. Gritó mientras agitaba la mano.

Los mencionados se acercaron rápidamente a él y al ver que la atención del rubio era para el grupo de los recién llegados, los que lo rodeaban se apartaron.

-¡Felicidades dobe!... Todo ha sido un rotundo éxito-. Lo congratuló Sasuke y lo abrazó, luego Itachi, Gaara e Iruka hicieron lo mismo.

-Gracias chicos, su apoyo ha sido indispensable siempre para que yo alcance mis metas y ustedes Gaa- chan e Iru-chan, son los mejores modelos del mundo, junto con Kakashi y Sakura-chan-. Dijo el rubito tratando de contener el llanto, producto de la emoción que lo embargaba.

-No Naru, todo lo que has logrado es gracias a tu indudable talento, en serio-. Le dijo Itachi. –Ah y por cierto… Sasuke y yo queremos que conozcas al famoso Sai, nuestro hermano de en medio-. Sasuke empujó levemente a su aniki hacia el frente e hizo que quedara muy pegado a Naruto.

-Hermanito, él es Naruto Uzumaki… diseñador y accionista mayoritario de Konoha Style y es mejor conocido como el Kitsune del mundo de la moda-. Concluyó la presentación el Uchiha menor.

-Mu… mucho gusto Naruto-. Habló entrecortadamente el pelinegro, mientras se perdía en el profundo océano que eran los preciosos ojos azules del rubito.

-I… Igualmente-. Sin saber por qué, al Uzumaki le puso algo nervioso la presencia del Uchiha mediano.

Cuando se estrecharon las manos, una ligera descarga eléctrica recorrió sus cuerpos y el contacto se sentía muy bien.

-Bueno, como a nosotros ya nos conoces… te dejaremos a solas con nuestro hermano para que lo conozcas a él también, mientras iremos a echar un vistazo por ahí-. Dijo Itachi y tomó de la mano a Iruka para llevarlo a un lugar más privado, no hay ni que decir que Sasuke hizo exactamente lo mismo con Gaara.

-Claro… a echarle un vistazo al lugar, no los conoceré, esos lo que van a hacer es ir a buscar una parte en la que “puedan demostrarse su amor” a gusto-. Naruto rió por la actitud de sus pervertidos amigos.

-Sí, me imagino… por lo que veo, mis hermanos no pueden resistirse a los encantos de sus novios-. Complementó el pintor.

-¿Así qué tú eres Sai, el famoso pintor neh?... me da mucho gusto conocerte porque yo te admiro mucho y además eres hermano de dos de mis mejores amigos-. Habló Naruto.

-Gracias, a mí también me da gusto conocer al mejor amigo de mis hermanos-. Sai estaba muy nervioso, no podía mirar a Naruto porque sentía que enrojecía, así que desviaba la vista hacia cualquier parte.

-Y, platícame más de ti Sai… sé que eres pintor y que tus cuadros son hermosos, pero… ¿qué hay del hombre?-. Preguntó Naruto.

-¿Del hombre?... de ese no hay mucho que contar, es sólo un chico que vive triste y desolado, su vida es muy vacía y no encuentra la felicidad ni siquiera en lo que más le gusta hacer-. Sin entender muy bien la razón, el pelinegro terminó por abrir su corazón a ese chico que había conocido apenas.

-Oh, vamos… no puede ser tan malo, supongo que algo bueno debe haber en tu vida-. Dijo Naruto intentando hacerle ver a Sai que seguramente tenía algún motivo para ser feliz.

-Sí, hay dos cosas buenas en mi vida… mis hermanos, pero el hecho de que vivamos lejos no ayuda en mucho y además, creo que ellos ahora van a formar una nueva vida en la que yo no tengo cabida… según me contaron, Iruka y Gaara son donceles, lo que significa que es muy probable que Itachi y Sasuke pronto formen una familia y entonces tendrán mejores cosas que hacer que preocuparse por su descarriado hermano, pero me da gusto por ellos porque merecen ser felices-. Habló con melancolía.

-Se ve que quieres mucho a ese par de bakas-. Señaló el Uzumaki. -¿Y sabes qué?... creo que eres una buena persona-. Naruto miró a Sai a los ojos y le regaló una bella sonrisa, el pelinegro creyó ver que era un ángel el que le sonreía.

-Oye y… ¿cómo es que te dedicas a diseñar y no a modelar?, digo… no vayas a creer que soy un atrevido, pero es que eres muy hermoso y bien podrías estar en la pasarela-. Comentó Sai cambiando de tema.

-Eres muy amable Sai, pero no funciono como modelo… estas cicatrices que tengo en el rostro hacen que no le agrade mucho que digamos a las cámaras-Dijo triste el rubito.

-¿Es…? ¿Es demasiado atrevimiento preguntar qué te pasó?-. Preguntó el ojinegro.

-No, por supuesto que no… lo que ocurrió es que cuando era pequeño, mis padres y yo sufrimos un accidente automovilístico y me lastimé con unos cristales de la ventana-. Le contó mientras recordaba el suceso.

-Creo que se te ven hermosas… te hacen ser muy tú y ¿sabes algo?... me has inspirado y deseo pintarte, claro… esto sólo si estás de acuerdo-. Sai rogaba en su interior porque Naruto no fuera a decirle que no.

-Me… me encantaría que me pintaras-. Respondió algo apenado el ojiazul.

-¿Crees que sea muy apresurado esta misma noche?-. Preguntó Sai, no sabía por qué, pero tenía una imperiosa necesidad de pintar a Naruto, era como que si no lo hacía… la inspiración se le escaparía para siempre.

-Es… esta misma noche, pe… pero no puedo irme, esta es…-. El rubio intentaba negarse, sólo que algo en su interior le pedía a gritos que accediera. –Bien, será hoy mismo… solamente tendremos que salir por la parte de atrás porque si Kakashi y Sakura me ven, no me dejarán ir-. Explicó el kitsune.

-Bien, por mí no hay problema… vamos-. El pelinegro tomó a Naruto de la mano y los dos escaparon del lugar sin estar conscientes de que varios pares de ojos veían como lo hacían.

Sai llevó a Naruto a su casa y después lo guió hasta una habitación que parecía ser su estudio. Al entrar, el joven Uzumaki pudo ver que había muchos cuadros muy bellos de paisajes hermosos y algunos retratos… entre ellos los de Itachi y Sasuke.

-¡Vaya!, en verdad eres un gran pintor Sai. Ya había visto antes cuadros tuyos, e incluso he comprado algunos, pero… estos son realmente preciosos-. Le dijo con sinceridad.

-Gracias, desde que tengo memoria… pintar es lo que más me gusta hacer y estos son de los primeros cuadros que hice-. Le respondió.

-¿Sabes?... será un placer posar para ti-. Comentó el ojicielo con una sonrisa en los labios.

-Naruto… a mí me gustaría pintarte de una forma muy especial, pero no sé que pienses de eso-.

-¿De qué forma Sai?-.

-Yo, lo que pasa es que me… me gustaría que… que po… posaras desnudo para mí…-. Naruto lo miró extrañado y claramente sorprendido, sin embargo no parecía molesto por la propuesta. –Yo, bueno… entiendo si no quieres… sé que es muy atrevido de mi parte pedírtelo, pero es que… eres tan hermoso, que yo… bueno… no pude resistirme a hacerlo-. Se disculpaba el pelinegro por haber sido tan atrevido, pero lo siguiente que vio Sai, lo dejó completamente anonadado… Naruto empezó a desvestirse lenta y sensualmente, conforme el perfecto cuerpo del kitsune iba quedando al descubierto, Sai no podía dejar de admirarse por ver tanta belleza junta.

-Quiero hacerlo… quiero que me pintes así, pero antes…-. En un acto completamente impulsivo, el Uzumaki se acercó a Sai y se prendió de sus labios con ternura y aunque al principio fue evidentemente tomado por sorpresa, el pelinegro comenzó a corresponderle de igual forma.

Cuando se separaron, Sai no pudo evitar preguntarle a Naruto por qué había hecho eso y este de forma inocente y sincera le respondió que todo había sido culpa del amor a primera vista, puesto que había quedado prendado de él en el preciso instante en el que sus miradas se cruzaron cuando fueron presentados por Sasuke e Itachi.

-Yo… bueno… no estoy acostumbrado a… hacer estas cosas y si me… me he atrevido a besarte e… es porque en verdad me gustas Sai, no sé si en ti surgió un sentimiento similar, pero aunque no sea así yo… necesitaba decirte que me impactaste y que en unos pocos minutos me robaste el corazón y sé que si continúo conociéndote… puedo enamorarme de ti Sai Uchiha-. Dijo el rubito viéndolo a los ojos para demostrarle que no mentía.

-Naruto… -. Ciertamente, la declaración del kitsune le había sorprendido, por lo tanto no sabía qué hacer o que decir.

-Bien, entiendo si tú no te sientes igual… no hay problema, así que bueno… vamos a que me pintes-. Dijo un poco decepcionado y con una sonrisa triste dibujada en el rostro, el hecho de que Sai no le dijera nada acerca de su confesión, hizo que se sintiera triste.

-No, espera… yo no he dicho que no siento igual-. Le detuvo Sai antes de que se alejara de él.

-Es cierto, pero tampoco has dicho lo contrario-. L e respondió sin verle a los ojos.

-Perdóname, es que… yo no suelo ser muy expresivo y… y nunca nadie me había dicho cosas como las que tú me dijiste, así que me paralicé, pero créeme que no fuiste el único que sintió eso… cuando te miré a los ojos una sensación de calidez recorrió mi cuerpo completo, creo que en ese instante supe que tú eres lo único que necesito para ser feliz, pero no me di cuenta hasta este momento-. Sai tomó a Naruto entre sus brazos y le besó con ternura y luego con pasión… fue un beso largo, como de reconocimiento, pues el pelinegro se dio a la tarea de probar cada rincón de la boca del rubio, se dio permiso de probar su sabor mil veces para así guardarlo siempre en su memoria.

-¡Wow!, ese fue… el mejor beso de mi vida-. Dijo Naruto cuando finalizó el contacto y se llevó dos dedos a los labios para acariciárselos. –Nunca nadie me había besado así.

-Y yo jamás había besado así a alguien-. Habló Sai con honestidad y le dio otro beso chiquito.

-Bueno, ahora sí voy a pintarte porque si continúo teniéndote tan cerca en esas condiciones (hay que recordar que Naruto está desnudo jijijijiji), ese cuadro nunca se hará-. Naruto se sonrojó violentamente ante esas palabras.

-¿E… en donde me acomodo?-. Preguntó nervioso, la insinuación de Sai le puso a imaginar cosas no muy santas que podrían hacer en ese lugar.

Sai sacó un pequeño y bonito sofá color negro. –Recuéstate aquí-. Le indicó y cuando fue obedecido, le pidió que se acomodara como si estuviese durmiendo y así lo hizo.

El artista pasó toda lo noche pintando y a la mañana siguiente había conseguido terminar el cuadro. –Hermoso-. Exclamó admirado de su propia obra.

Naruto, quien se había dormido hacía un par de horas, se levantó y fue a mirar cómo había quedado su retrato.

-¿Ese soy yo?-. Preguntó sin podérselo creérselo.

-Sí, por supuesto… así de hermoso eres tú Naruto-. Le dijo y lo abrazó para seguir contemplando la preciosa pintura.

Dos meses después…

-Felicidades hermano, a todo mundo le han encantado tus cuadros, pero el que más ha impactado ha sido: “Sueños de un ángel”-. Dijo Itachi.

-Eso es porque es un cuadro muy bello, a pesar de que el modelo es Naruto jajaja-. Se burló Sasuke y recibió un coscorrón de parte del aludido.

-Eres un teme Sasuke, tienes envidia porque tu cuadro no recibió tan buenas críticas como el mío-. Naruto refunfuñó y luego le mostró la lengua a su amigo.

-Ya amor, no te pelees con el baka de mi hermano, mejor vamos a buscar un lugar en el que podamos estar solitos-. Susurró Sai en la oreja de su ahora novio y un bonito tono rosa cubrió sus mejillas, mientras sonría dulcemente.

El pelinegro llevó a Naruto a una terraza que tenía una vista preciosa de la ciudad, le tomó de las manos y le dedicó unas dulces palabras…

-Eres el ángel que me salvó de hundirme en la soledad… salvaste mi alma Naru, me ensañaste lo que es el amor y me diste una oportunidad de ser feliz, te amo y esta noche especial para ambos… quiero pedirte que… seas mi esposo, ¿aceptas?-. Preguntó.

-Sí, sí, sí… te amo Sai, te amo-. Naruto cubrió el rostro de su prometido con besos y luego le dio uno en los labios.

-Yo también te amo… eres mi sol, mi todo-.

Seis meses después de esa mágica noche, se efectuaba una gran boda entre el pintor más famoso del mundo y el mejor diseñador de modas, dando así inicio a una bonita familia porque Naruto resultó ser doncel y para el día de la ceremonia tenía un mes de embarazo al igual que Gaara e Iruka, quienes para el momento de la boda ya tenían cada uno tres meses de gestación…

Bueno, esta fue una historia que nos contó cómo uno de los tantos ángeles que caminan por la tierra convertidos en humanos, salvó de la soledad el corazón de un chico y le dio regalos como el amor sincero y una familia hermosa.

Notas finales: Gracias por leer.

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