El Amor Puede Ser Correspondido por Pazu_chan

Los años habían pasado lentamente, pero gracias al apoyo de su familia pudo mantenerse en pie y tener a su hijo a su lado… habían momentos en que lo  único que deseaba era morir, dejar de existir, dejar el dolor atrás y poder ser completamente feliz, pero en esos momentos de total oscuridad, solo debía ver los hermosos ojos de su hijo y seguir adelante, por el, solo por el…

Habían pasado exactamente ocho años desde que había partido de su primer hogar, donde había encontrado sus verdaderos amigos y su “primera” familia… en Hogwarts había vivido momentos muy duros, tristes y desolados, pero también momentos muy felices… ahí fue donde conoció el amor y el desamor… las cosas no resultaron como él deseaba y aunque el dolor seguía allí, no se arrepentía de lo que había hecho y lo que jamás haría… ya no importaba…

Por cuatro años viajo junto con sus parientes, recorriendo zonas hermosas, con enormes prados, hermosos lagos, bosques majestuosos… había sido lo más esplendido que había visto y vivido, nunca se imagino estar en esos paradisiacos paisajes, sacados de una pintura, perfectas, hermosas, majestuosas… habían sido como nómades, estableciéndose cada cierto tiempo en un paraje, para luego partir a la semana siguiente, nunca se quedaban más de una semana y media, pero a él no le molestaba, el problema era su hijo, esos paisajes eran lo mejor para su niñez, ver la belleza de este mundo y no contaminarse como los demás niños en cosas materiales y frívolas, pero él sabía que su pequeño debía conocer a mas chicos de su edad, con vivir con la gente y educarse en algún colegio… es por eso que había decidido establecerse ahí, en un pequeño poblado de magos, estaba rodeado de montañas, cruzaba un torrentoso rio, había mucha vegetación y un bosque tan grande como el bosque prohibido, pero la gran diferencia es que este era completamente transitable, ya que vivían solo seres “puros”, era cálido y acogedor… compro una casa de dos pisos, no era tan enorme tenía tres habitaciones, dos baños, un comedor y un living y poseía una cocina americana… para ellos dos era suficiente, tenía un ático que él había arreglado para que se viera completamente el cielo estrellado, se corría el techo con un movimiento de varita, para luego cuando uno quisiera volviera a cerrarse, pasaban horas mirando las estrellas… y poseían un patio enorme, donde tenían varios caballos, para cabalgar por los lugares…

Su hijo se adapto muy luego al lugar, ya tenía varios amigos e iba a un colegio pequeño pero muy bueno, donde iban la mayoría de los niños que vivían alrededor, tenia buenos amigos y se veía muy feliz, de poder estar en un lugar estable. Sabía que su pequeño le gustaba estar con su parientes y viajar por todos esos paisajes paradisiacos, escapar con Zallen y adentrarse en los bosques y acantilados… esa era una ventaja de estar establecidos en un pueblo tranquilo, su hijo había heredado su característica forma de meterse en problemas… se le ponían los pelos de punta solo de recordar todas las veces que se preocupo por su hijo y por el despreocupado Zallen que al final del día, él tenía a todos los elfos de nerviosos y como buen padre tratando de matar al irresponsable del oji-morado, mientras los otros presentes botaban el aire, mientras un pequeño se mataba de la risa, aunque recibía un reto descomunal… habían sido lindas experiencias, pero era el momento de tener paz y tranquilidad, bueno considerando que su hijo era todo un torbellino, la paz y tranquilidad solo se daban cuando se quedaba dormido… sonrió, su hijo era todo para él…   

El oji-verde estaba en el hospital del pueblo…

cuando había tenido a su hijo, lo tuvo en la casa con sus parientes, Greys había sido quien lo había atendido… fue una completa felicidad, no sabía lo que su corazón podría llegar a sentir tanto amor por ese pequeño milagro que tenía en esos momentos había tenido en sus brazos... sonrió mientras se dirigía su oficina… gracias a su familia había terminado su enseñanza de Hogwarts mediantes exámenes libres que daba en el ministerio y había decidido estudiar medimagia, específicamente en pediatría y estaba haciendo una especialización en cardiología infantil… gracias a su hijo había podido seguir adelante y tener un verdadero futuro y también estaba muy agradecido con sus parientes por todo su apoyo…

El día fue normal, algunos pacientes no muy graves, alguna reunión del consejo de médicos, pasar el almuerzo con su colegas, estudiar para sus exámenes de especialización, revisar a sus pacientes hospitalizados, recibir una llamada de la profesora de su hijo por haber hecho algún destrozos con la tropa de sus amigos… un día agitado y normal, cuando estaba a punto de salir de su oficina para ir a buscar a su hijo al colegio, una lechuza color gris entro por su ventana, le resulto extraño, ya que las lechuzas que le llegaban siempre eran en las mañanas por su suscripción de una revista médica de cardiología, para lo otro simplemente le llamaban a su móvil (hoy los magos usan los celulares como los muggles para comunicarse, solo usan las lechuzas para invitaciones o informes más personales o enviar revistas o paquetes…). La orgullosa lechuza se poso en su escritorio pasando su patita para que le quitara su preciada carta, cuando fue libre de su carga comprendió el viaje de vuelta… no necesitaba respuesta… dio vuelta el sobre y descubrió que venía del ministerio… eso le extraño aun mas, no tenía contacto con el ministerio desde que había ido al ministerio a impedir que los señores Malfoy no fueran a prisión… suspiro y apretó el sobre inconscientemente, el pasado siempre iba a ser doloroso… miro por la ventana que minutos antes había ocupado la lechuza, debía apurarse si no quería llegar tarde a buscar a su retoño…

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La escuela era una gran casa que había sido de los dueños del pueblo hace mucho tiempo atrás, la única heredera de esa inmensa construcción, era la directora del colegio, había querido que esa casa tuviera una verdadera utilidad, sobre todo para la comunidad, así que había decidido crear el colegio del pueblo en ella… venían todos los pequeños a ellas antes de entrar a Hogwarts u otras escuelas de magia, era la pre-entrada para el verdadero mundo estudiantil que le esperaban… no cobraban solo recibía donaciones voluntarias para mantener al personal y la estructura en buen estado… la directora tenía la suficiente fortuna para mantenerse sin trabajar, ella solo trabajaba de directora por gusto y vocación…

Harry sonrió, esa señora de cincuenta años era todo un encanto, era como su abuela… se preocupaba de él como una verdadera abuela, siempre viendo que se alimentara bien, se vistiera decentemente, retándolo por trabajar horas de mas, le recordaba a la señora Weasley… aunque la directora era delgada, tenía unos cabellos castaños oscuro y su ojos eran café, su piel era tostada y no aparentaba su edad tanto por su condición física como su jovialidad…

- muchacho… - le saludo una voz familiar.

- Margot – abrazando a la menciona

- te habías perdido pequeño, me tenias abandonada es que ya te hartaste de mi? – pregunto con fingido pesar

- jajaja, claro que no Margi, tu siempre serás mi abuelita

- abuelita tu… cof, cof.. – paro al ver unos pequeños pasar al lado de ellos

- tu nuca cambias… como se ha portado el diablillo

- como un santo… - dijo una vocecita

Mirándolo evaluativamente, ante él se encontraba un pequeñito de siete años, con su característico cabello negro rebelde, su piel pálida y unos ojos grises herencia de su padre, tenia la estatura promedio y algo delgado pero saludable, con una sonrisa demasiado angelical, suspiro…

- que hiciste ahora?

- yo nada…

Mirada amenazadora como diciendo: “miente y te ira peor”

Suspiro derrotado con su pa’ no podía ocultar nada – pues veras… - mirando al suelo

Continuara…