Best Friends
Siempre creí desde pequeño que comprendía a la perfección esta palabra y luchaba para estar de las primeras en la lista de mis amigos, para que cuando les preguntaran ellos dijeran, sí… mi mejor amigo eres tú. Quizás hasta compré cosas, me di por entero por esa palabra, me creí rey del mundo… con ese rango especial.
Pero…
¿Ahora?
Ahora lo veo, sólo a él… lo miro y entiendo lo que es la verdadera amistad. Porque sólo lo conozco desde hace algunos años, porque sólo supe de su existencia hace tan sólo unos 8 años atrás, hace tan pocos meses, hace tan pocas horas, en comparación con sus amigos, pero lo conozco… de verdad, por completo, de raíz y él a mí.
Porque puedo estar de espaldas, sumergido por completo frente a la computadora leyendo algo y escuchando música alta, pero sé… conozco cuando viene, las pisadas en la escalera, el ruido que hacen sus zapatos con ese taco que tienen, esos zapatos que lo hacen ver tan…. Grande, maduro… hermoso. Porque sé que se acerca, porque reconozco mis latidos cuando él está cerca, porque la sonrisa boba aparece de la nada, porque mis manos se ponen estúpidas y comienzan a hacer figuritas de corazones en cada página en que estoy, en cada ventana que abro veo corazones y manos tomadas.
Porque al escuchar tu voz “Ya estoy en casa”, mi mundo se decora de unicornios y prados de color verde, con un arcoiris de hermosos colores, porque me siento estúpido al levantarme como un resorte al escuchar tus zapatos caer en la entrada y el sonido que hace tu bolso al caer a un lado del recibidor.
Porque al escuchar el ruido que hacen tus pies sólo cubiertos con un par de calcetines sobre la madera, ese roce exquisito que se crea, hace que recuerde todo lo que debía haber hecho y que cierre los ojos al imaginar cómo gritarás al ver la cocina o la habitación, porque sólo sé que sirvo para estar frente a la pantalla y escribir millones de mundos en donde eres un héroe con espada, o un Ninja de una aldea oculta, de esas historias en donde siempre soy la malvada persona que te arruina la vida, el brujo con pergaminos que te impide el paso al paraíso, el que siempre termina rendido a tus pies.
Porque podría describirte de miles de formas, porque conozco las palabras, porque te conozco centímetro a centímetro, palmo a palmo, sé cuando mides… cuantos segundos me demoro en llegar de tu cabeza a los pies, porque conozco dónde puedo atacar para que mueras de la risa, porque sé, y nunca olvidaré, dónde debo posar mi boca para que te vuelvas loco.
Porque conozco lo que odias es que hago siempre esas cosas para escuchar tus gritos, porque amo tu voz agitada y fuerte que retumba por la casa, haciendo eco de lo que me dices, porque amo que la casa se sienta llena contigo y no llena de fantasmas como cuando estoy sólo yo en ella.
Porque el eco que tu risa construye es lejos mejor que los coros de ángeles, porque ver tu sonrisa cada vez que olvidas algo, hace que siempre te esconda cosas, porque amo esos hoyuelos, porque los conozco y los dibujaría con los ojos cerrados, porque aunque me quede ciego, me borren la memoria… sé que lo único que recordaré será a ti. Podrán existir miles de cosas nuevas en mi vida si la reconstruyen, pero si no estás tú seguiré vacío. Sabré que algo me falta, lo sentiré profundo en mi corazón y no viviré tranquilo hasta que te vea y sepa que existes, aunque viva en otro mundo lejos de ti, si sé que existes y eres feliz me sentiré completo, porque sé que seré el malo de tu cuento, el que te hecha a perder, el que no entiende porque lo amas aún, pero el que no quiere que dejes de hacerlo.
Porque nunca estoy seguro de nada, excepto de ti, de todo lo que rodea tu presencia, de todo lo que tenga que ver contigo, porque nunca, jamás, dudaré de un “Te amo” con destino a ti, porque nunca dudaré de un “sí” para ti, porque nunca diré un “Quizás, ni un tal vez” contigo, excepto claro si quiero molestarte y que explotes.
Porque amo y deseo que siempre estés despierto ante la vida, porque no me gusta verte en “Mute”, porque con una sonrisa no siempre se solucionan las cosas, porque amo todas tus facetas, incluso la del ogro de celos incontenibles, porque tu cara al despertar es incomparable, porque nadie jamás podrá decir tantas incoherencias juntas cuando duermes.
Porque eres el único que puede pronunciar mi nombre con esa calidez, porque nadie me conoce como tú, porque eres el único que lo sabe todo de mí, porque eres el único que me aguanta cuando tengo dolor de cabeza, porque sólo tú sabe cuando encerrarme en un armario para calmarme, porque sólo tú puedes acompañarme en mis odiseas al mar cuando llueve, porque sólo tú ve mi cara llena de lágrimas al ver hojas caer en el otoño, porque sólo tú me arropas cuando me quedo viendo la luna llena sin despegar mis ojos de ella.
Porque eres el único que puede comerse mi paquete de papas fritas del día y no morir en el intento, eres el único que puede tomarse mi jugo de naranja sin que explote la tercera guerra mundial. Porque sólo tú sabes como acariciar mis manos para que mis revoluciones bajen y no asesine al taxista cuando se demora, porque sólo tú sabes cuando sacarme de la habitación cuando la iguana me saca de quicio, sólo tú y no temo decir que lo eres todo en mi vida, ahora.
Porque ahora estoy acá, escribiéndote esto, porque te extraño, porque te fuiste hace unas semanas por tu nuevo trabajo, porque me duele el alma más que nunca al saber que este día estás allá, tan lejos, porque ni siquiera puedo pronunciar el nombre de la ciudad, porque no sé qué hora es allá, porque siempre odié la geografía y la historia, porque apenas sirvo para las palabras y las letras juntas, porque apenas escribo tu nombre en kanji bien, porque soy tan malo en todo, excepto para amarte.
Porque vendería la poca alma que me queda sólo para que estés acá y me hagas de comer, porque me he alimentado de leche con cereal y papas fritas con jugo de naranja todos los días, porque parezco un trapo sucio tirado al lado de la mesa cuando veo tu ropa en el closet. Porque la revista me quiere mandar a la punta del monte Fuji si ya no entrego el libro esta semana, porque no puedo escribir si no te siento, porque no sé qué hacer si no te respiro, porque me pierdo cuando no me gritas, porque todo se vuelve tan oscuro, porque los colores se disuelven, porque tu risa sólo la puedo recrear en mi mente, porque hoy es nuestro aniversario y no estás…
Porque mi mente está tan necesitada que creo sentir tus pasos rápidos subir por la escalera, porque mi mente necesita sentir lo que ahora siente, porque estoy tan desolado que creo escuchar la llave en la puerta, porque creo escuchar tus zapatos caer, porque siento como dejas las maletas en el recibidor y corres, porque siento el golpeteo sordo de tus calcetines en la madera, porque desearía que de verdad eso estuviera ocurriendo que cierro los ojos y quiero seguir imaginando, porque necesito saber que es verdad que gritas mi nombre… porque sé… que sí estás aquí.
-Kai…
-Ya estoy aquí, Ruki.