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La vida empieza en la universidad por rina_jaganshi

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Naruto y sus amigos/novios/rivales/enemigos y todo lo que se le parezca o se encuentre alrededor de él no son míos sino de Kishimoto yo sólo los uso para desahogar todo lo que hubiera querido que pasara en su historia: SasuNaru XD 

Rina: Hola lectores/as, pues no estoy muerta, realmente mi… 

Rini: Cierra la boca, eso se explicará hasta el final –la avienta hacia a un lado– El fic fue borrado, suponemos, porque la tonta no lo actualizó en mucho tiempo, por eso lo volvimos a subir pero está cambiado. 

Rina: Si, porque… –nuevamente un golpe la hace caer.

Rini: Dije, aclaraciones al final ¬_¬

–Legue…por fin llegue –saco mis maletas de la cajuela del auto para atravesar la grandiosa reja que se ubica enfrente de mi persona. 

Hola mi nombre es Naruto Uzumaki tengo diecisiete años y he venido a la escuela más famosa de todo Japón: La universidad de Tokio. La cual es genial, es la más grande de todas, la mejor en el área del arte, ¡ah es verdad! yo vine a estudiar en lo único que sirvo; plasmando los sentimientos que me transmiten las cosas, personas, paisajes, etcétera. Bueno como toda la gente que no lo comprende le dice: dibujar. Voy a entrar dos meses tarde por mi falta de responsabilidad. 

Soy una persona alegre y me emociona mucho venir a un nuevo lugar puesto que en mi anterior “plantel de estudios”, como decía mi maestro, no tuve la oportunidad de hacer amigos, debo corregir eso, nadie me dio la oportunidad. Mi familia tenía un buen nivel económico gracias a que estafaban a las personas del lugar, no había nadie en toda la ciudad que no me odiara por ello, después pasó lo trágico…pero ya tendré tiempo para contarles eso. Ahora solamente espero que sea diferente, además nadie me conoce y esa es una ventaja para mí. Quiero tener muchos amigos y quien sabe hasta podría hacerme de una novia, así es eso sonó desesperado y patético pero nunca he tenido novia, ni he dado mi primer beso, por lógica soy virgen. Lo que pasa es que no soy del tipo que las chicas quieran perseguir, más bien paso desapercibido. Mi piel está un poco bronceada, mi cabello es rubio para hacer contraste y no, no me lo pinto es natural, mis ojos son color azul cielo, mido como un metro setenta y tres, no estoy tan mal. 

–Dobe me estorbas, quítate. 

¿Dobe?  Una voz grave y varonil me hace darme cuenta de que he estado pensando todo este tiempo y me he quedado parado en la entrada, por obvias razones, estorbando, aunque ¿quién se cree para hablarme de esa manera? Ni siquiera pude decir nada ya que ese chico sólo pasó de largo empujándome, de hecho ni vi al grosero que me aventó. Me quede ahí tirado en el suelo inflando mis cachetes en forma de enojo, ese tipo es un… 

–¡Baka! –Grité tanto como me lo permitieron mis pulmones, hasta que recordé que tenía que ir a la oficina del director para que me diera mis horarios y me pudiera indicar en donde habrá un departamento cerca de aquí.

Camino por todo el lugar, es un edificio muy bonito hasta parece nuevo siendo que es una de las escuelas más viejas o al menos eso he oído yo. Justo frente a mí está una enorme puerta que tiene gravado un letrero: “Directora Tsunade”.  ¿Directora? bueno supongo que es igual. Doy tres golpecitos con mi mano.  

–¡Adelante! –Paso a la oficina como la directora me lo pide, veo a una mujer joven, es rubia, ojos color ámbar, entre mi recorrido por su cuerpo sin poder evitarlo mi mirada se posa, como si fuera atraída por algún imán, en sus pechos, son tan grandes–. Niño, mi cara esta acá arriba –carraspeó algo irritada.  

–Yo…lo siento mucho –la miro apenado, no todos los días me descubren viendo los pechos de una señora.  

–Siéntate y dime ¿qué es lo que quieres? –obedezco sin chistar.  

–Vengo porque mi tutor Jiraiya me inscribió en esta universidad –busco en la mochila la carpeta que mi tutor me dio específicamente para entregársela al responsable de la escuela, la encuentro y se la doy a la directora que, sin dudarlo, la revisa.    

–Entonces ¿tú eres Naruto Uzumaki? –inquirió levantando una ceja asimismo hizo a un lado el folder. Yo cabeceé en forma afirmativa–. ¡Es un placer tenerte aquí! –Al instante la directora se me lanza encima, subiéndose al escritorio y tirando algunos papeles al suelo– Espero que no se te hayan pegado esas mañas del pervertido de Jiraiya –su cara se descompuso en una mueca de ira.

 

–Dios…me está asfixiando… –hablo con dificultad e intento alegarla.

 

–Lo siento –se acomoda nuevamente detrás de su escritorio, sonríe– Me alegra que te decidieras por esta universidad.

 

–Y como no hacerlo si es la mejor de todas –señalé orgulloso.

 

–¿Tú lo crees? –me mira incrédula. 

 

–¡Si, estoy seguro de que lo es! Es decir hablamos de la universidad de Tokio –comenté sonriendo.  

–¿Universidad de Tokio? –Repitió–. Pero ¿de qué hablas Naruto? Esta es la Universidad Konoha –mi cara se paralizó por unos momentos, estoy seguro de que susurre un “¿Qué?” Porque la directora volvió a repetirme el nombre de la universidad– ¿Acaso no te lo dijo Jiraiya? 

–Pe...Pero…yo….Tokio….Universidad… –captando por fin el engaño me levanto colérico– ¡Ese viejo me engañó! –comienzo a dirigir infinidad de insultos hacía ese viejo mentiroso.  

–Tranquilo, él me dijo que a ti te gustaba mucho dibujar –su comentario me hace prestarle atención.  

–Sí, pero ¿¡eso qué tiene que ver con que me haya engañado!? –una vez más balbuceo intentando formar frases ofensivas, cuando me canso de ello suelto un suspiro– Viejo pervertido cuando lo vea –dije por último con un puchero. La directora sonríe.    

–Esta escuela es prácticamente nueva, sólo llevamos tres años, pero es la mejor si hablamos de dibujo, fotografía, danza, artes audiovisuales, escultura, etcétera. Inclusive somos mejores que la Universidad de Tokio puesto que únicamente nos dedicamos a esas materias, en pocas palabras, les prestamos más atención aprovechándolas al máximo. ¿Nos darás una oportunidad Naruto? Además no creo que te acepten allá puesto que ya empezó el ciclo escolar. 

Me quedo callado reflexionando, lo que dice es muy cierto, ninguna universidad me admitirá en este momento tendría que esperar hasta que comiencen las inscripciones. ¿Qué hago? podría decir que no e irme inmediatamente, pero ella esta sonriendo de una manera tan sincera y cariñosa, hace mucho que no me miraban así. –

De acuerdo –suspiré ya resignado–. Ahora ¿Podría decirme dónde encontrar algún departamento que no esté muy lejos de aquí? 

–Eso –recargó sus manos en el escritorio cerrando los ojos unos instantes– Veras, eso no será necesario –achiqué los ojos intentando comprender, se puso en pie provocando que mi mirada la siguiera– Esta Universidad es un internado, a diferencia de que aquí tú puedes salir si quieres. Mira este es el edificio principal –explicaba mientras apuntaba a un plano–. Y detrás de este están los dormitorios, que se separan por nivel escolar. 

–¿O sea qué…? –formulé la pregunta pero no la terminé pues fue la rubia quien lo hizo.   

–Tendrás que compartir un cuarto con algún alumno –completó.  

–¿Qué? Pero ¿y si me toca con una chica? –un leve rubor cubrió mis mejillas, no quiero que piensen que soy pervertido.  

–¿Chica? –alzó una ceja casi burlonamente, está bien, muy burlonamente– No juntamos a los hombres con las mujeres, más bien los separamos.  

–¿Eso quiere decir que sólo voy a estar con hombres? –ladeé mi cabeza hacia un lado.  

–Sí, en este viven los maestros –nuevamente apuntó el plano que estaba pegado a una pared– Y aquí hay una barda que divide la escuela a la mitad, de este lado están los hombres y del otro las mujeres, no son muchas pero las que hay se encuentran ahí –parecía que sabía exactamente lo que preguntaría pues antes de que pudiera hablar ella siguió– Las chicas tienen su propio edificio para las clases, el único que comparten es el gimnasio puesto que nos salía muy caro hacer dos –tosió ligeramente– Pero no te preocupes eso no quiere decir que no puedas verlas, si te haces amigas podrás salir con ellas el fin de semana. Ahora que todo está aclarado, ve a tus clases –buscó en la infinidad de papeles que tenía sobre el escritorio encontrando por fin el que quería– Este es tu horario –me extiende una hoja que tomo y examino cuidadosamente– Ya puedes irte, yo me encargaré de que tus cosas sean llevadas a tu dormitorio. 

–¿Y cómo se cuál es mi dormitorio? –levante la mirada para verla.  

–En la hoja que te di viene anotado el cuarto y el edificio, Naruto –una gotita resbaló por mi sien, se supone que estaba “examinando cuidadosamente” la hoja. Solté una risita apenada y pase una de mis manos detrás de mi nuca.  

–Muchas gracias y con permiso –dije antes de salir por la puerta.  

Una parte de mí no quería entrar a clases, sin embargo, debido a que estoy entrando meses después, lo más conveniente es que vaya a mi primera clase. Teoría del arte. Espero que me vaya bien, por lo regular no soy bueno en la teoría aunque agradezco que no haya Matemáticas en eso si que no daba ni una. Nunca me interesaron los números, mucho menos los entendía. Lo mío es el arte, aunque no la teoría del arte. Bueno habrá que ver cómo me va.  

Sigo andando sin prisa pasando uno y otro salón, hasta que por fin encuentro el mío.  Salón trescientos tres, reviso el numerito arriba de la puerta. Sí es éste. Doy unos golpecitos pero no para pedir permiso sino para avisar. Abro la puerta, doy un paso dentro del salón, se ve bastante grande. Un hombre de cabello plateado y una banda que cubre su ojo está sentado en el escritorio, al parecer tiene unos treinta años, yo no le calculo más. –

Hola, ¿qué se te ofrece? –pregunta muy quitado de la pena.  

–Soy nuevo –le hago saber, su único ojo visible se curva al igual que sus labios en una sonrisa.  

–¡Ah Sí! La directora me comentó de un alumno nuevo –me hace un ademán con la mano para que me adentre más al salón, cosa que hago– Preséntate.  

He quedado en el centro. Lo primero que observo es que, como dijo la directora, sólo hay hombres. Trago en seco, siento como un escalofrío recorre mi espalda, no me había percatado de que… ¡todos me están mirando! bueno debe ser porque soy el nuevo, le resto importancia al asunto y me dispongo a hablar.  

–Hola mi nombre es Naruto Uzumaki, tengo diecisiete años, vine a estudiar dibujo. Realmente no quería venir a esta escuela pero un viejo pervertido me engañó y no me quedó de otra, pero cuando lo vea le voy a… –levanto mi puño en alto así como lo aprieto fuertemente, no puedo terminar pues el maestro me interrumpe.  

–Naruto, no es necesario que nos digas eso –sonríe con una gotita cayendo por su sien.   

–¡Lo siento! –me apresuro a disculparme con mi cabeza agachada y un rubor en mis mejillas, siempre tengo que hablar de más. Inmediatamente después se escuchan las carcajadas.  

Como era de esperarse todos en el salón comenzaron a reírse de mí, esperen, no todos se burlan, hay dos en especial; uno es un chico pelirrojo con unos ojos verde agua que me observa, así es, me observa ¡muy detenidamente! pero no se ríe. El otro tiene el cabello negro aunque él ni siquiera me presta atención, está mirando por la ventana, su pupitre es el último y el pelirrojo que mencioné está sentado a un lugar de él hacia la derecha.  

–Bueno ya dejen de burlarse –habló el profesor y todos cesaron de reír– Naruto siéntate a un lado de Sasuke Uchiha. –Asentí con la cabeza. Esperaba que ese Sasuke Uchiha hiciera algún movimiento para que yo supiera quién era. Habían tres lugares vacíos por lo que miraba desconcertado por todos lados pero nada, el profesor ya hasta me había dado la espalda comenzando a escribir algo en el pizarrón asimismo mis compañeros lo apuntaban. Mientras tanto yo seguía esperando– ¿Qué pasa Naruto? ¿Por qué no te has ido a sentar? –preguntó mirándome fijamente.  

–Ehh, bueno es que no sé quién es Sasuke Uchiha –bajé mi mirada comenzando a jugar con mis dedos índice.  

–Es verdad –se sobó la nuca unos momentos– Lo siento, olvidé que Sasuke es demasiado perfecto como para tener modales –al decir esto, le dedicó una ojeada en especial al chico que miraba por la ventana.

Con que él era, camino en dirección a mi asiento, eso quiere decir que estaré en medio de ese Uchiha y del pelirrojo que… ¡aún me mira!, frunzo el ceño desviando la mirada, debería decirle que deje de observarme. Lo miro de reojo.  

–No es mi culpa que… –Volteo al escuchar esa voz. Por fin ese chico se dignó a hablar, tiene los ojos negros y una mirada fría que está clavada totalmente en mí, al principio se ve confundido pero después se dibuja en su rostro una sonrisa prepotente– Que el chico nuevo sea un dobe –Una mueca de desagrado total y enojo se forma en mi cara.  

–¿¡Cómo me llamaste!? Ahora que recuerdo el chico que me tiró en la entrada me dijo de la misma forma –reflexioné más para mí mismo pero en voz alta, como era de esperarse.  

–Ya veo, aparte eres sordo y olvidadizo –nuevamente esa sonrisa que me empieza a crispar los nervios, ¿quién diablos se cree? 

–¡Claro que no baka! –Después de que le grité todos se quedaron callados mirándome como si sintieran pena por mí.  

–Ya basta Sasuke no quiero peleas dentro del salón, espera a que sea la salida, si aún quieren pelear lo hacen –comentó nuevamente como si fuera lo más normal del mundo– Naruto siéntate y presta atención –asentí con la cabeza.  

Inmediatamente me siento en mi lugar, no sin antes ver a ese Sasuke para sacarle la lengua, al parecer no le molestó, sólo se sonrió de lado. Ya me está cayendo mal. Intento olvidarme de todo para estudiar, sin embargo, parpadeo un par de veces dándome cuenta de que no tengo nada con que escribir, todo lo dejé en mi equipaje ¿qué hago? En la paleta de mi pupitre son depositadas una hoja y una pluma, el chico pelirrojo es el responsable de ambos objetos, le miro perplejo paseando mis ojos de él hacia las cosas, hasta que simplemente le sonrío.   

–Muchas gracias, olvidé mis útiles –le hago saber sin dejar de sonreír.  

–Dobe –murmuró la cosa “Yo soy mejor que tú”. –No es de tu incumbencia –Me quedo callado al instante pues me lanza un lápiz que atrapo antes de que se me vaya al suelo, el pensamiento de que no es tan desgraciado pasa por mi cabeza. Estuve a punto de agradecerle pero él habló primero.   

–Hn, un torpe como tú debe equivocarse bastante –Su mirada se va hacia el frente, enseguida yo frunzo el ceño asimismo hago un puchero con mi boca.  

–Baka –susurro volteándole la cara.  

Me insulto a mi mismo al creer que este tipo no era un engreído. Después de eso, la clase paso horriblemente lenta, bueno, se fue a tiempo normal pero a mí me parecía que un minuto duraba horas. El maestro, que resulto llamarse Hatake Kakashi, me preguntó montonal de cosas y yo no contesté ni una sola, todos parecían divertidos ante mi situación de ignorancia. El pelirrojo sólo me veía de reojo y el azabache prepotente sonreía de lado para enseguida contestar con la respuesta correcta, acción que me hacía rechinar los dientes de coraje. Por fin llegó el final de esa odiosa materia. 

Todos se pusieron en pie ante la orden de que podíamos salir. Yo de igual manera me disponía a hacer lo mismo pero, como ya me lo esperaba, Kakashi-sensei me llamó. Caminé despacio hasta quedar frente a su escritorio, él leía un libro sin siquiera prestarme atención. ¿No se supone que quería hablar conmigo? Tosí un poco intentando que dejara eso, sin embargo, no funcionó. Mi cuerpo comenzó a sufrir pequeños temblores de ira por lo que golpeé el escritorio un par de veces.  

–¡Kakashi sensei! –Grité, consiguiendo por fin que me mirara– ¿Qué es lo que quería? –pregunté, al instante frunció el ceño, enseguida sonrió como si ya se hubiera acordado.  

–Saca este libro de la biblioteca –ordenó dándome una hoja–. Estudia porque mañana también te voy a preguntar –me sonrió una última vez para volver a retomar su lectura.  

Al no verle intenciones de agregar más, salgo del salón. Voy caminando por los pasillos de la escuela, quería regresarle su pluma al pelirrojo, a su vez, ir con Sasuke para romper en su cara el lápiz que me prestó pero cuando dejé de hablar con el maestro ninguno de los dos estaba, además revisando mi horario me doy cuenta de que para todas las clases me tengo que cambiar de salón, supongo que por eso ellos se fueron así de rápido. En fin, doblo la hoja de los apuntes para guardarla en la bolsa de mi pantalón, lo mismo hago con el lápiz y la pluma. Aprovecharé para sacar el libro ese de la biblioteca pues tengo una hora libre.  

Con estos pensamientos llego a mi destino, de acuerdo me detuve un par de veces a preguntar en dónde se encontraba. Con fastidio observo el enorme lugar sólo para darme cuenta que sí, es una biblioteca, de esas que están llenas de libros, personas calladas leyendo, cosa que a mí no se me da. Empiezo mi búsqueda caminando entre los estantes repletos de textos, tenía pensado buscar la ubicación en alguna de las computadoras pero todas están ocupadas. Siguiendo mi instinto, a quien engaño tan sólo seguí los carteles que te indican la categoría de los libros. Por fin localizo el que debo sacar…hasta arriba en donde soy incapaz de alcanzarlo. Volteo de un lado a otro para ver si no hay alguien más alto que me pueda ayudar pero no, a mi Naruto Uzumaki salirme fácilmente las cosas no señor, tengo que luchar por ellas. Me paro en las puntas de mis pies estirando mi brazo lo más que puedo, sin embargo, me es imposible.  

–¡Maldito libro! –exclamo totalmente frustrado– ¿Porque te resistes? –como típicamente hago, comienzo a hablar con el objeto, bueno, mejor dicho a reclamarle–. Escucha tú no quieres esto y yo tampoco, pero no nos queda de otra así que pon un poco de tu parte. 

Me estiro cada vez más sin obtener un resultado, por ello decido escalar el estante. Bastó con poner mi pie derecho en la primera sección para que el librero empezara a venirse hacia mí, estuve a punto de ser aplastado si no fuera porque alguien me sostuvo de la cintura, a su vez, con su mano libre detuvo el librero.  Giro mi cabeza para poder ver a quien le debía la vida. Un agradecimiento estuvo a punto de salir de mi boca, no obstante, reconocí la sonrisita prepotente.  

–Dobe, deberías tener más cuidado con lo que haces –lo separo de mi cuerpo ya que literalmente se encontraba pegado a mí, casi podía sentir el calor saliendo de su boca. Frunció el ceño cuando retiré su mano de mi cintura.

–No tenías que hacer nada, yo solo pude haber detenido todo, no necesito tu ayuda. Baka –canturree el insulto, enseguida le doy la espalda para concentrarme nuevamente en alcanzar el estúpido libro. Para mi sorpresa el engreído se estira un poco logrando lo que yo no había podido en todo ese tiempo, con esto vuelvo mi vista hacia él.    

–Teoría del arte volumen uno –lee el título, a continuación me mira de reojo sonriendo burlonamente. Yo me sonrojo de pena así como de coraje e inmediatamente mi mano se pone en movimiento para arrebatárselo, cosa que no sucede ya que reacciona a tiempo.    

–Deja de meterte en mis asuntos teme –cierro el puño amenazadoramente– Dame el libro –le exijo intentando quitárselo, sin embargo, él da un paso hacia atrás al tiempo en que alza su brazo– ¡Sasuke! –mi paciencia comienza a esfumarse rápidamente, más al verle murmurar un “alcánzalo”. Por segunda vez en este día mi cuerpo tiembla de rabia, así que sin dudarlo me lanzo contra su persona, provocando que su espalda choque contra el estante de enfrente, creí que a causa del golpe soltaría el libro pero no fue así, antes de que intentara algo más, su mano libre sujetó mi cintura atrayéndome con fuerza en dirección de su cuerpo, esto ocasionó que nuestras frentes chocaran.  

Su sonrisa prepotente se ensanchó más al ver que no podía alejarlo de mi persona y nuevamente susurró: “alcánzalo”. Bien, el muy idiota me estaba retando. Al ver que no tenía intención de soltarme, como pude logré estirar uno de mis brazos, lo cual no fue suficiente. Su rostro reflejaba satisfacción, mientras que en el mío había un puchero como el de un niño pequeño al que le prohíben algo. Ya totalmente cansado murmuré:  

–Tú ni siquiera lo necesitas, dámelo –sin dejar de sonreí, prepotentemente claro está, comenzó a caminar haciendo que yo también caminara hasta que mi espalda se encontró con el librero al que pertenecía el dichoso libro.  

–¿Qué me vas a dar a cambio? –preguntó. Debo aceptar que esa idea ya había pasado por mi cabeza pues en mi antigua escuela fue víctima de muchos intercambios– Si no estudias, mañana volverás a hacer el ridículo –inflé las mejillas molesto.      

–No tengo nada –afirme. Sus ojos se posaron intensamente en mis labios, yo arrugué el entrecejo sin entender, obviamente que mi ignorancia acabó cuando le vi acercarse poco a poco–. ¡Aléjate de mí! –grité. Después cubrí mi boca con ambas manos, gesto que le pareció bastante divertido al verme sonrojado, puedo jurar que reprimió una risa. Como ya había mencionado antes jamás he besado a alguien, ¿Cómo entonces voy a besar a este…? Un momento, ¿en qué estoy pensando? Es un hombre, no puedo considerar la posibilidad de darle mi primer beso.  

Trato de separarlo de mi cuerpo puesto que continúa bastante pegado a mí, además, para ser sincero comienza a ponerme nervioso. Mis esfuerzos son en vano al no lograr moverlo ni un centímetro, mientras tanto él sigue ensimismado con mis labios, ¿qué le pasa? No se da cuenta de que es un chico, y uno muy arrogante cabe mencionar.   

–¿Por qué estás tan nervioso? –cuestiona, alzando una ceja– ¿Acaso, nunca has besado a alguien? –la que, por lo visto, es su típica sonrisa ególatra aparece en su rostro. Para terminar de ponerme en evidencia mi cara se torna roja, no sólo por el hecho de que descubriera lo patético que soy sino porque con una de sus manos levanta mi rostro haciendo que le mire–. Deja que te enseñe –sin más que decir comienza acercarse lentamente, yo en vez de aventarlo y darle una paliza, lo único que hago es cerrar mis ojos prácticamente  esperando como una chica enamorada el beso de su príncipe azul. Podía sentir su respiración tan cerca, ¡realmente va a besarme!– Usuratonkachi –Abrí mis ojos al escuchar el insulto, Sasuke sonreía divertido. 

Volvió a acercar sus labios pero esta vez no a mi boca sino a mi frente, en la cual depositó un suave beso, enseguida me miró dejando el libro sobre mi cabeza. Como si nada giró en sus tobillos para emprender camino hacia la salida. Lo primero que hago es preguntarme a mi mismo si lo que acaba de pasar es verdad. Ese tipo es realmente extraño, ¿por qué cambia de actitud tan rápido? ¿Será así con todas las personas? Tal vez tiene algún desorden de personalidad, aunque es un poco agradable, sólo un poco… inconscientemente mi mano descansa unos momentos en mi frente, después tomo el libro. Las enormes letras rojas del título saltan a mi vista “Como entregarme a la persona que amo”  

–¡Este no es el libro que quería! ¡Ese maldito prepotente desgraciado, hizo esa escenita de novela para distraerme y cambiar el libro! ¡Y lo peor es que caí como un imbécil! –gritaba sin control hasta que un libro se estrelló de lleno en mi cara.  

–¡Oye no puedes estar gritando en este lugar, que no ves que es un biblioteca! –gritó la encargada, sin importar que era la acción que me estaba prohibiendo–. Sal de aquí inmediatamente –su dedo índice apuntaba a la salida, yo balbuceo con la intención de decir algo en mi defensa pero ella volvió a ordenar– Dije que salgas, ¿quieres estar vetado de por vida? –más que pregunta parece sugerencia, por lo cual, me limito a salir de la biblioteca, no sin antes dejar el inservible libro que me dio el teme.  

Voy refunfuñando, arrastrando los pies y apretando los puños fuertemente. Todavía no puedo creer que me haya engañado, definitivamente ese tipo no es nada agradable. Me detengo en seco al notar que no tengo idea de a donde me dirijo, bien, puede que caminara sin rumbo pero ya debo tener otra clase. Saco de la bolsa de mi pantalón el papelito que me indica el lugar en donde tengo la siguiente clase, que para mi suerte es dibujo artístico. Retomo mi caminata olvidándome totalmente de ese prepotente.  

Después de un largo rato de estar perdido doy con el salón, el sentimiento de retractarme, ir por mis cosas y salir de este lugar comienza a tomar terreno en mi cabeza, no obstante, no voy a salirme el primer día. Suspiro cansado antes de entrar, al no ver a otro alumno miro mi celular, faltan diez minutos para que la clase comience así que recuesto la cabeza en la paleta de mi banca. Sin poder evitarlo empiezo a pensar cómo vengarme de ese presumido, no puedo dejar que se salga con la suya. Tan sólo transcurrieron cinco minutos cuando escuché el característico sonido que la puerta hace al abrirse, levanté la mirada. El viejo pervertido siempre me dijo que era impulsivo, en este instante lo demostré puesto que sin dudarlo dos veces me lancé encima del idiota de Sasuke en cuanto entró.  

Ambos caímos al suelo, yo encima de él, no le di tiempo de que reaccionara ni mucho menos de que se defendiera. Al ser un novato en eso de las peleas, me limite a jalonearlo de la camisa, debo decir que parecía la típica chica que sale en las novelas reclamándole al novio, aunque la realidad es que soy un chico y Sasuke no es mi novio, sin embargo, si le reclamaba e insultaba por lo que pasó en la biblioteca. Él intentaba detenerme, al menos podía distinguir la frase: “Espera niño”. La cual me ofendió bastante, ni siquiera se dignaba a decirme por mi nombre.

Justo cuando iba a poner en práctica todas las cosas que había visto en las películas de acción, él sujetó mis manos, dándose impulso logró intercambiar los papeles, ahora yo me encontraba con la espalda en el suelo, sus manos sujetaban mis muñecas a ambos lados de mi cabeza. Forcejé sin resultado alguno.   

–¡Sasuke baka, espera a que me suelte voy a pa…! –una de sus manos soltó mi muñeca para taparme la boca. Creí que con esa pequeña libertad podría hacer algo pero me equivoqué, le bastó una mano para atrapar las dos mías. Fruncí el ceño al notar que me encontraba totalmente paralizado, él por su parte mantenía su cabeza agachada, no podía ver su expresión ya que su cabello le tapaba lo poco que alcanzaba a ver de su rostro, aunque seguramente estaría sonriendo prepotentemente. Poco a poco fue incorporándose, yo me quedé en el suelo esperando a que se burlara para después volverme a lanzar en su contra. Tan pronto como se irguió por completo pude apreciar el pequeño detalle de que… ¡No era Sasuke!  

Desde el piso, con la cara roja de vergüenza le observé acomodarse un poco el cabello, el cual llevaba en una coleta baja, diferencia que debí ver si no fuera porque impulsivamente me lancé a atacarlo. Su mirada por fin se posó sobre mí, una mirada mucho más fría que la del teme, pese a todos los escenarios que me imaginé en ese instante, él sólo me ofreció su mano para levantarme, la tomé mientras que con mi mano libre sobé mi nuca apenado.      

–Lo siento, no tenía idea de que no eras Sasuke –me disculpé sonriendo nerviosamente y agregue–: Es que te pareces mucho, aunque si me hubiera detenido unos segundos a verte en lugar de saltarte encima –comencé a decir tonterías, él giró empezando a caminar, creí que saldría del salón pero se agachó para juntar los libros, papeles y demás cosas que traía consigo. Yo me uní a su tarea entregándole lo que juntaba–. ¿Asistes a esta clase? ¿Han visto muchas cosas? ¿Les han dejado trabajos importantes? ¿Por qué te pareces tanto a Sasuke-baka? –las preguntas salían de mi boca una tras otra al tiempo en que me sentaba en el escritorio del maestro, él me observó atentamente.  

–Uzumaki Naruto –abrí con sorpresa los ojos, sabía mi nombre, no recuerdo habérselo dicho –. Kakashi tenía razón –murmuró más para sí mismo. Con calma se colocó detrás del escritorio justo cuando yo me bajé, acomodaba todo como si fuera un… 

–¡Eres maestro! –exclamé apuntándolo acusadoramente con mi dedo. 

–Mi nombre es Itachi Uchiha, tu maestro de dibujo artístico, también soy hermano mayor de Sasuke –afirmó sin dejar de hacer lo suyo. Estoy seguro que un balde de agua fría cayó sobre mí, al menos eso fue lo que sentí al saber la información.           

–¡No puede ser! –retrocedí unos pasos sin perderlo de vista, comparaba sus rostros, es por eso que se parecen, lo peor de todo esto es que…¡Lo ataqué! Se supone que no me metería en problemas con los maestros, se lo prometí a Jiraiya. Si le iba con el chisme a la directora seguramente me correrían. Una vez más no pensando me acerqué al escritorio– Tu hermano empezó, es un engreído, prepotente, idiota, le gusta molestarme y eso que apenas nos conocemos. Además cómo es posible que seas maestro, ¡Mírate te ves muy joven! ¿Cuántos años tienes veintiséis, veintisiete?   

–Veinticinco –aclaró sentándose tranquilamente–. Aún me falta un año para acabar mis estudios pero soy bueno en esta materia, por eso la imparto. En cuanto a mi estúpido hermano menor, bueno, no puedo ayudarte con eso –hizo una breve pausa, adivinando lo que yo iba a pedir, prosiguió–: No le diré a la directora si a cambio tú…  

–¡Lo sabía! –le interrumpí– Aunque Itachi-sensei no es el teme, actúa de la misma manera, de seguro usted le enseñó a extorsionar a las personas –achiqué los ojos desaprobando la actitud. Él frunció el ceño.      

–No sé lo que te haya pedido Sasuke, yo solamente quiero que me digas por mi nombre pero si tanto te molesta no lo hagas y ya. –nuevamente le miro apenado pasando mi mano detrás de mi nuca, asimismo me sonrojo un poco. Debo dejar de abrir la boca.   

Tras disculparme un par de veces más, comencé a platicar con Itachi de cosas simples; la escuela, los alumnos, la vida, siendo honestos yo hablaba sin parar mientras él me escuchaba, daba algunos comentarios muy buenos y justo en el momento preciso, habla con una seguridad bastante evidente, al igual que su hermano se nota que tiene un poco arriba los humos. Que por cierto, parece que no se lleva muy bien con él, al menos esa fue la impresión que me dio. Sin darnos cuenta los demás alumnos empezaron a llenar el salón, por ello me fui a mi lugar.        

En comparación con la clase de Kakashi-sensei, ésta se pasó rápidamente, tenía pensado seguir platicando con Itachi, sin embargo, él tenía cosas que hacer por lo que sólo me indicó el camino a seguir para llegar a los dormitorios. Debido a mis siguientes tres horas libres era necesario ir a mi dormitorio, además la hoja que me dio el pelirrojo se llenó, tengo hambre y mi dinero está en una de mis maletas. Me encamino al edificio D mirando más detenidamente la escuela, no es tan mal, de hecho ahora me gusta más. Tiene unas áreas verdes preciosas, también canchas de todos los deportes, el gimnasio está bien equipado y los profesores son de los mejor, a quien engaño estoy repitiendo lo que Itachi me dijo, posee un gran poder de convencimiento.  

Creo que si Sasuke fuera así podríamos llevarnos bien, tal vez hasta le hubiera dado el beso… Me detengo en seco ante el pensamiento que acabo de tener. Agitó mi cabeza alejando esa idea que no entiendo el porqué surgió. En primer lugar Sasuke es un pedante, en segundo Itachi es Itachi y jamás será Sasuke, para terminar, ¡Ambos son hombres! Golpeó mis mejillas con ambas palmas, lo mejor es dejar de pensar pues me está haciendo daño.  

Luego de tanto caminar, por fin encontré mi cuarto, abrí la puerta y entré. No es muy grande pero perfectamente caben dos personas, ambas con su propia cama, su propio closet, en cuanto al baño tendré que compartirlo. Estaba tan concentrado en ver el cuarto que no noté el llegar de otra persona, claro que eso cambió cuando sentí sus manos rodear mi cintura. Di un brinco hacia adelante, enseguida volteo encontrándome con la cara de Sasuke.

–¡No puedes ser tú mi compañero de cuarto! –repliqué.  

–Hn, tanto te molesta mi presencia. –Una vez más su sonrisa pretenciosa pero esta vez no voy a darle oportunidad de que se burle de mí.  

–¡Sí! Me molesta mucho, no quiero que cruces esta línea –dibujé una línea imaginaria con mi pie mientras lo miraba desafiante–. No puedes pasar a mí parte del cuarto, no quiero tener nada que ver contigo. –Sin impórtale lo anterior comenzó a acercarse, igual que en la biblioteca el nerviosismo se apoderó de mi persona, por lo que retrocedí hasta que, irremediablemente, caí en la cama.   

Quedé recostado con las piernas ligeramente abiertas, el acosador de Sasuke tenía su rodilla en medio de ellas, sus brazos estaban a los lados de mi cabeza y poco a poco aproximaba su rostro al tiempo que dejaba caer su peso sobre mí. No tengo idea de que hacer, claramente me encontraba en desventaja pues jamás me había visto en una situación parecida. No sé qué es lo que quiere. Cerré mis ojos intentando pensar en algo, podía sentir su barbilla en mi hombro. En un movimiento rápido cambió las posiciones dejándome a mi arriba con mi cabeza recostada en su pecho, pronto su mano comenzó a recorrer mis rubios cabellos, definitivamente este tipo tiene un desorden de personalidad.  

–Hay un problema con eso que me pides dobe –levanté mi cabeza mirándolo incrédulo, él aprovechó para posar su mano en mi mejilla. Puede que sea una excusa pero mi falta de contacto físico con las personas me hizo apreciar bastante esa pequeña caricia, así que en lugar de golpearlo me quedé viéndolo como un tonto, en sus ojos había algo de tristeza. Tal vez fue por lo que le dije, genial ahora me siento culpable – No puedo no cruzar la línea, porque tú… –Su mirada se ponía cada vez más triste y seria. No hay duda, fue mi culpa así que lo interrumpí.  

–Escucha, no sé si tienes problemas o no pero está bien no debí decir eso, es sólo que algo en ti me pone nervioso. –La verdad me sentí culpable, además si él tomaba su medicamento permaneciendo así de la manera agradable, yo no tendría ninguna queja.  Esperaba que Sasuke dijera algo, no obstante, lo único que hizo fue girar obligándome a caer al suelo, desde donde pude ver como una sonrisa victoriosa se formaba en sus labios.    

–Estás en mi cama dobe, es imposible que no cruzara la línea si ésta es mi parte de la habitación. –El intenso color rojo subió por mis mejillas, la vergüenza y la rabia me inundaron por dentro. Velozmente me puse en pie.  

–¡Eres un demente idiota mal nacido desgraciado demonio del mal engaña personas, aprovechado, miserable, sin sentimientos ni corazón! –tomé aire para la frase que se moría por salir de mi boca– ¡Te odio! –grité lo más fuerte que me permitieron mis pulmones, después me dediqué a respirar agitadamente tratando de recuperar el aliento. Exhausto me senté en el suelo, observando al idiota ese. La conclusión a la que llego es que no tiene un desorden de personalidad, tan sólo disfruta de molestarme, su sonrisa burlona lo delata.  

–Eres muy escandaloso –inflo las mejillas molesto, él baja de su cama poniéndose a mi altura–  ¿Si te doy un beso prometes que te quedaras calladito como un niño bueno? –su sonrisa prepotente se posó en sus labios.  

–¿¡Quién dijo que yo quiero un beso tuyo!? –salté–. Por si no lo sabías soy heterosexual, me gustan las mujeres y mi primer beso va a ser con una chica –dije muy seguro de mí mismo. 

–Realmente no has besado a nadie –alzó una ceja con gracia, de acuerdo pude haber evitado eso si hubiera cerrado la boca.  

–No es asunto tuyo teme –su sonrisa desapareció siendo remplazada por una mueca de disgusto. Al instante se sentó en su cama.    

–Como sea, vete y déjame dormir –ordenó. Yo me cruce de brazos.   

–Este también es mi cuarto no tengo porque irme si no quiero –le saqué la lengua a la vez que me encogí de hombros–.  Si quieres vete tú, además, ¿no tienes clases o algo que…? –sin consultarme nada el baka de Sasuke unió sus labios a los míos en lo que se convertiría en mi primer beso, aquel que Jiraiya decía que recordaría por el resto de mi vida, y dadas las circunstancias en las que me encuentro… ¡Jamás podré olvidarlo! Mi cuerpo se paralizó permitiéndole hacer un poco de presión, realmente no era más que un roce, el cual, por alguna extraña razón, comenzaba a gustarme. Al final cerré los ojos, claro que si después de esto al idiota se le ocurría hacer algo prepotente, no me importa nunca haberme peleado, juro que me le lanzaré a golpes.  

Sasuke comenzó a retirarse, yo por el contrario intentaba no separar mis labios de los suyos incluso ignoraba que mis pulmones pidieran oxigeno. Fue entonces que colocó su mano sobre mi pecho, logrando así alejarme de él. En ese instante abrí los ojos consiente de todo lo que había pasado, me besó y yo correspondí, tan sólo llevo un día, o menos, de conocerlo, aparte de que hemos estado peleando desde entonces, por consiguiente,  me despierto de una vez del sueño o empiezo a darme cuenta que soy gay. Salgó de mi mente al verle pasar su mano frente a mi rostro.      

–Dobe –le miro atentamente pasando por alto el insulto ya que no suena a insulto, si es que eso tiene algún sentido–. Prácticamente ya no tengo clases este día, y ayer me dormí muy tarde. ¿Me dejaras dormir un rato? –Ante esto yo solo asentí con mi cabeza, lo quiera o no el Uchiha sabe cómo manejarme– Estudia un rato –se levanta para sacar de su mochila un libro que me lanza. Al tenerlo en mis manos leo el título–. Si no entiendes algo cuando me levante te explico –sonrío, él desvía la mirada–. No me vayas a salir con que no entiendes nada he usuratonkachi –hago un puchero poniéndome en pie.   

–Cállate teme –camino deteniéndome a su lado, dudé un segundo pero al final me acerqué a su mejilla, en la que deposité un beso. No tengo idea de donde salió esa acción pero en estos momentos no me importa–. Que descanses –murmuré. Después salí de la habitación, me recargue en la puerta respirando hondo. Justo cuando iba a emprender mi carrera sin rumbo alcance a escuchar:  

–Usuratonkachi, quien iba a decir que fueras lindo. 

Sin más corrí abrazando el libro con una sonrisa en mi rostro, definitivamente está escuela es mejor de lo que esperaba.  

Notas finales:

Rina: ¡Ahora sí! –brinca de alegría– como intentaba decir al principio, al fic le corregí faltas de ortografía, bueno primero empezó sólo por eso, después me emocioné y comencé a modificarlo. Realmente es la misma historia pero… ¿arreglada? Ô_ô  

Rini: Tonta, yo te dije que solamente corrigieras lo errores de ortografía ¬_¬ 

Naruto: Yo la veo igual –sonriendo alegremente.  

Sasuke: Porque eres un dobe ¬_¬ 

Rina: Ah, bueno, si alguien dice: “¿Qué diablos pasa con esta niña? Primero se desaparece por sabe cuánto tiempo y ahora viene y arruina un fic. Debo golpearla” Si ese es tu pensamiento… ¡Lo siento! Prometo buscar la versión original T_T  

Rini: No trates de arreglarlo, deja que el público te golpee –sosteniendo un mazo.  

Rina: ¡De verdad no quería arruinar el fic! –se arrodilla frente a su hermana, que sólo niega con la cabeza– prometo que buscaré la versión original y… –no puede decir nada más pues el golpe la deja noqueada.  

Naruto: ¡Rina! –zarandeándola– ¡Rina despierta! 

Sasuke: Creí que no tendría que volver a aguantarlas u_ú# 

Rini: Ya Uchiha bastardo, tomate tu medicina y luego hablamos –se miran con odio por unos segundos para enseguida ignorarse– En conclusión, ahí está la nueva versión de este fic, realmente fue borrado por la pag y no por nosotras, un día nos avisó una niña que ya no estaba, nos metimos a revisar dándonos cuenta de que ese y otros dos o tres fics más tampoco se encontraban. Reitero lo que dijo la tonta, ustedes digan si nos ponemos, a quien engaño, si la pongo a buscar la versión original ¬_¬


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