Era un día tranquilo para los aliados, como siempre UK se encontraba discutiendo con Francia y USA a la par, por otro lado estaba el “invisible” Canadá, quien se preguntaba cuándo sería el día en que por fin lo tomasen en cuenta… Aislados del resto se encontraban China y Rusia, compartiendo un silencio que solo ellos podrían disfrutar, como siempre se encontraban sentados uno al lado del otro… y por debajo de la mesa, con un leve movimiento sus manos se juntaron; como era de esperarse nadie les daba la mayor importancia, así que nadie notó el intenso rubor que cubrió las mejillas de Yao y la cálida sonrisa que esbozó Iván. Así ocurría en cada junta de los aliados desde hace un tiempo; alrededor de tres meses atrás Yao e Iván habían tomado conciencia de la inevitable atracción que tenían el uno por el otro, quizás se debía a que vivían muy cerca… o quizás se debía a que compartían la misma ideología, también podría ser que no encajaban con las demás naciones aliadas y por lo tanto comenzaron a desarrollar sentimientos el uno por el otro… la verdad era que se complementaban muy bien, por su parte Iván necesitaba de alguien cálido como Yao, y Yao por su parte necesitaba de un oído comprensivo, fuera de eso, ambos compartían un pasado y presente similar… Estaban solos….
-Maldito imbécil idiota de las hamburguesas!!-gritaba Arthur mientras Alfred estaba sobre él, a saber cómo habían terminado así, solo se podía observar aquella escena más al lindo de Francis sacando fotografías-y tu Idiota del vino, deja de sacar fotos!! Alfred! Quítate de encima!!
-Deja de gritar Arthur, no sé porque eres tan escandaloso, pareces un niño haciendo berrinches lo sabías?- le contesta Alfred mientras se levanta lentamente y sin mayor apuro.
-Ustedes no hacen más que discutir-reclamaba Francis-además, algún día planean cambiar ese horrible vestuario?- (inserte aquí risa de Francis)
-Idiota! En primer lugar si discutimos es por causa tuya mayoritariamente!
-Yes, Arthur tiene razón, además si me visto mal es porque él me inculco el mal gustó al vestir-dice apuntando a Arthur.
-Maldito malagradecido-dice Arthur lanzándose sobre Alfred-A mi que te cuide cuando eras un pequeño, me pagas de esta forma?!
-Podrían dejar de discutir, aru?-luego de tanto escuchar sus discusiones el paciente de Yao se aburrió (y no lo culpo xD!)-siempre que nos reunimos es lo mismo, aru –se toma la cabeza con una mano- al final somos derrotados por el eje, por esta razón! No cooperamos entre nosotros, aru!
-Yao…- dicen al mismo tiempo Alfred y Arthur, mientras Iván solo sonríe, como siempre…
-Estaría bueno que tanto USA como UK terminaran con sus diferencias de una vez por todas y comenzaran a cooperar… y también tú Francia… deja de armar conflicto, aru- los tres (UK, USA, Francia) se quedaron mirando atónitos a Yao… para luego de parecer serios, volver a sus disputas- “Es que acaso no entienden, aru?...”-Yao se dirigió a su asiento junto a Iván y le dirigió una mirada de tristeza- No sé como terminará esto, aru…
-Nosotros ganaremos… no tengas dudas de ello-le responde Iván con una sonrisa maliciosa y un aura obscura a su alrededor.
::::::::: Luego de la junta :::::::::
Tanto Alfred como Arthur se habían ido inmediatamente a sus casas, Francis salió a dar un paseo por los campos de Italia en compañía de Matthew… Si bien casi nunca lo tomaban en cuenta en las juntas de los aliados… Francis disfrutaba de la compañía del inocente Matthew. Entonces en la sala de las juntas solo quedaron Yao e Iván, quienes nuevamente disfrutaban del silencio…
-Yao-dijo suavemente Iván…
-Dime… Iván, aru- contestaba Yao mientras sujetaba más fuerte la mano de este.
-Quiero besarte-le dijo sin ninguna vergüenza, mirándolo con esa sonrisa tan característica de él.
-Podrían vernos, aru…-decía el chino desviando la mirada a un rincón…
-Ya todos se marcharon…-el ruso se acercaba lentamente a Yao, quien ante el movimiento de este se ponía cada vez más rojo.
-aru…- Yao era débil contra Iván, intentaba hacerse el fuerte, llevarle la contra incluso, pero por más que lo intentará no podía, su fortaleza se debilitaba frente a aquel gran hombre, amante del vodka y los girasoles. Ante el acercamiento inevitable de Iván, Yao solo atino a cerrar los ojos a la espera de aquellos labios, tan fríos como la nieve, pero dulces como la miel, que ya había probado veces atrás.
-….-Iván tomó delicadamente la cabeza de Yao entre sus fuertes manos y la acerco a su rostro, hasta el punto de rozar sus labios, Iván sonrió al ver el rostro de Yao, se encontraba completamente rojo-sabes que te ves endemoniadamente sexy al estar asi?
- o////o – ante el comentario de Iván, Yao abrió sus ojos encontrándose con el rostro de Iván justo en frente suyo, su sonrojo no tardo en hacerse más intenso…-No… no digas esas cosas, aru…
-Pero es cierto…-le decía el ruso mientras acercaba nuevamente sus labios a los de Yao, esta vez si completó el beso… con una dulzura, que cualquiera pensaría sería imposible para Iván, pero el con Yao, podía… podía ser el mismo… que a pesar de cargar un pasado tan terrible, tenia espacio para amar y ser amado…
-….- Yao por su parte correspondía el beso que Iván le brindaba, poco a poco comenzaba a entrelazar sus manos por el cuello de Iván, hasta quedar completamente juntos… El aire comenzaba a faltar, por lo cual tuvieron que detenerse por un momento… solo para darse cuenta que alguien los observaba…
- *******, aru!-exclamaba Yao al darse cuenta de quien los había descubierto…
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