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El regalo por sunshine

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Notas del fanfic:

Get Backeres pertencen a Yuya Aoki admiro a esa mujer y la craecion de los personajes y el manga a Rando Ayamine ahh ese hombre ambien lo admiro. Amo y adoro a Ban y a Ginji y me permiten plasmar todas las licuras q pasain por mi cabeza.

Notas del capitulo: Basado en el manga numero 1 y 2 de la fortaleza ilimitada por tokio pop en ingles en japones o en fraces mangas numero 26 y 27.
Como siempre llego a tomar partesde la historia, algunos lugares en verdad existen algo de psicologia y un derroche enorme de imaginacion dedicafdo a cada una d ustedes que dsfrutan de leer Get Blackers tanto como yo y que aman y adoran esta pareja mil gacias por todo es un regalo de navidad para ustedes.
Feliz y maravillosa navidad para cada una.
besos navideños Sunshine
El regalo

Eran los primeros días en los que empezaban su trabajo de recuperación eran realmente unos adolescentes.

Cuando se inicia una actividad como pareja en este caso como socios eran comunes algunos roces entre ambos, después de todo, toda la vida de cada uno por su parte habían sido independientes. Uno había vivido en la calle como un vagabundo, luchando por sobrevivir con un corazón lleno de ira y rebeldía contra el mundo. Después de todo que se podía esperar de un chico que desde niño lo habían intentado matar y además obligado a estudiar como a nadie. Y para colmo su abuela lo trajo de nuevo a Japón para luego abandonarlo no era posible encontrarse con un chico amable, bondadoso, si no todo lo contrario. Solo era un chico próximo a los dieciocho años molesto contra el mundo y contra el mismo. Alto delgado desconfiado de todos, con una mirada fría y agresiva.

Que deambulaba sin sentido por las calles de Tokio buscando algo que le diera sentido. Sin importar que esta fuera la muerte misma.


A su lado estaba el joven delgado y espigado con un alto grado de agresividad en su interior, y lleno de odio hacia el mismo. Temeroso de que en un momento perdiera el control y fuera capaz de asesinar a más personas. El caso es que había abandonado su hogar si es que a ese lugar lleno de violencia y abusos se le podía llamar hogar, en fin lo abandono, y por primera vez en su vida se dio la oportunidad de seguir su corazón y el joven de piel pálida ojos de azules mirada helada y sonrisa cínica lo había convencido. Y por primera vez en sus diecisiete años le había dado oportunidad a su corazón de sanar gracias a la influenza entre comillas negativa para los demás pero muy positiva para el rubio.


Llevaban dos meses juntos habían realizados tres trabajos entre ellos la recuperación de un perro. Que al principio había sido tan desagradecido que orino al rubio mientras lo cargaba. Pero bueno continuaban esforzándose por aprender uno del otro y sobre todo confiar el uno en el otro.

Al principio al rubio que había crecido adorado por sus subordinados casi a la par de un semidios. Tuvo que poner un esfuerzo extra pero su compañero aunque fue un cínico, Patan y engreído era bueno luchando y en lo que hacia y mas de una vez había ido al rescate del joven.


Ese día caminaban por las calles principales de Kabukicho la zona de restaurantes, bares, discos y karaokes de Shinjuku.

Platicando sobre trivialidades y riendo con una risa fresca por tonterías.

Mido se adentro a una tienda para comprar un par de cafés de maquina hacia frío y tenían hambre pero su economía como siempre por los suelos.

El rubio espero afuera aunque tenía frío, no le incomodaba tanto.

De pronto de la nada empezaron a caer aislados copos de nieve.


Se encontraban en diciembre cerca de la fiesta de navidad.

El rubio tomo uno de los copos en su mano derecha. Lo observo como se derretía hasta convertirse en una pequeña gota de agua.

El rubio estaba fascinado ante el cambio. El conocía los copos en la fortaleza, ese lugar que era un infierno en la tierra, También nevaba y hacia mucho frío aumentando las calamidades por las que pasaban sus habitantes.

Pero en este momento se encontraba en Tokio una hermosa ciudad llena de luces y gente que deambulaba charlando en parejas o en grupo sonriendo.

El chico cambio su mirada para fijarse en la vidriera de una cafetería una mujer elegantemente vestida charlaba con un joven. Mientras sostenía una taza de café en la mano.

El telépata se aproximo al rubio sin hacer ruido.

- En que piensas anguila parlante?

- Ah nada importante Ban, es solo que….

- Es solo que que? Pregunto mientras le extendía el café.

- Es que la mayoría de las personas se ven animadas. ..

- Ah eso?....Es que son las fechas navideñas.

- Las fiestas navideñas? Que es eso..?

- Es una fecha que cambia el ánimo de las personas. Eso es todo. Externo el castaño mientras exhalaba una bocanada de humo.

Ese comentario despertó la curiosidad del rubio y puso mayor interés en lo que sucedía y en las personas.

Los siguientes días el rubio puso mayor énfasis en la observación se maravillaba con la decoración navideña, y con el esmero de los detalles en las cajas de regalo.

- Ban ..?

- Dime?

- Te gusta la navidad?

- No.


- Por que?

- Simplemente no y ya.

- Es que todo se ve tan lindo Ban, no se como no te puede gustar. Externo el rubio con un tono que parecía una suplica.

- Ya te dije que no me gusta, como tampoco me gusta mi fecha de cumpleaños... Externo molesto el ojiazul.


- Tu cumpleaños tampoco? Cuando fue?

- Hace tres días y fin de la plática. Se levanto molesto y continuo fumado mientras se acomodaba en un árbol el tema le había irritado.


- Por que no le gusta? Se pregunto el joven.

- A mi me gusta. Se dijo a si mismo con entusiasmo. Se siente un ambiente lleno de alegría y me dan ganas de abrazar y de reír.

- te escuche Ginji, ya cállate.

- Deja de decir estupideces, que el solo escucharte se me revuelve el estomago. Expreso Mido sumamente irritado a tal grado que tiro al suelo el cigarrillo y lo piso. Y se alejo unos metros más.

- Esa anguila va a terminar colmándome la paciencia.

- Amor, alegría, abrazos debe de estar idiota. Viene de la fortaleza ese lugar que es un infierno y aun se emociona como un niño… Estos pensamientos pasaron por la cabeza del telépata. Al mismo tiempo que dirigía una mirada de pena a su compañero.

- Pero Ban.

- Una palabra mas Ginji y te juro que me largo… Expreso con un tono lleno de rabia y frustración hacia su compañero dejándolo mas confundido. Después empezó alejarse del parque y salio a la vía publica. Seguido del rubio que continuaba tras de El preguntándose Por que? Sin externar una palabra mas.




Los días continuaron hasta llegar el veinticuatro el rubio ignorante de fiestas religiosas averiguo por su parte que se celebraba el nacimiento de Jesús, Dios humano en el mundo. Y las personas festejaban la fecha con una cena en familia y además se daban regalos como muestra de afecto y tendían a abrazarse y desearse lo mejor. Con un feliz navidad.


El chico observaba a las personas la sonrisa que irradiaban cuando se encontraban en la calle con familiares o amigos. Y le hacia sentirse solo. La única persona que llenaba su vida en realidad era Ban.

El chico de mirada miel y dulce sonrisa a pesar de ver la personalidad cínica y negativa de su compañero y sentía un profundo afecto por El.

Era mas que un afecto era admiración y para que engañarse en su corazón sabia que había un sentimiento escondido temeroso de salir a la luz le gustaba Mido y se empezaba a enamorar de El.


Con la influencia de la atmosfera deseaba regalarle algo a su compañero, socio, mejor amigo y el chico que le llenaba de colores su vida. En pocas palabras Ban Mido.

No tenia dinero, nunca pasaba un solo yen por su bolsillo, Mido era el que administraba pagaba y gastaba lo que fuera necesario, y nunca al menos para El no habían recompensas por su comportamiento o actitud.

Ese día eran el veinticuatro de diciembre era de mañana el rubio se despertó primero y abandono el auto donde dormían. Al salir el helado viento le calo hasta los huesos. Pero tenia que aprovechar la oportunidad y apresurarse e intentar conseguir algo de dinero lo suficiente ara regalarle algo a su Ban aunque fuera con el disfraz de agradecimiento por que en más de una ocasión le había salvado el pellejo.


Aprovechando la hora se aproximo al mercado uno de los principales era grande y bien surtido con frutas la mayoría exóticas lo mismo que verduras y por que
No decir lo mismo con la carne. El rubio ofreció sus servicios cargando y acomodando lo que fuera y así logro ganar una cantidad no era demasiado, pero al menos era su dinero y podía comprar algo a su Ban.


Busco entre las tiendas observando todas las cosas lógico la mayoría sobre pasaba su presupuesto. Así que antes de darse por vencido entro a una tabaquería y dulcería y allí estaba una hermosa cigarrera en color dorado, era hermosa el chico se emociono y al momento de pagar una nueva desilusión costaba el triple de lo que traía así que se tuvo que conformar con comprar solo una cajetilla de cigarrillos, el dueño del lugar lo mas que le pudo ofrecer para aliviar el rostro entristecido del chico fue envolver el regalo en papel dorado y le puso un pequeño moño rojo.

El chico guardo con cuidado el regalo y buscaría el mejor momento para dárselo.


Ese día los jóvenes promocionaron con mucho fervor su trabajo pero nada ni un solo cliente, al final solo degustaron un emparedado que compartieron de esos que venden en los pequeños supermercados y un café.

Mientras cenaban acomodados al filo de una banqueta el rubio seguía con ojos curiosos emocionados como muchas personas pasaban con bolsas donde sobre salían algunas cajas para regalo bellamente decoradas.

Empezaba a nevar y era hermoso ver con el caer de la noche las calles decoradas Con miles de focos brillantes y titilantes y los lindos árboles de navidad decorados con focos y esferas de colores y moños, algunos dependiendo del local les colgaban dulces, malvaviscos, paletas, o hasta juguetes.

En algunos locales había un hombre vestido de rojo tocando una campana invitando a los niños a tomarse una foto con El. Y en la entrada de un restaurante había un coro formado por hombres y mujeres cantando algo que Ban le dio el nombre de villancicos.

- Ban…

- Que quieres anguila parlante?

- Mañana es navidad y se que hoy es noche buena y yo….

- Otra vez con lo mismo y a ti que….?

- Te quiero dar algo para agradecer todo lo que haces por mí. El rubio saco la pequeña caja que todo el día cuido que no se maltratara y se la entrego.

- Esto que es?

- Es un regalo Ban….No es gran cosa es solo que…Externo el rubio lleno de entusiasmo y emoción.

El castaño lo tomo y lo abrió sin la menor pizca de cuidado.- Una cajetilla…..Bueno gracias. Respondió sin ánimo.

- por que hiciste algo así Ginji?

- Es que yo te quiero mucho y bueno……además me gustas. Esta última frase le hizo ruborizarse, el brillo de su mirada se hizo mas intensa y sin pensarlo le dio un fugaz beso en los labios a su compañero. Ante la mirada atónita de este.

- Que crees que estas haciendo Idiota!

-Es que yo en verdad te quiero mucho. Respondió una vez mas el rubio una vez mas con la cara roja de vergüenza pero mirando hacia abajo.

- Eres un idiota Ginji. Y sin más el telépata le dio un puñetazo en la cara que hizo que el rubio se cayera hacia atrás. Después el castaño se levanto de la banqueta le aventó la cajetilla y se marcho dejando a un confundido chico en el suelo.


- Ban….



Mido se subió al auto lo arranco y se retiro a gran velocidad solo observando por el espejo retrovisor a su compañero. Se sentía tan humillado y frustrado deseaba ahorcar a Ginji con sus propias manos como pudo hacer algo así.?


Después de manejar cerca de una hora sintió que se le bajaba el coraje. Y descendió del auto y empezó a caminar, sintió el helado aire frío de la noche como rozaba sus mejillas. Pero no le importo.

Camino hasta llegar a un puente en medio de la calle desde arriba se observaba una mar de autos. Saco un cigarrillo lo puso en su boca y saco el mechero.

El mechero llevaba grabadas las letras YK. Iba a prender el cigarrillo cuando una voz le ocasiono tal susto que termino tirando el cigarrillo.

- YK Yamato Kudo ese mechero me pertenecía Ban me alegra que lo conserves. Externo un joven mas alto que el recuperador que lucia traje y le sonreía.

- RAYOS!! Por poco me matas del susto.

-Tu estas muertos que estas haciendo aquí? Pregunto el recuperador pegado al barandal señalando con una mano temblorosa al joven a su lado.

- Solo pasaba por aquí y decido echarte una mano.

- Una mano? Debes de estar demente. Respondió Mido con molestia.

- Si una mano aunque lo dudes. Respondió una vez mas el joven jugueteando con el cabello del telépata.

- Que te pasa? No soy un niño.

- Perdón lo olvide es que bueno yo siempre fui mayor.

- Pero bueno regresando al punto como te dije vengo a echarte una mano.

El castaño se le quedo mirando con una de esas miradas de desconcierto.

- Mira la razón por a que me encuentro aquí es por que quería refrescarte la memoria. Externo Yamato recargado sobre el barandal sobre ambos brazos mientras giraba el rostro hacia Ban y el aire agitaba su cabello.

El recuperador creyó que se volvía loco y lo mas seguro es que la parte del emparedado que le toco estaba echada a perder.

- Ban despierta. Externo una vez mas Yamato tronando los dedos frente al recuperador haciendo que saliera de sus divagaciones.

- Como te dije vengo a echarte una mano. Recuerdas lo que paso en una noche como esta hace tres años?

Mido no expreso palabra solo entorno la mirada hacia arriba y hacia su derecha buscando entre sus recuerdos. Como una computadora un archivo.

- Si creo que si….Pero y que. Si lo recuerdo. Externo con un tono irritado el joven,

- Bueno si no déjame recordar a mí

Flash Back


Era víspera de la navidad Mido acababa de cumplir quince años un adolescente lleno de energía y sentía que podía devorar el mundo. Acaban de robar a un hombre que llevaba un servicio de mensajera y en el maletín transportaba una caja con esmeraldas y rubíes. Lo mas seguro era un encargo para una joyería eran piezas para montar.

Esa noche el joven se sentía mas que orgulloso y su autoestima se encontraba por los cielos el líder se su equipo Yamato lo había elogiado por su excelente trabajo.

Cada vez que Yamato le elogiaba o mostraba alguna muestra de cariño por pequeña que fuera hacia que el joven se emocionara. El joven Kudo era casi diez años mayor que El.

Era quizás una de las razones por lo que para Mido era su héroe personal, lo admiraba y en su corazón se sentía muy atraído por El.

Esa noche Ban tenia su autoestima tan elevada que acudió al laboratorio donde Kudo preparaba las esencias.

- Que pasa Ban?

- Te puedo ayudar en algo? Pregunto Yamato con interés. Yamato quería tanto a Ban lo consideraba su hermano.

- Me gustas Yamato. Me gustas mucho. Y el joven se aproximo puso sus brazos alrededor del joven y le dio un beso.

El mayor no se molesto y de ninguna manera fue agresivo con el joven solo lo tomo por sorpresa.

- Por que haces esto Ban?

- Ya te lo dije me gustas.

- Ban… Tu también me gustas mucho, pero no de la misma forma que yo te gusto a ti.

- Te quiero mucho Ban eres como un hermano para mi.
- Y me halaga que te guste, pero no me gustan los chicos esos es todo.

- Y segundo aunque me gustaras eres muy chico yo soy un hombre y si estuviera contigo seria inmoral tu necesitas a un chico de tu edad no a mi.

-No estoy de acuerdo la edad no tiene nada que ver. Respondió el adolescente rojo por la furia con las lágrimas a punto de salir por la vergüenza.

- Ban no te enojes, tercero A mi me queda poco tiempo de vida, cuando yo cumpla los veinticinco años me perderé a mi mismo y no solo eso tu y mi hermana los olvidare y solo deseare matarlos. No seria justo para ti Ban una relación como la mía.

- Ban sabía que tenía razón, anteriormente esta plática ya la habían tenido y sabía que era verdad.

El joven se sintió tan frustrado e irritado que abandono la habitación. Y al salir azoto la puerta.

Yamato se sintió en verdad triste por la reacción del joven. El nunca haría nada que lo lastimara y sin querer lo había hecho.



Esa noche acudió a la cama del chico cuando este fingía que dormía y le pidió perdón pensando que el joven no le escuchaba y le abrió su corazón sobre todo lo que lo quería y como hubiera deseado corresponder sus sentimientos pero era imposible no podía destrozarlo más de lo que lo haría en el futuro.

Unos meses después se cumplió la profecía y Ban no tuvo mas remedio aunque fue en defensa propia que arrancar el corazón del hombre que amaba y admiraba como a nadie en el mundo. Ese día el mundo del telépata se acabo y lleno se corazón de rencor. Incapaz de amar a nadie por que la próxima persona que amara era posible que la llegar a perder también.

Fin del flash Back

Al terminar las lágrimas reprimidas luchaban por emerger de los ojos del castaño. Cuando abrió los ojos se encontraba dentro del auto.

Se seco la lágrima que sobre salio y se paso la mano derecha por la nariz para limpiar cualquier rastro del llanto.

-Fue un sueño solo eso un sueño.

- Que hora es? Tomo su celular y lo prendió eran mas de las diez de noche.

- Que tarde es…. Donde estará esa anguila parlante?

Echo a andar el motor, dio la vuelta y regreso sobre el camino para encontrarse con el rubio.

Condujo lentamente sobre la vía para ver donde se encontraba su compañero la nieve empezaba a caer con mas fuerza. El frío era mayor.

Por fin le vio, allí estaba sobre uno de los asientos que se colocaban a en cada parada bajo la intemperie abrazando las piernas y la cabeza sumergida entre ellas.

- Ese idiota le va a dar una neumonía si sigue allí. Acerco el auto bajo la ventanilla y le grito al rubio para que saliera de su sueño.

- Ginji que crees que estas haciendo allí….Métete.

El rubio levanto la cabeza y le miro con una mirada perdida, completamente indiferente.

Lo que obligo al recuperador a regaña dientes a salir del auto pasar el brazo sobre los hombros de su compañero para levantarlo y meterlo dentro del auto.

- Estas helado! Expreso al tocar el rostro del chico y sus manos, de inmediato coloco una de las frazadas sobre el menor intentando calentarlo.

- Rayos Ginji estas helado y la ropa que traes esta húmeda. Externo el recuperador amonestando al joven. El cual no dejaba de temblar y solo le miro sin hablar y una mirada de profunda tristeza.

- En verdad Ginji solo a ti se te pudo ocurrir esperarme bajo la nieve. Externo como reproche hablando en voz alta más para el mismo que para el joven. El telépata saco la cartera y una pequeña libreta donde llevaba los gastos, mientras hablaba entre dientes. Un lenguaje in entendible para el rubio que mostraba una indiferencia tal como si nada le importara.

- Rayos Ginji. Externo una vez mas y condujo hacia un motel que sabia era económico, nada lujoso.

Llego acomodo el auto de inmediato abrió la puerta y saco a rastras al joven. Se dirigió al baño el rubio le escucho abrir la llave del agua y empezó a escuchar como caía con fuerza hacia una tina y del baño salio una nube de vapor que amenazaba con inundar la habitación.

- Rayos Ginji eres tan irresponsable e idiota que no sabias lo que hacías. Continuo el castaño regañándolo empezó a arrebatar la ropa que portaba el rubio ante la mirada incrédula de este.

- Que estas haciendo Ban.? Pregunto con un tono de temor.

- Imbecil estas helado tienes hipotermia y tengo que buscar la manera de calentarte o pescaras una neumonía.

El castaño le arranco casi todas las prendas menos la camiseta y el boxer y lo arrastro al baño.- Termina de quitarte la ropa y métete a la tina. No me gusto que me miraras como si te fuera a violar. El castaño cerro la puerta tras de El dejando al rubio solo en el baño. Más desconcertado y deprimido de lo que estaba.

El rubio obedeció y se metió al agua caliente. Demasiado para su gusto, sentía que le quemaba la piel, pero le temía al enojo de su compañero y no le quedo otra que obedecer.

El calor del agua, le hizo salir de la rigidez en la que estaba y dio fin al castañeo y temblor que tenia. Era agradable estar allí.

A la media hora su compañero regreso y abrió la puerta del baño.

- Ban..?

- Anda salte Ginji. Y le lanzo una toalla. Al entrar a la recamara le paso una vieja pijama que guardaba en su maleta.

- Anda ponte esto. No es nueva ni esta recién lavada, pero servirá para calentarte.

- Después quiero que te acuestes, y además te compre algo de sopa caliente.

El rubio obedeció sin alegar y al acostarse tomo la sopa que le trajo su compañero.

- Por que haces esto Ban?

- Yo pensé que me odiabas. Comento el rubio mirando hacia otro lado, se sentía tan avergonzado.

- Ginji yo no te odio, solo es que me tomaste de sorpresa. Externo el castaño tomando entre sus dedos el mentón del rubio haciendo que girara su rostro hacia El para ver directamente a sus ojos.

- Tu también me gustas y mucho Ginji…

- Pero tengo miedo a amar, nunca he tenido nadie en la vida y tengo miedo de perder a esa persona que llegue a amar.

- Esa es la verdad Ginji perdóname por lastimarte.

- Ban...

El castaño se aproximo al rostro del joven y le dio un beso, un beso que para ambos era tan deseado.

Los besos continuaron por más de media hora. Y de los labios el castaño exploro las zonas mas erógenas del rubio beso cada parte de su cara se entretuvo en los oídos dando pequeños mordiscos y soplando suavemente sobre la oreja. Después beso los parpados y jugueteo el mismo con su pestañas ocasionando cosquillas en el menor.

Bajo al cuello y ascendió por la curvatura de la manzana hasta llegar a la mandíbula y de allí bajar nuevamente al hueco que se forma en la base del cuello. Con cada beso con cada caricia, con cada suave mordida el rubio respondía con apenas audibles quejidos. Pero que eran lo suficientemente fuertes para incrementar la pasión del castaño.

El telépata recostó al chico sobre la cama y empezó a soltar los tres botones que impedían el contacto con la piel del joven.

Por fin libero la barrera del pijama y después de besar ambas clavículas fue besando y jugueteando con los pezones hasta que terminaron poniéndose duros, después lo empezó a lamer y succionar amentando en varios grados la pasión en el rubio.

- Ban que haces…? Por que..?

- Por que te deseo pequeño idiota eso es todo.

El castaño había retornado a los labios y forzó la boca del rubio para abrirla y disfrutar rozando ambas lenguas y explorar la cavidad del rubio imponiendo su sitio en el joven.

Ambos estaban disfrutando uno reexplorar y otro dejarse explorar su cavidad oral cuando el castaño deslizo su mano de los pectorales por el abdomen y metió su mano por abajo del pantalón de la pijama para acariciar los testículos y empezar a trabajar con el pene.

- Ban…

- Relájate Ginji, déjame hacerlo.

El castaño paso a masturbar el pene del chico haciendo que este se desbocara era algo tan nuevo para el chico estar con alguien que amara y lo tocara sin pudor y lo hiciera sentir que estallaba.

El chico por más que se esforzó no pudo más y se corrió.

El rubio aunque satisfecho deseaba que su compañero tuviera la misma experiencia y eso le hacia sentirse frustrado.

- No te preocupes por mi Ginji. Te gusto?.

- Si mucho.

El castaño le abrazo con cariño y le susurro al oído,- El que te corrieras me prendió y deseo poseerte. Pero no te quiero presionar.

El sentir el calor por el abrazo le hizo sentirse en el cielo, cerró los ojos y aspiro el aroma del perfume de la piel de su compañero. Ya no estaba solo enamorado se daba cuenta que lo amaba y lo amaba con locura. Así que cuando escucho la proposición de ser poseído.


Se soltó del abrazo y tomo con ambas manos la cara de su compañero le miro a los ojos- Te amo, poséeme por favor. Y después sello su deseo con un beso.

- Ginji imagino es tu primera vez verdad?

- Si le respondió con una mirada llena de estrellas.

- Ginji no quiero que te sientas obligado, piénsalo primero por favor.

- No tengo nada que pensar lo deseo Ban por favor.

- Esta bien. Externo el castaño mientras abrazaba una vez más al rubio.

Y después el chico con toda su inexperiencia y con un corazón lleno de emociones empezó con manos temblorosas y desesperadas a desabotonar la camisa de su amante. Ante la mirada satisfecha y amorosa del castaño.

El chico trato de emular los movimientos de su compañero pero no era lo mismo su misma desesperación no tenia el mismo efecto, el castaño le tomo por la mano y le pidió por favor que dejara que se lo hiciera todo de nuevo con el pretexto de que disfrutaba mucho, acariciar al rubio.

El telépata exploro la piel del rubio inventando nuevas caricias y al pasar por el abdomen le arrebato el pantalón de la pijama. Y después el mismo se quito la ropa que le quedaba para poder rozar piel con piel.

Una vez mas se enfoco en el área genital del rubio pero esta vez no lo masturbo con la mano, engullo por el completo el miembro del rubio y lo lengüeteo y jugueteo haciendo que el chico perdiera el control de sus emociones, impulsos lo tenia dominado la mente del rubio se puso en blanco no era capaz de pensar en otra cosa que no fuera sexo, pasión, desenfreno, orgasmo.

Y una vez mas experimento correrse aun con más fuerza sentía que su espalda tenia vida propia se arqueaba a tal grado de ocasionarle dolor. Su garganta se quedo sin voz para después expresarse con un sonido gutural como si fuera el vapor que escapa e una olla de pasión.

Al terminar su corazón estaba agitado, su respiración acelerada su cuerpo brillaba a causa del sudor. Aun se encontraba en éxtasis. Cuando noto a su compañero lamer sus dedos. Los lamió hasta dejarlos tan húmedos que casi escurría su saliva por ellos.

El rubio le observo con curiosidad, que venia después, tenia el conocimiento suficiente para saber que su compañero iba a invadir su intimidad, tenia un poco de temor era lógico, pero sus expectativas de satisfacer a su Ban eran mayores.

- Estas listo Ginji?

El rubio confirmo con un movimiento de cabeza.

El castaño mantuvo contacto visual con su compañero deseaba que se sintiera relajado, cómodo y seguro del cariño del castaño. Y mientras lo hacia le introdujo el primer de sus dedos. El rubio presento un leve quejido, pero se esforzó por no emitir ningún otro ruido... Momentos después realizo la penetración del segundo dejo y se propuso dilatarlo esto le ocasiono dolor pero una vez mas el rubio trato de no mostrar nada, el castaño no despegaba su mirada de la suya. Era un momento en el que las palabras sobraban.

Momentos después Ban giro al rubio para poner la espalda del rubio recargada sobre su pecho, de hecho lo sentó sobre sus caderas y de un solo movimiento, como una certera estocada lo penetro. Los ojos del rubio se abrieron como platos, mordió su labio para evitar expresar un solo quejido, sentía como si lo hubiera atravesado una daga, ero no se quejo, agradeció que por la posición Mido no podía verle el rostro y lagrimas silenciosas corrieron por sus mejillas.

- Estas Bien Ginji? Pregunto Mido con tono amable mientras descansaba su cabeza sobre la espalda del rubio.

Al principio el rubio no podía responder se esmeraba por ocultar una respiración agitada que necesitaba para calmar el dolor.

- Estoy bien Ban, por favor solo espérame unos momentos más por favor.

- Lo se Ginji, lo se.

Cuando el telépata considero que había dado suficiente tiempo para que se relajara el chico empezó a embestirlo cada vez más y mayor fuerza.

Al principio el rubio no sabia que hacer el dolor continuaba hasta que este desapareció y con cada embestida una onda de calor y placer lo fue conquistando. Hasta gritar que lo hiciera mas y mas fuerte y suplicar por que no parara.

El telépata se encontraba a punto de correrse pero se contuvo sus manos recorrieron una vez mas los genitales del rubio quienes suplicaban atención y los acaricio y preparo hasta que ambos con una enorme descarga de energía se corrieron.

Ambos cuerpos chorreaban sudor. Mido cayo sobre la espalda del rubio recorrió desde el cuello hasta la parte baja de la espalda con besos y pequeñas mordidas.

- El rubio esta vez mostraba lágrimas de felicidad. Ban lo tomo y lo giro para poder ver el rostro del chico y se aferro a los labios del menor una vez más.

- Me gustas mucho Ginji.

- Te quiero Ban, No…no te quiero…te amo Ban. Mientras se colgaba del cuello del recuperador.

- Pequeño idiota por el momento me conformo con un te quiero.

- Anda duerme necesitas descansar.

- No Ban vamos a hacerlo de nuevo...Externo el rubio lleno de emoción.

- No esta noche no. Ahora descansa.

- Quiero que mañana te sientas bien, me entiendes? Externo el castaño guiñándole el ojo derecho.

- Esta bien Ban….

- Pero dormirás conmigo?

- Claro Idiota. Primero solo hay una cama.

. Segundo a no volverás a dormir solo.

El rubio le sonrío acomodo su cabeza en el pecho del castaño y se durmió mientras el mayor le acariciaba el cabello.

A la mañana siguiente el rubio abrió los ojos seguía acomodado en el pecho de Mido. Se acomodo una vez mas se sentía tan dichoso. Y fue cuando aquel paquete con papel dorado y un moño azul le llamo la atención.

Sin levantarse estiro el brazo hacia la mesa de noche donde el objeto.

- Me lo traería Santa Claus? Pensó. Mientras observaba el paquete.

Lo vio mejor y tenia una tarjeta que decía: Para mi pequeño Idiota. (O sea tu anguila parlante) de Ban

El rubio lo abrió era un chocolate. Pero no cualquier chocolate, era un chocolate comprado por su adorado Ban y ese chocolate era el mas delicioso apreciado del mundo.

El rubio se acerco al rostro d su compañero que daba la impresión de dormir profundamente.

Lo beso- te amo Ban.

- Feliz navidad Ban. Y se acomodo una vez más. Hasta quedarse dormido.

El castaño en realidad estaba despierto solo fingió dormir para disfrutar como actuaría su chico. Y en voz baja le expreso – Te amo Ginji y le dio un beso en el cabello.



Fin.?

Notas finales: Mil gracias por leer por el tiempo q se toman en sus mensajes.
besos y apapachos con cariño y agradecimiento
Sunshine

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