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Fantasias de sabores por Musaga

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Notas del fanfic:

¡Feliz Año Nuevo para todos! disfruten al máximo cada día de su vida y vivanlo como si fuera el último, no esperemos a fechas masivas para estar con nuestros seres queridos.

Ahora, les traigo una historia relajada, bizarra y probablemente cínica, ojalá sea de su agrado; no será muy larga, cinco capítulos a lo mucho. Y sip más ¡Sleep! o Adorable Pair que es como le llaman muy seguido en el fandom en ingles, ¿lindo nombre neh?

*Prince Of Tennis no me pertenece*

Fantasias de sabores

AtobeXJiroh

El horario académico se le estaba haciendo más pesado cada día, aburrido y cien por ciento predecible, no era como los extenuantes y  exitantes entrenamientos del Club de Tennis, ahí si que se divertía y ponía todo de si.  En fin, la clase se dio por concluida ante la euforia del alumnado, después de todo el álgebra da constantes dolores de cabeza. Atobe suspiró aburrido ante lo tétrico de su entorno.

-Jiroh de nuevo no llegó a la clase, si esto sigue así no tardaran en pedirte que lo castigues, Atobe-

-Lo se, pero el se lo buscó-

-Tratándose del dormilón poco le importará el castigo, después de todo el capitán no le exige tanto como al resto- Gakuto habló sin preocuparse de la reacción molesta por parte de Keigo, además sabía que el muchacho poco tenía que reclamarle ¡bien sabía que era verdad! Por eso se aventuraba a retarlo y bueno tenía el juego de su lado.

-Ocupate de tus asuntos Mukahi-

-Relájate, luces fastidiado deberías buscar algo o alguien que te relaje - el de cabellos cerezas se sentó en el pupitre de su compañero de dobles, a la par que se acercaba a sus labios para morder el poky que con tanto deleite comía Oshitari, el mayor de los Hyotei los miro con reprobación.

-Gakuto comprate los tuyos- comentó con falsa molestia para después aprovechar la cercanía y besar a su pareja.

-Comportense a la altura de Hyotei- el genio rió divertido, no había chiste en aquellas palabras, pero el tono soberbio del líder lo hacía más divertido de lo que en realidad era.

-Un beso no daña a nadie, además a ellas les gusta- señaló descaradamente el acróbata al grupo de jovencitas que se secreteaban después de haber contemplado aquel beso entre los dos muchachos.

-Me importa un reverendo bledo si quieren volverse la pareja exhibisionista, sólo no lo hagan aquí-

-Lo que necesitas es alguien que te de… -detuvo sus palabras siendo consiente de la doble intención de su frase -la relajación que necesitas- contempló al mayor a la vez que adornaba sus labios con una coqueta sonrisa.

-Jaja, yo no recibo de nadie, en todo caso yo le daría… el ansiado amor de Ore-sama a ese alguien- respondió con el mismo doble sentido.

-Gakuto tiene razón, alguien que endulce tu perfecta vida no estaría mal-

-Un lindo caramelo, o un afrodisiaco chocolate como este- sonrió presumiendo su barra de chocolate negro.

-No como cualquier dulce, mucho menos cualquier chocolate- Atobe se levantó de su asiento, dando la impresión de dirigirse a la puerta del salón.

-¿Te vas?-

-Si, muero por seguir al pie de la letra sus consejos, voy en busca del afortunado caramelo ja ja y más ja- comentó con evidente tendencia al sarcasmo, siguió su camino hasta detenerse de sopetón al notar un cuerpecillo menudo entrar corriendo al aula, conocía perfecto esa rubia cabeza y al dueño de esos traviesos gritillos.

-¡Ey Atobe, Atobe! ¿Sabes? Soñé que hacíamos pareja de dobles ¡nos llamábamos Sleep Pair!- ese niño lo abrumaba con tanta energía desbordada, no sabía que esperar de Jiroh, su completa desatención y un largo bostezo o una encimosa actitud cargada de incesantes gritos, como fuera, ambas actitudes le gustaban -¡puedes creerlo Sleep Pair!-

-Dejame adivinar porque, espera no me importa saberlo porque yo no juego dobles y mucho menos me pondría un nombre donde tú te lleves el protagonismo-

-Yo podría ser tu primera vez como pareja- enfatizó con una sonrisa que al omnipotente capitán se le antojo sumamente infantil y bastante tentadora, incitaba a quitarle esa inocencia al muchacho, sus cavilaciones poco sanas se vieron interrumpidas por las risas de Oshitari y Gakuto.

-Si Atobe, el podría ser tu primera vez- ¡vaya que Oshitari podía ser molesto!

-Por cierto, ¿recuerdas nuestra charla de dulces y chocolates?- el otro ni siquiera asintió, era evidente que la recordaba no tenía ni cinco minutos que habían hablado –ah bueno, pues caramelo más dulce y chocolate más empalagoso que ese no vas encontrar- estaba de sobra adivinar que Mukahi hablaba de Jiroh, refiriéndose a él como una suculenta barra de chocolate.

-Lo se, él no es cualquier dulce, es ideal para mi paladar-

-Mmm, chocolate con almendra- secundó el genio.

-Según las chicas son las almendras más “dulces” de todo Hyotei- Keigo se giró para contemplar la mirada almendrada y chispeante que adornaba el rostro de Jiroh, no iba a decirlo pero ¡qué bonito era ese niño! Desde siempre le había gustado, pero ahora todo iba más allá de un gusto, incluso podía decir completamente seguro que le deseaba ¡y mucho!

-Dime Atobe ¿te gusta que el chocolate se derrita en tu boca o en tu mano?-

-De preferencia en la boca-

-¿De que hablan?- Jiroh miraba de un lado a otro como si estuviera en un partido de tennis, más le intrigaba el hecho de que su estilizado capitán no le quitara los ojos de encima.

-Chocolates Jiroh, chocolates-

-¡Sugoi! A mi me fascinan, son deliciosos y hay una gran variedad-

-¿Te gusta el chocolate amargo?-

-Diagh, de preferencia no-

-¡Lastima Atobe! No le gusta el chocolate amargo- ese tipo se estaba buscando una verdadera paliza, ya vería como vengarse de ese molesto  Oshitari y su engreido novio.

-¿Ves lo que te decíamos? El chocolate amargo no es muy bien visto-

-¡El chocolate blanco es el mejor!- Atobe sonrió, capturando la atención de la Dirty Pair.

-Odio el chocolate blanco-

-¡Cómo es posible!- Keigo rodó los ojos ignorando al menor y prestando atención al maestro recién llegado.

-Profesor, le informo que Akutagawa y yo saldremos de su clase, necesitamos practicar una nueva formación- el aludido asintió, después de todo el Club de Tennis era prioridad en aquel Instituto.

-¿Qué? ¡Entrenar desde ahorita!- al instante las quejas del niño inundaron el salón.

-Anda Jiroh, hagamos realidad tu sueño-

-¡Yeai! Jugaré dobles con Atobe- fue lo último que se escucho antes de ver como el líder desaparecía con Akutagawa corriendo detrás de él.

-¿En serio jugaremos dobles?-

-Si Jiroh, seremos pareja y haré realidad todos tus sueños- sugestivas, sólo palabras sugestivas.

-Jeje no creo que quieras- dijo sonrojándose al instante y volteandose a ver cualquier otra cosa.

-¿Ah? ¿Acaso no me has contado todo tu sueño?-

-No y tampoco lo haré-

“¡Niñato caprichoso!” Pero no necesitaba su empalagosa respuesta, ese sonrojo había sido bastante explicito.

Ya estando en los vestidores, ambos jovenes procedieron a cambiarse la ropa escolar por el uniforme deportivo; el rubio terminó antes que su acompañante, entonces aprovechó el tiempo sobrante para hurgar en su mochila y sacar una barra de chocolate blanco, retiró la envoltura con gran cautela pues no deseaba romper el contenido, una vez liberado lo miró cual niño con juguete nuevo. Comió degustando cada trozo del engolosinante producto, chupando de vez en cuando su dedo índice y relamiendo constantemente sus labios dejando en la comisura restos del blanco dulce.

Dichos movimientos no pasaron desapercibidos por el mayor, miraba cada actuar del dormilón sintiéndose atraído por cada uno de esos sugerentes gestos. Hizo el contacto visual lo más descarado posible, recargándose en el locker en el cual Jiroh guardaba sus cosas a la par que seguía devorando esa suave golosina, al sentirse vigilado por las orbes violetas prestó atención al dueño de esa insistente mirada, entonces añadió a su rostro  la mejor de sus sonrisas.

-¿Quieres un poco?- le preguntó ofreciéndole la pequeña ración que quedaba de la tableta.

-Mmm creo que si- respondió enmarcando la frase con un tono coqueto que  Akutagawa jamás identificó.

-¡No! no quieras, se supone que dirías que no- Keigo arqueó la ceja al ver como el niño gritoneaba, sonrío divertido y le arrebató la barra alzándola por los aires, el menor se estiraba para alcanzarla, sin embargo la diferencia de alturas entre uno y el otro volvía complicada su misión de rescatar al chocolate, entre tanta pelea nunca percibió en que momento el aristócrata joven ya lo había sujetado por la cintura. Vio su felicidad derrumbarse al ver como su capitán se metía el último trozo a la boca, quiso quejarse al ver como el otro le disfrutaba, era obvio que lo hacía, después de todo ese sonido raro significaba algo ¿no?

Mirada rara, sonidos raros y… un momento ¿cuándo fue que Atobe lo había abrazado? Cerca muy cerca… ¡beso! No tenía ni idea de porque se encontraba besándose con el mayor ¡que cuernos importaba! Era su primer beso y en definitiva le estaba resultando delicioso, la consistencia caliente del chocolate derritiéndose en su boca,  la lengua de Keigo acariciando con vehemencia la suya en serio provocaban extraños espasmos en su cuerpo, de hecho entre beso y beso de sus labios escapaban sonidos muy similares a los que Atobe había hecho con anterioridad, sonidos que aumentaron cuando sentía ligeras mordidas en el borde de su boca.

El momento de separarse llegaba, muy a pesar del puchero del menor.

-¿Atobe?- no fue necesario preguntar más, era obvio a que se refería.

-¿Querías chocolate no?- chasqueó su lengua mientras despeinaba los rubios cabellos y hacía círculos en su espalda, el aludido asintió uniendo casi al instante su boca con la del mayor, estirando sus brazos para enroscarlos en el níveo cuello. De nuevo esa sensación que tan torpe lo dejó, la fusión de su dulce favorito con los delgados y juguetones labios de su capitán, era una unión deliciosa y adictiva, aventurándose a imitar un poco al de mirada violeta, mordió con sus colmillos la comisura enrojecida del mayor que no pudo evitar lanzar un casi imperceptible gemido.

-¿Y eso?- preguntó interesado el manda más.

-Quería más chocolate y tu tenías ahí- señaló el lugar que segundos antes había mordido –me gusta morder el chocolate- sonrió de nuevo con esa inocencia que lo caracterizaba, aunque a la hora de besar esa inocencia se había ido por el drenaje.

-Ore-sama puede comprarte muchos chocolates-

-¿Quieres que sea tu novio?-  soltó emocionado el rubiecito.

-Ahhh ¿quieres chocolate o no?- humillante, demasiado humillante hacer una propuesta como “¿quieres ser mi novio?, eso no estaba en sus planes, de hecho tampoco el ser mordido por el menor, pero bueno lo había disfrutado.

-¡Yeai!-

-Por cierto, ¿en tu sueño viviste algo así?- sonrió com malicia y descaro.

-¡Atobe!- gritó el menor a manera de reproche -¡no te burles de mi!-

-No lo hago, sólo abuso de tu transparencia, pero anda, nos vamos-

-¿A dónde?-

-Por más chocolate- le guiñó un ojo para después darle un beso en la frente, mmm… caso extraño, ese chiquillo lo orillaba a actuar de maneras tan inesperadas, pero en fin, aparte de gustarle y desearlo ¿qué más podía sentir por el?...

Continuará…

 

Notas finales:

No iba publicar nada hasta la próxima semana debido a los problemillas que se carga el servidor, pero es posible que mi conexión de vea algo limitada, asi que para no errar mejor hoy lu subí jaja.

¿Qué mas? ¡Oh si! el fic esta enfocado principalmente a todo aquello que podemos hacer por medio de los sentidos, la idea es exaltar una escena básica y explotarla lo más posible. Cada capítulo se enfocará a un sentido y un "extra" que será algún sonido, textura, sabor, olor o visión.

Por ejemplo en esta ocación el "extra" fue el chocolate y el sentido dominante fue el del gusto. En fin, como siempre las sugerencias son bien recibidaa y algunas ideas no estarían nada mal jaja, besos.


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