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Porque Yo Te Amo por Kitta

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta serie le pertenecen a Yoshihiro Togashi.

La canción es propiedad de Roberto Sánchez Ocampo, conocido más que nada por su alias "Sandro". Este es mi homenaje. Espero les guste, lo hice con el corazón.

Notas del capitulo: Kitta: Les recomiendo que escuchen la canción cantada por Sandro obviamente. Es muy linda y transmite y un monton de sensaciones si te unís con los sentimientos del cantor.


ATENCION: Si en alguna parte aparece "...l" quiere decir que antes de la "l" hay una "e". No tengo ganas de corregir ese error, porque además lo pone la página y no se si me lo va a dejar corregir u.u
Porque Yo Te Amo


Hiei se encontraba sentado en una larga mesa de roble en la cual otras cinco personas estaban comiendo. Su hermana Yukina se hallaba a su lado, delante de él, Kurama miraba su comida algo ido sentado al lado de su madre y su padre, mientras que Yusuke y Kuwabara estaban uno frente al otro. Mientras todos comían él sólo miraba su almuerzo y jugaba con él sin poder tragar bocado. Sus pensamientos se encontraban en otra parte y la incomodidad de la situación y las ganas de confesar todo a los cuatro vientos le provocaban un nudo en la garganta que le quitaba el apetito. Hiei intentaba chocar la mirada con Kurama, pero este no levantaba la vista.

Por ese palpitar

que tiene tu mirar

yo puedo presentir

que tu debes sufrir

igual que sufro yo

por esta situación

que nubla la razón

sin permitir pensar.


La cena continuaba y la situación era peor. La madre de Kurama le había preguntado a su hijo por qué no comía y le había cuestionado a Hiei si es que no le gustaba lo que ella misma había hecho. Lo había agarrado desprevenido y sin mirar a Kurama le había respondido que estaba lleno. Luego bajo su mirada apenado por tal hecho y a continuación intentó entablar conversación con Yusuke, para evitar la obviedad del asunto. Todos notaban que aquellos dos grandes amigos no tenían un buen día pero nadie comentaba nada acerca de ello para no incomodarlos más. Siempre habían sido muy sociables entre ellos dos, pero ese día, ni siquiera se habían dirigido la mirada.

En qué ha de concluir

el drama singular

que existe entre los dos

tratando simular

tan solo una amistad

mientras en realidad

se agita la pasión

que muerde el corazón

y que obliga callar

yo te amo....yo te amo..


La madre de Kurama levantó la mesa en cuanto todos terminaron y de inmediato se levantaron para ir al salón principal a tomar un café para luego retirarse cada uno a su casa. Kurama salió al patio excusándose con los invitados, diciendo que quería tomar aire y sin mirar atrás se fue de aquel lugar que tenía una atmósfera no tan deseada por él. Al poco tiempo Hiei hizo lo mismo y salió para reunirse con Kurama; él, al escuchar los pasos se dio vuelta y lo miró fijo a los ojos. Sus ojos amenazaban con llorar, estaban brillosos, pero aún, ninguna lágrima había caído de ellos. Ambos corazones latían ferozmente, pero ninguno se atrevía a hablar. La garganta de ambos no deseaba dejar salir un solo sonido por la boca, quería permanecer callada. Hiei sufría el silencio y sabía que su compañero también. Finalmente, Kurama bajó su mirada y Hiei se fue al salón para no molestarlo más.

Tus labios de rubí,

de rojo carmesí,

parecen murmurar

mil cosas sin hablar

y yo que estoy aquí

sentado frente a ti

me siento desangrar

sin poder conversar


Kurama había llegado al salón después de recuperarse. No quería que todos notaran que estaba triste aunque se percibiera en el aire. No sabían la razón, y él no pensaba decirla. No tenía sentido hacerlo ya que todo acabaría en unas pocas horas. Se sentó en un sillón alejado de aquella persona que tanto la llamaba con sólo la mirada, y sin verlo en ningún momento se dispuso a tomar el café que para él no era más que un poco de líquido frío que pasaba lentamente por su garganta. En ese momento, no lograba sentir grandes cosas. Sólo el dolor que atoraba su corazón le importaba.

Tratando de decir

tal vez será mejor

me marche yo de aquí

para no vernos más

total que más me da

ya sé que sufriré

pero al final tendré

tranquilo el corazón

y al fin podré gritar

yo te amo! ... yo te amo!

Yo te amo,

por sobre todas las cosas del mundo.


Hiei lo miraba fijo suplicando una mínima señal de que nada terminaría, sin embargo, Kurama mantenía su cabeza gacha. No había hablado en todo el día y él sólo había cruzado unas pocas palabras con Yusuke y Kuwabara. Ni siquiera había hablado con su hermana. El corazón se le partía y más al saber que era correspondido pero que ello debería acabar allí. Kurama era imposible para él aunque lo amase de todos modos. Las lágrimas amenazaban por aparecer en sus ojos y aún no había probado el café; el dolor le era insoportable. No deseaba vivir así. Kurama levantó su mirada por un instante y Hiei pudo ver nuevamente lo que vio en el jardín. Dolor.

Tus labios de rubí

de rojo carmesí

parecen murmurar

mil cosas sin hablar

y yo que estoy aquí

sentado frente a ti

me siento desangrar

sin poder conversar


Estaba resignado. Sabía que Kurama no lucharía por él y lo entendía. …l no era nada para nadie. Sólo un pobre huérfano que a nadie le importaba. Apenas su hermana debía de sentir un escaso y verdadero cariño por él. Ella sabía lo que era el amor, tenía suerte por ello, pero él… ¿…l que sabía de amor? Ni siquiera se animaba a decirle al mundo quien era la única persona a la cual él amaba con verdadera intensidad. Y no lo haría. Sólo le provocaría problemas a esa persona y él no tenía derecho a eso. No era nada. Y por eso debía callar e irse. Para ya no molestar a nadie más. Y menos a aquella hermosa persona que tantos suspiros le había quitado y que ahora tanto dolor le provocaba.

Tratando de decir

tal vez será mejor

me marche yo de aquí

para, para no vernos más

total que más me da

ya sé que sufriré

pero al final tendré>

tranquilo el corazón>

y al fin podré gritar>

yo te amo! ... yo te amo!.>

Yo Te Amo.


Recordaba cada uno de los momentos que había pasado con aquel hermoso demonio. Lo conoció como enemigo y logró llegar a amarlo como jamás amo a nadie. Aquellas noches furtivas en las cuales se escapaban de la sociedad, sus amigos, su familia, y los prejuicios, y se amaban con gran intensidad desafiando la naturaleza, las leyes y el orden. Su sonrisa. La cosa más hermosa que vio en su vida y que estaba seguro jamás volver a ver. Sus cabellos. Nunca dormiría otra vez entre el divino aroma que desprendían y le tranquilizaban, sabiendo que cada pelo de aquel ser lo amaba. Se encontraba sofocado. La situación lo superaba. La acidez que sentía en su garganta se pronunciaba cada vez más y las lágrimas se sentían incontenibles. Debía salir de aquel lugar. Irse para siempre de su lado y volver al Makai. No regresar jamás a aquel mundo en el cual él habitaba. Sufriría y lo sabía, pero con suerte aquel dolor no duraría muchos años. Con suerte lo olvidaría con rapidez y podría volver a vivir del mismo modo que vivía antes de conocerlo. Sin amor, sin familia y sin amigos. Toda aquella hermosura que él le había dejado ver se esfumaría. El amor, la amistad, la confianza dejarían de existir nuevamente. Olvidaría aquella atractiva ilusión que aquel ser le había mostrado. Ya no recordaría jamás el significado de la bondad. Después de todo de qué servía eso si no lo tenía a él. Todo acabaría una vez no se viesen más. Y él volvería a ser el mismo ser frío, sádico y solitario que alguna vez pudo ser. De nada servía aquel sentimiento llamado amor, si cuando lograbas tenerlo, te decían que era algo prohibido. Maldecía el día en que le habían enseñado qué era ese hermoso sentimiento, ya que sólo unos pocos podían tenerlo, y al parecer, él no podía. Prefería volver a ser como antes entonces, seguro eso no se lo evitarían.

Hiei se levantó del sillón, exhausto. Se despidió de todos cordialmente estrujando su corazón a la hora de saludar a Kurama y se retiró de la casa con sorprendente rapidez. Se había excusado con su hermana para no irse con ella diciéndole que tenía cosas que hacer y que tardaría. No quería que lo viera llorar en cuanto saliera de aquella casa que tanto lo atormentaba. Además, no faltaba mucho para dejar de verla a ella también. Sin Kurama, no quería tener nada. Si no lo tenía a él, de nada servía tener otras cosas. Amaba a su hermana, pero sabía que ella estaría mejor sin él también, del mismo modo que Kurama y todas las personas que lo habían conocido. …l solamente era una piedra en el zapato de aquellos individuos que pudo llamar “amigos” o “familia”.

Al salir de la casa respiró el aire puro; su garganta aún conservaba aquel nudo que había estado presente durante todo el almuerzo y caminando lentamente hacia su destino, comenzó a llorar amargamente aquellas lágrimas que antes no había permitido salir logrando así aminorar un poco el enorme dolor que sentía. No culpaba a nadie. Sabía que él no era digno ni de existir, así que no podía culpar a alguien por no luchar por él. …l no se sentía digno de luchar tampoco. La ciudad paulatinamente fue quedando detrás de él y un bosque se abrió camino mostrando una bella vista que él hubiese apreciado de no ser por su desconsuelo. Para él, el bosque se mostraba tan negro como sus cabellos. Aunque claro, ni siquiera los reflejos blancos de su cabellera, lograrían ponerle color a aquella situación. Se adentró en el bosque con la misma pesadez con la cual había salido de la ciudad y pasados unos cuantos minutos, quizá horas, se encontró en un descampado. El bosque había quedado detrás de él y otro no muy lejos se alzaba al frente. El sol se había ocultado detrás de las negras y tenebrosas nubes. Al parecer se estaba haciendo de noche. Pero muy poco le importaba eso a Hiei. Ni siquiera cuando empezó a llover se movió un poco para intentar resguardarse de las furiosas gotas que caían cruelmente sobre él, deteriorando la poca fuerza que tenía en sus rodillas. Sus lágrimas se habían mezclado con la lluvia y finalmente se dejó vencer cayendo al suelo.

-Te amo, te amo, te amo.

Era lo único que repetía inconsolablemente. La voz se le cortaba de vez en cuando y le costaba mucho iniciar nuevamente su repertorio. El corazón estaba roto en pedazos y sentía todo el dolor que aquella ruptura le provocaba. Hasta respirar le lastimaba, la cabeza le daba vuelta y se sentía fuera de sí. Todo su ser estaba destruido. Sentía como si tuviese que cargar con el mundo entero en sus espaldas. Si ese dolor seguiría por mucho tiempo prefería morir. Quizá había sido una estúpida idea pensar que iba a poder olvidarlo. En esos momentos dudaba mucho poder soportar aquel dolor por mucho tiempo más.

Malditos prejuicios. Maldita sociedad. Maldita naturaleza. Si no fuese por esas cosas él sería feliz. …l no tenía la culpa de ser un niño prohibido; él no había sido quien había pedido nacer, lo habían traído; y lo habían traído así. Hombre, prohibido, y diferente. Por ser hombre no tenía permitido amar a Kurama, pero él tampoco había decidido amarlo, simplemente de un día para otro lo hizo. …l no fue quien lo eligió, su corazón fue quien lo hizo. ¿Y cómo hace una persona para decirle al corazón que está amando a la persona equivocada? ¿Cómo se hace para hacerle entender que es alguien imposible, alguien inalcanzable? A él le habían enseñado a amar, no le había sido fácil aprender, pero lo logró y sin embargo, nunca nadie le enseñó a olvidar aquel amor ni tampoco él se molestó en preguntar como hacerlo. Debido a que sabía tan poco acerca de esas cosas pensó que olvidar era imposible del mismo modo que una vez creyó imposible amar. Además, ¿Para qué olvidar algo que te esmeraste en amar? Quizá había comprendido mal el significado del amor. Quizá se confundía y eso era lo que le provocaba dolor. Sin embargo, ya no le importaba. Lo amaba y quizá nunca lo olvidaría, pero lo dejaría en paz. No tenía derecho a molestar a Kurama, así que simplemente se iría de su lado para no verlo más.

Kurama una vez le dijo: “El amor es la entrega al prójimo en todos sus sentidos. …l deseo de querer que aquella persona esté bien, feliz y en paz. Y si para eso es necesario apartarte de su vida para ya no provocarle dolor, hazlo feliz, sabiendo que lo estás amando al hacer eso. Porque aunque no te correspondan, amar es lo más lindo que existe en el mundo. Y nadie, nunca jamás, podrá evitar que ames al prójimo, ya que sólo tú tienes el poder para entregarte a otra persona. Nadie lo puede hacer por ti, ni puede evitar que lo hagas”.

-Se que no te merezco. Pero te amo.

-Y yo te amo a ti.

Owari
Notas finales: Kitta: Espero les haya gustado y dejen Reviews para saber qué tal.

Helio: Pronto subiré los otros SongFics de la serie.

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