Un día tranquilo…un día normal…un día solo plagado de la misma aburrida rutina del trabajo con el pesado del Taisa, pero aún así mis ánimos estuvieron altos durante todo el día, porque sabía que a la noche todo el cansancio que me abordaba se iría en tan solo unos segundos, porque ese día…ese anhelado día había llegado…Me había propuesto una meta, una meta en la cual por fin dejaría todo atrás…todo lo que creía…todo en lo que pensaba que era correcto o no…todo lo que alguna vez negué…Porque ahora…ahora por fin le diría lo que en verdad siento a la persona que más amo en este mundo, por fin dejaría el miedo del rechazo atrás.
Con una noche dedicada solo a nosotros dos…por fin lo admitiría, Al, por fin sabrías lo que en verdad siento…y en el mejor y más retorcido de los casos…tu me corresponderías.
Pero…al destino le gusta jugar con la gente…todo ocurre en el momento que menos esperas…se manifiesta de cualquier forma y no hay nada que hacer para evitarlo…porque no podemos hacer nada en nuestra defensa…Solo esperar…esperar como los seres indefensos que somos bajo el miedo y la incertidumbre de un mañana que quizás no vuelva a amanecer ante nuestros ojos.
Solo por unos minutos…
Solo por una fuerza que subestimamos…
Solo por…la intervención…de lo absolutamente inesperado…
Al llegar a nuestro hogar, a nuestro nuevo hogar, me esperabas allí como siempre, ansioso por verme nuevamente en el umbral de esa puerta, eso hacía que mi corazón se acelerara de la felicidad que me abordaba al ver la emoción y la sinceridad de tu acogedora sonrisa.
La idea de salir a recorrer la ciudad en este monótono día te alegró aún más, apresuradamente tomaste una simple chaqueta y nos dispusimos a salir nuevamente a recorrer las ya muy conocidas calles de Central.
La oscuridad que anunciaba el fin de ese día comenzó a hacerse presente cada vez con mayor intensidad mientras las luces de las calles se encendían. En ese momento viste una estrella, la primera estrella que se asomaba tímidamente bajo el imponente brillo de la luna.
Tus hermosos ojos plateados desaparecieron durante los segundos en que pediste ese deseo, un deseo ajeno a mi conocimiento pero que aún así no quería saber, ya que probablemente no pedías lo que yo mismo deseaba poseer en ese momento…Los suaves labios elevados hacia el firmamento en los cuales recaía la claridad de la luna…tu rostro alzado hacia ese infinito bañado por la tenue luminosidad me parecía lo más parecido a un ángel en ese mundo, tanto por la tranquilidad que emanabas como por la perfección de tus rasgos que aún no demostraban la verdadera madurez que llevabas en tu interior.
Nuevamente una simple orden proporcionada por tu subconsciente hizo que tus párpados se elevaran y adoptaras tu mirada hacia el frente, pero me miraste extrañado durante unos segundos, y era por la mirada perdida que yo había adoptado mientras observaba fijamente tu rostro, tu tranquila y burlona voz me sacó nuevamente de esos pensamientos impuros hacia ti, con lo cual solo pude dar como respuesta una simple sonrisa.
Seguíamos caminando tranquilamente, solo disfrutábamos de la serenidad de aquella noche y de nuestra mutua compañía, cualquier segundo parecía ser el perfecto para decirte lo que llevo guardado en mi corazón desde hace ya tanto tiempo, pero algo me saca de ese pensamiento, eres tú…que al tomar conciencia de lo que se presenta a tu alrededor recuerdas algo que debías hacer, caminas media cuadra hasta un alto edificio, probablemente unos trece pisos mientras yo solo espero en la calle el término de aquel trámite que consideré un obstáculo entre nosotros dos.
Los minutos pasan y comienzo a inquietarme, no habían sido muchos pero ya añoraba tu tierna compañía…cuando de pronto…
Las cosas comenzaron a tomar vida propia, se movían por doquier desesperadas e incontrolables mientras el suelo parecía rugir a mis pies, todo se tambaleaba y con suerte pude sujetarme a la pared más cercana antes de caer por el irrefrenable movimiento de la tierra mientras que todo caía y se hacía pedazos, rayos azules se veían aparecer en toda la ciudad mientras los alumbrados públicos caían y se destrozaban unos contra otros ante el implacable azote de esa fuerza subterránea. Un vidrio que posteriormente se rompió en mil pedazos cayó a mi lado, salvándome solo por unos centímetros de una muerte segura mientras escuchaba la desesperación de las personas a mi alrededor…corriendo desesperadas de un lugar a otro buscando inútilmente el resguardo ante aquella situación…
Luego lo recordé…entre tal conmoción había olvidado aquello tan valioso para mi…y que se encontraba a metros por encima de mi cabeza en ese edificio que comenzaba a caerse a pedazos.
- ¡¡Al!!
Grité lo más fuerte que pude antes de comenzar a esquivar todo lo que caía a mis pies, comencé mí ascenso en aquella estructura desconociendo tu paradero, mientras aún la tierra se movía sin piedad llevando todo abajo…debía ser rápido…ya que probablemente la inestable y antigua construcción en la que me encontraba se despedazaría en cualquier momento.
Grité tu nombre lo más fuerte que pude pero el polvo y los escombros opacaban mi garganta y mi vista, la tos afloraba cada tantos minutos mientras las personas pasaban histéricamente a mi lado intentando encontrar una salida…pero ninguna de ellas eras tú…
Los estruendos que provocaban las paredes cayéndose ahogaban los gritos de la gente que aún no veía, probablemente atrapadas debajo de estas, pero no me podía detener, necesitaba encontrarte a ti y solo a ti, luego ayudaría en lo que fuera posible.
Por fin todo dejo de moverse, pero aún las cosas seguían crujiendo y cayendo pasados algunos segundos.
Milagrosamente había llegado hasta el octavo piso entre tanta catástrofe…pero aún nada…
Hasta que por fin…ya en el noveno piso y cubierto completamente de escombros y polvo, además de algunos rasguños y heridas leves escuché tu voz a la distancia, detrás de una puerta y al final del largo pasillo que nos separaba. Corrí lo más rápido que pude pero algo me dejó sin aliento…pude sentir como todo comenzaba a tambalearse…la base estaba colapsando…
Esa sorpresa que me dejó inmóvil me quitó valiosos segundos…a la mitad del camino pude escuchar como todo se derrumbaba detrás de aquella puerta perteneciente a una oficina…
Mi corazón…se detuvo…
Grité tu nombre con las lágrimas comenzando a inundar mis ojos mientras corría lo más rápido que podía ignorando lo que había a mis pies, lo cual me hizo tropezar en varias ocasiones antes de llegar a la dichosa puerta. Intenté abrirla con la desesperación inundando mis torpes movimientos, pero algo la había trabado, sin pensarlo dos veces mis manos se juntaron invocando la ayuda que necesitaba en ese momento desesperadamente, y gracias a la alquimia la estancia apareció ante mis ojos después de que se disipara una fina capa de polvo y escombros.
La esperanza se presentó en una sonrisa…que se deshizo de inmediato al contemplar el lugar lleno de destrucción…y muerte…
Los cadáveres de personas que no conocía se iban quedando atrás de mis temblorosos pasos…Debajo de restos de paredes…libros…y varios otros objetos pude divisar una chaqueta muy familiar…demasiado…
Las lágrimas cayeron inevitablemente de mis ojos mientras llegaba al centro de la estancia, con todas mis fuerzas comencé a apartar lo que me obstaculizaba de mi objetivo, nuevamente la alquimia se hizo presente mientras sentía como si todo fuera en cámara lenta…Grité tu nombre cuantas veces pude y a todo lo que mi garganta podía soportar…Solo para encontrarte allí…
Al…
Después de algunos segundos por fin te sostuve entre mis brazos…pero ya era tarde…demasiado tarde…Parecía como si el despiadado ataque de la tierra comenzara de nuevo…pero no era así…eran mis brazos que habían colapsado en esta oportunidad…temblaban junto con tu cuerpo…una fuerza transmitida de mi desesperación hacia ti…de mi impotencia…de el dolor de mi alma…
Arrodillado como estaba en el suelo manchado de un líquido rojo, me encontraba sujetando lo que alguna vez fue todo para mí…y lo seguía siendo…mientras mis lágrimas caían dejando rastros de pureza en ese rostro inundado por la blanquecina esencia de la destrucción…manchado por los restos de lo que sin piedad había caído sobre tu indefenso cuerpo…marcándolo con el emblema fatal de tu sangre que aún corría por mis manos…
En un vano intento volví a llamarte…pero solo lo suficientemente para que tú pudieras oírme…aún así tus párpados seguían cerrados…Aferré tu mano contra la mía…sin encontrar respuesta…acerqué mi rostro hacia tu pecho…pero no había movimiento alguno…Aprovechando la cercanía impuesta por mis movimientos en busca de algo que me indicara que aún seguías allí acerqué nuevamente mi rostro, pero esta vez fue hacia el tuyo…Una cercanía que tantas veces deseé tener contigo…solo unos pocos centímetros nos separaban del anhelado contacto físico que deseaba tener contigo, la experiencia de tocar tus labios con los míos por primera vez…de que ambos nos uniéramos en un apasionado beso sin tener alguna otra experiencia con anterioridad…Solo tú y yo…
Pero ahora…ahora…solo me encontraba yo…
Las lágrimas de mi creciente impotencia caían despreocupadamente sobre ti…mientras me abrazaba a tu recuerdo olvidando completamente donde estaba reanudé nuestra cercanía, pero esta vez…con mi mano toqué tímidamente tus labios, limpiándolos de cualquier cosa que hubiera osado cubrirlos en aquel desastre, luego con la misma mano entrelacé tus suaves y largos cabellos con ésta, y levantando lentamente tu cabeza sentí aquel deseado contacto…
Besé tus ahora fríos labios deseando una respuesta de tu parte…pero obviamente eso no sucedió…no me importó…seguí en ese pecaminoso acto aún esperando que devolvieras el desesperado beso que mis inexpertos labios le estaban otorgando a tu cuerpo…hasta que todo comenzó otra vez…
Los gritos de las personas se escuchaban a metros de mí…rodeándome…venían desde todas partes pero ninguno de ellos lograba alcanzarme…ya separado de ti tu aún seguías siendo lo único que importaba…aún cuando el edificio había comenzado a tambalearse nuevamente…nada me importó…ya nada me importaba…te había perdido…Al…y ahora no podía hacer nada…te habían arrebatado cruelmente de mi lado…y yo…yo…yo solo puedo quedarme aquí al lado de lo que alguna vez fue tu cuerpo…llorando como si eso te fuera a traer de vuelta…y con el único deseo de que al seguir el mismo camino que te ha llevado lejos de mí…nos volvamos a encontrar…
- Al…Te amo.
Todo se vino encima nuestro sin siquiera yo darme cuenta…abrasándome en los crueles y fríos brazos de la muerte…pero antes…Al…mientras todo cae a mi alrededor como si estuviera en cámara lenta…estos pensamientos cruzaron mi mente en solo cuestión de segundos…con la esperanza de que donde sea que esto nos lleve…puedas escucharme…antes de lo inevitable…