Ha pasado mucho tiempo ¿Verdad, Naruto? ¿Hace cuánto que me has olvidado? Yo siempre he estado aquí contigo y tú ¿Qué es lo que haces? Ignorarme. No me tomas en cuenta... pareciera que no te importo.
¿Desde cuándo empezó a visitarte con tanta frecuencia ese tal Gaara?
Me niego a dejarte... ¡Me niego a creer que alguien más te tenga!
Una de esas noches donde Gaara te acompañaba a la casa -La casa que ambos pagamos y habitamos-Como siempre yo te seguía sin que tú te dieras cuenta. Escuche cuando el cara de panda te preguntaba si me dejarías, en ese momento no supe como reaccionar, espere una respuesta negativa de tu parte, pero no... claro que diste una respuesta que a mi no me pareció negativa... dijiste que lo pensarías... ¡Ja! ¡Pensarlo! ¿Qué tenías que pensar!
Esa noche no se me olvidara. Tus ojos mirándome con terror, quizá al saber que había escuchado tu plática con Gaara. Tu castigo fue muy simple... esa noche te hice mío.
Me dolió el ver que la mañana siguiente no me hablabas... estabas enojado conmigo por lo que te había hecho, tú mismo comenzaste esto y esperaba lo terminaras con un "lo siento". Toda la mañana estuvo "normal". Te levantaste e hiciste tu rutina de diario; por supuesto seguiste ignorándome. No aguante más y me fui. Cuando estaba lo suficientemente lejos mire como llegaba Sakura a la casa. La curiosidad puedo más que mis fuerzas de alejarme de ti. Con cuidado entre a la casa, no quería que me vieran... logre con éxito mi misión. Sakura se veía preocupada y te lo hizo saber. Tú dudaste en responder, al final respondiste: "Fue Sasuke" Sakura abrió sus ojos y te miraba con incredulidad. Yo salí de la casa después de escuchar eso... note como un vidrio de la ventana se rompía sin razón alguna. Estaba enojado... ¡¿Cómo podías decir eso tan fácil?!
Estuve deambulando por la calle, esperando, esperando que te dieras cuenta de que no estaba y salieras a buscarme. Gran sorpresa me lleve al ser la media noche y tú ni cuenta te dabas ¿Ya estabas acostumbrado a mi abandono? Por razones de trabajo yo siempre llegaba tarde y te encontraba ya dormido. Eso era la mayoría de los días, al parecer el que yo llegara o no te daba igual.
De nuevo te castigué. Tus suplicas de que parara llegaba a mis oídos como si fuera una música gloriosa, me gustaba escucharte, sentirte, tocarte. De nuevo te enojaste... lo mismo que la vez pasada: Ignorándome.
Esta vez llego Gaara a verte. ¡Ya no soporto esto! Salí de la casa de nuevo con un solo pensamiento en mi cabeza. Esa noche tú no recibirías el castigo, no, esta vez no; quien recibirá su castigo, en la noche, será Gaara, pero no será un castigo como el tuyo... él dejará de molestarme y molestarte porque tú eres solo mío. Me encantara escuchar los gritos de dolor de Gaara.
Por ahora iré a descansar para la gran noche; descansare en ese frío cajón de madera que está en el fondo del jardín donde desde hace dos meses me has obligado a dormir...