Sonó la campana que señalaba el fin de las clases. Ichigo al notar que Tensa salía rápidamente, evitando a todas las chicas que se le acercaban, tomo sus cosas con apuro (esperaba no olvidar nada) y salió tras el chico. Sus conocidos lo miraron salir con curiosidad ¿a qué se debía tanta prisa? Uryuu Ishida también lo miró con extrañeza, ya suponía lo que pasaba.
-¡Ey tú! ¡Mocoso! -Le grito al nuevo en medio del patio y con media escuela presente, el aludido volteo y lo confronto.
-No soy “mocoso”
-Si como sea, tienes que acompañarme
-Ya te dije, no voy a ir –y dio media vuelta, sintió de repente como era jalado por el suéter, para inmediatamente ser echado sobre los hombros del shinigami, cual costal de papas se tratase. Si no quedaba de otra, Ichigo lo obligaría a ir al consultorio -¡¿Qué demonios sucede contigo?! ¡Bájame! ¡Ahora!
-No, me dijiste que te obligara y es lo que estoy haciendo – el de cabello naranja comenzó a avanzar entre los alumnos que incrédulos veían la extraña escena. Seguro que esto daba para un chisme que duraría hasta que todos se graduasen, Kurosaki lo sabía, mejor que hablaran de eso a su confesión fallida.
Tensa intentó soltarse de esos brazos fuertes, quiso golpearlo pero sus intentos resultaron infructuosos (y es que no conocía la fuerza que Ichigo tenía). A mitad de camino el pelinegro se calmó (un tanto por agotamiento, otro tanto por tedio), ya no le quedaba más que esperar a llegar a la clínica y firmar lo que le pedían.
………………………….
Kurosaki padre salió de la pequeña oficina, miro a su crió, por ética profesional no le comentó gran cosa, pero si le hizo la advertencia de que mantuviera al chico vigilado, aunque a leguas se le veía preocupado.
-Me preocupa Tensa-kun ¿está en tu salón? –Ichigo asintió- entonces te lo encargó –le dio una palmada a su hijo y se fue a continuar con sus deberes. Inmediatamente salió el mentado, traía una cara de pocos amigos, miró a Kurosaki hijo con prepotencia y se encamino a la salida.
-Espera
-Déjame en paz, ya has hecho suficiente, gracias -le dijo con sorna mientras abría la puerta de salida.
-No, no te dejare en paz, te acompañare a tu casa
-No –Tensa intento estamparle la puerta en la cara al chico de cabello naranja, pero este la sujeto, anticipando la acción del menor.
-¿Por qué no?
-No es algo que te incumba –sintió la mano del shinigami apresando su muñeca. Se giró para verlo y mandarlo directo al infierno, pero los ojos miel del shinigami lo miraban dolidos. Tensa se sintió algo culpable y suspiro con resignación –Bien – cedió molesto consigo mismo–Acompáñame si gustas.
Ichigo tosió disimuladamente, ya llevaban medio recorrido, pero desde que salieron de la clínica, no habían cruzado ni media palabra. Tensa lo miro de reojo, se sentía un ambiente algo denso.
-Y… mañana –titubeo el shinigami- ¿tienes algo que hacer?
-Ummm…
-Dijiste que eras nuevo en la ciudad… no tengo nada que hacer –no sabía si lo que decía tenia coherencia- así que… si gustas puedo mostrarte la ciudad… es pequeña, pero el centro es algo entretenido –espero respuesta, pero parecía que Tensa no se la iba a dar, justamente cuando Ichigo pensaba en abrir la boca para retirar la propuesta, el nuevo le contesto
-Te veo en…- se quedó pensando seriamente, el shinigami espero –en…
-¿Aja? –le insto Ichigo a seguir
-No conozco la ciudad –le dijo seriamente.
Eso hizo reír con ganas a Ichigo, a pesar de su actitud, este muchachito podía actuar de acuerdo a su aspecto. Un sentimiento similar a la simpatía le embargo, El resto del camino, lo hicieron en silencio, pero uno mucho menos pesado.
……………………
Ichigo le había indicado a Tensa donde debían verse y él ya esperaba por el pelinegro, se sentía un tanto nervioso, eso le alegraba en parte, ya que gracias al muchachito nuevo había logrado distraerse por lo menos un poco. El citado no tardó mucho en llegar, al verlo, Ichigo volvió a sentir latir su corazón con fuerza, él pensaba que no era gay, no le gustaban los chicos (apenas y las chicas le llamaban la atención), con Ishida había sido diferente, pero al ver a Tensa llegar y al sentirse emocionado y un tanto apenado, reconsideró seriamente si era o no gay. Tensa llevaba un jersey con gorro, unos jeans y un par de tenis, todo en un parejo color negro, logrando que luciera más delgado y pálido pero haciendo que le resaltasen más sus finos rasgos. Aunque por otra parte, sus ojos grandes se mostraran tristes; Kurosaki hijo tuvo unas enormes ganas de abrazarlo, pero se contuvo, en cambio trato de suavizar su ceño siempre ceñido y saludo los más alegre que pudo.
Ya casi habían visitado media ciudad, vamos, que Karakura no era muy grande, la última parada que el chico de cabellera naranja tenía preparado era para ir a comer, Ichigo guiaba al menor por las calles, y fue cuando lo vio. Ishida Uryuu caminaba de frente a ellos. Kurosaki se quedó paralizado ¿Qué debía hacer? Tensa se percató de la situación incómoda para el shinigami, y lo único que pudo hacer fue esperar lo inevitable.
-Buenas tardes Kurosaki –le saludo el quincy y solo hizo un ademan con la cabeza para saludar al recién ingresado. Ambos contestaron al saludo. Ishida abrió la boca para decir algo más, pero Ichigo se apresuró a despedirse
-Lo siento Ishida, pero ya vamos algo tarde, si nos disculpas –y diciendo eso, tomo la pequeña mano de Tensa para jalarlo de ahí. El quincy notó la reacia acción del sustituto y solo alcanzó a asentir, Tensa se despidió precariamente e Ishida se quedó de pie donde lo dejaron hasta perderlos de vista. Sabía que no debía esperar alguna reacción favorable de parte de su compañero de clases después de lo que le había dicho y el cómo se lo había dicho, pero tampoco esperaba tanta indiferencia de su parte, que bien sabía era forzada por Ichigo para tratar de salir de una situación por cual nunca antes había pasado, aunque lo entendía, lo comprendía y lo estimaba, le dolía demasiado y muy en el fondo y a su pesar sabía que algo ahí, con el chico nuevo, ocurría o iba a ocurrir; suspiro con resignación. Tal vez era mejor así y le deseaba lo mejor.
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Ya habían pasado mes y medio desde que Ichigo lo obligo a ir al consultorio de su familia, el pelinegro había aprendido lo buena persona que era el chico naranja y no podía entender como alguien podía hacerlo sufrir sin más, había aprendido que Ichigo cuando daba, lo hacía sin miramientos, sin esperar nada a cambio, desinteresadamente y no le gustaba; no le gustaba que no fuera el quien causaba esos sentimientos en el mayor. Estaban en su horario de descanso y ambos se habían hecho buenos amigos, motivo por el cual, Kurosaki dejaba a veces de lado a Keigo, Mizuiro y a Chaddo.
-Tal vez no soy la persona indicada, pero quiero que me digas que hay entre el cuatrojos y tú –Tensa le miró a los ojos, ansiaba saber. Kurosaki casi muere atragantado por el jugo que estaba tomando.
-¡¿Qué…?! ¡¿Qué te cuente?! –Tensa le miró con más seriedad y asintió.
Ichigo abrió grandes los ojos ¿Cómo es que ese mocoso se había dado cuenta de lo Ishida? Bueno, muy discreto no debió de haber sido (al igual que la pregunta que le hizo el menor) Sonrió, si se había dado cuenta por sí mismo, era mejor contarle todo y lo hizo.
Le contó todo a Tensa; le contó cómo es que se habían conocido (o mejor dicho, como se había dado cuenta de la existencia de Ishida), le conto (por increíble que sonora) acerca de la sociedad de almas, le conto de cómo es que había ido a Hueco mundo y de la guerra de invierno. Le hablo de todos sus buenos recuerdos, también de los malos y de cómo se había enamorado de otro hombre y de cómo había sido rechazado por el mismo. Silenció de repente, hace mucho que las clases habían comenzado y ellos se las habían saltado. Una pequeña lagrima rodo por la mejilla de Ichigo, nunca antes había hablado así de lo Ishida. Rió con mesura y la secó. El pelinegro estaba de frente a él, lo había escuchado todo con sumo interés, quería saber más y más de Kurosaki Ichigo.
Kurosaki, cansado, cerró los ojos y fue sintió una mano acariciando su mejilla y poco después una suave presión en los labios, sorprendido, intentó alejarse, pero no pudo resistirse a la cálida boca del menor, tal vez necesitaba eso, de alguien que le ayudara a olvidar, de alguien que le diera lo que él había estado dispuesto a entregarle sin miramientos al quincy, dejó de resistirse y cedió al beso del chico. Lo atrajo hacia sí, profundizando el beso, sabía que Tensa fuera de esa cara dura que ponía, era capaz de ver a través de él, tal vez ya era hora de segur y olvidar.
Fue el mismo pelinegro quien termino el beso, se quedó un instante sintiendo la respiración del chico naranja, para después levantarse de la banca donde estaban. Lo miro más seriamente que antes. Ichigo no sabía cómo reaccionar.
-Eres un idiota
-¡¿Qué?!
-Pero aunque lo sé, te hare feliz –y le sonrió a Ichigo, este también rió. Tan borde como cuando lo conoció.
Era tiempo de dejar muchas cosas terminadas. Ishida Uryuu había sido su primer amor y su primera decepción, eso nadie lo iba a negar, pero era hora de seguir adelante. Kurosaki se puso en pie, se acercó a Tensa y le dio un leve golpe en la frente.
-¡Ite! ¿Qué te pasa? –le pregunto el menor sobándose el golpe
-Nada, es hora de ir a clases –y comenzó a andar. Seguro que Occhi, les dejaba pasar sin problemas a tomar la clase.
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Fin